NOTAS Y DEBATES DE ACTUALIDAD

UTOPÍA Y PRAXIS LATINOAMERICANA. AÑO: 22, n°. 78 (JULIO-SEPTIEMBRE), 2017, PP. 135-152 REVISTA INTERNACIONAL DE FILOSOFÍA Y TEORÍA SOCIAL

CESA-FCES-UNIVERSIDAD DEL ZULIA. MARACAIBO-VENEZUELA.


¿De la Democracia a la Demoeleuthería?


From Democracy to demoeleutheria?

Carlos ALONSO REYNOSO

Centro Universitario de Ciencias Sociales de la Universidad de Guadalajara, México.


Resumen


Una revisión de planteamientos teóricos en torno a los problemas de la democracia y de algunas búsquedas para nombrar diversas experiencias colectivas que han venido surgiendo como los movimientos de nuevo tipo aparecidos en la segunda década del siglo XXI, y en particular del que en la primavera de 2016 se ha presentado con el nombre de Noche en pie, conduce al interrogante si la democracia no ha sido otro de los grandes despojos del capitalismo financiero corporativo, y que las experiencias que de autonomía comunitaria que han ido pululando, convendría nombrarlas con otra conceptualización.

Palabras clave: democracia; posdemocracia; movimiento; demoeleuthería.

Abstract


A review of theoretical approaches about the problems of democracy and some searching to describe some collective experiences that have been emerging as the new type kind of movement that appeared in the second decade of the century, particularly the one that emerged in spring 2016 and has been presented with the name of “Night standing”. It leads to ask the question whether if democracy has not been another major divestiture of corporate financial capitalism, and if that the experiences of community autonomy that have been milling around should have another conceptualization.

Keywords: democracy; post-democracy; movement; demoeleuthería.


Recibido: 13-11-2016 ● Aceptado: 19-03-2017


LA DEMOCRACIA EN EL BANQUILLO

Sobre la democracia se ha escrito y debatido mucho. Se ha examinado como procedimiento electoral o como forma de afincar bienestar social ampliando derechos y participación. Se ha examinado su traducción con parámetros que han medido la calidad de la misma. Se ha hecho ver que hay una concepción hegemónica en torno a la democracia o una vertiente alternativa que destaca la demodiversidad. No obstante, lo más relevante en la segunda década del siglo XXI ha sido el desencanto creciente en torno a la democracia1.

Hay quienes plantean que política y democracia van juntas, que la lucha política es por el reconocimiento de la propia voz, de ser un interlocutor legítimo; y que la política antidemocrática lo que busca es la despolitización2. Žižek ha confesado no haberse hecho ilusiones en torno a la democracia occidental, pues la tendencia a largo plazo del orden existente es hacia la catástrofe3. Una pregunta que ha ido avanzando por qué en el momento en que impera la democracia, la violencia se ha multiplicado en formas muy variadas y en tal grado que no tiene precedente en la historia, y se recuerda que el nazismo llegó por la vía electoral para perpetrar sus crímenes4 . Por su parte Prada5 a hecho ver que las elecciones no garantizan el autogobierno del pueblo, pues los votos se dan en una estructura de votación condicionada por las verdaderas redes de poder que terminan direccionando las tendencias masivas de votantes. Los grandes consorcios manejan lo electoral por medio del dinero. Y todos los mecanismos que se dicen de participación se encuentran inmersos en el imperio de dichas redes de poder6.

Para el pensador Rancière la política aparece desde el momento en que existe la esfera de la apariencia de un sujeto pueblo del que lo propio es ser diferente de sí mismo, apariencia que oculta la realidad. También se habla del poder del pueblo lo cual se extiende a esa esfera del aparecer. No es que haya por una parte un pueblo ideal y por otro lado el pueblo de los talleres y los barrios. Lo que existe es una distancia entre la inscripción igualitaria de la ley y los espacios donde la desigualdad es ley. La democracia consensual es la forma idílica de ver la política y en realidad conjunta términos contradictorios. Hay quienes prefieren hablar de posdemocracia en donde la democracia renunciaría a postularse como poder del pueblo. Lo que sucede en la vida real es una degradación de la representación, porque esa democracia es un simulacro. La política llega a ser el arte de las deducciones torcidas7. Planteaba O’Donnell que debería hacerse una severa crítica al funcionamiento de la democracia, pero recomendaba realizar una crítica democrática a la democracia, pues no debían olvidarse los horrores de los regímenes autoritario8. Criticó Bobbio la degeneración de la democracia por la prepotencia de las oligarquías económicas. Bobbio también se quejaba de que el dinero fuera un factor esencial para ganar elecciones, y que se hubiera convertido a los votos en una mercancía más. La democracia había degenerado en una demagogia oligárquica. El abrazo del sistema político democrático con el sistema económico capitalista había sido mortal. Las elecciones se han vuelto objeto de compra venta de votos


  1. PRECIADO, J (Coord.,) (2015). Teorías y debates sobre la democracia participativa en la ciencia política contemporánea,

    Guadalajara, Universidad de Guadalajara.

  2. ŽIŽEK, S (2010). En defensa de la intolerancia. Madrid: Público.

3 ROGGERONE, S (2016). “Entrevista a Slavoj Žižek”, Metapolítica, n°. 93, abril-junio, pp. 6-11.

  1. GERENA, L (2016). “Violencia en la democracia”, Metapolítica, n°. 93, abril-junio, pp. 28-29.

  2. PRADA, R (2016). “¿Cómo funciona la democracia representativa?”, [versión electrónica] consultada el 25 de mayo de 2016,

    disponible en: http://www.bolpress.com/art.php?Cod=2016010707

  3. Este texto, inspirado en planteamientos de: ALONSO, C & ALONSO, J (2015a). En busca de la libertad de los abajo: la demoeluthería, México: Universidad de Guadalajara, los ahonda y realiza nuevas indagaciones.

  1. RANCIÈRE, J (2012). El desacuerdo. Buenos Aires: Nueva Visión.

  2. O’DONNELL, G (2007). Disonancias. Buenos Aires: Prometeo.


    en muchas modalidades. El dinero se sitúa en los lugares más importantes a la hora de decidir el éxito de los procesos electorales9. Ha señalado Rosanvallon que, dejado a sí mismo, el gobierno electoral- representativo tiende a transformarse en aristocracia electiva10. Constata la rápida erosión de confianza hacia los representantes. Ha precisado que esta desconfianza es un gesto auténticamente político. Si los ciudadanos frecuentan menos las urnas no es porque se hayan hecho pasivos. Se manifiestan de múltiples formas, y la misma desconfianza es una manera de manifestar su crítica a la situación de cosas. La desconfianza hacia los políticos y sus instituciones se traduce en un conjunto de prácticas de sobrevivencia por medio de la cual la sociedad ejerce poderes de corrección y presión. Esa desconfianza constituye un campo de experiencias de sobrevivencia que se traduce en actividades multiformes. Hay intervenciones ciudadanas que buscan corregir los olvidos, las relajaciones y las desviaciones del poder. Los ciudadanos sancionan a los gobernantes no sólo en las urnas, sino en los sondeos, en la presión de los medios, en las manifestaciones, en los recursos ante la justicia. Todo esto no son expresiones opuestas a la democracia en sí misma, sino a esa democracia degradada, a la de democracia que han usurpado los poderes fácticos. Esos actos muestran que también es democracia la capacidad de lucidez colectiva para arbitrar, decidir y construir un futuro común en el largo plazo. Su expresión no es institucional sino de prácticas plurales de auscultación permanente. No obstante, Rosanvallon no deja de percibir que dichas expresiones pudieran desembocar en la impolítica, dado que sentimientos de impotencia y de crisis de sentido se nutren mutuamente.

    Tratar de reencontrar la potencia que le es propia a la democracia es una aspiración que confiesa Rancière, porque no es ni esa forma de gobierno que permite a la oligarquía reinar en nombre del pueblo, ni esa forma de sociedad regida por el poder de la mercancía. Para él la democracia es la acción que sin cesar arranca a los gobiernos oligárquicos el monopolio de la vida pública y a la riqueza la omnipotencia sobre la vida de los humanos. No deja de constatar que las leyes y las instituciones de la democracia formal son las apariencias bajo las cuales ejerce el poder la dominación. Tal vez una pista sería buscar espacios donde la libertad y la igualdad no estén representadas en las instituciones estatales sino encarnadas en las formas de vida de la gente. Este autor llega a decir que la democracia no es ni una sociedad por gobernar, ni un gobierno de la sociedad, y tampoco una forma de Estado. Considera que la democracia se encontraría en otro plano, pues lo que organiza a las sociedades es el juego de las oligarquías. Reflexiona que estrictamente hablando no existe ningún gobierno democrático porque los gobiernos son ejercidos por una minoría sobre la mayoría. Insiste en que la representación es una forma oligárquica: una representación de minorías poderosas, de un título para ocuparse de los asuntos comunes. Profundizando en la democracia plantea que un sistema representativo pudiera llamarse democrático si los mandatos son cortos, no acumulables, no renovable, si las campañas son reducidas en tiempos y en gastos. Pero lo que aparecen son los males de la democracia por el insaciable apetito de los oligarcas. En el debate que sostiene consigo mismo nos dice que la democracia es el eufemismo que designa un sistema de dominación. Nos recuerda que las palabras sirven para enredar las cosas, y que la batalla por las palabras es indisociable de la batalla por las cosas. Existe un doble discurso de la democracia. Se nos había dicho para consolarnos que la democracia era el peor de los gobiernos con excepción de todos los demás. Se apelaba a la democracia de los poderosos para supuestamente democratizar por medio de las guerras. Y lo peor sucede con los argumentos de que la democracia se corrompe cuando se quiere que todos sean iguales y al mismo tiempo se respeten las diferencias. Destaca que lo propio de nociones políticas como democracia no consiste en que sean polisémicas,


  3. BOBBIO, N & VIROLA, M (2002). Diálogo en torno a la República, Barcelona: Tusquets.

  1. ROSANVALLON, P (2000). La democratie inachevée. París: Gallimard.


    sino que son objeto de lucha, una lucha por la apropiación de las palabras11. Apunta Rancière, que hablar de posdemocracia no consiste en definir un concepto de democracia en la edad del post, sino una manera de desplazar lo que es el presente manifiesto de la democracia. Un nombre es un operador de desplazamiento, y las lógicas de desplazamiento obligan a seguir las recomposiciones de la lógica dominante. La posdemocracia supone un consenso identificado con lo gubernamental que responde a una lógica policial. La posdemocracia surge de una mezcla de lo científico y lo mediático (los expertos y las encuestas) donde pueblo y población se unifican en la llamada opinión pública. Predominan lo jurídico y estatal pero subordinados a lo económico. La posdemocracia sería esa democracia sin demos que es sustituido por una aristocracia tecnocrática y la soberanía popular es suplantada por una soberanía del mercado12. Pero esto no sucede sin resistencias populares. La emancipación es la construcción de cierto tipo de independencia que pasa por estrategia de subsistencia, una manera de vivir de modo diferente al que percibe el sistema13.


    ATISBAR LA DEMOCRACIA DESDE OTRO MIRADOR

    Remitiéndose a que actualmente en Argentina y Brasil hay decenas de empresas recuperadas y algunas bajo control obrero, Gaudichaud14 considera que este contrapoder progresivamente se transforma en apropiación social democrática, reivindicando la horizontalidad de la democracia, la lucha contra el patriarcado, el derecho a la ciudad, nuevas formas de producción agrícolas, etc. Para este autor la comuna mexicana de Oaxaca en 2006 fue una experiencia clave de poder popular en siglo XXI, porque ahí se afirmó un nivel de democracia desde abajo, popular-indígena y sindical excepcional, seguramente la primera Comuna de nuestro siglo, un poco como lo fue la de París a fines del siglo XIX. Ha visto que en el Cauca colombiano se desarrolla una experiencia indígena original, con rotación de mando, control de la producción, de la alimentación y agroecología: un biopoder alternativo, una potencia constitutiva hecha de autogestión, autoorganización, con capacidad de controlar sus propias vidas, alimentarse, sin depender de las instituciones de arriba. Al zapatismo chiapaneco lo considera una utopía concreta esencial de nuestros días. Alude a la resistencia de Conga en Perú frente a la multinacional Yanacocha. Recapitula que son muchas las experiencias por lo que habría que tener cierto optimismo para el futuro. No obstante, acepta que ninguna de esas experiencias puede evadir la discusión estratégica sobre cómo ese poder popular constituyente local construye también capacidad de cambiar la sociedad y proponer un proyecto-país alternativo anticapitalista.

    Insiste Gaudichaud en que existen varias prácticas muy ricas de poder popular comunitario que se deben valorar y recalca que una de las más emblemáticas en América Latina, sigue siendo la de los zapatistas que conmemoraron veinte años de resistencia a una escala territorial importante; pues han demostrado que sí se puede terminar con formas de organización autoritarias y construir otras formas de vida, defender los bienes comunes desde la comunidad y las subjetividades indígenas, con una visión y práctica del poder más respetuosa, más democrática en el sentido real y subversivo de la democracia: más horizontal, con rotación de mando, control de la base social sobre sus dirigentes, con “consejos de buen gobierno”, etc. Aunque advierte que la situación social y política en el resto de México no ha mejorado, sino que se sigue degradando; además la pobreza, la explotación del trabajo y la violencia


  2. RANCIÈRE, J et al. (2010). Democracia en suspenso. Madrid: Casus Belli.

  3. GOLDENBERG, J (2016). “Desde la antigua Grecia, la deuda fue un instrumento de dominación y siempre muy brutal”, [versión

    electrónica] consultadael 1 dejuniode 2016, disponibleen: http://www.pagina12.com.ar/diario/dialogos/21-296141-2016-04-04.html

  4. RANCIÈRE, J (2014). El método de la igualdad. Buenos Aires: Nueva Visión Argentina.

  5. GAUDICHAUD, F (2015, “Poder popular, Estado y luchas sociales”, CETRI, enero, disponible en: http://www.cetri.be/Poder- popular-Estado-y-luchas?lang=fr


    aumentan. Aduce que el narcoestado mexicano implica niveles de descomposición social tales que ha sido posible desaparecer 43 estudiantes en Iguala en toda impunidad y con la colaboración del alcalde del Partido de la Revolución Democrática, partido que se supone de centro izquierda. Gaudichaud precisa que eso es sólo la parte visible del problema, pues son decenas de miles los asesinatos y las desapariciones en los últimos años lo cual implica una verdadera guerra interna. Esto lo lleva a plantear la importancia y urgencia de la discusión estratégica sobre el tema de cómo “cambiar el mundo” tomando colectivamente el poder.

    Reconoce Gaudichaud que la noción de poder popular como las conceptualizaciones de democracia, de revolución, de libertad o de muchos otros elementos centrales de la política son amplias y flexibles. Recalca que el concepto de poder popular es potente, pero requiere de discusión y sobre todo de definición. Remitiéndose a García Linera en Bolivia plantea que el debate sobre el poder popular se inscribe en la discusión estratégica sobre relaciones y modo de producción, modelo de acumulación y escenario anticapitalista. No obstante, precisa que el Vicepresidente boliviano por su posición actual, se sitúa más desde el poder constituido estatal que desde la construcción del poder comunal y sindical, que ha defendido como sociólogo marxista heterodoxo en el grupo Comuna (un grupo de intelectuales bolivianos muy sugerente).

    Recomienda Gaudichaud recuperar el “principio esperanza” de Ernst Bloch y reivindicar el concepto de “utopía concreta” lo cual se necesita demostrar desde la praxis, no sólo anunciar, teorizar o marchar en las calles. El desafío, dice, es señalar hoy lo que podemos comenzar a construir mañana a otras escalas. Los trabajadores pueden ocupar la fábrica y ejercer democráticamente la producción. Los zapatistas en Chiapas pueden repeler al ejército y al mismo tiempo construir Caracoles, se pueden crear medios de comunicación alternativos y comunitarios. Considera que esas muestras concretas a veces se han menospreciado, porque no apuntan a una experiencia inmediata de doble poder o de “toma del poder”. Pero Gaudichaud señala que esas experiencias son importantes, “prefigurativas”, y permiten que algo se practique; que, a pesar de las equivocaciones, se reconozcan todas las dificultades que se tienen por delante, y se valoren las fuerzas y potencialidades colectivas. Subraya que son experiencias para ir más allá, hacia luchas más globales contra el Estado, el capital, el imperialismo, el patriarcado, en un pensamiento dialéctico entre lo de abajo y lo de arriba donde la transformación social es fundamental. Invita a evitar la dicotomía entre un movimiento de “indignados” sin organización política, ni programa versus la defensa acrítica de la razón de estado por funcionarios de ministerios e intelectuales orgánicos del social-liberalismo o progresismo “light”.

    Se refiere Gaudichaud al movimiento de indignados y de “los ocupa” cuya influencia ha atravesado toda América Latina y horizontes europeo. Siguen los debates sobre partido o movimiento, sobre el Estado, la violencia (cómo se ejerce la violencia de los de arriba y cómo debe haber autodefensa de los de abajo). Remite Gaudichaud a la rica reflexión sobre la relación entre el “poder hacer” (potentia) y el “poder sobre” (potestas) que inauguran John Hoyosa y Raúl Zibechi. Acepta que con una visión a veces fetichista de lo social y del zapatismo, Holloway afirma que hay que crear potentia y rechazar el potestas, y crear rebeldías por fuera del Estado. Por su parte Zibechi con base en sus observaciones de diversas experiencias ve más la necesidad de luchas por “los intersticios” del Estado y las “grietas” del sistema, para “disolverlo” o incluso “dispersarlo”. Destaca que Zibechi tiene un acercamiento original y creativo sobre emancipaciones y resistencias en América Latina, rescatando la fuerza de la trilogía territorio-autogobierno-autonomía; que en su análisis participativo de varios movimientos logra subrayar con claridad elementos e ideas-fuerzas comunes, entre los cuales se encuentran el arraigo territorial de los movimientos y el espacio en donde se crea comunidad, la autonomía como forma de organización frente a prácticas clientelares del Estado y de los partidos, el componente cultural, las identidades descolonizadoras de las luchas, el papel esencial de las mujeres y la relación con la


    naturaleza y el medio ambiente. Sin embargo, Gaudichaud piensa que no basta eso de luchar desde las grietas del sistema o desde la posible “disolución” del Estado porque toda política de emancipación tiene que combinar potentia y potestas, “poder hacer” y “poder sobre”, movimientos sociales y formas de organizaciones políticas. Afirma que, para controlar y poner en jaque a las fuerzas reaccionarias y hostiles al cambio, es indispensable organizarse, alcanzar niveles mínimos de institucionalización e incluso de violencia plebeya frente a los dominantes. Un movimiento de emancipación masivo que pretende “cambiar el mundo” de manera revolucionaria debe tener una organización. Está de acuerdo en superar la “mitología” de una posible desaparición rápida del Estado y de la instauración de una democracia directa en una sociedad idílica sin conflictos. Argumenta que los desastres autoritarios del siglo XX nos obligan a (re)pensar la democracia y la afirmación de la política (y su mediación) como momento clave específico. Es defensor de que no se puede disolver o subsumir lo político en lo social, como tampoco se puede dejar de reflexionar sobre las futuras formas institucionalizadas de una posible democracia autogestionaria, acompañada de sus derechos democráticos fundamentales y de indispensables formas de representación popular (asambleas constituyentes y asambleas de los movimientos sociales, mecanismos de control desde abajo, formas de participación y deliberación populares, derecho de voto universal y proporcional, etc.). En esta línea reflexiona que el zapatismo, aunque no consiguió disolver totalmente el Estado, creó nuevas formas de institucionalidad, basadas en los bienes comunes, en la autonomía comunitaria y en una democracia radical de autogobierno. Volviendo a Holloway, le da la razón en que ponga el acento en los avances del zapatismo y su creatividad frente a todos los dogmatismos. Está de acuerdo en que la emancipación es también emanciparse del Estado. Sin embargo, basándose en las críticas de Atilio Borón a las teorías de Holloway, y dejando en claro que acepta que lo ideal sería crear ahora ya una sociedad democrática sin Estado, Gaudichaud piensa que frente a la urgencia global del desastre capitalista actual y estando a pocos pasos de un colapso ecológico planetario, habría que pensar formas de transición, tener un programa táctico concreto y un agenda estratégica que no proclame la “disolución” del Estado burgués, sino una construcción de largo plazo y rupturas sucesivas, en “revolución permanente” hacia una democracia autogestionaria libertaria, un mundo en que quepan todos los mundos (un lema zapatista). Llama a pensar y elaborar juntos este largo plazo de la emancipación poscapitalista, posdesarrollista y pospatriarcal. Ve la urgencia de proponer vías no-burocráticas y no-autoritarias para democratizar radicalmente el Estado y -al mismo tiempo- “revolucionar” la sociedad, que todos tomemos y transformemos el poder. Vuelve a la necesidad de encontrar los caminos de una democracia de comunas autogestionadas, basada efectivamente en la libertad individual y la autonomía colectiva, la autodeterminación y la participación política plena de hombres y mujeres libres, la distribución del trabajo emancipado del yugo del capital y con derecho al ocio, a la cultura, a la diversidad sexual, respetando la naturaleza, etc. Pero en esa discusión habría que cuidarse de los atajos de la antipolítica, del antipoder, de “la ilusión de lo social”. Ante la pregunta de qué herramientas existen para enfrentar el imperialismo, las multinacionales, las oligarquías, el patriarcado, los golpes de Estado, etc., acepta que eso no basta sólo con autogestión local y diversas experiencias de “poder hacer”; que se necesitan también herramientas políticas y estrategias concretas de transición global. En este contexto considera que los partidos y movimientos políticos pueden servir de “acelerador estratégico”. Recalca que hay que evitar el fetichismo de la organización o culto del líder, que hay que asumir y criticar el riesgo burocrático o electoralista, que hay que adoptar medidas estrictas de control de las directivas, referéndums revocatorios, paridad de género y rotación de mandos, que hay que terminar con la profesionalización de la política, el vanguardismo, el machismo y el autoritarismo. No obstante, los retos de las urgentes transformaciones llevan a buscar alternativas más allá del capitalismo, del desarrollismo y del Estado liberal/(pos)colonial, sacando lecciones esenciales del siglo pasado y de la traumática experiencia estalinista. Esto porque la lucha por la construcción


    de una sociedad poscapitalista tiene que responder a retos y exigencias que superan en mucho los imaginarios de la transformación social de los últimos dos siglos, y muy especialmente los del socialismo del siglo pasado, porque una sociedad poscapitalista en el siglo XXI debería ser necesariamente una sociedad que cuestionara los mitos del progreso y asumiera la transición en dirección de una sociedad del posdesarrollo, de la construcción democrática de una sociedad democrática. Es partidario de un ecosocialismo indo-afro-latinoamericano, feminista, decolonial, del buen vivir. Precisa que habría que entender el ecosocialismo como una reorganización del conjunto de modos de producción y de consumo basada en criterios exteriores al mercado capitalista: las necesidades reales de la población y la defensa del equilibrio ecológico. Sostiene que esto significa una economía de transición al socialismo ecológico, en la cual la propia población –y no las «leyes de mercado» o un Buró Político autoritario– decidan, en un proceso de planificación democrática, las prioridades y las inversiones. Recapitula que esta transición conduciría no sólo a un nuevo modo de producción y a una sociedad más igualitaria, más solidaria y más democrática, sino también a un modo de vida alternativo, una nueva civilización ecosocialista más allá del reino del dinero y de la producción al infinito de mercancías inútiles. Y concluye apuntando que para eso hay que inventar, intentar, errar, experimentar, luchar, pensar y volver a soñar para crear un poder popular15.


    ¿PROSEGUIR CON EL CONCEPTO DE DEMOCRACIA?

    En una publicación en la que participaron varios autores como Rancière, Alain Badiou, Daniel Bensaïd y Slavoj Žižek, mientras algunos invitaban a dotar al término democracia de un nuevo sentido radical, otros aconsejaban abandonar ya dicho término. Se denunció a la democracia como mera técnica de gobierno, como algo monopolizado por los partidos, como la banalización de lo electoral, como forma de legitimación de la mercantilización, y también se hizo la invocación a encaminarse a crear formas de lo común que no fueran algo estatal. Dicho escrito remite a la clásica pregunta de Alicia si se podía hacer que las palabras significaran tantas cosas diferentes, pero la pista andaría en lo que fue la respuesta: había que saber quién era el que mandaba16. Por esto mismo se tendría que buscar una solución en los movimientos de resistencia frente al Estado y al capital, en la confrontación del pueblo con lo institucional que en el fondo es lo policial17. Un reconocido especialista en los estudios de la democracia, Sheldon Wolin, ha llamado la atención acerca de la entronización de un “totalitarismo invertido” centrado en el poder corporativo y en la desmovilización política ciudadana. El poder corporativo es el que manda18. Repudiando esto han surgido algunos movimientos de nuevo tipo.


    EL MOVIMIENTO FRANCÉS Noche en pie

    Los movimientos de la segunda década del siglo XXI han enfatizado su hartazgo y rechazo a la democracia existente. Desde finales de marzo de 2016 en Francia apareció un nuevo movimiento que se conoció mundialmente con su propia definición, Nuit debout, que se tradujo como Noche en pie porque diversos manifestantes tomaban plazas públicas al anochecer en donde debatían la situación que se vivía en Francia y Europa, y dejaban los sitios al amanecer para volver al día siguiente en esa ágora que se fue alargando durante muchas semanas. No había líderes ni portavoces oficiales, todos


  6. SEGUEL, B (2015). “Poder popular, Estado y luchas sociales. Conversación con Franck Gaudichaud”, [versión electrónica]

    revisada el 30 de marzo de 2016, disponible en http://www.rebelion.org/noticia.php?id=193782

  7. RANCIÈRE, J et al. (2010). Op. cit.

17 ROCA, L (2009). “Una introducción a Jacques Rancière”, [versión electrónica] revisada el 15 de mayo de 2016, disponible en

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=93321.

18 WOLIN, S (2008). Democracia S.A. La democracia dirigida y el fantasma del totalitarismo invertido, Madrid: Katz.


tenían la palabra en asambleas en las que se discutía y se reflexionaba sobre su presente y futuro inmediato, sobre su futuro común. No se pedía permiso para ocupar lugares públicos y darles un uso colectivo. Fue una experiencia de democracia directa. En un manifiesto se decía que miles de personas se reunían e intercambiaban opiniones, que se había recuperado la palabra y el espacio público. Se trató de una emergencia informal que se propuso la convergencia de las luchas. Se fueron organizando comisiones. Su antecedente fueron las masivas manifestaciones de mediados de marzo donde miles de franceses salieron a las calles para protestar contra una ley del trabajo neoliberal que restringía derechos adquiridos. A finales de marzo las manifestaciones reunieron a más de un millón de personas en protesta. Otro antecedente importante había sido el éxito logrado por una película titulada Merci Patron! la cual era una ácida crítica social que, de modo original, desnudaba los mecanismos opresores del capitalismo. Al final de la concentración parisina de finales de marzo se invitó a ir a ver dicha película a la plaza de la República, y a partir de eso la gente se fue organizando autogestivamente con una insistencia no vista hasta entonces. Eso se fue replicando en varias ciudades de Francia y de Europa. Se vio este acontecimiento como heredero de los indignados españoles cuyo movimiento se conoció como 15M porque surgió a mediados de mayo de 2011. Se acordó en París un lenguaje de señas para responder ante las intervenciones. Había mucha actividad multifacética en talleres y expresiones de diversa índole. Estuvo presente el contagio de las redes sociales, planificación en redes, y organización sobre el terreno. Se fue expresando una inteligencia colectiva muy creativa que rechazaba el poder y la política profesional; cuestionaba todo, sin consignas centrales ni hegemónicas19. Pronto tuvo varios sitios web en Internet, una radio y una televisión también en la web. Las comisiones alcanzaron más de dos decenas. Se repetía que había la necesidad de una nueva sociedad donde democracia, dignidad y libertad no fueran declaraciones vacías20.

Entre las intervenciones que ahí se escucharon estuvo la del escritor Frédéric Lordon se peguntaba si lo que pasaba no era precisamente el ejemplo de que no habría que regresar al marco electoral. Fue visto el movimiento como un estallido de abajo. Un especialista en el estudio de los movimientos sociales apuntó que se trataba de un importante movimiento social que se distinguía de otras movilizaciones, pues se había pasado de la reivindicación específica del rechazo a la reforma laboral a cuestionar valores centrales de la sociedad y se trataba de delinear un proyecto de otra sociedad. Aunque se veía en el espejo de los indignados españoles, tomaba su propia voz 21.

Para mediados de abril no sólo seguía el movimiento, sino que iba en aumento, y las exigencias se diversificaban también. Se buscaba la forma para dar convergencia al racimo de luchas dispersas. Se hizo ver que no era un movimiento juvenil, sino que había un encuentro multi generacional. La convergencia de luchas se explicaba porque los participantes venían del trabajo precario, del desempleo, del antirracismo, del antisexismo, de la antihomofobia, de la lucha por el derecho a la vivienda y del reclamo de aceptación de los inmigrantes sin papeles. El contingente mayor correspondía a trabajadores y jóvenes en lucha contra la modificación de la ley laboral. Se enfatizaba que no era un movimiento vertical y que buscaba crear algo nuevo e inédito22.


19 FUENTES, V (2016). “Nuit debout en Francia”, [versión electrónica] consultada el 6 de junio de 2016, disponible en: http://

es.makemefeed.com/2016/04/22/vilma-fuentes-nuit-debout-en-francia-1989525.html

  1. MEYSSAN, T (2016). “Noche en pie, un movimiento para mantenernos de rodillas”, [versión electrónica] consultada el 8 de junio

    de 2016, disponible en: http://www.voltairenet.org/article191182.html

  2. PLEYERS, G (2016). “#NuitDebout: ¿el regreso de los indignados?”, [versión electrónica* revisada el 16 de mayo de 2016, disponible en: http://movin.laoms.org/2016/04/11/nuitdebout-el-regreso-de-los-indignados/

  3. PANADÉS, E (2016). “Nuit Debout: la indignación prende en Francia”, [versión electrónica] consultada el 1 de junio de 2016, disponible en: https://www.diagonalperiodico.net/global/30011-nuit-debout-la-indignacion-prende-francia.html


    Hubo preocupación por abrirse a los estigmatizados barrios populares parisinos, se hicieron intentos, pero a finales de mayo eso todavía no se conseguía. No sólo hubo críticas provenientes de parte del sistema de los medios de comunicación en manos de las grandes corporaciones capitalistas. También hubo críticas desde posiciones radicales, que emparentaban al movimiento francés con las primaveras árabes en las que se atribuía intervención de Estados Unidos que había preferido derrocar a impopulares regímenes para poner a otros incondicionales. Para el caso español se apuntaba que la protesta se había quedado en contra de las políticas de los grandes partidos, pero se mantenía el deseo de permanecer en la Unión Europea, que en realidad era la que imponía la política de austeridad. Se planteaba que en esa clase de movimientos intervenía el equipo de Gene Sharp financiado por Estados Unidos cuya actividad había sido comprobada en revueltas de unos 20 países, y que en el fondo esterilizaba a la verdadera oposición sistémica 23. Se hicieron señalamientos en el sentido de que este tipo de movimientos habían terminado recuperados o aplastados como en el caso griego. No obstante, en las discusiones de la Noche en pie se llegaba a hablar de la destrucción del sistema capitalista que era el origen del cúmulo de males. Por otra parte, no había que ignorar un informe de una aseguradora mundial que advertía de una pandemia de disturbios civiles que podrían amenazar la estabilidad internacional24. También se ha hecho ver que en las discusiones renacía el pensamiento crítico, que las mentes se “desformateaban” a partir de experiencias como las de ese movimiento y que sin indoctrinamientos de unos a otros se iban abriendo los ojos para criticar la situación imperante y para buscar una auténtica democracia25. Se aceptaba que el resultado del movimiento, pese a su intensidad, era todavía incierto, pero que resultaba importante que mucha gente se hubiera puesto de pie. Aunque no se trataba de ocupaciones como las de España y Estados Unidos, se veía como novedoso que cada amanecer se desmontaba la acampada, para reinstalarla en cada anochecer. Se aceptaba como deficiencia que el movimiento no definiera todavía metas concretas y se quedara en los debates26.

    Una treintena de científicos sociales durante varias noches hicieron observación y encuestas sobre los participantes de las Noches en pie en París del 8 de abril al 13 de mayo de las 17 a las 23 horas. Las investigaciones encontraron que al inicio de las vigilias la mitad de los asistentes superaban los 33 años y que un 20% era mayor a los 50 años. Enfatizaron los estudiosos que no sólo era un movimiento de jóvenes. Vieron que dos tercios eran hombres, y eso se lo explicaban por las obligaciones familiares nocturnas de muchas mujeres. Tampoco eran reuniones exclusivas de los barrios centrales parisinos, pues había muchos provenientes de los populares barrios del este. Aunque 61% tenían estudios universitarios, 16% eran obreros, y 20% no tenían empleo. Sólo 10% iban con constancia todas las noches. Existía mucha movilidad. No todos eran antipartidos, pues una quinta parte aspiraba a que el movimiento se convirtiera en partido, y 22% habían participado en sindicatos. Se vio que una característica positiva era la pluralidad de causas y la coexistencia de una diversidad de adscripciones políticas y culturales, y la manifestación de variadas formas de participación 27. Un sociólogo reconocía que ante el surgimiento de un movimiento político la posición intelectual era complicada, sobre todo cuando se aspiraba a que dicho movimiento fuera exitoso. Precisaba que el apoyo incondicional no era propio de un intelectual,


  4. MEYSSAN, T (2016). Op. cit.

  5. LLOYDS’S (2016). “Political violence contagion”, [versión electrónica] consultada el 6 de junio de 2016, disponible en: https://

    www.lloyds.com/~/media/files/news%20and%20insight/risk%20insight/2016/political%20violence%20contagion.pdf

  6. ÁVALOS, S (2016). “Las ‘Noches en pie’ en busca de la democracia”, [versión electrónica] consultada el 5 de junio de 2016, disponible en: http://bajopalabra.com.mx/las-noches-pie-busca-la-democracia/

  7. MARTÍNEZ, G (2016) “Nuit Debout: París se pone en pie”, [versión electrónica] revisada el 25 de mayo de 2016, disponible en: http://www.masde131.com/2016/04/nuitdebout-paris-se-pone-en-pie/

27 BACIOCCHI, et al. (2016). “Qui vient a Nuit debout? Des sociologues repondent, [versión electrónica] consultada el 5 de junio de 2016, disponible en http://reporterre.net/Qui-vient-a-Nuit-debout-Des-sociologues-repondent


aunque las críticas lo podían situar como un oponente. Le parecía bien que en el movimiento abundara la discusión y las controversias, pero se preguntaba si el estancamiento relativo del movimiento no se debía precisamente a esa característica original del mismo. Aceptaba que el movimiento Noche en pie tenía parecidos con otros de la segunda década del siglo XXI que habían venido a romper con las formas de acción tradicionales, y que no se extendían como una afirmación de intereses especiales o de identidades específicas y que pensaban como movimientos generales 28. Una relevante característica de Noche en pie fue la aspiración a la convergencia de las muchas luchas que ya existían. Se trataba de un movimiento grande donde podían caber muchas demandas tejidas con solidaridad. En las noches se compartían libros, comida, música, conversaciones. Había una composición polimorfa de obreros, trabajadores de la salud, profesores, estudiantes, empleados estatales, desempleados, sin techo, migrantes e indocumentados. Hubo visitas de delegaciones campesinas. Se vio como un movimiento que se iba fraguando en su propio caminar.

En mayo los participantes en Noche en pie junto con integrantes de los indignados españoles del 15M lanzaron una convocatoria que aspiraba a una expresión internacional para mediado de ese mes. Hubo resonancia sobre todo en ciudades españolas y francesas, pero no tuvo la respuesta mundial esperada. Militantes que pertenecían tanto al 15M como a Noche en pie se fueron entrelazando fuertemente. Se pretendía que ambos movimientos contagiaran de manera más amplia y propiciaran sumar luchas del mundo contra el neoliberalismo, debatiendo el futuro utilizando asambleas, apelando al consenso, y haciendo comisiones de trabajo como formas nuevas de expresión. Se le reconocía a Noche en pie que su crítica al capitalismo era algo más explícito que lo que se había dado en el movimiento español. Había una lucha que pretendía ser sin fronteras29. También aparecieron voces que detectaban signos de agotamiento en el movimiento30. Pese a los malos augurios, a mediados de mayo hubo potentes manifestaciones y reflexiones que mantenían a ambos movimientos activos. En España las manifestaciones recordaron su surgimiento cinco años atrás, y surgieron críticas al nuevo partido Podemos que se presentaba como un fruto de los indignados, porque una vez que consiguieron triunfos en importantes ayuntamientos sus integrantes parecían no tener en cuenta lo que los había hecho nacer. Había quienes no se sentían representados por ese partido, aunque también otros veían en él una oportunidad de cambio. El escritor Antonio Negri recordó que con el 15M se había producido en España una ruptura antifascista31. Se recapitulaba que los indignados españoles no se podían reducir a un ciclo de movilizaciones, sino que constituían un importante movimiento que, si bien no había hecho surgir un sujeto político, había desarticulado al bloque dominante. Otros argumentaban que había nacido desde abajo; y que, sin adscribirse ni a la derecha ni a la izquierda, había mostrado un alma radical. Se le recriminaba que no hubiera sido anticapitalista. No obstante, un mérito indudable era que se había articulado en torno a la democracia. De alguna manera ya no estaba vigente como movimiento, pero regresaba en otras formas 32. Ambos movimientos habían contribuido a que cundieran otras formas de hacer política.


28 PLAYERS, G (2016, “Noche de pie: los ingredientes de la primavera en París”, Observatorio latinoamericano de Geopolítica,

versión electrónica] consultada http://www.geopolitica.ws/article/noche-de-pie-los-ingredientes-de-la-primavera-en-p

29 GONZÁLEZ, R (2016). “De la Noche de pie de Francia a ‘Global Debout y el 15M”, [versión electrónica] consultada el 17 de mayo

de 2016, disponible en http://desinformemonos.org.mx/de-la-noche-de-pie-de-francia-a-global-debout-y-el-15m/

  1. POCH, R (2016b) “El 15-M francés: entre el agotamiento y el ‘gauchisme’” [versión electrónica] consultada el 8 de junio de 2016, disponible en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=212081

  2. FUNDACIÓN DE LOS COMUNES (2016). “Entrevista a Antonio Negri: «Con el 15M se ha producido en España una ruptura antifascista” [versión electrónica] consultada el 6 de junio de 2016, disponible en: https://www.diagonalperiodico.net/blogs/funda/ entrevista-antonio-negri-con-15m-se-ha-producido-espana-ruptura-antifascista.html

  3. FERNÁNDEZ, B (2016). “Diez tesis para explicar los cinco años del 15M”, [versión electrónica] consultada el 8 de junio de 2016,

    disponible en: https://www.vientosur.info/spip.php?article11274


    Lo interesante de Noche en pie ha sido que, en el engarzado de luchas, una le es fundamental, la laboral; y en ese sentido tiene un fuerte componente obrero. Observadores detectaron que un movimiento así no podía esfumarse, y que desembocaría en algo que debía saber que enfrentaba a un enemigo muy unido, organizado y que tenía mucha fuerza33. Otros alabaron la potencia de los símbolos que se estaban usando en este movimiento, percibían que podría conducir a una transformación de gran magnitud en la construcción de otro mundo. También se valoró que tuviera un gran “capital cultural”, por lo que se había convertido en un movimiento muy exigente consigo mismo. Otro de sus grandes logros fue que condujo a hablar de las causas económicas y políticas del malestar reinante. Se llamó la atención de lo que se pudo expresar pese al vigente estado de excepción. Los grandes medios primero lo habían ignorado luego lo desprestigiaron por disperso e incoherente. Otros alababan su rechazo a definirse ideológicamente, pero algunos veían en esto su limitación34. Por su parte Ranciére planteó que no había que pedirle mucho a este movimiento que dada su irrupción evolucionaba de forma poco ordenada y no muy clara. En las reflexiones que se hacían en torno a este movimiento se llamaba la atención de que debía evitar el error del estadounidense Occupy Wall Street que, habiéndose enamorado de sí mismo, murió de narcisismo. Se quería que, trascendiendo las luchas reivindicativas, se propusiera ser un movimiento de largo plazo y alcanzara niveles de la globalidad35. En Noche en pie no se rechazaba a los dirigentes sindicales, por lo que podía conjuntar luchas tradicionales con nuevas formas en la convergencia de luchas. Con las maniobras del gobierno francés por imponer una reforma laboral antiobrera las centrales sindicales de ese país se habían unido y estaban luchando juntas. Llegaron a proponer una huelga general. La lucha obrera podría aprovechar la confluencia de luchas de Noche en pie36. En España a finales de mayo se convocó a #Rebelion28M que implicaba no sólo lo que pasaba en ese país, sino que llamaba a construir una Europa verdaderamente democrática, que no aceptara los abusivos acuerdos comerciales como el Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones; invitaba a manifestarse contra las políticas impuestas por la Unión Europea, a rechazar la actitud xenófoba e inhumana de la Unión Europea contra los refugiados, a ir contra las políticas antisociales. Si bien, otra vez, no se logró mover a toda Europa, en España hubo movilizaciones en contra de desahucios, en contra del saqueo del fondo de seguridad social, contra las reformas laborales neoliberales, contra las leyes que criminalizaban la protesta social. Se llamaba a una rebelión democrática y solidaria de los pueblos contra la dictadura de los mercados financieros. En esta forma, la lucha obrera y social empezaban a hacer planteamientos explícitamente anticapitalistas. Pero el poder corporativo que ha sometido a sus dictados a los gobiernos de cualquier tendencia, se ha propuesto dos perspectivas. La primera es dejar escapar las tensiones por medio de movimientos cuyos resultados pueda administrar para asegurar la dominación y el despojo. No hay que perder de vista cómo hay fundaciones con recursos (como la Open Society Foundations, de Soros) que propician movimientos que se autoproclaman democráticos para recuperar territorios que pudieran haberse zafado un poco del control financiero internacional37. Se ha detectado que muchas de las llamadas “primaveras” han sido infiltradas y hasta impulsadas, y finalmente destruidas por grandes


  4. POCH, R (2016a). “Una Francia que despierta”, [versión electrónica] consultada el 8 de junio de 2016, disponible en: http://www.

    rebelion.org/noticia.php?id=211791

  5. WISNIEWSKI, M (2016). “Nuit Debout, el capitalismo y la ideología”, [versión electrónica] consultada el 6 de junio de 2016,

    disponible en http://www.jornada.unam.mx/2016/05/20/opinion/016a2pol

  6. VIETRRO, V et al., (2016). “La noche en pie”, [versión electrónica] consultada el 25 de mayo de 2016, disponible e:n http://brecha. com.uy/la-noche-pie/

  7. ALMEYRA, G (2016a). “Nuit Debout y la protesta social en Francia”, [versión electrónica] consultada el 2 de junio de 2016, disponible en: http://www.jornada.unam.mx/2026/05/22/opinion/016a1pol; ALMEYRA, G (2016b, “Francia hacia la huelga general” [versión electrónica] consultada el 2 de junio de 2016, disponible en: http://www.rebelion.org.noticia.php?id=212721

37 SÁNCHEZ, I (2016). “Los desafíos actuales de Cuba”… con George Soros y sus "Open Society Foundation", [versión electrónica] consultada el 2 de junio de 2016, disponible en: https://lapupilainsomne.wordpress.com/2016/05/26/los-desafios-actuales-de- cuba-con-george-soros-y-sus-open-society-foundations-por-iroel-sanchez/


intereses financieros que las han utilizado para sus fines38. La segunda, ha sido criminalizar las protestas que no pueda controlar, como se ha visto en el caso de la lucha obrera de mayo de 2016 en Francia que un nutrido grupo de intelectuales, entre ellos Franck Gaudichaud, ha denunciado39. Lo que han conseguido movimientos como Noche en pie es poner en el debate colectivo estos temas. Y si bien las formas específicas de los movimientos de indignados pueden diluirse, lo que dejan en el ambiente social es la inquietud de la búsqueda de cambios profundos.


UNA EVALUACIÓN DE UN MILITANTE

Un militante de los indignados españoles de 2011 participó activamente en Nuit Debout y siete meses después realizó un balance. Reconocía que ya no se podía hablar de los movimientos de las plazas con la misma seguridad que antes. Aceptando que dichos movimientos habían tenido un declive, enfatizaba en el enlace que habían tenido y que podrían seguir enredando en el futuro. Los participantes en Noches en pie habían asimilado lo que había sucedido previamente en las acampadas, pero fueron dándole su propio rostro al nuevo movimiento. Destacaba el hecho de que debido al acoso policial en La plaza de la República en París no pudo haber una acampada. La plaza se vaciaba cada noche para volverse a llenar en la siguiente. Las asambleas se convirtieron en su referente, y la toma de palabra un factor fundamental. Sin embargo, no se consiguió que eso se tradujera en toma de decisiones. Muchos alabaron que todos pudieran hablar, pero la palabra no estaba distribuida en condiciones de igualdad. Este militante recordó la categorización que había hecho Frédéric Lordon en cuanto a un “ciudadanismo intransitivo”. Estaba de acuerdo que voluntad puramente enunciativa, no había permitido transitar a una organización propia. No obstante, estuvieron presentes los sindicatos con su organización. El movimiento se había originado en rechazo a la reforma laboral del gobierno. Junto a los sindicalistas estuvieron estudiantes y los jóvenes de clase media que se oponían al capitalismo neoliberal. El sindicalismo había dado consistencia y hasta dirección al movimiento, pero no era puramente sindical, sino que había una convergencia de luchas. Esta evaluación destacó que el movimiento permitió expresarse a una franja de población diversa a los sindicatos. Se discutió cómo el sindicalismo podría influir en el trabajo precario. Pero el destino del movimiento también estuvo marcado por la imposibilidad de impedir la reforma laboral que se impuso como decreto y desmovilizó al movimiento. Uno de los errores del movimiento que encuentra este balance fue que se tuvo que concebir la plaza como un lugar a defender y no como un lugar abierto, lo cual fue disminuyendo las posibilidades de mantener un contingente amplio como al principio.

Cuanto más cerraban la plaza los militantes, más la cercaba la policía y menos gente acudía. En este sentido, creo que el peso y la influencia de ciertos movimientos autónomos en la izquierda francesa jugó en contra de las posibilidades que Nuit Debout tenía de volverse un movimiento popular más amplio. El error táctico propició que cuanto más se atrincheraba la plaza, era más fácil el asedio policiaco. No obstante, uno de los grandes logros que tuvo el movimiento fue haber luchado contra el miedo instalado en la sociedad por el estado de emergencia impuesto y prolongado por el gobierno, pues fue la juventud parisina atacada por los terroristas yihadistas la que salió a expresarse en la plaza. En lugar de focalizar esa amenaza se discutió la violencia del capitalismo hacia los parados. No obstante, aunque se resistió el miedo, no superó el estado de emergencia y la plaza finalmente se vació. No obstante, las secuelas


38 COCKROFT, J (2016). “Elecciones en EEUU y el futuro: cinco realidades”, [versión Electrónica] consultada el 31 de mayo de

2016, disponible en http://www.iela.ufsc.br/noticia/elecciones-eeuu-y-el-futuro-cinco-realidades

39 Vv.Av (2016b). “Echar abajo la acusación de incontrolados”, [versión electrónica] consultada el 30 de mayo de 2016, disponible

en: http://www.liberation.fr/debats/2016/05/26/casseurs-renverser-l-accusation_1455373


del movimiento pueden volver a abrir espacios, pues se vio que eso era posible40. Algo concomitante es que los mecanismos de seguridad implementados y adoptados como naturalizados por parte de los gobiernos atentan fuertemente contra la democracia. Se ha cuestionado si la creciente multiplicación de dispositivos de seguridad refleja un cambio de la concepción política a tal punto que las sociedades en que vivimos pueden ya no ser calificadas como democráticas41.


LAS REFLEXIONES DE RANCIERE SOBRE ESTE MOVIMIENTO

Noche en pie dio a Rancière oportunidad para profundizar en la relación del movimiento y la democracia. Señaló que no veía que el movimiento tuviera la potencia que habían tenido otros movimientos mundiales similares, y apuntó que era un movimiento tolerado en el espacio que ocupaba, más que invadía. Valoró como muy positivo que compartiera este movimiento con los otros la preocupación por devolver a la política su dimensión de subversión material efectiva de un orden dado de espacios y de tiempos; pero pensaba que al movimiento francés le estaba constado creer en sí mismo. Había nacido al calor de la lucha contra la reforma laboral que había sido concebida como la culminación de todo un proceso de privatización del espacio público, de la política, del trabajo, de la vida. La Noche en Pie apareció en este contexto, como una reducción a escala francesa de algo singular que podría llamarse un deseo de comunidad. Llamó la atención que se estaba al final de una gran ofensiva, que algunos llamaban neoliberal, y que habría que ver más bien como la ofensiva del capitalismo absoluto, que tendía a la privatización absoluta de todas las relaciones sociales y a la destrucción de los espacios públicos. Advirtió que la ofensiva del capitalismo absolutizado había venido acompañada de una intensa contrarrevolución intelectual que se propuso reducir a la nada o incluso criminalizar todos los aspectos de lo común. Precisamente por eso las ocupaciones se practicaban en las calles y plazas, que son los últimos espacios públicos en los que se puede estar en común; discutir y actuar en común. Pero también puntualizó que no bastaba discutir, sino que había que imaginar formas de vida política, que, a la vez, fueran totalmente heterogéneas con respecto a la vida política oficial totalmente confiscada por una clase de profesionales que se reproducía indefinidamente. Criticó la convicción de que cuanto mayor era la opresión, más resistencia había, porque las formas de opresión actuales en Francia no habían creado resistencia, sino desánimo, asco de uno mismo, la sensación de que uno era incapaz de hacer nada; pero salir del desaliento seguía siendo fundamental, y eso había pasado con el movimiento Noche en pie.

No obstante, no estaba de acuerdo con esa ideología de consenso, que planteaba que todo el mundo debía estar de acuerdo. Se mostró contrario a la fetichización de la forma asamblea, pues una asamblea popular no debía ser sólo un espacio en la que cada cual pudiera expresar por turnos su problema o su rebelión y a defender su causa militante predilecta. Aceptaba que la forma asamblea permitía que mucha gente contara su historia; pero si sólo se hacía esto se quedaba por debajo del florecimiento de consignas y de imágenes múltiples que, en muchas manifestaciones recientes, había sustituido a las pancartas unitarias de antaño. Llamó la atención de que el deseo de una comunidad igualitaria no debía poner freno a la potencia de invención igualitaria. Señalaba que la convergencia de las luchas dependía de la naturaleza de estas luchas.

Hizo ver este pensador francés que Noche en Pie, al igual que todas las ocupaciones de ese mismo tipo, reunía por un lado individuos deseosos de volver a crear lo común, pero también esa multitud de militancias parciales, especializadas, que se habían desarrollado en el mismo contexto de privatización


  1. LAPUENTE, P (2016), “Francia: Nuit Debout hizo irrelevante el miedo”, Alexia, noviembre de 2016, ”, [versión electrónica] consultada el 12 de diciembre 2016, disponible en http://revistaalexia.es/francia-nuit-debout-hizo-irrelevante-el-miedo/

  2. AGAMBEN, G (2016). “De qué manera la obsesión por la seguridad transforma la democracia”, Reportesextopiso, n°. 28,

    diciembre, pp. 7-10.


    de la vida. Reconocía la importancia de que se afirmara el derecho de todas las voces; pero una asamblea debía poder decidir sobre algo, y no limitarse a proclamar que “todos somos iguales”. Una asamblea debía manifestarse mediante decisiones y luchas y no sólo con una figuración formal de la igualdad. Consideraba que seguía existiendo el problema de inventar acciones y consignas para que la igualdad se pusiera en marcha. Insistía en que una asamblea igualitaria no podía quedarse en la búsqueda del consenso, lo cual estaba en el corazón de todos los movimientos que ocupaban plazas y calles. Hizo una distinción: la lucha contra las jerarquías era una cosa; la ideología del consenso era otra dinámica. Desafiar a los líderes y la jerarquía era algo bueno, pero eso no implicaba que todos estuvieran de acuerdo y que sólo se hiciera algo en lo que todos tuvieran consenso, lo cual inmovilizaba. Señaló que la democracia significaba que dentro mismo del pueblo democrático existían posiciones que estaban en conflicto entre sí y no sólo la sucesión al micrófono de personas que hablaban de diversos temas. Planteó que se necesitaban varios tipos de asambleas: unas donde cada uno pudiera decir lo que quisiera en donde podía surgir algo inesperado, y otras en donde se peguntaran los asistentes qué hacían ahí, qué querían. Insistió en que el problema de la democracia era llegar a constituir la voluntad de un pueblo. E inquirió conforme a qué consignas se decidía lo que haría el pueblo, y se podía construir un colectivo democrático. También advirtió que el desinterés por las formas de la vida pública institucional en nombre de un supuesto radicalismo revolucionario había contribuido sin duda a la desmovilización de las energías. Pensaba que Noche en Pie estaba huérfana de las bases de lucha que habían podido movilizarse en otros lados. Para que este movimiento fuera más lejos, tendría que poder inventar consignas, que lo hicieran estallar más allá de sí mismo. Alababa que en el movimiento hubiera una exigencia democrática que se oponía a la vieja “democracia formal” como mera apariencia que cubría la dominación económica burguesa. La exigencia de “democracia real ya” tenía el mérito de romper con la lógica de la denuncia que se presentaba como radical, pero que en realidad producía una especie de quietismo, en última instancia reaccionario, del tipo: de todas formas, el capital es el causante de todo, y aquellas personas que se agitan en nombre de la democracia sólo enmascaran su dominación y fortalecen su ideología. Pero obviamente, lo ganado se echaba a perder si se reducía la democracia a la forma asamblea. La democracia, decía, era una cuestión de imaginación. Llamaba a dar lugar a una discusión sobre el propio significado de la palabra democracia42.


    DISCUTIR LA DEMOCRACIA DESDE LA EXPERIENCIA DE LOS MOVIMIENTOS

    Habrá que aceptar la invitación de Rancière, y proseguir indagando las modificaciones de estos últimos movimientos en la democracia. Las primaveras árabes mostraron lo que no querían muchos grupos del debajo de esos países, y aunque hubo movimientos que consiguieron destituir dictadores, la salida electoral que les quedó volvió a entronizar elites que sabotearon los iniciales impulsos democratizadores43. Se han producido acontecimientos en donde la irrupción de los de abajo ha conseguido destituir tiranos y también producir gobiernos llamados progresistas que atienden algunas demandas de los de abajo. Pero la lógica partidista y de estructura gubernamental concluyen supeditando esa potencia de abajo a los poderes reales. En los países sudamericanos donde potentes movimientos populares consiguieron esa clase de gobiernos, disminuyeron algunas medias del neoliberalismo, pero a la postre dichos gobiernos quedaron entrampados en la lógica extractivista que no sólo daña la vida de los pueblos sino del mismo planeta. Parecería que la estructura electoral resuelve problemas


  3. RANCIÈRE, J (2016). "La Nuit Debout es la transformación de una juventud de luto en una juventud en lucha" [versión electrónica] consultada el 31 de mayo de 2016, disponible en: https://www.diagonalperiodico.net/blogs/europa-constituyente/ entrevista-jacques-ranciere-la-nuit-debout-es-la-transformacion-juventud

  4. Esto se puede encontrar en GARDUÑO, M (2016). Dinámicas de poder y prácticas de resistencia en las revoluciones árabes, México, Publicaciones de la Casa Chata.


    secundarios, pero no da solución a aspiraciones fundamentales de los sectores de abajo. Además, esos gobiernos no rompieron con las lógicas del capitalismo, sino que les fueron funcionales. Mitigando algo el neoliberalismo, modernizaron el mismo capitalismo44.

    El capitalismo ha pasado de la industrialización a la financiación especulativa fincada en la propiedad de grandes corporaciones transnacionales que realizan una gestión y administración del riesgo no en la capacidad productiva sino en la financiación especulativa de la misma vida social, cambiando lo institucional, integrando las instituciones de la vida social al proceso especulativo por medio del despojo de territorios, saqueo de recursos, destrucción de solidaridades, expoliación de las sociedad, fincado todo esto en una violencia estatal que disciplina a las sociedades desde una matriz discursiva de orden y legalidad45.

    En este contexto cuando los gobiernos llamados progresistas dejaron de ser útiles a la dinámica de acumulación por desposesión, se les empezó a asediar por medio de golpes “blandos” como los instaurados en Honduras, Paraguay y el mismo Brasil. Cuando los órganos de soberanía electoral caen también en una aguda crisis de representación política, se politiza el orden jurídico, se secuestran las formas legislativas y las elites políticas pasan a controlar los procesos en total sumisión a las corporaciones trasnacionales46. Se hacen llamados a defender la democracia en las calles o a denunciar estos golpes47. No obstante, hay una paradoja. Se ha hecho ver que la derecha brasileña había sufrido importantes derrotas electorales por lo que había optado por el atajo del golpe contra la presidenta Rousseff. Pero también se ha hecho ver que desde las finanzas de esa nación se apoyó la llegada de legisladores que fueron precisamente los que torciendo la legalidad echaron fuera a dicha presidenta48. Tal vez habría que dejar de explorar en las posibilidades electorales que están tan copadas por el gran poder financiero, para examinar por otros derroteros. Por ejemplo, los jóvenes que marcharon en Brasil en 2013 por demandas específicas, en 2015 habían ido madurando un proceso de autoformación como militantes anticapitalistas y por el autogobierno escolar. Han aprendido a hacer asambleas, debatir, llegar a acuerdos y llevarlos a cabo. Es la fragua de nuevos y pacientes ciclos de luchas desde abajo49.

    En las discusiones en torno a las alternativas al capitalismo se ha apuntado que se requiere romper el mandato global del desarrollo y construir otras salidas donde todos los seres humanos puedan discutir y pensar en las formas de organización de una sociedad que no deprede la naturaleza.

    Para esto se hace ver que se necesita aceptar la existencia de otros valores y prácticas que reconozcan la forma de organizar la vida en relación con los seres humanos y de éstos con la naturaleza viviendo en armonía y comunidad. Esto implica un cambio civilizatorio donde la economía esté al servicio


  5. AGUADO, M & BENÍTEZ, C (2015). “Redibujando alternativas al capitalismo. Entrevista a Alberto Acosta”, Iberoamérica Social: revista-red de estudios sociales. IV, pp. 9-13; ALONSO, J (2015b). Más allá de la democracia, Conferencia Magistral en el Coloquio Expectativas y Realidades en el Proceso Electoral de México 2015, El Colegio de Jalisco, Zapopan, Jalisco, 27 de febrero.

  6. DÁVALOS, P (2016). “El posneoliberalismo, apuntes para una discusión”, [versión electrónica] consultada el 5 de junio de 2016, disponible en: https://lalineadefuego.info/2016/05/24/el-posneoliberalismo-apuntes-para-una-discusion-por-pablo-davalos/

  7. De SOUSA SANTOS, B (2016). “Brasil: la democracia al borde del caos y los peligros del desorden jurídico”, [versión electrónica] consultada el 3 de junio de 2016, disponible en: http://blogs.publico.es/espejos-extranos/2016/03/24/brasil-la-democracia-al- borde-del-caos-y-los-peligros-del-desorden-juridico/

47 En el Congreso de Latina American Studies Association (LASA) realizado a mediados de 2016 el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) difundió una carta abierta en donde denunciaba el golpe en Brasil y llamó a defender la democracia contra el atropello que se hacía de ella por medio de un gobierno impuesto que no tenía sustento en las urnas (http://www.clacso. org.ar/contra_el_golpe:brasil/); pero para el imperio corporativo capitalista las elecciones son también un medio de control como se ha ido constatado en la mayoría de los procesos electorales recientes.

48 SADER, E (2016). “El asalto al poder en Brasil”, [versión electrónica] consultada el 1 de junio de 2015, disponible en: http://www.

jornada.unam.mx/2016/05/29/mundo/018a1mun

49 ZIBECHI, R (2016). “Lenta fragua de un nuevo ciclo en Brasil”, [versión electrónica] consultada el 6 de junio de 2016, disponible

en: http:// www.jornada.unam.mx/2016/05/27/opinion/023a2pol


de seres humanos viviendo sin atentar contra la naturaleza. Habrá que desmercantilizar la vida y la naturaleza, y se dice que esto no puede darse sin democracia50 . Pero se podría dar un paso más, para buscar más allá de la democracia.

Todos los movimientos de nuevo tipo recientes han tenido en el centro de sus críticas que la democracia realmente existente no corresponde con ese nombre, y una aspiración central ha sido rescatar y resucitar la democracia que en verdad esté en manos de la gente. Pero en todos los casos se ha visto que el neoliberalismo financiero corporativo vuelve de nuevo a utilizar la democracia en su beneficio y para su dominio. Así sucedió en las primaveras árabes, “los ocupas” estadounidenses siguieron sufriendo el imperio del capitalismo depredador. Se ha querido ver en el proceso electoral de las primarias en Estados Unidos a mediados de 2016 que el sello de “los ocupas” puede haber influido en el crecimiento del voto por un candidato que denuncia a las grandes finanzas y que recibe el apoyo de estudiantes, obreros, jóvenes, mujeres y pequeños y medianos productores que han recibido el impacto de una crisis que ha seguido haciendo muy ricos a los de arriba, y empobrecido a los de en medio y a los de abajo. No obstante, quienes hacen estos señalamientos también saben que aun en el improbable caso de que dicho precandidato demócrata, no bien visto por los de arriba, llegara a la presidencia de ese país, sus posibilidades de cambio serían muy escasas, pues la democracia imperante funciona como una dictadura de los ricos para mantenerse en el poder y controlar a los de abajo supeditando a los gobiernos en turno. Para el caso estadounidense que se proclama el defensor de la democracia, ésta ha sido manejada por las altas finanzas y por los grandes medios de comunicación. Se ha reconocido que el sistema electoral estadounidense huele no a democracia, sino a riqueza y autoritarismo, y donde a los activistas de nuevos movimientos sociales se les reprime51. Donde nació la democracia, en Grecia, hubo una expresión democrática del referéndum contra las medidas de austeridad, y aunque ganó, su triunfo lo convirtió en derrota el capitalismo financiero europeo. En España una parte de los indignados del M15 formaron un partido, pero dicho partido tuvo que entrar en las lógicas del sistema electoral y fue de alguna forma domesticado. Cuando se hacen evaluaciones en torno a los espacios locales ganados por dicho partido en 2015 se habla no sólo de errores cometidos, sino de limitaciones descubiertas, por la misma codificación de las instituciones a las que llegaron por las imposiciones de la estructura del mismo sistema gubernamental52. Noche en pie quiere democracia, pero el sistema ha hecho una gran desposesión de la democracia a su favor. No obstante, todos estos movimientos permitieron que mucha gente despertara de su apatía y empezara a pensar en cosas nuevas. Se ha apuntado que, aunque los movimientos de nuevo tipo emergen y luego decaen, reprimidos o divididos, sus denuncias y las ideas que van sembrando sirven para nuevas emergencias53. Los movimientos tan intensos como Noche en pie no podrán prolongarse por mucho tiempo, pero la experiencia de debatir entre muchos, de explorar y de llegar a algunos acuerdos se hace propia y se transfiere a otras expresiones en la vida cotidiana de muchos colectivos barriales, de trabajo, etc. Tal vez esa sea el mayor logro de estos movimientos, y el cambio no vendrá intempestivamente, sino a paso lento. Tal vez convendría indagar si las nuevas formas de democracia desde abajo no habría que nombrarla de otra forma para diferenciarla de la democracia usurpada y viciada.

Hay desde hace mucho una disputa en torno al significado de la democracia, pero en la práctica

siempre se resuelve por salidas de tipo electoral o de organizaciones donde hay una dirigencia vertical.


  1. AGUADO, M & BENÍTEZ, C (2015). Op. cit.

  2. COCKROFT, J (2016). Op. cit.

  3. VIEJO, R (2016). “Un año después del 24M”, [versión electrónica] consultada el 2 de junio de 2016, disponible en: http://www.

    diagonalperiodico.net/la-plaza/30477-ano-despues-24m.html

  4. COCKROFT, J (2016). Op. cit.


    Los múltiples intentos de “democratizar la democracia” han resultado trampeados. Se ha cuestionado cómo se podría llegar a esa convergencia de las luchas para que no se diluyan en su dispersión. Se sabe que no hay un camino fácil de alternativas y que faltaría poder tejer una red de redes de diversos movimientos, cuando dichas redes dependen del contexto social y territorial en el que se encuentran. A propósito de las reflexiones sobre la guerra civil española se ha apuntado que no fue práctico enfrentar a una fuerza conglutinada contra la que era apoyada por la fuerte emergencia fascista de la época; que hubiera sido más práctico haber aprovechado la experiencia guerrillera de muchos grupos autogestionados54. El gran argumento para lograr una organización potente es que la contraparte está sólidamente unida y con grandes medios. Pero tal vez, precisamente por eso, no hay que hacer un solo frente que pareciendo poderoso no tiene la capacidad de derrotar en su mismo plano a un enemigo realmente mucho más potente. Teniendo en cuenta las múltiples experiencias de muchos agrupamientos que se han ido colocando al margen del Estado y del capital tal vez sería prudente intentar pensar esas dinámicas yendo más allá de la democracia. Habría que explorar las nuevas formas de hacer política que pretenden terminar con las contradicciones dirigentes-ejecutantes y mandantes-dirigidos y ver si esto se traduciría en la construcción de una emancipación radical. Los problemas de la dispersión se podrían resolver por medio de convergencias de corte federalista. Los sujetos de la resistencia anticapitalista han estado instituyendo, por medio de experiencias de autonomía, un imaginario social de lo que podría ser otra democracia. Efectivamente la democracia de los arriba está contra la autonomía de los de abajo, pero la autonomía permite el despliegue de los sujetos de la resistencia anticapitalista. Hay muchos ejemplos por todo el mundo de estos intentos de construcción de soluciones a la vida desde la autonomía colectiva. Hay quienes critican que se trata de minorías en donde finalmente algún grupito tome las decisiones; pero los colectivos inmersos en la dinámica de la autonomía son cuidadosos de que eso no suceda. Una de las experiencias exitosas de construcción de autonomía procede de los zapatistas. Han mostrado que es posible que los pueblos examinen sus problemas, que debatan, que examinen las diversas soluciones y que elijan alguna de ellas. Se llega a decisiones colectivas donde el consenso no implica que se desprecien las diversidades, sino que, entre todos, se adopta una solución, que se experimenta. Si funciona, se mantiene; y si hay fallas, se corrigen errores, y también se puede adoptar alguna otra de las soluciones que se habían examinado y habían sido dejadas de lado. Se trata de una rica experiencia de decisiones comunes en su lógica del mandar obedeciendo al pueblo. Tanto en el gobernarse a sí mismo como en las experiencias de decidir y llevar adelante justicia, educación, salud y producción autónomas las comunidades debaten, deciden y controlan que se cumplan las decisiones de manera incluyente. A esto le han denominado su propia democracia. Pero debido a que la democracia imperante es la usurpada por el capitalismo financiero corporativo, tal vez convendría buscarle a esa experiencia otro nombre. La práctica de la autonomía en esta perspectiva podría expresarse de manera más contundente por medio del concepto de la demoeleuthería que proviene de la conjunción de demos y eleuthería (libertad) porque hay una dinámica libertaria en la construcción de esa clase de autonomía55. La unión de estos dos términos se contrapondría a la combinación de democracia: demos y kratos (poder). Aunque se ha visto en ella el poder del pueblo, la historia ha ido mostrando que donde hay el kratos el amplio demos de abajo finalmente sufre alguna dominación. En esta forma la demoeleuthería se encontraría lejana de la democracia imperante cooptada por la oligarquía que la ha vaciado e impedido, y que al apoderarse de ella la ha dejado sin sentido.


  5. CIUDADANOS POR LA REPÚBLICA (2010). “El desconocido movimiento guerrillero antifranquista de la postguerra”, [versión electrónica] revisada el 2 de junio de 2016, disponible en: http://www.ciudadanosporlarepublica.com/2010/01/el-desconocido- movimiento-guerrillero-antifranquista-de-la-postguerra/

  6. ALONSO, C & ALONSO, J (2015a). Op. cit.


    Se puede constatar que en la lucha por el concepto democracia han ganado quienes utilizan este concepto para acotarlo a procesos del mando del poder imperante del capitalismo financiero corporativo que utiliza tanto los procesos electorales como otras expresiones llamadas democráticas para mantener su propio control. En esta contienda dicha democracia ha quedado reducida a los intereses de poderes fácticos, que utilizando lo electoral y sus complementos como espectáculo que legitima poderes por encima del pueblo. Hay quienes, aceptando que el concepto de democracia ha experimentado encubrimientos de naturaleza autoritaria, no se resisten a que dicho término se pierda para las causas de los abajo. Apelan a que la palabra democracia sigue teniendo un poderoso reclamo. Aconsejan ver la democracia no sólo en la experiencia occidental, sino descubrirla en cualquier experiencia donde se gestionen los asuntos públicos por medios horizontales. Proponen defender la democracia vinculada a la libertad e igualdad56. Sin embargo, las principales experiencias han mostrado cómo la palabra queda en manos de quienes la utilizan para hacer aparecer como de muchos lo que es el poder de pocos sobre los más. Tal vez habría que tratar de nombrar esas expresiones de autonomía que se viven por todo el mundo con otros términos. Se multiplican experiencias de abajo que en la vida cotidiana van ensayando nuevas formas de convivencia. No pocos apelan a ella como expresiones de democracia directa o nuevas formas de democracia. No obstante, tal vez convendría ensayar nuevas conceptualizaciones para evitar confusiones. Quizá habría que dejar la palabra democracia para los fenómenos de las democracias de los de arriba, y en vez de decir que también hay democracias de los de abajo, emprender una búsqueda de otras formas de nombrarlas. En cualquier caso, la misma discusión en torno a la democracia podría conducir a su propia liberación. A finales de 2016 los mismos zapatistas propusieron irrumpir en el proceso electoral mexicanos de 2018 pero no para quedarse en los términos de la democracia de los de arriba, sino para mostrar que esa forma de construir las decisiones y ponerlas en la práctica desde abajo es la forma de rescatar una democracia radical e integral.


  7. “La acracia como profundización democrática”, febrero de 2015, http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.mx/2015/02/la-acracia-

como-profundizacion.html


Año 22, n° 78


Esta revista fue editada en formato digital y publicada en septiembre de 2017, por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del Zulia. Maracaibo-Venezuela


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