Revista
de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXX, Número Especial 10,
julio/diciembre 2024. pp. 53-68
FCES
- LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar: Zambrano, E. J., Loor, L. D., Mendoza,
V. M., y Velásquez, M. T. (2024). Perspectivas y desafíos en el aprendizaje
universitario: Un análisis crítico. Revista De Ciencias Sociales, XXX(Número
Especial 10), 53-68.
Perspectivas y desafíos en el aprendizaje
universitario: Un análisis crítico
Zambrano Zambrano, Elisa Juverly*
Loor Bravo, Lucia Dolores**
Mendoza Fernández, Verónica Monserrate***
Velásquez Gutiérrez, Martha Tatiana****
Resumen
En la era de la globalización y
la revolución digital, la educación superior se encuentra en un punto de
inflexión donde es imperativo reconsiderar sus métodos y enfoques para
satisfacer las necesidades emergentes de la sociedad y el mercado laboral. El
objetivo de este estudio fue examinar las perspectivas y desafíos que enfrenta
el aprendizaje universitario en este contexto cambiante. Mediante una
metodología cualitativa y un diseño explicativo se profundizó en las
complejidades de la educación superior, empleando una revisión sistemática para
integrar los hallazgos de investigaciones previas. Una búsqueda exhaustiva en
bases de datos académicas permitió seleccionar estudios relevantes. Se
examinaron teorías del aprendizaje como el constructivismo y el cognitivismo,
resaltando metodologías innovadoras como el Aprendizaje Basado en Problemas y
el aprendizaje mixto y digital. Los resultados destacan una evolución hacia un
modelo educativo centrado en el estudiante, que promueve el aprendizaje activo
y se adapta a los avances tecnológicos y las demandas de una sociedad
globalizada. En conclusión, la adaptación de la educación universitaria a
enfoques centrados en el estudiante y el aprendizaje activo refleja un
compromiso con el desarrollo de habilidades críticas y el aprendizaje
autodirigido, ofreciendo un marco pedagógico integrador para enfrentar los
desafíos educativos actuales.
Palabras clave: Educación superior;
aprendizaje activo; constructivismo; Aprendizaje Basado en Problemas;
innovaciones pedagógicas.
Perspectives and challenges in university learning: A critical
analysis
Abstract
In
the era of globalization and the digital revolution, higher education is at a
turning point where it is imperative to reconsider its methods and approaches
to meet the emerging needs of society and the labor market. The aim of this
study was to examine the prospects and challenges facing university learning in
this changing context. Using a qualitative methodology and an explanatory
design, the complexities of higher education were delved into, employing a
systematic review to integrate the findings of previous research. A
comprehensive search of academic databases allowed the selection of relevant
studies. Learning theories such as constructivism and cognitivism were
examined, highlighting innovative methodologies such as Problem-Based Learning
and blended and digital learning. The results highlight an evolution towards a
student-centered educational model that promotes active learning and adapts to
technological advances and the demands of a globalized society. In conclusion,
the adaptation of university education to student-centered and active learning
approaches reflects a commitment to the development of critical skills and
self-directed learning, offering an integrative pedagogical framework to meet
current educational challenges.
Keywords:
Higher education; active learning; constructivism; Problem-Based Learning;
pedagogical innovations.
Introducción
En el contexto
contemporáneo, la educación superior se reconoce como un sector esencial para
el desarrollo de individuos capacitados, quienes desempeñarán roles
significativos como profesionales y líderes en una sociedad globalizada y
dinámica (Teichler, 2009). Según Aleixo, Leal
y Azeitero (2018), la
educación superior no solo desempeña un papel clave en la transmisión de
conocimientos y habilidades relevantes, sino que también actúa como un
catalizador para la adaptación y el cambio en un entorno en constante
evolución. Esta perspectiva subraya la necesidad de una continua evolución de
las prácticas educativas para satisfacer las demandas emergentes de la economía
global y los desafíos socioculturales del siglo XXI.
En ese marco, el
principal desafío radica en la posible desconexión entre las metodologías de
enseñanza tradicionales y las expectativas de las nuevas generaciones de
estudiantes. Según DiLullo, McGee y Kriebel (2011), esta desconexión se presenta no solo en
los métodos pedagógicos, sino también en la pertinencia de los contenidos
educativos ante las necesidades del siglo XXI. Existe una notable discrepancia
en aspectos fundamentales como la adaptación a un mercado laboral en evolución,
la integración de habilidades transversales en los planes de estudio y la
reconfiguración de la experiencia educativa para fomentar un aprendizaje más
autodirigido y significativo.
Además, se percibe una
deficiencia en la comprensión y aplicación práctica de teorías contemporáneas
del aprendizaje, como el alineamiento constructivo de Biggs y el modelo SAL (Students’ Approaches to Learning, en español
Enfoques de aprendizaje de los estudiantes),
especialmente en su implementación y contextualización en distintos contextos
académicos y culturales (Duff
y McKinstry, 2007; Fryer, 2017). Esta limitación plantea
cuestiones sobre la efectividad y aplicabilidad universal de estas teorías en
variados entornos educativos, un elemento clave en la educación global de hoy.
Este escenario,
caracterizado por su singularidad y complejidad, ofrece un panorama desafiante,
a la vez que revela oportunidades significativas para la investigación avanzada
y el desarrollo estratégico. La relevancia de este estudio se hace patente al
identificar y abordar los vacíos existentes en la literatura académica,
particularmente, en lo que respecta a la evolución de las metodologías y
enfoques educativos en respuesta a las exigencias de una sociedad cada vez más
globalizada y tecnológicamente avanzada.
En consecuencia, se
plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿Cuáles son las perspectivas y
desafíos actuales en el aprendizaje universitario? Para abordar esta cuestión,
el estudio se enfocará en examinar las percepciones y desafíos presentes en el
ámbito universitario. Dicho análisis incluirá la evaluación de teorías y
modelos educativos vigentes, la exploración de transformaciones en los enfoques
pedagógicos y de aprendizaje, así como la proyección de tendencias y
megatendencias futuras en la educación superior.
1.
Metodología
Este estudio se
fundamentó en un enfoque cualitativo, el cual resulta esencial para lograr una
comprensión exhaustiva de las perspectivas y los desafíos que caracterizan el
aprendizaje universitario. La adopción de este enfoque facilitó un análisis
detallado de las experiencias, percepciones y opiniones vinculadas a la
educación superior. De esta manera, se logró capturar la complejidad de los
fenómenos educativos y las sutilezas inherentes a las interacciones humanas en
el ámbito universitario.
Para profundizar en las
relaciones entre los distintos factores que influyen en el aprendizaje
universitario, se adoptó una investigación de tipo explicativo. Este diseño
resultó particularmente útil para desentrañar las dinámicas y las interacciones
complejas que definen el campo de la educación superior, ofreciendo así una
comprensión más profunda de las causas y consecuencias de los fenómenos
observados.
La metodología central
de la investigación consistió en una revisión sistemática, caracterizada por su
rigor y estructura en la selección y análisis de la literatura existente.
Mediante este enfoque metodológico, se logró sintetizar los hallazgos de
investigaciones anteriores, proporcionando una base sólida para comprender las
tendencias, retos y oportunidades en el aprendizaje universitario.
Asimismo, se realizó
una búsqueda exhaustiva de literatura en bases de datos académicas reconocidas,
incluyendo PubMed, Scopus, ERIC y Google Scholar. La
selección de estudios pertinentes se llevó a cabo aplicando criterios de
inclusión y exclusión específicos, lo cual garantizó la relevancia y calidad de
los datos recopilados. Los criterios de inclusión y exclusión se detallan en el
Cuadro 1, los mismos aseguran una selección rigurosa y pertinente de estudios,
contribuyendo a la validez y confiabilidad del análisis realizado.
Cuadro 1
Criterios de inclusión y
exclusión
Criterios |
Inclusión |
Exclusión |
Año de Publicación |
Estudios publicados
en los últimos 15 años. |
Estudios publicados
hace más de 15 años, excepto referentes clásicos. |
Tipo de Publicación |
Artículos revisados
por pares, libros académicos y reportes de investigación. |
Literatura gris, blogs, artículos de opinión y medios
no académicos. |
Idioma |
Documentos publicados
en inglés y español. |
Documentos en idiomas
distintos al inglés y español. |
Enfoque Temático |
Estudios centrados en
aprendizaje universitario, metodologías de enseñanza y desafíos en la
educación superior. |
Estudios no
relacionados directamente con el aprendizaje universitario. |
Metodología |
Investigaciones
cualitativas, cuantitativas y mixtas. |
Estudios con
metodologías no claramente definidas o inapropiadas. |
Ámbito Geográfico |
Estudios realizados
en contextos variados y representativos a nivel global. |
Estudios limitados a
regiones o contextos no generalizables. |
Población de Estudio |
Investigaciones que
incluyen estudiantes universitarios, profesorado y administrativos. |
Estudios centrados en
poblaciones fuera del ámbito universitario. |
Calidad de la Investigación |
Estudios con rigor
metodológico y relevancia teórica comprobada. |
Estudios con
deficiencias metodológicas significativas. |
Fuente: Elaboración propia, 2024.
Este Cuadro 1,
proporciona una guía clara para la selección de estudios y garantiza que la
revisión sistemática se base en información relevante y de calidad. Los
criterios establecidos aseguran la cobertura de un amplio espectro de
perspectivas y enfoques dentro del tema de estudio, a la vez que mantienen un
estándar de rigor académico.
De los estudios
seleccionados se extrajo de forma meticulosa la información clave, abarcando
metodologías empleadas, hallazgos principales y conclusiones derivadas. El
análisis de los datos se efectuó mediante un método inductivo, posibilitando la
identificación de patrones, temas y categorías emergentes. Este método resultó
ser una herramienta eficaz para la generación de nuevas comprensiones y teorías
a partir de los datos recogidos.
2.
Resultados y discusión
2.1. Evolución de la educación superior
La educación universitaria
ha experimentado una transformación significativa en las últimas décadas,
transitando desde un modelo centrado en el docente y en la transmisión de
conocimientos, hacia un enfoque más centrado en el estudiante y en el
aprendizaje activo (Onurkan
y Özer, 2017; Brown, 2022). Este cambio refleja un
ajuste a las necesidades emergentes de una sociedad globalizada y a los avances
tecnológicos. Autores como Olssen
y Peters (2005) han
argumentado sobre la necesidad de una educación superior que no solo transfiera
conocimientos, sino que también desarrolle habilidades críticas y capacidades
para el aprendizaje continuo.
2.2. Teorías del aprendizaje en la educación
superior
La educación superior,
como ente dinámico y en constante evolución, enfrenta desafíos y cambios que
son moldeados significativamente por las diversas teorías del aprendizaje que
fundamentan sus prácticas pedagógicas (Bennett, Lockyer
y Agostinho, 2018; Tapia, 2022; Ampuero, 2022).
En este escenario cambiante, resulta esencial investigar y comprender las
teorías del aprendizaje más relevantes en el ámbito de la educación superior
para desarrollar estrategias de enseñanza eficaces y fomentar un aprendizaje
significativo y profundo.
En el paradigma del
constructivismo, conceptualizado por Piaget en 1952 y posteriormente expandido
por Vygotsky en 1978, se contempla el aprendizaje como un proceso activo donde
los estudiantes construyen conocimientos nuevos a partir de sus experiencias
previas (Muhammad, 2020; Tapia, 2022, Ampuero, 2022).
Esta teoría encuentra su aplicación en la educación superior a través de
métodos como el aprendizaje basado en proyectos y el aprendizaje colaborativo.
Estas prácticas enfatizan la participación activa de los estudiantes en su
proceso educativo, permitiéndoles construir conocimiento mediante la
interacción con sus pares y su entorno.
Contrastando con el
constructivismo, el cognitivismo, se aleja del conductismo centrado en
respuestas a estímulos externos y se enfoca en los procesos mentales internos
durante el aprendizaje. Teóricos como Bruner en 1966 y Ausubel en 1968 resaltan
la importancia de la organización interna del conocimiento y de cómo la
información se procesa y almacena en la memoria (Bruning,
1983; Ausubel, 2000). En el contexto de la educación superior, esta
teoría se traduce en estrategias que promueven una organización efectiva del
conocimiento, como el uso de mapas conceptuales y métodos de enseñanza
orientados a una comprensión profunda de los contenidos (Zambrano et al., 2023).
Adicionalmente, el Aprendizaje
Basado en Problemas (ABP), introducido en programas de medicina en la
Universidad de McMaster en la década de 1960 (Servant-Miklos,
2019), representa una estrategia educativa centrada en el estudiante. En
esta metodología, se utilizan problemas complejos y realistas como punto de
partida para el aprendizaje, fomentando habilidades críticas como el
pensamiento crítico, la resolución de problemas y el aprendizaje autodirigido.
Por otra parte, la
teoría del aprendizaje socio-cultural de Vygotsky aborda el aprendizaje como un
fenómeno intrínsecamente social, influenciado significativamente por el
contexto cultural y social del individuo (Marginson y Dang, 2017).
En la educación superior, esta perspectiva implica una mayor consideración de
la diversidad cultural y social de los estudiantes, así como el reconocimiento
de la importancia del diálogo y la interacción social en el desarrollo
cognitivo.
Finalmente, el
conectivismo, emergiendo en el contexto de la era digital, sugiere que el
aprendizaje ocurre a través de redes y conexiones distribuidas, postulando que
el conocimiento reside no solo en el individuo sino también en su red social y
tecnológica (Chatti,
Jarke y Quix, 2010;
Clarà y Barberà, 2014). En la educación superior, el
conectivismo se manifiesta en el uso de tecnologías digitales para crear
comunidades de aprendizaje en línea y promover un aprendizaje colaborativo y
distribuido.
El Cuadro 2, ofrece un
análisis comparativo detallado de las principales teorías del aprendizaje en la
educación superior. Este cuadro comparativo, ofrece una perspectiva integral
sobre tres enfoques teóricos preeminentes en la educación superior: El Modelo
SAL (Student Approaches to Learning),
el Alineamiento Constructivo de Biggs, y el Enfoque Centrado en el Estudiante.
Cada uno de estos modelos contribuye con dimensiones distintivas y
complementarias al entendimiento del aprendizaje universitario.
Cuadro 2
Comparación
de teorías del aprendizaje en la educación superior
Teoría
/ Aspecto |
Modelo SAL (Student
Approaches to Learning) |
Alineamiento
Constructivo (Biggs) |
Enfoque
Centrado en el Estudiante |
Principios Fundamentales |
Se enfoca en cómo los estudiantes
abordan el aprendizaje y cómo esto impacta su rendimiento académico. |
Alinea los objetivos de aprendizaje con
las actividades de enseñanza y evaluación. |
Cambia el papel del profesorado de
transmisores de información a facilitadores del aprendizaje. |
Enfoque en el Aprendizaje |
Analiza los enfoques de aprendizaje
superficial y profundo de los estudiantes. |
Promueve un aprendizaje profundo a
través de una enseñanza coherente y orientada a objetivos. |
Fomenta un aprendizaje autónomo,
reflexivo y participativo. |
Rol del Docente |
Actúa como investigador del proceso de
aprendizaje del estudiante. |
Diseña y alinea el currículo y las
estrategias de evaluación con los objetivos de aprendizaje. |
Se convierte en un facilitador y guía
del proceso educativo, promoviendo la participación activa del estudiante. |
Rol del Estudiante |
Principal agente de su propio proceso de
aprendizaje, con enfoques que varían de superficial a profundo. |
Activo en el proceso de aprendizaje,
adaptándose a las estrategias de enseñanza alineadas. |
Activo y central en el proceso de
aprendizaje, con un enfoque en la construcción de su propio conocimiento. |
Aplicaciones Prácticas |
Útil para diseñar estrategias
pedagógicas que promuevan enfoques de aprendizaje más profundos. |
Aplicado en el diseño curricular y en la
planificación de la enseñanza para mejorar la comprensión y retención del
conocimiento. |
Aplicable en el diseño de experiencias
de aprendizaje interactivas y participativas, fomentando la responsabilidad
del estudiante en su aprendizaje. |
Fuente: Elaboración propia, 2024.
El Modelo SAL, centrado
en cómo los estudiantes abordan su aprendizaje, resalta la importancia de
reconocer las diferencias individuales en los métodos de aprendizaje. Chin y Brown (2000),
establecieron una distinción crucial entre el aprendizaje superficial y
profundo, sugiriendo que el enfoque adoptado por los estudiantes incide
significativamente en su rendimiento académico. La relevancia de este modelo se
evidencia en su capacidad para orientar el desarrollo de estrategias
pedagógicas enfocadas en promover un aprendizaje más profundo y significativo.
No obstante, como limitación, este modelo podría no considerar adecuadamente
los factores contextuales que también influyen en el aprendizaje.
En contraste, el
Alineamiento Constructivo de Biggs, busca mejorar la calidad del aprendizaje
universitario al alinear los objetivos de aprendizaje con las metodologías de
enseñanza y evaluación (Walsh, 2007; Wang et al.,
2013). Este enfoque integrador garantiza que todos los componentes del
proceso educativo se orienten conjuntamente hacia los mismos fines educativos,
favoreciendo un aprendizaje coherente y efectivo. A pesar de su eficacia
teórica, la implementación práctica de este modelo puede presentar
complejidades, particularmente en disciplinas con interpretaciones y enfoques
variados.
Por otra parte, el
Enfoque Centrado en el Estudiante, representa un cambio paradigmático en la
educación superior (Mendonça
et al., 2012; Damşa y De Lange, 2019). Este modelo sitúa al
estudiante en el centro del proceso educativo, fomentando una mayor autonomía,
reflexión y participación activa. Se modifica así el rol del docente, pasando
de ser un transmisor de información a un facilitador del aprendizaje, e implica
un rediseño curricular que promueva la participación activa y crítica de los
estudiantes. Aunque este enfoque puede incrementar sustancialmente la
motivación y el compromiso de los estudiantes, requiere una transformación
significativa en la cultura y las prácticas educativas actuales (Brinkmann, 2019).
2.3. Ventajas y desventajas de las teorías,
enfoques y modelos de aprendizaje universitario
En el ámbito del
aprendizaje universitario, diversas teorías, enfoques y modelos pedagógicos han
sido adoptados y adaptados para mejorar la experiencia educativa. Cada uno de
estos marcos teóricos ofrece ventajas y enfrenta desafíos inherentes a su aplicación,
los cuales son cruciales para comprender a fin de optimizar las estrategias de
enseñanza en la educación superior.
El Cuadro 3, que se
presenta a continuación, ofrece un análisis comparativo de las ventajas y
desventajas de tres enfoques teóricos fundamentales en la educación superior: El
Modelo SAL (Student Approaches to
Learning), el Alineamiento Constructivo de Biggs y el Enfoque Centrado en
el Estudiante. Cada uno de estos modelos proporciona perspectivas únicas sobre
el proceso de enseñanza-aprendizaje, enfocándose en diferentes aspectos del
entorno educativo y examinando su influencia en la efectividad del aprendizaje
universitario, proporcionando así una base para una discusión más profunda
sobre su aplicabilidad y eficacia en el contexto educativo contemporáneo.
Cuadro 3
Comparación
de enfoques teóricos en la educación superior
Aspecto / Modelo |
Modelo SAL (Student Approaches to Learning) |
Alineamiento Constructivo
(Biggs) |
Enfoque Centrado en el
Estudiante |
Ventajas |
§
Permite diferenciar entre enfoques de aprendizaje
superficial y profundo. §
Fomenta la comprensión de la variabilidad en el
rendimiento académico. |
§
Alinea objetivos de aprendizaje con métodos de
enseñanza y evaluación. §
Promueve un aprendizaje más coherente y profundo. |
§
Fomenta un aprendizaje autónomo y participativo. §
Coloca al estudiante en el centro del proceso
educativo. |
Desventajas |
§
Enfoque excesivo en la perspectiva del
estudiante, descuidando el contexto educativo. §
Puede no considerar adecuadamente los métodos de
enseñanza. |
§
Implementación compleja en ciertas disciplinas. §
Puede limitar la creatividad en la enseñanza y el
aprendizaje. |
§
Requiere un cambio significativo en la cultura y
prácticas educativas. §
Puede ser desafiante en contextos educativos
tradicionales. |
Influencia en la Efectividad del Aprendizaje |
§
Mejora la comprensión de las necesidades de
aprendizaje de los estudiantes. §
Puede requerir adaptaciones según el entorno
educativo. |
§
Asegura la coherencia educativa, pero necesita
flexibilidad en su aplicación. §
Efectivo cuando se integra con otros métodos y
enfoques. |
§
Mejora la motivación y el compromiso del
estudiante. §
Necesita apoyo institucional y formación docente
para su implementación efectiva. |
Fuente: Elaboración propia, 2024.
Como se puede observar,
el Modelo SAL se destaca por su enfoque en la diferenciación entre aprendizajes
superficiales y profundos de los estudiantes, lo que facilita una comprensión
más detallada de sus enfoques y estrategias de aprendizaje. Esta teoría es
fundamental para el diseño de estrategias pedagógicas que buscan mejorar la
calidad del aprendizaje universitario, adaptándose a las necesidades
individuales de los estudiantes. Sin embargo, una limitación inherente de este
modelo es su concentración en la perspectiva del estudiante, a menudo obviando
la influencia crucial del contexto educativo y las metodologías de enseñanza.
Esto puede resultar en una visión parcial de los procesos de aprendizaje, donde
factores ambientales y pedagógicos también juegan un rol significativo.
Por otra parte, el alineamiento
constructivo aborda la enseñanza y el aprendizaje desde una perspectiva
holística, alineando los objetivos de aprendizaje con las metodologías de
enseñanza y evaluación (Veiga
y García, 2016). Esta teoría subraya la importancia de
una coherencia interna en el proceso educativo, asegurando que los estudiantes
adquieran una comprensión profunda y significativa de los contenidos. Sin
embargo, una crítica común a este enfoque es su potencial rigidez, que podría
limitar la creatividad y la adaptabilidad en ciertas disciplinas o contextos
educativos. La aplicación estricta de este modelo puede no considerar las
necesidades específicas de ciertas áreas del conocimiento, lo que podría
restringir la innovación pedagógica y la adaptabilidad curricular (Fogleman, McNeill y Krajcik, 2011).
En relación con el
Enfoque Centrado en el Estudiante, este paradigma representa un cambio
significativo en la educación superior, colocando al estudiante como agente
central en su proceso educativo (Patria, 2012).
Este enfoque fomenta un aprendizaje autónomo y participativo, incentivando la
responsabilidad y el compromiso del estudiante en su formación académica (Wilcox, 1996; Ten Cate, Kusurkar
y Williams, 2011). Sin
embargo, su adopción implica retos considerables, especialmente en contextos
educativos tradicionales, donde se requiere un cambio sustancial tanto en la
cultura institucional como en las prácticas pedagógicas. La implementación de
este enfoque demanda una reestructuración de la dinámica docente-estudiante y
una revaluación de los métodos de enseñanza y evaluación.
Finalmente, cada uno de
estos modelos aporta elementos valiosos para la mejora del aprendizaje
universitario, ofreciendo distintas perspectivas y estrategias. Sin embargo,
enfrentan desafíos particulares en su aplicación práctica.
2.4. Paradigmas educativos en el aprendizaje
universitario
El constructivismo,
reconocido como un paradigma educativo significativo, postula que el
aprendizaje es una actividad activa donde los individuos forman conocimientos
nuevos a partir de experiencias anteriores y la interacción con su entorno (Candy, 1989; Mintzes, Wandersee
y Novak, 1997). Esta
teoría subraya el valor del contexto y la interacción social en el aprendizaje,
proponiendo que el conocimiento se desarrolla colectivamente mediante la
colaboración y el diálogo.
Por su parte, Piaget
identificó etapas de desarrollo cognitivo por las que los individuos pasan,
destacando la construcción activa de la comprensión del mundo a través de
experiencias prácticas. En el ámbito universitario, el constructivismo impulsa
metodologías didácticas que promueven la indagación y el aprendizaje basado en
proyectos, desafiando los roles convencionales de docentes y estudiantes para
favorecer un ambiente donde el docente guía más que instruye directamente (Núñez-Rojas et al., 2021; Aidoo et al., 2022).
Con referencia al Aprendizaje
Basado en Problemas (ABP), se destaca como una metodología educativa enfocada
en el estudiante, diseñada alrededor de la resolución de problemas complejos y
reales, preparando a los estudiantes para los desafíos del ámbito profesional (Smith et al., 2022). Esta aproximación pedagógica
fomenta habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas,
autogestión y competencias interpersonales, al posicionar a los estudiantes
como agentes activos en la solución de problemas. Brassler y Dettmers
(2017),
señalan que el ABP promueve un aprendizaje significativo mediante la
integración y aplicación de conocimientos interdisciplinarios; mientras que Kreijns, Kirschner
y Jochems (2003); y, Compte y Sánchez (2019), enfatizan su rol en estimular la investigación
independiente y el aprendizaje colaborativo.
La adopción del ABP en
la educación superior representa un cambio paradigmático respecto a métodos de
enseñanza más tradicionales, con docentes sirviendo como facilitadores del
proceso educativo, en lugar de ser meros transmisores de información (Kek y Huijser, 2017).
Este modelo incentiva una participación activa del estudiante en su aprendizaje,
aumentando su responsabilidad en el proceso educativo.
La eficacia del mismo
ha sido corroborada por estudios que destacan su impacto positivo en la
retención de conocimientos, la comprensión conceptual profunda y la preparación
para el aprendizaje autónomo y práctico (De la Puente
et al., 2019). Asimismo, se ha demostrado que el ABP es especialmente
beneficioso en el desarrollo de competencias transversales como el trabajo en
equipo, la comunicación efectiva y la toma de decisiones éticas, habilidades esenciales
en el mercado laboral contemporáneo (Parrado-Martínez y Sánchez-Andújar, 2020).
Finalmente, se tiene la
integración de tecnologías digitales en el aprendizaje, conocida como
aprendizaje mixto o blended learning,
la cual representa una convergencia entre la instrucción presencial y las
modalidades en línea, aprovechando lo mejor de ambos mundos para enriquecer la
experiencia educativa (Kumar et al., 2021).
Esta modalidad pedagógica combina la interacción cara a cara en el aula con
actividades de aprendizaje en línea, permitiendo una mayor flexibilidad,
accesibilidad y personalización del proceso educativo (Mullen,
2020).
El aprendizaje mixto se
sustenta en la premisa de que la tecnología puede potenciar el aprendizaje
activo y colaborativo, facilitando el acceso a recursos y contenidos
diversificados, así como la interacción entre estudiantes y docentes más allá
de los límites del aula tradicional (Barfi et al.,
2023; Trejos-Gil, 2024). Esta modalidad ha demostrado ser eficaz para
mejorar los resultados de aprendizaje, puesto que combina la eficacia del
contacto directo entre docentes y estudiantes con la riqueza de recursos
didácticos que ofrece el entorno digital (Limperos et
al., 2015).
2.5. Innovaciones
pedagógicas y tecnológicas
Las innovaciones pedagógicas
y tecnológicas han redefinido el entorno educativo, introduciendo herramientas
digitales y plataformas de aprendizaje que han hecho el proceso de enseñanza y
aprendizaje más interactivo y accesible (Moreira-Choez, Zambrano-Acosta y
López-Padrón, 2023). La
adopción de Sistemas de Gestión del Aprendizaje (LMS), como Moodle, Blackboard y Canvas, ha
transformado la metodología educativa, permitiendo a los educadores ofrecer
cursos más dinámicos y adaptativos, que apoyan un aprendizaje autónomo y personalizado
(Reid, 2019).
Herramientas como
simuladores, entornos virtuales de aprendizaje y juegos educativos han probado
su eficacia en enriquecer la comprensión de conceptos complejos, ofreciendo a
los estudiantes la posibilidad de practicar habilidades en escenarios que
imitan la realidad, lo cual respalda teorías de aprendizaje basadas en la
experiencia y la reflexión (Lamus et al., 2023).
Además, avances como la
inteligencia artificial y el aprendizaje adaptativo están personalizando la
experiencia educativa, adaptando contenidos y desafíos en función del desempeño
y progreso de cada estudiante, lo que resulta en una mayor eficiencia del
aprendizaje (Rane, Choudhary
y Rane, 2024). La
expansión de los Recursos Educativos Abiertos (REA) y los Cursos Online Masivos y Abiertos (MOOCs), ha
democratizado aún más el acceso a la educación, permitiendo a individuos de
cualquier lugar acceder a una amplia gama de oportunidades educativas,
promoviendo un compromiso continuo con el aprendizaje a lo largo de la vida (Alevizou, 2015).
2.6. Educación
Abierta y a Distancia
La educación abierta y
a distancia se ha consolidado como un elemento clave en el escenario educativo
actual, expandiendo el acceso a la educación superior gracias a su flexibilidad
espacial y temporal, facilitada por las tecnologías digitales (Dede, 1996). Esta modalidad representa un avance
hacia la inclusividad y accesibilidad en la educación, permitiendo a
estudiantes de diversos contextos, incluidos aquellos con empleo a tiempo
completo, residencia en zonas remotas o compromisos familiares, acceder a
recursos educativos de calidad sin las barreras geográficas habituales (Kenyon, 2011).
No obstante, la
implementación generalizada de la educación a distancia introduce desafíos
notables, tales como la demanda de autodisciplina y habilidades de gestión del
tiempo en un marco de aprendizaje donde el contacto directo y el apoyo
presencial son escasos (Miertschin, Goodson
y Stewart, 2012). La
brecha digital también emerge como un desafío significativo, impidiendo el
acceso equitativo a la tecnología y a conexiones de internet fiables para todos los estudiantes (Kvasny y Keil, 2006).
Además, la interacción
social y la construcción colaborativa del conocimiento enfrentan obstáculos en
la modalidad a distancia. A pesar de que las plataformas digitales ofrecen
medios para la comunicación síncrona y asíncrona, replicar la profundidad de
las interacciones personales en un ambiente virtual constituye un reto
persistente.
2.7. Desafíos contemporáneos en el aprendizaje
universitario
En primer lugar, la
adaptación a la diversidad y la inclusión emergen como un desafío esencial para
las universidades frente a una demografía estudiantil diversificada. Este reto
abarca el reconocimiento y la adaptación efectiva a las variadas
características de los estudiantes, incluyendo etnia, género, edad y capacidad,
mediante enfoques pedagógicos ajustados, currículos inclusivos y servicios de
soporte adecuados (Mugambi, 2017). La
implementación exitosa de estrategias de diversidad e inclusión no solo mejora
el ambiente de aprendizaje, sino que también prepara a los estudiantes para un
mundo globalizado (Haigh, 2002).
Seguidamente, el
desarrollo de competencias para el siglo XXI representa una prioridad en la
educación superior, respondiendo a las exigencias de un entorno laboral y
social en permanente cambio. Las instituciones universitarias enfrentan el
desafío de complementar la enseñanza de conocimientos específicos con la
promoción de habilidades transversales, esenciales para la resolución de
problemas complejos, la adaptación a innovaciones rápidas y la colaboración en
contextos variados (Pinargote-Macías et al., 2022; Villalobos, Martelo y Franco, 2023).
Entre las habilidades
fundamentales se destacan el pensamiento crítico, la creatividad, la
alfabetización digital, la comunicación efectiva y la autogestión, que juntas
equipan a los estudiantes para generar soluciones innovadoras, manejar
información críticamente y trabajar armónicamente en equipos diversificados (Osmani, Weerakkody e Hindi, 2017; Pedraja-Rejas y Rodríguez,
2023).
Por último, la
incorporación de la sostenibilidad y la responsabilidad social en la educación
universitaria emerge como un pilar esencial para equipar a los profesionales
con la capacidad de abordar los desafíos actuales mediante un compromiso ético
con el medio ambiente, la economía y la sociedad. Esta estrategia excede la
mera transmisión de conocimientos disciplinares para abrazar una comprensión
amplia de los principios de desarrollo sostenible y fomentar una actitud
crítica ante las consecuencias éticas de las decisiones y acciones
profesionales (Kagawa, 2007).
La promoción de un ethos de sostenibilidad, prepara a los
estudiantes no solo para contribuir eficazmente a resolver problemas globales,
como el cambio climático y la desigualdad social (Sonetti, Brown
y Naboni, 2019), sino
también para tomar decisiones éticas y responsables en su vida profesional,
mediante currículos que integren la sostenibilidad y utilicen metodologías como
el aprendizaje basado en proyectos y el análisis de casos (Birdman, Wiek y Lang, 2022).
Conclusiones
La educación
universitaria ha experimentado una evolución significativa, marcada por un
tránsito desde un modelo centrado en el docente y la transmisión de
conocimientos hacia un enfoque más centrado en el estudiante y el aprendizaje
activo. Esta transformación es una respuesta a las necesidades emergentes de
una sociedad globalizada y a los avances tecnológicos, reflejando la necesidad
de una educación superior que no solo transfiera conocimientos, sino que
también desarrolle habilidades críticas y capacidades para el aprendizaje
continuo.
En este contexto, el
estudio ha examinado tres enfoques teóricos significativos en la educación
superior: El Modelo SAL (Student Approaches
to Learning), la Teoría del Alineamiento Constructivo de Biggs y el Enfoque
Centrado en el Estudiante, cada uno de los cuales aporta dimensiones
distintivas y complementarias al entendimiento del aprendizaje universitario.
El Modelo SAL, destaca
por su enfoque en cómo los estudiantes abordan su aprendizaje, subrayando la
importancia de reconocer las diferencias individuales en los métodos de
aprendizaje. Este modelo orienta el desarrollo de estrategias pedagógicas
enfocadas en promover un aprendizaje más profundo y significativo. No obstante,
podría no considerar adecuadamente los factores contextuales y las metodologías
de enseñanza, lo que limita su alcance.
Por su parte, el
Alineamiento Constructivo de Biggs busca mejorar la calidad del aprendizaje universitario
al alinear los objetivos de aprendizaje con las metodologías de enseñanza y
evaluación. Este enfoque integrador favorece un aprendizaje coherente y
efectivo, aunque su implementación puede presentar complejidades en disciplinas
con interpretaciones y enfoques variados.
El Enfoque Centrado en
el Estudiante, introduce un cambio paradigmático en la educación superior,
poniendo al estudiante en el centro del proceso educativo. Promueve una mayor
autonomía, reflexión y participación activa, pero requiere una transformación
significativa en la cultura y las prácticas educativas actuales.
Finalmente, las
ventajas y desventajas identificadas en estos modelos indican que cada uno
presenta retos en su aplicación práctica. Una integración efectiva de estos
enfoques en un marco pedagógico cohesivo y flexible podría proporcionar
soluciones más completas y adaptadas a las necesidades específicas de los
estudiantes y a los contextos educativos contemporáneos. La clave para un
impacto positivo en la educación superior radica en una implementación
reflexiva y adaptativa que considere tanto las fortalezas como las limitaciones
de cada enfoque, ofreciendo así un paradigma más holístico y flexible para
enfrentar los desafíos de la educación en el siglo XXI.
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* Doctora en Ciencias
Contables y Financieras. Docente de la Carrera de Contabilidad y Auditoría de
la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas en la Universidad Técnica
de Manabí, Portoviejo, Manabí, Ecuador. E-mail: elisa.zambrano@utm.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1750-266X
** Doctora en Ciencias Económicas.
Docente de la Carrera de Economía de la Facultad de Ciencias Administrativas y
Económicas de la Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, Manabí, Ecuador. E-mail: lucia.loor@utm.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3791-6576
*** Magister en Administración
Tributaria. Docente de la Carrera de Contabilidad y Auditoría de la Facultad de
Ciencias Administrativas y Económicas en la Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo,
Manabí, Ecuador. E-mail: veronica.mendoza@utm.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2937-4052
**** Doctorante de la Universidad de Piura, Piura, Perú.
Magister en Contabilidad y Auditoría. Docente de la Carrera de Contabilidad de
Auditoría de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas en la
Universidad Técnica de Manabí, Portoviejo, Manabí, Ecuador. E-mail: martha.velasquez@utm.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1910-0223
Recibido: 2024-05-10 · Aceptado:
2024-07-28