Editorial
Abstract
Los avances tecnológicos ofrecen la posibilidad al mundo académico de innovar,
hacer reingeniería constante de los procesos de aprendizaje y facilitar espacios
para la actualización profesional, en una búsqueda constante de la excelencia.
Diversas son las herramientas disponibles en el proceso generación de conocimiento, donde la incorporación de los avances tecnológicos a la acción educativa e investigativa resulta fundamental, en sintonía con las perspectivas de desarrollo que nuestra sociedad demanda.
En ese contexto, la Educación a Distancia (EAD), pasó de la dimensión futurista
al presente, apoyada por tales avances, que bajo la forma de Internet, las TIC y la World Wide Web, han signado de un vértigo transformador el accionar de quienes hacen vida en los espacios académicos universitarios; permitiendo el desarrollo, a escala planetaria, del e-learning y facilitando el acceso y la circulación del conocimiento.
De las muchas derivaciones de la Educación a Distancia, una marcó un antes y
un después en el proceso de aprendizaje: extrapolar el espacio físico de un salón de clase a un espacio virtual en el cual, con la misma eficiencia y logrando los mismos objetivos, se realiza la praxis educativa. En efecto, la web como recurso instruccional, permitió la reproducción de entornos que simulan aulas, laboratorios, sesiones de clase y hasta planes universitarios completos.
Sin embargo, la web 1.0 creada por Tim Berners-Lee en la década de los noventas y su actualización, conocida como web 2.0, provocaban, incluso en sus creadores del CERN, sentimientos de frustración por sus limitaciones. Entre estas se cuentan la enorme dificultad que supone para el usuario en contrar la información que busca, y la inexistencia de protocolos universales pues cada empresa creó su propio entorno (API) produciéndose así guetos que han impedido la comunicación entre usuarios de distintos software o jardines amurallados como los denomina Berners-Lee.
Atendiendo a esas limitaciones, surge la Web Semántica o Web 3.0, la cual se
perfila como una extensión de la Web actual, en la cual se dota a la información de un significado. El uso de la Web 2.0 implicaba a personas buscando y utilizando la información encontrada; mientras que la Web 3.0 promete soportar estos procesos en herramientas automatizadas. El propósito de la Web Semántica a nivel educativo, es lograr agentes software que interpreten el significado de los contenidos de la Web, para ayudar a los usuarios a desarrollar sus tareas.