Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXVIII, Número Especial 5, 2022
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Como citar APA: Huárac, Y.,
Díaz, M. C., y Cuba, E. E. (2022). Presupuesto participativo y gestión del
gasto público. Revista de Ciencias Sociales (Ve), XXVIII(Especial
5), 279-289.
Presupuesto participativo y gestión del gasto público
Huárac Quispe, Yohnny*
Díaz
Mújica, María Constantina**
Cuba Mayuri, Ena Elizabeth***
Resumen
El
presupuesto participativo se convierte en un instrumento de la gestión pública
que involucra a diversos actores en el proceso de planificación gubernamental.
El objetivo de esta investigación es analizar el presupuesto participativo y la
gestión del gasto público desde una concepción teórica, destacando la
relevancia del gasto público en los distintos sectores económicos de interés
nacional. La metodología utilizada refiere a un análisis descriptivo
documental, por lo tanto, en el presente artículo se realizó una revisión de
fuentes bibliográficas relacionadas al presupuesto participativo y gasto
público, de manera que se pueda conceptualizar individualmente estos términos
bajo diversos criterios de gestión; en tal sentido, se encontraron 20 fuentes
bibliográficas de diversas bases de datos. Entre los principales hallazgos se
tiene que los ciudadanos contribuyen a elegir el destino de los recursos
públicos, así como el Estado es garante de mantener el bienestar de la
población mediante el gasto público orientado a diversos sectores económicos de
la sociedad. Se concluye que la eficacia del gasto público en los distintos
sectores sociales y el uso de los presupuestos participativos como instrumento
de la gestión pública, se convierten en potenciales mecanismos de participación
ciudadana.
Palabras clave: Presupuesto participativo; gestión; gasto público;
participación ciudadana; sectores económicos.
* Magister Gestión Pública. Universidad César Vallejo, Perú. E-mail: yhuaracq@ucvvirtual.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5558-1979
** Doctora en Gestión Pública y
Gobernabilidad. Docente en la Universidad César Vallejo, Perú. E-mail: mariacdm2309@gmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2396-3961
*** Doctora en Gestión Pública y
Gobernabilidad. Docente en la Universidad César Vallejo, Perú. E-mail: enacuba@hotmail.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3096-632X
Recibido:
2021-12-14 · Aceptado: 2022-03-02
Participatory budget and public expenditure management
Abstract
The participatory budget becomes an instrument of public management that involves various actors in the government planning process. The objective of this research is to analyze the participatory budget and the management of public spending from a theoretical conception, highlighting the relevance of public spending in the different economic sectors of national interest. The methodology used refers to a documentary descriptive analysis, therefore, in this article a review of bibliographic sources related to participatory budgeting and public spending was carried out, so that these terms can be individually conceptualized under various management criteria; in this sense, 20 bibliographic sources from various databases were found. Among the main findings is that citizens contribute to choosing the destination of public resources, just as the State is the guarantor of maintaining the well-being of the population through public spending aimed at various economic sectors of society. It is concluded that the effectiveness of public spending in the different social sectors and the use of participatory budgets as an instrument of public management, become potential mechanisms for citizen participation.
Keywords: Participatory budget; management; public spending; citizen participation; Economic sectors.
Introducción
La
participación ciudadana cada vez está tomando mayor relevancia dentro de la
política y la gestión pública a nivel mundial. Desde la segunda mitad del siglo
XX empezaron a surgir nuevas formas de acción colectiva asociadas a la equidad
y a la defensa de los derechos, lo cual no estuvo ajeno a la política y al
sector público (Santos, Batel y Gonçalves, 2018).
En ese
sentido, la participación ciudadana puede definirse como un conjunto de
instancias donde los ciudadanos, como habiente de virtudes cívicas puestas a la
orden del bien común, participan en la toma de decisiones, respecto a asuntos
públicos (Contreras y Montecinos, 2019; Rodríguez, y
Jara-Iñiguez, 2020; Restrepo, Cotrina y Daza, 2021);
y dentro de los asuntos públicos con mayor relevancia se encuentra el
presupuesto participativo, el cual es un mecanismo que permite a la población
"excluida" participar en la colocación del dinero público (Sintomer y Ganuza, 2011;
Rodríguez y Jara-Iñiguez, 2020).
El
presupuesto participativo, se ha transformado en la práctica democrática y la
manifestación de la participación ciudadana que ha logrado mayor divulgación en
el ámbito mundial; especialmente, con los partidos políticos que proponían
nuevas formas de hacer política, con un mayor nivel de participación de los
ciudadanos (López y Gil-Jaurena, 2021). En ese
sentido, se considera que el presupuesto participativo es una verdadera
experiencia y práctica participativa que se ha extendido rápidamente por todos
los continentes, adecuándola a contextos propios y realidades distintas,
logrando resultados sostenibles como gobernanza, justicia social, resiliencia,
planificación holística, entre otros beneficios (Allegretti
y Hartz-Karp, 2017).
De
igual manera, en utilidad social podría ser también, una innovación que
involucra el considerar la finalidad social, la relevancia de las relaciones
humanas para el progreso de una sociedad, a través de la participación de las
comunidades generadoras de soluciones autosustentables en su día a día (Jaillier y Arias, 2017; Arboleda et al., 2019).
Por lo
antes expuesto, el objetivo principal es conceptualizar, bajo distintas
perspectivas, el presupuesto participativo, así como explicar su origen, además
de mostrar la diferencia entre gasto y malgasto público, así como enfatizar la
importancia de la eficacia del gasto público en los diversos sectores
económicos de interés nacional y cómo ha ido evolucionando el concepto de
presupuesto participativo en el contexto latinoamericano.
1.
Metodología
La
revisión bibliográfica realizada en el presente trabajo de investigación es de
tipo descriptivo, debido a que recopila los datos más importantes sobre las
variables de investigación que tratan sobre temas relacionados a presupuestos
participativos, gasto público, malgasto o derroche de dinero público, y
participación ciudadana. Asimismo, el presente artículo tiene un enfoque
cualitativo, el cual se puede apreciar en la revisión y extracción de
información relevante de todas las fuentes usadas. El desarrollo del trabajo
comprende la búsqueda de fuentes extraídas de Scopus, relacionadas al ámbito de las
ciencias sociales, específicamente, la política y participación ciudadana,
dentro de un contexto latinoamericano.
Todas
las referencias empleadas trataban de la aplicación de los presupuestos
participativos en países latinoamericanos, el gasto público en los distintos
sectores como el sector salud; infraestructura, vivienda y saneamiento;
energía, investigación y desarrollo; y, finalmente, el sector educativo.
Asimismo, también se tuvo en cuenta artículos de investigación relacionados a
la eficacia del gasto público, solo se consideraron artículos recientes
(publicados entre el 2017 al 2021). Se tuvo como resultado la recopilación de
22 fuentes (ver Cuadro 1), que una vez revisadas se extrajo la información más
importante para poder estructurar el presente artículo.
Cuadro
1
Fuentes
bibliográficas que argumentan a la investigación
Año |
Autor(es) |
Título |
Revista |
2021 |
Luque, D., y Guillén, A. |
The recalibration of public social spending in Spain: Towards a social investment state? |
Revista Española de Investigaciones Sociológicas |
2021 |
Behar-Villegas, E. |
Wasteful spending cultures: State inefficiency and policy narratives. |
Revista de Administracao Publica |
2021 |
Ocampo-Salazar, C., y Cardona, J. |
The fifth dimension of power: Analytics of governmentality in organizational studies. Case study of the municipality of Medellín, Colombia. |
Innovar |
2021 |
Rodrigues, A., Silveira, T., y Gonçalves, C. |
Efficiency of public spending on primary health care in the municipalities of Rio de Janeiro, brazil: Robust scores and their determinants. |
Ciencia e Saude Coletiva |
2021 |
López, S., y Gil-Jaurena, I. |
Transformations of participatory budgeting in Spain: From the implementation of the porto alegre model to the instrumentalization of the new experiences. |
OBETS. Revista de Ciencias Sociales |
2021 |
González, A., y Soler, A. |
New perspectives on participatory budgeting: The results of participation from a political and technical perspective |
OBETS. Revista de Ciencias Sociales |
2021 |
Sorribas, P. |
Participation in Institutions of Participatory Democracy: The discriminatory contribution of socio-psychological variable. |
Quadernos de Psicologia |
2020 |
Marroquín, J., y Ríos, H. |
Public Spending, Staying Power and Economic Growth |
Estudios de Economía Aplicada |
2020 |
Melo, L. A., y Ramos, J. E. |
Public spending in Colombia: International comparisons, evolution and structure. |
Revista de Economía Institucional |
2020 |
Rodríguez, C., y Jara-Iñiguez, I. |
The participatory budgeting process: Adherence or citizen disappointment? Case: Decentralized autonomous government of la concordia. |
Revista Española de la Transparencia |
2020 |
Cantos, J. M., y Balsalobre,
D. |
Impact of public r & d in energy on environmental correction in Spain. |
Estudios de Economía Aplicada |
2020 |
Cea-Madrid, J. |
Public expenditures with hospital and out-of-hospital services in chilean community model of mental health |
Saude e Sociedade |
2020 |
Manoel, A., Silva, F., y Ribeiro, A. |
Influence of public spending on economic growth and economic development: An analysis in Santa Catarina municipalities. |
Journal Globalization, Competitiveness and Governability |
2020 |
López, S. F., y Quintero, D. E. |
Initial impacts of participatory budget in the financing of higher education: Evidence for Medellin (Colombia). |
Gestión y Política Pública |
2020 |
Riquelme, G., López, A., Peralta, J., y Olivares-Faúndez, V. |
Efficiency of public expenditure in higher education. Chile 1990-2015. |
Utopía y Praxis Latinoamericana |
2020 |
Santos, F., Tanscheit, T. y
Ventura, T. |
(2020). The workers’ party and participatory institutions: The influence of intra-party dynamics in the adoption of participatory budgeting |
Dados |
2019 |
Arboleda, C., Montes, J., Correa, C., y Arias, C. |
Laboratorios de innovación social, como estrategia para
el fortalecimiento de la participación ciudadana. |
Revista de Ciencias Sociales (Ve) |
2019 |
Lasulaitis, S., Pineda, C., Carneiro, E., y Cardoso, R. |
Interactivity and policy cycle within electronic participatory budgeting: A comparative analysis. |
Revista de Administracao Publica |
2018 |
García, M. L., y Téllez, L. |
El presupuesto participativo: Un balance de su estudio
y evolución en México. |
Perfiles Latinoamericanos |
2018 |
Hernández, J., y Chumaceiro,
A. |
Acercamiento histórico a la participación ciudadana en
Venezuela: Modelo de relación Estado-Sociedad (1958-2012). |
Revista de Ciencias Sociales (Ve) |
2018 |
Santos, M., Batel, S., y Gonçalves,
M. |
Participation is trendy: A social psychological approach to the participatory budget. |
Psicologia e Sociedade |
2017 |
Allegretti, G., y Hartz-Karp, J. |
Participatory budgeting: A methodological approach to address sustainability challenges. |
Methods for Sustainability Research |
Fuente: Elaboración propia, 2022.
2.
Presupuesto participativo en el contexto latinoamericano
En la
década de 1980 se produjo el auge de los presupuestos participativos a nivel
mundial, su difusión se produce en un entorno de transformaciones políticas,
económicas, así como culturales percibidas en dicha época. En Latinoamérica, su
aparición se presenta en un contexto de democratización y descentralización de
los países que la conforman, su principal objetivo desde el inicio fue hacer
una gestión pública más democrática, y que los ciudadanos entiendan el
funcionamiento de la gestión del gasto público, al igual que sus procesos de
decisión, así como el entendimiento de prioridad hacia ciertos sectores
económicos (García y Téllez, 2018).
En ese
sentido, García y Téllez (2018) indican que los primeros vestigios de la
aplicación del presupuesto participativo se dieron en Brasil y Uruguay,
específicamente, la primera experiencia en la realización de un presupuesto
participativo fue en la ciudad brasileña de Porto Alegre, donde en 1989 los
ciudadanos decidieron el destino de los recursos públicos (González y Soler,
2021). Los nuevos partidos políticos que prometían una mayor participación
ciudadana, en su mayoría de izquierda, tomaron la experiencia de Porto Alegre y
decidieron proponer esta modalidad para sus respectivas realidades (López y
Gil-Jaurena, 2021).
Es así
como en la década de 1990 se registraron algunas experiencias en Ecuador, Perú
y Argentina; asimismo, a la par a estos países el presupuesto participativo se
iba dando en Europa y Norteamérica, finalmente, se llega a ver en África y
Oceanía (García y Téllez, 2018). Por su parte, González y Soler (2021) sostienen
que, el hecho de que el presupuesto participativo se haya expandido a nivel
mundial hace que este sea capaz de adaptarse a diferentes requerimientos como
la lucha contra la corrupción, clientelismo y desafección ciudadana.
3.
Presupuesto participativo: Un proceso de intervención de los ciudadanos
El
presupuesto participativo es un tanto difícil de definir, debido a la gran
variabilidad de su aplicación relacionada al contexto en el cual se lleva a
cabo. Al respecto, González y Soler (2021), lo definen como un proceso por el
cual los ciudadanos ayudan a elegir el destino del total o de una parte de los
recursos públicos; en otras palabras, lo concibe como una forma de mejorar y
aumentar la democracia a través de la habilitación de la población con la
finalidad de decidir el destino del gasto público, a través de un mecanismo de
consultas y discusión.
Por su
parte, Ocampo-Salazar y Cardona (2021), lo definen como un programa que fomenta
la planeación y participación en favor del empoderamiento de la ciudadanía, con
la finalidad que el gobierno haga a los líderes de la población corresponsables
de la distribución de los recursos para la asignación al gasto público.
Rodríguez
y Jara-Iñiguez (2020), definen al presupuesto participativo como un mecanismo
donde se define el destino de una parte de los recursos públicos y donde la
ciudadanía forma parte activa de esa toma de decisiones; asimismo, involucra la
discusión y redistribución de los recursos públicos mediante la consideración
de prioridades del gasto; también, incluye que la participación se rige por una
serie de reglas coherentes con la democracia directa y representativa.
Asimismo,
las iniciativas de participación ciudadana han utilizado las tecnologías de la
información y comunicaciones para promover la modernización del canal
participativo e incluso se han desarrollado iniciativas como el presupuesto
participativo electrónico, el cual tiene un formato innovador que involucra
tanto la participación ciudadana como el uso de internet,
y esto conlleva como principales beneficios: Conveniencia, costos reducidos de
participación, y valor agregado (Lasulaitis et al.,
2019).
Por lo
tanto, la participación ciudadana es un elemento primordial del análisis
sociopolítico, se trata del estudio de la colectividad con la finalidad de
precisar cómo se estructuran los intereses sociales y satisfacen sus
necesidades; de cómo se produce la relación del Estado con la sociedad, así
como verificar si los ciudadanos participan en los proyectos y de qué manera
ello impacta en el desarrollo del entorno (Hernández y Chumaceiro,
2018).
4. Gasto
y malgasto público: Una mirada sistémica desde la sostenibilidad
La
noción de la inversión social surgió con la ambición de modernizar el Estado de
bienestar de la población y asegurar su sostenibilidad. Al respecto, Luque y
Guillén (2021), definen al gasto público como la cantidad de riqueza que
utiliza el Estado para garantizar y mantener el bienestar de la población, de
manera que este bienestar otorgue finalmente mayores beneficios al Estado.
Incluso, Machado (2017) manifiesta que en ocasiones algunos gobernantes en las
épocas donde ocurren elecciones, incitan el aumento del nivel de gasto público,
con la intención de incrementar sus posibilidades de triunfo.
Por su
parte, Melo y Ramos (2020) indican que, el libre mercado generalmente no
garantiza un resultado eficiente o equitativo hacia la población, bajo esa
premisa el Estado busca intervenir en ciertas actividades; asimismo, tiene la
potestad de estipular recursos con la finalidad de subsanar estas fallas de
mercado e impulsar la eficiencia económica, optimizar la distribución de los
ingresos, así como contener los ciclos económicos. Contrario a esto, Luque y
Guillén (2021) mencionan que el gasto público, así como las políticas sociales
no deben centrarse en proteger pasivamente a las personas, sino que convienen
empoderarse con la finalidad de maximizar su integración en el mercado y
reducir la desigualdad económica como también de oportunidades.
El
tamaño óptimo del gasto público es difícil de medir, puesto que para lograr una
asignación eficiente se debe comparar la utilidad marginal del bien público que
ofrecerá el Estado con la “no” utilidad de los impuestos; en otras palabras, no
se puede evaluar la eficiencia del gasto público sin considerar los impuestos
destinados a esta; en ese sentido, si el beneficio es mayor, el gasto público
será eficiente; sin embargo, si el beneficio no es el esperado, entonces se
considera como un "malgasto público" (Melo y Ramos, 2020).
Debido
a ciertas circunstancias y producto de investigaciones masivas de los
organismos de control del gasto público estatal se han hallado denuncias sobre
malgasto público. Este también se define como la cantidad de dinero estatal
aportado a gastos superfluos que no generan bienestar en la población y no
crearán un beneficio futuro al Estado (Behar-Villegas,
2021).
El
malgasto público en América Latina es un problema estructural y bastante
relacionado a la corrupción, lo cual provoca a la ciudadanía una disminución en
la calidad de vida y la continuación de la exclusión, así como la desigualdad;
asimismo, el Banco Interamericano de Desarrollo (2018) indica que el malgasto
público equivale a un 4,4% del PBI regional. En ese sentido, los gobiernos latinoamericanos
constantemente, adoptan medidas populistas y promesas políticas que realizaron
con la finalidad de ganar las elecciones, mismas que generalmente, requieren
una gran demanda de inversión para ser llevadas a cabo, lo cual retrasa el
crecimiento económico y a, mediano plazo, afecta a toda la población (Marroquín
y Ríos, 2019).
No en
toda Latinoamérica, el malgasto púbico se da por beneficiar a los más
necesitados con propuestas populistas, sino que también se presenta con el fin
de favorecer a grandes grupos de poder como empresariales, agricultores,
burócratas, así como empleados gubernamentales (Marroquín y Ríos, 2019).
5. Gasto
público: Instrumento para el desarrollo de los programas sociales
La
determinación empírica de la eficiencia del gasto público es un desafío total.
El sector educación es considerado como uno de los más relevantes y bastante
relacionados al crecimiento económico y social de cada nación, incluso, la
mayoría de los gobiernos ubica a este sector como uno de los prioritarios en su
agenda, de manera que se promuevan, y fomenten nuevas políticas públicas
educacionales, traducidas en opulentos proyectos y grandes reformas (Riquelme
et al., 2020). Es por este último motivo que la gran cantidad de recursos
asignados a la educación deben lograr cierta rentabilidad (beneficio futuro
recibido de manera periódica).
La
educación, constituye para cada persona y nación una inversión donde hay
beneficios y costos. Entre los principales beneficios individuales (dirigidos a
la población), se tienen mayores salarios, satisfacción personal y familiar,
mejores condiciones de trabajo, salud, así como expansión de capacidades
individuales; todo esto, provoca la reducción de actividades socialmente
indeseables como la delincuencia, mejora la competitividad, provoca un mayor
desarrollo científico y una población más saludable; así que, finalmente el
impacto dirigido al Estado será el crecimiento económico, desarrollo humano,
reducción de la desigualdad y la pobreza, al igual que el fortalecimiento
institucional de las naciones, como también, el goce de derechos y el adecuado
cumplimiento de deberes (López y Quintero, 2020).
Otro
sector de gran importancia y de interés económico, así como público es el
energético, debido al carácter horizontal que posee, es decir, garantiza el
abastecimiento de energía que necesitan los demás sectores para su adecuado
funcionamiento; y a las grandes exigencias tecnológicas para la producción y
distribución de la energía, que dificulta un mercado de libre competencia,
creando posiciones dominantes que tienen el poder de alterar los precios, lo
cual puede provocar un descontento de la ciudadanía y posiblemente, conllevar a
una crisis política y futura inestabilidad económica (Cantos y Balsalobre, 2020).
Por
otra parte, el acceso a la salud juega un papel importante en la agenda de
desarrollo de cualquier nación, puesto que está directamente relacionada al
bienestar de la población, a la generación de empleo, ingresos en innovación y
desarrollo, es más, es un derecho fundamental (Rodrigues
et al., 2021). Dentro del sector salud, un área bastante importante y delicada
es la salud mental, en Latinoamérica, se está impulsando el desarrollo de
políticas dirigidas específicamente a esta especialidad, así como un modelo que
brinda un adecuado servicio de origen comunitario (Cea-Madrid, 2020), esto
debido a que un país que invierte en la salud mental de los ciudadanos logra
una adecuada cohesión y progreso social, así como un desarrollo sostenible y
mejoramiento de la sociedad como un todo (López y Quintero, 2020).
Por
último, y no menos importante se tiene al sector vivienda, infraestructura y
saneamiento, que está fuertemente ligado a la salud y tiene efectos positivos a
la calidad de vida de la población y a su vez en los índices de desarrollo
humano (Manoel et al., 2020).
La
acumulación del capital humano, mediante la inversión en educación, salud,
salud mental y nutrición, ofrece a la sociedad o al Estado mayores beneficios
de los que la persona obtiene individualmente. Por lo que es importante que
cada sector, independientemente de cuánto valor se crea que aporte a la
sociedad deba tener una asignación de presupuesto justa, priorizando los
sectores relacionados al capital humano, así como los de origen horizontal; es
decir, que involucren a más sectores para que de esta manera los beneficios
hacia la sociedad y el país sigan aumentando y se alcance el gasto público
óptimo (Melo y Ramos, 2020).
6.
Presupuesto participativo en la eficacia del gasto público: Algunos aportes
desde la práctica
Desde
su aparición en la provincia de Porto Alegre, en Brasil, el presupuesto
participativo ha tenido como principal objetivo la distribución adecuada de la
riqueza y la inclusión de los "excluidos”; asimismo, ha sido partícipe del
combate contra la corrupción local, generalmente presentada en Latinoamérica;
el clientelismo, visto en China, así como los sentimientos de desafección
ciudadano, exhibido generalmente en Europa (González y Soler, 2021). En ese
sentido, Ocampo-Salazar y Cardona (2021), sostienen que cuanto mayor sea el
alcance de la política de redistribución, habrá una mejor calidad del gasto
público.
Al
respecto, Allegretti y Hartz-Karp
(2017) manifiestan que el presupuesto participativo se refiere a una innovación
de tipo democrática que interviene en la formulación y, algunas veces, en la
ejecución, de presupuestos de instituciones estatales a través de diversas
negociaciones entre el gobierno local y los ciudadanos o no habitantes con
derecho a voto.
En ese
sentido, los presupuestos participativos son distintos de acuerdo con la región
en la cual se aplican y sus funciones también varían dependiendo de la misma.
Algunos solo recomiendan asignaciones presupuestarias, otras las deciden junto
con el Estado y algunas van más allá, realizan la planificación y le dan
seguimiento a lo acordado (Allegretti y Hartz-Karp, 2017).
La
participación política dirigida por instituciones del Estado está muchas veces
asociado al compromiso del ciudadano y su sentimiento de pertenencia hacia una
comunidad (Sorribas, 2021); asimismo, la experiencia de presupuestos
participativos dinamiza la red o tejido social, activa el rol movilizador e
implica a todos los habitantes en un proceso donde se les da la oportunidad de
ser escuchados y votar por lo que ellos consideran lo más justo; además,
constituyen un papel pedagógico al enseñarles sobre el funcionamiento de las
instituciones y cómo pueden formar parte de un rol trascendental dentro de su
comunidad (González y Soler, 2021).
En
otras palabras, el presupuesto participativo trae consigo múltiples beneficios
para los participantes y la población; sin embargo, también es una manera de
prevenir el malgasto público y, de esta manera, eliminar el beneficio que se
obtendría de una adecuada distribución de gastos (Behar-Villegas,
2021).
Rodrigues et al. (2021), señala que, en el sector salud, la
eficacia del gasto público apenas alcanza el 63%; sin embargo, en ciudades que
aplican una mayor participación ciudadana en la distribución del gasto público
esta puede lograr un 90%; por el contrario, otros estudios no pueden encontrar
una relación. Por su parte, Manoel et al. (2020),
evidencian que el gasto público asignado por personas que son cercanas a la
ciudadanía, generalmente en los países de economía emergente, traen como
consecuencia un mayor crecimiento económico; por tal motivo es relevante evitar
la corrupción relacionada al gasto público con la implementación de medidas
similares al presupuesto participativo.
El
presupuesto participativo es usado para evitar el malgasto y tener una mayor
eficacia en el gasto público, puesto que logra una verdadera "reversión de
prioridades", debido a que es la misma población quien tiene mayor
conocimiento del beneficio que obtendrán a largo plazo, y consecuentemente,
beneficiará al Estado al incrementar su calidad de vida, así como bienestar
emocional y físico (Santos et al., 2020).
Conclusiones
El
presupuesto participativo es una demostración del grado en el que la
participación ciudadana puede influir en las decisiones importantes del Estado
como la asignación del gasto público, con el objetivo de evitar derroches
innecesarios o la corrupción de funcionarios locales; en otras palabras, busca
que los “olvidados” puedan ser agentes partícipes de las decisiones relevantes
que finalmente los benefician individualmente y, a largo plazo, beneficiará al
Estado. El presupuesto participativo se entiende como una práctica democrática
y es la manifestación de la participación ciudadana que más difusión ha tenido
a nivel mundial.
Existen
diferentes puntos de vistas de cuánto debe influir el Estado en la vida de las
personas así como en los sectores de interés público; asimismo, los autores
también difieren en cuánto debe permitir el Estado la participación ciudadana,
por ese motivo, no se debe olvidar que los propios ciudadanos son quienes
tienen mayor conocimiento sobre qué los beneficia individualmente, por lo cual,
conviene al Estado evaluar qué programa o proyectos sociales beneficiará a la
sociedad en el futuro, teniendo en cuenta el nivel de eficacia del gasto
público que se ha ido obteniendo con los presupuestos participativos.
Diversos
autores coinciden que el presupuesto participativo influye en el nivel de
malgasto público, puesto que un adecuado seguimiento y planificación de los
presupuestos que maneja el Estado, junto con los ciudadanos podría evitar el
ingreso de la corrupción en los mismos, sobre todo en los países en vías de
desarrollo, donde los grupos de poder buscan sacar alguna ventaja o beneficio
de las leyes o programas sociales promovidos.
Las
fuentes recopiladas serán de gran ayuda para los investigadores interesados en
los aportes del presupuesto participativo en la historia política
latinoamericana, en conceptos presentados desde distintas ópticas y la
concientización de la importancia de la participación ciudadana en la
asignación del gasto público.
Referencias
bibliográficas
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