Revista de Ciencias
Sociales (RCS)
Vol. XXX, No. 2,
Abril - Junio 2024. pp. 320-331
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar: Morán, Á. A., e Idrovo, M. M. (2024). Pedagogía
indagativa en los programas académicos de educación superior. Revista De
Ciencias Sociales, XXX(2), 320-331.
Pedagogía indagativa en
los programas académicos de educación superior
Morán Herrera, Ángel Antonio*
Idrovo Hurel, Melissa Mercedes**
Resumen
En la
educación superior, la pedagogía indagativa se posiciona como un enfoque
innovador con el potencial de transformar radicalmente los paradigmas
tradicionales de aprendizaje y enseñanza. El objetivo de este estudio es
examinar la pedagogía indagativa en programas académicos de educación superior,
adoptando una metodología cualitativa y realizando una revisión bibliográfica en
bases de datos académicas prominentes, como Scopus. El análisis cualitativo de
contenido derivado de esta revisión ha permitido identificar patrones y
tendencias que resaltan los desafíos y complejidades asociadas a la adopción de
este enfoque pedagógico. A pesar de que el mismo promueve el desarrollo de
habilidades fundamentales para el siglo XXI, tales como el pensamiento crítico
y la metacognición, se encuentra con obstáculos significativos como la rigidez
de los currículos y la limitación de recursos. Por tanto, la superación de
estas dificultades exige una estrategia de innovación y una adaptación de los
métodos de evaluación para capturar con precisión los logros obtenidos a través
de procesos de indagación. En ese contexto, si bien la pedagogía indagativa
ofrece una oportunidad para revitalizar la educación superior, es esencial abordar
eficazmente las resistencias y los desafíos estructurales con esfuerzos
mancomunados y un firme compromiso por parte de las instituciones educativas.
Palabras
clave: Educación
Superior; métodos pedagógicos; innovación educativa; desarrollo de competencias;
aprendizaje activo.
Inquiry pedagogy in higher education academic programs
Abstract
In
higher education, inquiry pedagogy is positioned as an innovative approach with
the potential to radically transform traditional learning and teaching
paradigms. The objective of this study is to examine inquiry pedagogy in higher
education academic programs, adopting a qualitative methodology and conducting
a literature review in prominent academic databases, such as Scopus. The
qualitative content analysis derived from this review has identified patterns
and trends that highlight the challenges and complexities associated with the
adoption of this pedagogical approach. Although it promotes the development of
fundamental skills for the 21st century, such as critical thinking and metacognition,
it encounters significant obstacles such as the rigidity of curricula and
limited resources. Therefore, overcoming these difficulties requires an
innovation strategy and an adaptation of evaluation methods to accurately
capture the achievements obtained through inquiry processes. In this context,
although inquiry pedagogy offers an opportunity to revitalize higher education,
it is essential to effectively address resistance and structural challenges
with joint efforts and a firm commitment on the part of educational
institutions.
Keywords: Higher Education; pedagogical
methods; educational innovation; skills development; active learning.
Introducción
En
el dinámico campo de la pedagogía se observa una transformación constante,
impulsada por los cambiantes requerimientos de una sociedad en evolución. Este
fenómeno ha generado un notable interés entre investigadores y educadores,
subrayando la importancia de adaptar y reconsiderar continuamente las prácticas
educativas (Hofstein, Eilks y Bybee, 2011). Dentro de este marco de
adaptación, emerge con fuerza la pedagogía indagativa, particularmente en el
contexto de la educación superior, donde ha comenzado a ocupar un lugar
preeminente.
La
pedagogía indagativa, identificada también como aprendizaje basado en la
investigación, fomenta una participación activa de los estudiantes en su
proceso educativo (Alameddine y Ahwal, 2016). Este enfoque pedagógico se
distingue de las metodologías educativas tradicionales, que se centran
primordialmente en la transmisión directa de conocimientos, al valorar la
interrogación, la investigación y la resolución de problemas como pilares
fundamentales del aprendizaje. Se argumenta que, mediante esta metodología, los
estudiantes adquieren habilidades transferibles, esenciales para afrontar
desafíos prácticos y reales en diversos contextos (Steiner
y Posch, 2006; Epiquién et al., 2023; Quispe-Mamani et al., 2024).
Sin
embargo, la adopción de la pedagogía indagativa en la educación superior
plantea desafíos y oportunidades únicos. Los docentes, como elementos clave en
la implementación de estrategias pedagógicas, disponen de insights cruciales para superar estos obstáculos. Pese a su
relevancia, existe una notable escasez en la literatura respecto a cómo
integrar de manera efectiva la pedagogía indagativa en los programas
académicos, así como sobre los cambios estructurales y culturales necesarios
para su implementación. Esta carencia limita la comprensión sobre la
adaptabilidad del enfoque a distintas disciplinas, algunas de las cuales pueden
requerir modificaciones sustanciales para su incorporación efectiva (Boscardin, 2007).
La
implementación de nuevos enfoques pedagógicos, como la pedagogía indagativa,
implica también consideraciones financieras y logísticas significativas, tales
como inversión en capacitación docente, infraestructura de aprendizaje y tiempo
(Crane et al., 2017). En este contexto,
resulta esencial encontrar un equilibrio entre los costos y los beneficios
educativos y estratégicos que dicha pedagogía puede ofrecer.
Un
aspecto crítico en la incorporación de la pedagogía indagativa es la evaluación
del aprendizaje. Los métodos tradicionales de evaluación, apoyados en exámenes
y pruebas estandarizadas, pueden resultar insuficientes para capturar los
beneficios del aprendizaje basado en la indagación (Oke
y Araujo, 2020).
Por tanto, se hace evidente la necesidad de desarrollar estrategias de
evaluación innovadoras que reflejen de manera más efectiva los logros y
competencias adquiridos a través de este nuevo enfoque pedagógico.
Además,
la pedagogía indagativa tiene el potencial de beneficiar a estudiantes de
variados orígenes y capacidades, ofreciendo oportunidades de aprendizaje que se
ajustan a sus estilos individuales (Hwang, Chiu y Chen, 2015). Esta característica subraya
la importancia de promover y apoyar la equidad educativa a través de prácticas
pedagógicas inclusivas y adaptativas (Apedoe, Walker y Reeves, 2006).
Por
tanto, se busca identificar las tendencias futuras y proyecciones para la
pedagogía indagativa en el contexto de la educación superior, puesto que, ante
una sociedad en rápida evolución, es una tarea crucial mantener actualizadas y
pertinentes las prácticas educativas (Tezcan-Unal,
2019). En este sentido, los docentes desempeñan un papel esencial en la
toma de decisiones que marcarán el rumbo futuro de la educación.
A
tenor de lo anterior, la investigación presente tiene como objetivo principal analizar de manera exhaustiva la pedagogía indagativa en
los programas académicos de educación superior. De esta manera, este
estudio busca contribuir al cuerpo existente de conocimiento, abordando las
lagunas identificadas en la literatura y explorando en profundidad los
desafíos, beneficios y direcciones futuras de este enfoque pedagógico;
adoptando una metodología cualitativa y realizando una revisión bibliográfica
en bases de datos académicas prominentes, como Scopus. En este sentido, el
análisis cualitativo de contenido derivado de esta revisión ha permitido
identificar patrones y tendencias que resaltan los desafíos y complejidades
asociadas a la adopción de este enfoque pedagógico.
1.
Pedagogía indagativa: Aspectos generales
El
concepto de indagación ha capturado la atención de pedagogos y educadores a lo
largo de las décadas, posicionándose como un pilar fundamental en la evolución
de las metodologías educativas. Cassidy et al.
(2008), proporcionaron una definición de la
indagación, conceptualizándola como una forma de actividad controlada que
emerge de la interacción entre un individuo y su entorno. En el ámbito
educativo, este método se caracteriza por ser un proceso activo de aprendizaje
en el cual los estudiantes asumen un rol protagónico, indagando, cuestionando y
construyendo su propio conocimiento.
La
“pedagogía indagativa”, según Pedaste et al. (2015), se erige sobre este principio de indagación
como herramienta de aprendizaje. Este enfoque transforma a los estudiantes de
meros receptores de información a participantes activos de su proceso de
aprendizaje, motivándolos a indagar, investigar y reflexionar. Este cambio no
solo implica la transformación de la información en conocimiento sino también
la conversión de la comprensión en competencias, aspecto esencial en el proceso
educativo (Frank y Stanszus, 2019; Chávez et
al., 2022; Moreira-Choez, Lamus et al., 2023; Serrano, Castellanos
y Andrade, 2024).
Investigaciones
han demostrado la efectividad de la pedagogía indagativa en el desarrollo de
habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas y metacognición,
habilidades altamente valoradas en el siglo XXI. En una era caracterizada por
la abundancia y fácil acceso a la información, la capacidad para interpretar,
analizar y aplicar esta información se convierte en un requisito fundamental (Binkley et al., 2012).
A
pesar de su amplia aceptación en los niveles de educación primaria y
secundaria, la introducción de la pedagogía indagativa en la educación superior
representa un desafío emergente. Este contexto plantea retos únicos que
requieren adaptaciones y ajustes específicos del enfoque indagativo,
considerando factores como la independencia del estudiante, la profundidad y
especificidad del contenido del curso, y la diversidad del cuerpo estudiantil (Volet
y Jones, 2012; Tops et al., 2023).
La
pedagogía indagativa puede adaptarse a distintas disciplinas y contextos
académicos, lo que evidencia su flexibilidad y capacidad para enriquecer
diversos programas educativos. Aunque algunos programas pueden beneficiarse
directamente de un enfoque indagativo, otros podrían necesitar ajustes
significativos para incorporarlo efectivamente.
Más
allá del contenido de aprendizaje, la pedagogía indagativa pone un énfasis
especial en el proceso de aprendizaje mismo. Promueve la autorreflexión y la
autoevaluación, facilitando que los estudiantes comprendan y optimicen su
propio proceso de aprendizaje (Letina, 2020). Así,
esta pedagogía equipa a los estudiantes con las habilidades y estrategias
necesarias para aprender de manera efectiva a lo largo de su vida.
Es
relevante destacar el potencial de la pedagogía indagativa para fomentar la
equidad en la educación superior. Al personalizar el aprendizaje según los
estilos y antecedentes individuales de los estudiantes, se promueve un entorno
educativo más inclusivo y equitativo, ofreciendo oportunidades de éxito para todos
los estudiantes (Castro-Castillo et al., 2023).
3. Resultados y discusión
3.1. La Indagación:
Elemento central en el contexto del aula
El
papel de la indagación en el ámbito educativo ha ganado prominencia como un
campo de estudio en expansión, marcado por un creciente cuerpo de investigación
y debate. Laursen y Rasmussen (2019),
defienden que el enfoque indagativo fomenta un ambiente de aprendizaje donde
los cuestionamientos y las experiencias significativas prevalecen, lo que, a su
vez, intensifica el compromiso de los estudiantes y enriquece su comprensión.
Desde
la perspectiva de Teo (2019), la indagación se
ancla en la teoría constructivista del aprendizaje, que privilegia la creación
activa de conocimiento por parte del estudiante a través de la interacción y la
experiencia, en contraposición a una mera adquisición pasiva de información.
Este paradigma promueve una participación y motivación incrementadas de los
estudiantes al conferirles autonomía sobre su proceso de aprendizaje y
permitirles navegar el contenido del curso de manera autónoma, ajustándose a su
ritmo y preferencias personales.
Así
mismo, Ab Kadir (2018) argumenta que la indagación
también desempeña un papel crucial en el desarrollo de habilidades de
pensamiento crítico. Mediante la resolución de problemas y la exploración de
preguntas abiertas, los estudiantes no solo adquieren conocimiento, sino que
también aprenden a pensar de manera crítica y reflexiva, a evaluar información
de manera efectiva y a aplicar sus conocimientos en contextos reales.
Además,
la indagación tiene el potencial de promover la equidad en el aula. Según Bache
y Hayton (2012), el enfoque
indagativo permite una adaptación del proceso de aprendizaje a las necesidades
individuales de cada estudiante, fomentando la inclusión y la diversidad. Este
enfoque personalizado respeta y se adapta al ritmo de aprendizaje del alumno,
sus estilos de aprendizaje y su contexto cultural y socioeconómico.
En
lo que respecta a la preparación para el mundo laboral, la indagación asume un
rol esencial. Laxman (2013), sostiene que las
habilidades derivadas de un enfoque de aprendizaje basado en la indagación,
tales como formular preguntas, investigar, resolver problemas y reflexionar,
son altamente valoradas en el contexto laboral contemporáneo. Sin embargo, a
pesar de sus claros beneficios, la integración de la pedagogía indagativa en la
educación superior enfrenta desafíos específicos.
Al respecto, Zhang et al. (2005), señalan que estos desafíos
pueden incluir la resistencia por parte de docentes y estudiantes a modificar
los métodos tradicionales de enseñanza y aprendizaje, la necesidad de una
formación docente especializada en enfoques indagativos, y las demandas
logísticas y de recursos inherentes a la implementación de este enfoque.
3.2.
Diseño curricular orientado a la indagación
El
diseño curricular orientado a la indagación en la educación superior constituye
una propuesta formativa que sitúa la curiosidad y las preguntas generadas por
los estudiantes en el centro del proceso educativo. Este enfoque transforma a
los estudiantes en agentes activos de su aprendizaje, fomentando su capacidad
para indagar y explorar conceptos y problemas de manera activa, en lugar de
limitarse a la recepción pasiva de información (Lyons, Halton y Freidus, 2013; Chávez et
al., 2022; Astalini et al., 2023; Epiquién et al., 2023; Quispe-Mamani
et al., 2024).
En
el contexto de la educación superior, donde se prepara a los estudiantes para
su futura incorporación en el ámbito profesional y académico, la demanda por
habilidades de pensamiento crítico y analítico es alta. La pedagogía indagativa
equipa a los estudiantes con la capacidad de formular interrogantes relevantes,
evaluar críticamente la información y generar soluciones innovadoras (Crawford, 1999).
La
implementación de un diseño curricular basado en la indagación puede variar
según el área de estudio y el nivel académico de los estudiantes. Sin embargo,
un principio común es la estructuración del aprendizaje en torno a problemas o
interrogantes abiertos que los estudiantes deben explorar. Este método promueve
un aprendizaje activo y colaborativo, estimulando una implicación más profunda
y una comprensión más sólida de los contenidos (Gillies
y Nichols, 2015).
Los
beneficios de los cursos fundamentados en la indagación están respaldados por
numerosas investigaciones. Choo et al. (2020),
demostraron que los estudiantes involucrados en cursos de esta naturaleza
experimentaron una mejora en la retención de la información y un aumento en su
satisfacción con la experiencia de aprendizaje.
No
obstante, la adopción de cursos basados en la indagación enfrenta retos
considerables. Uno de los obstáculos más significativos es la resistencia al
cambio, tanto por parte de docentes como de estudiantes, que están habituados a
métodos de enseñanza más tradicionales (Anderson,
2002).
3.3.
Implementación y efectividad de la pedagogía indagativa en programas
académicos de educación superior
La
adopción de la pedagogía indagativa en la educación superior marca un hito en la
evolución de las estrategias pedagógicas, destacando su potencial para
transformar profundamente los métodos de enseñanza y aprendizaje. Este enfoque
pone de manifiesto la importancia de centrar el proceso educativo en el
estudiante, promoviendo un aprendizaje activo y participativo que estimula el
pensamiento crítico y la creatividad (Blessinger
y Carfora, 2014; Pedraja-Rejas y Rodríguez, 2023).
La
indagación, como herramienta educativa, facilita el desarrollo de habilidades
fundamentales en los estudiantes, tales como la capacidad para formular
preguntas pertinentes, evaluar críticamente la información y generar soluciones
innovadoras. Chet, Sok y
Sou (2022), resaltan cómo la transición
hacia metodologías de aprendizaje interactivas y participativas ha sido crucial
para fomentar un ambiente educativo más enriquecedor y estimulante.
La
implementación de la pedagogía indagativa en los programas académicos implica
la creación de un entorno que apoye y promueva esta modalidad de aprendizaje.
Esto incluye, entre otras medidas, la provisión de recursos y formación
adecuada para los docentes, así como la adaptación de los métodos de evaluación
para reflejar mejor los resultados del aprendizaje basado en la indagación (Shawer, 2017; Hincapié
y Clemenza, 2022).
Sin
embargo, el cambio hacia un enfoque indagativo no está exento de desafíos. La
resistencia al cambio por parte de docentes y estudiantes, habituados a
enfoques más tradicionales, emerge como uno de los obstáculos más
significativos. Superar esta barrera requiere esfuerzos concertados para
facilitar la transición, brindando el apoyo necesario para que tanto educadores
como alumnos comprendan y valoren los beneficios de este enfoque (Hargreaves, 2005).
Además,
la implementación efectiva de la misma puede requerir modificaciones en la
infraestructura física y la inversión en recursos adicionales, lo que subraya
la necesidad de un compromiso sostenido con la innovación educativa. La
capacitación del profesorado y el desarrollo profesional continuo son aspectos
clave para garantizar la adopción exitosa de estas metodologías (Cevikbas, König
y Rothland, 2024).
Las
experiencias acumuladas en la promoción de la pedagogía indagativa ilustran la
eficacia de diversas estrategias, incluidas la formación de grupos de trabajo,
el lanzamiento de programas piloto y la organización de talleres. Estas
iniciativas han jugado un papel importante en el fomento de la adopción de
prácticas pedagógicas innovadoras (Friedman et al.,
2010).
Estas
reflexiones sobre la pedagogía indagativa en la educación superior resaltan la
capacidad de esta aproximación para enriquecer el proceso de enseñanza y
aprendizaje. A pesar de los retos inherentes a su implementación, la evidencia
sugiere que es posible superarlos, abriendo camino a una transformación
significativa en las metodologías educativas y preparando a los estudiantes
para enfrentar los desafíos del mundo contemporáneo.
3.4.
Oposición a la adopción de la pedagogía indagativa
La
implementación de la pedagogía indagativa en la educación superior se ha topado
con resistencias significativas, a pesar de los claros beneficios que este
enfoque ofrece para enriquecer el aprendizaje. Estas resistencias provienen
principalmente de aquellos docentes que mantienen una preferencia por métodos
pedagógicos tradicionales, arraigados en la transmisión directa del
conocimiento. Las barreras identificadas, que abarcan desde limitaciones
temporales hasta inquietudes sobre la gestión del contenido curricular y el
control del aula, presentan desafíos considerables para la transición hacia
metodologías de aprendizaje basadas en la indagación (Martell,
2020).
Una
preocupación recurrente es la percepción de que la indagación requiere un
tiempo excesivo. Dado que la pedagogía indagativa fomenta un proceso de aprendizaje
profundo y reflexivo, tanto docentes como estudiantes pueden enfrentar el
desafío de dedicar más tiempo y esfuerzo en comparación con enfoques más
convencionales (Garrison, Anderson y Archer, 2010). Esta inversión de tiempo
adicional suscita temores de que no se logre cubrir adecuadamente todo el
contenido del programa establecido.
Asimismo,
existe una aprehensión relacionada con la cobertura exhaustiva del currículo.
En particular, docentes de disciplinas especializadas pueden preocuparse por la
posibilidad de que el tiempo invertido en actividades de indagación reste el
enfoque en los conceptos y habilidades esenciales que los estudiantes necesitan
dominar. Otra resistencia significativa radica en la ansiedad por perder el
control del aula. La pedagogía indagativa promueve un entorno de aprendizaje
donde el estudiante juega un rol central, lo que podría percibirse como un
desafío a la estructura tradicional de enseñanza, en la que el docente ejerce
un papel más autoritario y directivo (Kim
y Tan, 2011).
Esta transición hacia un modelo más centrado en el estudiante puede generar
preocupaciones sobre cómo mantener el orden y la efectividad del proceso
educativo.
Para
superar estas resistencias, es esencial reconocer que el cambio hacia la
pedagogía indagativa implica una transformación profunda en la cultura
educativa, que exige paciencia, recursos adecuados y un compromiso firme por
parte de todos los implicados. Como señala Quinn (1989),
el cambio educativo es intrínsecamente complejo y requiere una estrategia bien
articulada que aborde las preocupaciones de los docentes y facilite su
transición hacia enfoques pedagógicos más innovadores y centrados en el
estudiante.
3.5.
Obstáculos estructurales en la implementación de la pedagogía indagativa
Los
obstáculos estructurales representan un factor relevante a la hora de
implementar la pedagogía indagativa en la educación superior. Diversas
investigaciones han identificado estos desafíos, que incluyen desde la rigidez
de los currículos hasta la falta de recursos y apoyo tecnológico, así como la
necesidad de adaptar las estrategias de evaluación para alinearlas con este
enfoque pedagógico (Chan et al., 2017; Moreira-Choez,
Zambrano-Acosta y López-Padrón, 2023; Romero, Oruna y Sánchez, 2023).
La
rigidez de los currículos puede representar un desafío para la adopción de la
pedagogía indagativa. Los programas educativos tradicionales suelen ser
altamente estructurados y enfocados en abordar un volumen considerable de
contenido. Este enfoque puede chocar con el tiempo y la flexibilidad requeridos
para la implementación del aprendizaje basado en la indagación, que demanda un
ritmo más personalizado, ajustado a las necesidades de exploración y
descubrimiento de cada estudiante (Adhami y Taghizadeh, 2022).
La
escasez de recursos y el insuficiente soporte tecnológico pueden constituirse
también como barreras significativas (Moreira-Choez
et al., 2024). La pedagogía indagativa puede demandar recursos
adicionales, tanto en términos de tiempo como de infraestructura, además del
uso de tecnologías para facilitar el aprendizaje basado en la indagación (Attard, Berger
y Mackenzie, 2021).
Si estas necesidades no son cubiertas, su eficacia e impacto podrían verse
menoscabados.
Finalmente,
la necesidad de reformular las estrategias de evaluación puede suponer retos
adicionales. Los métodos de evaluación tradicionales, generalmente basados en
pruebas y exámenes, podrían no ser aptos para medir los resultados del
aprendizaje basado en la indagación. En su lugar, se requieren métodos de
evaluación alternativos que puedan reflejar las habilidades y competencias
adquiridas a través de la indagación, como la resolución de problemas, el
pensamiento crítico y la creatividad (Alkhatib, 2019;
Hincapié y Clemenza, 2022). Sin embargo, la creación e implementación de
estas estrategias de evaluación alternativas podrían exigir cambios
significativos en las políticas y prácticas institucionales.
Conclusiones
Este
estudio se ha centrado en el análisis de la pedagogía indagativa dentro de los
programas académicos de educación superior, revelando su capacidad para
instaurar un cambio profundo en las metodologías educativas tradicionales.
Mediante la promoción de un aprendizaje activo, participativo y centrado en el
estudiante, este enfoque subraya la importancia de la curiosidad y la capacidad
de indagación como fundamentos esenciales del proceso educativo. Se ha
demostrado que la pedagogía indagativa es crucial para el desarrollo de
habilidades esenciales en la era contemporánea, incluyendo el pensamiento
crítico, la resolución de problemas y la metacognición.
La
transición hacia este modelo pedagógico implica una evolución significativa
desde una educación basada en la transmisión pasiva de conocimientos hacia una,
donde el estudiante adquiere un papel activo en la construcción de su
aprendizaje. Este cambio se alinea con las demandas de los entornos
profesionales y académicos actuales, que requieren individuos capaces de
innovar y resolver problemas complejos de manera creativa. No obstante, la implementación
de la pedagogía indagativa en la educación superior no está exenta de desafíos,
enfrentando resistencias significativas y obstáculos estructurales que
necesitan abordarse para su efectiva integración.
Entre
las principales barreras identificadas se encuentran la resistencia de algunos
educadores a abandonar los métodos de enseñanza tradicionales, las
preocupaciones sobre la gestión del tiempo y la cobertura del contenido
programático, así como la ansiedad por mantener el control del aula. Estas resistencias
subrayan la importancia de desarrollar estrategias de apoyo estructurado para
facilitar la adaptación de docentes y estudiantes a la pedagogía indagativa.
Además,
los obstáculos estructurales tales como la rigidez de los currículos, la
insuficiencia de recursos y soporte tecnológico, al igual que, la necesidad de
reformular las estrategias de evaluación, destacan la complejidad de
implementar este enfoque pedagógico. Una integración exitosa de la pedagogía
indagativa requiere una reevaluación exhaustiva de las prácticas educativas
prevalecientes y un compromiso institucional con la provisión de los recursos
necesarios, así como una disposición para adoptar métodos de evaluación
alineados con los principios de aprendizaje basado en la indagación.
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* Magister en
Administración de Empresas. Magister Universitario en Dirección de Operaciones
y Calidad. Docente en la Universidad Estatal de Milagro, Milagro, Ecuador.
E-mail: amoranh@unemi.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0009-0006-6543-3642
** Magister Universitario en
Planificación Territorial y Gestión Ambiental. Ingeniero Civil. Docente en la
Universidad Estatal de Milagro, Milagro, Ecuador. E-mail: midrivoh@unemi.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0009-0006-9152-4919
Recibido: 2023-11-27 · Aceptado:
2024-02-14