Nulidad democrática y coacción política: el desacato popular
Resumen
La democracia es un sistema de poderes que debería estar al servicio del pueblo. El actor social de estos poderes es el sujeto político en su condición de persona, individuo, ciudadano. Ningún otro actor puede atribuirse el uso de los poderes políticos en beneficio personal o colectivo; menos todavía, en detrimento de los otros. Se crea un principio de exclusión que pone en contradicción o nulidad pública el ejercicio del poder de la democracia como sistema de poderes populares. Es indispensable denunciar la coacción política de la que se sirve la democracia representativa, abstracta o nula, en su intento de minimizar y reducir la acción social del pueblo como destinatario de los poderes políticos. La respuesta a este sistema antidemocrático, coactivo de los poderes populares, es el desacato, la desobediencia cívica, la disputa ideológica, las estrategias para la subversión pública y la recuperación de los derechos de participación en la transformación de la democracia política.