Revista Arbitrada de la Facultad Experimental de Arte
de la Universidad del Zulia
Maracaibo - Venezuela
Dep. Legal ppi 201502ZU4671
Esta publicación cientíca en formato digital es continuidad de la revista impresa
ISSN 2542-3231 / Depósito legal pp 200602ZU2376
AÑO 16 Nº 27. ENERO - JUNIO 2021
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Resumen Abstract
Revista Arbitrada de la Facultad Experimental de Arte
de la Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela
AÑO 16 N° 27. ENERO - JUNIO 2021 ~ pp.18-24
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.5226512
La denuncia social desde la mirada infante: Pelo
Malo de Mariana Rondón
The social complaint from the infant gaze: Bad Hair by
Mariana Rondón
Gilberto Polo Pacheco y Romina
De Rugeriis
Facultad Experimental de Arte
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela
gpolo85@hotmail.com ;
rominaderugeriis@hotmail.com
Recibido: 25-08-20
Aceptado: 17-10-20
Con el propósito de analizar la película Pelo Malo (2013) de
Mariana Rondón, se aborda en este estudio cualitativo de
tipo descriptivo el universo infantil a través de un niño que
desea alisarse el cabello, cuya mente desprejuiciada no tiene
problemas, pero desencadena los gritos de una intolerancia
en su entorno hostil. Rompiendo la estructura de su antigua
producción donde el juego fue la clave, Rondón despliega
la mirada del ser humano que se contrasta con sus miedos
y castraciones, condicionados a los fundamentos sociales
preestablecidos, basados teóricamente en Dudley (1993),
Münsterberg (1916), Sulbarán (2000) y García de Molero
(2007). Metodológicamente se recurrió a entrevistas
abiertas y a la revisión bibliográca-documental.
Finalmente, se exponen las estrategias empleadas por
esta autora para mostrar la lucha de un infante que desea
ser libre, y poder cumplir su sueño, encontrándose con
una muralla impuesta por una sociedad entenebrecida de
fundamentos castradores.
Palabras clave: Denuncia social, Mirada infante, Pelo Malo,
Mariana Rondón, Cine.
With the purpose of analize the lm Bad Hair (2013) by
Mariana Rondón, this qualitative study of a descriptive type
is addressed in the children's universe through a boy who
wants to straighten his hair, whose unprejudiced mind has
no problems, but triggers the screams of an intolerance
in their hostile environment. Breaking the structure of
his old production where the game was the key, Rondón
displays the human being's gaze that is contrasted with his
fears and castrations, conditioned to the pre-established
social foundations, theoretically based on Dudley (1993),
Münsterberg (1916), Sulbarán (2000) and García de
Molero (2007). Methodologically, open interviews and
bibliographic-documentary review were used. Finally, the
strategies used by this author to show the struggle of an
infant who wants to be free, and to be able to fulll his
dream, encountering a wall imposed by a society darkened
with castrating foundations, are exposed.
Keywords: Social complaint, Infant gaze, Bad Hair, Mariana
Rondón, Cinema.
Gilberto Polo Pacheco y Romina De Rugeriis
La denuncia social desde la mirada infante: Pelo Malo de Mariana Rondón
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Introducción
A la cineasta Mariana Rondón no le bastó con
contar una historia desde el punto de vista infantil con
Postales de Leningrado (2007), sino que en su siguiente
producción, titulada Pelo Malo (2013), repite la exitosa
fórmula, pero desde una perspectiva menos lúdica, donde
un niño desea alisar su cabello para tomarse una foto escolar,
pero su madre se opone, siendo ésta la premisa inicial que
se hilvana a través de las miradas, como la misma directora
maniesta al armar que su investigación de campo arrojó
el cómo los personajes eran capaces de verse así mismo o
cómo verían al otro. Desde esta postura, Rondón ejecuta
su proyecto, presentando a un niño en medio de una
sociedad llena de prejuicios, quien deberá aceptar, soportar
y entender los choques provocados por pensar diferente a
los demás, tal como la misma directora explica:
Los prejuicios hacia un niño que se quiere alisar
el pelo serían innitos debido al machismo de
nuestra sociedad. No pasaría lo mismo si fuera
una niña. Sin importar cuál sea la opción sexual
del niño, ya está rodeado de prejuicios por su
deseo de cambiar su pelo. (Rondón, 2018)
Desde la visión infantil, Mariana Rondón expone,
no una posición autobiográca como en Postales de
Leningrado, sino su perspectiva como ciudadana que
tiene derecho a ser diferente y respetada por los demás,
plasmándola desde la historia del niño que vive esa
intolerancia y violencia disimulada:
Llevo mucho tiempo asxiada por esos pequeños
gestos, por esas cosas que pasan en la vida diaria
venezolana, cómo el contexto social se ha metido
en las familias, los amigos, creando una pequeña
violencia que puede parecer chiquita, pero que
suma y suma. (García y Belinchón, 2013)
Partiendo de ello, este artículo tiene como
propósito interpretar la mirada infante en la película Pelo
Malo (2013) de Mariana Rondón, y explicar el proceso
ejecutado en la representación de la infancia en dicha
producción, cuyo basamento teórico radica en las
propuestas hechas por Dudley (1993) quien explica la
teoría desarrollada por Münsterberg, y los elementos
semióticos y narrativos propuestos por Sulbarán (2000)
y García de Molero (2007). Para su desarrollo se empleó
una metodología cualitativa de tipo descriptiva, mediante
entrevistas abiertas y la respectiva revisión documental.
Unos pelos rebeldes
Pelo Malo (2013) es la antítesis de Postales de
Leningrado (2007). En ella desaparece el mundo lúdico
infantil, los juegos se dejan de lado, adentrándose en una
narración transparente y realista, contada desde la visión de
un niño llamado Junior, de nueve años, quien mentalmente
no está preparado pero debe enfrentar la intolerancia en
una sociedad en decadencia moral.
Para Münsterberg (1916, citado por Dudley, 1993),
la mente humana y su valor repercute en la creación, y en
esta historia Rondón se enfoca en el desarrollo mental de
Junior, quien no tiene ningún problema en alisar su cabello
para la fotografía del colegio, lo que produce la proyección
del temor de una madre viuda, cabeza de hogar, quien ve a
su hijo muy diferente al típico “varoncito, desde el patrón
establecido y repetitivo en una sociedad donde las niñas
sueñan con ser “misses y los varones “militares”.
De allí, el racismo plasmado desde el título de la
película, que da forma al término peyorativo de “pelo crespo
y la mirada inquisidora de un verdugo que no permite la
libertad a ser diferente, son los argumentos de Rondón que
no se diluyen en máscaras para mostrar un conicto familiar
donde la esperanza es lo primero que se acaba. Al respecto,
Rondón advierte que Pelo Malo es una película contra la
intolerancia que apoya las pequeñas rebeldías” (García,
2013), como la de Junior, quien quiere formar su identidad
en la libertad en que se mueve su mente, por lo que Rondón
toma esos pelos rebeldes, típicos de la pubertad, para gritar
contra la violencia que vive un niño que solo busca aanzar
su identidad.
A diferencia de su anterior película, donde los
recursos grácos y sonoros fueron fundamentales para la
representación de la visión infantil, en este caso, la directora
se vale de la mirada de Junior y de cómo él ve las acciones
de los personajes, implementando una puesta en escena
realista, a través de planos acordes al tono narrado, donde
las actuaciones son las mejores herramientas para reejar la
esencia y autonomía de Rondón.
“Tienes pelo malo” ¿Racismo
disimulado?
Retomando a Münsterberg (1916, citado por
Dudley, 1993), quien nos habla de las experiencias del
artista-creador y cómo a través de éstas despliega su punto
de vista, en Pelo Malo Rondón expone que el venezolano usa
tal expresión para referirse a quienes tienen el pelo crespo,
siendo asumida cotidiana y convencionalmente de forma
despectiva por la sociedad, por lo que surge la pregunta: ¿Es
malo tener el pelo crespo? El título de esta obra nos asoma
a la exploración de esa convención cultural que demanda
lo deseable, viéndose reejada la teoría de Münsterberg, al
darse a conocer esos patrones preconcebidos en la mente
humana.
De igual manera, cabría preguntarse: ¿Cómo es
posible que un niño interiorice estas creencias culturales?
Esta interrogante puede ser respondida cuando vemos
de forma muy sutil en diferentes escenas a la amiga de
Junior emitiendo comentarios despectivos sobre su pelo,
al igual que otros niños que se burlan de él, provocando
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que intrínsecamente sienta el rechazo hacia su cabellera,
que lo aleja de lo deseable, viéndose plasmado un racismo
casi oculto, invisible, construido por la sociedad, como una
“normalización de lo que no debe ser, para de esa forma ser
aceptado sin reclamos.
Descubriendo a Junior
En la propuesta de análisis de Sulbarán (2000)
sobre lo semiótico-narrativo aparece la importancia de la
descripción del personaje para su mejor entendimiento en
el desarrollo de la narrativa cinematográca y, en el caso
de esta película, Junior es presentado en la primera escena
como un niño delgado, de apariencia frágil, que está con su
madre en una casa donde ella presta servicio doméstico. En
este primer momento vemos al protagonista con el deseo
de lavar un jacuzzi, pero su madre le advierte que no moje
su ropa, a lo que el asienta con su cabeza. Seguidamente,
comienza a limpiarlo y se desviste, quedando en ropa
interior y se introduce en el jacuzzi, disfrutando una especie
de fantasía en el agua, haciendo un sutil movimiento de
cabeza mientras alisa su cabello mojado, lo cual puede
interpretarse como el deseo de querer tener un cabello liso
y largo.
Figura 1
Junior disfrutando del agua en el jacuzzi.
En este momento íntimo se capta la corporalidad
y sensualidad del personaje, lo que se convierte en el
vehículo conductor del discurso narrativo, ensueño que es
interrumpido por la mirada de la dueña de la casa, quien
lo regaña. Junior reacciona y vuelve a su realidad. Su
madre lo increpa y de aquí en adelante se hace evidente
la relación de tensión entre ella y Junior, dado su particular
comportamiento. La primera impresión que da Junior en
esta introducción como personaje es su fragilidad corporal
y la exploración de su cuerpo, lo cual alerta la mirada de la
madre.
Cuando Sulbarán (2000) hace referencia al
personaje y su entorno, explica que ese mundo lo lleva
a actuar, siendo esto reejado cuando vemos a Junior
conversando con su amiga, jugando y viendo concursos
de belleza, situación que se refuerza cuando se dirigen al
estudio fotográco y se encuentran con el dueño, quien
les pregunta cómo irán vestidos para la fotografía. La
niña reacciona sin titubear sobre su atuendo, que incluirá
tacones, vestido y una corona, pues quiere lucir como una
“miss”; mientras que a Junior el fotógrafo le coloca una
boina militar y le muestra la fotografía de un niño de piel
oscura, uniformado y con un fusil en la mano. Junior se
quita la boina y le dice que él se vestirá como un cantante y
tendrá el cabello liso.
Figura 2
Junior se niega a vestir como militar.
Esta escena también se puede analizar desde la
teoría psicológica de Münsterberg (1916), quien aborda las
experiencias vividas por el autor de la obra, ya que Rondón
toma la expresión humana y, en especíco, la exteriorización
de esos estereotipos de género que se maniestan en esa
Venezuela retratada, donde la niña debe ser miss y el niño
“militar”, pero Junior no encaja en ese ideal de masculinidad
implantado. Allí claramente se establece la posición jada
por la autora del lme ante estos esquemas sociales.
Por otra parte, por haber muerto su padre, el
núcleo familiar de Junior está rodeado de solo guras
femeninas. Su madre, Marta, jefa de familia, en la que
recae la autoridad y responsabilidad, está desempleada
y desesperada por la situación económica. No tiene
demostraciones de afecto hacia Junior. Su expresión
constante es de rudeza, además de no estar convencida
de los deseos de Junior de alisarse el pelo, temiendo que
sean rasgos de una iniciada homosexualidad, lo que en su
barrio es muy mal visto. Mientras tanto, su abuela paterna,
Carmen, lo complace en todo y es quien se conmueve
por sus deseos, apoyándolo en la idea de alisarse el pelo
y vestirse como un cantante. Estos dos personajes son los
que llevan la dualidad reinante en la historia, estableciendo
el pulso narrativo dentro de ella, logrando sumergir a Junior
en medio de los dos extremos, que están a favor y en contra
de su cambio de look.
Como te miro, ¿importa?
Adentrándonos a los operadores formales
técnicos-expresivos, planteados por García de Molero
(2007) y las categorías de análisis que sugiere, están los
Gilberto Polo Pacheco y Romina De Rugeriis
La denuncia social desde la mirada infante: Pelo Malo de Mariana Rondón
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tipos de planos y los encuadres que dan el tono de la
historia y, en este caso, la estrategia empleada para plasmar
la visión infantil es esa mirada que reeja el plano, que
viene a darle voz a lo que ve el niño, valiéndose del uso
de primeros planos en la mirada de Junior, para luego ir
al plano subjetivo del niño y de esa forma ubicarnos en
sus emociones. Además de encontrarse una diversidad
de planos donde se muestra la espalda de Junior, dando
la impresión de que el espectador también lo observa a
lo lejos. El empleo de estos planos propone una posición
más emocional, además de estar a nivel de quien ve las
cosas (Junior), ayudando a que la trama pueda tener una
personalidad no desde el punto de vista del adulto, sino de
un niño que está explorando para conocerse a sí mismo.
La utilización de la cámara subjetiva viene
a gracar la mirada que tiene Junior de las distintas
situaciones a las que se enfrenta. Este empleo de planos
reeja esas miradas y es el punto de avance narrativo dentro
de la historia, a través de los cuales se presenta la forma en
que Junior ve las cosas, donde él mismo busca o trata de
conocer su propia visión identitaria.
Figura 3
Junior observa desde su apartamento.
Junior, objeto de juicio
Al hacer referencia al conicto dentro de la trama,
Sulbarán (2000) lo establece como fundamental dentro
de cualquier análisis, pues desde allí se ja el discurso que
se busca dar y, en el caso de Pelo Malo, se da a través de
Marta, quien está atenta al comportamiento de su hijo y
decide actuar con dureza. Al respecto, veamos algunas
escenas. Cuando van a desayunar, Junior llega a la mesa y
encuentra todos los platos desordenados, por lo que decide
organizarla, hasta que aparece su mamá. Ya en la mesa,
Marta, quien sostiene con sus manos un plato y un bebé
(hermano de Junior), ve la mesa tan ordenada que duda
acerca de dónde colocar el plato, y es Junior quien se lo
indica; ella accede y comienzan a comer; ella trata de darle
comida al bebé y este no quiere, lo cual altera su humor,
que explota al ver la delicadeza con la que Junior ingiere
los alimentos, reprendiéndolo por comer tan “lento. En esta
escena se asoma el temor que tiene Marta al ver en su hijo
un comportamiento que no es el más común dentro de la
sociedad en la que conviven, tratándolo con rudeza para
intentar “corregirlo.
En otra escena, aunque no hay gritos, hay
represión psicológica. A través de la mirada de Marta, vemos
como Junior es “regañado” por su comportamiento, cuando
él y su amiga observan muy emocionados a unos niños que
están bailando hip hop, demostrando gran destreza. Junior
canta, cierra sus ojos y comienza a bailar, pero de una forma
lenta, muy diferente a la de los otros niños. Marta lo observa
muy enfadada; él no se da cuenta de esa mirada inquisidora,
pero su amiga lo toca y Junior reacciona asustado y deja de
bailar.
Figura 4
Marta observa a Junior.
Tomando lo dicho por García de Molero (2000)
referente a los operadores semánticos a nivel temático, en
esta película observamos los momentos cotidianos de un
niño: esas escenas de hábitos como comer con la familia o
estar dentro de un entorno común, que vienen a describir
el referente más importante que se da en esta historia: la
mirada. Rondón se vale de esa cotidianidad para mostrarla
de forma acusadora, a través de una madre con un hijo
diferente, delatando una violencia que se va dando en
lo cotidiano de un niño que no actúa según el patrón o
modelo establecido. Por otro lado, a Junior le gusta estar
con su abuela Carmen, quien ve con agrado su delicadeza,
su deseo de cantar, de peinarse y de verse bonito. Es ella
quien por primera vez le seca el cabello a Junior, lo cual
le permite ver las dos posibilidades: seguir con el cabello
rizado o alisarlo, con lo cual se muestra más conforme.
Asimismo, es la abuela quien lo lleva sutilmente
a su lado más femenino, enseñándole incluso unos pasos
de baile ejecutados de forma muy afeminada al son de
“Mi limón, mi limonero, interpretada por Henry Stephen.
Sin duda vemos a través de Junior a un niño cuyas ideas
chocan con esa tradición de masculinidad que conoce su
madre, Marta.
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Figura 5
Junior se mira en el espejo, luego que su abuela le alisa la mitad
del cabello.
Entendiendo la dureza
Conocer el tema ayuda a entender no solo el punto
de vista del autor, sino el proceso comunicativo dentro de
la historia, según lo establecido por Sulbarán (2000), lo cual
en el caso analizado se da de manera consistente a medida
que avanza el proceso intolerante. Así, vemos a una madre
agobiada por el comportamiento de su hijo y, al no ver
resultados positivos”, decide llevarlo al médico, pensando
que quizá sea una enfermedad.
Al llevarlo al hospital, Marta le pregunta al doctor
por ese raro comportamiento, y éste le indica que Junior no
tiene nada malo. Pasados unos días, ella regresa a hablar con
el doctor y le pregunta francamente si su hijo es marico,
a lo que el doctor responde que quizá el problema es que
no tiene una presencia masculina en el hogar. Con esta
respuesta se hace un señalamiento que va más allá de un
simple consejo para corregir una conducta, se ve el proceso
que muchas mujeres deben asumir al vivir solas y levantar a
sus hijos. Aquí se establece que la gura masculina no existe
en la vida de Junior, y que en sus relaciones prevalecen las
guras femeninas: su madre, su abuela y su amiga.
Marta y Carmen son movidas por el miedo y
la inseguridad. La primera actúa duramente con Junior
por el temor de que los gustos de su hijo sean señal de
una innegable homosexualidad y, en su desesperación
por protegerlo, ella usa la violencia, para evitar que la
sociedad que lo rodea lo pueda dañar, por no cumplir con
el patrón establecido. Por el contrario, la abuela impulsa
a Junior a desarrollar esas preferencias estéticas distintas
al estereotipo varonil, pues ella teme que corra la misma
suerte que su hijo, quien es asesinado a causa de la violencia
reinante en el entorno, por lo que preere ver a su nieto
lejos de los patrones masculinos del barrio, que terminan
siendo “malandros” y asesinados en las calles.
En ninguno de los casos se asoma el pensamiento
de Junior, sino lo que estiman conveniente para él las guras
de autoridad (madre y abuela), transformándose en un acto
de represión al deseo de ser libre, lo que debe cumplir a
través de la confrontación, el rechazo, las indiferencias,
las miradas de la madre, que vienen a mostrar su dominio
sobre la persistencia de un niño que juega a crear su propia
identidad.
Una mirada curiosa…
En otro orden de ideas, Sulbarán (2000) le da
importancia a las repeticiones presentes en una película y
su análisis exponencial. En Pelo Malo se observa a Junior
relacionándose con mujeres casi siempre; sin embargo,
entabla una relación peculiar con el personaje de Mario, el
joven de un kiosco ubicado en la parte baja del edicio. La
gura de Mario llama la atención del niño de una manera
imprecisa, pues en la primera oportunidad lo vemos como
una relación normal, entre un comprador y un vendedor,
pero luego notamos que Junior disfruta mirar a Mario
desde la ventana de su apartamento.
Figura 6
Mario juega con Junior, a no darle la caja de fósforos.
Las “visitas” de Junior a Mario se tornan más
recurrentes; al principio para comprar los fósforos por
encargo de su mamá, pero luego Mario le regala los
fósforos, con los que Junior juega haciendo guras. De esta
relación surgen algunas interrogantes que quedan en el
aire en la historia, de donde el espectador puede considerar
otras lecturas: apoyar lo que piensa Marta o creer que es
una etapa normal de cualquier niño que no tiene una gura
masculina a su lado: ¿Será que Junior desea contar con un
hermano mayor, o ve en Mario esa gura paterna que le da
protección?
¿Condicionados?
Desmenuzando la importancia de cada fase
dentro del desarrollo de una historia, como lo plantea
Sulbarán (2000), en Pelo Malo, llegando al clímax, Junior se
encuentra cerca de cumplir su deseo, pero sus esperanzas
son apagadas, cuando Carmen culmina el vestuario que
le confecciona para la fotografía; ella se lo entrega, él se
lo coloca y observa que le queda grande, por lo que le
pregunta a su abuela: “¿Y si a mamá no le gusta?, ¿no está
muy largo?”. El niño se acerca al espejo con expresión de
asombro y se quita el traje con desesperación, mientras
repite con rabia: “¡Esto es un vestido, yo no quiero un
Gilberto Polo Pacheco y Romina De Rugeriis
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vestido!”. Este impasse con su abuela delata cómo ella
también lo condiciona a tener una identidad, la que ella
quiere, más no necesariamente con la que él se siente
cómodo.
Figura 7
Junior observa el vestuario diseñado por su abuela.
Luego de este suceso, Junior le comenta el
percance a su mamá quien, molesta, se va a casa de Carmen
y expone claramente su miedo al reclamarle: “Quieres volver
a Junior en una mariquita. Ante esto Carmen responde de
una manera rme, que ella lo hace para que no lo maten
como a su hijo, agregando: “¿Tú sabes por qué va tanto pa’l
abasto? Ahora le gusta el pelo liso, después va ser otra cosa.
Dámelo a mí y yo lo crío, tú no puedes hacer nada, él es así,
eso no se quita.
Estas frases conducen a una situación más aguda
cuando ambas negocian al niño, como si se tratase de un
esclavo, y es cuando Carmen ofrece dinero a Marta para
que se lo entregue. Marta recibe la propuesta con duda,
diciendo: ¿Cuánto me darías? Y Carmen responde: “Lo que
me pidas”. Esta secuencia devela el juego de intereses de las
mujeres ante el infante, exponiéndose solo los benecios
de ambas, algo en lo que Junior no tiene ningún tipo de
opinión, pues a él nadie le pregunta, solo ellas asumen sus
posiciones condicionadas por los prejuicios desarrollados a
través de los acuerdos sociales.
Entre sombras
En el marco de los operadores formales
técnico-expresivos, García de Molero (2007) menciona la
iluminación como categoría de mucha importancia para el
desarrollo semiótico del discurso en una película. En el caso
de Pelo Malo se apela a una iluminación naturalista, pues
hay muchos exteriores; sin embargo, en el bloque donde
viven, la iluminación es sombría, es igual de naturalista, no
hay detalles de las cosas que se presentan, hay juegos de
sombras en los rostros, dándole a la película un tono oscuro
como de inframundo, develando una expresión de la cárcel
en el que se encuentran todos, especialmente Junior.
De igual manera, el uso de la iluminación en los
interiores del bloque lo vuelve sombrío y decadente, tal y
como está el entorno de Junior. La escasa iluminación habla
de lo gris de su camino, de la poca visibilidad que tiene su
futuro ante su punto de vista como niño.
Figura 8
Junior observa la televisión.
Expirando sin oxígeno
Al nal de la historia, una escena delata a Junior
dormido en el sofá. Marta llega a la casa, entra a la cocina
y sale con un plato de comida, colocándolo en la mesa.
Junior despierta sorprendido, sonríe y comienza a comer.
Mientras disfruta de la comida, Marta comienza a guardar
su ropa en un maleta y le dice que lo llevará a que la abuela,
y que allí vivirá desde ahora. Junior no entiende nada, se
levanta y trata de detenerla con rostro de angustia y le dice:
“No mamá, yo no quiero ir para donde mi abuela (…) te
prometo que yo no canto más”. Marta, molesta, no le presta
atención a las suplicas de su hijo, y continua guardando las
cosas en la maleta. Junior, angustiado, le pregunta: ¿Y si
me corto el pelo, me puedo quedar? Marta, con un rostro
rabioso, saca una máquina automática de cortar cabello
de su cartera y la pone en la mesa. Junior atemorizado la
observa y hace silencio.
En este caso, García de Molero (2007), explica el
valor de los operadores semánticos a nivel temático y su
valor en la interpretación del tema dentro de la historia,
por lo que se encuentra en Pelo Malo la máquina de cortar
cabello como un arma letal para Junior, pues con ese objeto
se cumpliría el cometido de Marta, que es cortarle los
sueños y deseos. Este elemento es el que Marta necesitaba
para acabar con las aspiraciones de Junior, el símbolo que
viene a romper el sueño de libertad y de decisión propia.
Junior no retira su mirada de la máquina de cortar cabello
y le pregunta a Marta: ¿Y cuando me vuelva a crecer? Marta
niega con la cabeza, con ira. Junior, con indignación, le
responde: “No te quiero, a lo que Marta responde: “Yo
tampoco. Todo queda en silencio y Junior, tembloroso,
enciende la máquina y empieza a cortarse el pelo. Marta lo
observa mientras poco a poco cae el cabello.
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Figura 9
Junior se corta el cabello delante de Marta.
Esta secuencia es evidencia de la crueldad y
desesperanza que nos presenta la historia, donde Junior
renuncia a su deseo de alisar su cabello, solo por agradar
a su madre y estar con ella, demostrando el amor por su
madre y la negativa a separarse de ella. La película cierra
con un plano general del patio de la escuela, mientras niños
y niñas cantan el “Gloria al bravo pueblo”, himno nacional de
Venezuela; luego pasa a un plano medio en conjunto que
lentamente en paneo se ve acercarse hasta mostrar a Junior
en silencio, con su cabeza rapada.
Figura 10
Junior con el cabello corto, mientras los niños cantan el Himno
nacional.
Es una paradoja el hecho que escuchemos de
fondo las notas de un canto a la libertad, mientras vemos
el rostro de un niño que viene a representar esa esclavitud
en la que se tiene a muchos por el cumplimiento de un
acuerdo social, donde las minorías son echadas a la parte
trasera, y el derecho de pensar diferente te hace pequeño
ante el enorme señalamiento de una sociedad que no
deja libre el camino que te lleva a crecer, hablar, crear o
simplemente soñar, convirtiéndose Junior en una referencia
vivencial, que puede verse plasmada en cualquier rincón
de Venezuela o país latinoamericano, gracias a la mirada
infante que nos ofrece Mariana Rondón.
A modo de conclusión
Con Pelo Malo, Rondón, al entablar esas miradas
de oposición al ser diferente, toma la visión del niño
para mostrar la violencia instaurada desde el adulto, que
hace reexionar a quien ve la historia. Ella expone las
diversas miradas, y el espectador decide en qué posición
situarse: desde la madre, desde la abuela, o desde el niño,
entendiendo el lugar del infante, que es el señalado durante
todo el viaje narrado en esta película.
Esa subjetividad infantil la toma Rondón para
simbolizar el espíritu crítico, distante y escéptico del mundo
en el que el niño se encuentra. Es un mundo donde hay una
gran precariedad pero, más que física, es personal, moral,
de valores arraigados al sentido humano, y que los ojos del
niño la muestra desde su visión primigenia, donde no hay
vicios ni prejuicios.
Rondón conrma lo planteado por García de
Molero (2007) con los operadores formales técnicos–
expresivos en su categoría del encuadre y los planos,
desarrollando la subjetividad del plano con la cámara y
primeros planos del niño, y de esa forma nos ubica en lo
que él siente, además de mostrar planos de espalda a él,
dando la impresión que el espectador lo observa, al igual
que el resto de los personajes dentro de la historia.
La directora del lme hace una exploración a la
mirada desde el mundo que vive el niño al querer tomar
decisiones, cuya visión es desprejuiciada, y lucha por no ser
el niño que quiere su mamá, ni su abuela, ni el que le pide
la sociedad, sino que él quiere formar su identidad en la
libertad que se mueve su mente.
Pelo malo es la caracterización del mundo utópico
de un niño que choca con la pared de un entorno hostil. En
esta película Mariana Rondón reinterpreta la visión de un
ser humano, y la lleva a la esencia pueril, que solo quiere
verse bien arreglado, y con una apariencia que lo haga
sentirse feliz.
Referencias
Dudley, Andrew (1993). Las principales teorías
cinematográcas. Madrid, España: Ediciones Rialp. S. A.
García, R., Belinchón, G. (2013). Chávez nos
sentenció a la guerra. Entrevista a Mariana Rondón realizada
para el Diario El País de España. España: El País. Disponible
en: http://cultura.elpais.com/cultura/2013/09/28/
actualidad/1380390514_383994.ht
García de Molero, Í. (2007). Semióticas del cine. El
cine venezolano de Román Chalbaud. Mérida, Venezuela:
Editorial Venezolana C.A.
Rondón, Mariana. Entrevista realizada por
Gilberto Polo. Septiembre de 2018.
Sulbarán, E. (2000). Análisis del lm: entre la
semiótica del relato y la narrativa fílmica. Revista Opción. N°
31. Páginas. 44-71.
Revista Arbitrada de la Facultad Experimental de Arte de la
Universidad del Zulia
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Esta revista fue editada en formato digital y publicada en junio
de 2021, por el Fondo Editorial Serbiluz, Universidad del
Zulia. Maracaibo-Venezuela
Año. 16. N° 27____________________