Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXX, Número Especial 10,
julio/diciembre 2024. pp.
531-550
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar: Carbal,
A. E., Luna, J. A., y Caraballo, A. M. (2024). Teoría organizacional y
sostenibilidad empresarial: Un análisis teórico. Revista De Ciencias
Sociales, XXX(Número Especial 10), 531-550.
Teoría organizacional y sostenibilidad empresarial: Un
análisis teórico*
Carbal Herrera, Adolfo E.**
Luna Amador, Jorge
Armando***
Caraballo Payares, Alexander
Mauricio****
Resumen
El objetivo del
artículo es analizar los desarrollos actuales en el campo de la teoría
organizacional para determinar su potencial como marcos teóricos que coloquen
la sostenibilidad en el centro de la gestión empresarial. La metodología
utilizada fue una revisión narrativa de la literatura para seleccionar artículos
y libros relevantes para el análisis, con base en el juicio de expertos. Los
resultados indican que, aunque han surgido teorías como la basada en recursos
naturales, la de los stakeholders y los microfundamentos de la estrategia, que facilitan incorporar
valores éticos y sostenibles en la gestión empresarial, aun enfrentan desafíos
para superar la orientación instrumental centrada en la eficiencia y
productividad económica propia de la teoría administrativa tradicional. Se concluye,
que es imperativo revisar y adaptar las estrategias empresariales para
incorporar genuinamente la sostenibilidad en su gestión y poder ir más allá del
desarrollo de acciones orientadas a la mera búsqueda de rentabilidad a corto
plazo. Las implicaciones de este trabajo teórico son significativas para guiar
tanto a académicos como a profesionales en la revisión y adaptación de
estrategias empresariales para alinear las prácticas organizacionales con
principios sostenibles, promoviendo un equilibrio entre la eficiencia
económica, la responsabilidad social y la protección ambiental.
Palabras clave: Teorías clásicas de la
administración; teoría organizacional; crisis ecológica; sostenibilidad;
sostenibilidad corporativa.
Organizational theory and business sustainability: A theoretical
analysis
Abstract
The aim of this article is to analyse current
developments in the field of organisational theory to
determine their potential as theoretical frameworks that place sustainability
at the centre of business management. The methodology
used was a narrative review of the literature to select relevant articles and
books for the analysis, based on expert judgement. The results indicate that,
although theories such as the natural resource-based theory, the stakeholder
theory and the microfoundations of strategy have
emerged, which facilitate the incorporation of ethical and sustainable values
in business management, they still face challenges in overcoming the
instrumental orientation focused on economic efficiency and productivity
typical of traditional management theory. It is concluded that it is imperative
to review and adapt business strategies to genuinely incorporate sustainability
in their management and to be able to go beyond the development of actions
aimed at the mere search for short-term profitability. The implications of this
theoretical work are significant to guide both academics and professionals in
the review and adaptation of business strategies to align organisational
practices with sustainable principles, promoting a balance between economic
efficiency, social responsibility and environmental protection.
Keywords: Classical management
theories; organizational theory; ecological crisis; sustainability; corporate
sustainability.
Introducción
El problema central que
se aborda en el presente trabajo es la crisis ecológica contemporánea,
caracterizada por el agotamiento de los recursos naturales, la degradación
ambiental y el cambio climático, todos exacerbados por prácticas empresariales
insostenibles que priorizan la eficiencia económica y la maximización de
beneficios a corto plazo. Esta crisis ha generado una necesidad imperiosa de
adoptar un enfoque organizacional que sea más ecológico y responsable, es
decir, que incorpore la sostenibilidad como eje central de la gestión
empresarial.
En este sentido, el
documento busca analizar y evaluar cómo las teorías organizacionales actuales
pueden facilitar esta transición hacia un modelo de gestión que no solo busque
la rentabilidad económica, sino también la sostenibilidad a largo plazo y la
preservación del medio ambiente para las futuras generaciones.
Es conocido que, desde
sus orígenes, en el siglo XIX, la teoría administrativa y organizacional ha
evolucionado significativamente, reflejando las transformaciones y necesidades
de las estructuras económico-sociales. Sus primeros desarrollos se encuentran
fuertemente influenciados por la economía clásica y las ciencias naturales,
como consecuencia, la teoría administrativa se centró en la eficiencia
económica y productiva, adoptando una concepción mecanicista de la realidad.
Esto llevó a que los
primeros teóricos como Adam Smith, Frederick Taylor y Henry Fayol, vieran a las
organizaciones y a los trabajadores como componentes de una maquina diseñada
para maximizar la producción y reducir costos. Esta visión que dominó los
primeros desarrollos teóricos de la administración se enfocaba en la
especialización, la división del trabajo y la autoridad, como medios para
lograr una mayor eficiencia y productividad en los trabajadores (Taylor, 1911;
Fayol, 1918; Bédard, 2003; Aktouf,
2009; Huang et al., 2013; Chanlat, 2020).
En la medida que las
industrias crecieron y se hicieron más complejas, se evidenciaron las
deficiencias de estos primeros desarrollos teóricos, surgiendo nuevas
perspectivas que intentaron abordar las limitaciones de los denominados
enfoques clásicos. En este contexto surge la teoría de las relaciones humanas,
de la mano de Elton Mayo en los años 30, la cual introduce la importancia de
los factores psicológicos y sociales en el rendimiento de los empleados.
Los estudios realizados
en la Western Electric Company revelaron
que las relaciones humanas y la moral del trabajador eran cruciales para la
productividad, desafiando la visión mecanicista anterior y creando la
denominada escuela humanista de la administración (Mayo, 1933), caracterizada
por exaltar los aspectos psicológicos y sociales del ser humano por encima de
aspectos físicos, abogando por administradores más humanos, por la
identificación de las motivaciones de los trabajadores e identificando la
relevancia de los aspectos psicológicos y sociales para los individuos (Maslow, 1991; Herzberg,
Mausner y Snyderman,
2011).
Sin embargo, a pesar de
que estas teorías reconocieron la humanidad de los trabajadores, mostrando una
evolución, no superaron la lógica de la eficiencia y la productividad como ejes
centrales del análisis teórico administrativo clásico (Aktouf,
2009).
Con la teoría de las
relaciones humanas, se dio un salto evolutivo significativo en la teoría
organizacional, dando pie a nuevos desarrollos teóricos bajo una visión
orgánica de las empresas, superando la concepción mecánica inicial, surgiendo
planteamientos teóricos como la teoría del comportamiento organizacional (Maslow, 1991; McGregor, 1994),
centrada en el análisis del comportamiento humano en las organizaciones; el
análisis del comportamiento basado en una racionalidad limitada (Simón, 1972);
y la teoría de las contingencias que reconoce la relación entre la organización
y su entorno.
Esta nueva visión de
las organizaciones permitió que la teoría organizacional se nutriera de otros
campos del saber, tanto del área de las ciencias sociales como naturales, dando
origen a desarrollos teóricos novedosos y cada vez más refinados como la teoría
de la ecología poblacional, basada en estudios del campo de la biología
relacionados con la selección natural y la competencia por los recursos dentro
de las poblaciones de organismos para garantizar la supervivencia, en este caso
de las organizaciones (Hannan y Freeman,
1977).
No es pretensión del
trabajo hacer un recorrido detallado de la teoría organizacional, solo se
resaltan los planteamientos primarios y algunos de los trabajos más novedosos
en este campo, entre los que también cuentan la teoría de los costos de
transacción bajo una orientación económica neoclásica (Williamson,
2016) y la teoría de la agencia y su análisis sobre la relación entre principales
y agente.
Por otra parte, se encuentra
una de las teorías de mayor aceptación y desarrollo en las últimas décadas, la
teoría de los recursos y capacidades de Barney, que plantea que las
organizaciones a partir del despliegue de sus recursos y capacidades puede
generar una ventaja competitiva sostenida (Barney y Arikan, 2005; Madhani, 2010; Romero et al., 2020). Por último, las
visiones basadas en la concepción de Friedman sobre la búsqueda del máximo
valor para el accionista, respaldado por los trabajos de Porter
y Kramer (2019).
Sin embargo, a pesar de
estos novedosos desarrollos de la teoría organizacional, que evidencian la
evolución del pensamiento administrativo, aún se mantiene la racionalidad
instrumental, inherente a los primeros planteamientos teóricos en este campo,
la preocupación por la eficiencia y la búsqueda de la rentabilidad económica
como ejes centrales de la operación empresarial.
Esta racionalidad
instrumental, que se mantiene como esencia de la teoría organizacional, está
íntimamente ligada con la denominada crisis ecológica, cuya génesis se
encuentra intrincadamente asociada a la acción empresarial que, históricamente,
ha priorizado el crecimiento económico por encima de otras variables, generando
prácticas organizacionales como la producción industrial intensiva y la
explotación acelerada de recursos naturales, bajo la lógica cortoplacista de la
maximización del lucro.
Este comportamiento
adoptado desde la revolución industrial ha contribuido significativamente a la
emergencia de problemas ambientales de carácter global que hoy aquejan al
planeta y a la especie humana, haciéndose insostenibles y poniendo en riesgo
toda la vida sobre la Tierra (Shrivastava, 1995). La
relación entre las acciones empresariales y la crisis ambiental exige la
necesidad urgente de un nuevo enfoque más ecológico y responsable socialmente,
que permita la incorporación de prácticas sostenibles y responda adecuadamente
a los actuales desafíos (Seles et al., 2019).
La sostenibilidad como
un enfoque holístico para la comprensión de la realidad y los problemas de
múltiples índoles que aquejan al planeta, representa uno de los mayores
desafíos para las organizaciones y la teoría organizacional. Se deben
transformar las estructuras y estrategias de las organizaciones para integrar
la sostenibilidad como cultura, abordando las cuestiones ambientales, sociales,
económicas y el comportamiento ético y transparente, es decir, desarrollando un proceso administrativo enfocado en escenarios positivos,
así como competitivos y ambientalmente sustentables (Márquez et al., 2021).
Este reto exige una
capacidad dinámica para adaptarse y responder a las demandas de la
sostenibilidad, en un contexto alterado por los seres humanos, donde es
necesario impulsar la innovación, el desarrollo tecnológico y mejorar la
reputación corporativa como una consecuencia de este tipo de prácticas (Campo-Ternera et al., 2019; Vargas-Hernández,
2021; Degler et al., 2021).
La implementación de
estas acciones requiere superar barreras teóricas y conceptuales, pues la
sostenibilidad demanda un enfoque sistémico y colaborativo que involucre a
todos los actores relevantes (Liboni et al., 2017). Por tanto, la teoría
organizacional debe evolucionar para incorporar este nuevo paradigma,
desarrollando modelos que integren la sostenibilidad como un aspecto central de
la estrategia empresarial, más allá de la lógica tradicional de la eficiencia y
la competitividad, que, en el contexto actual ha llevado, en muchos casos, a
empresas a realizar prácticas de “greenwashing” (Dorfleitner y Utz,
2023).
En
este sentido, se hace relevante revisar los nuevos desarrollos en este campo
para determinar hasta qué punto, novedosos planteamientos teóricos, como la
visión basada en recursos naturales propuesta por Hart
(1995); la teoría de los stakeholders,
desarrollada por Freeman (2010); la nueva teoría
institucional; y, en los últimos años, los planteamientos sobre los microfundamentos de la estrategia (Foss,
2011; Molina-Azorin, 2014), permiten superar las
visiones clásicas y los desarrollos de la teoría organizacional centrados en la
eficiencia y la productividad, para colocar en el centro de la gestión
organizacional a la sostenibilidad y entender a la rentabilidad como un proceso
de largo plazo derivado de este comportamiento.
Es
apremiante abordar una de las más importantes preocupaciones de la actualidad,
un entorno que ha sufrido transformaciones a nivel global de origen antrópico,
que en el presente pone en riesgo incluso a la especie humana, y que exige de
la sociedad en su conjunto, el adelanto de grandes esfuerzos de carácter
multilateral para enfrentar este gran desafío, como es el caso de la Agenda
2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un plan diseñado para
enfrentar los problemas globales más relevantes que aquejan a la humanidad (Fonseca, Domingues
y Dima, 2020; Guillén et al., 2020).
En la
actualidad, las organizaciones juegan un papel crucial en la mitigación de la
crisis ambiental y del cambio climático, en la medida que estas coloquen en el
centro a la sostenibilidad y contribuyan a la consecución de los objetivos de
desarrollo sostenible. Las empresas pueden implementar prácticas de
sostenibilidad fundamentadas en enfoques teóricos que las guíen, trabajando en
el uso eficiente de recursos, promoviendo la transición hacia energías limpias,
disminuyendo su huella de carbono, mejorando la gestión de residuos y aportando
al mejoramiento de la calidad de vida de las personas (Griscom
et al., 2020).
La
implementación de este tipo de políticas y estrategias orientadas a la
sostenibilidad dentro de las organizaciones no solo contribuyen a la protección
del medio ambiente, también genera beneficios sociales como la mejora de la
salud pública y la generación de empleos ambientalmente responsables (Cohen et
al., 2021).
La
implementación de iniciativas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)
en las prácticas empresariales fomenta una mayor transparencia y
responsabilidad social, lo cual fortalece la confianza de los grupos de interés
y en consecuencia mejora la reputación corporativa (Rosati
y Dinis, 2019). Colocar a la sostenibilidad en el
centro de la operación organizacional puede llevar a las empresas a contribuir
con la mitigación del cambio climático, al desarrollo global sostenible, la
resiliencia de las comunidades y el mejoramiento de su calidad de vida.
La sostenibilidad es
una prioridad global, por ello esta investigación revisa nuevas perspectivas y
criterios para integrarla en la gestión organizacional, y superar las
limitaciones de los enfoques tradicionales. En
este sentido, el objetivo de este trabajo es analizar los desarrollos
más actuales en el campo de la teoría organizacional para determinar su
potencial como marcos teóricos que coloquen la sostenibilidad en el centro de
la gestión empresarial. La relevancia académica del trabajo recae en la
identificación y evaluación de marcos teóricos que pueden transformar las
prácticas empresariales hacia un modelo más sostenible.
Además, el estudio aporta
valor al destacar la necesidad de revisar y adaptar las teorías existentes para
responder a las demandas contemporáneas. Con él se amplía el conocimiento
teórico, y se proporcionan luces para una incorporación genuina de la
sostenibilidad en la estrategia empresarial, buscando fomentar una gestión que
armonice las necesidades económicas con las exigencias ambientales y sociales,
y contribuyendo así a la creación de organizaciones más responsables y resilientes.
1.
Metodología
Para
alcanzar el objeto de esta investigación se realizó una revisión narrativa de
literatura (Aguilera, 2014), la cual permitió una síntesis de estudios
publicados que abordan la temática relacionada con la teoría organizacional, la
sostenibilidad y la gestión sostenible de las organizaciones, facilitando la
teorización de la problemática más allá de los resultados de estudios
individuales.
La
revisión narrativa fue útil para formular conclusiones integradoras a partir de
la variedad de documentos revisados. Se seleccionaron artículos de bases de
datos especializadas como Scopus, Web of Science, ScienceDirect, Ebsco, y libros de editoriales como Springer, Elsevier, Sage Publishing y Google Books, entre otros, que abordaron la temática objeto de
análisis (Luna-Amador,
Escobar-Espinoza y Caraballo-Payares, 2023).
Los términos clave utilizados en la búsqueda estuvieron alineados con el
objetivo de la investigación para asegurar una cobertura precisa y exhaustiva
de la temática.
La
búsqueda de documentos incluyó los idiomas inglés y español, con el propósito
de aumentar su cobertura y contar con un mayor número de documentos para la
selección, se partió de los principales exponentes de los enfoques teóricos más
importantes de la organización. Posteriormente, se incluyeron otros documentos
relevantes sobre estos enfoques, identificando 120 documentos.
La
selección de autores y documentos para esta revisión narrativa fue validada con
expertos en el tema (Escobar-Pérez y Cuervo-Martínez, 2008), así se verificó la
inclusión de documentos relevantes y se identificaron posibles documentos
importantes que no estuvieran incluidos en una primera selección (Tranfield, Denyer y Smart, 2003). Para la validación
con expertos, se inició con la identificación de los mismos en el campo de la
teoría organizacional; se presentaron a los autores y los documentos
seleccionados; se dio una revisión de la lista inicial de documentos por parte
de los expertos con una retroalimentación y recomendaciones. Finalmente, se
llegó a un consenso entre los autores y los expertos para la selección final de
los documentos a analizar.
Al
final se seleccionaron 68 documentos entre libros y artículos, los cuales
fueron revisados en profundidad, proceso que incluyó un análisis detallado de
cada documento seleccionado, extrayendo la información relevante para el
análisis narrativo propuesto (O’Dochartaigh, 2019).
La revisión narrativa permitió manejar una diversidad de documentos y de
planteamientos metodológicos a partir de los cuales fue posible formular
conclusiones alrededor del tema de investigación (Baumeister
y Leary, 1997). La metodología facilitó la
teorización sobre la relación teoría organizacional y sostenibilidad. El método
aplicado ofreció la flexibilidad necesaria para integrar hallazgos y
desarrollar un planteamiento teórico comprensivo sobre la temática
abordada.
2. Resultados y discusión
La revisión narrativa y
la aplicación del juicio de expertos llevó a una selección de 68 documentos
entre artículos y libros, cuyos contenidos fue posible calificar en cuatro
categorías de análisis: Teorías clásicas de la administración, teorías
organizacionales, principales concepciones de la sostenibilidad y teorías
organizacionales relacionadas con la sostenibilidad.
La primera categoría de
análisis, cronológicamente se ubica en la primera mitad del siglo XX. Las
denominadas teorías clásicas de la administración corresponden a los trabajos
de Frederick Taylor, Henri Fayol y Max Weber, los cuales fueron la base para
el posterior desarrollo de la teoría organizacional. Taylor, es conocido por su
enfoque en la gestión científica, el cual busca optimizar la eficiencia laboral
mediante el análisis y la sistematización de los procesos productivos (Taylor, 1911; Dar, 2022).
Por su parte Fayol, desarrolló la teoría de la administración
clásica, destacando 14 principios administrativos, como la división del
trabajo, la autoridad y responsabilidad, y la unidad de mando (Fayol 1918; Bacud, 2020). En cuanto a Weber, introdujo el concepto de
burocracia como una forma ideal de organización basada en la racionalidad,
reglas claras y una jerarquía definida para garantizar la eficiencia y la
previsibilidad en la administración pública y privada (Max, 1978; Weber, 2002; Dash y Padhi, 2020).
A pesar de sus enfoques distintos, estos trabajos comparten el objetivo común de la eficiencia y
eficacia en las organizaciones, como eje central para la comprensión de las
nacientes industrias (Wren, 2011; Huang
et al., 2013). En el Cuadro 1, se presenta una síntesis de estos desarrollos.
Cuadro 1
Teorías clásicas de la
administración
Enfoque |
Periodo |
Tesis Central |
Autores |
Obras Representativas |
Administración científica |
1900-1930 |
Optimización de la
eficiencia laboral mediante el estudio científico de los procesos de trabajo. |
Frederick Taylor |
The
Principles of Scientific Management |
Teoría clásica de la
administración |
1916-1940 |
Establecimiento de
principios universales de administración para mejorar la eficiencia
organizacional. |
Henri Fayol |
Administration industrielle
et générale |
Teoría de la burocracia |
1920-1950 |
Desarrollo de una estructura
administrativa basada en reglas y procedimientos claramente definidos. |
Max Weber |
Economy and Society |
Fuente: Elaboración propia, 2024.
La siguiente categoría,
se ubica en la segunda mitad del siglo XX, donde surgen nuevos desarrollos
teóricos que superan la visión mecánica de las primeras teorías, se configuran
nuevos planteamientos bajo una visión orgánica de la organización, agrupándose
bajo el nombre de teoría organizacional. Los trabajos con esta orientación inician
con la teoría de las relaciones humanas desarrollada por Elton Mayo entre 1930
y 1950, quien puso énfasis en los factores humanos y las relaciones
interpersonales, destacando cómo estos elementos impactan en la productividad y
la moral de los trabajadores. Esta teoría fue una respuesta a las limitaciones
de los enfoques mecanicistas previos, introduciendo la importancia de los
aspectos psicológicos y sociales en el ambiente laboral (Mayo, 2004).
A mediados del siglo
XX, la teoría del comportamiento organizacional de Douglas McGregor
se centró en entender cómo el comportamiento de los individuos dentro de las
organizaciones podría influir en su efectividad. Esta teoría se complementa con
la teoría de las contingencias de Joan Woodward, que
sugiere que las estructuras y procesos organizacionales deben adaptarse a las
condiciones ambientales para ser efectivos (McGregor,
1960; Woodward, 1965). Por otra parte, la teoría de
la ecología poblacional, introducida por Hannan y Freeman (1977), aplicó conceptos de la bilogía para
explicar cómo las organizaciones son seleccionadas naturalmente en función de
su capacidad de adaptación al entorno, enfatizando la competencia por recursos
y la supervivencia organizacional.
En décadas más
recientes, la teoría de los costos de transacción y la teoría de la agencia, se
han centrado en la optimización económica y la gestión de conflictos de
intereses entre propietarios y agentes, respectivamente (Williamson,
1973; Jensen y Meckling, 2019). Por su parte, la
teoría de los recursos y capacidades de Jay Barney,
destaca cómo las ventajas competitivas sostenibles se basan en los recursos
únicos de una empresa, subrayando la importancia de estos recursos para
mantener la competitividad en el largo plazo (Barney, 1991). Por último, bajo
el actual contexto empresarial, el concepto de valor compartido, propuesto por Porter y Kramer (2019), promueve
la creación de valor económico que también genera beneficios sociales
integrando así la noción de sostenibilidad en la estrategia empresarial.
A pesar de la evolución
teórica y los desarrollos innovadores, descritos de forma sintética
anteriormente, en el campo organizacional, persiste una orientación
instrumental centrada en la eficiencia y la productividad. Esta racionalidad
instrumental presente desde las primeras teorías administrativas sigue siendo
predominante, priorizando el crecimiento económico y la rentabilidad. Esta
perspectiva ha contribuido a prácticas organizacionales que, aunque eficientes,
han generado consecuencias ambientales y sociales adversas. La necesidad de un
enfoque más holístico y sostenible es imperativa para superar las limitaciones
de los enfoques tradicionales para enfrentar los desafíos ecológicos y sociales
actuales de manera efectiva (Shrivastava, 1995).
A pesar de que los
planteamientos de Porter y Kramer
(2019) tienen en cuenta la sostenibilidad, entienden a esta como una fuente de
ventaja competitiva, y acciones que permiten generar valor económico, lo que
plantea una concepción financiera de la sostenibilidad. ¿Hasta dónde esta
visión permitirá que las organizaciones contribuyan a mitigar la crisis y
ayudar a enfrentar los desafíos que actualmente le deparan a toda la sociedad humana?
En el Cuadro 2, se muestra una síntesis de los aspectos
más relevantes de estos trabajos.
Cuadro 2
Teorías organizacionales
Enfoque |
Periodo |
Tesis Central |
Autores |
Obras Representativas |
Teoría de las relaciones
humanas |
1930-1950 |
Énfasis en la importancia de
los factores humanos en el trabajo, destacando la motivación y las relaciones
interpersonales. |
Elton Mayo |
The
Human Problems of an Industrial Civilization |
Teoría del comportamiento
organizacional |
1950-1970 |
Análisis del comportamiento
de las personas dentro de las organizaciones para mejorar la efectividad. |
Douglas McGregor |
The
Human Side of Enterprise |
Teoría de las contingencias |
1960-1980 |
Las estructuras y procesos
organizacionales deben ajustarse a las condiciones ambientales para ser
eficaces. |
Joan Woodward |
Industrial
Organization: Theory and Practice |
Teoría de la ecología poblacional |
1970-1990 |
Las organizaciones son
seleccionadas naturalmente según su capacidad para adaptarse a su entorno |
Michael
Hannan y John Freeman |
The
Population Ecology of Organizations |
Teoría de los costos de
transacción |
1970-1990 |
Las transacciones económicas
deben organizarse para minimizar los costos de negociación y coordinación |
Oliver Williamson |
Markets and Hierarchies |
Teoría de las agencias |
1970-1990 |
El conflicto de intereses
entre los propietarios y los agentes puede mitigarse con contratos y sistemas
de incentivos |
Michael
Jensen y William Meckling |
Theory
of the Firm: Managerial Behavior, Agency Costs and Ownership Structure |
Teoría de los recursos y
capacidades |
1991-presente |
Las ventajas competitivas
sostenibles se basan en los recursos y capacidades únicos de la empresa |
Jay Barney |
Firm
Resources and Sustained Competitive Advantage |
Valor compartido |
2011-presente |
Creación de valor económico
a través de prácticas que también generan valor social |
Michael Porter
y Mark Kramer |
Creating Shared Value |
Fuente: Elaboración propia, 2024.
La sostenibilidad, como
nuevo paradigma de desarrollo y de gestión organizacional, cuyos orígenes se
remontan a la cumbre de Estocolmo de 1972, ha tenido un largo recorrido, desde
su concepción inicial centrada en la conservación de los recursos naturales y
la protección ambiental, hasta consideraciones más integradoras que abordan
aspectos sociales y económicos.
Con la aparición y
expansión del concepto de desarrollo sostenible a partir del informe “nuestro
Informe Común” en el año de 1987, conocido también como el informe Brundtland, en el
que se definió “al desarrollo sostenible como aquel que satisface las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras
generaciones para satisfacer sus propias necesidades” (Imperatives, 1987,
p. 17), se introdujo una visión holística que integra las dimensiones
económicas, social y ambiental del desarrollo.
En la actualidad, el
avance más significativo en materia de formalización de la sostenibilidad a
nivel global se dio con la promulgación y adopción de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS) por parte de la Asamblea General de las Naciones
Unidas en el año 2015. Los ODS establecen una visión holística de la
sostenibilidad ampliando el concepto a una cuarta dimensión, la política. Los
17 objetivos abordan una amplia gama de desafíos globales, desde la
erradicación de la pobreza y el hambre, la acción por el clima, hasta la
promoción de la paz y la justicia (Lee et al., 2016). La Agenda proporciona un
marco integral y universal que guía a los países y a las organizaciones en sus
esfuerzos por lograr un desarrollo sostenible, promoviendo la colaboración
global para enfrentar los problemas más urgentes de la humanidad.
Este nuevo enfoque de desarrollo
se traslada a la empresa, a partir de la comprensión de las organizaciones como
actores claves en la economía global, que contribuyeron significativamente a
generar la crisis ecológica, pero que también pueden reconvertirse en actores
claves para alcanzar la sostenibilidad. La denominada sostenibilidad
corporativa se consolidó en repuesta a la presión pública y regulatoria que
demanda que las empresas contribuyan positivamente a la sociedad, más allá de
la mera generación de ganancias, pues históricamente, las actividades
empresariales han sido responsable de una considerable parte de la crisis
ambiental y social, debido a prácticas que priorizan el crecimiento económico a
expensas del bienestar social y ambiental.
Cuando las
organizaciones reconocen su papel en la generación de la problemática ambiental
y el cambio climático, estas inician la implementación de prácticas social y
ambientalmente responsables para mitigar su impacto negativo y promover así un
desarrollo equilibrado, en respuesta a las exigencias sociales y
gubernamentales (Eccles, Ioannou y
Serafeim, 2014). La
adopción de una gestión sostenible en las empresas representa un desafío, que
debe superar las lógicas tradicionales que han guiado históricamente las
acciones empresariales: La eficiencia, el aumento de la productividad y la
maximización del lucro en el corto plazo (Dyllick y Hockerts, 2002).
En este sentido, se
requieren desarrollos teóricos que faciliten la adopción de la sostenibilidad
como una cultura, que la coloque en el centro de la estrategia organizacional
bajo la premisa de que es necesaria, es lo correcto, lo que se debe hacer ante
las circunstancias que se afrontan, pasando a entender a la rentabilidad como
un proceso de largo plazo, derivado de dicho comportamiento; de lo contrario,
las organizaciones carentes de esta visión, tienden a caer en prácticas de greenwashing,
dado que están más preocupadas por su reputación, legitimidad, posicionamiento
y la posibilidad de generar valor financiero, que contribuir a la consecución
de la sostenibilidad, por lo cual se necesita crear un equilibrio. La
naturaleza de lo descrito se concreta en el Cuadro 3.
Cuadro 3
Concepciones de la
sostenibilidad
Concepto |
Descripción
|
Referencias
|
Desarrollo sostenible |
Desarrollo que satisface las
necesidades del presente sin comprometer la capacidad de futuras generaciones
para satisfacer sus propias necesidades |
Informe Brundtland |
Dimensiones de la
sostenibilidad |
Incluye tres dimensiones
fundamentales: Ambiental, social y económica, que deben integrarse para lograr
un desarrollo equilibrado |
Agenda 21, ONU |
Objetivos de desarrollo
sostenible ODS |
Un conjunto de 17 objetivos
establecidos por la ONU en 2015 para abordar los desafíos globales de manera
integrada y colaborativa |
ODS, ONU |
Sostenibilidad Corporativa |
Integración de prácticas
responsables en las operaciones empresariales para promover el bienestar
social, la protección ambiental y la viabilidad económica a largo plazo |
Dyllick y Hockerts (2002) |
Triple
resultado (Triple Bottom Line) |
Evaluación del desempeño empresarial
considerando tres líneas: Económica, social y ambiental, como un enfoque
integral de sostenibilidad |
Elkington (1998) |
Fuente: Elaboración propia, 2024.
La no inclusión de la
sostenibilidad en muchas de las teorías clásicas administrativas y la teoría organizacional,
puede ser atribuida a su fuerte enfoque en la eficiencia y la productividad
económica. Para la época, siglo XIX, la prioridad era maximizar la producción y
reducir los costos en respuesta a las necesidades inmediatas de las nacientes
industrias y economías en crecimiento.
La crisis ecológica aun
no era tan evidente ni comprendida como un problema global urgente. Incluso las
teorías posteriores a las clásicas, a pesar de abordar aspectos novedosos,
mantuvieron el énfasis en la mejora de la productividad y la eficiencia
laboral. Este enfoque predominantemente en lo económico y la falta de
conciencia sobre la crisis ambiental exige la necesidad de una revisión y de la
evolución de las teorías organizacionales para integrar la sostenibilidad como
componente central de la gestión empresarial y su operación.
Siguiendo la línea
discursiva propuesta, entonces, la cuarta categoría corresponde a teorías
actuales que abordan la implementación de prácticas de sostenibilidad en las
organizaciones. Las cuáles serán objeto de análisis para determinar si han
superado el enfoque hacia la eficiencia y la productividad económica, y si es
posible, con ellas vincular a la sostenibilidad en el centro de la gestión
organizacional.
Entre los planteamientos
teóricos, que tienen en cuenta el componente de la sostenibilidad en las
organizaciones, algunos de ellos son derivaciones de teorías existentes – la
visión basada en recursos naturales, la nueva teoría institucional y la nueva
teoría de los stakeholders
–; mientras que otros son desarrollos teóricos novedosos como los microfundamentos de la estrategia. A continuación, se
exponen las principales características de estos desarrollos, las cuales se
presentan de forma sintética en el Cuadro 4.
Cuadro 4
La sostenibilidad frente a desarrollos teóricos
organizacionales
Enfoque |
Periodo |
Tesis Central |
Autores |
Obras representativas |
Teoría basada en recursos naturales |
1995 - presente |
Las empresas deben desarrollar capacidades
que les permitan aprovechar de manera sostenible los recursos naturales para
obtener una ventaja competitiva. |
Hart |
Natural-Resource-Based View of the Firm (1995) |
La teoría de los stakeholders |
1984 - presente |
Las empresas deben gestionar sus relaciones
con los diferentes grupos de interés (stakeholders)
para alcanzar el éxito a largo plazo. |
Freeman Barney |
Strategic Management: A Stakeholder Approach (1984) Why resource-based theory's model of profit appropriation must
incorporate a stakeholder perspective (2018) |
La nueva teoría institucional |
1977 - presente |
Las acciones de las organizaciones están
influenciadas por las normas, valores y creencias del entorno institucional
en el que operan. |
DiMaggio y Powell; Scott |
The Iron Cage Revisited (1977) Institutions and Organizations (2013) |
Los microfundamentos
de la estrategia |
2000 - presente |
Las decisiones y acciones individuales dentro
de las organizaciones impactan en los resultados estratégicos y agregados de
la empresa. |
Felin y Foss |
Strategic Organization (2005) Why micro-foundations for resource-based theory are needed and what
they may look like (2011) |
Fuente: Elaboración propia, 2024.
Iniciando
con Hart (1995),
quien plantea que la teoría organizacional ha ignorado las limitaciones
impuestas por el entorno natural, por lo cual, a partir de la existente teoría
de los recursos y capacidades, propone una visión de la empresa basada en los
recursos naturales. Esta es una teoría que se estructura sobre tres estrategias
interconectadas – prevención de la contaminación, gestión de los productos y
desarrollo sostenible –, las cuales requieren unos recursos naturales
específicos para contribuir a una ventaja competitiva sostenida.
La visión basada en
recursos naturales generó algunos impactos en el desarrollo de la investigación
académica sobre las organizaciones. Por ejemplo, se desarrolló literatura donde
se analizó la relación entre las prácticas ambientales y el rendimiento
empresarial, discutiendo cómo la investigación sobre si “paga ser verde” ha
evolucionado bajo la influencia de la teoría basada en recursos naturales (Berchicci y King, 2007). Estos autores identifican que
mejorar el desempeño ambiental de una empresa puede ser benéfico para su
rendimiento financiero a corto plazo, subrayando la relevancia de esta teoría
al proporcionar un mecanismo que ayuda a establecer un vínculo entre las
acciones ambientales y la rentabilidad.
Por otra parte, a raíz
de la teoría de Hart se ha desarrollado investigación
para identificar las capacidades y recursos que ayudan a las empresas a obtener
beneficios financieros provenientes de sus estrategias de prevención de la
contaminación, en otras palabras, cómo las capacidades organizacionales afectan
la relación entre el desempeño ambiental y financiero (Etzion,
2007).
Entonces, la visión
basada en recursos naturales ha venido evolucionando durante los años y a
través de las investigaciones que se han venido desarrollando en el ámbito
organizacional con esta fundamentación teórica. Hart
y Dowell (2011), realizan una evaluación de la visión
basada en recursos naturales después de su implementación. Los autores
concluyeron que esta visión ha experimentado una evolución significativa,
integrando la sostenibilidad en el núcleo de la estrategia corporativa,
complementándose con la teoría de capacidades dinámicas, lo que ha mejorado la
comprensión de cómo las empresas pueden adaptarse a mercados en constante
cambio mientras abordan problemas ambientales y sociales.
En la literatura
académica reciente, se sigue utilizando como fundamentación teórica la visión
basada en recursos naturales para abordar problemáticas relacionadas con el
desarrollo de marcos teóricos que apoyen la aplicación y el aprovechamiento
competitivo de operaciones sostenibles en la cadena de suministro (McDougall, Wagner y MacBryde,
2022); la utilización del Blockchain y la economía circular y su efecto directo en el mantenimiento
productivo de empresas manufactureras desde la perspectiva de la visión basada
en recursos naturales e investigaciones para comprobar si la aplicaciones de
las estrategias de la visión basada en recursos naturales son rentables (López
et al., 2021; Almada,
Guimarães y Pérez, 2022),
entre otras.
En términos generales,
se podría decir que la teoría de la visión basada en recursos naturales
presenta un enfoque avanzado que integra la sostenibilidad en la estrategia
empresarial, buscando ventajas competitivas sostenibles. Sin embargo, al ser
una extensión de la teoría de recursos y capacidades, las empresas a menudo se
centran en alcanzar las ventajas competitivas en términos de rentabilidad,
relegando a un segundo plan las prácticas sostenibles, lo cual puede deberse a
presiones de corto plazo y costos iniciales. Para verdaderamente alcanzar
ventajas competitivas duraderas y contribuir positivamente al medio ambiente y
la sociedad, es crucial que las empresas equilibren la búsqueda de beneficios
inmediatos con una visión estratégica de sostenibilidad a largo plazo.
Por otra parte, con
respecto a otra de estas teorías que han sido adaptadas, incluyendo el
componente de sostenibilidad, como la teoría de los stakeholders, de Freeman (2010), principal exponente de este enfoque, quien desarrolló
un marco conceptual que redefine a los stakeholders como cualquier grupo o individuo que puede
afectar o es afectado por la consecución de los objetivos de una organización.
Esta perspectiva marcó un cambio significativo respecto a las teorías de
gestión tradicionales que se centraban en los accionistas, expandiendo el
enfoque a una variedad más amplia de interesados, incluyendo empleados,
clientes, proveedores, comunidades y otros grupos relevantes.
Respecto a esta teoría,
algunos autores como Barney (2018), establecen que la teoría empresarial no
debe enfocarse en los stakeholders
tradicionales del mercado. Con base en esto, los académicos han indicado que
las empresas deben considerar otro tipo de stakeholders como las comunidades
locales, la ciudadanía global, el medio natural y las generaciones futuras (Sharma, 2020; Gibson, 2021; Amores-Salvadó,
Martin-de Castro y Albertini, 2023).
A partir de lo anterior, se ha venido desarrollando una corriente teórica que
se conoce como la nueva teoría de los stakeholders.
Recientemente, se ha
utilizado la nueva teoría de los stakeholders para analizar los niveles de prioridad en la
investigación e innovación colaborativa para enfrentar las problemáticas de
sostenibilidad (Santos y Fernández, 2024). También se ha utilizado este enfoque
teórico para entender el propósito organizacional, encontrando que la
supervivencia y rentabilidad de una organización dependen de su eficacia y
eficiencia como herramienta para alcanzar los objetivos de las partes
interesadas – stakeholders
–, que son las que definen el propósito organizativo.
Con base en lo
anterior, la nueva teoría de los stakeholders debería conducir a prácticas empresariales más
responsables y sostenibles; sin embargo, la realidad empresarial a menudo dista
de estos ideales, puesto que muchas empresas implementan prácticas de
responsabilidad social empresarial – RSE – dirigidas a estos stakeholders,
pero continúan involucrándose en actividades que son perjudiciales para el medio
ambiente. Estas empresas, realizan prácticas de “Greenwashing” para legitimar sus
operaciones contaminantes (Amores-Salvadó et al.,
2023). A través de campañas de marketing
verde y programas de RSE superficiales, buscan mejorar su identidad
corporativa, reducir impuestos y evitar críticas, sin realizar cambios
significativos en sus prácticas fundamentales.
Además, la motivación
detrás de estas prácticas es frecuentemente económica. Las políticas de sostenibilidad
pueden ofrecer beneficios fiscales y mejorar la reputación de la empresa, lo
que a su vez puede traducirse en mayores ventas y una mejor posición en el
mercado (Amores-Salvadó, Martín-de Castro y Navas-López, 2014).
Sin embargo, cuando estas acciones no están respaldadas por un compromiso
genuino con la sostenibilidad, se convierten en tácticas de relaciones públicas
más que en esfuerzos efectivos para mitigar el impacto ambiental negativo.
Para contrarrestar esta
tendencia, es fundamental que las regulaciones y las políticas públicas sean
más estrictas y que los stakeholders,
incluidos los consumidores, las comunidades y los inversores, exijan mayor
transparencia y rendición de cuentas. Asimismo, que las empresas desarrollen
estrategias regenerativas que disminuyan la contaminación (Martín-de Castro y
Amores-Salvadó, 2024) y no que sean acciones
paralelas mientras continúan contaminando.
En cuanto a la nueva
teoría institucional, esta parte de la perspectiva de los stakeholders, en donde Bansal (2005) plantea la importancia de la evaluación
ambiental, la gestión de stakeholders
y la gestión de problemas sociales, para identificar y responder a cuestiones
económicas, sociales y medioambientales. Sentando las bases de este nuevo
desarrollo teórico, en el cual se analiza cómo las normas, valores y expectativas
institucionales moldean el compromiso de las empresas con el desarrollo
sostenible, es decir, que las empresas no solo adoptan prácticas sostenibles
por beneficios internos según la teoría basada en recursos, sino también como
respuesta a presiones externas para obtener legitimidad y aprobación social,
aspectos centrales de la teoría institucional (Scott, 2013; Botelho y Rajão,
2020; Huang et al, 2022; Du et al., 2024).
Una de las críticas a
este enfoque teórico, es que hay empresas que buscan legitimarse incorporando
iniciativas de sostenibilidad en sus estrategias corporativas para alinearse
con las expectativas de la sociedad y los reguladores; sin embargo, su
motivación principal sigue siendo la rentabilidad en el corto plazo, cuando
deberían estar adoptando medidas de sostenibilidad principalmente para asegurar
su legitimidad en lugar de buscar directamente el éxito económico (Schaltegger y Hörisch, 2017).
Entonces, aunque las
prácticas de sostenibilidad se adoptan a menudo en respuesta a las presiones de
legitimidad social, la rentabilidad y el beneficio económico continúan siendo
los principales objetivos para las empresas. En este sentido, la integración de
estas prácticas debe permitir a las empresas no solo mejorar su imagen pública
y asegurar su licencia social para operar, sino también obtener beneficios
económicos tangibles (Li et al., 2017).
Finalmente, se llega al
enfoque teórico concerniente a los microfundamentos
de la estrategia, el cual propone que los comportamientos individuales y
decisiones dentro de las organizaciones, afectan la creación y sustento de
ventajas competitivas. Este enfoque ayuda a enlazar las acciones individuales
con los resultados a nivel organizacional, proporcionando una comprensión más
detallada de cómo se forman y mantienen las capacidades estratégicas (Foss, 2011; Molina-Azorín, 2014).
En términos generales,
este enfoque teórico tiene como unidad de análisis, el individuo al interior de
la organización – CEO, propietario, directivo, personal clave de la organización
–y cómo su comportamiento y acciones inciden en el desempeño de la organización
(Foss, 2021). Desde el componente de la
sostenibilidad, se ha encontrado que los factores que determinan el
comportamiento y actuar de los gerentes – emociones, pensamientos, formación,
entre otras –, inciden en la toma de decisiones y la propensión de las empresas
hacia prácticas sostenibles (Wang et al., 2022).
El planteamiento anterior,
podría indicar que los microfundamentos de la
estrategia, es un enfoque interesante, que puede contribuir a la tarea de
introducir la sostenibilidad en el centro de la gestión empresarial y entender
que la rentabilidad se puede alcanzar en largo plazo, derivada de dichas
prácticas, teniendo en cuenta que los microfundamentos
permiten a las empresas incorporar valores éticos y sostenibles en su toma de
decisiones diaria. Al entender cómo los valores individuales y las normas
sociales influyen en las decisiones empresariales, las organizaciones pueden
fomentar una cultura de sostenibilidad desde el nivel más básico (Felin y Foss, 2005; Hägglund y Luzhkova, 2020).
Adicionalmente, las
estrategias basadas en microfundamentos facilitan la
innovación y la adaptabilidad, esenciales para la sostenibilidad a largo plazo.
Al centrarse en el comportamiento individual y las interacciones, las empresas
pueden identificar oportunidades para innovar y adaptarse a las demandas
cambiantes del mercado y de la sociedad (Foss, 2011; Strauss, Lepoutre y Wood, 2017; Mousavi, Bossink y
Van Vliet, 2019).
Conclusiones
La
teoría basada en los recursos naturales, propone que las empresas deben
desarrollar capacidades para aprovechar sosteniblemente los recursos naturales
y obtener una ventaja competitiva. No obstante, esta teoría, al igual que la de
los stakeholders
y la nueva teoría institucional, enfrenta limitaciones al seguir priorizando la
rentabilidad en el corto plazo, enfocarse en la legitimidad y buscar la
aprobación social como medio para asegurar el éxito económico, lo que puede
llevar a una implementación superficial de prácticas sostenibles.
En
contraste, la teoría de los microfundamentos de la
estrategia, presenta un enfoque prometedor para colocar la sostenibilidad en el
centro de la gestión empresarial. Esta teoría enfatiza en cómo los
comportamientos y decisiones individuales, dentro de las organizaciones,
afectan la creación y sustento de ventajas competitivas. Al considerar las
acciones de los individuos, desde los CEO hasta los empleados, y su influencia
en el desempeño organizacional, los microfundamentos
permiten a las empresas incorporar valores éticos y sostenibles en la toma de
decisiones diarias. Además, este enfoque facilita la innovación y la
adaptabilidad, esenciales para la sostenibilidad a largo plazo, al centrarse en
el comportamiento individual y las interacciones dentro de la empresa.
Por
otra parte, es importante resaltar que el artículo proporciona un marco teórico
integral que facilita la comprensión de la evolución de la teoría
organizacional hacia la integración de la sostenibilidad, guiando tanto a
académicos como a profesionales en la evaluación crítica de las prácticas
organizacionales actuales y su alineación con principios sostenibles. Las
organizaciones pueden utilizar estas teorías como base para desarrollar
políticas y prácticas que promuevan un equilibrio entre la eficiencia
económica, la responsabilidad social y la protección ambiental. En la práctica,
los hallazgos subrayan la importancia de revisar y adaptar las estrategias
empresariales para incorporar genuinamente la sostenibilidad, más allá de la
mera búsqueda de rentabilidad a corto plazo.
En
cuanto a futuras investigaciones, es crucial desarrollar nuevos marcos teóricos
y metodológicos que integren la sostenibilidad como un componente central de la
visión y estrategia empresarial, superando las limitaciones de los enfoques
tradicionales centrados en la eficiencia económica y la búsqueda de beneficios
inmediatos. Investigaciones futuras, también deben explorar cómo las políticas
públicas y las regulaciones pueden fomentar prácticas empresariales más
transparentes y responsables, evitando el “greenwashing” y promoviendo un
desarrollo sostenible auténtico.
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* Corresponde a resultado
parcial del trabajo de investigación doctoral: “De los pasivos ambientales a
los pasivos ecológicos: un análisis de la explotación minero carbonífera en la
costa Caribe colombiana”, desarrollado desde el Doctorado en Administración,
que alimenta la línea Gestión y evaluación de la sostenibilidad del Grupo de
Investigación en Contabilidad, Interés público y Bienestar social (GICIB) y a
la línea de Sostenibilidad del Grupo de investigación en Economía, Ciencia
y Sociedad de la Facultad de Ciencias Económicas en la Universidad de
Cartagena, Colombia.
** Doctorante en Administración
en la Universidad de Cartagena, Cartagena
de Indias, Colombia. Magíster en
Ciencias Ambientales. Contador Público. Docente Asociado en la Universidad de
Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia.
Director del Grupo de Investigación en Contabilidad, Interés Público y
Bienestar Social (GICIB) y Miembro del Grupo de Investigación en Economía,
Ciencia y Sociedad. E-mail: acarbalh@unicartagena.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9363-7021
*** Doctorante en
Administración en la Universidad de Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia.
Magíster en Gestión de Organizaciones. Administrador de Empresas. Docente
Auxiliar en la Universidad de Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia. Miembro del Grupo de Investigación en Economía, Ciencia
y Sociedad. E-mail: jlunaa@unicartagena.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2427-6090
**** Doctorante en
Administración de la Universidad de Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia.
Magíster en Administración. Economista. Docente Asistente de la Universidad de
Cartagena, Cartagena de Indias, Colombia. Miembro del Grupo de Investigación en Economía, Ciencia
y Sociedad. E-mail: acaraballop@unicartagena.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7382-3783
Recibido: 2024-04-05 · Aceptado:
2024-06-23