Revista de Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXVIII, No. 2, Abril - Junio 2022. pp.
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Gasto y Política de
salud: Población de adultos mayores en Argentina y Chile
Córdova Jaimes, Edgar*
Escobar Díaz, Anton**
Rincón, Isabel Cristina***
Chaparro Medina, Jorge****
Resumen
Las políticas públicas
en materia sanitaria dirigidas a los adultos mayores, representan una acción
destinada a garantizar sus derechos vitales. El presente trabajo tiene como objetivo
establecer las características del gasto en salud para el segmento de adultos mayores
en Argentina y Chile, se seleccionaron estos
países puesto que han experimentado tasas de envejecimiento acelerado en los
últimos años, así como datos distintos, en morbilidad, mortalidad,
expectativa de vida y causas de muerte en estos segmentos, se incluyeron
indicadores de expectativa de vida y jerarquización de causa de muerte
dispuestos en sistemas de libre acceso para ser comparados respecto a los datos
mencionados. Como resultados
disímiles a pesar de ser países con índices altos de envejecimiento, no existe
una estadística de seguimiento para hacer evaluaciones ni políticas basadas en
evidencia para los datos y periodos estudiados (2014-2017).
En conclusión, se observa multiplicidad de modelos de políticas públicas, así
como criterios diferenciados por parte de organismos internaciones que
construyen sus bases de información a partir de datos producidos por los
gobiernos, con retardo cronológico e insuficiencia en la desagregación de los
mismos para temas específicos de salud en adultos mayores vinculados de manera
específica a los porcentajes del Producto Interno Bruto.
Palabras clave: Políticas
públicas sanitarias; adultos mayores; producto interno bruto; salud; inversión social.
Expenditure and Health Policy: Population of older
adults in Argentina and Chile
Abstract
Public health policies aimed at older adults represent an action aimed at
guaranteeing their vital rights. The present work aims to establish the characteristics
of health spending for the elderly segment in Argentina and Chile, these
countries were selected since they have experienced accelerated aging rates in
recent years, as well as different data, in morbidity, mortality, life
expectancy and causes of death in these segments, indicators of life expectancy
and hierarchy of cause of death arranged in free access systems were included
to be compared with the aforementioned data. As dissimilar results despite
being countries with high rates of aging, there is no follow-up statistics to
make evaluations or policies based on evidence for the data and periods studied
(2014-2017). In conclusion, a multiplicity of public policy models is observed,
as well as differentiated criteria by international organizations that build
their information bases from data produced by governments, with a chronological
delay and insufficient disaggregation of the same for specific topics. of
health in older adults specifically linked to the percentages of the Gross
Domestic Product.
Keywords: Public health policies; older adults; gross domestic product; Health;
social investment.
Introducción
El envejecimiento de
una persona es el resultado de una compleja interacción de los procesos
biológicos, psicológicos, sociales y ambientales al llegar los 60 o 65 años de
edad. Dependiendo del género y de otros factores como el lugar geográfico de
nacimiento, las personas tendrán diversas oportunidades o dificultades, las
cuales repercutirán en su salud; estas oportunidades serán en la medida de
factores sociales, políticos y económicos, pero de forma muy importante de la visión
de las políticas en materia de salud en todos sus niveles, así de factores
nuevos como la aparición de la pandemia producto de la Covid-19 desde marzo de
2020.
Las políticas públicas
en materia sanitaria dirigidas a la población adultos mayores, representan una
acción destinada a garantizar los derechos vitales de la población que, en
términos epidemiológicos y humanos, representan una proporción in crescendo en Latinoamérica, sobre
todo considerando las tasas de envejecimiento experimentadas, ampliamente
analizadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en los
indicadores de cambios demográficos. En la región, factores culturales,
políticos y sociales de diversa índole, han marcado procesos de abandono, desinterés
y una especie de apartheid, si se
comparan estas realidades con la de los países más desarrollados, como ha sido
ampliamente relacionado en documentos técnicos y políticos (Aranco et al., 2018).
La política pública, además
de ser un componente administrativo de inversión social, constituye una acción
constitucional destinada a la protección del proyecto de vida del adulto mayor
y de su familia. Por tanto, la política en materia de salud para adultos
mayores no puede concebirse desde solo el punto de vista intra-hospitalario,
debe ser integral, dirigida tanto al adulto mayor como a su grupo social y
familiar de carácter preventivo, facilitando la autonomía del adulto mayor.
Este reto impone a las
administraciones públicas, el diseño de políticas, programas y proyectos a
partir de los enfoques de salud propios de ese sector etario, y de las
condiciones nuevas aparecidas en el contexto de la pandemia, que ha puesto en
evidencia las falencias de los sistemas de gestión de salud, una estrategia que
se ha venido discutiendo desde hace más de veinte años como la e-salud
parecieran empezar a ocupar un lugar en las reflexiones de los encargados del
diseño de políticas públicas en materia de salud (Nievas y García, 2020); para
lo cual la creación, disposición y análisis de datos de salud pública son
fundamentales.
Tomando en cuenta el
envejecimiento de la población referido en los informes, OPS, Organización
Mundial de la Salud (OMS), Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL),
entre otros (Federación
Iberoamericana de Asociaciones de Personas Adultas Mayores [FIAPAM],
2019), llevaría a que una política para adultos mayores dirigida a personas de
mucha edad, enfermas o limitadas, deben dar paso a una política temprana de cuidado
y autocuidados desde antes de los 60 años de edad. Esto significaría un
esfuerzo administrativo muy importante por parte del Estado, no solo en la
protección de los derechos sino también en la estrategia para la eficiencia del
sector salud y las políticas implementadas (Ordoñez y Trelles, 2019; Restrepo,
Cotrina y Daza, 2021), así como en “fortalecer estrategias que acerquen los programas a
la población” (Rivera et al., 2021, p.139);
siendo además, parte importante de la reactivación económica post Covid-19 en
la mayoría de los países de América Latina.
El análisis de la
problemática planteada muestra los alcances gubernamentales y sus repercusiones
sanitarias en ámbitos muy puntuales en un período acotado y en países seleccionados
en el extremo sur de América como son Argentina y Chile, así como la revisión
de los datos emanados sobre la situación sanitaria por parte de organismos como
la OPS, OMS, y CEPAL, al objeto de caracterizar las acciones políticas que las
administraciones de estos países efectúan respecto a la salud de la población
de adultos mayores (Organización Iberoamericana de Seguridad Social [OISS], 2018).
La salud constituye una garantía constitucional, lo cual demanda
conocimientos tanto desde lo estrictamente médico hasta de la gestión del
sistema político-administrativo para su aseguramiento, por lo que la inversión
en salud resulta en un indicador importante que describe la importancia de esta
materia en el marco del desarrollo sostenible de la sociedad latinoamericana.
A partir de estas condiciones descritas y en la labor de avanzar en la
comprensión del problema se plantean un conjunto de interrogantes, entre ellas:
¿Cuáles son las asociaciones que se observan entre el gasto como porcentaje del
PIB en materia de salud y los indicadores de salud en adultos mayores
desarrollados por la Organización Panamericana de la Salud y Organización
Mundial de Salud para Argentina y Chile?;
puesto que el segmento de adultos
mayores constituye aproximadamente el 15% de la población en los países de la
región, y de acuerdo a proyecciones del Banco Mundial, OPS y OMS, se
incrementará en los próximos 30 años sobre todo en Chile (OMS 2018).
Estas
realidades demográficas estudiadas desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID),
OPS, CEPAL, requieren de un examen respecto a la relación entre el incremento
del gasto en salud y las características descritas en los indicadores de salud
para adultos mayores, ello con el propósito de establecer relaciones
asociativas que contribuyan a la evaluación y comprensión de las políticas en esta
materia, considerando el tamaño (cambios demográficos) que está adquiriendo
este segmento en los sistemas de salud, así como las características
epidemiológicas de la región y los recientes impactos en materia de salud pública
(OMS 2018); el trabajo espera contribuir a dirigir la atención a estas
relaciones, a objeto de construir una visión sobre la necesidad de políticas
públicas consistente con el patrón de envejecimiento como hecho resaltable de
los cambios demográficos sobre todo al sur de América Latina.
1. Fundamentación teórica
A continuación, se desarrollan los aspectos teóricos que soportan los
indicadores y aspectos seleccionados para lograr la explicación en la
relación de las variables gastos y políticas de salud, establecidas en los
objetivos de investigación.
1.1. Caracterización de la población de adultos mayores:
Caso Argentina y Chile
Se presenta a continuación en la Tabla 1, algunos elementos descriptivos relativo
a datos para la población de adultos mayores que la OPS/OMS (2017a; 2017b)
desarrolló, evidenciando la situación que se revela para Argentina y Chile.
Tabla 1
Población mayor de 60 años en
Argentina y Chile 2015 frente a 2050 (%)
País |
Años |
%Población+ 60 años |
%Población+80 años |
Población-2017 |
Aprox. Población adulta mayor-2017 |
Argentina |
2015 |
15.1 |
18.1 |
43.823.000 |
6.617.270 |
2050 |
26,6 |
21.5 |
|||
Chile |
2015 |
15.7 |
17.5 |
18.286 000 |
2.870.902 |
2050 |
32.9 |
31,3 |
|||
2050 |
23,2 |
20.7 |
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en OPS/OMS (2017a;
2017b).
Se observa en los casos seleccionados un proceso evidente de envejecimiento
de la población, explicada a priori
mediante un conjunto de variables tales como: Políticas de acceso, ampliación
de programas de cuidados y recuperación de la salud, campañas de salud
preventiva, control de la natalidad, entre otras, que habrían tenido un impacto
en ello pero que son tendencia en toda la región, con mayor o menor intensidad
partiendo de diferencias socioeconómicas, lo que impone al manejo de la sanidad
pública de estrategias relativas al aseguramiento de políticas, programas y
presupuestos, que garanticen los objetivos de salubridad en esta población
vulnerable. Chile sería el país donde con mayor significación se observa el
fenómeno en los casos estudiados (ver Tabla 1).
1.2. Porcentaje del Gasto del PIB dedicado a temas de salud
en adultos mayores
El envejecimiento de la población implica acciones para una efectiva
distribución de recursos destinados a las necesidades de todos los grupos
etarios; ello pasa por políticas y prácticas para mejorar la calidad de vida de
las personas mayores. Esto guarda relación con la equidad en el acceso a
diferentes servicios y beneficios sociales y económicos, así como con la
garantía y el ejercicio de sus derechos humanos. Tal y
como lo expresa Páez (2018):
Actualmente,
en América Latina y el Caribe la población continúa aumentando y envejeciendo
de forma sostenida. La región experimentará un incremento en la población de
adultos mayores que hace indispensable la formulación de nuevas políticas que
aseguren una mejor calidad de vida para las personas en una edad avanzada (. …)
El envejecimiento en la región se da en un contexto de pobreza y desigualdad de
ingresos, por lo que, a los problemas de salud típicos de la tercera edad, se
suman dificultades económicas que agravan la situación para muchos ciudadanos. (p.2)
Ningún país posee todos los recursos necesarios para el gasto e inversión
en políticas y programas sanitarios producto de estos cambios demográficos, por
lo que la ampliación, cobertura y calidad, son variables que definirían el
éxito o el fracaso en esta actividad; no obstante, la región ha incrementado sustancialmente
los recursos destinados a esta materia, como lo señala Tromben (2016):
El gasto social ha ido aumentando desde 11.3% del
Producto Interno Bruto en promedio simple en 1990 hasta 14.7% del PIB en 2014.
Los mayores aumentos se observan a partir de la segunda mitad de los años 2000
coincidiendo con el auge de los precios de las materias primas o el súper ciclo
de los productos básicos. (p.3)
Dado lo antes mencionado, las urgencias presentes en la región, podrían
calificarse de estructurales, referidas a las deficiencias de los modelos económicos,
así como de los diferentes modelos de administración de salud pública, unos más
abiertos de cobertura amplia, y otros con sistemas periféricos de privatización;
sin embargo, habría que agregar al análisis para un enfoque más holístico,
factores de orden cultural, respecto a la posición de las personas mayores; el
factor género; al igual que, fenómenos recientes en la región, como cambio
demográficos devenidos por el incremento de la migración, a partir del caso
venezolano; cambios de enfoque político, como el caso chileno a partir del nuevo
gobierno de 2022; la crisis de Argentina; así como la pandemia Covid–19.
Todos los factores antes mencionados, implican desafíos a este tema desde
variables socio- culturales y políticas muy particulares, para la redefinición
de los sistemas de protección social en la región, aunque pareciera un tema
lejano para gran parte de países latinoamericanos, donde la media de edad
resulta muy por encima del factor de envejecimiento de Chile y Argentina.
1.3. Los modelos prestacionales de salud en los casos de estudio
Como
producto de las revisiones efectuadas, se puede señalar que, si bien existen
programas orientados a temas específicos para adultos mayores, como los programas
de alimentación complementaria en Chile; en general no existe de manera
explícita la creación de estadísticas con visibilidad sobre el tema de salud
para adultos mayores, situación reconocida por el Boletín del Programa de la
Organización Iberoamericana de Salud (OISS, 2018) sobre adultos mayores, donde
se señala que:
La experiencia y el conocimiento de esas
organizaciones e instituciones son cruciales para guiar a las oficinas
nacionales de estadística y para exigir el acceso a esa información, entre
otras acciones necesarias para garantizar la visibilidad del grupo en el
proceso de implementación de la Agenda 2030, en particular en aquellas áreas
relevantes en las que, sin embargo, la mención de las personas adultas mayores
no es explícita. (p.3)
Existen
ciertos consensos alrededor de los elementos que estos Programas deberían
poseer, entre los cuales destacan:
a.
Se establecen un conjunto mínimo de garantías en el Plan de Beneficio de Salud
(PBS) explicitas, que se reflejan en un mínimo de servicios.
b.
Financiamiento público.
c.
Vinculación con la necesidad, preferencia social de la población a ser
cubierta, a través de un proceso de priorización o deliberativo del gobierno,
basado en su análisis de las necesidades de la población.
En
todo caso los planes de beneficios en salud han tenido prioridades determinadas
de acuerdo a sus realidades o intereses políticos, económicos y sociales; por
lo que, resultan interesantes a la hora de comprender quizás el hecho de la
marginalidad que los programas para el caso de los adultos mayores han tenido
en los casos de estudio. Al respecto, la CEPAL (2013)
manifiesta que: “Las personas mayores son sujetos de derechos, que han
contribuido y continúan desempeñando un papel activo en las diversas áreas del
desarrollo, y que los países deben reconocerlos como actores clave en la
elaboración de las políticas públicas” (p.17).
2. Metodología
La investigación fue de tipo descriptiva, puesto que se buscó especificar
las propiedades, características de las variables de gasto en salud como
porcentaje del PIB, así como la morbilidad para adultos mayores de 65 a 69 años,
a partir de indicadores de 2014 – 2017, como datos demográficos; y la
morbilidad, a través de causas de muerte jerarquizadas para los casos de Chile
y Argentina.
Se recurrió a un diseño de revisión documental (Alfonzo, 1994, Hernández,
Fernández y Baptista, 2014), mediante: 1) la obtención de datos estadísticos en
las siguientes plataformas de acceso abierto: a) OPS/OMS plataforma PLISA
(2021); b) Indicadores de Desarrollo del Banco Mundial; c) CEPAL-Bases de
Datos, Estadísticas CEPALST; d) Datos e informaciones obtenidos de las agencias
gubernamentales especializadas en el tema salud en los países seleccionados. 2)
Del mismo modo, se realizó consulta, revisión y análisis de fuentes
secundarias, revistas científicas, documentos especializados en las siguientes
plataformas, ScienceDirect, ProQuest y Scopus.
El análisis del contenido fue de tipo longitudinal; por un lado, se
revisaron y analizaron los datos de morbilidad en el caso de adultos mayores en
el lapso 2014 - 2017, para las Enfermedades No Transmisibles (ENT), Mortalidad,
Expectativa de vida; así como, por otro lado, aquellos presentados por la OPS,
OMS, Ministerios de Salud de los países seleccionados.
3. Precisiones empíricas del problema de salud adultos
mayores en los casos de estudio
3.1 Chile: Las garantías
explícitas de salud
En 2005 Chile adoptó un
Plan de Beneficios de Salud (PBS), denominado indistintamente plan de Garantías
Explícitas de Salud (GES) o Plan de Acceso Universal a Garantías Explícitas (AUGE)(1).
Este PBS cubre hoy 80 patologías priorizadas de acuerdo con diversos criterios.
Las coberturas y garantías definidas en este plan aplican para el sistema de
seguridad social en salud, incluyendo a los asegurados del seguro público,
Fondo Nacional de Salud (Fonasa), “que actualmente cubre a alrededor del 80% de
la población nacional, así como los asegurados de las instituciones de salud
previsional (Isapres), entidades privadas, que cubren a cerca del 17% de los chilenos”
(Giedion, Bitrán y Tristao, 2014,
p.45).
Esta política chilena se ha ido ampliando en la medida que el Plan ha
incorporado tanto evaluaciones dentro de los principios de calidad, así como
respuesta a una evaluación de impacto financiero en el sistema de salud
nacional de Chile, lo cual ha llevado a la decisión gubernamental de expandir
gradualmente el Programa Garantías Explícitas en Salud (GES)(2).
En 2005 ingresaron los primeros 25 problemas
prioritarios de salud a ese régimen. Un año más tarde, se incorporaron otros 15
problemas prioritarios. En 2007, ingresaron otros 16 hasta llegar a un total de
56. Esta lista ha sido expandida en dos ocasiones más, aumentando a 69
problemas prioritarios en 2010 y alcanzando los 80 en 2013. (Giedion et al.,
2014, p.45)
Las evaluaciones del (GES)
han sido escasas y parciales, pero las pocas existentes revelan importantes
logros. Por ejemplo, Bitrán, Escobar y Gassibe (2010) evidenciaron que el GES consintió
mayor accesibilidad a la atención, una mejor cobertura, así como una
disminución en las tasas de hospitalización y mortalidad para varias
enfermedades, tales como: Infarto agudo al miocardio, diabetes tipo 2,
hipertensión, epilepsia, depresión y cáncer de cérvix.
En el caso de Chile,
como de otros países el problema central que afronta la administración es de
orden económico, consiste en la asignación de recursos escasos a necesidades
múltiples de envejecimiento, y encarecimiento de nuevas tecnologías, que han de
ser incorporadas al tratamiento de la salud para el sector. Esto ha representado
una planificación y priorización tanto de enfermedades como de servicios, en el
caso chileno el Plan Acceso Universal a Garantías Explícitas (AUGE), también
conocido como el Régimen General de Garantías Explícitas en Salud (GES), que
para 2021 cubría 80 enfermedades, pero para el caso de la población mayor de
61, colocando énfasis en el adulto, sin mayor impacto en el sistema de apoyo
familiar; con programas de apoyo en materia de suministro de sillas, bastones y
otros para garantizar la movilidad del paciente.
3.2. Argentina: Del Plan Nacer hasta el Plan Sumar
Argentina muestra un gasto en salud equivalente al 8,2% de su PIB, un
porcentaje propio de los países de ingresos medios y altos. El sistema de salud
argentino tiene tres subsectores: El privado (voluntario); el de las obras sociales
(obligatorio para trabajadores formales); y el público (universal y gratuito).
Los subsectores privados y de las obras sociales, cuentan con planes de
beneficios explícitos de salud. El marco general de estos planes, que indica la
provisión que deben garantizar, está establecido por el Plan Médico
Obligatorio. El subsector público, que puede proveer servicios de salud a toda
la población a través de establecimientos mayoritariamente provinciales y
municipales, no cuenta con un listado explícito de prestaciones priorizadas. En
este contexto, el Gobierno nacional implementó el Plan Nacer en 2004 (PN), con
el fin de garantizar el acceso universal a un conjunto de servicios de salud
priorizados.
La política pública de salud conocida como plan Nacer, tiene como
objetivos mejorar el estado de salud y la satisfacción con los servicios de la
población usuaria del subsector público sin cobertura explícita. Inicialmente, se
priorizaron prestaciones del primer nivel de atención para la población más
vulnerable, como mujeres embarazadas o en atención posparto, y niños de 0 a 5
años (Sabignoso, Silva y Curcio, 2014).
El PN buscó aumentar gradualmente las coberturas prestacionales,
poblacional, y la protección financiera de la población. Comenzó con 80
servicios de atención primaria de salud para la población materno-infantil,
agregó luego algunos servicios curativos ambulatorios, hasta incorporar en el
año 2010 prestaciones de alta complejidad, para atención integral de
cardiopatías congénitas. En el año 2012 se incluyeron prestaciones para el
cuidado perinatal de alta complejidad. A partir del mismo año, el Ministerio de
Salud de la Nación y las provincias, extendieron el PN a nuevos grupos
poblacionales (niños y adolescentes hasta los 19 años y mujeres hasta los 64
años sin cobertura explícita en salud) a través de un conjunto de 400
prestaciones priorizadas. “Esta extensión del PN da inicio al denominado
programa SUMAR” (Sabignoso et al., 2014, p.199)(3).
El Programa Sumar es una política pública que
promueve un acceso equitativo y de calidad a los servicios de salud para toda
la población que no posee cobertura formal en salud. Sumar tiene como
antecedente al Plan Nacer que se inició en 2004 (…) En términos poblacionales,
este proceso culmina en el 2020 con la reciente incorporación de las personas
mayores, consiguiendo que el universo total de la población que no tiene obra
social esté cubierto por el Programa Sumar(4). (Ministerio de Salud,
2021, p.1)
3.3. El gasto en salud disponibilidad de datos
confiables morbilidad 2014-2017
De acuerdo con el informe quinquenal, Salud en las
Américas 2017, presentado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS,
2017a), solo Cuba, Costa Rica y Uruguay lograron cumplir con la recomendación
de invertir el 6% del PIB como nivel mínimo en salud en el año, meta que fuera
formulada por la Organización Mundial de la Salud en 2014. Cuba, es el país de
la región que más invierte de acuerdo al informe, ubicándose con más del 10%,
del PIB; Uruguay, logra alcanzar el objetivo del 6%; seguido muy de cerca por
Panamá, que, no obstante, no logra cumplir con la recomendación de la OMS del
6% del PIB; sin embargo, la mayoría de los países no
alcanzó dicha meta (OPS, 2013; 2017a; 2017b; OMS, 2018).
En el año 2016 un grupo de investigadores (Pinzón et
al., 2016) reconociendo esta problemática efectuaron un estudio, que se basó en
identificar la disponibilidad de indicadores en salud que permitieran medir con
validez los avances en la consecución de la “Salud Universal” en América Latina
y el Caribe (ALC), para ello realizaron una búsqueda sistemática de evidencia
científica y documentos técnico-científicos disponibles sobre la evaluación del
desempeño de los sistemas de salud y del avance en salud universal. Se
identificaron 63 fuentes de información a niveles nacionales y a nivel
internacional, a partir de esas bases se seleccionaron 749 indicadores, 619 de
los cuales estaban relacionados con las dimensiones de la Salud Universal; y
130, con la carga de enfermedad.
Por su parte, Panadeiros y Pessino (2018), en su
investigación identificaron 42 (6%) indicadores de protección financiera; 415
(55,4%) de cobertura de prestación de servicios; 6 (0,8%) de cobertura
poblacional; 101 (14%) de determinantes de la salud; 55 (7,3%) para la evaluación
de las inequidades en salud; y 130 (17,3%) para estimar la carga de enfermedad;
los investigadores mapearon la disponibilidad de 141 indicadores en cada país
de ALC, incluyendo Chile y Argentina.
Las Enfermedades No Transmisibles (ENT) de acuerdo a
la OMS (2021), son las responsables de la muerte de 41 millones de personas
cada año, lo que equivale al 71% de aquellas que ocurren en el mundo. Cada año
mueren personas por ENT, 15 millones de personas de entre 30 y 69 años; más del
85% de estas muertes “prematuras” ocurren en países de ingresos bajos y
medianos. Los principales tipos de ENT son cardiovasculares (como los ataques
cardíacos y los accidentes cerebrovasculares), el cáncer, respiratorias
crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma), y la
diabetes.
Asimismo, las ENT afectan a todos los grupos de edad
y a todas las regiones y países. Sin embargo, la OMS advierte que estas se
suelen asociar a los grupos de edad más avanzada, pero los datos muestran que
15 millones de todas las muertes atribuidas a las ENT se producen entre los 30
y los 69 años (OMS, 2021).
4. Discusión de los resultados
A continuación, se presentan la discusión de
resultados para los dos casos seleccionados a partir de los dos objetivos
específicos:
4.1. Caso de Chile
Chile asiste a un proceso de envejecimiento
importante explicado en parte por una cantidad de variables, dentro de las
cuales estaría el descenso de la natalidad como lo señala Donoso (2007), quien
manifiesta que para 2017 la población de adultos mayores es de 15,8%; por lo
cual, se ha podido constatar que Chile está viviendo un proceso de
envejecimiento poblacional: Los porcentajes de hijos por cada mujer fértil en
Chile es de 1,91 hijos, mientras que las escalas y estadísticas que hablan
sobre la tasa de recambio coinciden en que debiese ser de 2,1 hijos (Donoso, 2007; Asociación de Municipalidades
de Chile [AMUCH], 2017).
Los cambios demográficos para el caso de Chile
podrían leerse desde una visión optimista, puesto que a prima facie, se interpretarían como positivos; para la OMS, el
envejecimiento de la población es un indicador de mejoras en la salud general
de la población, lo que sería el resultado de políticas y buenas prácticas. De
hecho, en Chile, al mismo tiempo que ha aumentado la esperanza de vida, ha
disminuido progresivamente la tasa de mortalidad infantil como se presenta en
la Figura 1.
Fuente: OPS/OMS (2021).
Figura
I: Indicadores, población, expectativas de vida, tasa
mortalidad Chile
De los datos expuestos por la OPS, Chile ha
incrementado sostenidamente una tasa de esperanza de vida de 81,7 a 82,8
(años-hombres); y en mujeres de 84,4 a 84,5 (años-mujeres) en solo 4 años,
resultando inversamente proporcional al ver la disminución en las tasas de
natalidad experimentadas para el mismo periodo (13,2- 2014 a 12,6- 2018), lo
que explicaría los cambios demográficos con respecto a la edad de la población.
a. Morbilidad-Chile
En la siguiente Tabla 2, se describen las
defunciones para Chile, en dos grupos 2013-2015 (más reciente 2000-2002), se
observan cambios en las cifras que serían explicados por varios factores socio-
económicos(5).
Tabla 2
Mortalidad producto de Enfermedades No Transmisibles:
Chile
Años |
Hombres |
Mujeres |
Totales |
|||
Defunciones
|
Tasa
x 100 |
Defunciones
|
Tasa
x 100 |
Defunciones
|
Tasa
x 100 |
|
2013 |
10.186 |
2.164,03 |
7.352 |
1.260,10 |
17.538 |
1.633.75 |
2014 |
10.470 |
2.145,1 |
7.497 |
1.237,65 |
17.538 |
1.642,75 |
2015 |
10.611 |
2.091,0 |
7.484 |
1.188, 30 |
17.975 |
1.640.0 |
Cambios
en 11 años |
||||||
2000 |
8.413 |
2.630,45 |
6.184 |
1.557, 66 |
14.515 |
2,037,01 |
2001 |
8.974 |
2.742,31 |
6.509 |
1.605.98 |
15.483 |
2.113,61 |
2002 |
9.074 |
2.718,51 |
6.731 |
1.628,26 |
15.805 |
2.115,32 |
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en PLISA (OPS/OMS,
2021).
En este sentido, se observa: a) Las tasas de
mortalidad para hombres y mujeres en general han mostrado un descenso en los
años más recientes consultados (2013-2015); y, b) Para los años 2000-2002 se
venían registrando incrementos de las tasas de mortalidad para ambos sexos,
situación que cambió, y que podría relacionarse con mejor desempeño del PIB
para 2013 cuyo monto ascendió a 4,043, encontrándose una relación con las
reformas operadas en el sistema de salud chileno, así como el incremento de las
Garantías Explicitas de salud.
De igual manera, en la Tabla 3 se pueden apreciar
las principales causas de muerte, encontrándose que: a) Las 5 primeras causas
de muerte para el grupo de adultos mayores muestran un 41% corresponden a ENT
del reporte formulado por la OPS para Chile; por lo que, este país estaría muy
por debajo de la tasa mundial referida en informes por las agencias
internacionales de salud, que alcanza un 71%; y b) La primera causa,
aproximadamente un 25% del total de los casos para el grupo reportado, son
aquellas relacionadas con enfermedades isquémicas (Corazón).
Tabla 3
Principales causas de muerte por -Grupo de Enfermedades
No Transmisibles- Datos OPS Chile 2014 (edad
65 - 69 años)
Nro. |
Tipo
ENT |
Nro. |
Tasa |
|
1 |
Enfermedades isquémicas (Corazón) |
939 |
152,4 |
11,8 |
2 |
Enfermedades cerebro vasculares |
689 |
113,3 |
8,7 |
3 |
Cirrosis y otras enfermedades del hígado |
619 |
100,4 |
7,8 |
4 |
Tumor maligno de la Tráquea de los bronquios y del
pulmón. |
538 |
87,3 |
6.7 |
5 |
Diabetes Mellitus |
300 |
81.1 |
6,3 |
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en PLISA (OPS/OMS,
2021).
b. Gasto en salud como porcentaje del PIB - Chile
De acuerdo a los perfiles de salud mostrado por OPS
en la Plataforma PLISA (OPS/OMS, 2021) validos hasta mayo 2017, el crecimiento
medio anual del PIB para Chile muestra un claro descenso de un 5,5 para 2012
hasta 1,9 para 2014. Estos datos a pesar de no ser homogéneos con reportes del
Banco Mundial respecto a la evolución del PIB para el caso de Chile, señalan en
todo caso un nivel de descenso significativo, véase a continuación los
referidos datos del Banco Mundial en la Tabla 4.
Tabla 4
Evolución del PIB-Chile Banco Mundial y Producto
Interno Bruto (Groos National Income) y gasto en salud como porcentaje del PIB-
per cápita indicadores OPS-Chile
Datos |
Años / PIB |
||||||
Banco Mundial |
2013 |
2014 |
2015 |
2016 |
2017 |
|
|
4,045 |
1,7 |
2,305 |
1,266 |
1,49 |
|
|
|
OPS - Chile |
Producto
Interno Bruto per cápita |
Gasto
como % del PIB |
|||||
2012 |
2013 |
2014 |
2012 |
2013 |
2014 |
2017 |
|
20.460,0 |
20.580 |
21.320 |
s.i. |
s.i. |
3,8% |
3.8% |
Fuente: Elaboración propia, 2021 en base al Banco Mundial (2018);
OPS/OMS (2021).
Se observa en el caso de Chile que el PIB per cápita ha mostrado incremento, el
país ha destinado de acuerdo a los datos un 3,8% del PIB como porcentaje de
gasto en salud, a pesar que a la fecha de los datos analizados Chile no cumple
con la meta mínima de inversión del 6%, recomendada por la OMS y la OPS. Para
2020 Chile gasta aproximadamente un 8% del PIB en salud, un porcentaje
levemente más bajo al 9% promedio de los países desarrollados. Pero de este
porcentaje, solo un 4% aproximado se destina a la salud pública, en circunstancias
que el 1% de esa cifra corresponde al aporte del 7% de los afiliados a Fonasa (Cisternas,
2020).
Un aspecto relacionado con el manejo del tema salud
en Chile está relacionado con la “calidad del servicio” como “percepción de los
usuarios” y ha sido un factor que el Estado ha presentado como avances en una
evaluación positiva del mismo, a propósito de ello y de acuerdo a la “Tercera
encuesta de calidad externa de vida en la vejez 2013”, se reporta que los
encuestados mostraron una tendencia al alza respecto de percepción de bienestar
para el momento de la misma, en el año 2007, un 56% de encuestados decía “estar
satisfechos con su vida”; mientras que en el 2013 este porcentaje subió al 63%,
lo cual describe un incremento en el nivel de calidad respecto al servicio de
salud (Pontificia Universidad de Chile, 2014; Varela, 2016).
Sin embargo, a pesar de esta tendencia positiva, las
principales preocupaciones han tendido a mantenerse en el período 2007-2013,
dentro de las cuales y de acuerdo a la referida encuesta, las personas
manifestaron que sus mayores preocupaciones eran “tener que depender de otras
personas” y “enfermarse gravemente” (Pontificia Universidad de Chile, 2014). A
partir de estas fechas se operó un proceso de reformas en el sistema chileno,
con dos características, trabajo en red y desconcentración administrativa; pero
a pesar de la manifestación, el sistema se ha limitado a la Garantía Explicita
de salud (jerarquizar un número determinado de enfermedades para atender), pero
no se observan planes de atención integral que involucren al sistema de apoyo
del paciente.
4.2. Caso Argentina
Argentina posee una superficie de 3.761.274 km2, correspondiente
a 23 provincias; así el territorio se divide en cinco regiones geográficas:
Noroeste, Noreste, Cuyo, Centro o Pampeana y Patagonia; cerca de 65% de la
población se agrupa en la región Centro, especialmente en la provincia de
Buenos Aires, con el 38,9% de la población del país, particularmente en la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). En el año 2010 se contabilizaban 40.117.096
habitantes, 91% de los cuales vivían en zonas urbanas, con una razón
hombre/mujer de 0,95/1. Las estimaciones indicaban para el año 2014 una
población aproximada de 42.669.000 habitantes.
En ese sentido, para el año 2010, la composición de
la población en grandes grupos etarios presentaba diferencias significativas
entre cada una de las provincias; el menor porcentaje de niñas, niños y jóvenes
se registraba en CABA (16,3%), y el mayor porcentaje en la provincia de Misiones
(32,5%). Comparablemente, CABA presentaba la mayor proporción de adultos con 65
años y más (16,4%), y la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del
Atlántico Sur, la menor proporción (3,8%) (OPS, 2017a; 2017b). Argentina
ha disminuido su tasa de natalidad y ha mejorado levemente los datos de mortalidad
como se muestra en la Figura II, que a continuación se presenta.
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en PLISA
(OPS/OMS, 2021).
Figura II: Indicadores,
población, expectativas de vida, tasa mortalidad Argentina
De los datos expuestos por la OPS se observa que
Argentina ha mejorado levemente la tasa de esperanza de vida de 76,3 a 77,0
(años-hombres), y en 80,1 a 80,16 (años-mujeres) en solo 4 años, comparado con Chile,
Argentina ha avanzado menos en dicha materia, manteniendo sus estándares, a
pesar del proceso de cambio demográfico que muestra. Por otra parte, se reporta
leve disminución en las tasas de natalidad para el mismo periodo (17,5- 2014 a
16,8- 2018).
a. Morbilidad-Argentina
En la siguiente Tabla 5, se describen las muertes
para Argentina, en dos grupos 2013-2015 (más reciente 2000-2002), se observan
cambios en las cifras que serían explicados por varios factores socio-
económicos.
Tabla 5
Mortalidad producto de enfermedades no transmisibles
Datos OPS- Argentina
Años |
Hombres |
Mujeres |
Totales |
|||
Defunciones |
Tasa x 100 |
Defunciones |
Tasa x 100 |
Defunciones |
Tasa x 100 |
|
2013 |
11.700 |
562,23 |
11.445.6 |
526,77 |
23.146,0 |
544,17 |
2014 |
11. 689 |
555,90 |
11.524,9 |
525,84 |
23.232,8 |
540.5 |
2015 |
12.937 |
573,96 |
11.990,3 |
540,73 |
24.840 |
557,02 |
Cambios
en 11 años |
||||||
2000 |
11.049,3 |
609,40 |
9.752, 9 |
515,30 |
20.809,1 |
561,34 |
2001 |
11.178,5 |
608,79 |
10.087,2 |
527,03 |
21.257,7 |
567,52 |
2002 |
11.341,7 |
611,90 |
10.367 |
523,75 |
21.478 |
566,87 |
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en PLISA
(OPS/OMS, 2021).
En este sentido, se observa que: a) Las tasas de
mortalidad para hombres y mujeres por ENT en general han mostrado un incremento
para el lapso consultados (2013-2015), lo que contrasta con el caso de Chile,
que quizás sea explicado por dos factores: Incremento del PIB y reforma del
Sistema de salud llevada a cabo, a pesar que Chile no llega a cumplir los
estándares del 6% del PIB dedicado a temas de salud; y, b) Para los años
2000-2002, se venía registrando incremento de leve a moderado de las tasas de
mortalidad para hombres y mujeres, situación que podría interpretarse como un
problema de larga data (11 años) y que se relacionaría con el desempeño
económico de la Argentina en los últimos años y ciclos económicos
experimentados por la nación, problemas de inflación deuda social.
A continuación, se presenta la Tabla 6, en la que se
describen las causas de muerte por ENT para grupo etario Adultos Mayores. Se
observa que: a) Las 5 primeras causas de muerte para el grupo de adultos mayores
muestran que un 37,8% se producen por ENT, ubicándose muy por debajo de la
media mundial; y, b) Aproximadamente un 45,2% del total de los casos para el
grupo reportado, en aquellas relacionadas con enfermedades cardiacas, dato
compartido con Chile.
Tabla 6
Principales causas de muerte jerarquizadas- Grupo de
Enfermedades No Transmisibles (ENT) Argentina-2014 (edad 65 - 69 años)
Nro. |
Tipo
ENT |
Nro. |
tasa |
% |
1 |
Enfermedades isquémicas del corazón |
2.228 |
151,2 |
9,4 |
2 |
Insuficiencia Cardíaca complicaciones y enfermedades mal
definidas del corazón |
1. 834 |
124,5 |
7,7 |
3 |
Enfermedades cardiovasculares |
1.778 |
120,7 |
7,5 |
4 |
Tumor maligno de la tráquea y pulmón |
1.738 |
118.0 |
7,3 |
5 |
Influenza y Neumonía |
1.394 |
94,6 |
5.9 |
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en PLISA (OPS/OMS,
2021).
Esta problemática de salud era considerada una
prioridad sólo para los países de ingresos altos(6), pero como en el
caso de Argentina, se ha observado un incremento en la morbilidad y mortalidad
por ENT en los países de ingreso medio y bajo. Se estima que en estas naciones
el 80% de las muertes y casi la mitad de la carga de enfermedad, es
consecuencia de este grupo de enfermedades, por lo que estos países “necesitan
priorizar políticas de prevención y control efectivas” (Ministerio de Salud de
la Nación Argentina, 2015, p.2).
De acuerdo a estos datos obtenidos y en perspectiva
del Ministerio de salud de Argentina, se puede destacar sobre estado de
situación de las ENT y los factores de Riesgo, lo siguiente:
a. En Argentina las ENT representan más del 60% de
las muertes, y este no es el único problema puesto que son la principal causa
de años potenciales de vida perdidos, constituyen la mayor parte de las
demandas al sistema sanitario, así como también los costos que debe enfrentar
tanto el paciente como el sistema de salud durante el periodo de la enfermedad.
b. El problema se ve agravado respecto al incremento
en la prevalencia de Factores de Riesgos como el sobrepeso y la obesidad, el
sedentarismo, la alimentación inadecuada, el consumo de tabaco y alcohol, entre
otros.
c. Se espera que para el año 2020 el 75% del total
de las muertes, sean atribuibles a este tipo de factores.
d. Para ello es necesario un sistema de vigilancia
que pueda medir, monitorear y evaluar la prevalencia y el comportamiento de
estos factores de riesgo, el progreso de las acciones, la reasignación de
recursos y el monitoreo de las políticas públicas implementadas, ser
verificables a través de programas desconcentrados enmarcado en un apolítica
sectorial.
e. Este último elemento tendría una relación muy
importante con el desempeño de indicadores gubernamentales y
socioeconómicos.
b. Gasto en salud como porcentaje del PIB- Argentina
Como puede observarse de acuerdo a los perfiles de
salud mostrado por OPS en la Plataforma PLISA (OPS/OMS, 2021) validos hasta
mayo 2017, el crecimiento medio anual del PIB para Argentina muestra un muy
deficiente desempeño de 0,8 (2012) a 2,9 (2013) y de 0,5 (2014). A continuación,
se presenta la Tabla 7 ilustrativa, en la cual se muestran los datos relativos
para el PIB y porcentaje del PIB en Gasto de salud para Argentina.
Tabla 7
Evolución del PIB – Argentina Banco Mundial y
Producto Interno Bruto (Groos National Income)
y Gasto en salud como porcentaje del PIB- per cápita indicadores OPS –Argentina
Datos |
Años
/ PIB |
||||||||||
Banco
Mundial |
2013 |
2014 |
2015 |
2016 |
2017 |
||||||
2,405 |
-2,531 |
2,731 |
-1, 823 |
2,864 |
|||||||
OPS
- Argentina |
Producto
Interno Bruto Per Cápita |
Gasto como
% del PIB |
|||||||||
2012 |
2013 |
2014 |
2012 |
2013 |
2014 |
2017 |
|||||
13,060 |
14.110 |
13.480 |
s.i |
s.i |
2.7 |
2,7 |
|||||
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en Banco Mundial
(2018); OPS/OMS (2021).
Argentina ha venido mostrando problemas en su
desempeño económico por más de 12 años, el cambio de gobierno en 2015- 2019,
que desarrolló una política de menos intervencionismo, no mejoró el desempeño
de la salud, desde el 10 de diciembre de 2019 hasta la fecha no ha podido
resolver los problemas de mejor acceso, situación que se agravó con la
declaratoria de pandemia mundial el 11 de marzo de 2020, instalando nuevos
problemas a superar, un cambio de modelo y de agenda socio política, y sus
impactos en el gasto social son singulares, por lo que convierte el caso
argentino en el más singular de los dos casos estudiados.
El crecimiento del PIB, en 5 años ha mostrado
mejoras y estancamientos que reflejan el desempeño económico del país, que
desde 2015 a 2019 se ha producido una mejora; sin embargo, de acuerdo a los
datos disponibles Argentina ha dedicado sólo el 2,7% del PIB en salud para los
años 2014 y 2017, cifras muy por debajo de lo que se debía dedicar a salud de
manera global, sin considerar que los gastos para la población de adultos mayores va en crecimiento, y sin
contar que en Argentina se experimenta una migración de personas jóvenes
producto de la crisis económica, social y política instalada desde finales del gobierno
de Mauricio Macri y lo que va del gobierno de Alberto Fernández (kirchnerismo).
Si se hace una comparativa en el lapso entre 2003 y
2014, años en los que se mantuvo el mismo gobierno de los Kirchner en el poder,
se puede ver que “el gasto aumentó de 4.790,4 millones de euros a 10.812,8
millones, con algunos altibajos en medio. El pico de mayor gasto fue en 2011,
cuando el Estado destinó más de 15 millones de euros para el sector sanitario
(15.075,4)” (Stutz, 2017, parr.3).
Sin embargo, el gasto público en sanidad en los
últimos dos años analizados (2013 y 2014) en Argentina se redujo 1.994,2
millones, es decir que pasó de ocupar un 7,72% del gasto público total a un
6,92%. En 2014, el país descendió en la tabla que ordena los países según
cuánto dinero destinan al sector de la sanidad. Si bien es una caída pequeña y
Argentina todavía se ubica dentro de los primeros cuarenta países, pasó del
puesto 29 al 32.
Conclusiones
Los cambios
demográficos (proceso de envejecimiento) son evidentes en la región que ocupan
los casos que fueron estudiados, Argentina y Chile, reportados por BID, CEPAL,
OPS y OMS, los cuales han constituido alertas sobre la incorporación de esta
realidad en el diseño y ejecución del gasto en materia de salud, concretamente
para el segmento adultos mayores. En los casos estudiados, así como el conjunto
de los países de la región, no se han alcanzado en su gran mayoría el
porcentaje del 6% recomendado por la OMS.
En Argentina y Chile,
por configurar países donde el proceso de envejecimiento se multiplica con
mayor velocidad, sobre todo el caso chileno, sino además por tratarse de dos
sistemas de salud con énfasis particulares que los diferencian entre sí, se requiere
analizar el papel de los administradores de salud y su impacto dentro de estos
modelos de prestaciones. La materia de salud para adultos mayores está
reclamando recursos de todo tipo, y ello impacta la sostenibilidad de todo
sistema integral de salud, más allá de incrementos del PIB y del porcentaje
destinado a salud.
Lo anterior implicaría
abordajes más creativos, integrales por el carácter multivariable del fenómeno
de envejecimiento y la morbilidad de las ENT analizadas, incorporación de programas
de preventivos, mantenimiento de independencia del adulto mayor y alcance hasta
el sistema de apoyo del mismo.
Asimismo, se observan
multiplicidad de modelos de políticas públicas, así como criterios
diferenciados por parte de organismos internaciones que construyen sus bases de
información a partir de datos producidos por los gobiernos, con retardo
cronológico e insuficiencia en la desagregación de los mismos para temas
específicos de salud en adultos mayores.
Respecto al tema referido
al gasto porcentual del PIB en salud, los estudios específicos para países han
mostrado que el crecimiento económico es una fuente con potencial técnico y
factibilidad política para su incremento, en los casos estudiados y la región
en particular. No obstante, la evolución en la relación entre ambas variables,
establecen limitaciones.
Las tasas de mortalidad
para ambos casos Argentina y Chile, en el caso de hombres y mujeres por ENT en
general muestran diferencias para el lapso consultados (2013-2015); así para Argentina,
se reporta un incremento, lo que contrasta con Chile, donde se observa descenso.
Para los años 2000-2002 se venía registrando incrementos en ambos países de leve
a moderado en mortalidad, en el caso del desempeño económico de la Argentina en
los últimos años y ciclos económicos experimentados han sido negativos, si se compara
este período con el caso de Chile, el incremento se superó en 2013-2015, lo que
se asocia con una mejora del desempeño económico de la economía chilena reflejado
en sus indicadores del PIB en los periodos estudiados pre Covid-19.
Las características observadas
en cuanto al gasto en salud, han estado determinadas o focalizadas en planes de
carácter universalistas, tendientes a la enfermedad y no al concepto de salud
integral; los planes y programas destinados a la población adultos mayores,
aparecen marginalmente. Por lo que, de acuerdo a la data disponible para el
periodo observado, resulta establecer una asociación entre los incrementos del
gasto en salud y los resultados en materia de satisfacción y mejora en los
indicadores de morbilidad.
Esta revisión efectuada
de bases de datos y tendencias, revelan que el tema del manejo de salud sigue
siendo para el poder, un tema sobre mucha sensibilidad, presentándose opacidad
en datos e información confiable, porque las agencias y organismos
internacionales dependen de los datos oficiales por parte de gobiernos, un tema
que debe ampliarse mediante la investigación sobre las transparencia de esta
materia, con la finalidad que los abordajes sean realmente oportunos y se establezca
una verdadera contraloría ciudadana.
Notas
1
La problemática propuesta se desarrolla en medio de dos modelos diferentes de
programas de salud. En Chile su política está enmarcada en planes universales
de salud, denominados “Planes explícitos de salud, y Argentina en planes
focalizados en sector materno infantil como el “Plan nacer”. Todo ello sin
dejar de considerar programas sectoriales destinados a la tercera edad.
2
Para 2021 son cuatro garantías exigibles por ley para las personas afiliadas al
Fonasa y a las Isapres: 1) Acceso, 2) Oportunidad, 3) Protección financiera, y
4) Calidad. Éstas, se encuentran asociadas a los 85 problemas de salud vigentes
por Decreto. Ver http://www.supersalud.gob.cl/difusion/665/w3-propertyvalue-1962.html#:~:text=Las%20Garant%C3%ADas%20Expl%C3%ADcitas%20en%20Salud%20(GES)%2C%20constituyen%20un%20conjunto,el%20otorgamiento%20de%20las%20prestaciones
3
Para ampliar véase Erazo, Á. (2011). La protección social en Chile El Plan
AUGE: Retos y desafíos. CEPAL. https://repositorio.cepal.org/handle/11362/5218
4
En la información oficial emanada del ejecutivo argentino disponible en https://www.argentina.gob.ar/salud/direccionesprogramasplanes
no se señalan planes y/o programas destinados específicamente al caso de
adultos mayores.
5 La
carga de enfermedad, cuyo principal indicador son los años de vida ajustados
por discapacidad, miden las pérdidas de salud en la población que representan
tanto las consecuencias mortales como las no mortales de las enfermedades y los
factores de riesgo asociados a ellas.
6
Se usan estos datos con la fecha referida ya que no existen datos
correspondientes a años más recientes.
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* Doctor en Ciencias Políticas. Docente –
Investigador en la Universidad de Santander, Colombia. E-mail: edgar_cordova38@hotmail.com ORCID:
https://orcid.org/0000-0003-2450-6156
** Doctor en Administración (Bussiness
Administration). Geriátrico Médico Patricio Lynch en Viña del Mar, Chile.
E-mail: antonesd@gmail.com
*** Doctora en Administración (Bussiness
Administration). Docente en la Universidad de Santander, Bucaramanga,
Colombia. E-mail: irincon15@hotmail.com
ORCID: http://orcid.org/0000-0002-7348-2341
**** Candidato a Doctor en Administración (Bussiness Administration).
Magister en Gerencia Pública. Magister en Dirección y Gestión. Docente en la Corporación
Universitaria de Asturias, Bogotá, Colombia. E-mail: jchaparro@correo.uts.edu.co ORCID:
http://orcid.org/0000-0002-8148-9850
Recibido: 2021-11-20 · Aceptado:
2022-02-07