Funcionabilidad familiar como estrategia para la generación del emprendimiento social en México

Delfín-Ruiz, Claudia1

Cano-Guzmán, Rodrigo2

Peña-Valencia, Erwin José3

Resumen

La dinámica que se vive en la familia, está relacionada con los roles funcionales que implican el desarrollo de habilidades competitivas, de motivación, apoyo y adaptabilidad, incidiendo de manera positiva en el emprendimiento social. La familia puede gestionar las condiciones para el desarrollo de las habilidades y creencias personales, percepciones, la creatividad, la empatía, el altruismo, trabajo colaborativo, habilidades de comunicación. Por ello, identificar las acciones que permiten tener roles definidos y funcionales dentro de la familia que pudiesen promover el emprendimiento social, es el objetivo central del trabajo. Se llevó a cabo una investigación cualitativa, con enfoque narrativo, aplicando una entrevista a profundidad. Se analizan datos con el software Atlas ti, versión 8. Se identificaron 22 códigos descriptivos de la narrativa, siendo los más citados: comunicación familiar con 67 citas, apoyo familiar con 60 citas, roles familiares con 58 citas, estructura familiar con 57 citas, solución de problemas con 55 citas, funcionalidad familiar con 45 citas, satisfacción familiar con 42 citas, entre otros códigos con menor número de citas. En la narrativa se identificaron 3 ejes temáticos: Estrategias de solución de problemas en el 49.3% de las citas; Percepción de apoyo en el 38% de las citas; y Comunicación en el 12.7% de las citas. Esos códigos y ejes temáticos coinciden las estrategias para la generación del emprendimiento social: toma eficaz de decisiones, capacidades para una comunicación asertiva, creatividad, empatía, habilidades para la socialización, capacidades para la solución de conflictos y trabajo en equipo, entre otros. Se concluye que es necesario apoyar y empoderar a los integrantes de la familia para desarrollar roles definidos y funcionales a través del desarrollo de competencias que promueven el emprendimiento social.

Palabras clave: funcionalidad familiar; emprendimiento social; México.

Family functionality strategy for the generation of social entrepreneurship in Mexico

Abstract

The dynamic that is lived in the family is related to the functional roles that imply the development of competitive skills, motivation, support and adaptability, having a positive impact on social entrepreneurship. The family can manage the conditions for the development of personal skills and beliefs, perceptions, creativity, empathy, altruism, collaborative work, communication skills. The objective of the present investigation was to identify the actions that allow to have defined and functional roles within the family that could promote social entrepreneurship. A qualitative investigation was carried out, with a narrative approach, applying an in-depth interview, analyzing the data with the Atlas ti software, version 8. 22 descriptive codes of the narrative were identified, the most cited being: family communication 67 with quotes, Family support 60 with appointments, family roles 58 with appointments, family structure 57 with appointments, troubleshooting 55 with appointments, family functionality 45 with appointments and family satisfaction 42 with appointments. In the narrative 3 thematic groups were identified: Problem solving strategies in 49.3% of the citations; Perception of support in 38% of appointments; and, Communication in 12.7% of the citations Those codes and thematic groups coincide the strategies for the generation of social entrepreneurship: effective decision making, capacities for assertive communication, creativity, empathy, socialization skills, capacities for the solution of conflicts and teamwork, among others. It is concluded that it is necessary to support and empower family members to develop defined and functional roles through the development of skills that promote social entrepreneurship.

KEYWORDS: Family functionality; Social entrepreneurship; Mexico.

1. Introducción

En épocas recientes, la familia ha estado sometida a cambios donde al parecer, el bombardeo de información acerca de su concepción, no deja en claro a sus miembros respecto de sus tareas en relación a sus integrantes, así como de una adecuada la dinámica que facilite el cumplimiento de roles exista dentro de ella.

La dinámica que se vive al interior de las familias, están relacionadas a los roles que cada integrante desempeña, los cuales tienen una estrecha relación con la funcionalidad y el propio impacto que éstos tienen sobre cada uno de los miembros, así como del ambiente que en ella se presente, lo cual plantea que los roles familiares funcionales adecuados, inciden de manera positiva en la vida de las familias.

En lo que respecta a las funciones universales que desarrollan las familias, se encuentran la reproducción, la protección, la socialización, el control social, el establecimiento y mantenimiento del estatus y el manejo de la afectividad, entre otros, para las cuales es determinante la manera en que se desempeñan según el contexto donde se desarrollen (Oliva, 2014:12). Beneyto (2015) menciona que aspectos como mayor apoyo, acciones motivadoras, la percepción de relaciones afectivas por parte de hijos y el propio clima familiar (rasgos, actitudes y comportamientos de los miembros), están relacionados con el éxito académico y social de los hijos, en la que la familia, en su tarea formadora, llega a establecer distintas maneras de hacerlo.

Martínez-Licona et al, (2016), afirman que la conceptualización que la familia tenga sobre sí misma, está implicada en su estilo parental, los valores, la manera de ver al mundo y el sistema de reglas que existen en el hogar.

El presente artículo informa de una investigación cualitativa, con enfoque narrativo donde a través de una entrevista a profundidad con usuarios de un organismo público de asistencia social (OPAS). La población estudiada la constituyó un grupo de 43 personas atendidas en institución pública descentralizada de asistencia social, durante un mes. La muestra estudiada fue compuesta por 43 usuarios del mismo sistema. Los datos obtenidos durante la entrevista, fueron analizados con ayuda del software Atlas ti versión 8, se pudieron abordar, a través de sus narraciones, la funcionalidad familiar y los roles familiares que favorecen el emprendimiento social, donde la pregunta de investigación a responder fue ¿cuáles son las acciones que permiten tener roles definidos y funcionales dentro de la familia que pudiesen promover el emprendimiento social?

2. Antecedentes históricos de la familia en México

A lo largo del tiempo la familia mexicana ha sufrido cambios ligados al acontecer socio-histórico del país, sin importar que sean tiempos favorables o de crisis. La familia siempre se verá afectada por el contexto donde se encuentre y para realizar una adecuada descripción histórica de las familias, es necesario establecer una primera definición. Para Louro (2003) la familia es el elemento donde se concibe la reproducción a nivel biológico y social dado que por medio de ella se mantiene la especie humana, las pautas sociales, las tradiciones y todo lo que puede llegar a englobar la forma de actuar de la especie en sociedad.

La familia puede contribuir no solo en la dotación de recursos personales, sino también en la resolución de conflictos o crisis tanto personales como familiares. Sin embargo, hay que destacar que la familia no solo contribuye a mantener el equilibrio homeostático del individuo, sino que otras veces puede atentar contra él mismo (Viveros, 2010).

En este sentido se retoman los siglos pasados para poder comprender cuál ha sido el camino que ha venido siguiendo la familia mexicana. Particularmente en México, no se puede dejar de lado que la familia es resultado de la colonización y el mestizaje entre dos razas opuestas que dieron como resultado, lo que hoy se tiene como familias y relaciones interpersonales. La conquista despojó a los indígenas de su forma tradicional de constituir las familias y con ella, su dinámica. De buenas a primeras, las tradiciones impuestas por los conquistadores no fueron bien aceptadas en las familias indígenas, tardó mucho tiempo en que se establecieran acuerdos que permitieran la coexistencia de ambas visiones de la vida, de tal manera que en algunos aspectos no llegaron a unificarse (Rodríguez, 1992).

Con la conquista, algunos aspectos más afectados fueron la composición familiar, su estructura, los roles y la funcionalidad. Estos aspectos se verían fluctuando entre el cambio que supone este período histórico como su complejidad social, económico, laboral, discriminación de género, entre muchos otros.

Dentro de las familias indígenas la poligamia, por ejemplo, fue completamente naturalizada y aceptada, mientras que, a partir de la conquista, la imposición de uniones regidas por la religión católica revolucionó la forma en la que se elegían las parejas entre los indígenas, ya que la ley de la iglesia católica solo permitía la monogamia.

No sólo la abolición de la poligamia fue relevante, sino que la iglesia no permitía que todas las personas fueran aptas para contraer matrimonio. Era debido que los interesados a formar una familia, cumplieran con una serie de requisitos impuestos por la religión católica, lo cual hacía difícil la unión únicamente por motivos afectivos.

Es importante rescatar que los matrimonios van cambiando su estructura en razón del poder y la jerarquía social a su propia conveniencia, por ejemplo, se observó que, en 1890, el cambio de estrategias familiares a matrimonios exogámicos, como afirma Hipp (2010) al mantener la brecha entre clases sociales, este cambio de estrategia familiar permitió conservar la riqueza de algunas familias conservando el prestigio y abolengo.

A pesar de la insistencia de los conquistadores españoles por imponer el modelo de matrimonio católico a los indígenas, los conquistados aprendieron a coexistir con esta imposición. Al respecto, Quilodrán (2003) señala que las presencias de uniones informales conservaron su fuerza desde los primeros años de conquista y posiblemente hasta nuestros días. Tuirán (1993) menciona que México, después de tres siglos de colonización, no produjo inmediatamente sus propios valores y concepciones sobre el matrimonio de manera general y homogénea, sino que conservó muchas costumbres que los pueblos originarios tenían antes de la conquista.

Viveros (2010) afirma que, en el estudio de la estructura familiar, los roles en las familias tradicionales en México están marcados por la estructura nuclear-patriarcal y lo considera como centro de las pautas sociales. Lo anterior no debería ser considerado como un resultado exclusivo de la conquista, ya que es sabido que la estructura de la familia indígena también veía al hombre como quien ejercía el poder en la comunidad.

Gonzalbo (1992) estudió la influencia de la fe en la constitución de familias en el México colonial, encontrando como resultado la asignación de características de roles del hombre y la mujer mediados por el poder, la sumisión y el amor de las mujeres a sus maridos, en analogía a la relación que los devotos mantienen con la figura de Dios y los conquistadores.

El matrimonio en la conquista y con el catolicismo, se volvió el sustento de la familia; mediante aquél se establecían las bases de su constitución, definición, defensa y mantenimiento, incluso el acto religioso se convertía una especie de garantía de unión perpetua que castigaba moralmente su disolución (Gonzáles, 2012).

Para el siglo XVIII en México, las mujeres dentro del hogar serían tomadas en cuenta para la organización familiar, el rol asignado era para ser buenas educadoras, buenas esposas y ser hogareñas, mientras que los hombres seguirían al mando como jefes de familia, haciendo de la familia un reflejo de buenas costumbres y prosperidad social (Hipp, 2010).

Sin embargo, aunque el modelo ideal tanto por la religión como por el Estado fuera el matrimonio, la popularidad de otro tipo de uniones se hacía cada vez más fuerte. Social y eclesiásticamente hablando, una vez que el matrimonio o cualquier tipo de unión estuviera constituida, la familia estará lista para forjar sus bases y comenzar a formar su descendencia. El desarrollo social también marca las formas de la familia. Los procesos de urbanización e industrialización tendieron a promover a la familia nuclear como la estructura adecuada. De 1976 a 1987 los hogares pequeños, constituidos por no más de cuatro personas aumentaron estadísticamente, dejando atrás la constitución de las familias extensas, compuestas de hasta tres generaciones (Gokalp, 1990).

Esteinou (2004) afirma, que los hogares nucleares ya tenían presencia en las familias indígenas, sin embargo, los hogares conjuntos o extendidos estaban ligadas a funciones sociales y económicas muy importantes fungiendo como la organización principal en la época prehispánica.

Se podría decir entonces que el auge de la familia nuclear sí fue resultado de la conquista, dado que fue ahí, donde a través de la instauración de ideologías extranjeras como señala Esteinou (2004) se distribuía la organización, las obligaciones, competencias y derecho de la autoridad.

Esto pone nuevamente al poder en la mira, ya que al hablar de organizaciones patriarcales es inevitable que no se ejerza dentro de la familia. Estudios recientes se han visto interesados por explicar el mecanismo de la perpetuidad de la familia nuclear, afirmando que esta sería propicia para mantener el patriarcado (Viveros, 2010; Gallegos, 2012, Tuirán, 1993).

3. Estructura familiar mexicana: cohesión y funcionalidad

Otro aspecto relevante en cuanto a estructura familiar mexicana, es la cohesión y la funcionalidad. Aunque la familia por sí misma ya sea la célula de la sociedad, dentro de ella también se gestan relaciones genuinas interpersonales y esto constituye la dinámica familiar. Esta interacción, al igual que la sociedad, pero a niveles mucho mayores, necesita de una organización y esta organización determina la estructura familiar.

Organización y estructura, resultan clasificaciones específicas que permiten comprender la manera en la que los miembros de la familia se definen y se relacionan entre ellos.

Según los datos estadísticos del INEGI (2017) del total de hogares familiares en México, siete de cada 10 (69.7 por ciento) son nucleares, 27.9 por ciento son extensos y 1.0 por ciento son compuestos, según datos de la Encuesta Intercensal del 2015. La jefatura de los hogares está liderada por hombres con el 73 por ciento de los hogares familiares y en tres de cada 10, es decir, 27 por ciento, es una mujer quien asume este papel. Sin duda la presencia de un varón como jefe sigue siendo muy elevado a comparación de las mujeres, sin embargo, la puntuación de las mujeres en cuanto a actividad económica va en alza, el 48 por ciento de las jefas de familia están involucradas en la fuerza laboral, siendo casi la mitad de las encuestadas (INEGI, 2017).

Las cifras anteriores muestran en datos cuantitativos la evolución de la participación de las mujeres, producto de los movimientos sociales y económicos que el país atravesó en siglos pasados. Lo cierto es que la familia es un sistema completamente vulnerable, al ser un sistema abierto, cualquier elemento del exterior puede modificarla, por ejemplo, el modelo económico afecta también directamente su construcción y rumbo, las familias se crean y se someten por todo lo que implica vivir en sociedad, como son los aspectos de la economía y el nivel socioeconómico de la familia (Ariza, 2017).

La presencia de hogares extensos, si bien han disminuido, no fueron dejado atrás; otros estudios revelaron que era común encontrar este tipo de familias debido a la creciente crisis económica donde los jefes de familia tenían que salir a trabajar dejando a sus hijos solos en casa creando así, otra necesidad de afiliación con otros miembros de la familia, como lo son los tíos, primos y abuelos. Según Rossetti (1991) a diferencia de los países anglosajones, en Latinoamérica es muy importante la familia extendida debido a la solidaridad que los miembros muestran entre los integrantes de la familia, tales como tíos, abuelos, sobrinos y primos.

4. Funcionabilidad familia y cultura emprendedora como estrategia de desarrollo económico

Gutiérrez Olvera (2015) señala en su investigación con familias, que la existencia de una cultura emprendedora se identifica a través de actividades y acciones propias de su espíritu emprendedor, generando así una cultura emprendedora. Es importante mencionar que en México el 90 % aproximadamente, son empresas familiares, generando empleo e incrementado el Producto Interno Bruto, surgiendo necesariamente debido al desempleo y a la baja calidad de los empleos existentes (Gutiérrez Olvera, 2015).

La empresa familiar depende de que la propia familia desarrolle acciones funcionales y de aprendizaje basados en la formación de capital humano; fusiona dos sistemas, el familiar y el empresarial, y son interdependientes, esto en ocasiones causa conflictos de valores, dado que en su naturaleza son opuestos.

Dentro de los llamados proyectos familiares, se encuentra que estos potencian la solidaridad, la consecución de metas colectivas y la convivencia.

Gutiérrez Olvera (2015) establece que la funcionalidad familiar garantiza el desarrollo económico a través de los proyectos que se constituyen al interior de la familia, dado que los miembros son partícipes activos y que al contar con actividades bien definidas, donde buscan el desarrollo y bienestar de cada uno de los miembros de la familia, se promueven y desarrollan habilidades personales que impliquen la sobrevivencia en condiciones de competitividad, con acciones de motivación y determinación, así como la creación de un clima operacional y una infraestructura de apoyo.

Como resultados, menciona que la confianza en cada uno de los miembros, el grado de adaptabilidad ante situaciones, el grado de aceptación del rol que se debe asumir y la visión clara de lo que quieren lograr y hacia dónde van, permiten el éxito de la empresa familiar y el desarrollo económica de la misma.

La relevancia del emprendimiento social radica en que soluciona situaciones sociales críticas que no han sido resueltas por los gobiernos. Este tipo de emprendimiento ha llegado a considerarse como la forma más efectiva de llegar a zonas marginadas y con baja rentabilidad, por lo que desde hace quince años aproximadamente, se le ha dado mayor importancia y atención a éste.

Dado por su contribución como por su perseverancia y tenacidad, el valor del emprendimiento social radica en la revitalización de zonas marginadas y la solución de problemas sociales, tales como el desempleo.

Es necesario legitimar el emprendimiento social, desde el empoderamiento de las personas, para poder continuar en sus proyectos, además de considerar y tener en cuenta sus premisas básicas, como son 1) que los emprendedores poseen características personales que garantizan la creación de una empresa 2) que el emprendimiento se condiciona al perfil institucional de cada lugar (políticas y programas gubernamentales) 3) que existen variables a considerar, tales como: nivel educativo, edad, género, y 4) que poseen habilidades personales, percepciones y creencias adecuadas tales como: socialización, autoeficacia percibida, no tener miedo al fracaso y mantenerse en estado de alerta.

El emprendimiento social ha logrado mantener el crecimiento económico de lugares, pero habría que considerar que en algunos lugares cierto tipo de empresas pueden ser exitosas y en otras no, por las características propias del lugar.

Las características personales que poseen los emprendedores suelen ser: jóvenes, con alto nivel educativo, que basan su proyecto en la experiencia de otros emprendedores, que ven la oportunidad de negocio, que se sientes capaces y que poseen bajo nivel de miedo al fracaso. Estas características antes mencionadas se promueven desde la infancia y dentro del primer núcleo social que es la familia (Nicolás, 2014).

Rivera & Santos (2015:13), define al emprendimiento social como “la creación de proyectos y organizaciones cuyo objetivo no es el beneficio individual sino la transformación y la mejora de la sociedad”. El emprendedor social es un individuo que desarrolla su capacidad de llevar a cabo un proyecto, tenaz y que no se deja limitar por la estructura social o institucional, aunque ésta influya en el acceso a recursos económicos, dado que utiliza su creatividad emprendedora, para la resolución creativa de problemas y logra establecer relaciones interpersonales y sociales que apoyen a su objetivo.

Rivera & Santos (2015), menciona que la falta de competencias relacionales impacta de manera negativa a la capacidad emprendedora, y que por otro lado, la capacidad altruista y creativa, impacta de manera positiva al emprendedor.

Esto implica que se debe mejorar o atender el desarrollo de las capacidades personales y de participación desde la infancia y/o adolescencia, para que éstos se logren reconocer oportunidades, crear habilidades de acción y de gestión, así como desarrollar la capacidad de adaptación a los contextos y situaciones.

Otra de las habilidades a desarrollar es la capacidad de asumir riesgos y la toma eficaz de decisiones, ya que son la base para el emprendimiento social, y que se refiere a la creación y sostenimiento de proyectos innovadores, que buscan la mejora social, cambiando dinámicas y sistemas que limitan y afectan a la comunidad. Maximiza los resultados sociales por encima de los económicos, promueve la participación y acción comunitaria, para el bien común, promoviendo un cambio sistémico.

Valores, creencia y actitudes tales como el altruismo, creatividad, empatía, voluntariado, comunicación, solución de conflictos y trabajo en equipo, son indispensables para lograr un emprendimiento social efectivo, además son competencias personales, que dependen de experiencias pasadas dentro de la familia de origen. Un ambiente favorable en la familia y no solo exponer a modelos altruistas favorece la creación de estas competencias. Así mismo es necesario que los padres o adultos sean ejemplos cercano y concreto de estas acciones, con objetivos pro sociales, generosidad y compasión, con un ambiente sano, que cuente con supervisión positiva, calidez afectiva, cooperación en el hogar y niveles adecuados de comunicación.

Rivera & Santos (2015:18) examina la perspectiva relacional de la teoría de los estilos de vida, y los define como: Un complejo sistema dinámico e integrado de preferencias y actitudes traducidas en decisiones de acción y prácticas sociales habituales, que pueden ser operacionalizados en términos de un sistema de comportamientos, actitudes, recursos y estructuras cognitivas que desarrolladas a través de experiencias pasadas expresan la propia identidad.

5. Citas y códigos descriptivos del análisis del discurso de los participantes: Resultados

Para el análisis de datos, se llevaron a cabo algunos de los procesos mecánicos y automáticos para realizar la interpretación de datos cualitativos, tales como: la segmentación, la separación, la ordenación, la búsqueda y recuperación de datos. La característica del software es el almacenamiento, separación y recuperación de datos cualitativos que permiten el análisis de los datos obtenidos, además de servir de soporte para la elaboración conceptual de la narración y un análisis con mayor profundidad de los datos gestionados. Es la rapidez en la búsqueda y recuperación de los fragmentos lo que ayudó enormemente en la comparación de los códigos, así como en la depuración y refinamiento de éstos para agruparlos en una sola narración final (Galbán, 2006).

En este proceso de análisis e interpretación de datos se realizó en tres niveles: 1) citación, 2) codificación, y 3) categorización. Los datos generados se estructuran no como una secuencia lineal sino como un proceso circular en donde continuamente se presta atención a los otros niveles, llevando a cabo un proceso recursivo y sistémico (Galbán, 2006).

Al mismo tiempo que se fueron clasificando las narraciones de distintos códigos, éstos han sido comparados entre sí con el objeto de refinarlos y hacerlos más fiables. Se pudieron identificar similitudes y diferencias entre las distintas acciones, lo cual permitió definir las prioridades básicas de los códigos, favoreciendo la clarificación de los límites y relaciones entre ellos (Galbán, 2006).

En el primer momento se realizó una lectura detallada de las entrevistas con el fin de tener una idea general del contenido de las mismas e identificar las principales temáticas tratadas en el discurso de los participantes.

En una segunda lectura se llevó a cabo la segmentación de las citas. Esta segmentación se hizo considerando los fragmentos que reflejaban una misma idea. Al mismo tiempo, que se realizaba la codificación de las mismas mediante códigos construidos y que responden a la temática que se alude en esos fragmentos. A medida que se fue avanzando en esa segunda lectura e iban apareciendo nuevas citas, se comparaban con los códigos previamente creados para incluirlas en uno de ellos. Finalmente se realizó una tercera lectura en la que se llevó a cabo una depuración de los códigos creados y asignado a las citas, lo que permitió fusionar en tres grandes ejes temáticos.

La investigación realizada, ofrece como resultados la existencia de 711 citas y 22 códigos descriptivos obtenidos del análisis del discurso de los participantes en la investigación, que se reflejan en la Tabla 1 y los tres ejes temáticos con sus porcentajes, que se muestran en la Tabla 2:

Tabla 1

Códigos Descriptivos

Códigos

Citas

  1. Ambiente adecuado

2

  1. Apoyo familiar

60

  1. Comunicación de pareja

23

  1. Comunicación familiar

67

  1. Convivencia positiva

32

  1. Disfuncionalidad familiar

16

  1. Establecimiento de límites

11

  1. Estructura Familiar

57

  1. Funcionalidad Familiar

45

  1. Inadecuada solución de problemas

15

  1. Insatisfacción familiar

6

  1. Problemas con hijos

34

  1. Problemas de convivencia

49

  1. Problemas de pareja

53

  1. Problemas económicos

20

  1. Problemas escolares

6

  1. Relación de pareja

34

  1. Relación negativa entre hermanos

9

  1. Relación positiva entre hermanos

17

  1. Roles familiares

58

  1. Satisfacción familiar

42

  1. Solución de problemas

55

TOTAL:

711

Fuente: Carreón & Sánchez (2019)

Tabla 2

Fusión de códigos y citas, comparativa en porcentajes

EJES TEMÁTICOS

CÓDIGOS

CITAS

  1. Comunicación*

2

9.1%

90

12.7%

  1. Estrategias de solución de problemas**

13

59.1%

351

49.3%

  1. Percepción de apoyo***

7

31.8%

270

38%

TOTAL:

22

100%

711

100%

*Diálogos, palabras con que se hablan en la familia

**Acciones emprendidas para educar, convivir y resolver o no los problemas a los que la familia se enfrenta.

***Acciones para ayudarse en la familia;

Fuente: Carreón & Sánchez (2019)

Se rescatan del análisis de los datos cualitativos, la necesidad de apoyar y empoderar a los padres de familia para fomentar el emprendimiento social, ayudando a los hijos, a mantener relaciones, comunicación, establecimiento de límites y convivencia sana entre cada uno de los miembros de la familia.

Se encontró otra necesidad importante (59.1% de los códigos y 49.3% de las citas) que son las estrategias de solución de problemas, esto entendido como la necesidad de que constantemente se les provea a las familias estrategias de solución de problemas, comunicación, cooperación, el altruismo y la empatía, valores en los que se basa el emprendimiento social.

Con los resultados anteriormente descritos, se confirma lo que Martínez (2016) señala: la familia es una institución de carácter universal, en las diversas relaciones espacio-tiempo, siempre ha estado presente y que es un importante núcleo social.

Villanueva (2018) menciona la importancia de generar en la familia situaciones donde se promueva la equidad y capacidad de gestión, dado que es necesario para el emprendimiento social; rescatar las habilidades de autogestión y autoaprendizaje, donde, a través del ensayo-error, se fortalezca el empoderamiento, incremente la autoestima, la autonomía y la toma de decisiones que faciliten que la familia sea un soporte para el emprendimiento social, contribuyendo con ello a la economía.

6. Conclusiones

En la actualidad existe una crisis del concepto de familia. Como se pudo observar a lo largo de la presente investigación las formas de organización familiar en México cada vez más se diversifican, debido a la influencia de la globalidad, los movimientos sociales por lo que atraviesa el país y la manera en que estas diversificaciones impactan a la familia. Es por ello que se puede afirmar que es necesario que se replanteen algunos aspectos que atañen a la familia, con la finalidad de comprender y aceptar las nuevas maneras de vivir en sociedad, tales como la comunicación, la estructura, los roles y el apoyo familiar en torno a la solución de problemas.

La modernidad no solamente modifica la estructura y rompe ataduras en la familia, sino que también da lugar a nuevas problemáticas y circunstancias conflictivas que la familia deberá de aprender a resolver, adaptarse o aceptarlas. Esta necesidad de reinventar el concepto de familia, no solo engloba a esta institución, sino que tiene que ver también con la modificación de estatutos legales en congruencia a los derechos humanos. A su vez lo anterior repercute en las estructuras culturales y sociales afectadas por prejuicios.

La instauración y aceptación de esta nueva forma de constituir la institución familiar es compleja, dado que implica que se deba de y reconstruir totalmente el concepto de la familia heterosexual y tradicional. La familia nuclear conocida como el hombre y la mujer casados, viviendo en la misma casa con sus descendientes inmediatos está dando lugar a otras las formas de organización familiar.

No quiere decir que la familia nuclear este perdiendo su valía, pero sí que es necesario abrirse al entendimiento de nuevas formas de organización familiar, incluso en estructura cada vez más de composiciones de familias compuestas.

El emprendimiento social, centrado en la creación y sostenimiento de proyectos innovadores, que buscan la mejora social, modificando los elementos, dinámicas y sistemas que limitan y afectan una comunidad en particular. Pone en primer término los resultados sociales por encima de los económicos, promoviendo la participación y acción comunitaria. El emprendimiento social se puede desarrollar desde la familia, mejorando y atendiendo el desarrollo de las capacidades personales y de participación desde la infancia y/o adolescencia. Desarrollar en los jóvenes la capacidad para que éstos se logren reconocer oportunidades, crear habilidades de acción y de gestión, así como desarrollar la capacidad de adaptación a los contextos y situaciones.

Algunas de las competencias (valores, creencias, actitudes y comportamientos) a desarrollarse desde la familia para gestionar el emprendimiento social son: altruismo, capacidad para asumir riesgos y la toma eficaz de decisiones, alta autoeficacia percibida, capacidades para una comunicación asertiva, creatividad, empatía, capacidad para identificar oportunidades de negocio, capacidad para mantenerse en estado de alerta, no tener miedo al fracaso, habilidades para la socialización, capacidades para la solución de conflictos y trabajo en equipo, entre otros.

Un ambiente favorable en la familia requiere que los padres o adultos con los que convivan los jóvenes, sean ejemplos cercanos y concretos de estos valores, actitudes y acciones, con objetivos pro sociales, generosidad y compasión, con un ambiente sano, que cuente con supervisión positiva, calidez afectiva, cooperación en el hogar y niveles adecuados de comunicación.

Es importante hacer hincapié en la necesidad de brindar apoyo, estrategias y atención adecuada a las familias, todo con base a las demandas y características que el período socio-histórico actual determina.

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