
Juanicó y Bove - Vanzulli. 59
Rev. Téc. Ing. Univ. Zulia. Vol. 45, Nº 1, Enero - Abril, 2022
Avaliação Energética e Econômica do Aquecimento
Doméstico por Bomba de Calor em Bariloche, Montevidéu e
Santiago
A mudança climática nos obriga a melhorar a eficiência do consumo de energia. Neste trabalho é desenvolvida uma
metodologia de avaliação energética e económica das vantagens da substituição dos sistemas tradicionais de
aquecimento a gás natural, GPL ou electricidade, por uma moderna bomba de calor (inverter). Como sua eficiencia é
função da diferença de temperaturas entre os ambientes externos e internos, uma eficiência varía de acordo com uma
localização da cidade. Desta forma, seu desempenho é estudado em Bariloche, Santiago do Chile e Montevidéu
(temperatura média anual de 8,3, 14,6 e 16,3 ° C, respectivamente), utilizando os seguintes sistemas: 1) ar-ar,
instalando várias equipes Split; e 2) ar-água, instalação de bomba de calor que fornece aquecimento por radiadores
de água. Essa metodologia permite dimensionar esses sistemas e calcular una economía anual, exemplificada para
um quarto social de 50 m2. Em todos os casos estudados, as reduções e economias de consumo foram de moderadas
a notáveis (e prazos de reembolso de investimentos inferiores a dois anos), exceto para o gás natural em Bariloche e
Montevidéu. Também é discutido como seu investimento moderado pode constituir uma primeira solução acessível,
em comparação com uma reabilitação térmica cara, un fim de obter uma habitação mais sustentável.
Palavras-chave: aquecimento por bomba de calor; bomba de calor ar/ar split; bomba de calor ar/água; aquecedores a
gás domésticos con tiragem balanceada; caldeiras a gás.
Introducción
En hogares bajo el clima frío de Bariloche (8,3 °C de temperatura media anual y 3.665 grados-día anuales
de calefacción, tomando 18,3 °C como valor de referencia para el cálculo del déficit de grados-día según Eto (1988),
en adelante “grados-día”, lo cual será definido en la sección siguiente), el mayor consumo de energía se debe a
calefacción (80 %), como han señalado otros autores (González et al., 2007; Sulaiman et al., 2020). Del 20 %
restante el mayor consumo se debe a agua caliente sanitaria, en donde recientemente se han propuesto mejoras de
eficiencia empleando sistemas convencionales (Juanicó y Bove, 2020) o bombas de calor (Juanicó y Bove, 2021).
Una vivienda típica de construcción tradicional y calidad media (paredes de mampostería sin aislación térmica,
vidriados simples, techado metálico con aislación de 5 cm) de 50 m2, consume anualmente 4.000 m3 de gas natural
para brindar calefacción empleando calefactores de tiro balanceado de baja eficiencia (62 %), utilizados en el 85 %
de los hogares (Juanicó y González, 2008). Entonces, considerando el calor de combustión superior del gas natural
(10,81 kWh/m3) y la eficiencia de estos equipos, este consumo de gas equivale a 26.800 kWht (energía térmica)
efectivamente entregada a la vivienda (consumo específico 536 kWht/m2). Dicho consumo específico es muy
elevado si se compara con hogares de países desarrollados, siendo por ejemplo ocho veces superior a la media en
viviendas de Estocolmo (68 kWht/m2), de mayor rigurosidad climática (7,0 °C y 4.097 grados-día), pero también
superior calidad térmica de su envolvente edilicia (Walls, 2006). Esta baja calidad térmica de la envolvente edilicia
tradicional Argentina ha podido ser históricamente sostenida debido al bajo precio del gas natural, fuertemente
subvencionado en la Patagonia (0,05 US$/m3, 1/12/19) (González, 2009; González, 2013), y subvencionado en el
resto del país (tarifa 40 % mayor).
Si se considera ahora esta misma vivienda emplazada en locaciones de climas templados de la región, como
Santiago de Chile (14,6 °C y 1.529 grados-día) o Montevideo (16,3 °C y 1.127 grados-día), se generarán menores
demandas de calefacción proporcionalmente a los grados-días requeridos en cada caso, pero que aún son importantes
(González et al., 2007; Gil y Prieto, 2013; González, 2014). En ambos países el precio del gas natural es muy
superior al argentino (Chile 1,07 US$/m3 y Uruguay 1,02 US$/m3); sin embargo, se observa aquí un consumo
creciente del gas a expensas de la leña y el fuel oil, debido a su menor impacto ambiental.
En todos estos países se observa una gran expansión de los colectores solares domiciliarios para provisión
de agua caliente sanitaria (ACS), con inversiones media de dos mil dólares. La necesidad de contar con tejados de
buen asoleamiento y su pobre integración arquitectónica, conspiran contra su universalización. Pero quizás sus
mayores barreras sean la gran variabilidad y limitación horaria del recurso solar, para lo cual recientemente ha sido
propuesto utilizar múltiples colectores con un sistema de acumulación térmica (Bauer et al., 2010; Sibbitt et al.,
2012; Colclough y Griffiths, 2016; Juanicó y González, 2018; Juanicó, 2020). Sin embargo, el sistema requerido para