Fosfatos sedimentarios venezolanos en la nutrición de pollos de engorde. I. Crecimiento y mineralización del tejido óseo
Abstract
A fin de evaluar el uso de fosfatos de yacimiento (crudos) sobre el crecimiento y la mineralización del tejido óseo en pollos de engorde, 1260 pollos machos de un día de nacidos, uniformes en peso, de la línea comercial Cobb x Cobb y alimentados con una dieta basal conteniendo 0,41% de P total, fueron distribuidos en un arreglo factorial (7x3) para ser asignados a las fuentes de fósforo: Río, Liza, Chigua, Jají, Monte, Navay y el fosfato dicálcico (Dical), a tres niveles de incorporación del elemento en la ración (0,1, 0,2 y 0,3%) con 60 aves/tratamiento, en seis replicaciones de 10 animales cada una. Las diferentes raciones fueron calculadas para ser insocalóricas (3,100 Kcal EM/kg), isoproteicas (24% PC) e isocálcicas (1%). Se registraron los pesos de los pollos y el consumo de alimento, semanalmente. A la cuarta semana se sacrificaron seis aves/tratamiento, extrayéndose las tibias, determinándose la densidad (g/cc), peso seco desgrasado y los contenidos de cenizas, fósforo y flúor (% y mg/cc). La biodisponibilidad relativa del fósforo de las fuentes se estimó por comparación de las variables estudiadas en las fuentes, usando como referencia al Dical, a la cual se le asignó el 100% de disponibilidad. El peso promedio de las aves (g) fue superior (P < 0,05) para Dical (1149,1), seguido por Liza (973,6) y Río (966,0), éstos a su vez, fueron superiores a Chigua (896,3), Navay (862,3), Monte (853,0) y Jají (829,9). El peso de las aves guardó relación (r= 0,97; P < 0,01) con el consumo de alimento (g/ave), con valores promedios estadísticamente iguales para Dical (1805,9), Río (1533,5) y Liza (1471,2), los cuales superaron (P < 0,05) los de Chigua (1325,9), Monte (1323,5), Navay (1255,1) y Jají (1250,5). Similar comportamiento se observó para la densidad de las tibias (g/cc) con los valores más altos para Dical (1,21), Liza (1,19) y Río (1,18), los cuales superaron (P < 0,05) a Chigua (1,16), Monte (1,12), Navay (1,10) y Jají (1,10). Un patrón similar fue observado en el contenido de cenizas (%), es decir: los valores más altos para Dical (43,01), Liza (38,95) y Río (38,90), los cuales fueron superiores (P < 0,05) a los de Chigua (37,45), Navay (37,55), Monte (37,40), y Jají (36,86). El contenido de fósforo, expresado como porcentaje de la MS en el tejido óseo, no mostró diferencias significativas entre niveles, ni entre fuentes, pero si (P,05) cuando éste se expresó en mg/cc. Se obtuvieron correlaciones positivas y significativas entre peso y consumo (r= 0,97) y las medidas de acreción ósea, como densidad (r= 0,64), cenizas (%: r= 0,63; mg/cc: r= 0,73), fósforo (mg/cc: r= 0,81). Los valores de biodisponibilidad relativa promedio del fósforo (%) en relación al fosfato dicálcico (100%) fueron en orden decreciente: 81,0; 79,6; 71,1; 68,1; 68,0 y 62,5 para Río, Liza, Chigua, Navay, Monte, Jají, respectivamente.