Percepciones, conocimientos y habilidades financieras en estudiantes de educación media

Avendaño Castro, William Rodrigo*

Rueda Vera, Gerson**

Velasco Burgos, Blanca Mery***

Resumen

La educación financiera o formación financiera, resulta un tema especial para las escuelas, los gobiernos, los mercados, los organismos internacionales, entre otros. El objetivo de esta investigación es analizar las percepciones, los conocimientos y las habilidades financieras en varios grupos de jóvenes estudiantes de los grados 10º y 11 de educación media de la ciudad de Cúcuta (Colombia). Corresponde a un estudio de naturaleza cuantitativa no experimental de nivel descriptivo y transeccional. Se empleó un cuestionario tipo Likert estructurado por 31 preguntas relacionadas con percepciones, conocimientos y habilidades-usos financieros. Participaron en el estudio, un total de 180 estudiantes de cuatro instituciones educativas. Los resultados muestran algunos resultados positivos desde el auto reporte de los participantes. Sin embargo, hay aspectos cruciales que deberían considerarse en materia de formación financiera como algunos temas donde se evidencia poca comprensión o el manejo de herramientas - técnicas para el análisis de información y la toma de decisiones financieras.

Palabras clave: educación financiera; habilidades; competencias; formación.

Recibido: 20.09.20 Aceptado: 10.11.20

* Doctor en Ciencias Sociales y Humanas. Docente-Investigador de la Universidad Francisco de Paula Santander (Cúcuta, Colombia). Correo electrónico: williamavendano@ufps.edu.co. Autor para correspondencia. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-0234-6219

** Doctor (c) en Educación. Docente Investigador, Universidad Francisco de Paula Santander (Cúcuta, Colombia). Correo electrónico: gersonruedavera@ufps.edu.co. ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9032-7100

*** Magíster en Gerencia de Empresas. Docente Investigador, Universidad Francisco de Paula Santander (Ocaña, Colombia). Correo electrónico: bmvelasco@ufpso.edu.co. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1489-0641

Perceptions, knowledge, and financial skills in middle education students

Abstract

Financial education or financial training is a special topic for schools, governments, markets, international organizations, among others. The objective of this research is to analyze the financial perceptions, knowledge and skills in various groups of young students in grades 10 and 11 of secondary education in the city of Cúcuta (Colombia). It corresponds to a study of a non-experimental quantitative nature at a descriptive and transectional level. A Likert-type questionnaire structured by 31 questions related to financial perceptions, knowledge and skills-uses was used. A total of 180 students from four educational institutions participated in the study. The results show some positive results from the self-report of the participants. However, there are crucial aspects that should be considered in the matter of financial training, such as some subjects where there is little understanding or the use of tools - techniques for analyzing information and making financial decisions.

Keywords: financial education; abilities; competencies; training.

1. Introducción

En el contexto colombiano, no se dispone de una política que oriente y reglamente la educación financiera entre estudiantes de primaria, secundaria y media, pese a que los indicadores financieros fundamentan la necesidad de programas escolares en estos temas (Gamboa, Hernández y Avendaño, 2019). Igualmente, la educación financiera promueve la inclusión social y se convierte en un mecanismo pedagógico para enfrentar la pobreza al brindar herramientas de planificación y organización financiera entre las personas. Sin duda, deberían existir estándares básicos de competencias financieras que le permita a las instituciones educativas y sus docentes, ajustar su currículo y planes de estudio en función de promover conocimientos, habilidades y destrezas en este campo de conocimiento entre los estudiantes de todos los niveles y ciclos, principalmente, aquellos que se encuentran a un paso de enfrentarse al mercado laboral y el mundo productivo.

Sin embargo, antes de entrar a formular estrategias, planes y acciones en materia de educación financiera, se requiere de investigaciones que permitan reconocer las dificultades y limitaciones que tienen los estudiantes en el terreno de las competencias financieras. Este tipo de evidencia asegura que las decisiones que se opten en materia de estrategias educativas y pedagógicas, se encuentren debidamente fundamentadas, asegurando su utilidad y pertinencia. De allí que surja la necesidad de desarrollar esta investigación, la cual tiene por objetivo analizar las percepciones, los conocimientos y las habilidades financieras en varios grupos de jóvenes estudiantes de los grados 10º y 11 de educación media de la ciudad de Cúcuta en el departamento Norte de Santander (Colombia).

La educación financiera en el contexto colombiano no cuenta con ninguna política pública en materia de educación financiera. En efecto, tan sólo hay un documento orientador expedido por el Ministerio de Educación Nacional (2014) en el que se adopta la educación económica y financiera como un campo de enseñanza transversal al área de ciencias sociales. Ante su ineficacia, y la urgencia de formar niños y jóvenes en saberes, habilidades y competencias financieras, el Congreso de la República viene estudiando el Proyecto de Ley No. 222/2019 Senado, el cual busca establecer “la cátedra obligatoria de educación económica y financiera en Colombia”.

Para el cumplimiento del objetivo de esta investigación, se ha definido una metodología caracterizada enmarcada en el paradigma empírico analítico y el enfoque cuantitativo. En cuanto al tipo de investigación, corresponde a un estudio descriptivo, no experimental y transeccional -o transversal-, en el que se emplearon análisis estadísticos de naturaleza descriptiva.

Se empleó un cuestionario con escala tipo Likert como instrumento de recolección de información. El cuestionario se dividió en cuatro variables: sociodemográficos, percepción de los temas financieros, conocimiento financiero y habilidad - uso financiero. Cada una de las preguntas, excepto las relacionadas con aspectos sociodemográficos, fueron formuladas como afirmaciones para que el participante respondiera que tan de acuerdo estaba a partir de cinco (5) opciones: Muy de acuerdo, Algo de acuerdo, Ni de acuerdo ni en desacuerdo, Algo en desacuerdo y Muy en desacuerdo. La validación del instrumento se realizó a través de juicio de expertos y los datos recolectados fueron organizados, tabulados y analizados a través de métodos de estadística descriptiva apoyados en hojas de cálculo del programa Excel.

Considerando las condiciones excepcionales producidas por la pandemia producto del Covid-19 y el aislamiento social, el cuestionario se subió a Google Forms y se solicitó a directivos y docentes de la ciudad de Cúcuta, la colaboración para dar respuesta a las preguntas del instrumento. La muestra estuvo estructurada por un total de 180 jóvenes de cuatro instituciones educativas: dos públicas y dos privadas.

2. Educación económica y financiera: literatura relacionada

La educación financiera es un tema esencial y urgente en la actual sociedad, dadas las crisis económicas y los variados problemas de orden económico y financiero que afectan a las comunidades, las familias y las personas (Sánchez, Santos y Castro, 2020; Gamboa, Hernández y Avendaño, 2019; Villada, López y Muñoz, 2017). Para algunos autores, la formación financiera se relaciona de manera directa con el mismo ejercicio de la ciudadanía, y en ese sentido, el tipo de aprendizaje que deben adelantar sobre los tópicos financieros debe ser de corte crítico, pues todas las personas y cada sociedad se encuentran delimitadas por el proceso complejo de la globalización, el cual incide en cada ámbito de la vida del ser humano (Carvajal, Arrubla y Caicedo, 2016).

Lo financiero tiene conexión con el bienestar económico de los individuos y con un conjunto de fenómenos que son de interés mundial como las pensiones, el desempleo, la salud, la vivienda, entre otros (Villada, López y Muñoz, 2017). En esa medida, se interpreta como una herramienta clave en la inclusión social y el logro de la equidad, así como la liquidez y estabilidad de los mercados financieros (Connolly y Khaldoun, 2001; Raccanello y Herrera, 2014; Ramos, 2017).

La educación financiera puede ser entendida como un proceso formativo en el que se logran comprensiones sobre los conceptos y productos financieros, así como habilidades para analizar la información en torno a los riesgos y la toma de decisiones financieras en función de mejorar el bienestar (OCDE, 2006:118). Dicho de otra manera, la educación financiera configura un campo de formación en el que se busca el desarrollo de capacidades y habilidades para que la persona sea capaz de administrar el dinero, planificar acciones financieras, tomar decisiones sobre sus propias finanzas, utilizar productos y servicios financieros, y analizar información relativa a estos asuntos (Eyzaguirre, Isasi y Raicovi, 2016).

En el marco de la educación financiera, al menos tres aspectos claves deben ser considerados: 1) los conocimientos suficientes y adecuados en materia financiera, 2) las competencias que facilitan el uso de los conocimientos en contextos específicos y para la resolución de problemas, y 3) los aspectos éticos necesarios para que el ejercicio de las finanzas personales se haga con responsabilidad (Villada, López y Muñoz, 2017:15). Esta apreciación conceptual se fundamenta en el enfoque de las competencias, la cual defiende que la enseñanza y el aprendizaje debe girar en torno a habilidades generales (o blandas) y específicas que le permitan al sujeto enfrentarse a diferentes escenarios y situaciones con la suficiente destreza.

En similar línea interpretativa se encuentran las apreciaciones de Kiyosaki (2018), quien señala que la educación financiera al menos tiene dos componentes: 1) el alfabetismo financiero, el cual se relaciona con la comprensión de los conceptos básicos y el lenguaje asociado al dinero y el ámbito financiero, y 2) el IQ financiero, que puede ser entendido como la capacidad de dar respuesta a los problemas financieros. Como se logra observar, la apreciación de los autores en torno a la educación financiera, se caracteriza por considerar el saber financiero y la resolución de problemas financieros como ejes centrales de esta categoría conceptual, aunque otros pueden agregar elementos adicionales, por ejemplo, la responsabilidad en el caso de Villada, López y Muñoz (2017) o la capacidad crítica de análisis como es expuesto por Carvajal, Arrubla y Caicedo (2016).

En el marco de esta investigación, al menos tres constructos son relevantes: percepciones financieras, conocimientos financieros y habilidades financieras. Las percepciones tienen una relevancia en el interés, el conocimiento y el comportamiento de los individuos, en este caso, sobre los asuntos financieros (LaBorde, Mottner y Whalley, 2013). Se pueden entender las percepciones como representaciones o abstracciones que hacen las personas en torno de los fenómenos y objetos, y las cuales se relacionan con los mismos procesos cognoscitivos y la inteligencia (Froiland y Davison, 2020). De esta manera, cuando una persona otorga importancia y relevancia a los temas financieros, aumentará su interés por conocer y educarse sobre estos tópicos en particular (Ramos, García y Moreno, 2017).

El conocimiento financiero se relaciona con la aprehensión, comprensión e interpretación adecuada de los conceptos esenciales relacionados con las finanzas en el marco de sus productos, instituciones, terminología, técnicas, procedimientos, entre otros (Ramos, García y Moreno, 2017; Xu y Zia, 2012). Igualmente, el conocimiento no sólo se limita al entendimiento de los conceptos, sino que además incluye la capacidad de trasladar dichas ideas y abstracciones a contextos específicos (Ramos, García y Moreno, 2017). De allí que resulte importante que los programas de formación financiera, sean permanentes y direccionados hacia un entrenamiento que posibilite un aprendizaje significativo, es decir, la construcción de estructuras mentales complejas integradas por ideas y conceptos que se relacionan y articulan entre sí.

Por último, la habilidad financiera se refiere a las capacidades de la persona para explorar y emplear la información financiera en función de gestionar decisiones y acciones (Zait y Bertea, 2015). En otros términos, puede interpretarse como la articulación entre el conocimiento financiero con el desarrollo de tareas sobre la información financiera, escenario desde el cual se da respuesta a problemas, se analizan situaciones y se adoptan decisiones. Las habilidades financieras son variadas: análisis de datos, establecimiento de objetivos, definición de estrategias, resolución de problemas, planificación y control, entre otras.

Las investigaciones en este campo convergen en resaltar la necesidad de la educación económica y financiera de los ciudadanos desde los primeros (y a través de) niveles y ciclos de formación. Raccanello & Herrera (2014:119) señalan que “la inclusión financiera permite alcanzar un mayor bienestar cuando los usuarios tienen conocimiento de los productos y los servicios financieros”, Connolly & Hajaj (2001) sostienen que a nivel internacional, la educación financiera es una herramienta para enfrentar la exclusión social y promover el desarrollo financiero, y Rutledge (2010) indica que la educación financiera y la protección al consumidor se complementan, permitiendo a los ciudadanos ser conscientes de los riesgos del sobreendeudamiento y la falta de planificación de las finanzas a mediano y largo plazo.

Igualmente, los estudios realizados en torno al presente objeto de análisis, muestran que en múltiples contextos hay una precaria formación y educación financiera, lo que impone retos para los gobiernos, las escuelas y los docentes, quienes deben definir modelos educativos de alfabetización financiera. En este sentido, el primer gran paso es reconocer las características de estas limitaciones y debilidades para proponer reformas curriculares que sean coherentes con las necesidades financieras de la población (Denegrí, et al, 2014; García, et al, 2013).

3. La educación financiera en el contexto colombiano

Los informes y los estudios académicos en torno a estos temas permiten señalar (Superintendencia Financiera de Colombia, 2019; Federación Latinoamericana de Bancos, 2018; Federación Latinoamericana de Bancos, 2019):

  1. Tan sólo uno (1) de cada diez (10) colombianos ahorran. Otros ahorran sin utilizar establecimientos financieros o bancarios.
  2. Desde la perspectiva regional, Colombia es uno de los países que menos ahorra. Se estima que el 9% de los adultos ahorran en instituciones bancarias y un 18% de manera formal.
  3. Más del 22% de los hogares colombianos gasta más del presupuesto propio.
  4. El dinero de los ciudadanos se destina, principalmente, al hogar, reservas futuras y educación. Así mismo, los colombianos se endeudan, principalmente, con créditos de libre inversión, tarjetas de crédito y préstamos para compra de carro. El nivel de endeudamiento de los colombianos es cada vez mayor según los informes del sector bancario y financiero.
  5. El nivel de morosidad de los clientes del sector bancario y financiero sigue siendo algo significativo. La Superintendencia Financiera de Colombia (2019) indica que “las obligaciones que se encuentran al día con menos de 30 días de mora, supera el 95% de la cartera total: 440.5 billones de peso”, lo que significa que hay mora de más de 30 días por un valor de 23.1 billones de pesos.
  6. Hace 15 años, se estimaba que sólo el 17% y 20% de la población en el país, tenía una cuenta de ahorros, lo que implicaba un nivel aún bajo. Hoy se estima que se ha bancarizado a más del 80% de la población, es decir, ocho de cada diez adultos tienen un producto bancario de ahorro o crédito. Los jóvenes de 18 a 25 años son los que tienen menos vínculos con la banca y el sector financiero.

Ahora bien, la Federación Latinoamericana de Bancos -Felaban- (2019) describe algunos de los obstáculos de la inclusión financiera para Latinoamérica y Colombia. En el primer caso, se resalta con mayores puntuaciones: la escasa educación financiera del público, la informalidad económica, la ausencia de incentivos de política pública, elevados niveles de pobreza y restricciones legales / regulatorias. En el caso concreto de Colombia, se identifican como principales obstáculos de inclusión financiero: escasa educación financiera del público, informalidad económica, elevados niveles de pobreza y restricciones legales y regulatorias, desconfianza en los bancos y ausencia de incentivos de política pública.

Desde el punto de vista educativo en Colombia, ya desde el 2010 había un interés en particular por fomentar la educación económica y financiera. El Ministerio de Hacienda y Crédito Público, et al, (2010), expidieron un documento de propuesta educativa para implementarse en Colombia: ‘Estrategia Nacional de educación económica y financiera’. Allí describen que la educación económica y financiera debe fomentar el desarrollo integral individual y comunitario, por lo que es necesario optar por una definición amplia en la que se integre lo financiero con el ejercicio de la ciudadanía crítica.

En el 2014, se expidió en Colombia el documento ‘Orientaciones pedagógicas para la educación económica y financiera’ por parte del Ministerio de Educación Nacional (2014). El objetivo del documento es ofrecer herramientas pedagógicas y didácticas a los diferentes actores educativos (docentes, directivos, padres de familia, secretarias), para que desde sus funciones promuevan una formación económica y financiera entre los estudiantes de educación formal. El propósito de esta formación según el documento de orientaciones pedagógicas es promover el desarrollo de competencias básicas y ciudadanas, además de capacidades críticas, éticas y de reflexión en contextos económicos y financieros para el fomento del bienestar, la calidad de vida y la sostenibilidad.

Se debe recordar que las competencias es un enfoque adoptado desde hace más de dos décadas en Colombia y que se traduce en procesos complejos que integran los conocimientos y saberes con la resolución de problemas en contexto socio-político y económico, así como habilidades cognitivas, capacidades reflexivas y críticas, y funciones ejecutivas, es decir, procesos cognitivos y metacognitivos complejos (Tobón, 2006; Tobón, 2007). En el caso de la educación financiera, se tiene como metas de competencia: decidir de manera razonada en el terreno económico y financiero en función del bienestar personal, administrar de manera racional los recursos económicos y financieros, y planear metas económicas y financieras (Ministerio de Educación Nacional, 2014).

Así mismo, el documento del Ministerio de Educación Nacional expedido en el 2014, define los ejes temáticos por campo. Para economía: conceptos de economía, indicadores económicos, desarrollo económico y políticas económicas: y para el caso de finanzas: conceptos financieros, presupuesto, ahorro e inversión, manejo de las deudas y sistema financiero. A partir de estos ejes temáticas, se desglosan las competencias desde preguntas claves problematizadoras y con la participación de los docentes de diversas áreas según su campo de trabajo, por ejemplo, en el grado 6º-7º aparece la pregunta clave: “¿Cómo nos beneficiamos cuando los recursos se convierten en bienes y servicios con valor económico?” (Ministerio de Educación Nacional, 2014:53). Para esta pregunta, se requieren tareas pedagógicas y didácticas desde las áreas de Ciencias Naturales y Educación Ambiental, Ciencias Sociales, Matemáticas y Lenguaje.

La información que se ha señalado en esta sección, permite inferir al menos tres puntos clave. Primero, la necesidad de la educación económica y financiera como asunto crucial de la formación integral de ciudadanos; segundo, no basta con la educación financiera para mejorar la inclusión financiera, pues se requieren otras acciones complementarias; y tercero, la educación económica y financiera deberá atender el conjunto de obstáculos registrados dentro de los informes de inclusión financiera, y a las políticas y lineamientos dados en otros campos.

4. Percepciones, conocimientos y habilidades financieras de jóvenes del grado 10 y 11 de educación media

Como ya se ha indicado, se utilizó un cuestionario tipo Likert para la recolección de la información en cuatro variables como se muestra en la tabla 1. Con un total de 31 preguntas diseñadas a manera de afirmaciones, las opciones de respuesta a cada una de estas, se formularon para que cada participante indicará que tan de acuerdo o en desacuerdo estaba frente a cada afirmación, con excepción de la variable sociodemográfica.

Tabla 1

Estructura del cuestionario aplicado a jóvenes

Variable

Dimensiones

Preguntas

Sociodemográfico

Género

1-5

Edad

Estrato socioeconómico

Grado

Domicilio

Percepción sobre temas financieros

Importancia

6-10

Utilidad

Actitud

Importancia transmitida en la institución educativa

Importancia transmitida en casa

Conocimiento financiero

Ahorro

11-20

Inversión

Tasa de retorno

Tarjetas de crédito

Intereses

Inflación

Créditos

Seguros

Riesgo financiero

Planeación financiera

Habilidad financiera y uso financiero

Acciones de planificación

21-31

Acciones de análisis

Comportamiento financiero

Fuente: elaboración propia

Entre la muestra, predomina la participación de los hombres (78,9%), estudiantes en edades entre los 15 y 17 años (93%), categorizados en estrato socioeconómico 3 y 4 (72,1%) y de zona urbana (88,4%).

a. Percepciones financieras del grupo de jóvenes estudiados

La tabla 2 muestra los resultados de la variable percepciones sobre los temas financieros, y el cual indaga por la importancia que le otorgan los sujetos al saber financiero, la utilidad que le otorgan, la actitud que demuestran y la importancia que se le ha dado a estos temas en la institución educativa y la casa. Se evidencia que son pocos los participantes que le otorgan poca importancia a los temas financieros.

Al menos, el 93% de los estudiantes indica que les brinda bastante importancia a temas como el dinero, el ahorro, la inversión, entre otros similares; y que estos son útiles para la vida de cada uno de ellos (más del 98%). Son coherentes estos hallazgos cuando los participantes expresan que procuran prestar atención a este tipo de temáticas (más del 90%). Estos hallazgos son concordantes con otros estudios donde también se muestra una cierta actitud optimista de los estudiantes frente a temas financieros y económicos, y que se encuentra sustentado en las proyecciones y planes de vida que tienen a nivel profesional y productivo (Zamora, 2016; García, Contreras y Moreno, 2017; Gamboa, Hernández y Avendaño, 2019).

Tabla 2

Resultados: Variable percepciones sobre los temas financieros

Pregunta

Opciones

No

%

Le doy bastante importancia a los temas financieros […]1

Muy de acuerdo

113

62,8

Algo de acuerdo

54

30,2

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

9

4,7

Algo en desacuerdo

4

2,3

Muy en desacuerdo

0

0

Considero que conocer sobre temas financieros […]; resulta bastante útil para mi vida.

Muy de acuerdo

117

65,1

Algo de acuerdo

59

32,6

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

4

2,3

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

0

0

Cuando se está informando sobre temas financieros […]; procuro prestar atención y aprender sobre los mismos.

Muy de acuerdo

109

60,5

Algo de acuerdo

54

30,2

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

13

7

Algo en desacuerdo

4

2,3

Muy en desacuerdo

0

0

En clases, los profesores procuran explicar la importancia de temas financieros […].

Muy de acuerdo

75

41,9

Algo de acuerdo

59

32,6

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

21

11,6

Algo en desacuerdo

17

9,3

Muy en desacuerdo

8

4,6

En casa, mis padres o familiares procuran explicar la importancia de temas financieros […].

Muy de acuerdo

105

58,2

Algo de acuerdo

54

30,2

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

17

9,3

Algo en desacuerdo

4

2,3

Muy en desacuerdo

0

0

Fuente: elaboración propia

Sin embargo, los resultados cambian al preguntárseles por la importancia que le brinda la escuela. Al menos un 26% no cree que los docentes procuren explicar la importancia de los temas financieros y un 32,6% está algo de acuerdo con la afirmación de esta pregunta. Esta situación es evidente en otros estudios donde se resalta la ausencia de estrategias pedagógicas y didácticas que permitan fortalecer los conocimientos y las habilidades financieras de los estudiantes dentro de las escuelas (Calderón, 2018; Guerrero, Villamizar y Maestre, 2018). Sobre este tema, se afirma:

El punto neurálgico de la educación financiera se encuentra en la misma capacidad de los docentes para reconocer la visión de sujeto a formar, la realidad en la que se encuentran inmersos de manera particular y general todos los sujetos de formación, y el diseño de acciones didáctico-pedagógicas idóneas para la construcción de aquel ciudadano que exige el mundo financiero. (Gamboa, Hernández y Avendaño, 2019:15)

Ahora bien, la opinión de los participantes cambia frente a la importancia que se le da a los temas financieros y la formación financiera en el hogar o la casa. Al menos el 88% de los estudiantes está muy de acuerdo o algo de acuerdo frente a la afirmación ‘en casa, mis padres o familiares procuran explicar la importancia de temas financieros’.

b. Conocimientos financieros del grupo de jóvenes estudiados

La tabla 3 muestra los hallazgos de las preguntas del cuestionario relacionadas con la variable conocimiento financiero. En esta sección se evidencia si los estudiantes poseen conocimientos en torno a temas como el ahorro, la inversión, la tasa de retorno, las tarjetas de crédito, los intereses la inflación, los créditos, los seguros, el riesgo financiero y la planeación financiera. Si bien hay muchos otros temas relacionados con la formación financieros, estos pueden dar luces sobre los saberes de los estudiantes en este campo desde su propia percepción. Los resultados muestran que los estudiantes no tienen conocimientos profundos sobre estas temáticas.

Los tópicos de mayor conocimiento son: el ahorro para un 62,8%, la inversión para un 53,5% y las tarjetas de crédito para un 65,1%. El resto de temas pueden considerarse como de escaso conocimiento entre los estudiantes, principalmente, la tasa de retorno, la planeación financiera, el riesgo financiero, los seguros, los intereses, la inflación y los créditos. Estos resultados concuerdan con otras investigaciones como las de Guerrero, Villamizar y Maestre (2018), Zamora (2016), García, Contreras y Moreno (2017), en las que se muestran que temas como ahorro, la inversión o el crédito, son conocidos de manera básica por los estudiantes de secundaria debido a la familiaridad de los términos en la vida cotidiana, pero que temas más especializados no son reconocidos por sujetos de formación generando analfabetismo financiero.

Tabla 3

Resultados: Variable conocimiento financiero

Pregunta

Opciones

No

%

Conozco de manera clara que es el ahorro, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

113

62,8

Algo de acuerdo

50

27,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

13

7

Algo en desacuerdo

4

2,3

Muy en desacuerdo

0

0

Conozco de manera clara que es la inversión, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

97

53,5

Algo de acuerdo

75

41,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

8

4,6

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

0

0

Conozco de manera clara que es la tasa de retorno, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

54

30,2

Algo de acuerdo

80

44,2

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

33

18,6

Algo en desacuerdo

13

7

Muy en desacuerdo

0

0

Conozco de manera clara que son las tarjetas de crédito, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

117

65,1

Algo de acuerdo

50

27,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

9

4,7

Algo en desacuerdo

4

2,3

Muy en desacuerdo

0

0

Conozco de manera clara que son los intereses, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

84

46,5

Algo de acuerdo

84

46,5

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

8

4,7

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

4

2,3

Conozco de manera clara que es la inflación, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

75

41,9

Algo de acuerdo

84

46,5

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

17

9,3

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

4

2,3

Conozco de manera clara que son los créditos, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

88

48,8

Algo de acuerdo

75

41,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

17

9,3

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

0

0

Conozco de manera clara que son los seguros, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

80

44,2

Algo de acuerdo

88

48,8

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

12

7

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

0

0

Conozco de manera clara que es el riesgo financiero, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

80

44,2

Algo de acuerdo

59

32,5

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

25

14

Algo en desacuerdo

12

7

Muy en desacuerdo

4

2,3

Conozco de manera clara que es la planeación financiera, sus características y la forma en que opera en la práctica.

Muy de acuerdo

71

39,5

Algo de acuerdo

71

39,5

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

22

11,7

Algo en desacuerdo

12

7

Muy en desacuerdo

4

2,3

Fuente: elaboración propia

c. Habilidades financieras del grupo de jóvenes estudiados

La tabla 4 muestra los resultados en torno a la variable habilidad financiera y uso financiero, la cual se estructura en tres dimensiones: acciones de planificación, acciones de análisis y comportamiento. Los primeros cinco puntos se relacionan con las acciones de planificación.

Tabla 4

Resultados: Variable habilidad financiera y uso financiero

Pregunta

Opciones

No

%

Planifico el pago de mis deudas, facturas y/o créditos

Muy de acuerdo

71

39,5

Algo de acuerdo

63

34,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

38

20,9

Algo en desacuerdo

8

4,7

Muy en desacuerdo

0

0

Establezco metas financieras a corto plazo (semanas), mediano plazo (meses) y largo plazo (+ de un año)

Muy de acuerdo

92

51,2

Algo de acuerdo

42

23,3

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

34

18,5

Algo en desacuerdo

12

7

Muy en desacuerdo

0

0

Elaboro presupuestos (ingresos y egresos) para llevar a cabo un comportamiento organizado y serio sobre mis finanzas

Muy de acuerdo

75

41,9

Algo de acuerdo

51

27,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

38

20,9

Algo en desacuerdo

12

7

Muy en desacuerdo

4

2,3

En caso de tener o manejar productos financieros como tarjetas de crédito o débito, planificó su uso conforme a mis ingresos

Muy de acuerdo

80

44,2

Algo de acuerdo

54

30,2

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

38

20,9

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

8

4,7

No tengo ni manejo tarjetas de crédito o débito

0

0

Desde ahora, ya he pensado la forma de organizar mis finanzas para compras significativas como vivienda, automóvil u otro similar.

Muy de acuerdo

92

51,2

Algo de acuerdo

64

34,8

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

12

7

Algo en desacuerdo

12

7

Muy en desacuerdo

0

0

Analizó todas las compras que realizo examinando las implicaciones que ello trae a mis finanzas personales.

Muy de acuerdo

92

51,2

Algo de acuerdo

50

27,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

34

18,6

Algo en desacuerdo

4

2,3

Muy en desacuerdo

0

0

En caso de tener o manejar productos financieros como tarjetas de crédito o créditos, analizo comprensivamente los intereses, tiempos y otras variables.

Muy de acuerdo

84

46,5

Algo de acuerdo

72

39,5

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

12

7

Algo en desacuerdo

8

4,7

Muy en desacuerdo

4

2,3

Vigilo el tema de mis finanzas personales y tomo decisiones a partir de la información que tengo.

Muy de acuerdo

88

48,8

Algo de acuerdo

71

39,6

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

21

11,6

Algo en desacuerdo

0

0

Muy en desacuerdo

0

0

Ahorro de manera permanente conforme a metas que me he planteado.

Muy de acuerdo

109

60,5

Algo de acuerdo

38

20,9

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

25

14

Algo en desacuerdo

4

2,3

Muy en desacuerdo

4

2,3

Pago mis deudas, facturas y/o créditos siempre a tiempo

Muy de acuerdo

84

46,5

Algo de acuerdo

54

30,2

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

30

16,3

Algo en desacuerdo

8

4,7

Muy en desacuerdo

4

2,3

Conozco mi nivel de endeudamiento, y a partir de ello, tomo decisiones financieras

Muy de acuerdo

109

60,5

Algo de acuerdo

30

16,3

Ni de acuerdo ni en desacuerdo

33

18,5

Algo en desacuerdo

8

4,7

Muy en desacuerdo

0

0

Fuente: elaboración propia

Se logra observar que tan sólo el 39,5% de los participantes planifica el pago de sus deudas o facturas, y que sólo un poco más de la mitad establece metas financieras de manera juiciosa. Aunque todos establecen algunas metas financieras, la mayoría de estudiantes no son constantes en ello. Esto se encuentra relacionado con el hecho de que son pocos los que logran construir un presupuesto que les sirve en la planificación y establecimiento de metas (sólo un 41,9% construye presupuestos). También se observa que no hay un manejo adecuado de productos como tarjetas de crédito o similares entre los estudiantes, pero más del 50% de los estudiantes indican que ya han pensado en cómo organizar sus finanzas para compras más significativas a futuro como vivienda o automóvil.

Los hallazgos en esta variable concuerdan con otras investigaciones en las que se evidencia que los estudiantes pueden tener conocimientos básicos frente a determinados temas financieros, pero no sobre instrumentos y herramientas que permiten gestionar de manera adecuada las finanzas y el dinero (Zamora, 2016; García, Contreras y Moreno, 2017). De allí que sea necesario, el diseño y desarrollo de planes formativos y educativos basados en competencias donde se supere el simple conocimiento para ubicarse la formación en el saber hacer.

Frente a la dimensión acciones de análisis, se evidencia que al menos el 51,2% de los estudiantes analizan todas las compras que realizan y sus implicaciones frente a las finanzas personales. En menor porcentaje se encuentran los estudiantes que señalan que analizan productos financieros en cuanto a elementos como intereses, tiempos y similares (46,5%). Al menos la mitad de los participantes indica que hacen una vigilancia sobre sus finanzas personales y que a partir de ello toma decisiones.

Los últimos tres ítems de la tabla 4 se relacionan con la dimensión comportamiento en torno al ahorro, el pago y la toma de decisiones. En general, se observan buenos resultados: el 60,5% manifiesta estar muy de acuerdo frente a la afirmación ‘Ahorro de manera permanente conforme a metas que me he planteado’ y la afirmación ‘Conozco mi nivel de endeudamiento, y a partir de ello, tomo decisiones financieras’. No es similar el resultado respecto al tema de pagar las deudas, facturas y créditos siempre a tiempo: sólo un 46,5% de los participantes señala estar muy de acuerdo en esta afirmación.

5. Conclusiones

Existe la necesidad de fomentar una educación financiera que permita el desarrollo de conocimientos, habilidades y competencias para el buen manejo de las finanzas. Los resultados de esta investigación evidencian que existe una percepción favorable en torno a los temas financieros por parte de los estudiantes, aunque se destaca que la escuela no es percibida como escenario que fomente la alfabetización financiero. Este interés positivo de los estudiantes, podría ser aprovechado en el diseño de planes escolares y estrategias pedagógicas orientadas a la formación integral de los jóvenes en el ámbito financiero. En relación con los conocimientos, se logró verificar que el saber financiero es escaso, por ejemplo, en tópicos como el riesgo financiero y los seguros. Igualmente, es perentorio que se brinden herramientas y técnicas que les facilite el análisis de información financiera, la planificación financiera y la toma de decisiones financieras.

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