Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXIX, No. 3, Julio - Septiembre 2023. pp. 85-97

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

Como citar: Sánchez, W., Clemente, G., González, B., y Reyes, S. (2023). Aprendizaje y percepción de la convivencia estudiantil en la Universidad Autónoma de Tamaulipas Zona Sur-México. Revista De Ciencias Sociales, XXIX(3), 85-97.

Aprendizaje y percepción de la convivencia estudiantil en la Universidad Autónoma de Tamaulipas Zona Sur-México

Sánchez Márquez, Wilberto*

Clemente Martínez, Gabriela**

González Pérez, Brian***

Reyes Cruz, Sergio****

Resumen

El contacto con estudiantes durante el periodo de clases virtuales dadas las circunstancias provocadas por la pandemia-virus SARS-CoV-2, develó características particulares desde el aprendizaje y la percepción en relación con su vida académica durante una reclusión forzada. Esta investigación tiene como propósito analizar el aprendizaje y la percepción de la convivencia estudiantil en la Universidad Autónoma de Tamaulipas Zona Sur-México. La metodología utilizada fue de tipo cualitativa, el punto focal fueron los términos aprendizaje, convivencia y pandemia. Para procesar la información a partir de historias de vida, se realizó una exploración cualitativa asociando palabras, frases e ideas, efectuando una clasificación con apoyo del programa Excel y de este modo vincular los rasgos fundamentados en las variables de estudio. Se tomó como base un cuestionario, definiendo los criterios que se observarían, realizando un análisis de cómo fue la interacción relacionada con el entorno de los estudiantes en general (familia, compañeros, docentes) en el confinamiento, que se fueron entramando a través de conectar las expresiones generando una trama semántica. Se concluye que la línea divisoria entre deberes escolares y vida personal fue casi imperceptible al encontrarse en sus hogares, no así en las aulas, situación que supone un impacto en el aprendizaje.

Palabras clave: Aprendizaje; percepción; pandemia; convivencia; estudiantes.

*         Doctor en Desarrollo Educativo. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Medicina de Tampico “Dr. Alberto Romo Caballero” en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Tampico, México. E-mail: wsanchez@docentes.uat.edu.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1078-5721

**       Doctora en Desarrollo Educativo. Profesora de Horario Libre de la Facultad de Arquitectura Diseño y Urbanismo en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Tampico, México. E-mail: gclement@docentes.uat.edu.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4641-0721

***      Doctor en Ciencias de la Salud. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Medicina de Tampico “Dr. Alberto Romo Caballero” en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Tampico, México. E-mail: bgperez@docentes.uat.edu.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5089-5792

****    Doctor en Desarrollo Educativo. Profesor de Tiempo Completo de la Facultad de Medicina de Tampico “Dr. Alberto Romo Caballero” en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Tampico, México. E-mail: sreyes@docentes.uat.edu.mx ORCID: https://orcid.org/0009-0008-8665-1029

Recibido: 2023-03-11 · Aceptado: 2023-05-29

Learning and perception of student coexistence at the Autonomous University of Tamaulipas South Zone-Mexico

Abstract

Contact with students during the virtual class period given the circumstances caused by the SARS-CoV-2 pandemic-virus, revealed particular characteristics from learning and perception in relation to their academic life during forced confinement. The purpose of this research is to analyze the learning and perception of student coexistence at the Autonomous University of Tamaulipas South Zone-Mexico. The methodology used was qualitative, the focal point being the terms learning, coexistence and pandemic. In order to process the information from life histories, a qualitative exploration was carried out associating words, phrases and ideas, carrying out a classification with the support of the Excel program and in this way linking the traits based on the study variables. A questionnaire was taken as the basis, defining the criteria that would be observed, carrying out an analysis of how the interaction was related to the environment of the students in general (family, classmates, teachers) in the confinement, which were intertwined through connecting the expressions generating a semantic frame. It is concluded that the dividing line between homework and personal life was almost imperceptible when they were at home, but not in the classroom, a situation that has an impact on learning.

Keywords: Learning; perception; pandemic; coexistence; students.

Introducción

La convivencia estudiantil depende de diversos factores, la percepción de la convivencia con la familia, compañeros de clases y profesores, crean dinámicas interesantes desde el aprendizaje; además, la influencia que realiza el contexto, en este caso desde inicios de esta década se entró en un periodo de confinamiento en los hogares generado por la pandemia, particularmente por el virus SARS-CoV-2.

El adentrarse en el conocimiento no sólo de la pandemia mencionada, sino de otras que han devastado a la humanidad durante su desarrollo e historia, propicia la reflexión sobre aspectos como la salud de manera integral, aunque en este caso la referencia es la salud emocional a partir de la convivencia, al habitar los estudiantes con sus familias en el mismo lugar: Hogar y salón de clases; generación marcada por la angustia causada por el desconocimiento de un virus (Castañeda y Ramos, 2020).

A la convivencia, se le consideró al acto de poner en común algo a través de la interacción con los miembros de una comunidad como la familia, la escuela, entre otros grupos, independiente del rol que desempeñaran; de este modo, todos estarían involucrados en un intercambio no estable, sino que es una edificación dinámica sujeta a transformaciones con base en la interrelación de los actores durante el paso del tiempo (Andrades-Moya, 2020).

Al aprendizaje, se le caracterizó como la interacción dialógica cuya importancia radica en la transformación en el marco de un proceso de desarrollo en el que los docentes seguirían promoviendo el cambio en el actuar, pensar, hacer y convivir del estudiante previo y con mayor empeño en esta etapa de confinamiento. Por tanto, en esta investigación el supuesto fue, que el docente mediante los recursos empleados en su cátedra impactaría en sus alumnos, de tal manera que el transmitir el conocimiento sería significativo con base en el conocimiento anterior -con el que ya contaban- para enlazarlo con lo nuevo.

No obstante, de contar en la Universidad Autónoma de Tamaulipas-México, con la infraestructura tecnológica, haber integrado y adaptarse; cabe resaltar la preparación que el docente tuvo que realizar para disponer de los recursos propios de la enseñanza en la nueva modalidad y que debería relacionar con los particulares del estudiante, considerando que este contaría con lo necesario para encarar lo inédito que se venía presentando para todos los actores.

El resultado esperado fue que de acuerdo con la naturaleza de sus cátedras, la totalidad de los docentes pondrían en marcha las acciones pertinentes para mantener el aprendizaje de sus alumnos, interactuando en la determinación de promover la comprensión de la situación que estaba ocurriendo en todo contexto, además de que redoblarían esfuerzos entre ambos con el propósito de no cancelar las clases y continuar con el desarrollo efectivo en donde pudieran descansar los saberes nuevos, puesto que justamente ese era el fin perseguido (Victores, Ochoa y Miller, 2021). Por tanto, el objetivo de esta investigación fue analizar el aprendizaje y la percepción de la convivencia estudiantil en la Universidad Autónoma de Tamaulipas Zona Sur-México.

1. Convivencia en el hogar y en la escuela: Espacios para el intercambio desde el itinerario y el engranaje

La convivencia entre los miembros de la familia implica construir e intercambiar significados en un contexto original de cada grupo; cada uno en un espacio propicio en el marco de lo cotidiano en donde los vínculos se reconocen, fortalecen, construyeron o bien se transformaron. La experiencia de los individuos que organizan y cimientan el sentido de la vivencia, se refleja en acciones grupales y colectivas que emergen para la solución de problemas (Rentería, Lledias y Luz, 2008).

Así, la convivencia en la escuela, es un proceso de interacción permanente, el diálogo, la escucha, el compartir tareas, cumplir propósitos, participar, consensuar, entre muchas otras formas de poner en común y estar consciente de vivir en comunidad y estar en compañía, en el marco de una institución que planeó deliberadamente el logro de determinados objetivos (Banz, 2008).

Antes de la pandemia por el virus SARS-CoV-2, estudios habían expuesto que en las escuelas se advertía un bajo impacto de los aprendizajes, dado que a reserva de que los estudiantes al presentar ya varios años de escolaridad se presumiría que deberían haberse adaptado a la inercia del estudio; sin embargo, el hastío, la indisciplina, la desorganización, la falta de hábitos para aprender, entre otros aspectos, aún formarían parte de las intervenciones de los docentes y escuelas (Soto, Mazo y López, 2022). La crítica de la perdida de contenidos escolares significativos no es nueva y ha adquirido una posición teórica que promovió cambios innovadores desde la escuela nueva como otra alternativa a la escuela tradicional en los últimos años (Tedesco, 1986).

El itinerario para atender las clases en el aula virtual, juega un papel importante, el horario se consideró, así como el espacio en este momento de aulas virtuales, en las que se llevaría a efecto el proceso de enseñar y se encontró en el marco del resultado de otros análisis, que dan énfasis al tiempo en el que de manera intencionada el docente interactúa con el estudiante y realizando actividades dedicadas a la enseñanza y el aprendizaje; lo que permitió hacer sustantivo que el tiempo y el espacio dedicado a formar a los alumnos debería ser aquel que sirviera en cantidad y calidad del proceso (Sanjurjo, 2014).

En contrapartida y por el hecho de encontrarse confinados en sus hogares docentes y estudiantes, habría una gran probabilidad de que el tiempo pedagógico y la calidad se vieran supeditados a las posibilidades del periodo y espacio en los hogares, cuando la idea promovida a nivel macro fue que los cursos deberían continuar, aspectos analizados en el presente estudio (Miguel, 2020).

De la misma manera, para que el estudiante abordara de forma responsable los estudios, un aprendizaje efectivo y de calidad en donde él mismo estimulara sus habilidades de pensamiento y ser creativos, en estas circunstancias no sería suficiente la interacción entre este y el profesor, sino que el escenario ideal significaría el disponer de la preparación académica acorde al nivel que se encontraría cursando como parte de una reserva que, seguramente en estas condiciones adversas pudiese transformarse en un déficit o bien magnificarse, siendo el resultado una endeble infraestructura académica donde construir nuevos conocimientos no sería una tarea fácil (Lara, 2013).

Por lo que en el marco de esta contingencia se ocuparía que el profesor vinculara el saber- hacer en el salón de clases virtual, presumiblemente siendo esta labor cada vez más pesada si se toma como base que en la modalidad presencial las estadísticas nacionales exponen una significativa deserción (Contreras, 2018).

En el proceso de engranaje del aula en el hogar, se puso atención en los aspectos periféricos como el acoplamiento de los estudiantes en sus hogares, al encontrarse confinados entretanto afuera se gestaba la pandemia; el acceso a la tecnología para poder acceder a las aulas virtuales y llevar a efecto la interacción en las clases. Aunado a esto la parte medular fue la intervención del docente en este nuevo tiempo y espacio pedagógico, en donde no se deberían perder de vista los aspectos conceptuales mencionados con antelación y además el perfil intelectual, cognitivo, afectivo, las costumbres de la familia, entre otros, que en este momento estarían presentes en la situación áulica ubicada en casa (Ortíz, 2021).

2. Metodología

Se revisaron las publicaciones sobre el tema en bases de datos Google Scholar, SciELO y Latindex del 2001 al 2020. El punto focal fueron los términos pandemia, convivencia y aprendizaje. Para procesar la información a partir de las historias de vida, se realizó un análisis de datos cualitativos asociando palabras, frases e ideas, efectuando una clasificación con el apoyo del programa Excel y de este modo relacionar los rasgos con base en las variables objeto de estudio.

En gran medida lo señalado por Sandoval (2014), se consideró como base para profundizar un poco más al respecto de cómo fueron sus historias de vida al cohabitar en un mismo espacio: Casa y salón de clases; se tomó como fundamento un cuestionario que apoyara a la cuestión, por lo que de primera instancia la tarea fue definir los criterios que se observarían y uno de ellos fue la convivencia, esta, se expresa como la relación que a nivel de comunidad ha desarrollado durante el periodo 2020-1 hasta el 2021-1, realizando un análisis de cómo fue la interacción de 672 estudiantes relacionada con el entorno en general (familia, compañeros, docentes, entre otros) en esta etapa del confinamiento y la relación con el aprendizaje, que se fueron entramando a través de conectar las expresiones generando una trama semántica.

La historia oral, admite como una práctica importante dentro de su quehacer, la construcción de historias de vida, entendidas como narraciones autobiográficas orales generadas en el diálogo interactivo en el interrogatorio; en el relato de vida con el interlocutor predomina su testimonio, y el investigador realiza el trabajo de edición en donde va hilvanando la historia que se complementa a partir de otros testimonios, y se hace presente en las interpretaciones al conjuntar datos de las diferentes fuentes (Toussaint, 2013; Aceves, 2019).

En ese sentido, la historia de vida de cualquier persona contribuye con sus evocaciones, a la construcción de la memoria colectiva; es a partir de ellas que se revive el pasado, su memoria va más allá de la reconstrucción de una época y de sus pormenores; los detalles incluyen las emociones, afectos, desilusiones y fracasos; el lenguaje implica el recuerdo de episodios como si ocurrieran en el momento presente. Por lo que, la tarea fue recopilar relatos de los sujetos que dieran cuenta de la experiencia vivida en el periodo de confinamiento durante la pandemia, provocada por el virus SARS-CoV-2 (Benadiba y Plotinsky, 2005).

3. Percepción del estudiante sobre la convivencia

Se consideró que probablemente el colectivo de los estudiantes fue el que presentó más dificultades de adaptación, y al preguntarles cuál era su percepción respecto de la convivencia y la interacción con su familia, aunque se tenían conjeturas inequívocas, las respuestas rebasaron los detalles que pudieran considerarse obvios como el que la interacción entre los miembros de la familia sería armónica al comprender que el confinamiento se produjo por cuestiones ajenas a la voluntad de todos los involucrados y por tal motivo la puesta en común reflejaría aparte, relaciones sustentadas en el apoyo, reciprocidad, dependencia y compromiso entre sus integrantes.

Las respuestas significativas revelaron que la percepción de los estudiantes en un 70% fue positiva, además, algunos consideraron que a pesar de la poca o nula experiencia de sus parientes en clases en línea, les dieron muchos consejos, los alentaron a seguir adelante con lo que se propusieran, mostraron apoyo cuando se les presentaban inconvenientes (Gutiérrez, Martín y Rocchietti, 2022). Eso los hizo observar los muchos valores y la importancia de estar con sus familias: Algunas estudiantes expresaron: “Me hicieron pensar en ser más comprensiva y apasionada por lo que hago y no rendirme, buscar la manera de ayudar a todos en mi casa”.

Al respecto de los lazos familiares y la interacción con alguno de sus miembros, descubrieron que les gustó la oportunidad de convivir más con sus familiares: “El poder estar en armonía con los que me rodean”; “la convivencia en mi casa aumentó”; “afortunadamente en mi hogar no hubo conflictos. Puedo decir que fortalecimos nuestros lazos intrafamiliares”; “conviví mayormente con mi madre, padre y mis amigos por medio de redes sociales, de esta manera no me sentía tan agobiada durante el confinamiento”; “sentí la convivencia en un ambiente laboral”; “conocí mucho más a mi familia, valoré mucho las cosas materiales que tengo gracias a mis padres”; “pues realmente mi entorno familiar siempre me ha apoyado a pesar de que cometa errores siempre están ahí para ayudarme y en esta etapa sentí más su apoyo”.

Esta opinión al respecto de la convivencia es el que expresa que: “Con base en la convivencia familiar y académica [maestros y compañeros] se refleja también dentro del porcentaje de estrés ante los diversos roles que debemos realizar estudiante, ama de casa, madre de familia, ocupación laboral”. Finalmente, un estudiante aportó su particular definición de convivencia que se expone por considerarse crucial para cerrar las apreciaciones positivas vividas durante el confinamiento:

Convivencia es disfrutar y aprovechar a tu familia, pero eso no siempre es una opción pues al menos en mi caso ni siquiera tengo tiempo de estar en horas de comida con ellos por las clases y el exceso de trabajo.

Entre los aspectos negativos de la percepción de los estudiantes que fueron un 10%, se pudo advertir que fue para ellos relevante el convivir y estar presente en los asuntos familiares, puesto que el involucramiento en todas las situaciones de todos los miembros era casi obligatorio dado que al estar confinados sería imposible pasarlos por alto (Vidal, Barciela y Armenteros, 2021). Los estudiantes serios en sus apreciaciones resolvieron con franqueza y entre las opiniones más relevantes destacan en voz propia que: “A veces necesitas más espacio en tu casa para concentrarte el entorno no es como la biblioteca de la que era un buen lugar de estudio”; “es difícil concentrarse en casa a diferencia de un salón de clases, ya que convives con tus familiares la mayor parte del tiempo”.

Es muy difícil el aprendizaje en línea a veces ya que en la mayoría de las ocasiones existieron muchos factores en los que la convivencia se vio truncada, y el entendimiento no llega al punto que debería a comparación de una situación presencial, en la casa se presentan muchos factores que distraen la atención.

La percepción es un juicio más objetivo, es una síntesis que resalta el comprender, que desde la situación destacan aspectos un tanto negativos; al respecto, un 15% de los estudiantes expresó:

Esta racha de pandemia nos afectó tanto económica y emocionalmente a todos como seres humanos, sería bueno que tuviéramos la empatía de entender que no todos estamos dando el 100%, que lo estamos intentando, pero hay días muy difíciles y abrumadores.

Sentires que se valoraron como ponderadas, en un 5%, fueron aquellas expresiones neutrales en donde el pensar y sentir de los estudiantes se mantuvo en un justo medio. Las opiniones en las voces de los estudiantes manifestaron que, a pesar de esta pandemia se debe apreciar y agradecer lo que se tiene, aunque no sea algo que identifique se debe valorar; se trata de adaptar los tiempos para poder separar las horas de escuela y estudio con las horas de los deberes del hogar; que haya tiempo para todo, sin mezclar estos ámbitos para ser más productivo y eficiente; la convivencia claramente es buena y conveniente, sin exceso, combinada con más factores que actualmente detona sentimientos y emociones en las personas.

Otro aspecto de la convivencia al que se prestó atención fue la apreciación sobre la interacción con los compañeros de grupo, por lo que respecto a eso la tarea de observar, permitió que se agruparan las opiniones de acuerdo con las percepciones positivas (50%), negativas (30%) y ponderadas (neutrales), en un 20%.

Lo que se esperaba encontrar al respecto de la percepción de la convivencia entre estudiantes y sus compañeros, fue que esta se llevaría en armonía, siendo jóvenes desinhibidos para socializar y hacer amigos, las actividades entre pares no serían un problema (Tavera-Fenollosa y Martínez, 2021).

No obstante, salieron a la luz imágenes negativas, sin embargo, se dejó que los estudiantes se manifestaran y de lo observado a partir de sus apreciaciones destacan frases de estos jóvenes, como las siguientes: “Me siento muy desesperada porque no es lo mismo, muchas dudas salen después de clases”; “es la presión psicológica de saber si podremos estar aprendiendo mejor”; “el convivir con mis compañeros se ha hecho algo imposible para mí”; “el no compartir ideas o conocimientos con los compañeros dificulta un poco la convivencia”; “es difícil comunicarse abiertamente con personas que no comprenden tu forma de pensar”.

Es decir, como parte de las conjeturas iniciales en las que se había considerado que los estudiantes en un alto porcentaje, al entender la situación asumieran una postura un poco más conciliadora, dado que no existen muchas opciones para encarar el aprendizaje e intentaran por todos los medios comprometerse y salir adelante (Cobo-Rendón, Vega-Valenzuela y García-Álvarez, 2020).

En virtud de lo cual en las apreciaciones ponderadas (neutrales), se acentúan las siguientes frases: “Pues la verdad con mis compañeros muy bien y con mucho entusiasmo de seguir estudiando y superar mis metas”; “estuvo bien, sin embargo, me gustaría tener una comunicación más directa con mis compañeros y maestros”; “buena experiencia, me gustaría poder conocer a mis compañeros y maestros, espero sea pronto”; “es difícil socializar y convivir de esta manera, no imposible”; “si faltó de convivencia entre compañeros y maestros, sin embargo, se hace lo que se puede para lograr un aprendizaje entre todos”; “ siento que la convivencia es más importante de lo que imaginábamos y ahora podemos notar lo difícil que es comunicarnos a distancia”; “como alumnos y docentes, hay que ser empáticos, porque desde ahí nace una buena relación”.

Algunos estudiantes más indulgentes se dieron la oportunidad de reflexionar acerca de posibles mejoras al considerar: “Deberían existir actividades de simuladores, siento que eso compensaría un poco la práctica presencial”; “habría sido una buena experiencia haber salido a lugares y distraernos un poco, claro con la sana distancia”; “esta quizá sea una nueva modalidad, pero estaría bien que fuera en lo posible más interactiva”; “deberían preparar mejor a los maestros para dar clases en línea porque hay muchos que si saben cómo interactuar con los alumnos, pero otros no”.

3.1. Percepción de la convivencia con los profesores y aporte a la formación profesional del estudiante

Sobre la percepción de los estudiantes respecto de la convivencia y el aporte de los profesores a su formación profesional y personal, se tuvo la oportunidad de interactuar y extraer opiniones que se organizaron de primera instancia con base en el apoyo, contribución o bien la orientación que brindaran los docentes a los estudiantes en materia de lo profesional en un mayor porcentaje (Pirela, Pérez y Pardo, 2022).

Se reparó que en la labor del docente en este contexto se hace imperativa una interacción en la que este supliendo la presencia física, estando ahí pendiente y en atención de los estudiantes, siendo esa una de las expectativas que de acuerdo a la impresión de estos últimos fueron resueltas al reconocer que: “El contacto frente a frente entre docente-alumno puede ayudar a entender mejor los temas y expresar y resolver dudas”; “la mayoría de mis profesores me dieron confianza, así como mucha comprensión creo que fueron empáticos y me hicieron sentir bien en este proceso de confinamiento y aprendí con ellos y de ellos”.

Otros manifestaron que: “En general los profesores aportaron a mi vida profesional, sus conocimientos, responsabilidad, experiencia y me asesoraron”; “hubo maestros que tuvieron empatía al ver que no nos podíamos conectar a clases, por falta de internet o por algún fallo”; todos estos son comentarios generales de los estudiantes a partir de las entrevistas.

Asimismo, algunos estudiantes se manifestaron a favor del conocimiento, y al respecto las opiniones en sus palabras expresaron: “Lo que aportaron los profesores fueron técnicas y conocimientos sobre el mundo de la comunicación, además de compartir experiencias laborales en forma de consejos”; “los maestros nos apoyaron a través de nuevas formas de adaptarnos a nivel escolar, estrategias para el desarrollo tecnológico”; “aparte de conocimientos, la ayuda para nosotros fue poder practicar en nuestras casas de manera sencilla”; “aportaron la confianza, para poder ser autodidacta, y ser más participativa”; “promovieron algunos el desarrollo de nuevas habilidades y ampliación de mi conocimiento”; “las herramientas necesarias para obtener los conocimientos adecuados para mi formación profesional”.

Todos los docentes me brindaron el conocimiento de acuerdo a su materia y también se habló de toda esta situación que estamos viviendo, considero que lo más importante que se mencionó fue que tomemos precauciones para mantener nuestra salud y por supuesto tener mucha paciencia.

En contrapartida la impresión de un estudiante llamó la atención al evaluar que: “Algunos se justifican por la falta de entendimiento a la tecnología, muchos otros se desinteresaron y utilizaron como excusa total la cuarentena para reducir su responsabilidad al máximo”, lo cual concuerda con los resultados encontrados por Guillén et al. (2022).

Un alto porcentaje expresó: “Varios docentes retroalimentaban sus clases con su conocimiento y es algo que se les agradece, a pesar de la poca experiencia en el manejo de la tecnología”; “aportaron mis maestros diferentes formas de realizar los procesos teniendo en cuenta diferentes alternativas”; “descubrir nuevas formas de aprender”; “saber usar diversos tipos de herramientas [digitales] para seguir desarrollando mis estudios”; “demostraron su capacitación para brindar las clases en línea”; otro estudiante manifestó que:

Un profesor en particular se preocupó por darnos la materia lo más completa posible aprendí mucho con él y me ayudo a ir un poco más preparada en cuestión de prácticas, otro maestro insistió en que se necesita resistencia además de los conocimientos.

De acuerdo con Moreno et al. (2021), señalan que el quehacer docente va más allá de dictar una conferencia sino en generar diversas formas de innovar en la educación, por lo que en esta circunstancia se inició un cambio en la prácticas pedagógica de los docentes y se logró advertir en las voces de los estudiantes y que los motivan a continuar, puesto que según algunos de ellos los profesores: “Aportaron mucho, realmente siempre hay algo que aprender de ellos, al final del día ellos son los profesionales y nos orientan por un buen camino”; otro, manifestó al respecto que:

Dieron su máximo al igual que nosotros para trasmitir toda su sabiduría, aplicando nuevas metodologías además que muchos fueron conscientes de que a veces se iba el internet y audio etc., y me formaron a pesar de esos obstáculos y me ayudaron a ser perseverante.

De igual manera, se tiene un alto porcentaje de los estudiantes a los que a su juicio los profesores no desempeñaron un muy buen papel y sin embargo, en su expresión consideraron que: “Me aportaron buenos conocimientos, no tanto como me hubiera gustado, pero si al menos tener una mejor comprensión de cosas pequeñas, pero en general me aportaron buenos conocimientos”; “dieron importancia a los conocimientos, aunque estamos en clases en línea nos explican muy bien”.

3.2. Aporte de los profesores a la formación de habilidades blandas de los estudiantes

En materia del aporte que los profesores otorgaron a la formación de habilidades blandas personales de los estudiantes a partir de la experiencia del trabajo a distancia y en línea que en este sentido fueron observadas a partir de los comportamientos en la interacción con los demás, en donde afloraron los patrones de personalidad que fueron un reflejo de las capacidades aprendidas y utilizadas por los estudiantes para adaptarse a la vida en el periodo de la pandemia (Fuentes et al., 2021).

No fue muy difícil obtener respuestas, es decir, sin titubear las opiniones de un 70% de ellos fueron: “Me ha gustado el apoyo que me han brindado varias maestras en cuestión personal, ya que me cuesta mucho trabajo prestar atención, y se han tomado el tiempo para explicarme”; “me enseñaron a ser persona y superar los obstáculos”; “que no importa que estemos en medio de una pandemia, y a pesar de la distancia se puede seguir enseñando hasta con una mejor calidad”; “me aportaron mucha información sobre lo que hacer durante la pandemia y los cuidados entre otros”.

Sin embargo, también hubo manifestaciones en las que un 20% de los estudiantes no se mostraron muy de acuerdo con la actuación de sus profesores y por tanto su molestia fue evidente al afirmar que la aportación de los profesores no fue la esperada en el marco de las circunstancias: “No todos los maestros son pacientes con compañeros que no tienen los recursos para estar al 100 en todas las clases por fallas de internet, un espacio en donde puedan concentrarse, entre otros detalles”; “algunos profesores aunque podían promover la práctica no lo hicieron”; “no pudo haber relación entre el método del profesor y no ayudaba a mi método de estudio, algunos profesores no fueron empáticos, ni comprensivos en este sentido”; “hubo ocasiones en los que los maestros no intervenían, los alumnos dábamos todas las clases”.

4. Percepción del estudiante sobre el aprendizaje

Al cuestionar a los estudiantes sobre su percepción por lo aprendido en el periodo de este estudio en el marco de la pandemia, las respuestas fueran variadas; sin embargo, se pudo observar que lo que en alto porcentaje le inquieta significativamente a la población estudiantil respecto de su aprendizaje fue: “No estar lo suficientemente preparado”; “el poco tiempo de práctica y la revisión precisa del maestro en el lugar, sea hospital, aula, anfiteatro, etc.”; “tener bases truncas”; “carecer de algunos conocimientos teóricos y prácticos”; “no poder ejercer mi carrera”.

Asimismo, otros revelaron “no haber aprendido lo que en verdad necesito”; “estar menos preparado que generaciones anteriores”; “que mi conocimiento práctico sea inferior en comparación con los que tomaron sus prácticas presenciales”; “ser una desempleada”; “no ser lo suficientemente buena, ya que no hemos llevado la parte práctica”, “no saber aplicar la teoría a la práctica”, estas manifestaciones concuerdan con las evidenciadas en el estudio de Espina-Romero (2022).

Habría que decir también, que les angustia en su propia voz: “Que al volver a clases presenciales me quede en blanco en algún trabajo”; “me preocupa no lograr desempeñarme de la manera adecuada”; “adaptarme otra vez, es decir, volver a acostumbrarme a la antigua rutina que seguía antes de la pandemia”; “no saber utilizar la información aprendida, pues que no he aprendido lo suficientemente para considerarme que estoy lista para saber muchas de las cosas que me han preguntado”; “me estresa la falta de experiencia clínica, relación con personas del entorno hospitalario y pacientes y falta de reforzamiento de conocimientos y práctica”.

No tener la misma capacidad de realizar procedimientos, puesto que las prácticas en si nos ayudan a abordar el manejo de diferentes procedimientos de una manera adecuada, y ya que no hay prácticas en esta modalidad como tal y todo es más teórico.

Y no sólo lo previo, sino “es agobiante que las empresas no me den algún empleo porque pueden dudar sobre mi conocimiento por el medio de como aprendimos las cosas (online)”; “la no contratación por parte de las instituciones excusándose con el método de aprendizaje que tuvimos en la pandemia”; “no tener las suficientes herramientas para poder hacer mis practicas reales cuando regrese a presencial ya que por obvias razones se cancelaron”.

El no haber aprendido lo suficiente o que mi aprendizaje haya sido erróneo, mi carrera es donde se requiere las habilidades y práctica, por lo que no hemos podido realizarlas y me preocupa no poder ponerlas a prueba en un futuro.

Apreciaciones anteriores de los estudiantes que Zurita (2020), tuvo la oportunidad de articular en diversas reflexiones abiertas atribuibles al quehacer docente universitario en el contexto de una emergencia sanitaria.

La consigna para todas las instituciones educativas fue que la educación debería continuar; siendo esto un desafío puesto que la pandemia por COVID-19 y la cuarentena causaron diversas reacciones y en el contexto del hogar, la familia ha sido un componente de vital importancia para el logro de objetivos en los estudiantes.

Pero aunado a este, las facilidades que la Universidad Autónoma de Tamaulipas-México en este caso proporcionó en materia no solo de infraestructura sino de capacitación al docente para hacer frente al trabajo a distancia, sin dejar de lado las posibilidades de los estudiantes para poder acceder a sus clases: Los datos y problemas de conectividad, entre otros aspectos de carácter tecnológico; las desigualdades económicas que sin duda alguna se vincularon con la convivencia e interacción de estos, sus compañeros, profesores y familiares, lo cual se pudo advertir en sus apreciaciones.

4.1. Compromiso del estudiante con la mejora de su aprendizaje

Otro de los aspectos en los que se reparó fue el vinculado con el compromiso en la mejora del aprendizaje de ellos como estudiantes a modo de hacerlos reflexionar que en gran medida en esta modalidad a distancia, ellos deberían encarar de forma responsable sus estudios. Y con relación esta cuestión un gran porcentaje (más de la mitad de los estudiantes) atribuyeron a la institución y a los docentes la responsabilidad, o bien no captaron de facto la pregunta.

Sin embargo, otros que comprendieron que el aprendizaje es responsabilidad directa de ellos revelaron que: “Sería muy bueno regresar pronto a las aulas, pero quizá se pueda aplicar técnicas de orden práctico e incluso de debate que nos apoyen para mejorar los conocimientos”; “personalmente pienso que deberá implementar nuevas estrategias pero la escuela debería hacer también su parte para mejorar por parte de ambos maestros-alumno”; “esforzarme más y que los maestros usen mejores estrategias de enseñanza”; “implementar nuevas técnicas para realizar prácticas en línea”; “que se aplique ser autodidacta pero que los maestros de igual manera nos apoyen más en cuestión de la exposición de temas, ya que a veces resulta difícil entender entre nosotros los compañeros de clase”.

Consideraron que para fortalecer su aprendizaje deberían: “Estudiar de manera autodidacta”; “leer más y medir mis tiempos”; “estudiar más los temas enfocándose en los que mi nivel es más bajo”; “buscar la forma de poner en práctica la teoría”; “proponerme ser más responsable con mis obligaciones académicas”; “no procrastinar tanto ni distraerme con facilidad”; “practicar entre compañeros”; “en lo académico dedicarme más a la escuela, buscar más información de la que se me da en clase”.

Además, expresaron que para mejorar sus técnicas y encarar su aprendizaje sugerían: “Crear notas, videos y leer más”; “poner más atención y empeño a las asignaturas, para poder absorber todos los conocimientos posibles”; “interactuar más con los compañeros en clases”; “leer más, estudiar y practicar procedimientos, participar en actividades relacionadas con la profesión y ser más dedicado en lo que hago”; “tomar cursos adicionales para complementar”; “ser más dinámico y tener más iniciativa”.

Un bajo porcentaje de estudiantes con un estado más humano y propositivo expresaron: “Poner un poco más de esfuerzo en las cosas y buscar una carrera que si me haga feliz”; “tener más actitud positiva”; “ser más dedicada y enfocarme en mis estudios haciendo a un lado las distracciones”; “ponerle más ganas y organizarme de una manera adecuada en cuestión de tiempos”; “seguir los consejos y aprendizajes de nuestros maestros, y aprender de nuestros errores”; “aprender a controlar mis problemas, y continuar con mi terapia para superar mi ansiedad y depresión”.

La familia tuvo que asumir el proceso educativo de los miembros que se encontraban al interior de cada hogar desarrollando sus estudios; hubo que adaptar espacios para llevar las clases en ese encierro repentino; de tal manera, que tuvieron que promover una convivencia armónica, que para unos significó la oportunidad para mejorar los vínculos y estrechar los lazos; no obstante, para otros enfatizó la fragilidad de sus relaciones.

En cuanto a la convivencia con los profesores se reveló que estos dieron más importancia a los contenidos temáticos y a garantizar su asimilación; sin embargo, no fue visto con buenos ojos de los estudiantes, que por el hecho de tratar de cubrir estos aspectos, los profesores los hayan saturado de actividades dejando de lado la enseñanza de aspectos tales como el manejo de la pandemia, o a fomentar habilidades blandas; pocos fueron los profesores que se tomaron en serio y apoyaron a encarar las dificultades que algunos estudiantes sortearon en el contexto escuela-hogar.

Conclusiones

En este análisis se organizaron los relatos de los sujetos con base en la metodología de la historia oral, estos dieron cuenta de la experiencia vivida en el marco del desarrollo de sus asignaturas, durante el periodo de confinamiento por la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2.

Los estudiantes manifestaron que a los profesores les faltó trabajar estrategias para estar en contacto personal con ellos, o bien algunas que detonaran en el conocimiento de sus necesidades y no suponerlas, darse el momento para escucharlos puesto que lo que realizaran las autoridades académicas y profesores marcará la vida de estos.

Advirtieron que a los profesores se les preparó para el manejo de las plataformas educativas y herramientas tecnológicas, mas no hubo un espacio para la reflexión respecto de qué estrategias serían pertinentes para apoyar al fortalecimiento del área socioafectiva de los estudiantes que desencadenara el manejo eficiente de la situación de pandemia.

No se percató la institución y los docentes que, durante el desarrollo de las clases, los estudiantes también podrían sentirse estresados, ansiosos, solitarios, con depresiones al no encontrarse con sus pares en la escuela afectando esto su estado de ánimo y sus visiones referenciales o de identidad. Los estudiantes observaron no haber aprendido lo suficiente dado que, por un lado, algunos profesores sí realizaron lo conveniente y lo agradecieron, pero otros no consideraron que tendrían que cambiar su forma de enseñar pasando de lo presencial a lo virtual; mientras que, los alumnos tuvieron que familiarizarse en un santiamén con las herramientas para mantenerse en interacción, enviar sus tareas, ser evaluados.

Sumando a esto lo relacionado con la parte de la práctica en aquellas asignaturas en donde debería haberse demostrado la competencia y el aprendizaje, dado que esas destrezas les ayudarán en el futuro, entorno laboral y a encarar las dificultades de vida en un contexto nuevo con el que se propició a partir de la pandemia.

Otros aspectos que salieron a la luz fueron los vinculados con la habitabilidad y accesibilidad, puesto que los estudiantes manifestaron que los mismos enfados obedecían en ocasiones al no tener un espacio adecuado para efectuar sus estudios o el poder interactuar con sus profesores y compañeros al estar tomando clases a la distancia, sumándole a esto, las cuestiones relacionadas con los ruidos ambientales a veces imposibles de evitar y el no contar con lo básico para hacer frente a la educación en línea, como lo es contar con una computadora, internet, energía eléctrica.

Sin embargo, la respuesta de los estudiantes destacó que se debería observar mayor importancia al rol del docente como mediador entre ellos, su conocimiento y preparación. Consideraron severamente que la escuela previa al confinamiento se encargó de dotar de infraestructura y capacitar a los docentes, pero no advirtió qué les estaba sucediendo a ellos del otro lado de las pantallas, sugirieron estar muy pendientes de sus necesidades proyectando su futuro fuera de las aulas.

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