REVISTA DE LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA. 3ª época. Año 12 N° 32, 2021
Jorge J. Villasmil Espinoza/// Implicaciones de la inteligencia artificial para la humanidad, 4-6
DOI: http://dx.doi.org/10.46925//rdluz.32.01
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También podríamos suponer que en las próximas décadas muchas actividades laborales,
intelectuales y de trabajo físico, van a ser desarrolladas por robots inteligentes de forma
satisfactoria incrementando en su decurso el desarrollo sostenible y el tiempo libre de las
personas para el esparcimiento y la formación integral. En un mundo así, incluso pudiéramos
suponer que la IA pudiera venir a remediar las crisis de la democracia, impulsada en buena
medida por gobiernos corruptos e ineficientes que actúan en función de interés particulares que
en nada tienen que ver con el logro del bienestar social.
En este contexto, muchas de las grandes decisiones políticas en materia de gestión de
conflictos, administración de recursos y organización de comunidades, pueden ser tomadas por
ordenadores cuánticos con base a criterios técnicos prestablecidos por programadores,
democráticamente electos, que actúen bajo la filosofía del gobierno abierto y la sociedad del
conocimiento, sin necesariamente tener ninguna militancia partidista. Seria en buena medida el
gobierno de la ciencia o el advenimiento de una nueva tecnocracia postmoderna.
De hecho, la construcción de un nuevo contrato social (Calvano, 2019; Márquez, 2020)
que venga a subsanar lo que en trabajos anteriores he definido como la fragilidad de las
civilizaciones humanas (Villasmil Espinoza, 2020), configurada por fenómenos geopolíticos
internacionales como el calentamiento global, la pobreza, la inequidad de género o las
violaciones sistemáticas de los derecho humanos impulsadas por estados autoritarios, tienen en
la IA una herramienta transversal con mucho que aportar en el plano político, económico, social
y cultural, cuando se busca construir gobernabilidad y gobernanza desde perspectivas científicas
que trasciendan los dogmas ideológicos y los prejuicios partidarios.
No obstante, no debe suponerse que todo lo concerniente a la IA es siempre bueno y
constructivo y que, por lo tanto, debe asumirse acríticamente sin el desarrollo de un debate
polifónico capaz de develar todas las aristas del fenómeno, de cara a potenciar su conocimiento
profundo y la reflexión sistemática al respecto. En este sentido, se justifican preguntas como:
¿Puede el uso generalizado de la IA potenciar los mecanismo formales e informales de control
social, tal como presagia la polémica serie Black Mirror? ¿Una organización social dirigida por
“maquinas inteligentes” es un ordenamiento reprochable desde todo punto de vista por su
carácter deshumanizado? Obviamente, que la respuesta a estas y otras preguntas similares