Perfil emprendedor: competencia estratégica del docente universitario en Colombia

Mosquera-Carrascal, Adriana*

Vergel-Quintero, Damarys**

Bayona-Trillos, Ramón Armando***

Resumen

El emprendimiento en Colombia es una opción viable para el desarrollo económico a nivel nacional, departamental y local. El objetivo de la presente investigación consistió en identificar el perfil del profesor formador de profesionales emprendedores de las universidades que hacen presencia en Norte de Santander, Colombia. Para tal propósito se utilizó el método de enfoque cuantitativo y el tipo de investigación descriptiva, no experimental de diseño transeccional, mediante lo cual se obtuvo información de 219 profesores de 4 universidades que tienen presencia a nivel nacional. Dentro de los resultados se evidencia, que la competencia de los profesores más fuerte, es en la etapa de ideación con un 95% que corresponde a crear valor y calidad; la etapa de formulación, con un 95% es la responsabilidad asumida; y la etapa de aceleración con un 93,6%, representa la de toma de decisiones. Se concluyó necesario en la formación de profesionales emprendedores, la presencia de competencias emprendedoras en los profesores que le permitan trabajar en redes donde participen empresarios, gobernantes, comunidad y académicos, como instrumento para asegurar la pertinencia de los emprendedores y sus emprendimientos

Palabras clave: competencias emprendedoras; profesores; universidades; emprendimiento; perfil del docente.

Recibido: 10-08-20 Aceptado: 06-10-20

* Magíster en Administración de Organizaciones de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, Colombia. Docente de tiempo completo, investigador del grupo Gidse, Director del programa académico de Tecnología en Gestión Comercial y Financiera, Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña, Colombia. Email: amosquerac@ufpso.edu.co. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5993-1529

** Magíster en Administración de la Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña, Colombia. Docente, Coordinador del Centro de Proyección Empresarial CEPREM, investigador del grupo Gidse, Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña, Colombia. Email: dvergelq@ufpso.edu.co. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9273-229X

*** Magíster en Administración de Empresas de la Universidad Santo Tomas, Colombia. Docente de tiempo completo, investigador del grupo Gidse, Director del Departamento de Ciencias Administrativas, Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña, Colombia. Email: rayonat@ufpso.edu.co. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4894-7255

Entrepreneur profile: strategic competence of university teachers in Colombia

Abstract

Entrepreneurship in Colombia is a viable option for economic development at the national, departmental and local levels. The objective of this research was to identify the profile of the teacher training professional entrepreneur from the universities that are present in Norte de Santander, Colombia. For this purpose, the quantitative approach method and the type of descriptive, non-experimental investigation of transectional design were used, through which information was obtained from 219 professors from 4 universities that have a national presence. Among the results, it is evident that the strongest competence of teachers is in the ideation stage with 95% corresponding to creating value and quality; the formulation stage, with 95% is the responsibility assumed; and the acceleration stage with 93.6% represents the decision-making stage. It was concluded necessary in the training of entrepreneurial professionals, the presence of entrepreneurial skills in teachers that allow them to work in networks where businessmen, government officials, community and academics participate, as an instrument to ensure the relevance of entrepreneurs and their ventures

Keywords: entrepreneurial competences; teachers; universities; entrepreneurship; teacher profile.

1. Introducción

El sistema productivo de un país debe garantizar la satisfacción de las necesidades de su población haciéndose evidente la necesidad de crear un ecosistema que propicie la creación de empleo, la generación de la riqueza y el sustento de la población en búsqueda de elevar el nivel de vida de sus habitantes, siendo el emprendimiento la herramienta para la gestación de nuevo tejido empresarial y una estrategia para modernizar y administrar un país, aún más cuando se encuentra en desarrollo, por lo que se requiere la investigación educativa universitaria como propulsora de la economía, para contribuir de una forma más adecuada a la innovación tecnológica, lo que demanda un desempeño óptimo de los sistemas de innovación y emprendimiento.

En este sentido, es imperante la necesidad de adecuar la formación inicial del profesorado a los cambios sociales e incrementar sus competencias para el ejercicio de su profesión para garantizar la pertinencia en la formación universitaria de frente a las necesidades de un país (Hinojosa et al, 2016:89). En concordancia con esta necesidad, se han realizado estudios como el denominado “habilidades y capacidades del emprendimiento: un estudio bibliométrico”, donde se afirma que los gobiernos reconocen la relación directa entre el apoyo a las actividades de emprendimiento con el incremento en la productividad, mediante la creación de nuevos empleos (Ovalle et al, 2018:217).

Otro estudio significativo abordado fue el titulado Desarrollo de competencias emprendedores y comunidades de aprendizaje en la Universidad del Zulia, donde los autores manifiestan que las universidades son las llamadas a gestar los cambios en la formación tradicional de profesionales de acuerdo con lo que requiere la sociedad actual (Ávila et al, 2018:366). Igualmente, se encontró el estudio Sostenibilidad de los emprendimientos: un análisis de los factores determinantes, donde se plantea la cultura del emprendimiento como factor que influye en el crecimiento y competitividad del país (Rivilla & Reina, 2016:33).

En este sentido, los autores de estas investigaciones, definen la habilidad emprendedora como la capacidad de un individuo para identificar y aprovechar oportunidades en el entorno donde se encuentra. Esto le permite emprender mediante la generación de nuevos productos o servicios (Ovalle et al, 2018:217); mientras que según Kirby (2004); Sarasvathy (2001); Timmons y Spinelli (2007), citados por Ávila, & Nava (2018), consideran que las competencias emprendedoras más sobresalientes son: la conformación y participación en redes, la resolución de conflictos, la orientación al logro, destreza para asumir riesgos, trabajo en equipo, creatividad, iniciativa, autonomía y ética empresarial (Avila et al, 2018:366),

Así mismo, Sepúlveda & Reina (2016), manifiesta que es necesaria la capacitación de los profesionales para adquirir y desarrollar las competencias, conocimientos y capacidades fundamentales en la gestión de organizaciones (Rivilla & Reina, 2016:33), en correspondencia a la necesidad presente en la sociedad de activar la economía mediante el emprendimiento como alternativa de ingreso y sostenibilidad de los colombianos, lo anterior de acuerdo a la investigaciòn denominada “El desarrollo del espíritu empresarial en la universidad: evidencias nacionales e internacionales” realizada por Salinas (1998).

Asímismo, en el 2013 se realizó la investigación denominada “Caracterización del ecosistema emprendedor en las instituciones de educación superior en el municipio de Valledupar”, desarrollada por docentes investigadores y financiada por la Universidad de Santander (Perduz et al, 2016:29), donde consideran que entre las competencias de los profesores deben destacarse el ser facilitador, problematizador, empático, tolerante, responsable y motivador.

Otros autores tenidos en cuenta como referentes en el tema de investigación son: Varela (2008), Schumpeter (1934), Shapero (1987), Urbano & Toledano (2008), quienes en sus resultados manifiestan que los emprendedores deben tener una particular manera de pensar, forma razonar y convivir vinculada y producido por la búsqueda de una nueva oportunidad de negocio y su fruto es la innovación, creación, realización, mejora, y renovación del tejido empresarial. Así mismo, la conceptualización del perfil del profesor, es abordada por instituciones que fomentan el emprendimiento como el Banco Mundial, el Congreso de la República de Colombia, Innpulsa Colombia, Cultura E Medellín, el proyecto de la unión Europea “CIP- Project Young Entrepreneurship in Action”.

El análisis de las anteriores investigaciones, es el referente para dar respuesta al objetivo del presente artículo, el cual pretende identificar el perfil del docente formador en emprendimiento de las universidades que hacen presencia en Norte de Santander, Colombia, perfil basado en competencias, identificando las siguientes problemáticas: los profesores deben poseer competencias emprendedoras, personales y didácticas que faciliten la formación de profesionales emprendedores como aporte al desarrollo económico e insumo buscando incrementar la competitividad y la productividad de las organizaciones; en este sentido la pregunta es: ¿Cuál es el perfil del profesor formador de emprendedores de las universidades que hacen presencia en Norte de Santander?

Con el propósito de dar respuesta a esta pregunta, se realizó la investigación en cuatro universidades que ofertan programas presenciales a nivel nacional, regional y municipal, específicamente en Ocaña, Norte de Santander, durante el año 2018, utilizando el método de enfoque cuantitativo y el tipo de investigación descriptivo, sin ser experimental de diseño transeccional, enmarcado en teorías que se enfocan en las competencias emprendedoras, personales y didácticas requeridas en el docente para la formación de emprendedores, se tuvo en cuenta una población de 509 maestros, estableciendo una muestra de 219 docentes mediante la fórmula estadística para poblaciones finitas, abordándolos mediante un cuestionario organizado a través de ítems bajo escala de Likert.

2. Formador de emprendedores

La universidad y el Estado, reconocen al emprendimiento como la estrategia para dinamizar la economía, siendo el proceso de innovación una herramienta para formar empresarios. En relación con lo sostenido por Shumpeter (1934), el empresario innovador es el fundador de nuevas empresas, y productos; se sale esquema tradicional de hacer las cosas dejando la rutina de lado. Con sus dotes de líder, identifica el mejor modo de proceder, visualizando el panorama desde una óptica diferente e innovadora (Schumpeter, 1934). Para Shapero (1987), la formación tanto de nuevos empresarios como de empresas es el producto de la interacción de factores situacionales, culturales, sociales, económicos y psicológicos.

Estas interacciones son fundamentales para generar riqueza, entendiendo que la diferencia no la hace la tierra, el trabajo y el capital que un país posea, sino su gente, tal como se muestra en la experiencia de Corea, donde se resalta la gente como factor trascendental en este propósito (Varela, 2008). En la formación de la gente, intervienen los profesores universitarios en quienes deben estar desarrollas ciertas competencias las cuales deben ser observadas y juzgadas por terceros (Boyatzis, 1982), teniendo en cuenta que competencia, conocimiento y saber son similares: saber conocer, saber ser y saber hacer en contextos diversos, con el mismo y con sus semejantes, en un sistema definido (Argudín, 2014).

Profesores, en los que sean observadas esas competencias, contribuyen a que sus estudiantes fomenten una cultura emprendedora, cuya base es la creatividad y la responsabilidad con la sociedad, comprometidos con la generación de valor en todo lo que emprendan (Ovalle et al, 2018). Estas competencias bajo el enfoque organizacional se utilizan para determinar los factores o elementos relacionados con la forma correcta de actuar de los colaboradores o profesores de acuerdo a lo que se espera (Chomsky, 1985).

Sastre et al, (2010), definen la competencia como la capacidad desarrollada en la realidad, que se traduce en la forma de mostrar en un ser humano la presencia de habilidades, saberes, acciones y actitudes para identificar y gestionar los problemas que se presentan en los diferentes entornos, por lo que se pretende que la práctica docente esté encaminada a proporcionar a la sociedad profesionales ricos no sólo en conocimientos (Saber) sino también en habilidades y destrezas (Saber Hacer) y en actitudes y valores (Saber Ser, Saber Estar).

Asímismo, existen modelos como el “Iceberg”, propuesto por Spencer & Spencer (1993), utilizado en la investigación denominada “Caracterización del ecosistema emprendedor en las instituciones de educación superior en el municipio de Valledupar”. También, Perduz et al, (2016:29), conciben que los saberes y habilidades se encuentran en la parte más elevada del Iceberg, en tanto que en la parte inferior y profunda se encuentran el desempeño social, la concepción individual, los rasgos y las motivaciones (Cultura E Medellín, 2010). Igualmente, debe ser motivador, creer en el programa, sentido común, vocación de líder, comunicación, valores morales, capacidad docente, perfil universitario y vocación docente (Anzola, 2008).

Al respecto, se ha definido una especie de competencias que son apetecibles en los docentes responsables de formar emprendedores en la universidad, entre las que se destacan ser motivador, vocación de líder, vocación docente, comunicación, (Anzola, 2008); tiene iniciativa, es reconocido, identifica las expectativas del estudiante, maneja herramientas y métodos de trabajo enfocados al emprendimiento (Cámara de Comercio de Bogotá, 2009), revisa y ajusta sus prácticas académicas, basa el aprendizaje en la experiencia, trabaja por proyectos asume riesgos, trabaja colaborativamente, empatía, tolerancia, respeto, trabaja en enfoque sistémico y sostenible, planifica el proceso de enseñanza aprendizaje, evalúa y controla los resultados y es promotor (Perduz, et al, 2016).

Para la presente investigación, específicamente al indagar en el perfil del profesor que forma emprendedores, se adopta el modelo de definición de competencias asumido por el proyecto de la unión Europea “CIP- Project Young Entrepreneurship in Action”, citado por Arruti (2016), el cual conceptualiza los conocimientos sobre el emprendimiento y la educación del emprendimiento como la actitud reflexiva abierta hacia el emprendimiento y destaca entre las competencias que todo profesor debe desarrollar en el aula a lo largo de su proceso de desarrollo profesional las competencias emprendedoras, (Arruti, 2016), las cuales se describen a continuación.

Con respeto a las competencias emprendedoras, el profesor desarrolla temas empresariales, se identifica como entrenador, actúa de forma innovadora, toma riesgos, es responsable, es dedicado a una actividad, identifica y aprovecha oportunidades del entorno, crea nuevas ideas, las presenta a los estudiantes, organiza y planifica actividades, convierte las ideas en acciones, trata de crear valor y calidad, hace uso de la experiencia particular, hace redes de trabajo, idea planes, toma decisiones, gestiona proyectos, recurre a expertos en su labor docente, se centra en experiencias de la vida real, visualiza a los estudiantes como emprendedores o intraemprendedores, intenta sellar la brecha entre la educación y la economía y posee una extensa red de contactos profesionales.

3. Fundamentación metodológica

En la presente investigación se utilizó el tipo de investigación descriptiva, debido a que se especifica las características y rasgos importantes del perfil del docente formador en emprendimiento de las universidades que hacen presencia en Norte de Santander, Colombia, así mismo el método de enfoque es cuantitativo, para ello se utilizó como instrumento de recolección de información la encuesta, a través de la cual se identificó las competencias emprendedoras, personales y didácticas observadas en los profesores de la Universidad Francisco de Paula Santander Ocaña, Fundación de Educación Superior de Confaoriente FESC, Escuela Superior de Administración Pública ESAP y la Universidad Autónoma del Caribe.

De acuerdo al objetivo que se persigue, la investigación no es experimental debido a que no se pretende reproducir en un laboratorio las competencias que poseen los maestros, sino describirlas en cuanto si están presentes o no en ellos. Así mismo, en relación con las fuentes primarias, los datos se recolectaron en el 2018, en un único corte, por lo que el diseño es transeccional, entendiendo que la dinámica de recopilación de las características de los profesores que definen su perfil, no se pretende realizar una contrastación en varios periodos de tiempo.

Para conocer el perfil del docente formador, se toma el total de los profesores que laboran en estas instituciones de educación superior, que asciende a 509 de acuerdo a información suministrada por las directivas de cada institución y debido al tamaño de esta población se utilizó el muestreo aleatorio simple, obteniendo una muestra de 219 profesores a encuestar.

En la recopilación de información primaria se utilizó como técnica la encuesta y el instrumento el cuestionario, y se aplicó a 219 profesores de las cuatro universidades, de acuerdo a la muestra arrojada por la fórmula estadística para poblaciones finitas. El cuestionario consta de 64 competencias (personales, didácticas y emprendedoras), mediante una escala de Likert de cinco opciones de respuesta así: 0= nunca, 1= casi nunca, 2= a veces, 3= casi siempre, 4= siempre.

Para validar el instrumento garantizando que los resultados sean confiables y coherentes, buscando que la aplicación repetida a la misma población de profesores no presente divergencias sino sea lo más homogéneo posible, se procedió a validar el instrumento por 9 expertos a los que se les entregó un cuestionario con 76 ítems de competencias pidiéndoles que por favor de forma rigurosa evaluaran otorgándoles a cada ítems un porcentaje, a cada uno de los siguientes criterios: claridad, redacción, si el instrumento contenía la información necesaria para responder a la escala de competencias, si es posible responder por sentido común, evaluación de la competencia en correspondencia a ser de tipo personal, didáctica o emprendedora, y el nivel en que el ítem respondía a una competencia del docente.

Los expertos que realizaron este proceso evaluando los ítems fueron nueve (9) profesores universitarios quienes no habían participado en la formulación de los mismos y que, como coordinadores de líneas o componentes del programa, son responsables de adelantar junto con los profesores de las asignaturas, la actualización de los micro currículos de los diferentes planes de estudio que ofertan las universidades, los cuales contienen las competencias a alcanzar por los estudiantes. Lo anterior, de acuerdo a la gran diversidad de criterios en relación a lo que significa competencia y las implicaciones de la misma y en consecuencia se utilizó este recurso humano que ha sido parte en la formulación de competencias.

Para evaluar los ítems que definen las tres clases de competencias, se procedió a utilizar la metodología de Lynn (1986), que permite conocer si efectivamente el contenido de los ítems es válido, proceso por medio del cual se obtuvo el porcentaje promedio de docentes que consideraron que los criterios anteriormente mencionados estaban presentes en los ítems evaluados, arrojando que la mayoría de los ítems superaban el 85% de asertividad con respecto al objetivo buscado, los que no superaron este porcentaje fueron desechados, razón por la cual de 76 ítems de competencias, se pasó a organizar el cuestionario con 64 competencias y en este estudio se analizan 19, correspondientes a las competencias emprendedoras.

Para la aplicación del instrumento, se organizaron los 19 ítems clasificados en tres grupos de competencias, en tres etapas para emprender (ideación, formulación y aceleración), mediante una escala de Likert de cinco opciones de respuesta así: 0= nunca, 1= casi nunca, 2= a veces, 3= casi siempre, 4= siempre. Los profesores respondieron la encuesta y se procedió a tabular los datos recolectados de forma cuantitativa mediante tablas y gráficas, a través del software estadístico SSPS y de forma cualitativa mediante el análisis de las mismas de acuerdo al objetivo propuesto.

4. Perfil emprendedor del profesor universitario

Los profesores son fundamentales en la formación de emprendedores debido a que influyen en el desarrollo de competencias relacionadas con ser empresario, desde esta perspectiva, el profesor formador de emprendedores requiere que presente y desarrolle dentro de su rol como docente, unas características y competencias emprendedoras, distribuidas por las tres etapas del proceso de emprender, de las cuales se encontraron los siguientes hallazgos, tabla 1:

Tabla 1

Competencias emprendedoras etapa de ideación

Competencias emprendedoras de ideación

Casi nuca

A veces

Casi siempre

Siempre

Trata de crear valor y calidad

0,9

4,1

38,8

56,2

Toma riesgos

2,7

17,8

37

42,5

Crea nuevas ideas

0

15,6

44,7

39,7

Actúa de forma innovadora

0,5

12,8

51,1

35,6

Convierte las ideas en acciones

0,9

8,3

37,4

53,4

Visualiza a los estudiantes como emprendedores o intraemprendedores

5,5

20,5

37

37

Identifica y aprovecha oportunidades

1,4

8,7

47

42,9

Fuente: Mosquera (2019) de acuerdo a los datos suministrados por 219 cuestionarios aplicados a profesores universitarios.

Los desafíos que la vida presenta al ser humano, así como los problemas de la sociedad, las tendencias nacionales e internacionales y hasta las oportunidades de los sectores desatendidos, son un insumo para la ideación. Lo anterior, se constituye en materia prima en la generación de nuevo tejido empresarial, como lo reconocen varios autores al afirmar que el emprendimiento en la historia es reconocido como un fenómeno que impulsa el desarrollo de la sociedad en el mundo (Higuera et al, 2019:126)

En este sentido, es la innovación un pilar fundamental para gestar emprendimiento, por lo que debe estar presente en el carácter de los profesores, quienes son personas fuertes, estables, rebeldes, inteligentes, idealistas, no alienadas, desafiantes, elocuentes, emprendedoras, creativos, auténticos, entusiastas, inclinadas a las situaciones vanguardistas, sobresaltadas, temerarias y arriesgadas (Ríos, 2004)

Con respecto a la investigación desarrollada, se evidencia que el 35,6% y el 51,1% de los profesores, siempre y casi siempre, y el 12,8% de ellos, a veces, consideran que actúan de forma innovadora, de acuerdo a este tipo de personalidad, lo que permite a los estudiantes mejorar en aspectos fundamentales de su interior, como la autoestima, la valoración propia, capacidad de decisión, dedicación, seguridad para actuar, y responsabilidad, cualidades que son clave para el surgimiento de los procesos emprendedores.

Los profesores orientados hacia el emprendimiento asumen riesgos, entendidos estos con la probabilidad que se originen pérdidas en el proceso y se dispersen los resultados en relación con lo esperado, con lo planificado y expresado en los objetivos, es decir el efecto ocasionado por la incertidumbre (Martins et al, 2015:36), en este sentido, el 79,5% de los profesores universitarios, manifiestan que asumen riesgos, mientras que el 20,5% solo en algunas oportunidades lo hacen; siendo ésta una condición indispensables para el emprendimiento, se deduce que los profesores fomentan la cultura emprendedora en sus aulas de clase.

Es así como en el fomento del emprendimiento, el profesor universitario, al igual que el empresario, permanece constantemente búsqueda de oportunidades que presenta el entorno, en beneficio del positivo crecimiento económico (Parra et al, 2015:93), en consecuencia, la investigación revela que el aproximadamente el 90% de los docentes universitarios, con frecuencia identifican y aprovechan las oportunidades que el ambiente les presenta, beneficiando así el surgimiento de estudiantes emprendedores.

Una vez el profesor universitario, reconoce las oportunidades, con ella crea nuevas ideas, en este sentido, el 84,4% con frecuencia y el 15,6% a veces, y posteriormente las convierte en acciones, es así como aproximadamente el 91% de los docentes dicen lograrlo, siendo un desafío para el 9% quienes en pocas ocasiones lo logran; es importante que el docente, como parte de la organización, sea una persona fluida y flexible que motive a los estudiantes a formular nuevas ideas y procesos susceptibles de ser convertidos en productos y servicios que alcancen el éxito en el mundo empresarial (Flores, 2015)

En concordancia con lo anterior, para alcanzar el éxito empresarial, las nuevas ideas requieren de la agregación de valor o factor diferenciador, que le permita ser competitiva en el mercado, por tal razón, en la formación de los profesionales, es importante que los profesores se caractericen por crear valor y calidad en su quehacer diario, al respecto, el 38,8% de los profesores casi siempre y el 56,2% siempre tratan de lograrlo como aporte a la generación de emprendedores dentro del ecosistema de emprendimiento e innovación de la región donde se encuentran inmersos.

Otro factor importante en para formar emprendedores desde los claustros universitarios, es visualizar a los estudiantes como emprendedores o intraemprendedores, observándose que el 20,5% de los profesores solo a veces ven al empresario en los estudiantes, mientras que el 74% así los perciben, siendo estos resultados alentadores, en la formación tanto de empresarios (dueños de sus propias organizaciones) como intra empresarios (empleados), porque reconocen que estos últimos, de acuerdo a varios autores, al involucrarse en los órganos de dirección contribuyen a las organizaciones otorgándoles efectividad y celeridad tanto a las juntas directivas como a las asambleas (Rivera & Canay, 2019).

Después de lograr concretar una idea, es fundamental proseguir con la etapa de formulación en la cual a través de un plan concreto se pueda conocer la viabilidad de la idea seleccionada, con este propósito, se realizan esfuerzos organizacionales a través de planes, actividades, tareas y demás acciones prioritarias que conduzcan a la obtención de más información que permita la mejor toma de decisiones al respecto de la idea formulada, tabla 2.

Tabla 2

Competencias emprendedoras etapa de formulación

Competencia emprendedoras

Nunca

Casi nuca

a veces

Casi siempre

Siempre

Idea planes

0

0

10,5

46,1

43,4

Organiza y planifica actividades

0

0

7,3

33,3

59,4

Apoya el desarrollo de habilidades de gestión de proyectos

0

2,7

12,8

49,8

34,7

Desarrolla temas empresariales

1,8

6,8

27,4

38,8

25,1

Intenta cerrar la brecha entre la educación y la economía

2,7

5,5

22,8

43,8

25,1

Asume la responsabilidad de una actividad

0

0,9

4,1

38,8

56,2

Es dedicado a una actividad

0

0,9

8,2

37,4

53,4

Fuente: Mosquera (2019) de acuerdo a los datos suministrados por 219 cuestionarios aplicados a profesores universitarios.

En razón de lo anterior, el profesor universitario no se debe quedar solo en la estimulación para la obtención de ideas, sino que sus competencias estarán enfocadas en desarrollar de manera individual y posteriormente colectiva, competencias que le permitan a él y a sus estudiantes encontrar mecanismos de formulación de planes y programas, actividades y acciones que evidencien la necesidad, viabilidad y operacionalización de las ideas formuladas.

En este sentido, entre la población objeto de estudio, el 89,5% de los profesores universitarios, con frecuencia idean planes y el 10,5% en ocasiones lo hacen; son relevantes estos resultados, entendiendo que la sociedad se encuentra estructurada bajo planeación comprendida desde la más básica y empírica hasta la más organizada a nivel internacional mediante la agremiaciones de diferentes nacionalidades; nacional, mediante los planes de desarrollo y demás planeación estratégica; y a nivel empresarial, planes de acción, planes de negocio, éstos últimos muy utilizado por los emprendedores para facilitar el periodo de surgimiento del nuevo emprendimiento, que permita la obtención y análisis de información como insumo en la toma de decisiones (Orozco et al, 2016:54).

Continuando con la importancia de la planificación, al analizar los resultados, de la investigación, se observa que el 92,7% de los docentes universitarios, organizan y planifican actividades, lo que demuestra una actitud positiva y favorable, requerida para formar emprendedores universitarios, entendiendo que la capacidad de planificación es una de las características identificadas dentro de los hábitos empresariales orientados al logro (Garzozi et al, 2014)

Así mismo, otra habilidad importante en el perfil del docente universitario es la de gestionar proyectos debido a que por medio de esta destreza los emprendedores pueden lograr el resultado que ellos anhelan bajo ciertas condiciones que permiten la evolución y el mejoramiento continuo de las ideas emprendedoras dado su carácter dinámico y flexible (Shek, 2013), en tal sentido en la presente investigación se observó que el 84.5 de los profesores universitarios con frecuencia apoya el desarrollo de habilidades de gestión de proyectos, mientras que el 15.5 solo en algunas ocasiones lo hacen. Es importante destacar el mayor porcentaje de esta consideración en cuanto al 84.5% de los docentes que tienen como propósito entrenar a sus estudiantes en la formulación de sus ideas de negocios por medio de proyectos.

Una de las características fundamentales del formador empresarial, es encontrar maneras prácticas de transmitir su conocimiento y aún más valioso mencionar su propia experiencia en el inicio de nuevos ejercicios empresariales, estos conocimientos son trascendentales para la formación y proyecto de vida de sus estudiantes, así mismo, otro objetivo importante del docente es contribuir a que el educando desarrolle sus propias ideas, que exponga su visión empresarial, sin dejar de guiarlo, u orientarlo brindándole las herramientas y medios necesarios para que desarrolle su innovación empresarial (Cámara de Comercio de Bogotá, 2009).

En este sentido, es muy preocupante que el 8.6% de los docentes no estén incentivando el desarrollo de temas empresariales en sus alumnos, lo cual representa un alto índice ya que todos los aprendices deben tener una formación en visión empresarial. De otra parte, sin mejorar mucho las estadísticas el 27.5% de los formadores, en ocasiones implementa estrategias para el desarrollo del espíritu emprendedor de sus estudiantes. Tan solo el 63.9 de los profesores universitarios están dirigiendo a sus dicentes hacia una formación en el campo del emprendimiento, fomentando de esta manera las competencias de estos nuevos líderes, encaminados a transformar el universo empresarial del siglo XXI

Otro aspecto importante para analizar de la tabla 2 acerca de las competencias emprendedoras en la etapa de formulación es el distanciamiento existente entre la educación que forma nuevos profesionales competentes y capacitados y sus posibilidades de ascender en el escalafón económico. Al respecto podemos indicar que se encuentra un vínculo entre la baja escolaridad y sus graves resultados en la sociedad y su desarrollo económico. A la luz de la teoría del capital humano, la cual muestra que una mayor formación de las personas incide en su productividad y como consecuencia mayores beneficios e incentivos en su remuneración económica (Favila & Navarro, 2017).

De acuerdo a lo anterior, la investigación arrojó que el 8.2% de los formadores no consideran que la capacitación impartida por ellos, sea adecuada para romper esquemas de desigualdad, lo cual es preocupante, debido a que se requiere que el profesor sea consciente de su papel transformador en la vida y proyección de los jóvenes emprendedores, como se evidencia en el 66.7% de los profesores, siendo este un porcentaje alentador dentro de aquellos que asumen una responsabilidad social y formativa, más allá de un aula de clase y despiertan en sus aprendices el deseo y la convicción, de que a través de su formación, marcaran la diferencia entre la pobreza y la dignidad. Así mimo, se analiza, a aquellos docentes con un claro concepto, de que la educación cambia radicalmente las condiciones de vida del género humano, ubicándose este grupo en un 25.1%

Continuando con los resultados que evidencia la tabla 2, es preciso afirmar que aceptar o asumir la responsabilidad sobre una labor asignada indica el grado de compromiso del profesor frente a las personas que le han sido confiadas y con la sociedad. Es importante destacar que el sentido de pertenencia del educador es el resultado de la existencia de sus alumnos y el entorno académico que le rodea. Un aspecto más entorno a la responsabilidad es el amar lo que se hace, que hacer las labores sean una satisfacción no una penosa obligación (Polo, 2019)

En este sentido, la investigación revela que solo el 0.9% de los docentes no actúan conforme a las tareas que les han sido encomendadas; en tanto que el 42.9% realizan las labores que le han sido conferidas de manera satisfactoria; y el 56.2% de los profesores, siempre están dispuestos a cumplir con sus asignaciones indicando este porcentaje un alto compromiso por parte de los educandos hacia sus alumnos.

El último ítem de la tabla 3 resalta la dedicación de los educadores a sus actividades cotidianas, y aquellas a corto y largo plazo. Es necesario mencionar que naturalmente la principal actividad de un profesor es formar, capacitar, influir de manera positiva en sus dicentes. Para el correcto análisis de este aspecto debe considerarse el hecho de que los formadores pertenecen a instituciones que inciden en el cumplimiento acertado de sus asignaciones, sea por misión, visión o subordinación, resaltándose de estas razones la convicción de realizar las tareas por el beneficio que esto trae a los aprendices. (Polo, 2019)

En concordancia a esto, se hace la observación especifica de los porcentajes de esta competencia dentro del perfil del profesor universitario, teniendo como primer número el 0.9% de los educadores que no se dedican a una actividad asignada, en segundo lugar, se observa que el 42.9% de los encuestados responden con frecuencia a los requerimientos estipulados para ellos, y finalmente el 56.2% de los educadores se preocupan por cumplir con todas sus responsabilidades. Sumando estos dos últimos factores el 42.9% que frecuentemente cumplen y el 56.2% que siempre cumplen, se obtiene un resultado del 99.1% cifra muy significativa en cuanto al compromiso y sentido de pertenencia por aparte de los formadores de emprendedores, la cual se presenta como fortaleza significativa de del perfil del profesor universitario, formador de emprendedores.

La etapa de aceleración permite a los emprendedores impulsar sus negocios para que despeguen sus ventas y comiencen a facturar, presentando un crecimiento sostenido y significativo, en razón de lo anterior, se considera relevante que el profesor universitario, dentro de su rol como formador de emprendedores, desarrolle ciertas habilidades enfocadas en la etapa de aceleración para que pueda imprimir en sus educandos el deseo de hacer crecer su idea de negocio ya formulado hasta convertirlo en una realidad tangible, tabla 3.

Tabla 3

Competencias emprendedoras etapa de aceleración

Competencia emprendedoras

Nunca

Casi nuca

a veces

Casi siempre

Siempre

Hace redes de trabajo

0,5

4,1

27,8

38,8

28,8

Toma decisiones

0,9

0.9

5,5

32

61,6

Hace esfuerzos para lograr los objetivos de una actividad

0

1,4

6,4

35,6

56,6

Recurre a expertos en su labor docente

0

1,4

19,2

42,9

36,5

Se centra en experiencias de la vida real

0

0,9

11

49,3

38,8

Se identifica como entrenador

2,7

5

24,7

39,3

28,3

Posee una extensa red de contactos profesionales (networking)

5

5,5

30,6

37

21,9

Fuente: Mosquera (2019) de acuerdo a los datos suministrados por 219 cuestionarios aplicados a profesores universitarios.

En este orden de ideas, una de las habilidades primordiales en los profesores universitarios son las relacionadas con la destreza para participar en redes de trabajo, las cuales proveen conocimiento, información, acceso a financiación, visibilidad por lo que permiten apalancar el éxito empresarial al aumentar las relaciones sociales y avanzar en la coordinación de acciones en el complejo sistema económico en correspondencia a que el emprendedor como todo ser humano, es un ser social por lo que realiza sus actividades de manera conjunta (Herrera, 2009).

Esta habilidad es indispensable en el formador de emprendedores, quien enseña a través de su ejemplo y presenta la necesidad de relacionarse con otros a sus estudiantes, en este sentido, el 67,6% de los profesores universitarios con frecuencia establecen redes de trabajo, sin embargo, es preocupante que, en un mundo con tantas redes de trabajo disponibles, el 32,4% no siempre lo hagan, evidenciando una oportunidad de mejora significativa al respecto.

Otra competencia en el formador de emprendedores es la capacidad para lograr los objetivos de una actividad, entendiendo que, en los estudiantes con aspiraciones empresariales, uno de los aspectos personales es la necesidad de logro, la capacidad de persistir en alcanzar sus objetivos a pesar de los fracasos y las frustraciones, buscando la competitividad y la productividad que requieren sus emprendimientos.

En razón de lo anterior, la investigación evidencia que el 92,2% de los docentes universitarios hacen esfuerzos para lograr los objetivos de una actividad y el 7,8% en ocasiones lo hacen, siendo ésta una fortaleza significativa, cuando se analiza que así como el emprendedor, el profesor universitario debe tener la capacidad para establecer y alcanzar objetivos, enmarcado en la habilidad para establecer metas claras, desafiantes, pero alcanzables, (Marulanda et al, 2014:93) que guíen su quehacer docente y le permitan diseñar una ruta clara que lo lleve a la meta propuesta.

Por otra parte, al concebir el conocimiento como un fenómeno holístico, el profesor universitario se presenta como un ser en constante aprendizaje que no posee todas las verdades, siendo necesario recurrir a expertos para llevar a cabo la formación de sus estudiantes, en correspondencia a lo anterior, el 79,4% de ellos con frecuencia solicitan asesoría a especialistas, mientras que el 20,6% ocasionalmente lo hacen, situación susceptible de mejoramiento entendiendo la amplitud del conocimiento.

Concomiendo que requiere asesoramiento colaborativo permanente, entendido éste como el desarrollo de acciones de naturaleza cognitiva, cuyo objetivo es suministrar información, conocimientos, y compartir saberes (Carretero et al, 2007) permitan potencializar las habilidades presentes en los profesores universitarios.

Estos docentes universitarios, no solo recurren a expertos, sino, que el 88,1% se centran en la experiencia de la vida real, aunque el 11,9% no siempre lo hacen, de acuerdo a estos resultados, se observa que la experiencia es un entramado construido por el conocimiento adquirido al ejecutar una acción o al desarrollar actividades por un tiempo considerable que conduce a la formación de un conocimiento valioso denominado experiencia, la cual es transferible a terceros permitiendo que disminuye la incertidumbre al trazar la propia trayectoria como profesores universitarios y al motivar a instar a sus estudiantes a que lo hagan ellos mismo; por lo que se deduce la importancia de compartir sus experiencias y habilidades con quienes desarrollan su trabajo (Morillo, 2009).

Así mismo, dentro del perfil del profesor universitario formador de emprendedores, se encuentra la capacidad de identificarse como entrenador, entendida esta como la habilidad de planificar, diseñar y evaluar una sesión de entrenamiento, habilidad de proporcionar un entorno de aprendizaje seguro, enseñar como desarrollar habilidades emprendedoras, asegurar una experiencia agradable al estudiante, demostrar dominio y conocimiento suficientes, así como desarrollar una metodología básica de enseñanza que permita el desarrollo de competencias requeridas en el estudiante.

En este sentido, la investigación reveló que solo el 67,6% con regularidad logra identificarse como un entrenador, y lamentablemente el 32,4% intermitentemente lo hace, lo que deja entrever que todavía se utiliza el sistema antiguo de transmitir información que impide la adquisición de competencias en los educandos; esta situación demanda un surgimiento de metodologías basadas en el entrenamiento sustentado en la capacidad de comunicación, organización, disciplina y liderazgo, comprensión y solidaridad (Romaña & Begoña, 2003).

Por último, entre las competencias deseables en el profesor universitario, se encuentra la necesidad de utilizar el networking en el desarrollo de sus funciones, entendido este como el establecimiento de redes de contacto de naturaleza profesional que fomenten el mantenimiento de relaciones con sus compañeros de trabajo (Subires & Olmedo, 2013), consultores, pares académicos y demás profesionales que enriquecen su labor docente

En este sentido, se evidenció en la presente investigación que solo el 21,9% siempre y el 37% casi siempre de los profesores universitarios poseen una extensa red de contactos profesionales (networking); mientras que el 30,6% a veces las tienen y aún más preocupante el 5,5% casi nunca y el 5% nunca lograr pertenecer a redes profesionales, hecho significativamente preocupante, al analizar el entorno digital que caracteriza a la sociedad actual, que gracias al acceso a internet, facilita la integración al proceso de enseñanza aprendizaje a través de redes profesionales y académicas, contribuyendo al desarrollo y adquisición de competencias profesionales (Subires & Olmedo, 2013), especialmente, las direccionadas al emprendimiento.

5. Conclusiones

En el actual contexto de la enseñanza universitaria propio de la región frente al emprendimiento, los docentes que hacen parte de las instituciones de educación superior, reflejan en alto rango de la escala la apropiación e implementación de competencias empresariales, además de las científicas propias de su formación y su rol, las cuales se convierten en herramientas dinamizadoras que promueven en sus estudiantes la vocación hacia el emprendimiento y la visualización de futuros empresarios, variables que validan que el profesor universitario posee características propias del perfil docente.

Tomando en consideración las competencias emprendedoras, se precisó en un alto porcentaje, que los profesores identifican y aprovechan oportunidades del entorno, organizan y planifican su actividad docente, revisten el hecho de construir redes de trabajo, apoyan el desarrollo de habilidades de gestión de proyectos, usa su experiencia particular como estrategia para formar los profesionales que requiere la sociedad, crea valor en las iniciativas, infunde la responsabilidad en las iniciativas a realizar, entre otras; este tipo de actuaciones y habilidades emprendedoras le permiten al docente fomentar la cultura emprendedora en el aula de clases.

De otra parte existe la necesidad de establecer lineamientos de mejora de las competencias emprendedoras, entre ellas: promover la cultura de trabajo en redes y aliados que fortalezca el ecosistema, acceder a escenarios de trabajo en equipo y extender la red de contactos (Networking), cualificar a mas docentes en habilidades de desarrollo de proyectos al momento de emprender una nueva idea de negocio; vincular más docentes que tengan experiencia en generación de ideas de negocio, ya que de esta forma se estimula la iniciativa y se limita el temor frente al riesgo; también es notorio la necesidad de recurrir a expertos en el desarrollo de su labor docente, como parte de su desarrollo profesional y así mismo acudir a la experiencia real de empresarios.

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