marco de las políticas de sostenibilidad y sustentabilidad de los ecosistemas ecuatorianos. Se
trata en ese sentido, de una actividad que, manteniendo sus rasgos tradicionales, se ha sabido
diversificar para corresponder a las demandas socioeconómicas de las familias de los pescadores.
Ahora bien, desde el punto de vista teórico-conceptual, la pesca artesanal está
caracterizada por necesitar poco capital y un trabajo no especializado en el manejo de la
obtención del producto pesquero. Por lo general, la inversión que se hace en embarcaciones o
materiales es mínima y, en ella, lo más importante es el desempeño o la energía de los trabajadores
(Galarza & Kámiche, 2020). Igualmente, se utilizan métodos de poca afectación
medioambiental, generalmente cerca de las costas, en jornadas de trabajo que pueden incorporar,
de ser necesario, la mano de obra familiar.
Así mismo, este tipo de pesca comprende actividades que se realizan individualmente o,
en algunos casos, a través de pequeñas asociaciones utilizando instrumentos, herramientas y
métodos no mecanizados o con bajo nivel tecnológico. La clave está en que al tener un fin,
básicamente de subsistencia o comercialización local, como actividad económica. Este tipo de
pesca no afecta sustancialmente los ecosistemas y, por el contrario, fomenta la preservación de
las fuentes acuíferas, porque de ellas depende la obtención de la alimentación (Molina, 2021).
Vista de esa forma, la actividad pesquera se encuentra, frecuentemente, en el origen de
muchos asentamientos humanos, cuya subsistencia está ligada a las características o el perfil que
adquiera dicha actividad. Se conforma igualmente, los oficios que se corresponden con el
desarrollo de esta dinámica productiva, apareciendo la figura del pescador artesanal, como el
pivote sobre el que gira la economía familiar de estos pueblos o localidades. Estas personas
desarrollan su oficio como medio de vida primigenio; es decir, como actividad primaria, aunque
gradualmente, vayan ampliando sus expectativas, enfocándose en la comercialización a pequeña
escala, máxime si se integran en asociaciones de trabajadores del sector.
Los pescadores artesanales pueden, de hecho, diversificar o distribuir sus tareas, según el
ámbito específico en el cual centran su trabajo. “De este modo, la clasificación de los pescadores
artesanales se basa en la actividad productiva que desempeñan, reconociéndose formalmente las
categorías de armador artesanal, pescador artesanal, buzo o mariscador y alguero o recolector de
orilla” (Tardón & Díaz, 2018, p. 161). De acuerdo a esta clasificación, los beneficios económicos