Los reparos petroleros y el interés nacional (El caso de Venezuela). Testimonio
Resumen
La posición del Ejecutivo Nacional, de llegar a un acuerdo con las ex-concesionarias de hidrocarburos en cuanto se refiere al monto de los reparos petroleros, tiene incidencias de principios para el país. Por encima del hecho económico, circunstancial, pragmático, debe estar la defensa de los genuinos intereses nacionales. ¿En qué consisten los reparos petroleros? Veamos a qué se refieren para así poder emitir un juicio sobre la naturaleza del problema que vamos a tratar. No hay dudas, desde ningún punto de vista, que la fijación de los precios del petróleo estaba totalmente administrada por las ex -concesionarias, por las casas matrices de las cuales dependían las sucursales, las empresas subsidiarias que operaban en Venezuela. En 1958, cuando se modificó la Ley del Impuesto sobre la Renta, elevando la tasa impositiva a las compañías petroleras y del hierro al 45 por ciento, las compañías petroleras, inmediatamente ejercieron todo tipo de presión para tratar de demostrarle al Estado venezolano que como no se les había consultado una medida de esa naturaleza, ellas iban a comprobar en los hechos, que el fisco nacional recibiría menos recursos financieros que con la tasa anterior, de acuerdo a la Ley del Impuesto sobre la Renta. Lamentablemente para el país, esa decisión de las empresas petroleras se cumplió. Una de las formas como presionaron fue disminuyendo el precio del barril de petróleo. Como Venezuela depende fundamentalmente de la actividad petrolera: en sus ingresos fisca les en el orden del 65 al 70 por ciento; al PTB con el 30 por ciento, en promedio; ya los ingresos de divisas -originados por concepto de exportación- alrededor del 85 o el 90 por ciento, indudablemente que una baja en los precios del petróleo, deducidos de esos ingresos los costos correspondientes, la masa gravable, la masa a pechar, será inferior, derivándose de allí menos ingresos, menos impuestos para el Estado Venezolano. El precio del petróleo lo administraban las propias compañías petroleras, y, a su vez, eran ellas las que informaban los precios de venta, de acuerdo a su conveniencia y, por supuesto, con fines fiscales. Era la época de los llamados precios de cotización, realización y regalía. El Estado venezolano no tenía ninguna participación en la fijación de los precios del petróleo.