Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXIX, No. 4, Octubre - Diciembre 2023. pp. 76-90

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

 

Como citar: Garc�a-Rubio, J., y Sebasti�, R. (2023). Formaci�n en Espa�a del futuro profesorado de Ciencias Sociales en educaci�n secundaria: La coordinaci�n docente. Revista De Ciencias Sociales, 29(4), 76-90.

 

Formaci�n en Espa�a del futuro profesorado de Ciencias Sociales en educaci�n secundaria: La coordinaci�n docente*

 

Garc�a-Rubio, Juan**

Sebasti� Alcaraz, Rafael***

 

Resumen

 

La formaci�n del futuro profesorado de Ciencias Sociales en Espa�a, en la etapa de secundaria, sigue un modelo consecutivo, es decir, primero se logra la titulaci�n de Grado en alguna especialidad relacionada con las Ciencias Sociales y despu�s se realiza un M�ster de un a�o con formaci�n principalmente pedag�gica. Este M�ster, el de Formaci�n del Profesorado de Ense�anza Secundaria, es evaluado regularmente por agencias externas oficiales. El objetivo de este art�culo es conocer la percepci�n del alumnado que cursa el M�ster en la especialidad de Ciencias Sociales sobre la coordinaci�n docente en dos universidades diferentes durante el curso 2020-2021. El m�todo seguido en la investigaci�n es el anal�tico-descriptivo-comparativo, combinando un enfoque cuantitativo y cualitativo. El an�lisis se realiza a partir de la informaci�n recogida mediante un cuestionario y se compara con otras fuentes documentales como las procedentes de las agencias de evaluaci�n oficiales. Los resultados confirman la necesidad de revisar la coordinaci�n en aspectos como los contenidos de las asignaturas, la relaci�n entre las materias, y la utilidad de las actividades. Se concluye que es necesario avanzar hacia un modelo docente universitario mucho m�s cooperativo y en el que la coordinaci�n sea un pilar fundamental para mejorar la ense�anza.

 

Palabras clave: Formaci�n; profesorado; universidad; coordinaci�n; alumnado.

 

 

Training in Spain of future teachers of Social Sciences in secondary education: The teaching coordination

 

Abstract

 

The training of future Social Sciences teachers in Spain, in the secondary stage, follows a consecutive model, that is, first the Bachelor's degree is achieved in a specialty related to Social Sciences and then a one-year Master's degree is completed with mainly pedagogical training. This Master's Degree, Secondary Education Teacher Training, is regularly evaluated by official external agencies. The objective of this paper is to know the perception of the students who are studying the Master's degree in the specialty of Social Sciences about the teaching coordination in two different universities during the 2020-2021 academic year. The method followed in the research is analytical-descriptive-comparative, combining a quantitative and qualitative approach. The analysis is carried out based on the information collected through a questionnaire and is compared with other documentary sources such as those from official evaluation agencies. The results confirm the need to review the coordination in aspects such as the contents of the subjects, the relationship between the subjects, and the usefulness of the activities. It is concluded that it is necessary to move towards a much more cooperative university teaching model and in which coordination is a fundamental pillar to improve teaching.

 

Keywords: Training; teachers; university; coordination; students.

 

 

Introducci�n

La actual universidad espa�ola se encuentra ante el dilema de continuar con un modelo docente tradicional e individualista o de encaminarse a un proceso de transformaci�n en el que se priorice la cooperaci�n entre el profesorado. Una novedosa manera de entender la profesi�n docente universitaria est� emergiendo, y repercute en un cambio en las relaciones de colaboraci�n entre el profesorado. Estas pr�cticas, aunque todav�a no est�n generalizadas, se desarrollan con m�s asiduidad, se introducen actividades conjuntas entre los docentes universitarios y se intercambian reflexiones. De este modo, se est� abriendo en el aula una nueva forma de concebir la actividad docente, de una manera cada vez m�s compartida, frente al individualismo instalado en el tiempo.

Las creencias y las formas de concebir la docencia, as� como el estado de predisposici�n al intercambio por parte del profesorado de la universidad, se est�n transformando (Bolar�n-Mart�nez y Moreno, 2015). La coordinaci�n entre el profesorado es un aspecto fundamental en este cambio de cultura docente universitaria. Por tanto, cada vez resulta m�s conveniente avanzar en la integraci�n sistem�tica del dise�o curricular y superar el vigente modelo que a�sla al profesorado en su asignatura.

A este respecto, Fern�ndez (2009), se�ala que �los estudiantes aprenden mejor cuando el conocimiento se organiza en unidades completas en vez de en unidades aisladas y de manera aut�ntica y real. Esto supone que el conocimiento se presente integrado y no aislado como se ha acostumbrado� (p. 74). Es lo que �l denomina aprendizaje aut�ntico, un aprendizaje relevante y significativo para el alumnado. El docente se debe cuestionar acerca de c�mo est� aprendiendo el alumnado y c�mo se relacionan los distintos contenidos de las diversas materias (Bolar�n, Moreno y Porto, 2013).

Este art�culo es consecuencia de una investigaci�n que ha dirigido la atenci�n hacia los agentes que intervienen en el proceso de formaci�n del futuro profesorado de Ciencias Sociales en la etapa de secundaria, y en particular, a c�mo uno de ellos, el alumnado, vive y percibe la coordinaci�n acad�mica en el M�ster que le habilita en Espa�a para el ejercicio de la profesi�n docente. El objetivo de la investigaci�n realizada ha sido conocer la percepci�n de las y los estudiantes sobre la coordinaci�n docente en dos universidades diferentes durante el curso 2020-2021 y verificar la necesidad de avanzar en esta cuesti�n.

 

1. Fundamentaci�n te�rica

1.1. Coordinaci�n docente en la universidad

La organizaci�n de la universidad ha de estar enfocada para que el alumnado alcance la mayor cantidad de aprendizajes valiosos posibles. En este sentido, la incomunicaci�n entre el profesorado no representar�a el contexto adecuado para la sociedad del conocimiento en la que se vive, en la que deber�a primar el di�logo entre iguales, la participaci�n y la toma de decisiones conjuntas (Imbern�n, 2019).

Asimismo, el compartir reflexiones y experiencias sobre la pr�ctica profesional de personal favorece el propio desarrollo profesional de los docentes (Tardif, 2004). El profesorado universitario tambi�n ser�a uno de los beneficiarios de este cambio de modelo docente mucho m�s cooperativo. San Fabi�n (2006) se�ala que los docentes, observando �el continuo cambio que sufre el mundo a su alrededor, no pueden pretender que todo cambie menos su lugar de trabajo (. �) Las nuevas funciones, con un necesario margen de decisi�n individual, exigen procesos de an�lisis y de actuaci�n colectiva� (p. 7).

La coordinaci�n docente tiene como objetivo �ltimo mejorar el proceso de aprendizaje y la adquisici�n de competencias de los j�venes universitarios. La cooperaci�n entre el profesorado y el trabajo colaborativo que �sta conlleva, sirve como fundamento para poner orden en los contenidos de las diferentes asignaturas, realizar evaluaciones de forma homog�nea, distribuir y equilibrar la carga de trabajo entre asignaturas y a lo largo del curso, entre otros.

Si no se da la coordinaci�n entre el profesorado se dejar� de incorporar y relacionar en una asignatura los conocimientos que el alumnado aprende en otras, se producir�n tambi�n repeticiones en la materia dada entre asignaturas, pero tambi�n contenidos no impartidos en ninguna materia por sobreentenderse que se estaba ofreciendo en otra. Tambi�n, se causar� un exceso de trabajo en alguna asignatura junto con una escasez de actividades en otras, as� como tambi�n se concentrar�n las tareas en un tiempo determinado, especialmente al final del periodo lectivo.

Sin embargo, la coordinaci�n docente favorece el empleo de metodolog�as docentes y de evaluaci�n que sean diversas y no repetitivas (Garc�a, 2015). En este sentido, Imbern�n (2019) apunta que se podr�a aprovechar la coordinaci�n para usar unas metodolog�as menos basadas en la transmisi�n de conocimientos y m�s en casos pr�cticos. Adem�s, se podr�an confeccionar y planificar actividades interdisciplinares que pudiesen facilitar la integraci�n de conocimientos por parte del alumnado. Lo que se pretende con la coordinaci�n no es que todo el profesorado haga exactamente lo mismo, no se trata de uniformizar sino de armonizar, tratando de alcanzar una docencia de calidad que forme titulados que hayan adquirido las competencias deseadas (Torrego y Ruiz, 2011).

La calidad educativa y la coordinaci�n universitaria no tienen que ser una opci�n del profesorado, sino un compromiso de la propia instituci�n universitaria que le impulse a poner todos los medios y recursos que sean necesarios (Paricio, 2012). Sin embargo, no es condici�n suficiente el que exista una coordinaci�n formalmente establecida si despu�s �sta no tiene consecuencias en las clases y cada profesor act�a de forma aislada como si no hubiera existido ninguna reuni�n. Al mismo tiempo que esta coordinaci�n formal, puede existir una coordinaci�n no formal que se establece normalmente en el seno del mismo departamento y en la que prima la afinidad y la voluntad de querer planificar, evaluar y desarrollar la coordinaci�n de las materias de una forma conjunta (Garc�a, 2013; Bolar�n-Mart�nez y Moreno, 2015).

A este respecto, San Fabi�n (2006) considera m�s primordial esta �ltima, puesto que es el resultado de la socializaci�n profesional del docente y, sin embargo, la formal, al ser impuesta puede ser un ejercicio meramente burocr�tico. No obstante, no resultan incompatibles estos dos tipos de coordinaci�n, dado que la interacci�n de ambas influir� en que realmente tenga una repercusi�n m�s efectiva en el aula y en la mejora del proceso educativo. La existencia de �rganos de coordinaci�n docente es importante, pero tambi�n el tipo de relaciones que se dan entre las personas participantes, y por supuesto, la implicaci�n y el compromiso del profesorado con su profesi�n (Day, 2006; Garc�a, 2019).

 

1.2. Formaci�n del profesorado de secundaria en Espa�a

El cambio a un modelo docente m�s colaborativo y la coordinaci�n entre el profesorado de las distintas materias, afecta a los diferentes Grados y M�steres de la universidad, pero, no obstante, el contexto de la investigaci�n se ha circunscrito al M�ster de Profesorado de Educaci�n Secundaria que se implanta en Espa�a en el curso 2009-2010 por medio del Real Decreto 1393 de 2007 y la Orden ECI/3858 de 2007, y que supone una mejora muy considerable respecto al anterior Certificado de Aptitud Pedag�gica (CAP).

El cambio normativo no opt� por un modelo simult�neo de formaci�n inicial para el docente en la etapa de secundaria que combinara la formaci�n en la ciencia de referencia con la formaci�n pedag�gica, siguiendo la propuesta de la mayor�a de los pa�ses europeos (Senent, 2011; Imbern�n, 2019), e incluso en Espa�a, para la titulaci�n de Maestro/a de Infantil y Primaria.

En Espa�a, se prefiri� un modelo consecutivo en el que primero se obtiene el Grado en una determinada materia y despu�s se realiza un M�ster anual intensivo, encaminado a que el futuro docente obtenga la formaci�n pedag�gica b�sica que le posibilite desenvolverse en las aulas (Marcelo, 2009). De ah�, tambi�n la trascendencia e importancia de que el M�ster sea lo m�s adecuado a las necesidades que requiere la profesi�n docente, y que garantice la m�xima calidad para su alumnado. El profesorado y su formaci�n es el principal pilar para el buen funcionamiento de cualquier sistema educativo (Sola et al., 2020; Cano y Ordo�ez, 2021).

Para ser profesor de educaci�n secundaria es necesario conocer la ciencia de referencia, pues dif�cilmente, se puede ense�ar aquello que no se domina, pero igualmente es necesario disponer de formaci�n did�ctica para ense�arla (Pirela, P�rez y Pardo, 2022). Tal y como indican Rivero y Souto (2019), existe la percepci�n entre el alumnado e incluso en la sociedad de considerar el M�ster como una mera continuidad del Curso de Adaptaci�n Pedag�gica (CAP), como un tr�mite administrativo para poderse presentar a oposiciones. Esta concepci�n no cambiar� mientras no se cuestione institucionalmente la necesidad de revisar el modelo formativo, y la academia no dise�e un nuevo modelo m�s procedente para la adecuada formaci�n que ajustado a los intereses departamentales y personales.

Tras m�s de una d�cada de M�ster, se han de implementar todas las transformaciones necesarias para su mejora (Serrano, 2013; Manso y Mart�n, 2014; Escudero, Campillo y S�ez, 2019). Una de las cuestiones que presenta deficiencias y que en todas las encuestas realizadas a los estudiantes emerge a�o tras a�o, es la falta de coordinaci�n entre su profesorado (Souto, 2017; Garc�a, 2021).

En el M�ster de Formaci�n del Profesorado de Secundaria suelen haber implicados muy diversos departamentos en la impartici�n de las materias del curso, en muchas ocasiones incomunicados, y es que la estructura departamental de la universidad tampoco facilita el establecer una interconexi�n entre los diferentes campos de estudio (Torrego y Ruiz, 2011).

En relaci�n con ello, Souto (2017) realiza una seria advertencia acerca de las diversas soluciones organizativas de las materias en el M�ster, se�alando que �cada Universidad ha definido la formaci�n inicial del profesorado de Secundaria no desde las caracter�sticas que se requieren para ser docente en este nivel educativo, sino como resultado de la correlaci�n de fuerzas entre departamentos� (p. 9), por lo que existe una gran diversidad de materias diferentes con contenidos muy diversos en cada universidad de Espa�a (S�nchez, 2019).

Otro de los problemas que Solbes y Gavidia (2013) citan a la hora de establecer la coordinaci�n en el M�ster, es la presencia de un n�mero importante de profesores asociados en las aulas, por las limitaciones horarias que tienen debido a su trabajo en los centros educativos; pero como se�ala Souto (2017), se debe propiciar y favorecer la aportaci�n de este profesorado que viene de los institutos de secundaria. Nadie mejor que ellos para transmitir c�mo es realmente la ense�anza en el aula.

En relaci�n a la formaci�n del futuro docente en el �rea de Ciencias Sociales, que es donde se ha ubicado la investigaci�n, su curr�culum no ha sido consecuencia de un proyecto coherente, sino, como anteriormente se indicaba, fruto de la correlaci�n de fuerzas entre diferentes departamentos universitarios. Souto (2017), incide en la muy diferente estructura de los M�steres en Espa�a y denuncia la carencia de un proyecto com�n que defina en la etapa de secundaria al profesorado de Ciencias Sociales, Geograf�a e Historia. No existe un corpus com�n para los diferentes conocimientos que integran las Ciencias Sociales.

 

2. Metodolog�a

2.1. Prop�sito y dise�o de la investigaci�n

La normativa del M�ster de Formaci�n del Profesorado de Secundaria recoge un procedimiento para su evaluaci�n interna y externa, la cual se ha considerado insuficiente, seg�n toda la literatura mencionada anteriormente, con respecto a la coordinaci�n docente (Gonz�lez et al., 2020). Por esta raz�n, se ha planteado como objetivo principal de esta investigaci�n la necesidad de conocer c�mo percibe la coordinaci�n del M�ster uno de sus principales participantes: El alumnado. Para recabar la informaci�n necesaria se ha recurrido a la elaboraci�n de un cuestionario, siguiendo las referencias de otros investigadores: �Adem�s del estudio documental hemos procedido al an�lisis de la opini�n del alumnado (�).� (Crespo-Castellanos, Sebasti�-Alcaraz y Souto-Gonz�lez, 2021, p. 62).

El m�todo de investigaci�n es mixto, combinando la perspectiva tanto cuantitativa como cualitativa, pues recoge datos para poder describir, analizar y comparar, pero tambi�n se fundamenta en el tratamiento de frases y expresiones que est�n presentes en las respuestas a preguntas abiertas incluidas en el cuestionario elaborado. �ste ha sido previamente validado por dos docentes de la Universidad de Alicante y otros dos de la de Valencia, en Espa�a. Posteriormente, ha sido distribuido entre el alumnado de estas dos universidades.

En el dise�o instrumental se ha considerado utilizar el vocabulario m�s sencillo posible sin renunciar a la claridad y precisi�n. En general se han seguido las cl�sicas recomendaciones para la elaboraci�n de cuestionarios y en particular el recogido en el modelo propuesto desde el ICE de la Universidad de Barcelona, Espa�a (Fern�ndez, 2007).

El cuestionario se distribuye en dos bloques: En el primero, se recogen los datos sociom�tricos tales como edad, g�nero, universidad y grado estudiado. En el segundo bloque, se incluyen once preguntas relacionadas con la coordinaci�n docente en el M�ster; de estas, seis son de tipo cerrado en el que hay que marcar una opci�n previamente establecida. Adem�s, se ha realizado otra pregunta de valoraci�n mediante escala Likert. El cuestionario se completa con cuatro preguntas abiertas, para cuya categorizaci�n se ha recurrido al programa de an�lisis cualitativo de datos NVivo en su �ltima versi�n.

Para la codificaci�n de los segmentos de entrevistas que aparecen en la secci�n de resultados se utilizaron las letras UV para designar al alumnado proveniente de la Universidad de Valencia y las letras UA para el de la Universidad de Alicante. A cada uno de los y las estudiantes se les asign� un n�mero para guardar su identidad.

 

2.2. Participantes

La muestra ha quedado conformada por 73 estudiantes del M�ster de Formaci�n del Profesorado de Educaci�n Secundaria en la especialidad de Ciencias Sociales, sobre una poblaci�n total de 108 matriculados en el curso 2020-2021. En la Universidad de Alicante, participaron 17 j�venes sobre un total de 30 matriculados (56,66%). En la Universidad de Valencia, el cuestionario fue implementado por 56 estudiantes de un total de 78 (71,79%).

Para esta poblaci�n de alumnado matriculado con un nivel de confianza 0,95 y un margen de error 7% se requer�a recoger 71 cuestionarios, cantidad que ha sido superada al disponer de 73. En consecuencia, la investigaci�n dispone de los requisitos estad�sticos m�nimos que la validan. Las edades de los participantes han oscilado entre los 22 y los 43 a�os, siendo la media de edad de 26,77 a�os. Respecto al g�nero, su distribuci�n est� muy equilibrada, con un n�mero ligeramente superior de hombres, 50,7%.

La informaci�n sociom�trica recogida en la Tabla 1, describe la muestra como integrada en gran medida por graduados procedentes de las especialidades de Historia (53,42%) y de Historia del Arte (26,03%). Esta caracter�stica se repite de forma desglosada tanto en la Universidad de Alicante, como de Valencia, en Espa�a. La principal diferencia entre estas dos universidades est� en la distribuci�n del n�mero de grados, siendo m�s reducida en Alicante con solo cuatro Grados, frente a los diez de Valencia.

Tabla 1

Procedencia del alumnado seg�n grados cursados y universidad

Grado

U. Alicante

U. Valencia

Total

n

%

n

%

n

%

Bellas Artes

0

0,00

1

1,79

1

1,37

Comunicaci�n

0

0,00

1

1,79

1

1,37

Derecho

0

0,00

1

1,79

1

1,37

Geograf�a

2

11,76

3

5,36

5

6,85

Historia

8

47,06

31

55,36

39

53,42

Historia del Arte

4

23,53

15

26,79

19

26,03

Historia y Geograf�a

0

0,00

1

1,79

1

1,37

Humanidades

3

17,65

0

0,00

3

4,11

Magisterio

0

0,00

1

1,79

1

1,37

Sociolog�a

0

0,00

2

3,57

2

2,74

Total

17

100,00

56

100,00

73

100,00

 

Fuente: Elaboraci�n propia, 2022.

 

3. Resultados y discusi�n

La pregunta inicial del cuestionario ten�a como objetivo conocer la valoraci�n de la coordinaci�n en el M�ster mediante el uso de una escala Likert. Del an�lisis de los datos obtenidos, que se muestran en la Tabla 2, se puede inferir que la percepci�n de la coordinaci�n por parte del alumnado es baja, pues el 43,84% del total de los participantes conceden puntuaciones de 1 y de 2. La puntuaci�n intermedia de 3, obtiene un porcentaje inferior al anterior, 42,46%; y con la valoraci�n de 4 y 5, que se�alar�a una importante coordinaci�n, solo se encuentra el 13,7%.

Tabla 2

Valoraci�n de la coordinaci�n del profesorado del M�ster

Valoraci�n

U. Alicante

U. Valencia

Total

n

%

n

%

n

%

1

1

5,88

8

14,29

9

12,33

2

5

29,41

18

32,14

23

31,51

3

5

29,41

26

46,43

31

42,46

4

5

29,41

2

3,57

7

9,59

5

1

5,88

2

3,57

3

4,11

Total

17

100

56

100

73

100

 

Fuente: Elaboraci�n propia, 2022.

El resultado global es matizado cuando se desglosa por universidades, pues la de Alicante, presenta un mejor resultado en la valoraci�n de 4 puntos y tambi�n obtiene resultados no tan negativos como la de Valencia en el valor 1, el m�nimo. Sin embargo, el valor medio de 3 representa el 29,41% en Alicante y es bastante inferior al de la Universidad de Valencia (46,43%). La media ponderada de las dos universidades es de 2,61, lo que implica que existe mucho recorrido de mejora.

Expuesta esta valoraci�n inicial se les pregunta sobre si consideran que existen reuniones de coordinaci�n mediante una pregunta de respuesta: S�, No o Tal vez. Los resultados del an�lisis est�n dispuestos en la Tabla 3 y permite inferir un cierto desconocimiento sobre el tema, pues m�s de la mitad de los encuestados (52,05%) se decantan por la opci�n de Tal vez. La diferencia entre la opci�n de No (24,66%) y S� (23,29%) no resulta muy significativa. No obstante, en el desglose por universidades s� que se observa matiz importante pues en la Universidad de Alicante, el 41,18% indican que no se producen reuniones de coordinaci�n.

Tabla 3

Creencia del alumnado sobre la existencia de reuniones de coordinaci�n

Categor�as

U. Alicante

U. Valencia

Total

n

%

n

%

n

%

S�

4

23,53

13

23,21

17

23,29

No

7

41,18

11

19,64

18

24,66

Tal vez

6

35,29

32

57,14

38

52,05

Total

17

100

56

100

73

100

 

Fuente: Elaboraci�n propia, 2022.

Avanzando m�s en la b�squeda de las razones que motivan la baja valoraci�n inicial de la coordinaci�n en el M�ster, se incluy� un �tem para que el alumnado expusiera ahora en una pregunta de naturaleza abierta las razones que pod�an influir en esta valoraci�n.

El an�lisis de los datos, recogido en la Tabla 4, permite inferir que la raz�n esgrimida m�s importante se apoya en la repetici�n de contenidos en las clases (46,57%). Esta categor�a, pues, est� presente en casi la mitad de los estudiantes y adem�s no se aprecia diferencias significativas entre la Universidad de Alicante (47,06%) y la de Valencia (46,43%).

Tabla 4

Aspectos en los que el alumnado concreta la ausencia de coordinaci�n

Categor�as

U. Alicante

U. Valencia

Total

n

%

n

%

n

%

Repetici�n de contenidos en las clases

8

47,06

26

46,43

34

46,57

Sobrecarga y concentraci�n en el tiempo de actividades de las distintas asignaturas

4

23,53

19

33,93

23

31,50

Trabajos para hacer muy similares o iguales en varias asignaturas

2

11,76

12

21,43

14

19,17

Se dejan de dar contenidos en las clases

1

5,88

6

10,71

7

9,58

Actividades poco �tiles y repetitivas, primando la cantidad sobre la calidad

0

0,00

6

10,71

6

8,21

Actividades inconexas entre distintas asignaturas

1

5,88

3

5,36

4

5,47

Aspectos evaluativos

2

11,76

0

0,00

2

2,74

Propuestas did�cticas opuestas en diferentes asignaturas

1

5,88

1

1,79

2

2,74

Se dan contenidos diferentes a los esperados en la materia

0

0,00

2

3,57

2

2,74

Exceso de teor�a sobre la pr�ctica

1

5,88

0

0,00

1

1,37

Falta de coherencia entre los contenidos de las clases y la evaluaci�n

0

0,00

1

1,79

1

1,37

Falta de feedback en las actividades realizadas

0

0,00

1

1,79

1

1,37

 

Fuente: Elaboraci�n propia, 2022.

El segundo motivo al que se recurre para explicar la valoraci�n inicial, es la concentraci�n temporal de las actividades que realizan en el M�ster (31,50%). En este caso, s� se observa diferencias importantes entre las dos universidades comparadas, pero que no modifican la inferencia de conjunto, pues en la Universidad de Alicante m�s de una quinta parte (23,53%) manifiestan el problema de la concentraci�n temporal de las actividades y en la Universidad de Valencia m�s de un tercio (33,93%).

El tercer criterio presente en las respuestas de este �tem es la repetici�n de trabajos similares o iguales en diversas asignaturas (19,17%). En este particular, se observa m�s diferencia entre la Universidad de Alicante (11,76%) y la de Valencia (21,43%).

Por tanto, se puede concluir que las tres razones expuestas constituyen los criterios b�sicos a los que recurre el alumnado para explicar su valoraci�n inicial sobre la ausencia de coordinaci�n en el M�ster de Profesorado de Educaci�n Secundaria. Sin embargo, en esta misma Tabla 4, se plantean otras razones tambi�n importantes, aunque con porcentajes inferiores al 10%.

En concreto, y entre otras, el alumnado se�ala que al mismo tiempo que se repiten contenidos, se dejan de dar otros que consideran importantes en su formaci�n. Tambi�n se cuestionan la funcionalidad de su formaci�n con la presencia de actividades poco �tiles y repetitivas, y hacen hincapi� en el desarrollo de propuestas did�cticas opuestas en diferentes asignaturas, lo que contribuye a su desorientaci�n. As� mismo, se�alan la realizaci�n de actividades inconexas entre distintas materias o algunas cuestiones sobre la evaluaci�n.

El an�lisis cuantitativo se complementa cualitativamente con respuestas ofrecidas por el alumnado. Relacionado con la repetici�n de contenidos en un cuestionario procedente de la Universidad de Alicante se comenta que �varias asignaturas repiten contenidos que ya hemos dado en otras asignaturas o mandan Unidades Did�cticas (UD) por separado que podr�an realizarse conjuntamente entre varias asignaturas para as� no tener que hacer tantas UD por cuatrimestre� (UA4).

Tambi�n relacionado con los contenidos, pero en este caso rese�able por su ausencia, se recoge otro pasaje procedente de la Universidad de Valencia: �Hemos tenido que realizar una Unidad Did�ctica muy similar como trabajo final. Sin embargo, en ninguna se ha concretado c�mo llevarla a cabo: como formular objetivos, criterios de evaluaci�n, etc.� (UV14). Dentro de este apartado, se incluye el problema del didactismo por el que el profesorado supone que los contenidos que va a exponer ya se han visto con anterioridad como se desprende del siguiente testimonio: �Materia repetida en unos y en otras o, justo por considerar los docentes que esto estaba pasando, materia que no se ha dado ni en una ni en otra� (UV3).

Sobre la cuesti�n de la concentraci�n temporal de las actividades es revelador el testimonio que se�ala que �en este segundo cuatrimestre hay mucho m�s trabajo que en el primero, a pesar de tener el TFM (Trabajo Final de M�ster)� (UA17); y otro que manifiesta que �sobre todo a la hora de organizar el trabajo individual del alumnado, por lo tanto, se nos ha acumulado a lo largo de todo el curso en las mismas semanas� (UV4), lo que les generaba �una enorme ansiedad durante buena parte del curso� (UV 14).

Relacionado con la tercera cuesti�n m�s importante, la repetici�n de trabajo, se han incorporado dos relatos reveladores. Uno en el que se indica: �Un rasgo que refleja esta descoordinaci�n es que para varias asignaturas tengamos que realizar el mismo tipo de trabajos �(UA1); y otro en el que se se�ala: �Hemos hecho una cantidad de pr�cticas muy elevada, a mi juicio repetitivas y poco �tiles que nos restaban tiempo para trabajar en otras actividades m�s �tiles� (UV12).

Sobre los �tems con menor porcentaje que los anteriores, tambi�n se han incorporado m�s testimonios. En primer lugar, cabe destacar la falta de funcionalidad asociada a lo que el alumnado considera m�s esencial: �En algunas materias se repiten contenidos y en otras no se profundiza en lo que verdaderamente nos importa m�s a los estudiantes� (UA15).

En relaci�n a los contenidos que se dejan de impartir o se dan de forma insuficiente, un participante comenta: �No se nos forma lo suficiente en contenidos psicopedag�gicos ni en c�mo enfrentarnos a tratar la inclusi�n en los centros educativos (�) tampoco nos aportan ejemplos concretos sobre m�todos innovadores, a pesar de que se nos hable constantemente de innovaci�n� (UV18); mientras que otro alude a la necesidad desatendida de tratar cuestiones como �aprender a hablar en p�blico y modular la voz para no aburrir; presencia y seguridad ante el alumnado; crear clima en clase, recursos reales para la docencia, etc.�(UA3).

El alumnado expone tambi�n la presencia de criterios pedag�gicos opuestos en el profesorado que les ha impartido la docencia: �Nos propon�a metodolog�as y finalidades muy t�cnicas, criticadas en el resto de asignaturas. Por ejemplo, ex�menes tipo test� (UV36). Tambi�n se�alan la escasa ligaz�n entre las tareas de diferentes asignaturas: �Rara vez hay actividades que podamos conectar entre las diferentes asignaturas� (UA10); por lo que �es complejo abordar un aprendizaje integrador. Las asignaturas son m�s bien compartimentos estancos� (UV2). Por �ltimo, en el M�ster no es infrecuente la existencia de asignaturas impartidas por diferente profesorado, especialmente las que tienen m�s cr�ditos. Uno de los participantes indica que �incluso entre profesorado de la misma asignatura no sabe c�mo eval�a la otra parte� (UA8).

Transcurrido un tiempo prudencial desde que se implementara el M�ster de Formaci�n del Profesorado de Secundaria se planteaba la necesidad de realizar un seguimiento y evaluaci�n de su desarrollo. Como indica Gardner (1996), el sistema educativo debe estar siempre abierto a la reflexi�n y aunque tenga sus propios instrumentos y organismos de evaluaci�n, tambi�n debe considerar aportaciones externas como la que se presenta en esta investigaci�n.

Sin embargo, considerando los elementos, factores y contextos que intervienen en la ense�anza y en particular en este M�ster, el proceso no resulta sencillo. La necesaria y oportuna contextualizaci�n de la investigaci�n ha permitido constatar la existencia de aportaciones y revisiones que abordan diferentes cuestiones relacionadas con el objetivo a considerar: La coordinaci�n del profesorado.

En este sentido, cabe mencionar investigaciones anteriores vinculadas con modelos de relaci�n entre el profesorado, entre contenidos de una misma materia, o sobre instrumentos que faciliten la misma. Un ejemplo de revisi�n centrada en modelos de coordinaci�n entre profesorado del M�ster es la que presentan Porl�n, Rivero y Sol�s (2010) de la Universidad de Sevilla, Espa�a. Una segunda investigaci�n dirigida a la coordinaci�n desde la referencia del campo de conocimiento es la realizada por Guti�rrez, Guill�n y Jaime (2012), desde la Universidad de Valencia, Espa�a en la especialidad de matem�ticas y en las asignaturas del m�dulo espec�fico. Un �ltimo ejemplo centrado en la instrumentalizaci�n corresponde al proyecto coordinado por L�pez (2016) en la Universidad de Salamanca y que se concreta en el dise�o de una web.

En Espa�a, el sistema educativo universitario posee como organismo propio para su mejora a la Agencia Nacional de Evaluaci�n de la Calidad y Acreditaci�n (ANECA), que tiene, entre otros fines, evaluar los m�steres de formaci�n del profesorado de ense�anza secundaria, mediante el procedimiento inicial de verificaci�n y posteriormente de acreditaci�n. Este procedimiento ha sido confiado en la Comunidad Valenciana, regi�n a la que pertenecen las universidades que son el escenario de la investigaci�n, a la Agencia Valenciana de Evaluaci�n y Prospectiva (AVAP) que sigue los mismos criterios de evaluaci�n.

Dentro de la acreditaci�n aprobada por la AVAP (2019a) para la Universidad de Alicante est� clara la necesidad avanzar en la coordinaci�n:

Respecto a la coordinaci�n entre profesores, hay amplio margen de mejora, sobre todo dentro de las materias del Bloque gen�rico, as� como entre los docentes del Bloque espec�fico y el gen�rico. En relaci�n a la coordinaci�n de los docentes del Bloque gen�rico, esta no puede reducirse a compartir un libro entre asignaturas, que, adem�s, debe comprar obligatoriamente el alumnado. Las reuniones peri�dicas no parece que est�n dando respuestas a este problema. En la visita se habl� de una colaboraci�n en redes, aunque est� por definir, y habr� que ver sus repercusiones. (p. 2)

 

De igual forma, en la acreditaci�n del M�ster de Valencia (AVAP, 2019b), se recogen problemas relacionados con la coordinaci�n:

Ser�a conveniente hacer una revisi�n profunda de las GD (gu�as docentes), y trabajar en la coordinaci�n global del M�ster. La concentraci�n de algunas asignaturas en clases de m�s de 4 horas seguidas, parece dificultar el desarrollo del t�tulo. La coordinaci�n entre centros es baja. Por un lado, en la visita se detect� que no se comparten las GD en las mismas materias, sobre todo, en los criterios y forma de evaluar al alumnado� Por otro lado, la relaci�n es escasa entre los profesores de las materias de los m�dulos gen�rico y espec�fico, y los tutores de pr�cticas. (p. 2)

 

Obviamente, la mejora de la titulaci�n del M�ster pasa por considerar una serie de criterios como los expuestos por la AVAP sobre la coordinaci�n. Por tanto, el an�lisis de la percepci�n del alumnado en la muestra seleccionada en la investigaci�n, viene a profundizar en la evaluaci�n realizada institucionalmente, y detalla las cuestiones que est�n pendientes de mejora tales como el solapamiento de asignaturas, de contenidos, las relaciones entre el profesorado de una misma asignatura, de diferentes asignaturas, la gesti�n de horarios que faciliten la distribuci�n de la actividad acad�mica, la planificaci�n de actividades, la coherencia en la evaluaci�n, la funcionalidad de los aprendizajes, la inclusi�n de contenidos necesarios para la pr�ctica docente, entre otros.

En consecuencia, la investigaci�n desarrollada viene avalada tambi�n por la informaci�n institucional recogida, y lo que podr�a haberse cuestionado por tratarse de percepciones del alumnado, incrementa su nivel de validaci�n tras la comparaci�n con esta documentaci�n oficial.

La normativa con la que se crearon los planes de estudio del M�ster de Formaci�n del Profesorado de Secundaria en Espa�a, no ha venido a resolver el problema de la formaci�n de los docentes. Seg�n los datos recogidos de la percepci�n del alumnado se infiere una falta de adecuaci�n de los contenidos a las necesidades que la pr�ctica de la docencia requiere, por lo que se impone una mejor selecci�n de los mismos. En los testimonios del alumnado se manifiestan ausencias, reiteraciones, inadecuaciones de los contenidos.

Entrar en el detalle de qu� contenidos son necesarios para una formaci�n de calidad es una cuesti�n compleja, entre otras razones tanto porque la sociedad evoluciona, como porque la ciencia contin�a ampliando los conocimientos con la finalidad de hacer frente a los nuevos retos que se presentan. Sin embargo, es una labor imprescindible que deber�a conducir a establecer y regular de forma expl�cita y concreta al menos una parte significativa del curr�culo acad�mico de las asignaturas y sus contenidos. Es obvio que el proceso de revisi�n pasa no s�lo por considerar al alumnado en formaci�n sino al profesorado en activo, teniendo en cuenta sus necesidades (Domingo y P�rez-Garc�a, 2005).

La informaci�n analizada tambi�n conduce a cuestionarse la relaci�n profesorado/asignatura. El modelo de docente/asignatura tiene sentido en la medida que el profesor es un especialista de la materia, hecho que no siempre ocurre por distintas circunstancias. Por ejemplo, dentro de las Ciencias Sociales, hay especialistas en la did�ctica de la Historia, Geograf�a, Historia del Arte, Econom�a, Sociolog�a, entre otras.

Por otra parte, los docentes de una misma �rea no necesariamente siguen las mismas metodolog�as, pues influyen muchas circunstancias que no siempre dependen de ellos mismos, como es el n�mero de alumnos en las aulas. Otra circunstancia en la relaci�n profesorado/asignatura se encuentra afectada por el reparto del n�mero de cr�ditos tanto dentro de una misma �rea, como entre departamentos y que conduce a la asignaci�n de varios profesores a la docencia de una misma materia o �rea.

 

Conclusiones

La conclusi�n b�sica que se ha obtenido es la necesidad de avanzar y consolidar un nuevo modelo docente universitario en el que la cooperaci�n y la coordinaci�n entre el profesorado sea un aspecto primordial. En el M�ster de Formaci�n del Profesorado de Secundaria este aspecto cobra todav�a mayor relevancia, dado que el alumnado en un �nico a�o tiene que adquirir toda la base pedag�gica para afrontar una futura docencia. Los datos obtenidos tanto globales como parciales as� lo indican, y se constata la necesidad que muestran los estudiantes en el aumento del trabajo colaborativo entre el profesorado.

La investigaci�n realizada aporta la visi�n y la percepci�n del alumnado universitario acerca. de la coordinaci�n docente del M�ster de Formaci�n del Profesorado en la especialidad de Geograf�a e Historia, pero para mejorar futuras investigaciones que se pretenden realizar con la finalidad de ampliar el conocimiento sobre este tema, ser�a conveniente recoger la visi�n de su profesorado, tanto de manera individual como mediante la realizaci�n de grupos de discusi�n. Este nuevo enfoque complementar�a el ya obtenido de los y las estudiantes.

Hay muchos aspectos que mejorar en la coordinaci�n docente para conseguir la adecuada adquisici�n de conocimientos y habilidades que necesitan los futuros docentes de secundaria para el comienzo exitoso de su ejercicio profesional. El an�lisis de los resultados viene a confirmar la crisis del modelo formativo universitario del profesorado de ense�anza secundaria recogida en la contextualizaci�n de la investigaci�n y confirmada en la evaluaci�n externa institucional.

En consecuencia, se deber�a avanzar en la b�squeda de un modelo alternativo en el que se pudiese garantizar la funcionalidad de los aprendizajes y la realizaci�n de actividades de aula plenas de sentido y previamente consensuadas entre el profesorado, as� como la flexibilizaci�n del proceso de ense�anza-aprendizaje para liberarlo de su r�gida burocratizaci�n. La calidad en la formaci�n del profesorado de secundaria de Ciencias Sociales necesita de un importante cambio de modelo docente universitario, mucho m�s cooperativo y que tenga la coordinaci�n docente como su eje vertebrador.

 

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* La investigaci�n presentada est� encuadrada en el Proyecto de T�tulo: Las representaciones sociales de los contenidos escolares en el desarrollo de las competencias docentes. Proyectos I+D de Generaci�n del Conocimiento y Fortalecimiento Cient�fico y Tecnol�gico del Sistema I+D+I (BOE 28-08-2018). Agradecimiento a todos los participantes en el cuestionario del M�ster de Formaci�n del Profesorado de Secundaria en la Universidad de Alicante y de Valencia, Espa�a.

 

** Doctor en Pedagog�a y Ciencias de la Educaci�n. Docente e Investigador en la Universidad de Valencia, Valencia, Espa�a. E-mail: juan.garcia-rubio@uv.es ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5560-4053

 

*** Doctor en Geograf�a e Historia Contempor�nea. Docente e Investigador en la Universidad de Alicante, Alicante, Espa�a. E-mail: rafael.sebastia@ua.es ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3052-2657

 

Recibido: 2023-06-23��������������� Aceptado: 2023-09-10