Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXVIII, Número Especial 6, 2022. pp. 228-243
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar APA: Nolazco-Labajos, F. A., Guerrero, M. A.,
Carhuancho-Mendoza, I. M., y Saravia, G. del P. (2022). Competencia
investigativa estudiantil durante la pandemia. Revista de Ciencias Sociales
(Ve), XXVIII(Especial 6), 228-243.
Competencia investigativa estudiantil durante la pandemia
Nolazco-Labajos, Fernando Alexis*
Guerrero
Bejarano, María Auxiliadora**
Carhuancho-Mendoza,
Irma Milagros***
Saravia
Ramos, Giuliana del Pilar****
Resumen
El
deseo de comprender diferentes áreas del conocimiento humano permite que el
método científico ayude a transformar los problemas en propuestas accionables
que hagan una contribución significativa a la solución de estos. El objetivo de
este trabajo es determinar las competencias investigativas estudiantiles durante
la pandemia, precisando los factores asociados al logro de las mismas. El
método empleado es de tipo básico, paradigma positivista, enfoque cuantitativo,
diseño no experimental, descriptivo, transversal. La muestra por conveniencia
no probabilística estuvo conformada por 134 estudiantes del último ciclo de
cinco programas de maestría. Los datos se recopilaron con la encuesta, apoyados
en el cuestionario de competencia investigativa. Para la identificación de los
factores asociados al logro de la competencia se aplicó la prueba de Chi
Cuadrado. La investigación demostró que los factores género, edad y maestría se
asocian con el logro de la competencia investigativa en los participantes del
estudio. En conclusión, los estudiantes reconocen la debilidad en la construcción
de los productos científicos acorde a la normativa vigente, en la selección de
los medios de divulgación y la preparación para realizar el análisis
estadístico, a través de diferentes modelos matemáticos.
Palabras clave: Competencia investigativa; divulgación del
conocimiento; referencias; generación de conocimiento; producción científica.
* Doctor en Educación.
Doctorando en Administración. Magister en Aprendizaje y Desarrollo
Humano. Docente en la Universidad César Vallejo, Lima, Perú. E-mail fernandonolazco@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8910-222X
** Doctora en
Administración. Master en Administración de Empresas. Directora Académica en la
Universidad Internacional del Ecuador, Quito, Ecuador. E-mail: maguerrerobe@uide.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1412-5870
*** Doctora en
Administración. Magister en Entornos Virtuales de Aprendizaje. Maestra en
Finanzas. Docente en la Universidad César Vallejo, Lima, Perú. E-mail: irmamilagros@yahoo.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4060-5667
**** Candidata a Doctora
en Administración. Magíster en Gestión Pública.
Docente en la Universidad Privada San Juan Bautista, Lima, Perú. E-mail: giuliana.saravia@upsjb.edu.pe
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2705-9462
Recibido: 2022-04-02 · Aceptado: 2022-06-19
Student investigative competition during the pandemic
Abstract
The desire to understand different areas of human knowledge allows the scientific method to help transform problems into actionable proposals that make a significant contribution to their solution. The objective of this work is to determine the student investigative skills during the pandemic, specifying the factors associated with their achievement. The method used is basic, positivist paradigm, quantitative approach, non-experimental, descriptive, cross-sectional design. The non-probabilistic convenience sample consisted of 134 students from the last cycle of five master’s programs. The data was collected with the survey, supported by the investigative competence questionnaire. To identify the factors associated with the achievement of the competence, the Chi Square test was applied. The research showed that the factors gender, age and master’s degree are associated with the achievement of investigative competence in the study participants. In conclusion, the students recognize the weakness in the construction of scientific products according to the current regulations, in the selection of the means of dissemination and the preparation to carry out the statistical analysis, through different mathematical models.
Keywords: Investigative competence; dissemination of knowledge; references; knowledge generation; scientific production.
Introducción
En el
ámbito universitario europeo se trazó como objetivo la producción académica
digital por parte de los doctorandos, con particular énfasis, en el manejo de
la información y la competencia analítica, evidenciando que, las competencias
desarrolladas durante el proceso formativo se circunscriben al uso de la
información, almacenamiento bibliográfico, uso pertinente de los gestores de
referencias, citado y organización de las producciones académicas. Esto apoyado
en Guo, Chen y Zheng (2021), quienes plantean que es indispensable que los
académicos ejecuten estudios aplicando el método científico de manera
sistemática, de forma que encuentren en éste, respuestas que académicos y
profesionales necesitan para la resolución de problemas sociales a través del
desarrollo de las organizaciones cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de
las personas.
Durante
el presente siglo, en Latinoamérica la investigación ha sido prioridad en los
diseños curriculares de la enseñanza superior (en menor grado la educación
básica regular), en comparación al contexto norteamericano, europeo y asiático.
La preocupación por el fomento de la investigación y el desarrollo de las
competencias investigativas, ha priorizado la enseñanza de estrategias
metodológicas pertinentes, con la finalidad que los estudiantes puedan elaborar
propuestas teóricas con impacto científico, que se direccionen en una sólida
formación heurística y hermenéutica; además que se desarrollen bajo los
enfoques cuantitativos, cualitativos y mixtos, para obtener una producción
científica aceptable (D´Olivares y Casteblanco, 2019; Valenzuela et al., 2021;
Hernández et al., 2021; Chávez et al., 2022).
La
exigencia del proyecto científico educativo, ha permitido fomentar la
investigación en los doctorandos, tal es así que la formulación de propuestas
es considerada como un elemento relevante en perspectiva con los desafíos
contextuales actuales (Leshchenko et al., 2021; Yaman, Bal İncebacak y Sarışan,
2021).
En el
contexto peruano, el desarrollo de las competencias investigativas fue
percibido como un componente curricular primordial en el ámbito universitario,
especialmente a nivel de estudios de postgrado, esto a pesar que la formación
en investigación debe abordarse desde la educación básica regular, con la
formulación de proyectos interdisciplinarios y diseño de prototipos, que
ameriten el fomento de la indagación para solucionar una problemática
contextual.
Según
los estudios de Nolazco, Menacho y Bardales (2021); y Zapata (2021), algunas
universidades como Cesar Vallejo de Lima, Austral del Cusco, y la Nacional de
Moquegua, están centradas en el fomento de los semilleros de investigación con
escolares para el logro de la competencia investigativa, la cual será de
utilidad en el desarrollo de proyectos educativos y su futura aplicación en el
contexto social para la solución de los problemas latentes.
Temáticas
comunes sobre estrategias de enseñanza, aprendizaje y diseño curricular en el
nivel superior, con una preferencia por el enfoque cuantitativo, son
representativas en las investigaciones, según plantea Sime y Díaz-Bazó (2019),
luego de estudiar las tesis generadas por trece instituciones universitarias
peruanas. En estos estudios se evidenció escasas citas de revistas indizadas y
carencias en relación a la orientación científica; demostrando los autores que
las mismas han sido elaboradas con fines netamente profesionalizantes por los
doctorandos.
Otras
investigaciones enmarcadas en el contexto peruano, han orientado a determinar
la influencia del programa de promoción de la cultura de investigación y el
fortalecimiento de competencias docentes (Yangali et at., 2020), y apoyadas en
el método hipotético deductivo con un enfoque cuantitativo, abordan la visión
de docentes en estos procesos de investigación, demostrando que a este nivel,
existe la consolidación de competencias investigativas, con aspectos por
mejorar en cuanto a la cultura de investigación.
Otros
estudios se han proyectado en torno a la temática central de la investigación,
con precisiones en las habilidades y actitudes hacia la investigación en
estudiantes (Díaz y Cardoza, 2021); otros direccionan el estudio sobre
tendencias y desafíos de los programas de posgrado latinoamericanos ante la
inminente situación de educación confinada por la pandemia (Piñero et at.,
2021), logrando demostrar deficiencias en la capacidad de investigación de los
estudiantes, siendo su actitud hacia la investigación baja e indiferente (Díaz
y Cardoza, 2021).
En
épocas de pandemia la "auto innovación" ha sido un desafío en los
sistemas universitarios latinoamericanos, fundamentalmente en el nivel de
posgrado, complementada con proyecciones en el ámbito de la gestión, la
investigación y el desarrollo curricular, demostrando que los mayores desafíos
apuntan al mejoramiento de la calidad con currículos e investigaciones
pertinentes.
La
universidad particular en estudio, brinda programas de posgrado de maestrías y
doctorados, los cuales están licenciados por el ente rector que es Sunedu. Tal
es así, que el plan curricular tiene como objetivo el desarrollo de la
competencia investigativa de manera sistemática en los tres ciclos académicos,
siendo el último donde realizan el trabajo de investigación acompañado por el
asesor metodólogo - temático. A raíz de la pandemia originada por la Covid-19,
la universidad adaptó rápidamente el proceso de enseñanza al entorno virtual,
donde se ejecutan las sesiones de clase de manera síncrona para el logro de la
investigación. Sin embargo, los estudiantes carecen del dominio tecnológico
para asistir y participar en las sesiones de aprendizaje, además que desconocen
el acceso a las bases de datos como Scopus, Ebsco y otros, que se encuentran disponibles en la
biblioteca.
Por
otra parte, desconocen los diferentes eventos académicos de investigación para
difundir los resultados obtenidos en los estudios, a esto se añade que
prefieren organizar las fuentes de información de manera tradicional, a pesar
que los docentes enseñan el uso de gestores bibliográficos como Zotero y Mendeley.
Existe todavía una preferencia por abordar investigaciones bajo el enfoque
cuantitativo, a pesar que la institución brinda la apertura por estudios
cualitativos y mixtos, con especial énfasis en las ciencias sociales, porque
permite comprender mejor la realidad y abordar un diagnóstico real.
Frente
a la realidad descrita se plantea la siguiente pregunta de investigación:
¿Cuáles son los factores asociados al logro de la competencia investigativa
estudiantil durante la pandemia? El propósito del presente estudio consiste en
determinar las competencias investigativas estudiantiles durante la pandemia y
los factores asociados al logro de las mismas. Al cierre de la encuesta los
estudiantes estaban en la fase final del desarrollo de la Tesis, razón por la
cual revisaron diferentes fuentes y recursos, además de aplicar estrategias
para el logro del documento final.
1.
Competencia investigativa: Consideraciones y teorías fundamentales
1.1.
Teorías que fundamentan la competencia investigativa
La
propuesta teórica de Habermas (1999) sobre la acción comunicativa, se ha
predispuesto en la estructuración crítica, ampliando su campo conceptual en la
conciencia moral y la racionalidad comunicativa, como referentes indispensables
para la argumentación e interacción de ideas. El conocimiento, es resultado del
diálogo social y el intercambio recíproco de las percepciones, que permiten el
reforzamiento de la criticidad como eje fundamental para el desarrollo de las
competencias cognitivas y de investigación. El sentido de la razón emergida de
la comunicación cotidiana, efectuada y reconstruida por la validez del discurso
argumentativo, se evidencia en el aprendizaje social comunicativo.
La
práctica argumentativa, reflexiva, comprensiva y la que pretende la libertad de
acción, evitarán situaciones coercitivas e impositivas de ideas, que impidan el
desarrollo creativo crítico. La racionalidad, es justificada mediante la
relación de la intersubjetividad entre los individuos, de manera concisa,
establecida en la comprensión y el aprendizaje. Por ello, la acción
comunicativa se evidencia en los discursos argumentativos y en el diálogo reflexivo,
que manifiestan expectativas, así como percepciones.
La
teoría cognitivo social propuesta por Bandura (1994), considera en un acápite a
la teoría de la eficacia, que se fundamenta en una serie de capacidades y
creencias que posee el individuo en relación a los niveles de desenvolvimiento
en su desempeño académico y laboral. En tal sentido, se plantean cuatro
procesos básicos para el desarrollo de la competencia investigativa: a)
Cognitivo; b) motivacional; c) afectivo; y, d) toma de decisiones; que se
evidencian en el desarrollo de las investigaciones, permitiendo la autoeficacia
de los docentes, evidenciándose en el rendimiento y la motivación por aprender
en los estudiantes (Bandura, 1977; Pajares, 1996; Casas y Blanco, 2016), para
luego crear soluciones en el ámbito académico-profesional.
También
es importante la teoría del aprendizaje, que desde el punto de vista
conductista y cognitivo (Ausubel, 1968; Skinner,1994; Pavlov, 1997), han
influenciado en materia educativa y formativa de los estudiantes. El educando
asume de modo autónomo su aprendizaje, bajo condiciones de responsabilidad y
proactividad al concebir el nuevo conocimiento. El docente asume un papel
mediador en el proceso del aprendizaje del estudiante en el campo de la
investigación, la cual parte de la curiosidad, indagación, observación y toma
de decisiones (Caballero, 2009), que se consolida con la praxis, además que
profundiza de manera progresiva en los diferentes diseños de investigación.
1.2.
Competencia investigativa
La
investigación, supone la movilización de saberes y capacidades cognitivas de
los individuos, enfocados a la solución de problemas contextuales (Rojas y
Aguirre, 2015). La competencia investigativa, se concibe como la conjunción de
capacidades, actitudes y condiciones personales, para desarrollar una actividad
indagatoria, que permita identificar situaciones problemáticas del entorno,
considerando la interacción comunicativa, el trabajo en equipo y la
interdisciplinariedad. También se entiende como, las capacidades adquiridas
para la interpretación y argumentación, en concordancia con el intercambio, la
interacción, así como el cotejo de ideas, formuladas con una intencionalidad
académica (Estrada, 2014; Ayala y Barrera, 2018; Barbachán et al., 2021).
Ayala
y Barrera (2018), establecieron tres dimensiones para la competencia
investigativa: (a) Identificación y organización de la información; (b)
Generación científica de un nuevo conocimiento; y, (c) Divulgación por medio de
los canales pertinentes, las cuales fueron consideradas para la recopilación de
datos en la presente investigación.
Al
referirse a la identificación y organización de la información (D1), se alude
al conocimiento de las fuentes, instrumentos y referencias de la temática de
estudio que se pretende indagar. Sin embargo, la organización metódica se
materializa luego de recabar los datos del entorno, que son numerosos, y
necesitan interpretarse con el apoyo de la estadística (Ayala y Barrera, 2018;
Pastor, Arcos y Lagunes, 2020; Proskura, Lytvynova y Kronda, 2020; Gonzales y
Carrasco, 2021), para construir las conclusiones sobre los aspectos analizados
(Antunez y Veytía, 2020).
En
cuanto a la generación científica (D2), tiene como propósito producir un nuevo
conocimiento sistematizado, evidenciado por el método de la ciencia. Este, no
solo debe considerar las condiciones contextuales del entorno, sino los
aspectos motivacionales y expectativas del investigador, para lograr una
producción científica de impacto (Latorre, 2016; Ayala y Barrera, 2018; Nolazco,
2020; Nolazco et al., 2021; Suárez-Amaya, Rodríguez-Altamirano y Ganga, 2022).
Desde
una perspectiva personalizada, la investigación constituye un estímulo
meritorio a su labor, y al reconocimiento por la comunidad universitaria, en
mérito a las publicaciones que realice en bases de datos como Scopus, WOS, Scielo, Latindex,
entre otras. Las instituciones educativas y culturales responsables del fomento
de la investigación, deben velar respecto a las condiciones para investigar,
las cuales debieran ser las óptimas; es decir, disponer de los recursos
materiales, tecnológicos y presupuesto (Vega, 2021; Lafont, Torres y Ensuncho,
2021), que sostenga todo el periodo establecido del estudio; además ,que se
debe propiciar la sostenibilidad del mismo, y más aún motivar a investigaciones
experimentales, donde se visualicen y experimenten los cambios propuestos.
Y, por
último, la divulgación (D3) engloba una serie de acciones para compartir con la
comunidad científica los resultados obtenidos (Ayala y Barrera, 2018). La
difusión de un nuevo aporte científico, constituye el accionar trascendental
para la disciplina y la comunidad académica. La motivación por publicar
presenta múltiples razones en el investigador; sin embargo, es relevante la
difusión del conocimiento, a través de un artículo, ponencia o conferencia
(Acuña, 2018; Vázquez, 2021).
La
competencia investigativa de acuerdo con Campos et al. (2012); y Balderas
(2017), permite desarrollar en los estudiantes las siguientes habilidades:
a.
Cognitiva: Corresponde al conocimiento especializado, el cual ayuda en la
identificación del problema, su abordaje y la construcción del informe final,
además que es el espacio para identificar los vacíos teóricos, los cuales
podrán ser abordados en estudios futuros.
b.
Tecnológicas: Comprende al dominio de las diferentes plataformas, gestores
bibliográficos, software como SPSS, Atlas Ti,
base de datos, entre otros, que aporten al desarrollo de diferentes estudios.
c.
Metodológicas: El estudiante aplica el método científico en cada una de las
fases para el desarrollo de la investigación, donde determina la ruta de
investigación cuantitativa, cualitativa o mixta, alineada al objetivo del
estudio, en concordancia con el diseño, técnicas, instrumentos, la
determinación de la población, la muestra de estudio y la aplicación de la
estadística o triangulación para la consolidación de los resultados y
contrastación de las hipótesis.
d.
Administración: Se refiere a la capacidad de liderazgo y organización del
tiempo y recursos para el desarrollo de las investigaciones en el tiempo
previsto para el logro del objetivo planteado.
e.
Práctica de valores: Es un eje importante en la investigación que está alineada
al Código de ética en cada fase del estudio, razón por la cual es muy importante
la práctica de la honestidad, responsabilidad, trabajo en equipo, entre otros.
Desde
la perspectiva de Medina y Barquero (2012), en las universidades se desarrolla
la competencia investigativa en cuatro niveles: a) Exploración, que corresponde
a la indagación del problema posible de estudio, con la revisión del modelo
teórico y conceptual; b) Diagnóstico, comprende la aplicación de las técnicas e
instrumentos de investigación, que permiten identificar el problema latente; c)
Autorreflexión y acción, incluye la construcción de la solución posible en
sinergia con el conocimiento especializado; d) Evaluación, corresponden a la
puesta en práctica de la solución, la cual permitirá evaluar, así como comparar
los indicadores antes y después de la aplicación, de tal forma que, luego puede
ser replicado el modelo en otra realidad.
Cabe
precisar que el desarrollo de la competencia investigativa es un trabajo
integral que desarrolla el docente, además requiere de otras competencias como
es el desarrollo del pensamiento crítico, el meta análisis, la lectura,
comprensión de textos y redacción de documentos acorde a las directrices para
autores. Por lo tanto, un pilar fundamental en la formación de los
profesionales tanto a nivel de pregrado y postgrado es la investigación, porque
desarrolla la capacidad de análisis de los problemas y aporta con un nuevo
conocimiento, en concordancia con la demanda social (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico [OCDE], 2015; 2019).
En el
Gráfico I, se presenta el ecosistema de la competencia investigativa
considerado en el estudio, el mismo que comprende a las capacidades, actitudes,
desarrollo del pensamiento crítico, argumentación, redacción, el trabajo en
equipo e interacción entre el grupo interdisciplinar, para la identificación de
los problemas y el diseño de las soluciones. Considerando las dimensiones
propuestas por Ayala y Barrera (2018), las cuales permitirán el progreso del
estudiante desde la etapa exploratoria hasta llegar a la evaluación planteada
por Medina y Barquero (2012), todo ello se soporta en las teorías de la acción
comunicativa, cognitiva social y del aprendizaje.
Fuente: Elaboración propia,
2021.
Gráfico I: Ecosistema de la competencia investigativa
1.3.
Prácticas docentes universitarias
La
enseñanza constituye un accionar formativo, que involucra la experticia de un
conjunto de capacidades y conocimientos disciplinarios por parte del docente.
La práctica educativa ha permitido conducir el proceso de aprendizaje de los
estudiantes; sin embargo, la ausencia de estrategias metodológicas, ha
conllevado a la prevalencia de la didáctica tradicional, la cual merma el
aprendizaje colaborativo vivencial. Para el desarrollo de la competencia
investigativa, es fundamental, obviar toda forma conductista de enseñanza, la
investigación no se circunscribe a un aprendizaje de oyente, sino de acción,
casuística y analítica, en concordancia con la realidad.
El
docente, fomenta las competencias relacionadas con la criticidad, análisis e
interpretación, como capacidades básicas para iniciar un estudio académico, el
cual responde a las necesidades y expectativas científicas, culturales e
indagatorias. De esta manera, la práctica docente se fortalecerá, y permitirá a
los estudiantes elaborar propuestas de investigación adecuadas, en beneficio
del contexto social (Díaz, 2015; Acosta et al., 2021).
El
ente rector nacional que aborda aspectos relacionados con la ciencia,
tecnología e innovación tecnológica, corresponde al Consejo Nacional o mejor
conocido como Concytec, que se adscribe al decreto legal formulado en el
gobierno de Alejandro Toledo en 2005, y su modificatoria en la gestión
ejecutiva de Martin Vizcarra en el año 2018, ha permitido establecer
lineamientos concretos de investigación en el Perú. En el Cuadro 1, se reconoce
a los investigadores científicos en dos grupos y categorías, como consta en el
Reglamento de Registro Nacional Científico, Tecnológico y de Innovación
Tecnológica (Renacyt), en concordancia con lo estipulado en la Resolución de
Presidencia No. 172-2019-CONCYTEC-P.
Cuadro
1
Clasificación
de los grupos de investigadores Renacyt
Grupo |
Nivel |
CARLOS MONGE MEDRANO |
I |
II |
|
III |
|
IV |
|
MARÍA ROSTWOROWSKI |
I |
II |
|
III |
Fuente: Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica
(Concytec, 2019).
Los
grupos llevan el nombre en honor de dos estudiosos peruanos, como el médico
Carlos Monge Medrano (1884-1970), y la investigadora social María Rostworowski
Tovar de Diez Canseco (1915-2016). Asimismo, se establecieron niveles, que van
en orden ascendente, donde los profesionales avanzan a razón de la producción
científica que realicen, siendo la aspiración mayor de alcanzar el nivel de
Carlos Monge Medrano I, también conocidos como investigadores destacados o top. Sin embargo, dicha norma no evalúa la
coherencia entre la profesión, la especialidad y la producción científica,
aquel vacío ha permitido que las publicaciones no necesariamente se realicen en
el campo del conocimiento en el cual fue formado; por otra parte, no se motiva
al desarrollo de líneas de investigación por parte de los profesionales.
Es
importante acotar que, en la actualidad la producción científica es fundamental
en los estudios de postgrado, como la Maestría y el Doctorado, porque varias
universidades han considerado la publicación de artículos en el proceso de
aprendizaje, y también como requisito para la graduación (Ley No. 28613 de
2005; Ley No. 30806 de 2018), justificada en el desarrollo de la competencia
investigativa y más aún porque el fin de la universidad es la generación del
conocimiento.
La
enseñanza de la investigación en la educación superior, exige a los docentes
ser calificados por Renacyt en una de las categorías, porque se pretende garantizar
parte del proceso de aprendizaje, siendo el profesor un investigador con
experiencia en redacción y publicación de artículos, lo que permitiría divulgar
los resultados obtenidos en los proyectos de investigación realizados por los
estudiantes de los distintos programas académicos, contribuyendo con la
relación investigación y sociedad.
2.
Metodología de la investigación
La
investigación es de tipo básica, paradigma positivista, de enfoque
cuantitativo, el diseño fue no experimental-descriptivo, transversal
permitiendo indagar el desarrollo de las competencias investigativas de los
estudiantes de Postgrado - Maestría. (Cadena et al., 2017; Sánchez, 2019;
Carhuancho et al., 2019).
La
muestra del estudio fue por conveniencia, participaron voluntariamente 134
estudiantes que registraban matrícula en el tercer ciclo de la maestría de una
universidad privada, estuvieron distribuidos en 5 áreas del conocimiento.
Respecto al género, el 64,9% fue masculino y 35,1% femenino. Predominó el grupo
etario adulto con el 76,9% (ver Cuadro 2).
Cuadro
2
Características
de los estudiantes de Postgrado
Variables |
f |
% |
Mención de la maestría |
||
Maestría en el área de Administración y Negocios |
66 |
49.3 |
Maestría en el área de Comunicación |
24 |
17.9 |
Maestría en el área de Educación |
10 |
7.5 |
Maestría en el área de Tecnología |
25 |
18.7 |
Maestría en el área Industrial, Procesos, Calidad |
9 |
6.7 |
Género |
||
Masculino |
87 |
64.9 |
Femenino |
47 |
35.1 |
Grupo etario |
||
Jóvenes [18,29] |
24 |
17.9 |
Adulto [30,59] |
103 |
76.9 |
Adulto mayor [60, 90] |
7 |
5.2 |
Fuente: Elaboración propia, 2021.
La
recopilación de datos se realizó con una encuesta, el instrumento utilizado fue
de Ayala y Barrera (2018), el cual estuvo estructurado con tres dimensiones:
(a) Identificación y Organización de la Información (12 ítems); (b) Generación del conocimiento (14 ítems); (c) Divulgación de conocimientos (9 ítems), haciendo un total de 35 ítems. La escala de medición fue Likert: (1) Nunca; (2) A veces; (3) Siempre.
En tal
sentido, para expresar los niveles de la competencia se calculó los baremos,
como son: (1) Inicio [35,57]; (2) Proceso [58,81]; (3) Logro [82,105].
Asimismo, el análisis de los datos se realizó con la estadística descriptiva, e
inferencial con la prueba de Chi Cuadrado, para identificar los factores que se
asocian al logro de la competencia investigativa estudiantil durante la
pandemia, para ello se utilizó el software
SPSS 24.0.
3.
Competencias investigativas en estudiantes universitarios durante la pandemia:
Resultados
En el
Cuadro 3, respecto a la dimensión 1: Identificación y organización de la
información, el puntaje promedio es 2.59; destacando que los estudiantes
identifican la información en fuentes disponibles en la biblioteca virtual,
necesaria e importante para el desarrollo de la investigación (2.72); sin
embargo, evitan concatenar citas, relacionarlas y construir párrafos sólidos
(2.34), lo que podría significar desconocimiento o falta de práctica, afectando
en la redacción de los diferentes capítulos de la investigación o el artículo
científico, y con ello el posible rechazo de publicación.
Cuadro
3
Estadísticos
descriptivos de las dimensiones de las competencias investigativas
Dimensiones |
No. de ítems |
Puntaje promedio |
Desviación estándar |
Identificación y organización de la información |
12 |
2.59 |
0.528 |
Generación científica del conocimiento |
14 |
2.50 |
0.551 |
Divulgación del conocimiento |
9 |
2.22 |
0.658 |
Fuente: Elaboración propia, 2021.
En
relación a la dimensión 2: Generación científica del conocimiento, el puntaje
promedio es de 2.50; subrayando el hecho que los estudiantes tienen claro que
toda investigación debe aportar a la ciencia (2.78); no obstante, la debilidad
radica en que carecen del dominio para analizar datos no numéricos (2.22); es
decir, hace falta reforzar los tópicos de la estadística descriptiva para
generar tablas o figuras con frecuencias y porcentajes, con el fin de
comprender la situación de las variables de estudio. Y respecto a la
estadística inferencial, requieren conocer de las diferentes pruebas
estadísticas para la contrastación de las hipótesis en concordancia con los
diseños de investigación.
De
esta misma manera, en relación a la dimensión 3: Divulgación del conocimiento,
el puntaje promedio es 2.22 (ver Cuadro 3), el menor entre las tres
dimensiones. El puntaje máximo correspondió a la capacidad de redacción para
construir un informe de investigación de una manera adecuada, es decir, de
acuerdo a los protocolos respectivos (2.46); sin embargo, se debe resaltar que
aún existe la preferencia por redactar citas directas y el escaso parafraseo,
lo cual genera un problema al finalizar el documento, porque el nivel de
coincidencia es superior al 20% establecido por la institución. Otra situación
por resaltar es la escasa participación en eventos de divulgación científica y
proyectos colaborativos, a pesar que la institución tiene diferentes programas
que permiten desarrollar estudios con financiamiento interno.
De acuerdo
a la metodología antes explicada, los resultados numéricos se transformaron en
tres niveles. Donde los encuestados evidenciaron que el 11% reconoce su
calificación en el nivel inicio, el 41% en proceso, y el 48% en logro de la
competencia. Demostrando que aún el 52% no ha logrado desarrollar la
competencia investigativa, situación preocupante porque durante el desarrollo
de la maestría se incluyeron los cursos de metodología de la investigación
científica en dos niveles, diseño y desarrollo de la investigación, los cuales
no fueron suficientes para alcanzar su desarrollo, motivando, por lo tanto, a
que se implementen estrategias de enseñanza especializadas en cada programa
académico.
Los
encuestados destacan que conocen las diferentes fuentes de información para
desarrollar la Tesis y artículos (71,6%), las bases de datos científicas y
académicas (67,2%), repositorios y software
(61,9%). Asimismo, ubican con facilidad los artículos en internet (60,4%), ordenan según el interés de
investigación (69,4%), relevancia (66,4%) y escogen con actitud crítica y
reflexiva (70,9%). Extraen las ideas principales de los autores y lo incorporan
al documento, prefiriendo utilizar fuentes primarias (45,5%). Todo lo anterior
permite la construcción del informe para ser expuesto de manera sintética y
ordenada (62,9%); sin embargo, no distinguen entre una publicación científica y
no científica (51,5%), lo cual conlleva a incluir estas últimas fuentes en las
investigaciones, las cuales son rechazadas por el tutor, y el estudiante asume
una actitud reactiva y desmotivadora, afectando en el avance del trabajo.
También
manifestaron que identifican (47,80%) y formulan (53,7%) el problema en su
entorno, así como las hipótesis (53%), el propósito del estudio (57,5%) y
construyen el marco teórico (58,2%). Respecto a la metodología, distinguen
entre los diferentes tipos y diseños de investigación (44%), determinan y
seleccionan la muestra de estudio (44%), los instrumentos de recopilación de
datos (48,5%), conocen las herramientas para el análisis estadístico (46,3%) y
no estadísticos (34,3%), además elaboran tablas y figuras (64,9%). Construyen
la discusión de resultados (50,7%), conocen los elementos éticos (66,4%) y son
conscientes que el desarrollo del estudio aporta al conocimiento científico
(78,4%) de un área en particular.
Los
encuestados conocen las formas de divulgación científica que son los congresos
y publicaciones en revistas indexadas (43,3%). Adecúan los trabajos realizados
a los diferentes formatos como es el artículo de investigación, ponencias y
redes sociales (45,5%), pero solo un grupo reducido participa en dichos eventos
(23,1%), básicamente por la inversión que significa. También reconocen la
importancia de aplicar en los artículos las diferentes normas estandarizadas
como es APA, ISO 690, IEEE, Vancouver, Harvard, entre otros (48,5%). Participan en redes
que se sustentan en la tecnología para la construcción del conocimiento (32,1%)
y en proyectos colaborativos (25,4%). Finalmente, la debilidad radica en
seleccionar adecuadamente el medio de divulgación científica, en concordancia a
la línea de investigación de la revista (62,6%).
En el
Cuadro 4, se evidenció que el logro de la competencia investigativa se asocia
con los factores género, edad y maestría, se calculó el valor de Chi-cuadrado =
5.852, 14.833 y 14.01, respectivamente (p<0.05). Este resultado se sustenta
por el perfil de ingreso a los programas de maestría, que asegura una
experiencia previa en investigación y en algunos casos la práctica laboral, favoreciendo
en la elección de la problemática, así como en el desarrollo del estudio,
llegando en algunas ocasiones hasta plantear una propuesta de solución.
Cuadro
4
Factores
personales asociados al logro de la competencia investigativa en estudiantes de
la maestría
Variables |
Chi-cuadrado de Pearson |
Significancia asintótica (bilateral) |
Género |
5.852 |
.016 |
Edad |
14.833 |
.001 |
Maestría |
14.040 |
.007 |
Fuente: Elaboración propia, 2021.
El
estudio evidenció que el desarrollo de la competencia investigativa de los
estudiantes de las maestrías durante la pandemia, ha sido eficiente. Se debe
subsanar algunas debilidades tales como el parafraseo académico, la
concatenación de los párrafos, el dominio analítico de los datos no numéricos,
así como la ausencia participativa en eventos científicos y proyectos
colaborativos. Esta situación amerita que los cursos de investigación del nivel
de postgrado sean fortalecidos con métodos y estrategias enfocadas en las
capacidades cognitivas e indagatorias, desde una perspectiva individual y
colectiva (Rojas y Aguirre, 2015).
Los
resultados obtenidos, se asocian con Pastor, Arcos y Lagunes (2020), en la
divulgación científica y en la relevancia de priorizar el medio de difusión de
la producción investigativa. De esta manera, se expuso que el 43,3% de los
encuestados conocen las principales formas de divulgación como las revistas
indizadas en línea. También se identificó que el 23,1% participa en congresos y
eventos relacionados con la difusión científica, y un número cercano a la mitad
(48,5%) manejan los citados bibliográficos y las normas estandarizadas en la
elaboración de artículos científicos. Una tarea pendiente es reforzar las
estrategias para la selección del medio de divulgación científica, permitiendo
que el nuevo conocimiento tenga un mayor alcance e impacto en la comunidad
académica.
En
cuanto a la identificación y organización de la información, los resultados
armonizan con Yaman et al. (2021), puesto que la importancia de la elaboración
del marco teórico, ha constituido el propósito fundamental de la investigación
en los participantes encuestados (58,2%). La distinción entre los tipos y
diseños de estudios cualitativos y cuantitativos, es fundamental para el recojo
de la información en proyectos y propuestas de investigación, de acuerdo a lo
evidenciado. El 44% de los participantes, no presenta dificultades
metodológicas. También se debe acotar que, el 48,5% utilizan instrumentos
adecuados para recopilar datos, lo que permite evidenciar un adecuado proceso
de investigación de postgrado.
Los
resultados se asocian con Ayala y Barrera (2018), en cuanto a las
consideraciones de factores asociados al logro de la competencia investigativa
relacionada con interpretación, argumentación y diseño de soluciones. En ese
sentido, los factores de género, edad y maestría, tal como se visualiza
constituyen referentes precisos para continuar con los estudios de postgrado,
poniendo énfasis en la relevancia de fortalecer el conocimiento científico,
mediante el desarrollo y la solución de situaciones problemáticas del entorno
en el que se desenvuelven.
Conclusiones
El
desarrollo de la competencia investigativa es clave en la formación de los
profesionales, más aún a nivel universitario, porque dichas instituciones
tienen la misión de generar el conocimiento a través de nuevas teorías,
modelos, leyes, entre otros; los cuales son necesarios y urgentes en un
escenario cambiante, más aún luego de la Covid-19, con lo cual las
organizaciones requieren incluir con mayor énfasis a la tecnología.
La
competencia investigativa se refiere a las habilidades, conocimientos,
destrezas en el uso de las herramientas tecnológicas, bases de datos, softwares, además de la práctica de los valores
como la honestidad, responsabilidad, trabajo en equipo, liderazgo y la
organización de los recursos, focalizadas en el desarrollo de las
investigaciones para la posible publicación en alguna revista indexada,
prioritariamente en Scopus y WOS a nivel de postgrado, en vista que se ha
convertido en un requisito para la obtención del grado académico.
El
desarrollo de la competencia investigativa aunada a la publicación de
artículos, no es nueva, en el continente europeo, asiático y américa del norte,
los estados han implementado diferentes políticas para motivar a los entes
académicos al desarrollo de investigaciones que aporten a una mejor calidad de
vida, a esto se aúna la empresa privada, que incorporó los fondos concursables
para brindar el apoyo económico a estudios que respondan a sus necesidades.
Sin
embargo, en el Perú a razón del espíritu de la Ley Universitaria 30220 que
corresponde a la investigación, el estado a través de Concytec brindó los
lineamientos para reconocer a los profesionales y calificarlos en un nivel y
categoría; tal es así, que de manera progresiva los catedráticos vienen
haciendo el esfuerzo por publicar artículos de investigación, en el último año
se ha incorporado el reconocimiento por patentes y software,
abriendo el abanico para la calificación respectiva.
En el
estudio se evidenció que el desarrollo de la competencia investigativa está
determinado por el género (predominó el masculino), el grupo etario (destacan
los mayores de 30 años), y la maestría. En este sentido, los profesionales con
mayor experiencia laboral, tienen la facilidad para identificar los problemas a
investigar, en vista que afecta dicha situación a su desempeño profesional y el
logro de los objetivos de la organización, e indican que optaron por estudiar la
maestría en un área en particular para construir una solución al problema que
los aqueja. Además, que los motiva al uso de la biblioteca virtual para la
búsqueda de la información teórica y conceptual, para reforzar su praxis
laboral y se evidencia en el trabajo académico que desarrolla.
Cabe
señalar que menos del 50% reconoce haber desarrollado la competencia
investigativa; sin embargo, este resultado será ratificado o modificado al
momento de la evaluación del producto final, por el jurado calificador, quien
revisará la investigación y además será parte del jurado de la sustentación,
cabe precisar que, sobre todo en la última fase, los estudiantes no responden a
las preguntas en el campo metodológico, afectando al resultado de la evaluación
final.
Del análisis
realizado es necesario y urgente que la universidad implemente programas para
mejorar la redacción científica, el análisis estadístico y difusión de los
eventos académicos para que los estudiantes expongan los resultados obtenidos,
además del manejo de las herramientas tecnológicas, necesarias también para la
vida cotidiana y profesional. Finalmente, la competencia investigativa requiere
ser desarrollada desde la educación básica regular, la misma que permitirá
generar estudios desde diferentes enfoques, diseños y métodos, que respondan a
los objetivos previstos en las instituciones públicas y privadas, en aras de
mejorar el bienestar de las personas aunado a la responsabilidad social, que
también constituye un pilar fundamental en la gestión universitaria.
En
consecuencia, las futuras investigaciones debieran enfocarse a estudios mixtos,
donde se conozca la apreciación de los jurados, asesores y de los estudiantes
de la maestría, además de los gestores de las organizaciones, para así
comprobar que los estudios respectivos, y en especial la Tesis o trabajo de
investigación permitió mejorar las competencias laborales de los colaboradores,
y con dicha información se re diseñe el plan curricular, implemente estrategias
de enseñanza y aprendizaje acorde al escenario futuro, y se incorpore a
profesionales especializados en las líneas de investigación que fueron
previstas en el programa académico.
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