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REDIELUZ

ISSN 2244-7334 / Depósito legal pp201102ZU3769

Vol. 6 N° 2 • Julio - Diciembre 2016: 9



EDITORIAL


El escenario actual de la investigación universi- taria nacional y mundial permite afirmar que se ini- cian cambios e introducen nuevas dimensiones que socializan el proceso de generación y aplicación del conocimiento, constituyendo una plataforma de oportunidades de aprendizaje e investigación que satisfacen las aspiraciones individuales y del colec- tivo. Este enlace curricular, representa un nodo que se fundamenta en la formación profesional de exce- lencia y la generación de conocimiento de manera crítica y reflectiva, esto implica un giro en la forma de actuar y obtener resultados.

De tal manera, que se replantea el sentido y di- rección que explica la construcción y socialización del conocimiento, dentro de una perspectiva, que alude su carácter de socialización, definida esta, por Padrón (2001), como el compromiso con los demás, orientada a responder a circunstancias, aspiraciones y necesidades de las grandes colectividades; lo que modela, comunidades de investigación académica, flexibles, conscientes y con respetabilidad.

En consecuencia, la investigación académica está llamada a un reordenamiento de sus paradig- mas, que mueva sus estructuras y fortalezca los principios democráticos, sumando respetabilidad científica y responsabilidad social, vale decir, po- tenciar significativamente la ética y el intelecto del individuo, pero comprometiendo a este, a través de la socialización, la transferencia al colectivo del co- nocimiento, en servicio para el bien común, dado que este valor social no debe ser privilegio de algu- nos, sino por el contrario, estar a disposición para el beneficio de todos.

Este panorama exige transformaciones que en- cuentran diferencias, pero a la vez oportunidades para los jóvenes que se dediquen a la investiga- ción, potenciando redes de conocimientos y de capacitación para el trabajo en todos los niveles educativos e identificar y utilizar las fortalezas del talento humano nacional”.

Incrementar tal cultura científica en el pregrado, refiere triangular la investigación, declarada en la maya curricular, voluntaria y transversal, esta última, aproxima al estudiante al saber-hacer, aplicando estrategias metodológicas que cruzan los procedi- mientos del trabajo científico con la disciplina donde se forma, desarrollando capacidad para organizar experiencias de aprendizaje mediante el manejo de información, conceptos y contextualización de he- chos, situaciones y problemas en interacción con los procesos básicos e integrados y divergente de la ciencia.

Asimismo la transversalidad de la investigación encuentra en la aplicación de técnicas, métodos pe- dagógicos y exploración de estilos epistémicos, pro- cesos cognitivos, que al ser sistematizados por el do- cente universitario, permiten al estudiante construir su pensamiento científico, asociado con la agilidad intelectual, entendida como la capacidad de trans- ferir conocimientos a otros contextos, relacionando factores y componentes que modelen la representa- ción de la realidad que se investiga.

En este contexto, la universidad representa un espacio institucional para la búsqueda y el encuen- tro con la verdad, esto, le adhiere una responsabili- dad social innegable, que según Vallaeys (2008:13) “está orientada a reconocer que la formación huma- na y profesional (propósito académico) y la cons- trucción de nuevos conocimientos (propósito de investigación) constituyen las principales activida- des de la universidad y por consiguiente, generan impacto en los actores internos de la universidad como externos a ella, por tanto, sus acciones con- tribuyen al bienestar social.”

Las expectativas de búsqueda de la verdad y su- peración de los jóvenes necesitan auténticos maes- tros; personas abiertas a la verdad con consciencia.


Dra. Luz Maritza Reyes de Suarez Editora-Jefe de la Revista Venezolana de Investigación Estudiantil Redieluz