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REDIELUZ

ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769 Vol. 9 N° 1 • Enero - Junio 2019: 9 - 10


EDITORIAL


Actualmente, nos encontramos ante una socie- dad en constante evolución, pero al mismo tiempo, con profundos desequilibrios, que exigen propósito, diálogo y entendimiento entre las universidades y su personal docente e investigador, en busca de mejores prácticas académica científicas para inter- cambiar conocimiento a través, de la sistematiza- ción de los procesos de formación. En efecto, la sociedad del conocimiento exige a las instituciones universitarias, acercar a los estudiantes progresiva- mente a los procesos científicos, a través de estra- tegias que creen condiciones de apertura, integra- ción, construcción y socialización de los hallazgos encontrados.

En efecto, la universidad ha sido y está llama- da, a dar respuesta al desarrollo acelerado de la sociedad del conocimiento, a través de programas de investigación, para indagar y dar respuesta a las demandas globales del conocimiento, que les per- mita ser capaz de identificar y concretar cambios en su entorno, con creatividad y convivencia. Esto crea condiciones, para la búsqueda de la verdad y el bien colectivo, ante la complejidad de los desa- fíos mundiales, que exigen abordar nuevos para- digmas frente a la visión reduccionista e inequidad del conocimiento, esto hace pertinente, delinear rutas de concertación académica científica, en la búsqueda de mejores prácticas que permitan a los estudiantes desde el pregrado, identificar, construir y aprovechar oportunidades, ofertando nuevos es- pacios de formación flexible y deslocalizados, que integren experiencias, propósitos y acciones.

Este panorama exige transformaciones que en- cuentran diferencias, pero a la vez oportunidades, para incrementar la cultura científica en términos de crear seguridad social y estímulo para los jóve- nes, interesados en compartir su formación con la investigación, potenciando redes de interconexión.

Ahora bien, la interconectividad subyace en la intermediación de redes, conformada por nodos, vínculos entre pares, flujos de información y co- nocimiento, direccionada hacia una epistemología adaptativas y fluidas, considerada la mejor forma

de acceder, mantener y renovar el conocimiento, a través de nodos que facilitan, la puesta en común de ideas entre pares universitarios.

En este sentido, la interconectividad del progra- ma Redieluz, permite el diálogo, la convivencia y el trabajo intelectual, soportado en saberes y pro- cesos que delinean una coherencia estructural sis- témica, conformadas por seis subprogramas , que genera conocimiento útil e impacto global.

En este contexto, la conectividad para Reyes y Aular 2018 reduce las desigualdades en el acceso a la información, a través de procesos de consulta en línea y en tiempo real, lo que suma libertad a la participación interinstitucional y ciudadana, a través de las redes digitales de comunicación. Por tanto, la auto organización de lo científico y tecnológico en la red, privilegia la práctica científica y la trans- versalidad de la investigación.

En efecto, fomentar la investigación en red, exi- ge de las universidades vincular a esta, sus acto- res principales los estudiantes, quienes desde la conectividad e investigación, creen espacios de indagación, sistematización, construcción y socia- lización del conocimiento, en una dinámica que po- tencie su desarrollo intelectual y valores.

Asimismo, la investigación se interconecta al cu- rrículo y se presenta, como un proceso complejo, significa búsqueda a través de acciones razonadas, sistemáticas y socializadas, que permiten llegar ha- cia lo que se quiere conocer, crear y aplicar. Esto se interpreta a través de una dialéctica: formar en competencias y aprender investigando, es decir, pensar y argumentar razonadamente para apro- piarse de nuevos conocimientos de manera trans- versal. Esto, se hace diferenciable en el marco de los enfoques epistémicos, entendidos como confi- guraciones cognitivas constantes, que determinan la manera de acceder, valorar, construir y aplicar conocimiento en una realidad.

Lo antes planteado, encuentra explicación en la teoría de la didáctica critica. que media entre pro- cesos cognitivos, actitudinales y metacognitivos,


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enmarcados en principios constructivos y valores, que argumentan, las respuestas de los estudiantes a una misma situación problematizadora. En este sentido, la integración de múltiples saberes pasa a ser una característica y a la vez, una posibilidad de transversal la investigación, que se posiciona en la práctica, integrando contenidos a través de un orden creciente de complejidad, que refiere se- cuencias cognitivas simples, complejas o divergen- tes adquiridas durante las experiencias de aprendi- zaje e investigación.

Las consideraciones anteriores, hacen relevante analizar como aprende a investigar un estudiante y en que radica, la variabilidad cognitiva que se presenta en sus experiencias de investigación. Por tanto, se requiere indagar qué estructuras cogniti- vas privilegian, (observacionales, procedimentales, aritméticas, interactivas o socio-afectivas) partien- do de la premisa que los estudiantes se diferencian en dichas estructuras y las combinan en el trabajo científico. Dicha integración, pudiera ser una vía, para explicar el recorrido transversal que favorece la construcción del pensamiento científico.

En consecuencia, se demanda un proceso de transversalidad de la investigación en el cual los estudiantes a través de sus experiencias razona- das, sistemáticas, de interconexión y socializadas encuentran estructuras cognitivas en los procesos de la ciencia entre estos: básicos, integrados y divergentes. Dicha transversalidad ofrece criterios de seguimiento y evaluación flexibles, en atención al estilo cognitivo que privilegie al estudiante. En efecto, tal flexibilidad atiende la evolución cogni- tiva y socio-afectiva del estudiante, considerando que, aun cuando este posee un pensamiento for- mal, pudiera no disponer hasta ese momento, de la totalidad del conocimientos de la disciplina en la que se forma, ni manejar en la práctica la diversi- dad de métodos y herramientas de investigación, que le permita acercarse, a un pensamiento global, capaz de captar la complejidad de la producción y aplicación del saber, es decir, un estudiante que produzca información, la conviertan en conocimien- to y lo apliquen en su contexto.

Esto hace pertinente reforzar la transversalidad a través de las redes, para acceder y aplicar los procesos básicos de la ciencia, (observar, medir, describir, clasificar, inferir predecir, comunicar) es decir, acercarlo progresivamente a la práctica de los procedimientos del trabajo científico, ya que investigar es aprender a pensar y argumentar ra- zonadamente, para apropiarse de nuevos conoci- mientos a través de procesos específicos.


Asimismo, la transversalidad de la investigación toma insumos de los procesos integrados de la ciencia, (control de variables, definir operacional- mente, formulación de hipótesis, demostración, discusión y análisis y formulación de modelos y comunicación). También, se comprometen los pro- cesos divergentes o socializadores, que modelan actitudes para aprender investigando (descripción, interpretación, contrastación, evaluación y sociali- zación). En estos procesos, el estudiante se apoya en la conectividad, activando los vínculos y flujo de información, siendo capaz de modelar actitudes investigativas que le permiten ser crítico-reflexivo, dependiendo de las circunstancias, complejidad de la situación y problema en estudio.

Lo planteado anteriormente, permite afirmar, que la naturaleza cognitiva y social de la transversali- dad, representa una fortaleza que al ser aplicada, pudiera ampliar la capacidad del estudiante para manejar en un mismo proceso las habilidades cog- nitivas y científicas (entender, asimilar, elaborar, in- ferir, construir y resolver problemas) mediante una lógica de construcción que le permite adentrarse en la sistemática del trabajo científico. De manera que, la investigación en el pregrado, se inscribe en una dinámica humanizadora del conocimiento, a través de estrategias que interconexión entre el aprendi- zaje y las experiencias de investigación, dentro y fuera del aula, es decir, se ofrece a los estudiantes diversos escenarios de formación flexibles y deslo- calizados, capacitándoles para liberarse de la ena- jenación y la ignorancia.

Ahora bien, la investigación voluntaria en el pregrado, está representada por la Redieluz, y se presenta teóricamente, como la oportunidad del estudiante de participar de manera voluntaria en experiencias de autoformación en el área de su in- terés, con participación en eventos, políticas edito- riales, proyectos de investigación y un programa radial que difunde, los productos de investigación y servicio, bajo la asesoría de docentes-investi- gadores, que lo forman como ciudadano y como profesional, con conocimiento ético-científico y alta capacidad resolutiva.


Reflexión

Los programas de investigación en redes dan respuesta a la dinámica global del conocimiento, enlazando el capital intelectual, emocional y re- lacional en los estudiantes, aportándoles capaci- dades, valores y propósitos que les permiten ser capaces de identificar y concretar cambios en su


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entorno, con creatividad y convivencia. Ahora bien, es necesario destacar, que los estudiantes y pro- fesionales jóvenes no necesariamente son cientí- ficos, sin embargo, la actitud hacia la ciencia y el

servicio diferencian su actuación como persona y profesional.


Dra. Luz Maritza Reyes de Suárez Coordinadora Académica de la Redieluz Editora Jefe de la Revista Redieluz