La muerte del héroe en la pintura colombo-venezolana durante el siglo XIX
Resumen
La muerte es uno de los temas universales del arte. A lo largo de los siglos medievales, la encarnación de la idea del héroe estaba en los santos y en particular en los mártires, cuyo sacrificio a veces se presentaba con sumo realismo, a fin de conmover a los devotos. Nuestra pintura colonial, en buena parte extensión de la pintura europea, añadió otras muertes heroicas, ya propias, como las de monjas de clausura, en homenaje a su santidad, y excepcionalmente a algún personaje importante del gobierno eclesiástico o cívico-militar, como muestra de reconocimiento y de admiración a sus actos. En el siglo XIX los héroes serán fundamentalmente los héroes militares, muriesen naturalmente en sus camas (Bolívar, Santander), en batalla (Ricaurte, Girardot), sentenciados (Policarpa Salavatierra) o asesinados (Sucre). Algunos de estos héroes los compartimos Colombia, Venezuela y Ecuador, en razón de la federación bolivariana hoy identificada como Gran Colombia. El culto a los héroes patrios se instala desde entonces en el imaginario nacional y unos más que otros simbolizarán el sacrificio de toda una generación para el logro de un país libre e independiente. El ensayo tratará la muerte de Bolívar pintada por un venezolano (Antonio Herrera Toro) y un colombiano (Quijano Montero), igualmente la muerte de Ricaurte representada por los ya citados; y específicamente de la muerte de Sucre vista por dos pintores colombianos (Pedro José de Figueroa y José María Espinosa) y dos venezolanos (Arturo Michelena y Leoncio Martínez).