Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXVIII, Número Especial 5, 2022

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

Como citar APA: Polo, B. R., Hinojosa, C. A., Weepiu Samekash, M. L., y Rodríguez, J L. (2022). Estilos de aprendizaje y rendimiento académico en el área de comunicación con enfoque de sistemas. Revista de Ciencias Sociales (Ve), XXVIII(Especial 5), 48-62.

Estilos de aprendizaje y rendimiento académico en el área de comunicación con enfoque de sistemas

Polo Escobar, Benjamín Roldan*

Hinojosa Salazar, Carlos Alberto**

Weepiu Samekash, Milena Leticia***

Rodríguez Medina, José Luis****

Resumen

Los estilos de aprendizaje, son factores importantes en el desarrollo humano, a partir de ello la educación busca mejorar las habilidades tomando en cuenta la diversidad de conocimientos en las personas, que propicie un discernimiento más efectivo y enriquecedor. El objetivo del estudio consiste en determinar la relación existente entre los estilos de aprendizaje, según el modelo Honey, Gallego y Alonso (1992), y el rendimiento académico en los estudiantes de Comunicación en un enfoque de sistemas en la Institución Educativa Seminario Jesús María, Amazonas-Perú, siguiendo una metodología de investigación cuantitativa de tipo no experimental, transversal, descriptiva y correlacional, aplicando instrumentos a 162 estudiantes en el área de comunicación. En el proceso de evaluación se encontró que el estilo de aprendizaje predominante en los estudiantes del 3er año es activo, en el 4to son reflexivos, y en el 5to año son más pragmáticos demostrando una diversidad de estilos de aprendizaje. Se concluye en prever algunos consejos y argumentos enfilados en los sistemas escolares, que permitan reflejar el timbre del éxito y compararse con sus similares, desde la identificación de su estilo de aprendizaje, así como la capacidad de ver las cosas desde diversas perspectivas, permitiéndoles participar en diferentes experiencias de aprendizaje.

Palabras clave: Estilos de aprendizaje; rendimiento académico; habilidades; enfoque de sistemas; comunicación.

* Doctor en Gestión Pública y Gobernabilidad. Docente Investigador en la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza, Perú. E-mail: benjamin.polo@untrm.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5056-9957

** Doctor en Administración. Docente Investigador en la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza, Perú. E-mail: carlos.hinojosa@untrm.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5603-0979

*** Doctor en Educación. Docente Investigador en la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza, Perú. E-mail: milena.weepiu@untrm.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4734-9213

**** Magister en Derecho Constitucional y Gobernabilidad. Docente Investigador, Invitado en la Universidad Nacional Toribio Rodríguez de Mendoza, Perú. E-mail: jose.rodriguez@untrm.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1819-8129

Recibido: 2021-12-08 · Aceptado: 2022-02-24

Learning styles and academic performance in the area of communication with a systems approach

Abstract

Learning styles are important factors in human development, from which education seeks to improve skills taking into account the diversity of knowledge in people, which favors a more effective and enriching discernment. The objective of the study is to determine the relationship between learning styles, according to the Honey, Gallego and Alonso (1992) model, and academic performance in Communication students in a systems approach at the Jesus Maria Seminary Educational Institution, Amazonas-Peru, following a non-experimental, transversal, descriptive and correlational quantitative research methodology, applying instruments to 162 students in the area of communication. In the evaluation process it was found that the predominant learning style in the 3rd year students is active, in the 4th year they are reflective, and in the 5th year they are more pragmatic demonstrating a diversity of learning styles. It is concluded to foresee some tips and arguments focused on school systems, which allow them to reflect the bell of success and compare themselves with their peers, from the identification of their learning style, as well as the ability to see things from different perspectives, allowing them to participate in different learning experiences

Keywords: Learning styles; academic performance; skills; systems approach; communication; academic performance.

Introducción

En el proceso enseñanza-aprendizaje es primordial que el docente conozca los estilos de aprendizaje que poseen sus alumnos. Cada estudiante aprende de diferente manera, por lo que detectarlo sirve para poder crear ambientes de aprendizaje donde se utilicen estrategias didácticas que le permitan ir construyendo su aprendizaje y que propicien el aprender a aprender: A mayor emoción en el aprendizaje mayor producción. Al respecto, Esteves, et al. (2020) manifiestan que "en el proceso de enseñanza-aprendizaje universitario los educadores se enfrentan, de manera cotidiana, a las particularidades de sus alumnos para interiorizar los contenidos de las asignaturas" (p.226), y ayudarles a lograr sus objetivos para una formación integral.

El presente trabajo de investigación tiene como problema conocer: ¿Cuál es la relación existente entre los estilos de aprendizaje según el modelo Honey-Alonso (Alonso, Gallego y Honey, 2005), y el rendimiento académico en los estudiantes en el área de comunicación en un enfoque de sistemas en la Institución Educativa Seminario Jesús María, Amazonas – Perú?; a partir de ello y con la aplicación del Cuestionario Honey – Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA) a los estudiantes del VII ciclo nivel secundario y caracterizado bajo un enfoque de sistema de educación continua, se puede obtener los resultados esperados.

Dentro de la orientación de estudio y teniendo en cuenta conocer la caracterización social del estudiante, una de las etapas del diagnóstico residió en identificar las necesidades y fortalezas de los mismos en sus tres niveles 3er, 4to y 5to año, secciones A y B del nivel secundario, observando algunas dificultades frente a la identificación de las competencias afectivas, sociales y educativas. De esta manera, se profundiza en conceptualizaciones sobre formas de aprender, llegando a aprehensiones con relación a Estilo, Estilos Cognitivos y Estilos de Aprendizaje, desde perspectivas de autores como Kolb (1984); Keefe (1988); Honey y Mumford (1992); y, Alonso et al. (2005).

En ese sentido, Keefe (1988) propone una definición de estilos de aprendizaje refiriendo que: “son los rasgos cognitivos, afectivos y fisiológicos que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los discentes perciben, interaccionan y responden en sus ambientes de aprendizaje” (p.48); que Alonso et al. (2005) hacen suya. Por los conceptos descritos anteriormente, es de vital importancia tener en cuenta la categorización y acierto de los estilos de aprendizaje de los dicentes para poder desarrollar un adecuado proceso de enseñanza-aprendizaje, atendiendo así a los principios de calidad de la educación. En ese sentido, Villacís et al. (2020) manifiestan que:

Resulta importante destacar que la interacción entre las características contextuales, el modo de aprender de los estudiantes y el estilo de enseñanza de los docentes en la educación (…) abren un abanico de temáticas y plantea la necesidad de que los docentes conozcan los factores que influyen en la configuración de una enseñanza eficaz. (p.292-293)

Esteban, Ruiz y Cerezo (1996), afirman que en los últimos años se han multiplicado los estudios e investigaciones sobre los procedimientos involucrados en la adquisición del conocimiento. Aspecto que refleja un cambio paradigmático al interior de la educación, relacionado con los actores, la dinámica y los productos del proceso enseñanza aprendizaje. Los nuevos desafíos a los que hay que enfrentarse en los actuales momentos, exigen casi un desaprendizaje de las acostumbradas estrategias y concepciones; requiere de la evolución a modelos pedagógicos más dinámicos, así como flexibilizados; y sobre todo a la reflexión en torno a los procesos técnico-pedagógicos que se aplican en el aula, que obligan al conocimiento de todos los involucrados en la experiencia de aprender.

En realidad, el aprendizaje vendría a ser, desde este paradigma, un proceso de procesos; en ese sentido, Beltrán (1993) indica que la caracterización y diagnóstico consentirá efectuar programas de intervención educativa dirigidos a incrementar la calidad de la enseñanza-aprendizaje desde una perspectiva global. Así mismo, desde este enfoque, Pérez (2000) afirma, que el aprendizaje es toda transformación del organismo que ocasiona un nuevo patrón de pensamiento y/o conducta. También, Esteban et al. (1996), encontraron diferencias significativas entre los Estilos de aprendizaje de los sujetos de alto y bajo rendimiento en donde las variables “eficacia” y “motivación”, son en la mayoría de los casos los que sitúan las diferencias significativas entre los estudiantes en comunicación y otros cursos.

Confluye así, la propuesta del Cuestionario Honey – Alonso de Estilos de Aprendizaje (CHAEA), a través de este, se logra caracterizar estilísticamente a los sujetos frente a la forma de acercarse al conocimiento, generando un instrumento compuesto por 80 ítems, utilizando una escala donde el Más (+) expresa una frecuencia de la acción mayor, mientras el Menos (-) la menor o inexistencia de la acción; es para responder individualmente, permitiendo a nivel virtual o manual encontrar la preferencia dentro del ciclo de aprendizaje.

Asimismo, siendo el estilo de los sujetos a la hora de aprender: Activos, Reflexivos, Teóricos, o Pragmáticos; el primero, caracterizado por ser animador, improvisador, arriesgado, espontaneo, aventurero, creativo; el segundo por su parte, es receptivo, analítico, observador, paciente, prudente y distante; el tercero, es metódico, lógico, objetivo, crítico, estructurado, sistemático; a diferencia del cuarto, descrito como experimentador, realista, planificador, organizado, práctico y directo.

A partir de la revisión teórica, el equipo de docentes decide utilizar el CHAEA para identificar el Estilo de Aprendizaje en cada estudiante, además, permite cimentar las acciones de trabajo y determinar la relación existente entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico en los estudiantes de Comunicación en un enfoque de sistemas en la Institución Educativa Seminario Jesús María (IESJM), Amazonas – Perú, con el fin de permear las estrategias pedagógicas y didácticas que utilizan los docentes, potenciando la formación, así como el acceso al conocimiento de los estudiantes.

1. Constructo del enfoque de los estilos de aprendizajes

Existe mucha incidencia en la construcción de teorías sobre el aprendizaje, pero no se cuenta con teorías de enseñanza, que son las que intentan explicar cómo se aprende; sino más bien con teorías y modelos de instrucción, “que pretenden determinar las condiciones óptimas para enseñar” (Urbina, 2003, p.88). Uno de los compendios que resume una gran cantidad de estos modelos es la obra de Reigeluth (1999; 2016), el cual distingue entre una teoría de aprendizaje descriptiva, cuya intención es describir los fenómenos; y otra de tipo prescriptiva, aquellas que pretenden normar el proceso de aprendizaje. En el caso de las teorías de aprendizaje que intentan describir también es posible derivar principios prescriptivos.

Si bien estos principios podrían aplicarse universalmente a todas las situaciones de enseñanza (situaciones que impliquen aprendizaje asistido), los métodos específicos mediante los cuales se implementa cada principio deben variar de una situación a otra para que la instrucción sea de alta calidad (Reigeluth y Carr-Chellman, 2009). Por ejemplo, para aplicar el principio: “La instrucción debe utilizar una estrategia de enseñanza centrada en la tarea”, podría ser necesario variar considerablemente la naturaleza de la estrategia de una situación a otra. Del mismo modo, para el principio: “La instrucción debe proveer entrenamiento”, la naturaleza del entrenamiento podría variar ampliamente de una situación a otra. En ese sentido, “cada persona manifestara diferentes estilos de absorber o asimilar ese conocimiento para incrementar su formación integral” (Esteves et al., 2020, p.227).

Es por ello, que, dentro de los Estilos de aprendizaje, se entiende que el aprendizaje es constructivo, Cobb (2011) expresa que de este modo los aprendices son definidos como sujetos activos en la construcción de sus propios conocimientos, y esta a su vez de nuevo entendimiento; partiendo de la base que el aprendiz trae consigo información, la que se desarrolla sobre el fundamento que ya posee. Es por ello que, “los estilos de aprendizaje se ven reflejados en las preferencias que muestran las personas hacia determinados métodos, estrategias y técnicas, que les ayuda a dar significado a la nueva información en su proceso de aprendizaje” (Paytan, 2018, p.27).

El papel que juega el estudiante es netamente activo y el proceso de aprendizaje es un proceso autorregulado, orientado a metas (Gajardo, 2012). Kolb (1984) expresa que los estilos de aprendizaje dentro de su modelo, son algunos portes o “capacidades de aprender que se destacan por encima de otras como resultado del aparato hereditario de las experiencias vitales propias y de las exigencias del medio ambiente actual” (p.41).

Conscientes de lo complejo que es para los docentes llevar a cabo un proceso de enseñanza-aprendizaje acorde con las particularidades del alumnado, además diseñar estrategias didácticas y pedagógicas que tengan respuesta, es así como se hace pertinente identificar la manera cómo los estilos de aprendizajes predominantes en los estudiantes pueden estar influyendo en su desempeño académico. Castro y Guzmán (2005), coinciden en afirmar que los estilos de aprendizaje son la forma individual en la que los aprendices captan, observan, procesan y recuerdan la información.

Conceptos que han venido tomando gran fuerza entre los psicólogos y pedagogos interesados en conocer cómo aprende el ser humano. Lo cual de acuerdo con Villacís et al. (2020), es concerniente al estilo cognitivo en los campos de influencias culturales, así como en sus implicaciones para la educación. Al respecto, Coelho (2017) manifiesta que “como resultado de los procesos evolutivos del hombre para su pertinente adaptación: primero las células se formaron como estructuras físico-químicas, luego (…) comenzaron a contar con atributos como la asociación-percepción, la conciencia, la atención, la memoria, el aprendizaje” (p.61), entre otros, revelando luego tanto su capacidad creadora como su particularidad.

Entre tanto las investigaciones de Honey y Mumford (1992) describieron “los estilos de aprendizaje como activo reflexivo teóricos y pragmáticos”. Estudiar los estilos de aprendizaje posibilita al individuo concientizarse sobre su preferencia de asimilar el aprendizaje, observando y analizando los mecanismos utilizados en dicho proceso; así como lo que ha aprendido o lo que le falta por aprender (Labatut, 2005).

De acuerdo con Coloma et al. (2008) la determinación de los estilos de aprendizaje es ventajoso tanto para los alumnos como para los docentes, puesto que puede ayudar a propiciar el crecimiento personal, como también favorecer en la manera de enseñar. Además, es importante otro criterio que encontraron donde se resalta que la preferencia por aprender está determinada por el ambiente físico escolar, su diversidad, así como los medios educativos que ofrece la escuela; de esta manera, el contexto en el que el estudiante lleve a cabo sus tareas contribuirá en que el mismo alcance un aprendizaje óptimo (Giraldo y Bedoya, 2006).

Estando comprometidos con la realidad educativa y siendo conocedores que sin educación no hay progreso, el propósito es conocer cuál es el estilo de aprendizaje que permite un mejor rendimiento académico en el educando, mejorando con ello el proceso de enseñanza- aprendizaje. Radicando su importancia y contenido, en la búsqueda de algo desconocido en forma sistemática y metódica para propiciar su explicación, así como probar el resultado objetivamente, porque evalúa el nivel de conocimiento a través del rendimiento académico-logros de aprendizaje, como de los estilos de aprendizaje que utilizan los estudiantes.

Según Honey y Munford (1992); Guerra et al. (2019); Esteves et al. (2020); y Villacís et al. (2020), es importante conocer los estilos de aprendizaje predominantes en los estudiantes que permita motivarlos permanentemente hacia el conocimiento de los diferentes estilos de aprendizaje mediante organización constante de charlas, fórum, boletines o cursos, que la institución educativa puede crear e ir programando como una asignatura electiva. Puesto que, los cambios a nivel global, aunado a la sociedad del conocimiento, conlleva a los educadores o formadores, a “encontrar diferentes maneras para lograr que sus estudiantes (…), se motiven a desarrollar un proceso cognitivo que les permita alcanzar el nivel de competencias exigidas en los currículos” (Guerra et al. 2019, p.60); que los certificarán en los distintos niveles que deben cursar en su formación profesional.

2. Estilos o sistemas de representación en un enfoque de enseñanza

Esta investigación, compromete a optimizar la calidad educativa en el nivel técnico con visiones prospectivas de mejorar los estilos de aprendizaje de los alumnos, desde los primeros años. Asimismo, busca nuevas estrategias entendida estas como recursos, con un enfoque científico, así como nuevos sistemas educativos, que permitan brindar soluciones prácticas al problema, basadas en las corrientes pedagógicas contemporáneas con el avance científico del conocimiento.

Es decir, como una forma de entender la construcción del conocimiento humano, y un dinamismo complejo del alumno que construye y reconstruye continuamente nuevos conocimientos, a partir de exploraciones, opciones, al igual que constantes innovaciones a partir de sus conocimientos generados, en cooperación con el profesor y sus compañeros de estudios, permitiendo que tanto el aprendizaje como la capitalización de conocimientos genere una construcción permanente de nuevos conocimientos, así como la transformación de una nueva estructura mental. Al respecto, Compte y Sánchez (2019) señalan que “todos y cada uno de los miembros del grupo se hacen responsables de su aprendizaje y de, además, ayudar a sus compañeros a aprender” (134); lo cual facilita el logro de los resultados de aprendizaje e incrementa su rendimiento académico.

Golden (2014), manifiesta que las escuelas son sistemas complejos, por lo cual, con la finalidad de avanzar de manera sustentable, se deben incorporar las tecnologías digitales al plan de estudio de una manera que cambie lo que sucede en el aula día a día, lo que significa concentrarse en el aprendizaje, así como realizar cambios en todo el sistema educativo.

Diversas investigaciones apuntan a demostrar que los enfoques de aprendizaje están influenciados por algunas de las características individuales de quien aprende, por la naturaleza de la tarea académica, y por el contexto en que se da el proceso; estos factores interactúan en un sistema que define la ruta de aprendizaje elegida por cada estudiante (Soler, 2014; Soler y Romero 2014), tal como se puede apreciar en la Figura I.

Fuente: Soler y Romero (2014).

Figura I: Relaciones entre los factores que intervienen en la selección del enfoque de aprendizaje por parte de cada estudiante

En el sistema representado en la Figura I, se muestran las variables motivación y estrategias de estudio como determinantes a la hora de elegir el enfoque de aprendizaje; así, en la parte superior del sistema se establece que una motivación extrínseca, proveniente del entorno exterior al sujeto, evoca el uso de operaciones cognitivas de orden inferior, por parte del sujeto, tales como identificar, memorizar, describir, organizar listas y procedimientos sencillos, entre otras; estas operaciones a su vez provocan una orientación general que hace ver la tarea académica como una imposición, la misma es realizada con el mínimo esfuerzo y está guiada por el miedo al fracaso (Soler, 2014; Soler y Romero, 2014).

Por su parte, Honey y Mumford (1992) distinguen cuatro clases de aprendices en función de sus estilos: a) Activos: Se implican plenamente y sin prejuicios en todas las nuevas experiencias, involucrándose en los asuntos de los demás, así como centrando a su alrededor todas las actividades; b) Reflexivos: Consideran todas las alternativas antes de realizar un movimiento, reúnen datos analizándolos con detenimiento, observan a los demás y crean a su alrededor un clima ligeramente distante, así como condescendiente; c) Teóricos: Adaptan e integran las observaciones dentro de teorías lógicas y complejas, les gusta analizar y sintetizar, al igual que buscan la racionalidad y la objetividad huyendo de lo subjetivo y lo ambiguo; d) Pragmáticos: Su punto fuerte es la aplicación práctica de las ideas, les gusta actuar rápidamente y con seguridad en aquellas ideas, proyectos que les atraen, no dudando en ponerlos en práctica.

Diferentes estudios de investigación desarrollados destacan la relación entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico (Esteban et al., 1996; Giraldo y Bedoya, 2006; Compte y Sánchez, 2019; Esteves et al., 2020), evidenciando que cuando se presenta la información mediante diferentes enfoques, sistemas o según los estilos de aprendizaje, los estudiantes logran el éxito académico.

Al respecto, Alonso et al. (2005) han desarrollado diversos trabajos de investigación sobre rendimiento académico y estilos de aprendizaje, llegando a la conclusión que los estudiantes aprenden mejor cuando las estrategias de enseñanza recogen sus estilos de aprendizaje predominantes. Asimismo, Requena (1998) asegura que “el rendimiento académico es fruto del esfuerzo y la capacidad de trabajo del estudiante. De las horas de estudio, de la competencia y el entrenamiento para la concentración” (p.93). Además, como una forma específica del desempeño escolar, es el resultado alcanzado por parte de los alumnos que se manifiesta en la expresión de sus capacidades cognoscitivas que adquieren en el proceso enseñanza-aprendizaje, esto a lo largo de un periodo o año escolar.

Asimismo, resumiendo la propuesta de Adell (2006), se tiene que el rendimiento académico, tiene como indicador más aparente y recurrente las notas que obtienen los alumnos. Además, afirman que se trata de un constructo complejo y que viene determinado por un gran número de variables como: Inteligencia, motivación, personalidad, actitudes, contextos, entre otros. Por último, hace hincapié que el rendimiento académico no sólo quiere decir obtener notas buenas, por parte de los alumnos, sino aumentar, también, el grado de satisfacción psicológica, del bienestar del propio alumnado, así como del resto de elementos implicados: Padres, profesores y administración.

Dentro de los factores que influyen en el rendimiento académico, se tienen diversas investigaciones que demuestran que los factores independientes al rendimiento del sujeto, influyen en los resultados académicos. Cascón (2000), sostiene, que los factores que influyen en el rendimiento académico pueden ser endógenos o exógenos. Los factores endógenos, hacen referencia a todos aquellos elementos relacionados con la persona, evidenciando sus características neurobiológicas y psicológicas.

Al respecto, precisa Ramírez (2016), que “la inteligencia como una variable psicológica se relaciona de modo moderado con el rendimiento académico del estudiante; donde las formas de medir y entender la inteligencia son factores incluyentes y complementarios” (p.12). Por un lado, utilizando la formación que suministran las pruebas de inteligencia como predictor del fruto académico del alumno; y, por otro lado, con la finalidad de obtener un diagnóstico de las aptitudes en las que se pueden intervenir para mejorar el nivel académico.

Por su parte, los factores exógenos relacionan la influencia externa en el rendimiento académico como un criterio preponderante para el éxito o fracaso del alumno. Las variables familiares, sociales y económicas de los estudiantes, así como sus características comunes son factores que influyen en el rendimiento académico de los estudiantes. En ese sentido, Manassero y Vázquez (1995) sostiene que el nivel de autoestima es responsable de muchos éxitos o fracasos académicos, por consiguiente, si se logra construir en el estudiante la confianza en sí mismo, el estará más dispuesto a enfrentar obstáculos, dedicará mayor esfuerzo para alcanzar metas educativas, pues un positivo nivel de autoestima conlleva a la autorrealización y satisfacción académica que coadyuva al logro de aprendizajes.

De igual manera, Almaguer (1999) señala que la mayoría de los estudiantes tienen éxito o fracaso académico, porque proceden de familias con nivel sociocultural bajo. En el rendimiento académico es importante tener en cuenta el contexto social, puesto que los criterios del éxito educativo están incluidos en el éxito social. Es por ello, que el rendimiento académico se acomoda a las necesidades de la sociedad donde las variables socioculturales, el medio social de la familia, así como el nivel cultural de los mismos, son un soporte sólido para que el alumno se perfile a tener éxito.

Un componente relevante para el buen rendimiento académico es el profesor, quien debe responder a un perfil, cuyas características personales, su formación profesional, sus expectativas respecto a los alumnos, una cultura de preparación continua, la didáctica utilizada, la planificación docente, los contenidos pertinentes, estrategias adecuadas, juegan un papel importante en el rendimiento académico. Es por ello que, Domínguez (1999); Compte y Sánchez (2019); Guerra et al. (2019); y, Villacís et al. (2020), expresan que el docente como factor externo y colaborador en el aprendizaje, influye directamente en el resultado académico de los estudiantes. Además de los factores mencionados se encuentran otros que surgen de la relación entre el estudiante, la familia, el medio social y educativo.

Este ámbito, parte de la perspectiva que el protagonista del acto educativo es el alumno y, en consecuencia, las variables que estructuran su personalidad, así como aquellas que la afectan, resultan decisivas. Al respecto, Adell (2006) afirma que las características del sujeto como discente resultan el factor primordial del rendimiento, además señala que este último es producto de la personalidad total del alumno y puede verse influenciado por cualquier circunstancia que afecta su equilibrio personal.

A partir de esta perspectiva la convivencia de las personas inmaduras, generan un flujo de relaciones enriquecedoras de los cuales resultan beneficiosos – sobre todo – los más pequeños; de allí que la condición, por tanto, de ámbito formador o educativo atribuido a la familia parece que no es objeto de discusión; por tanto, los antecedentes familiares resultan influyentes en los resultados escolares.

Al respecto, Adell (2006) explica que no hace falta que los docentes sean superdotados, sino más bien competentes, es decir, capaces de reconocer y valorar las capacidades, así como condiciones de los alumnos y que los animen a desarrollarlas, así como a compartirlas con los otros. Existen diversos posicionamientos que hablan de la actitud como un aspecto muy significativo para el rendimiento académico de los estudiantes, consideradas como predisposiciones a actuar.

En ese sentido, el rendimiento escolar es el resultado de la conducta que tengan los individuos a experimentar un aprendizaje continuado a lo largo del tiempo bajo un control permanente; lo cual presenta una visión más integral e integradora de las variables que influyen en el rendimiento. Así entre los componentes de las variables del ámbito escolar se encuentran un conjunto de indicadores, tales como: Disponibilidad diaria de lectura de libros, actividades culturales, afición al teatro, conciertos y conferencias, dedicación al estudio personal, así como rentabilidad del tiempo de estudio.

3. Metodología

La investigación se sustenta en el modelo teórico de Honey y Mumford (1992), el estudio está basado según los lineamientos de Reyes y Sánchez (2002), el cual responde a una investigación cuantitativa, de tipo no experimental, transversal, descriptivo y correlacional, lo cual permite identificar el grado de relación que existe entre dos o más variables y pretende ver si están o no relacionadas.

De una población de 375 estudiantes, se pudo trabajar sobre una muestra de 162 estudiantes del nivel secundario, del VII Ciclo de la IESJM, distribuidos de la siguiente manera: 50 estudiantes del 3er año, 52 del 4to año, y 60 estudiantes del 5to año. Los cuales fueron seleccionados de las secciones A y B haciendo un total de 12 secciones. Una de las características más resaltantes es que la mayoría de los estudiantes provienen de diversos lugares específicamente de las siete provincias de la región Amazonas en Perú.

La provincia de Chachapoyas como capital de la región, se caracteriza por tener una población de migrantes del sector rural y de ciudades aledañas de otros distritos. Un aspecto importante a tener en cuenta es la situación económica de los estudiantes, que en promedio es identificada dentro de un nivel medio a un nivel bajo. Un punto clave era tener un diagnostico situacional de los mismos en dicha entidad, para lo cual se trabajó en: a). Identificar el estilo de Aprendizaje predominante en los estudiantes del VII ciclo, nivel secundario en el área de Comunicación, según el modelo seleccionado; y, b). Analizar el Rendimiento académico, identificando el nivel con un mayor calificativo en los estudiantes del VII ciclo, nivel secundario en el área de Comunicación.

En este sentido, se aplicó una encuesta para esta investigación que consta de ochenta preguntas, las cuales están divididas en cuatro dimensiones: Activo, Reflexivo, Teórico y Pragmático, y su evaluación parte de las siguientes hipótesis:

H1: No existe relación entre los estilos de aprendizajes y el rendimiento académico en el curso de Comunicación de los estudiantes del VII ciclo de la IESJM.

H2: Existe relación entre los estilos de aprendizajes y el rendimiento académico en el curso de Comunicación de los estudiantes del VII ciclo de la IESJM.

4. Resultados y discusión

Con la finalidad de poder determinar los niveles de estilos de aprendizaje a partir de los hallazgos encontrados en los estudiantes muestreados, se tuvo en cuenta la “Tabla General de Baremo - Estilos de Aprendizaje accedida con los valores medios de los datos obtenidos de la encuesta-CHAEA” (ver Cuadro 1), la cual ha sido de mucha ayuda en la clasificación de toda la información: Análisis, correlación de las hipótesis, cuyos resultados fue desde un estudio minucioso a nivel: Sección y años, con la finalidad de identificar qué estilo(s) de aprendizaje(s) predomina(n) en ellos, y enfatizar sus aspectos más resaltantes, que permita identificar los cambios que se deben realizar en el sistema para lograr el éxito.

Cuadro 1

Descripción y características de los estilos de aprendizaje

Estilos de aprendizaje

Descripción

Caracteristicas

Activo

Busca experiencias nuevas, son de mente abierta, nada escépticos y acometen con entusiasmo las tareas nuevas.

Se caracterizan por el gusto en implicarse concretamente en una experiencia, manteniéndola; gusto estimulado cuando la experiencia brinda un elemento de novedad y hay la posibilidad de jugar un rol activo e interactivo con las otras personas.

Reflexivo

Antepone la reflexión a la acción, observa con detenimiento las distintas experiencias y las observa desde diferentes perspectivas

Se caracteriza por la importancia del retroceso y de la distancia tomado en relación a las personas y a las cosas. Es marcado por la prudencia y la reflexión profundizada antes de tomar una decisión y de actuar.

Teórico

Enfoque lógico de los problemas, necesita integrar la experiencia de un marco teórico de referencia.

Se caracteriza por la investigación de lógica y coherencia en la organización de las informaciones acumuladas. el gusto del análisis y de la síntesis, un interés para las predicciones.

Pragmático

Su punto fuerte es la experimentación y la explicación de ideas.

Se caracteriza por un interés para la puesta en aplicación de las ideas, teorías, técnicas en el objetivo de validar el funcionamiento.

Fuente: Elaboración propia, 2022 con base en Honey y Munford (1992).

En este sentido, de acuerdo con Alonso et al. (2005), “los estilos de aprendizaje de cada persona originan diferentes respuestas y diferentes comportamientos ante el aprendizaje” (p.69); no obstante, existen algunos bloqueos que impiden el desarrollo de los distintos estilos de aprendizaje; en el estilo Activo: Se tienen el miedo al fracaso o a cometer errores, miedo al ridículo, ansiedad, falta de confianza en sí mismo, entre otros; en el Reflexivo: No tener tiempo suficiente para planificar y pensar, preferir cambiar rápidamente de una actividad a otra, la impaciencia, resistencia a escuchar, a presentar tareas, entre otros.

Asimismo, en el estilo de aprendizaje Teórico, se presentan algunos obstáculos que frenan el desenvolvimiento eficaz como: Dejarse llevar por las primeras impresiones, preferir la intuición, así como la subjetividad, desagrados ante enfoques estructurados y organizados, entre otros; y por último en el estilo Pragmático, se tienen: Interés por la solución perfecta en lugar de la práctica, considerar las técnicas útiles como simplificaciones exageradas, creer que las ideas de los demás no funcionan si se aplican en su situación, entre otros bloqueos.

En la Figura II, se puede apreciar que los Estilos de Aprendizaje en los estudiantes del 3er año de secundaria es principalmente el activo, seguido del teórico; lo cual está identificado con un nivel moderado, el mismo que amerita un mejor análisis estadístico a partir de la evaluación bajo otros sistemas de estudio, a fin de poder determinar cuál es exactamente el estilo de aprendizaje que prevalece en este grupo de estudiantes.

Fuente: Elaboración propia, 2022.

Figura II: Valor medio de las preferencias de los estilos de aprendizaje en 3er año

De igual manera, en la Figura III se puede evidenciar que los estilos de aprendizaje en los estudiantes del 4to año de secundaria es el reflexivo, seguido del teórico; su preferencia está identificada con un nivel moderado, el mismo que amerita un mejor análisis estadístico a partir de la evaluación bajo otros sistemas de estudio, con la finalidad de poder determinar cuál es exactamente el estilo de aprendizaje que prevalece en este grupo de estudiantes.

Fuente: Elaboración propia, 2022.

Figura III: Valor medio de las preferencias de los estilos de aprendizaje en 4to año

En la Figura IV, se puede apreciar que los estilos de aprendizaje en los estudiantes del 5to año de secundaria es el reflexivo, seguido del teórico; su preferencia está identificada con un nivel moderado, el mismo que amerita un mejor análisis estadístico a partir de la evaluación bajo otros sistemas de estudios, a fin de poder determinar cuál es exactamente el estilo de aprendizaje que prevalece en este grupo de alumnos.

Fuente: Elaboración propia, 2022.

Figura IV: Valor medio de las preferencias de los estilos de aprendizaje en 5to año

Respecto al análisis de identificación del estilo de aprendizaje en su calidad de prioritario, se tiene que a partir del nivel del estadígrafo media aritmética el Estilo de Aprendizaje “Reflexivo” es el más predomínate en la Institución Educativa Seminario Jesús María (ver Figura V); luego se ubican los Estilos de Aprendizaje teórico, el activo y el pragmático. Estos resultados coinciden con los hallazgos de Villacís et al. (2020), con lo cual evidencian que los estudiantes tienden a ser reflexivos, y, por tanto, “es necesario desarrollar una unidad didáctica multimedia, para conocer y trabajar con la información referente a los estilos de aprendizaje, diseñada para incentivar el rol reflexivo del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje” (p.298).

Fuente:Elaboración propia, 2022.

Figura V: Valor medio de las preferencias de los estilos de aprendizaje: Caracterización dentro de un nivel moderado en los estudiantes de la Institución Educativa Seminario Jesús María

En este sentido, el proceso de evaluación no debe solo orientarse a la emisión de calificaciones, en su defecto debe encaminarse más hacia una evaluación actitudinal, personalizada, la cual estimule otros factores valorativos del estudiante y de ser necesario se acompañe con una retroalimentación efectiva de los temas más resaltantes, lo cual provoque un cambio en el estudiante. Lo fundamental de la retroalimentación, es que el estudiante se vea beneficiado y consiga dentro de ese proceso una mejora de la calidad de aprendizaje, así como le permita alcanzar los objetivos educativos previstos en cada clase y conseguir un papel más activo dentro del proceso de aprendizaje.

En relación a aceptar o rechazar las hipótesis planteadas en la investigación, se mide la relación entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico, con el coeficiente de correlación de Spearman, con la cual se obtiene una relación directa positiva de 0.645 entre los estilos de aprendizaje y el rendimiento académico en el curso de Comunicación de los estudiantes del VII ciclo de la IESJM, con un nivel de significancia de 0.00. Por lo tanto, se procede a aceptar la hipótesis general alterna (H2).

Se identificó que los estudiantes utilizan los estilos de aprendizaje de manera diferenciada, siendo de menor utilización el estilo pragmático, en tanto que, el de mayor uso es el estilo reflexivo; en cuento al rendimiento académico los estudiantes se ubican en el nivel bueno. Así, la relación entre las variables de estudio fue que los estilos de aprendizajes tienen una relación significativa de 0.645 con el rendimiento académico, existiendo una relación positiva significativa según la r de Spearman. 

Es importante mencionar que el desarrollo de esta investigación se llevó a cabo por interés particular en la Institución Educativa de varones “Seminario Jesús María”, a los estudiantes del VII ciclo, la cual permitió identificar el estilo preferido de aprendizaje de los estudiantes; de ello se puede indicar que el 3er año de secundaria que comprende a 50 estudiantes, se caracterizan por tener un estilo de aprendizaje Activo, representando un 27,40%; con respecto al 4to Año de secundaria que comprende a los 52 estudiantes, se identifican por estar más enfocados con un estilo de aprendizaje más Reflexivos, representado por un 29,30%; y con respecto al 5to año de secundaria que comprende 60 estudiantes evaluados, se caracterizan por tener un estilo de aprendizaje más Pragmáticos, representado por un 28,25%; resultados obtenidos a partir de la aplicación del cuestionario CHAEA.

Al respecto, Villanueva y Navarro (1997) indican que los estilos de aprendizaje pueden cambiar, conforme los estudiantes se perfeccionan en este proceso, así como expresan mejores formas de aprender. Los estilos de aprendizaje son capaces de optimizar el proceso cognitivo; ningún estilo dura toda la vida, y conforme prosperen en su propio proceso irán manifestando cómo perfeccionar el manejo de los estilos de aprendizaje que pueden ser esgrimidos en diferentes situaciones. Además, los estilos de aprendizaje pueden variar de acuerdo con la edad y niveles de compromiso en los procesos de aprendizaje de los estudiantes.

En los antecedentes mencionados también demuestran que es fundamental la identificación de los estilos de aprendizajes, así como el uso de estrategias de enseñanza-aprendizaje con la finalidad de lograr tener éxito en el rendimiento académico durante el nivel escolar. Como sustento de los resultados del rendimiento académico se ha tenido en cuenta los trabajos de Andrade, Miranda y Freixas (2000), el cual sostiene que la calificación es la apreciación del rendimiento académico y los estudios.

En tanto que, según Mondragón, Cardoso y Bobadilla (2017), el bajo rendimiento académico de los estudiantes es resultado de diversas causas o problemas que giran alrededor de buenos hábitos de estudio, perspectivas en relación con las tareas asignadas, motivación, entre otros; porque no todos los estudiantes enfrentan con éxito los nuevos desafíos que la trayectoria escolar les plantea, como: “Mayor exigencia, planeación y organización del trabajo académico, mayor dedicación al estudio, autonomía e investigación de campo y biblioteca” (p.667), así como adaptarse a los distintos niveles de estudio, entre otros.

Dentro de la caracterización de los resultados, los estilos de aprendizaje y su relación con el rendimiento académico de los estudiantes, permite una triangulación con un aspecto clave como lo es el enfoque de sistemas de educación continua en la que se destacan las derivaciones a partir de los métodos contemplados y metodología prevista en la investigación; a partir de ello, se espera que se optimice un aprendizaje cuando se contempla una ruta de trabajo según lo resaltan Soler y Romero (2014), y en la que el estudiante lo toma como una estrategia personal en el momento de afrontar un determinado curso; para lo cual, se hace importante la motivación del estudiante que en muchos de los casos aprende por las diferentes estrategias o enfoques de aprendizajes.

Se espera a partir de lo anterior, que el aula de clase siga siendo el espacio donde se impartan otras investigaciones en torno a la generación de conocimientos, identificando los estilos de aprendizajes, así como se propicien nuevos enfoques de enseñanza con nuevos criterios o sistemas, donde los docentes estén como actores principales del acto formativo.

Conclusiones

Dado los hallazgos encontrados, se espera que este estudio sobre los Estilos de Aprendizaje sirva de estímulo para seguir profundizando en los aspectos didácticos de la enseñanza en el área de Comunicación y ayudar a los profesores a romper la inercia del no cambio en la enseñanza, así como en la manera de enseñar. Igualmente, se debe enriquecer el proceso de enseñanza-aprendizaje con un mayor abanico de opciones, que faciliten al alumno la consolidación, autoconocimiento, y autonomía necesaria para avanzar globalmente en su formación y en su vida personal.

La evaluación permite recoger información fiable sobre la realidad académica – Logros de Aprendizaje, de los alumnos del VII ciclo de la Institución Educativa SJM, a partir de ello, se puede identificar el nivel de aprendizaje con un mayor calificativo, el cual parte del esfuerzo de 15 estudiantes que alcanzaron el nivel “Logro destacado” y de este modo, se puede orientar adecuadamente a los demás grupos a través de nuevas estrategias en los sistemas educativos - procesos pedagógicos dentro de la comunidad educativa.

Este nuevo proceso exige tecnologías y sistemas de respaldo eficaces, así como un financiamiento, con la finalidad de garantizar la viabilidad de los diferentes programas que se puedan dar; además, invita a los docentes a través de sus destrezas competitivas a propiciar nuevos enfoques y un abanico de opciones pedagógicas que faciliten las labores del estudiante en el aula de clase, que le permita avanzar en su formación, al igual que en su vida personal.

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