Si una noche el paseante ve un árbol: Lecturas... ¿Cómo empezar?.
Abstract
En este artículo se reflexiona acerca de la lectura partiendo del tiempo de la infancia cuando nos sentamos a descubrir el mundo en las palabras del afecto y nos sembramos ante la imagen frágil y pequeña que se construye con la tenuidad del viento en la memoria. No basta ya estar en una zona donde el afecto estremece y dilata nuestro pensamien to. La siembra ha dado justo con la semilla que ya no permitirá que ja más abandonemos nuestra historia y, esta crece semejante a una madre selva o a la serena magnitud del matapalo. No se trata de la instaura ción en nosotros de un sentimiento por lo regional o lo local, sino de un sentimiento por el paisaje. Y el paisaje es aún el lugar del encuentro en tre todos los espacios vividos y los imaginados. Las primeras palabras que escuchamos, el primer susurro amoroso -o hiriente- nos sitúa en medio de una roca espiritual sobre la cual se sostendrá para siempre nuestra forma de mirar, de leer el mundo. Se trata, así mismo, de una propuesta de lectura donde se tome en consideración y se destaque la primera de nuestras lecturas: la lectura del mundo.