Perú: Pobreza y políticas sociales en la década de los noventa
Resumen
El problema de la reducción de la pobreza está en la agenda de casi todos los gobernantes del mundo y la discusión sobre cómo hacerlo ocupa el centro del debate político. No sólo es un estado de la cuestión, sino un inaceptable estado de la cuestión. Lo que desconcierta al común de los ciudadanos es que los avances científicos y tecnológicos no han ido acompañados de un incremento del bienestar social al mismo ritmo. En el Perú, los niveles de pobreza (alrededor de 50%) se han mantenido desde hace 30 años. Más aún, la política social en la década de los noventa ha sido regresiva e ineficaz. La ausencia de un marco institucional adecuado, la percepción de que el mercado solo lo soluciona todo y la falta de evaluaciones de impacto de los programas sociales han estado en el corazón del problema. No se trata únicamente de gastar (invertir más), sino de hacerlo mejor y esto está concertado directamente con la falta de una adecuada gerencia social. Esto no quita veracidad al hecho de que sin crecimiento económico sostenido no hay reducción de pobreza. Pero, el tipo de crecimiento sí influye por dos razones. En primer lugar, un crecimiento intensivo en capital, no aumenta el empleo y por ende no colabora con la reducción de la pobreza. En segundo lugar, el crecimiento económico genera los recursos, vía una mayor recaudación tributaria, para invertirlos en sectores sociales. Pero el cómo hacerlo es una decisión política, teñida, muchas veces de intereses personales y no en respuesta a la realidad social del país. Como se demuestra en este artículo, de las intenciones a los hechos existe un largo trecho, que de no abordarse de manera adecuada perpetúa la pobreza.