REDIELUZ

ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769 Vol. 10 N° 2 • Julio - Diciembre 2020: 107 - 115

ESTRATEGIA EDUCATIVA PARA MODIFICAR ESTILOS DE VIDA NO SALUDABLES EN ADULTOS JÓVENES CON MALNUTRICIÓN

Educational strategy to modify unhealthy lifestyles in malnutried young adults


Glenda Figueroa, Lenin Muñoz, Karen Villamil, Germania Rosero

ÁREA CIENCIAS SOCIALES

Universidad Católica de Santiago de Guayaquil – Ecuador Dirección de correspondencia: marineromm@gmail.com



RESUMEN

En las últimas décadas es notorio el incremento de las cifras de la prevalencia de obesos a nivel mundial, relacionado con el aumento de enferme- dades crónicas como diabetes mellitus e hiperten- sión arterial. El objetivo de esta investigación es diseñar una estrategia educativa para modificar estilos de vida no saludables en adultos jóvenes con malnutrición. Se realizó un estudio descripti- vo, observacional, transversal en adultos jóvenes con malnutrición por exceso, se confeccionó una encuesta para determinar el conocimiento sobre estilos de vida saludables, elaborando una estra- tegia educativa para modificar el desconocimiento. El sobrepeso predominó con 57,7% el grupo entre 30 a 34 años (32%), el sexo femenino (60,8%) y la escolaridad secundaria (46,4%), el estado civil unión libre (55,7%), la ocupación cuenta propia (49,5%), además la etnia mestiza (67,0%). El co- nocimiento del exceso de peso como problema de salud represento el 91,8%. La falta de conocimien- to sobre alimentación saludable fue 78,4%, sobre grupos de alimentos conocen el 59,8%, ejercicios físicos 50,5% y sobre enfermedades asociadas fue mayor el conocimiento 58,8%. La estrategia educa- tiva preferida fueron las charlas durante 30 minutos (70,1%), una vez por semana 43,3% y en el horario de mañana (87,6%).

Palabras clave: estilos de vida saludable, adul- to joven, malnutrición, estrategia de salud familiar.


ABSTRACT

In the last decades, the increase in the figures of the prevalence of obese people worldwide is no- torious, related to the increase in chronic diseases such as diabetes mellitus and arterial hypertension. The objective of this research is to design an edu- cational strategy to modify unhealthy lifestyles in young adults with malnutrition. A descriptive, ob- servational, cross-sectional study was carried out in young adults with excess malnutrition, a survey was made to determine knowledge about healthy lifestyles, developing an educational strategy to mo- dify ignorance. Overweight prevailed with 57.7% in the group between 30 to 34 years (32%), the fema- le sex (60.8%) and secondary schooling (46.4%), the civil status free union (55.7% ), self-employment (49.5%), and mestizo ethnicity (67.0%). The knowle- dge of excess weight as a health problem represen- ted 91.8%. The lack of knowledge about healthy ea- ting was 78.4%, 59.8% were aware of food groups, 50.5% of physical exercises, and 58.8% of associa- ted diseases were greater. The preferred educatio- nal strategy was talks for 30 minutes (70.1%), once a week 43.3% and in the morning (87.6%).

Keywords: healthy lifestyles, young adult, mal- nutrition, family health strategy.


Recibido: 13-12-2019 Aceptado: 23-05-2020 INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas es notorio el incremen-

to de las cifras de prevalencia de obesos a nivel mundial; enfermedad muy relacionada con enfer- medades crónicas tales como diabetes mellitus, hi- pertensión arterial, arterosclerosis y dislipidemias,



donde intervienen varios factores, tales como la dieta, genética, el factor neuroendocrino y factores conductuales tales como sociales, iatrogénicos y el sedentarismo. Actualmente existe la biotecno- logía alimentaria, que ha facilitado el consumo de cualquier alimento durante las estaciones del año, trayendo como consecuencia una serie de modifi- caciones en la alimentación de las personas (Bar- quera et al. 2010).

Las acciones más eficientes para mejorar la ca- lidad de los suministros de alimentos a fin de dis- minuir la incidencia del sobrepeso y la obesidad, incluyendo la disposición de reglamentos y regula- ciones en el sector público e intervenciones en el mercado, se han visto afectados. Así los intentos de ejecutar regulaciones obligatorias para mejorar el suministro de alimentos, se han visto obstacu- lizados por la desinformación y las publicaciones científicas tendenciosas, además de la presión que ejercen los intereses comerciales monetarios (Moubarac 2015).

En las cifras del Instituto Nacional de censos de Ecuador, existe un gran porcentaje de población adulta con escolaridad incompleta, por lo que la res- puesta a cuál es el nivel de conocimiento acerca de la malnutrición por exceso, en la población adulta joven del Consultorio E de Medicina Familiar y Co- munitaria del Centro de Salud Pascuales - Ecuador, puede ser obvia, pues también se ha observado una elevada frecuencia de sobrepeso y obesidad en la población de adultos jóvenes. El objetivo de esta investigación es diseñar una estrategia educa- tiva para modificar estilos de vida no saludables en adultos jóvenes con malnutrición, tomando como referencia los pacientes atendidos en el Consultorio E del Centro de Salud Pascuales del Ecuador.


CONCEPCIONES TEÓRICAS


Antropología alimentaria humana

El ser humano desde el inicio de sus orígenes se alimentaba de frutos y vegetales que obtenían fácilmente; sin embargo, por la evolución y la es- casez cambio su costumbre alimentaria, originando periodos de hambruna. Esto lo obligo a comer des- medidamente en los momentos en que aparecía el alimento, los cuales eran de origen animal. Por esta razón consideraron los biólogos que la genética se adaptó, apareciendo células de reserva energética y el gen ahorrador para los periodos de escases de alimentos, apareciendo las acumulaciones de


grasa, la resistencia a la insulina y la obtención de energía a partir de ácidos grasos cuando no hay glucosa (Vergara 2013, López 2013).

La cultura determina lo que se puede comer y quienes lo pueden hacer. Así la complejidad de co- midas ira desde el caviar hasta las sopas en las personas adultas mayores, comidas rápidas en los adolescentes y papillas en niños. Los tipos de co- midas varían de acuerdo a la sociedad a un tiem- po determinado y forman patrones en la manera de alimentarse. Estas clasificaciones son relativas, propias de cada sociedad en un tiempo y espacio determinado. La forma de combinar los alimentos, los momentos y los tipos que hay que tomar duran- te el día (desayuno, almuerzo, merienda, cena) y en el año, en días hábiles y festivos, así como las combinaciones de estos, las infusiones calientes, el que se usa para celebrar las fechas, los alimentos prohibidos y los prestigiosos. Por ello la “dieta oc- cidental”, está relacionada a un incremento de las tasas de sobrepeso y obesidad en todos los grupos de edad para ambos sexos, y también al riesgo de morbimortalidad por enfermedades crónicas dege- nerativas (Moreira 2013).

Malnutrición por exceso y la relación entre enfermedades crónicas

La Organización Mundial de la Salud (OMS 2014) refiere que la obesidad es una enfermedad altamente prevenible, lo que indica que “una pe- queña actuación es digna de una gran prevención”. Las estadísticas a nivel global, registran que en los últimos veinte años los índices de obesidad se han disparado deforma exuberante, siendo lo más llamativo y preocupante la obesidad infantil, consi- derándola desde su nacimiento, lo que ha llevado a expertos de la investigación en este tema a pre- guntarse si la obesidad debe ser considerada como una enfermedad crónica, lo que lleva a interrogan- tes tales como ¿si los niños obesos serán adultos obesos?, así tenemos que “Los datos varían según el grupo de edad de la población estudiada (lac- tantes, preescolares, escolares, preadolescentes y adolescentes) (Organización Panamericana de la Salud, OPS, 2007).

Los alimentos consumidos por los humanos son de origen animal o vegetal, que aportan sustento, energía o ambos y que constituyen la primera línea de defensa contra las enfermedades y el principal medio para alcanzar salud y bienestar. Los alimen- tos generadores de energía: son carbohidratos, lípi-


dos y grasas, individualmente considerados, si son ingeridos en exceso pueden convertirse en grasa y provocar exceso de peso (Duperly 2014).


Conocimiento científico vs conocimien- to de la población acerca de la malnutrición por exceso

De forma general es sabido que el consumo energético es una ecuación entre la sensación de hambre y la sensación de saciedad, este proceso se encuentra alojado en la región anatómica de la base del cerebro. Existen en el cerebro células que codifican sustancias a nivel sistémico que controlan el hambre y la saciedad localizadas más detallada- mente a nivel del hipotálamo, conformando grupos de neuronas. De estos existen 17 núcleos o cen- tros neuronales que llevan a cabo esta función en la alimentación. Estos centros hipotalámicos reciben señales de forma interna y externa que permiten la regulación del balance energético. Al referirse a señales externas estas pueden ser muy diversas; como ejemplo se menciona el estado emocional, que se relaciona con los estados ansiosos de dife- rente índole. Intervienen también el factor cultural y familiar cuando se crea una educación alimentaria en base a carnes y grasas y erróneas creencias de que los vegetales no proveen una “correcta alimen- tación” (Jácome 2016).

La teoría de la existencia de una serie de varios reguladores biológicos internos, que proporcionan un estímulo de forma directa en los centros del hambre y de la saciedad, toman como ejemplo, las concentraciones de glicemia en la sangre y la de cuerpos cetónicos. Siendo así que luego de la in- gesta de alimento, el aumento de la glucosa en la sangre que produce la comida, se la considera una señal que estimula la saciedad; así también, en el tiempo del ayuno, el aumento de los cuerpos ce- tónicos provocado por este, estimularían el centro biológico del hambre (Jácome 2016).

La sangre tiene concentraciones de glucosa y cuerpos cetónicos, los cuales están regularizados por hormonas: insulina, glucagón, leptina y por péptidos intestinales. El mecanismo de acción de estos péptidos y hormonas facilita el mantenimien- to y el control del consumo de alimentos y de su utilización, las veces que la persona consume una comida (control inmediato) y también a lo largo del tiempo (control mediato) (Blázquez 2016).

El mecanismo de control opera de la siguiente manera: durante el consumo de una comida e inme- diatamente al final de la misma, tanto la presencia de los alimentos en el intestino como su absorción estimulan la liberación de los péptidos intestinales y hormonas que viajan por la sangre al sistema ner- vioso central, particularmente al hipotálamo, donde se unen a sus receptores específicos para limitar el consumo de alimentos (Blázquez 2016).

La leptina es un componente importante de la regulación hormonal del control energético; su prin- cipal origen de producción es en el tejido adiposo y en menor cantidad en el estómago y placenta. En condiciones normales, la cantidad de leptina que se produce en una persona tiene una estrecha rela- ción con su cantidad de tejido adiposo almacenada. Pero, cuando se acumula grasa y se aumenta de peso, sucede un incremento en la síntesis y libe- ración de leptina la cual es conducida por vía san- guínea hacia el sistema nervioso central en donde estimula a grupos de neuronas del hipotálamo las que producen neurotransmisores que determinan que la persona disminuya su apetito y pare de co- mer (Blázquez 2016).

La leptina bloquea la acción de las neuronas que estimulan el apetito u oroxigénicas y estimula a las neuronas que inhiben el apetito ó an-oroxigénicas. Ambos grupos de neuronas están conectadas con el núcleo del hipotálamo que disminuye el gasto de energía e incrementa el consumo de alimentos o viceversa, dependiendo de los niveles circulantes de leptina. La ausencia de leptina o de su recep- tor en el hipotálamo en varios modelos animales de obesidad y en personas con obesidad confirma la importancia de esta hormona en el control del balance energético. La insulina es otra hormona implicada en la regulación del balance energético puesto que facilita la síntesis y liberación de lepti- na. Además, por su mecanismo de acción hipoglu- cemiante periférica tiene un efecto estimulante del apetito (Blázquez 2016).

Estrategia de intervención educativa

Un estudio realizado en España en el Hospital Universitario Reina Sofía Alba Martín acerca de evidencias científicas sobre intervenciones preven- tivas en obesidad infantil, refiere que existe mucha literatura que indica que es altamente posible pre- venir la obesidad, pero existen escasas estrategias de intervenciones de prevención que sean modelo guía para aplicarlas en la atención primaria (Gám- baro et al. 2011)



Se ha mencionado ya en reiteradas ocasiones las razones por las cuales la educación nutricional es crucial para el éxito de la estrategia de comba- te a la malnutrición. El Ministerio de Salud Pública y sus funcionarios desempeñan un rol protagónico en este tema. Sin embargo, no son los únicos. El Ministerio de Educación también juega un rol im- portante puesto que tiene la capacidad de incidir en la educación nutricional de las y los alumnos y de esta forma convertirlos en embajadores nutriciona- les dentro de sus familias.

El modelo de atención integral de salud reno- vado en Ecuador (2013) considera que los deter- minantes de la salud juegan un papel protagónico en la malnutrición por exceso, buscando fomentar los factores protectores y mitigando aquellos fac- tores de riesgo que amenazan a la población. “El MAIS plantea fortalecer los procesos de investiga- ción, formación y capacitación del talento humano y que la producción de conocimientos se constituya en una herramienta para contribuir al mejoramiento de las condiciones de salud y vida de la población (Ministerio de Salud Pública, 2013).


MATERIALES Y MÉTODOS

Se realizó un estudio de acuerdo a los objetivos planteados en los adultos jóvenes con malnutrición por exceso, que asisten al consultorio E del Centro de Salud Pascuales del Ecuador en 2018. De esta manera, se utiliza un estudio descriptivo, univaria- do, transversal y prospectivo ya que los datos se recogieron de una fuente de información primaria.

La población estuvo constituida por 97 adultos jóvenes, con malnutrición por exceso pertenecien- te al consultorio E del Centro de Salud de Pascua- les. Los criterios de inclusión: Adultos jóvenes que firmen el consentimiento informado para participar en el estudio. Criterios de exclusión: Pacientes con discapacidad intelectual que no le permita respon- der la encuesta.

El procedimiento de recogida de la información se realizó a través de una encuesta, validada por tres expertos (dos de Medicina Familiar y Comu-


nitaria y una Bioestadística), teniendo en cuenta los criterios de Moriyama, posteriormente, se rea- lizó una prueba piloto con adultos pertenecientes al área de salud de Pascuales y que pertenecen la población de otros consultorios no incluidos en el estudio.

Para hacer la selección de las unidades de es- tudio se tuvo en cuenta el Análisis Situacional de Salud del Consultorio E del año 2017, tomando como punto de partida todos los adultos entre 20 a 39 años de edad, con un índice de masa corpo- ral (IMC) mayor o igual a 25 kg/m2, luego se citó a estos pacientes para actualizar su IMC. Se pesó, talló en la consulta médica, teniendo en cuenta la privacidad del paciente, siguiendo las técnicas de medición de examen físico.

Para las mediciones de peso, talla y perímetro abdominal se utilizó balanza con tallímetro mar- ca Detecto® con capacidad máxima para 175 kg, previamente calibrada, cinta métrica, lápiz y pa- pel. Se pesó, talló y midió el perímetro abdominal en la intimidad de la consulta médica guardando el pudor del paciente con ropa ligera y siguiendo los estándares de pesado, tallado adecuado y me- dición de perímetro abdominal. El índice de masa corporal fue calculado utilizando la fórmula Quetele (peso en kg/talla m2). Ambas medidas fueron toma- das por el investigador, el día de la cita asignada a cada paciente. Las técnicas de análisis estadístico se aplicaron de acuerdo al nivel de investigación descriptivo, se resumieron las variables en núme- ros absolutos y porcentaje.


RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En la Tabla 1 se resume el estado nutricional de los participantes en el estudio. De acuerdo al esta- do nutricional y el sexo de los adultos jóvenes con exceso de peso, el masculino y el sobrepeso fue- ron los de mayor frecuencia, con 24 encuestados (63,2%), sin embargo, la obesidad I y II fue mayor dentro del sexo femenino con 37,3 y 8,5 por ciento respectivamente.


Tabla 1. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición según estado nutricional y sexo

Estado Nutricional

Sexo

Total

Masculino

Femenino

N° %

N° %

%

Sobrepeso

24

63,2

32

54,2

56

57,7

Obesidad I

12

31,6

22

37,3

34

35,1

Obesidad II

2

5,3

5

8,5

7

7,2

Total

38

100,0

59

100,0

97

100,0

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).


Los resultados obtenidos pueden relacionarse con los malos hábitos alimentarios y estilos de vida no saludables que ambos sexos presenten. Las mujeres están más tiempo dentro de la casa, con menos gasto energético y con la posibilidad de te- ner al alcance alimentos para ingerir durante el día; mientras que los hombres tienen generalmente los trabajos fuera del hogar y para comer necesitarían hacer más gastos. La causa fundamental que lle- va al sobrepeso y a la obesidad es la malnutrición por exceso, considerada como parte de un estilo de vida no saludable, existe una relación estrecha entre el exceso de peso y la alta prevalencia de en- fermedades metabólicas.

En un estudio realizado en el 2017 en Loja, los principales resultados indican que la incidencia de normo peso es de 51% y de sobrepeso y obesidad

es de 49%, siendo las mujeres las de mayor inci- dencia. Similares resultados se encontraron en la investigación en cuanto al porcentaje de sobrepeso y obesidad, además de que el sexo femenino fue el predominante en la categoría de obesidad (Galle- gos, 2017). Esto explica la creciente prevalencia de obesidad y enfermedades como diabetes e hiper- tensión, relacionadas con el consumo de productos energéticamente más densos y con un mayor con- tenido de, azúcar, sodio, grasas trans y poca fibra (Cárdenas, 2014).

Dentro de los grupos de edad y el sexo, predo- minó el femenino y dentro de este, los grupo de 30 a 34 años con 21 encuestados (35,6%); el masculi- no se encontró entre 25 a 29 años con 12 personas (31,6%) (Tabla 2).


Tabla 2. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición según grupos de edad y sexo

Grupos de edad

Sexo

Total

Masculino

Femenino

N° %

N° %

N° %

20 a 24

9

23,7

19

32,2

28

28,9

25 a 29

12

31,6

2

3,4

14

14,4

30 a 34

10

26,3

21

35,6

31

32,0

35 a 39

7

18,4

17

28,8

24

24,7

Total

38

100,0

59

100,0

97

100

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).


La población estudiada está mayormente repre- sentada por mujeres, estas cifras se corresponden con las estadísticas del INEC 2013 que señalan tanto en Ecuador como en Guayaquil hay un predo- minio del sexo femenino sobre el sexo masculino, lo que se relaciona con el presente estudio. ENSA- NUT 2013, también señala que la población feme- nina es 5,5 % superior que la población masculina en el grupo de los sobrepesos y obesos (ENSANUT 2011-2013).

Resultados similares a este estudio también se encuentran en la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional 2010 (ENSIN) de Colombia; realizada sobre la población de 18- 64 años, indica que en la distribución por sexo se encontraron con obesidad y/o sobrepeso el 55,2% de las mujeres y 45,6% de los varones. La presencia de obesidad mórbida fue del 1,3% en las mujeres y 0,3% para los varones con un promedio del 0,9% de la población total.

Tabla 3. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición según nivel de instrucción y sexo


Nivel de Instrucción

Sexo

Total

Masculino

Femenino

N° %

N° %

N° %

Primaria

4

10,5

12

20,3

16

16,5

Secundaria

23

60,5

22

37,3

45

46,4

Bachillerato

9

23,6

21

35,6

30

30,9

Universitario

2

5,2

4

6,8

6

6,2

Total

38

100,0

59

100,0

97

100,0

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).



La secundaria fue el nivel de instrucción con más porcentaje en ambos sexos (46,4%) y el uni- versitario el menor (6,2%) (Tabla 3). El nivel escolar de la población estudiada en general no es alto, y la mayor parte de ambos sexos tiene nivel medio, por lo que no se puede argumentar en las diferencias de peso, en los diferentes niveles de la población de estudio.

Un estudio de la Obesidad y Economía de la pre- vención (OECD) en México, muestra que las dife- rencias sociales con respecto a la obesidad afectan de manera importante a las mujeres con un nivel de educación bajo, ya que estas tienen una pro- babilidad 3,5 veces mayor de tener obesidad que aquellas mujeres con un nivel educativo más alto, pero las disparidades para los hombres son más pequeñas e inexistentes (Moreno 2012).


Un estudio realizado por el Hospital Universita- rio Moncloa en España y publicado en el año 2016 mostró que, según el nivel de estudio de los indivi- duos, aquellos con estudios primarios o inferiores presentan un índice elevado de obesidad (26,7%) y que el índice de mujeres obesas con estudios pri- marios o inferiores fue superior a la de las mujeres con estudios universitarios (Vélez 2015).

En el estado civil dominó la unión libre (55,7%) en ambos sexos (Tabla 4). La mayoría de la pobla- ción estudiada se encuentra viviendo en pareja, ya que las mayores frecuencias se encontraron en la unión libre y casado. Esto puede favorecer la es- tabilidad que brinda la convivencia en pareja y la ayuda económica para disponer de un mayor nú- mero de alimentos, que por los precios más accesi- bles de los productos, pueden ser de alto contenido energético favoreciendo la malnutrición por exceso (Vélez 2015).


Tabla 4. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición según estado civil y sexo


Estado civil

Sexo

Total

Masculino

Femenino

N° %

N° %

N° %

Soltero

7

18,4

3

5,0

10

10,3

Casado

7

18,4

6

10,2

13

13,4

Unión libre

18

47,4

36

61,0

54

55,7

Divorciado

5

13,2

6

10,2

11

11,3

Separado

1

2,6

4

6,8

5

5,2

Viudo

0

0

4

6,8

4

4,1

Total

38

100,0

59

100,0

97

100


El conocimiento sobre la alimentación saluda- ble fue más frecuente en la categoría no conoce con un 78,4 % del total (Tabla 5). Los resultados encontrados revelan la dificultad para hacer llegar a población, el conocimiento sobre una alimenta- ción saludable, pues maneja contra ello las disími-

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).

les propagandas de los medios de comunicación para productos alimenticios elaborados, consumir alimentos industrializados, baratos, con poco apor- te nutricional y de alta densidad energética, ante el abandono creciente de la agricultura centrada en los cultivos de autoconsumo.


Tabla 5. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición conocimiento de alimentación saludable


Conocimiento sobre alimentación saludable

%

Conoce

No conoce

21

76

21,6

78,4

Total

97

100

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).


Resultados similares fue encontrado por Rodrí- guez (2015) en Colombia, donde se relacionaron los conocimientos de alimentación con el sexo y el estrato socioeconómico, evaluados mediante seis preguntas. Destacan los porcentajes tan bajos de sujetos, que respondieron positivamente las pre- guntas de conocimientos sobre alimentación, con excepción de una, que incluso no presentó diferen- cias por sexo, ni por estrato socioeconómico y fue respondida afirmativamente por 85,3% de los su- jetos, la cual fue ¿en su casa le inculcaron el con- sumo de frutas, carnes y verduras? En todas las demás preguntas sobre este tema las respuestas afirmativas fueron inferiores al 47,1%.

La Europea Food Information Council señala que la nutrición es un campo complicado multifactorial, debido a que existen factores culturales, sociales,

religiosos y genéticos, todos ellos son los responsa- bles de la creación de los hábitos alimentarios, así como la variedad de los nutrientes en los alimentos que se consumen influyen o pueden determinar el peso de una persona en relación con la cantidad que se ingiera de ellos. The European Food Infor- mation Council (EUFIC).

Los conocimientos sobre grupos de alimentos fueron mayores para la categoría conoce con 59,8% (Tabla 6). Para esta variable de conocimientos la población se encontraba más instruida, y respon- dieron en un mayor porcentaje las preguntas de la encuesta, aunque aún no lo suficientemente prepa- rada en una frecuencia considerable, a pesar de las acciones de promoción de salud, que desde años viene realizando la primera y segunda cohorte de Medicina Familiar y Comunitaria en esa población.


Tabla 6. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición según conocimiento de grupos de alimentos


Conocimiento sobre grupos de alimentos

%

Conoce

No conoce

58

39

59,8

40,2

Total

97

100

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).


En un estudio realizado en Uruguay, para eva- luar los conocimientos nutricionales de una mues- tra por conveniencia de la población y su frecuencia de consumo de alimentos, se encontraron valores similares, aunque más altos, los participantes mos- traron un buen nivel de conocimientos nutricionales, contestando correctamente en promedio el 66,1% de las preguntas. El 66,7 % contestaron correcta- mente el contenido de nutrientes de los diversos alimentos (Gámbaro et al. 2011).

El conocimiento sobre ejercicio físico es simi- lar en ambas categorías 49 (50,5%), conoce y 48 (49,5%) no conoce (Tabla 7). Los conocimientos adquiridos por la población, sobre los beneficios de

los ejercicios físicos, también han aumentado, te- niendo en cuenta que las actividades de promoción de salud se realizan por los médicos postgradistas de Medicina Familiar, con regularidad y constancia, dando la información que promueve estilos de vida saludables, entre otras. Paredes (2013) en Chile, encontró en un grupo de 132 alumnos, donde se evaluó la percepción del conocimiento sobre la ac- tividad física señalando lo siguiente: 3,8% en muy poco, 13,6%, en poco, 46,2% conocimientos re- gulares, 28,6% en bueno, 7,6% muy bueno. Estos resultados difieren de lo encontrado en esta inves- tigación, donde son mayoritarios los que conocen.


Tabla 7. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición según conocimiento sobre ejercicio físico


Conocimiento sobre ejercicio físico

%

Conoce

No conoce

49

48

50,5

49,5

Total

97

100

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).



El lugar más seleccionado para desarrollar la estrategia educativa fue la comunidad 75 (77,3%) (Tabla 8). De los tipos de estrategias a selec- cionar, las charlas ocuparon el primer lugar con 68 encuestados (70,1%), seguida por los videos (12,4%). La mayor frecuencia para recibir informa-


ción fue una vez a la semana (43,3%), seguida de cada 15 días (33,0%). La duración preferida para desarrollar la actividad fue 30 minutos (70,1%) y de los horarios propuestos, la mañana (87,6%) fue el mas seleccionado.


Tabla 8. Distribución de adultos jóvenes con malnutrición según componente de la estrategia educativa del lugar

Componente de la estrategia: Lugar

No

%

Centro de salud

16

16,5

Comunidad

75

77,3

CAMI

6

6,2

Total

97

100

Fuente: Elaboración propia a partir de la encuesta (2018).


CONCLUSIONES

En los adultos jóvenes con malnutrición por ex- ceso predomina el sobrepeso en ambos sexos. Las variables sociodemográficas que tienen mayor fre- cuencia son el grupo de edad entre 30 a 34 años, el sexo femenino, el nivel de instrucción secundaria, el estado civil unión libre, la ocupación cuenta pro- pia, dominando las trabajadoras del hogar no remu- neradas y la etnia mestiza.

Para la elaboración de la estrategia educativa prefieren las charlas y videos, la frecuencia de una vez a la semana, la duración de 30 minutos de la actividad, el horario de la mañana, siendo el lugar para realizar la estrategia la comunidad.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Barquera, S., Campos I., Rojas, R. y Rivera, J. (2010). Obesidad en México: Epidemiologia y políticas de salud para su control y prevención. Gaceta Médica de México. No. 146, pp. 397-407.

Blázquez E. (2016). Hormonas Gastrointestina- les. Capítulo 78. Fisiología Humana. Access: Medicina. 2016 Disponible en: https://access- medicina.mhmedical.com/Content.aspx?booki- d=1858&sectionid=134370207.

Duperly J. (2014). Obesidad. Un enfoque integral. Cuarta ed. Bogotá: Universidad del. Rosario.

ENSANUT. (2011-2013). Encuesta Nacional de Sa- lud y Nutrición. ENSANUT Ecuador 2011-2013. INEC. Disponible en: http://www.ecuadorenci- fras.gob.ec//documentos/web-inec/Estadisticas_ Sociales/ENSANUT/Presentacion%20de%20 los%20principales%20%20resultados%20ENSA- NUT.pdf.

Gámbaro A., Raggio L., Dauber C., Ellis A., Toribio

Z. (2011).Conocimientos nutricionales y frecuen- cia de consumo de alimentos: un estudio de caso. ALAN, 61(3): 308-315.

Jácome J. (2016). Mecanismos cerebrales de la obesidad; neurociencias para la actividad física. Red Internacional de neurociencias aplicadas a la actividad física y el deporte. Disponible en: https:// g-se.com/mecanismos-cerebrales-de-la-obe- sidad-neurociencias-para-la-actividad-fisi- ca-bp-u57cfb26dece13.

López M. (2013). El estudio de la alimentación hu- mana desde una perspectiva evolutiva y ecoló- gica. Madrid: Universidad Autónoma de Madrid, Biología.

Ministerio de Salud Pública. (2013). Ecuador Mds- pd. www.msp.gob.ec.[Online].2013 [cited 2016 06 05. Availablehttp://instituciones.msp.gob.ec/ somossalud/images/documentos/guia/Manual_ MAIS-MSP12.12.12.pdf.Ministerio coordinador de desarrollo.

Moreira G. (2013). Libro blanco de la nutrición en España. Informativo. Madrid: Fundación Españo- la de la Nutrición, Nutrición. Report No. 978-84- 938865-2-3.

Moreno G. (2012). Definición y clasificación de la obesidad. Revista Médica Clínica Las Condes, 23(2):124-8.

Moubarac D. (2015). Alimentos y bebidas ultrapro- cesados en América Latina: tendencias, efecto sobre la obesidad e implicaciones para las po- líticas públicas. Científico. Washintong DC.: Or- ganización Panamericana de la Salud OPS, De- partamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental. Report No: 978-92-75-31864-5.


Organización Mundial de la Salud. (2014). Ginebra: Autoridad directiva y coordinadora de la acción sanitaria en el sistema de las Naciones Unidas; 2014. Disponible en: http://www.who.int/media- centre/factsheets/ fs311/es/

Organización Panamericana de la Salud, OPS/OMS (2007). La equidad en la mira: la salud pública en Ecuador durante las últimas décadas (Quito: OPS/MSP/CONASA). Principales causas de en- fermedad y muerte. Quito. 2007. Pp: 74 – 8 6 . Disponible en: www.paho.org/ecu/index.php?op- tion=com_docman&task=doc...gid=5Alba-

Paredes A., Badilla Valero F., Johnson M. (2013). Nivel de conocimiento de actividad física de los estudiantes de cuarto año de enseñanza media humanístico – científica de los colegios San- to Tomás. Grado Académico de Licenciatura en Educación. Santiago – Chile, diciembre. Dispo- nible en:http://repositorio.unab.cl/xmlui/bitstream/ handle/ria/1044/a110215_Alonso_C_Nivel_de_ conocimiento_de_actividad_2013_Tesis.pdf?se- quence=1

Rodríguez H., Restrepo L., Deossa G. (2015) Co- nocimientos y prácticas sobre alimentación, salud y ejercicio en universitarios de Medellín - Colom- bia. Perspectivas en nutrición humana. Escuela de Nutrición y Dietética, Universidad de Antio- quia. Medellín, Colombia, 17 (1): 36-54.

Vélez A. (2015). Prevalencia de obesidad en mu- jeres de 20 a 64 años en el centro de salud del cantón Chordeleg, en el periodo de enero 2015 a diciembre 2016. Licenciado en Nutrición y Dieté- tica. Universidad de Cuenca.

Vergara A. (2013). Energía, alimentación y evolu- ción. Rev Colomb Cir, 28 (97).