Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXXI, Número Especial 11, enero-junio 2025. pp.
296-311
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar: Carlín, E. L.,
Tolozano, M. R., Tapia, T., y Aranda, S. (2025). Cultura investigativa en
estudiantes de formación tecnológica superior en Ecuador: Perspectivas
teóricas. Revista De Ciencias Sociales, XXXI(Número Especial 11), 296-311.
Cultura investigativa en estudiantes de formación
tecnológica superior en Ecuador: Perspectivas teóricas
Carlín Chávez, Esther Lucrecia*
Tolozano
Benítez, Manuel Roberto**
Tapia
Bastidas, Tatiana***
Aranda
Canosa, Sanny***
Resumen
Para comprender la incidencia del desarrollo de la cultura investigativa en
la formación profesional y el desarrollo social del país, se analizan las
perspectivas teóricas y prácticas de la cultura investigativa en estudiantes de
formación tecnológica superior en Ecuador para la comprensión de su potencial
en beneficio del desarrollo social. Se realizó un análisis crítico de la
literatura especializada, con enfoque cualitativo, de tipo narrativa, sobre la
cultura investigativa, que incluyó selección de fuentes, criterios de
inclusión, evaluación y presentación de hallazgos a modo de resultados. En este
sentido, se identificaron tres perspectivas principales: Como proceso, al
definirla como un proceso dinámico que involucra el desarrollo de hábitos,
actitudes, valores y prácticas relacionadas con la investigación. Como práctica
creativa, concebida como una actividad dirigida a la reinterpretación y
problematización del conocimiento. Y como dimensión del desarrollo social,
considerada un recurso vital para el desarrollo social y la innovación
tecnológica. Se concluye que el desarrollo de una cultura investigativa desde
la formación ecuatoriana requiere un esfuerzo conjunto por parte de la
academia, el Estado y la sociedad para su fortalecimiento sostenible.
Palabras clave: Cultura investigativa; formación tecnológica
superior; desarrollo social; innovación tecnológica; responsabilidad social
universitaria.
* Doctora
en Ciencias de la Educación. Docente Investigadora en la Universidad Estatal de
Milagro (UNEMI), Milagro, Ecuador. E-mail: ecarlinc@unemi.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5262-1533
** Doctor
en Ciencias Pedagógicas. Rector Encargado en la Universidad Bolivariana del
Ecuador (UBE), Durán, Guayas, Ecuador. E-mail: rtolozano@ube.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4164-5839
*** Doctora
en Ciencias Pedagógicas. Docente y Coordinadora de Maestría en la Universidad
Bolivariana del Ecuador (UBE), Durán, Guayas, Ecuador. E-mail: ttapia@ube.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0001-9039-5517
**** Máster en Educación Médica. Especialista de Primer Grado en Medicina
General Integral. Docente en la Universidad Bolivariana del Ecuador (UBE),
Durán, Guayas, Ecuador. E-mail: sarandac@ube.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3435-7652
Recibido: 2024-12-24 • Aceptado: 2025-03-13
Research
culture in students of Higher Technological Training in Ecuador: theoretical
perspectives
Abstract
To understand the impact of the
development of a research culture on professional training and the country’s
social development, the theoretical and practical perspectives of research
culture among students of higher technological education in Ecuador are
analyzed to understand its potential for social development. A critical
analysis of the specialized literature on research culture was conducted, using
a qualitative, narrative approach. This included source selection, inclusion
criteria, evaluation, and presentation of findings as results. In this regard,
three main perspectives were identified: as a process, defining it as a dynamic
process that involves the development of habits, attitudes, values, and
practices related to research; as a creative practice, conceived as an activity
aimed at the reinterpretation and problematization of knowledge; and as a
dimension of social development, considered a vital resource for social
development and technological innovation. It is concluded that the development
of a research culture in Ecuadorian education requires a joint effort by
academia, the state, and society for its sustainable strengthening.
Keywords: Research culture; higher technological education;
social development; technological innovation; university social responsibility.
Introducción
La
pobreza en el siglo XXI se presenta como un fenómeno social complejo y
multifacético, constituyéndose en un grave problema global. Está determinada
por diversas exclusiones y carencias en el acceso a bienes y servicios básicos,
lo que genera desigualdad y marginalidad. Estas condiciones afectan
profundamente la calidad de vida de las personas, impidiendo que disfruten de
un nivel de vida adecuado, incluyendo derechos fundamentales como la
alimentación, la salud, la educación, la vivienda y la participación social.
Ante
tal desafío, los organismos internacionales aúnan voluntades en favor de su
mitigación con diversos marcos normativos y estrategias de acción, convertidos
en imprescindibles documentos de análisis de su contenido para los
profesionales de la educación tecnológica superior.
Por
ejemplo, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible (Naciones Unidas, 2023),
incluye como su primer Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS): “Poner fin a la
pobreza en todas sus formas en todo el mundo”. En esa perspectiva la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO, 2020) promueve la educación como herramienta fundamental para la
erradicación de la pobreza, a través de programas como el Plan de Acción
Mundial para la Educación para el Desarrollo Sostenible (2015 – 2019); mientras
que la CEPAL (2008; 2022), ha desarrollado un enfoque integral para la lucha
contra la pobreza que incluye la promoción de la igualdad social, la
productividad y la inclusión social,
En
este sentido, “los ODS han aclarado ciertos elementos predominantemente
ausentes o implícitos en muchos estándares ambientales, sociales y de
gobernanza” (Consolandi et al., 2020, p. 511). Al respecto, Licandro et al.
(2024), sostienen que cada vez más se les exige a las empresas asumir un mayor
compromiso frente al desarrollo sostenible; puesto que tal como lo evidencian
Guillén et al. (2020): “La sostenibilidad mantiene la postura ante la sociedad
de salvaguardar una mejor calidad de vida de los individuos, que coadyuve al
crecimiento económico, político, social, real distribución de las riquezas, a
la expansión de la industrialización” (p. 293), en todos los países del mundo.
Otros
investigadores completan la lista de tales ejemplos y acciones respecto a otras
instituciones y organismos internacionales como Prado (2006), quien da cuenta
que, desde principios de los noventa, el Banco Mundial estableció como
prioridad suya el combate a la pobreza en sus distintas dimensiones; igualmente
desde el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, se hizo lo propio al
proponer e impulsar el concepto de desarrollo humano sostenible, definido como
el crecimiento distribuido equitativamente que permite otorgar a los más
pobres, posibilidades de participación y decisión en los asuntos sociales,
económicos y políticos que les afectan, sin deteriorar el medio ambiente.
De
igual manera, autores como Ordóñez y Rodríguez (2018), aludieron en sus
estudios al Banco Mundial que, considera la educación como factor clave para
lograr sus objetivos, desde la posibilidad para impulsar el crecimiento
económico de un país, disminuir la desigualdad social y aumentar la calidad de
vida, además de reconocer que con ella se pretenden desarrollar habilidades y
valores que ayuden a satisfacer las necesidades individuales y colectivas, con
la finalidad de establecer rutas que permitan suplir los requerimientos de las
presentes y futuras generaciones.
Puede
entenderse por tanto que, en el plano internacional, diferentes organismos
llegaron a acuerdos y asumieron compromisos, apreciándose así cómo el contenido
de los acuerdos otorga al concepto de pobreza, ideas abarcadoras hacia un mayor
número de esferas de acción, políticas y programas, situando a la lucha contra
la pobreza en una posición donde la educación es protagonista.
Por
todo lo antes expuesto, el objetivo de esta investigación fue analizar las
perspectivas teóricas y prácticas de la cultura investigativa en estudiantes de
formación tecnológica superior en Ecuador para la comprensión de su potencial
en beneficio del desarrollo social.
1.
La educación en favor de eliminar y/o mitigar la pobreza
La
Conferencia Mundial sobre la Educación Superior (UNESCO, 1998), aporta
argumentos para proyectar alternativas de solución científica porque orienta
hacia la necesidad, por parte de las universidades, de disminuir la brecha
existente entre países ricos y países pobres, lo que exige de una nueva
distribución del conocimiento a nivel mundial.
Al
describir el origen y evolución del concepto pobreza para relacionarlo con la
responsabilidad social universitaria, Tezanos et al. (2013) informa que la
pobreza se pensó al inicio como un fenómeno irremediable, pero esa percepción
se fue transformando, al punto de convertirse en un fenómeno socialmente
inadmisible, con una mirada multidimensional, donde la educación, y
específicamente, la Educación Superior asuma su protagonismo, destacando a la
generación de empleos como uno de esos medios necesarios, debido a los avances
de la estructura productiva, la maquinaria y el equipamiento de capital, por lo
cual se requiere mano de obra crecientemente calificada (Moreno-Brid y
Ruiz-Nápoles, 2009). Este requerimiento guía la mirada una vez más, hacia la
educación, ratificada en el contenido de los ODS de la Agenda 2030, en el
Objetivo 4: Educación de calidad.
1.1.
La educación superior y la investigación científica como alternativa
Para
los fines de la comunicación (investigación) resulta de interés lo que destacan
Estebaranz (2003); Rodelo et al. (2021); y, Huamán-Romaní et al. (2023), que la
calidad del sistema de Educación Superior debe responder a requerimientos donde
exista una mejor articulación con los problemas de la sociedad y del mundo del
trabajo, basando las orientaciones a largo plazo en las necesidades y
finalidades de la comunidad.
Entre
las funciones derivadas de las nuevas necesidades sociales dichos autores
reconocen la de desarrollar el saber y difundir el conocimiento, aumentando la
base de conocimiento de la sociedad, a través de la investigación básica y
aplicada. Lo que hace a la universidad una institución obligada a la
investigación (Pastor, 2022; Barros, 2022; Vallejo, 2023), sensible a los
problemas de la sociedad para producir el conocimiento que necesita, con el fin
de progresar hacia mayores niveles de calidad de vida para todos.
Una
inferencia lógica se deriva: Si en la Educación Superior se concretiza la
formación de recursos humanos que darán respuesta mediante el trabajo a los
diferentes problemas que aquejan a la sociedad, entonces la educación superior
y la investigación científica, comprendida como actividad sustantiva de la primera,
son variables imprescindibles para impactar favorablemente en la extensión del
conocimiento y del aprendizaje como bienes públicos de amplio beneficio, para
combatir la pobreza. Eso implica, según Didriksson (2008), la ampliación social
de los servicios de educación en los niveles medios y superiores, con nuevos
aprendizajes, competencias sociales, saberes, habilidades y destrezas, que
apoyen la investigación científica.
En
una conversación metafórica entre investigadores, Jirón (2012), responde a Didriksson
(2008) que, dado que la región mantiene como tendencia una alta tasa de
crecimiento poblacional, sobre todo en jóvenes y jóvenes adultos, la
modernización de la Educación Superior conllevó a la adopción de diversas
estrategias. Respuesta que figurativamente en la comunicación se concreta con
lo que aporta Ferreyra et al. (2021), porque mencionan la estrategia de
orientar la Educación Superior hacia modalidades cortas de formación, que forma
capital humano calificado relativamente rápido.
Son
los llamados programas de ciclo corto, entre ellos está la Formación
Tecnológica Superior (FTS) que es una opción educativa que oferta programas
educativos para un desarrollo tecnológico e industrial; con base en tres
funciones sustantivas: Educación, investigación y vinculación (Balandra et al.,
2012), en consecuencia, el proceso de investigación se ve deprimido con
respecto a los otros dos por falta de un desarrollo sólido hacia la cultura
investigativa.
En
los párrafos anteriores se distinguen un conjunto de vocablos que, lógicamente
interrelacionados, adelantan una idea del propósito de la presente
comunicación. En el orden presentado, aluden a la pobreza, como desafío, y a la
educación como alternativa viable para el trabajo; mientras que se menciona a
los jóvenes, como actores beneficiarios de la opción educativa de la FTS.
Finalmente, se señala a la investigación científica como proceso deprimido en
dicho nivel educativo, necesitado del desarrollo de la cultura investigativa.
Todos, como argumento integrado para articular, los problemas de la sociedad
con el estudio, para el mundo del trabajo.
De
esta manera quedan esbozadas las ideas clave para formular la finalidad de la
comunicación: Analizar las principales perspectivas teóricas sobre la cultura
investigativa en estudiantes de Formación Tecnológica Superior en Ecuador, para
la comprensión de su potencial impacto en la formación profesional y el
desarrollo social del país. Visto desde una perspectiva general, se distingue
cómo la educación para jóvenes, en el nivel educativo de la FTS, puede
contribuir a mitigar las consecuencias de la pobreza con alternativas
formativas para la joven generación que viene emergiendo en la sociedad.
2.
Argumentos teóricos de la Formación Tecnológica Superior
Declarado
el objetivo de la comunicación, desde una perspectiva regional – nacional
(latinoamericana – ecuatoriana) y vislumbrado su alcance científicamente
universal, se desarrollan a continuación contenidos relacionados con la
caracterización de la FTS y definiciones analíticas
sobre la cultura investigativa desde diferentes perspectivas teóricas.
Posteriormente, se contextualiza a Ecuador, destacándose situación actual,
problemática, y respuestas aportadas.
2.1.
Formación Tecnológica Superior (FTS) como opción educativa
En
el siglo XXI, ha tenido lugar en muchos países del mundo la introducción de la
educación tecnológica en los programas generales escolares y de educación
superior. Gilbert (1995); De Vries y Van der Woude (1997); Cárdenas (2012); y,
Orth (2020), coinciden en que el conocimiento tecnológico y los procesos,
constituyen elementos fundamentales de la formación; los métodos se utilizan
para pensar tecnológicamente o desarrollar pensamiento tecnológico, lo cual
deriva en la invención y la producción. Sepúlveda (2017), por su parte, al
referirse a la Educación Técnico Profesional en América Latina la califica como
un modelo de educación compensatoria.
La
educación tecnológica, se concibe desde la UNESCO (2017) como formación
tecnológica superior, y desde el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS)
se orienta “garantizar una educación inclusiva, equitativa, de calidad y
promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. Esta
agenda recoge las aspiraciones del programa de la Enseñanza y Formación Técnico
Profesional en América Latina y el Caribe (EFTP) y se reconoce la existencia de
una amplia heterogeneidad de sistemas de EFTP en los países de la región, en
relación con su estructura, institucionalidad y gobernanza, así como de la existencia
de problemáticas y desafíos comunes. En esta comunicación se utiliza la
denominación: Curso superior de tecnología, equiparado a Formación Tecnológica
Superior (FTS). Todos constituyen Programas de Ciclo Corto.
Se
coincide con Jirón (2013); y, Ferreyra et al. (2021), al caracterizar este tipo
de curso como un tipo específico de programa de educación superior que forma
capital humano calificado en dos o tres años, es decir, modalidades cortas de
formación. Son eminentemente prácticos y tienen como objetivo formar a
estudiantes para trabajar en un tiempo relativamente corto. Son “programas
diseñados para proporcionar a los estudiantes conocimientos, habilidades y
competencias profesionales; orientados a ocupaciones específicas; más cortos,
más prácticos y menos teóricos que los programas universitarios; y cuyo
objetivo principal es preparar a los estudiantes para el mercado laboral”
(Ferreyra et al., 2021, p. 29).
Los
mencionados autores caracterizan a estos estudiantes, y los describen como
ligeramente mayores, procedentes de hogares de ingresos más bajos y es más
probable que se hayan casado y trabajen al mismo tiempo que estudian. Se sabe
que la mayoría de los que se incorporan acceden con importantes carencias en
matemáticas, lectura y escritura. Por ello, la mayor parte de los Programas
contemplan actividades de nivelación.
Con
esta realista caracterización respecto a los fines de programas de ciclo corto
y de las condiciones de quienes acceden mayormente a ellos, se vislumbra, de
una parte, la necesidad que tienen las empresas de estos graduados; y por otra
parte, las motivaciones de los estudiantes por acceder y graduarse para
rápidamente comenzar a trabajar; pero, la situación se complejiza cuando la
empresa comprueba que el graduado no está en condiciones de solucionar
científicamente problemas que de su profesión se presentan en su realidad
laboral.
a.
FTS en el contexto latinoamericano y ecuatoriano
En
un intento por especificar etapas o momentos de desarrollo evolutivo de la FTS
en el contexto latinoamericano y ecuatoriano, se toman criterios de Cárdenas
(2012); y, de Sepúlveda (2017). El primero, aporta una referencia mundial; y el
segundo, destaca una referencia regional (Latinoamérica y el Caribe), mismas
que a continuación se describen:
1)
En Chile: La FTS se orientó a través de asignaturas hacia el desarrollo de
competencias para la inserción y comprensión de los procesos sociales y
científicos – tecnológicos.
2)
En Brasil: La política de desarrollo industrial influye de manera importante en
la formación profesional, por lo cual se trata de actualizar los contenidos de
la formación y ajustarlos a los nuevos desafíos socio-económicos a que se
enfrenta el país (Sepúlveda, 2019). En ese sentido, los procesos de educación
tecnológica responden a momentos históricos de su desarrollo y los contenidos
curriculares presentan un enfoque multidisciplinar e interdisciplinar para la
resolución de problemas con base en la elaboración de proyectos y sus diversas
etapas.
3)
En Colombia: Se articulan ciclos con modelos foráneos, y se emplean estrategias
como trabajo por proyectos, la solución de problemas, análisis de objetivos y
manejo de los paquetes informáticos (Cárdenas, 2012).
Se
deduce que el común denominador en América Latina, se alinea a la diversidad de
cambios de acuerdo con el contexto; sobre todo la proyección de cambiar de una
formación tradicional y/o foránea a una constructivista y contextual; la
tendencia es aprovechar el enlace de la industria y la academia a través del
trabajo por proyectos y solución de problemas reales, aprovechando el
conocimiento científico como herramienta, para alcanzar el fin propuesto
(Álvarez et al., 2006). Pero en realidad no existió concretamente una
proyección hacia los estudiantes de FTS en cuanto a la cultura investigativa,
en relación con aplicar
métodos y diseños de investigación a fin de construirla y fortalecerla (Serrano et al., 2024).
Actualmente,
el Plan de Acción supone la apertura prospectiva del decenio 2018 - 2028 en el
marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – 2030 (UNESCO, 2018). En la
estructura de sus lineamientos se encuentra uno referido a la Investigación,
Innovación, ciencia y tecnología y desde el Lineamiento 1, respecto a América
Latina y el Caribe y ya se está planteando que esas instituciones, en gran
parte, son las que contribuirán a disminuir y superar las brechas existentes
entre los países, en las áreas de la ciencia, la tecnología, la innovación y la
cultura.
La
educación superior puede ayudar a aprender cómo hacerlo, al responder a las
nuevas exigencias que la globalización y las sociedades del conocimiento
imponen a los países en vías de desarrollo, para generar una capacidad propia
de producción científica y tecnológica. Un reto fundamental es cómo la FTS,
puede ayudar a la juventud a desarrollar capacidades para realizar una
transición exitosa al mundo laboral.
En el
contexto ecuatoriano, la evolución de la formación tecnológica se inicia en
1940, con la propuesta del bachillerato técnico con larga tradición. Con
antecedentes institucionales de más de cuatro décadas; posterior a 1980 se
reconoce la educación superior no universitaria con un desarrollo algo más
tardío; y en la actualidad la Ley Orgánica de Educación Superior de 2018, hace
un reconocimiento explícito de este tipo de FTS, como formación profesional de
tercer nivel, siendo parte del sistema de educación superior.
Los
detalles anteriores se evidencian en documentos como la Constitución de la República
del Ecuador de 2008, que en el Artículo 350, alude a la finalidad de la
formación académica y profesional con visión científica y humanista; la
investigación científica y tecnológica; la innovación, promoción, desarrollo y
difusión de los saberes y las culturas; la construcción de soluciones para los
problemas del país. Y en el Artículo 352, cuando determina que el sistema de
educación superior estará integrado por universidades y escuelas politécnicas;
institutos superiores técnicos, tecnológicos y pedagógicos; y conservatorios de
música y artes, debidamente acreditados y evaluados.
El
otro documento vital es la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) de 2018,
que deja por sentado que, en el Ecuador, de acuerdo con las normativas
vigentes, la FTS a la que refiere esta investigación, está en el marco de las
demandas y exigencias del sistema terciario de educación superior. Todo lo que
se evidencia en su Artículo 114, cuando reconoce que el objetivo es “la
formación de profesionales de tercer y cuarto nivel técnico-tecnológico
orientada al desarrollo de las habilidades y destrezas relacionadas con la
aplicación, coordinación, adaptación e innovación técnico-tecnológica en
procesos relacionados con la producción de bienes y servicios” (p. 47).
También,
el Reglamento de Régimen Académico de 2019, en el Artículo 14, indica cómo en
el sistema de educación superior se organizan en dos niveles de formación
académica, conforme lo determinado en la LOES, a) Tercer nivel: Técnico-tecnológico y de grado; b)
Cuarto nivel o de posgrado; siendo, entonces que la FTS, forma parte del
sistema de educación superior, lo que plantea grandes desafíos a la academia,
al Estado y a la sociedad en su conjunto. Se distingue que a través del tiempo
existe una elaboración de sustentos legales que informan y organizan cómo debe
ser el desarrollo de la investigación científica y tecnológica; la innovación; pero no se aprecian resultados de
investigación científica que respondan al cómo proceder para el cumplimiento de
tales requisitos legales.
Para
Sierra et al. (2021); y, González et al. (2024), de toda esta información, se
comprueba que la FTS tiene potencialidades para el desarrollo, porque se asocia
con el incremento en la productividad que los países de la región demandan; se
vincula con la implementación de políticas que promuevan la investigación, el
desarrollo y la innovación (I+D+i) y también la gestión del talento humano;
estableciendo la relación entre técnica, ciencia y sociedad (Álvarez et al.,
2006); lo que Vargas y Carzoglio (2017), reafirma desde el papel clave que
juega la FTS para impulsar la productividad y satisfacer las demandas del
mercado laboral.
Por
tanto, la FTS está llamada a acompañar el cambio estructural de la matriz
productiva que la región exige para superar las desigualdades extremas. La
Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (SENESCYT,
2018), apunta al compromiso de incrementar el nivel de investigación y
desarrollo y en el plano educativo, para lo que Arias et al. (2015), sugiere el
vínculo de la educación tecnológica con lo laboral, puesto que los contenidos
de la enseñanza están orientados a los requerimientos del trabajo.
Desde
esta perspectiva, se considera que, en la teoría analizada, el perfil del
estudiante de la FTS está estrechamente vinculado al desarrollo de la cultura
investigativa, lo que conlleva a un cambio en las prácticas investigativas para
responder a las demandas de la sociedad.
b.
Cultura investigativa en la FTS
Es
una realidad entendida que en pleno siglo XXI, en el contexto de la sociedad
del conocimiento, cada país requiere recurso humano formado, reflexivo, crítico
y que comprenda la importancia de la investigación en una comunidad académica
(Carrillo-Larco y Carnero, 2013; Vargas y Aravena, 2022); pero para lograrlo,
se precisa, por parte de las Instituciones de Educación Superior (IES), la
creación de condiciones que garanticen su desarrollo, dada la alta
responsabilidad en este sentido. Esta responsabilidad se traduce en que, el
alcance de una cultura investigativa en dichas instituciones requiere que se
cumpla el compromiso que la academia tiene con las demandas de la sociedad,
informadas a través de los planes de desarrollo nacionales, regionales y
locales, y con su conocimiento, se promueva el desarrollo social y económico
(Rendón, 2002).
De ahí
que resulta necesario comprender que la cultura investigativa es un constructo
complejo, y que a partir del análisis de contenido a diferentes resultados de
investigación, se obtienen las ideas coincidentes de varios autores: Ibáñez
(2009); Zúñiga (٢٠١٤); Díez et al. (2014); y, Turpo-Gebera et
al. (2023), que permiten definir a la cultura investigativa como un proceso que
tiene que ver con el desarrollo de hábitos, actitudes, de creación, producción
y apropiación de conocimientos, que tiene en cuenta las creencias y prácticas
de los agentes que intervienen en el campo de la investigación, donde se
comparte un conjunto de valores, supuestos, rituales y otras formas de
comportamiento para lograr aceptación y reconocimiento de buenas prácticas de
investigación y generación de productos.
Durante
su desarrollo se llegan a generar actitudes, hábitos, valores, en los que
investigan, entre ellos la colaboración, y con ella, la responsabilidad, el
respeto al otro, el compromiso, la identificación del deber ser, la motivación,
la apropiación de modos de actuación. Con respecto a la colaboración: Alzate y
Boada (2024), reconocen que se comparten información, recursos y
responsabilidades de manera organizada y coordinada a fin de desarrollar
actividades de manera conjunta, permitiendo el logro de un objetivo común.
Alcanza
mucho interés no solo conocer qué es la cultura investigativa sino también
dejar declarado “cómo se produce”: Se reconoce como un proceso a través del
cual se obtiene el conocimiento, en el cual se requiere desplegar una práctica creativa
de la investigación, que conlleve esencialmente a un rehacer, reflexionar, a un
momento de problematización del investigador con respecto al objeto de estudio
y a su problema de investigación (González, 2018). “Y es ahí donde se genera un
espíritu científico como base de esa práctica creativa de la investigación, que
consiste en un proceso de reflexión permanente, donde se rectifica el saber”
(Carlín et al., 2024, p. 265).
Para
el logro de lo expuesto se precisa establecer en la Institución de Educación
Superior unos espacios colaborativos de investigación, aunque a estas ideas de
orden científico - organizativo, se debe sumar la consideración del contexto y
la interacción de los actores del proceso investigativo desde dimensiones que
expresen, en su tránsito por dichos espacios, la transformación de los
estudiantes hacia el desarrollo de una cultura investigativa.
c.
Situación actual de la cultura investigativa en la FTS en Ecuador
La
cultura investigativa desde la perspectiva de la FTS en Ecuador muestra un
panorama que precisa de espacios que potencialmente puedan contribuir a la
colaboración en el proceso de investigación y que conduzcan a la aceptación y
el reconocimiento de las buenas prácticas de investigación. Se advierte poco
aprovechamiento del estudiante para resolver los problemas prácticos reales
relacionados a las asignaturas profesionales desde un compromiso científico con
la sociedad. Esto se evidencia en pocas acciones de trabajo de investigación
compartidos entre estudiantes, así como también entre estudiantes y docentes
que vinculen lo curricular con lo institucional y lo interinstitucional en
respuesta a problemas del contexto social y económico (Carlín et al., 2022).
Tales
carencias acarrean una baja motivación del estudiante para el involucramiento
en prácticas investigativas, como las convocatorias a proyectos entre otros,
que reflejan la no existencia de hábitos en cuanto a la investigación. Se
aprecia, en consecuencia, una escasa participación de estudiantes en jornadas
científicas y socialización de trabajos de investigación, sobre la base del
intercambio y un carente uso de bases de datos científicas por parte de los
estudiantes.
d.
Problemática y desafíos en el desarrollo de la cultura investigativa
La
cultura investigativa, apreciada como un recurso vital de apoyo al desarrollo
social, desde el cumplimiento de la responsabilidad social universitaria (La
Cruz-Arango et al., 2022; Reynosa et al., 2023), constituye en la actualidad un
punto de referencia que guía las transformaciones en el hacer de las
instituciones educativas universitarias. Se precisa una formación continua que
actualice constantemente a los directivos, profesionales y académicos, acorde a
las exigencias sociales del siglo XXI, con la finalidad de mantenerse coherentemente
en sintonía con los cambios que se están produciendo.
Respecto
a los desafíos identificados, se destaca una coincidencia en las preocupaciones
de los investigadores de esta temática cuando se refieren a que es
imprescindible la orientación crítica y humanística en formación investigativa
y, el impulso de una pedagogía de la investigación (Rojas y Méndez, ٢٠١٧). Y es preciso, desde
el currículo, cultivar el
hábito de la indagación, mediante la planificación de rutinas programadas y
sistemáticas en la cotidianidad de la investigación; con buenas prácticas,
generación de productos y desarrollo tecnológico (Marina, 2012).
Con
respecto a los estudiantes, será vital el desarrollo de sus competencias
investigativas, para que participen activamente en proyectos de investigación
entregando productos que evidencien participación estudiantil. Si esto se
cumple, puede alcanzarse en currículo y para los estudiantes, una presencia de
variados productos como: La conformación de líneas y grupos de investigación,
que den lugar a elaborar, presentar artículos y ponencias en eventos y revistas
nacionales e internacionales, cursos, talleres, tutorías de trabajos de
investigación.
De
esta manera se logra el entendimiento y comprensión de que la cultura
investigativa debe considerarse un recurso dentro de la formación integral, que
transversalice toda la actividad formativa y proporcione una formación
cultural. Y dada esa característica se convierte en una necesidad para el
desarrollo.
2.
Metodología
La
comunicación adopta un enfoque cualitativo en una redacción de tipo narrativa
que, desde el análisis de la cultura investigativa en estudiantes de formación
tecnológica superior, centra su atención en las perspectivas teóricas que guían
la comprensión de este fenómeno en contextos educativos, respecto a su
potencial en beneficio del desarrollo social. Fue necesario identificar sus
principales perspectivas teóricas a partir de su existencia en las
instituciones educativas y la necesidad de solucionar problemas sociales desde
la educacion hacia el mundo del trabajo, a fin de ofrecer argumentos que
promocionen y fortalezcan este conocimiento en dichos espacios de educación
superior.
La
revisión crítica de la literatura permite identificar teorías y enfoques que
han abordado la construcción y el desarrollo de la cultura investigativa en el
ámbito de la educación tecnológica, así como las brechas y desafíos que
persisten en este campo, basados principalmente en carencias formativas de la
comunidad universitaria que no han visibilizado la necesidad de crear espacios
a diferentes escalas de interacción. Las fases por las que se transitó fueron:
2.1.
Selección de fuentes relevantes
a. Documentos promotores, normativos, procedentes de
organismos e instituciones internacionales, regionales y nacionales.
b. Comunicaciones que informaran del proceso
sustantivo de Investigación en el nivel de educacion superior (específicamente
la formación tecnológica).
c. Criterios de inclusión: Comunicaciones
(investigaciones) que abordaran el concepto de cultura investigativa, proceso
de investigación y formación tecnológica superior.
d.
Criterios de exclusión: Comunicaciones (investigaciones) que no concibieran la
formación tecnológica superior.
e.
Evaluación crítica de los estudios existentes.
f.
Síntesis de los hallazgos que permitan una visión integrada sobre el estado
actual de este conocimiento.
El
análisis crítico se utilizó para examinar y criticar las fuentes seleccionadas
a fin de comprender cómo se conceptualiza la cultura investigativa desde
diferentes ángulos y su impacto potencial en el desarrollo social. Como
producto de las mencionadas acciones y siguiendo a Hernández, Fernández y
Baptista (2014), se procedió a la identificación de perspectivas que
proporcionaron una visión y situación del tema de investigación dentro del
campo de conocimiento, a la vez que se obtienen nuevas ideas no sólo útiles
para los autores, sino también para compartir con otros investigadores, desde
este proceso de socialización de resultados.
3.
Hallazgos que favorecen la formación de una cultura investigativa para la FTS
en Ecuador
En el
contexto de la formación tecnológica superior en Ecuador, la cultura
investigativa se presenta como un pilar fundamental para el desarrollo
académico y social. La revisión de la literatura especializada ha permitido
identificar tres perspectivas teóricas clave que sustentan esta cultura.
Destacan la importancia de la colaboración, la creatividad y la responsabilidad
social en la construcción de una cultura investigativa sólida.
La
revisión de la literatura especializada respecto a las perspectivas teóricas
que sustentan la cultura investigativa en el contexto de la formación
tecnológica superior ecuatoriana permitió identificar tres perspectivas
principales:
a. Cultura investigativa como proceso: Este enfoque concibe la cultura
investigativa como un proceso dinámico y complejo que involucra el desarrollo
de hábitos, actitudes, valores y prácticas relacionadas con la investigación.
Autores como Ibáñez (2009); Zúñiga (٢٠١٤); Díez et al. (2014); Turpo-Gebera et al. (2023); y,
González et al. (2024), la conceptualizan como un proceso de construcción
social que involucra a la comunidad académica en su conjunto. Se destaca la
importancia de la colaboración, la responsabilidad, el respeto y el compromiso
como valores fundamentales para el desarrollo de una cultura investigativa
sólida.
b. Cultura investigativa como práctica creativa: Al respecto, Bachelard (2007) define la
cultura investigativa como una práctica creativa que conduce a la
reinterpretación y problematización del conocimiento. Este enfoque enfatiza la
importancia del espíritu científico como base de la investigación, con un
enfoque en la reflexión permanente y la rectificación del saber. Se reconoce la
necesidad de espacios colaborativos que propicien el intercambio de ideas y la
construcción colectiva de conocimiento.
c. Cultura investigativa como dimensión del
desarrollo social: La
cultura investigativa se considera importante para el desarrollo social, en
línea con la responsabilidad social universitaria (La Cruz-Arango et al., 2022;
Reynosa et al., 2023). Se destaca la necesidad de una formación continua y
actualizada acorde a las exigencias del siglo XXI. Se reconoce la importancia
de la pedagogía de la investigación y el desarrollo de competencias
investigativas en los estudiantes, como herramientas fundamentales para la
generación de conocimiento y la innovación tecnológica.
En el
contexto de la formación tecnológica superior ecuatoriana, el análisis de estas
perspectivas teóricas permite identificar los desafíos y oportunidades para
fortalecer la cultura investigativa. Quedando evidenciado el requerimiento de
un esfuerzo conjunto por parte de la academia, el Estado y la sociedad, para
fomentar una cultura de investigación que impulse el desarrollo social y
económico del país.
Una
forma de dar respuesta a tales hallazgos en perspectiva es que este análisis
teórico no solo revela los desafíos actuales, sino también las oportunidades
estratégicas para fortalecer la investigación en las instituciones de educación
superior, promoviendo así un desarrollo integral que beneficie tanto a la
academia como a la sociedad ecuatoriana en su conjunto.
Así se
proponen a continuación ideas estratégicas para el desarrollo de la cultura investigativa
en la FTS, que pueden evidenciarse en acciones concretas como: a) Implementar
una formación crítica y humanística en la investigación; b) Fortalecer la
pedagogía de la investigación en el currículo; c) Promover la participación
activa de los estudiantes en proyectos de investigación; d) Incentivar la
producción de resultados de investigación; y, e) Fortalecer la responsabilidad
de la academia en la gestión de la investigación.
Las
mencionadas ideas de acciones pueden agruparse en estrategias específicas, que
sugieren acciones de coordinación, interrelación e interacción institucional,
así como se recomienda la necesaria coordinación entre los actores
investigadores en busca del desarrollo de la innovación tecnológica; sin
embargo, con vínculo integrado con los procesos sustantivos universitarios en
beneficio de los estudiantes de la FTS. Muy importante será la presencia del
enfoque colaborativo caracterizado por la relación entre estudiantes y docentes
en los diferentes procesos universitarios en los espacios donde se desarrollen
procesos de investigación y comunicación.
También,
estrategias directamente vinculadas con las acciones a precisar para satisfacer
la necesidad inicial de los estudiantes de la formación tecnológica superior al
entrar a la carrera para obtener información de cuáles son las líneas de
investigación que existen y cómo se vinculan al área de conocimiento en la que
ese estudiante se forma; la institución debe evidenciar los diferentes espacios
donde participan colaborativamente grupos de investigación, para investigar,
escribir informes, entre otras actividades o acciones investigativas y tener
conocimiento de las herramientas y técnicas de manejo de la información, por lo
que la institución debe garantizar que el estudiante mismo pueda identificar
qué sabe y no sabe al respecto, para que cultive su saber en ese sentido.
La
integración de estas perspectivas teóricas en la formación tecnológica superior
en Ecuador, no solo proporcionan un marco sólido para el desarrollo de la cultura
investigativa, sino que también subraya la importancia de una estrategia bien
definida para su implementación.
La
colaboración entre la academia, el Estado y la sociedad es esencial para crear
un entorno propicio para la investigación, donde la creatividad y la
responsabilidad social se conviertan en motores del desarrollo. Al adoptar
estas estrategias, se puede fomentar una cultura investigativa robusta que no
solo enriquezca el ámbito académico, sino que también impulse el progreso
social y económico del país, asegurando así un futuro más innovador y
sostenible para todos.
Conclusiones
La
identificación de las principales perspectivas teóricas sobre la cultura
investigativa en la FTS ecuatoriana, distingue al menos dos miradas
comprensivas de la importancia de estos hallazgos, una mirada general y otra
especifica. De forma general, es importante atender a que la articulación de
los problemas de la sociedad al mundo del trabajo en el proceso de enseñanza –
aprendizaje de la Formación Tecnológica Superior es vital para que, al
graduarse la persona, pueda enfrentar con sus conocimientos los problemas que
se le presentan en su centro laboral desde una actuación responsable, creativa,
demostrando la cultura investigativa adquirida y que, a su vez, pueda recibir
los beneficios económicos que le aparten de la pobreza.
De
forma específica, acorde al contexto ecuatoriano, es importante tener en cuenta
que la cultura investigativa en la FTS ecuatoriana presenta desafíos
importantes, para los que se requiere un esfuerzo conjunto de la academia, el
Estado y la sociedad para fortalecer la cultura investigativa, porque el
desarrollo de la cultura investigativa en la FTS es fundamental para la
formación de profesionales altamente calificados y para el desarrollo social
del país.
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