Revista de Ciencias
Sociales (RCS)
Vol. XXVIII, No. 2,
Abril - Junio 2022. pp.
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E:
2477-9431
Práctica docente como ejercicio con sentido humano: Reflexión
frente a la educación*
Arboleda López, Adriana Patricia**
Acosta Sánchez, Roger Alexander***
Garcés Giraldo, Luis
Fernando ****
Sepúlveda Aguirre,
Jovany*****
Resumen
Lo esencial en educación no solo es lo cognitivo, es acompañar también el
proceso formativo con el protagonismo de las emociones que envuelven la convivencia
escolar, lo que exige entre los actores valorar el tipo de relación social que
se genera. El objetivo de esta investigación es analizar la práctica docente
como proceso de acción social que dimensiona la posibilidad de realización
humana, desde un enfoque adscrito al desarrollo humano, que incluye el modelo
PERMA y el enfoque de las capacidades, entre ellas la emocional como
posibilidad que tienen los docentes para alcanzar bienestar y calidad de vida. Se trata de una investigación descriptiva basada en análisis documental
empleando fuente primaria, secundaria y especializada. Entre los resultados
destacan que el principal beneficio es estimular la realización personal que
posibilita avanzar en propósitos de desempeño, que reflejan potencialidades del
docente en satisfacción y reconocimiento social de su labor. En ese sentido, la
apuesta por una práctica docente inteligente, así como significativa está
asociada al desarrollo individual y social. Se concluye que el acto pedagógico
es un camino para aprender a convivir favoreciendo el bienestar humano y
calidad de vida de las comunidades.
Palabras clave: Práctica docente;
emociones; modelo PERMA; convivencia; desarrollo social.
Teaching practice as an exercise with a human sense:
Reflection on education
Abstract
What is essential
in education is not only the cognitive, it is also accompanying the training
process with the prominence of the emotions that surround school coexistence,
which requires the actors to value the type of social relationship that is
generated. The objective of this research is to analyze the teaching practice
as a process of social action that measures the possibility of human
fulfillment, from an approach ascribed to human development, which includes the
PERMA model and the capabilities approach, including the emotional as a
possibility that teachers have to achieve well-being and quality of life. It is
a descriptive research based on documentary analysis using primary, secondary
and specialized sources. Among the results, they highlight that the main
benefit is to stimulate personal fulfillment that makes it possible to advance
in performance purposes, which reflect the teacher's potential in satisfaction
and social recognition of their work. In this sense, the commitment to an intelligent
teaching practice, as well as a significant one, is associated with individual
and social development. It is concluded that the pedagogical act is a way to
learn to live together favoring human well-being and quality of life of the
communities.
Keywords: Teaching
practice; emotions; PERMA model; coexistence; social development.
Introducción
La
actividad docente se configura mediante modelos cognitivos y dinámicas sociales,
cuyo interés se enmarca en procesos que favorecen la vida social. La demanda de
estados psicológicos basado en el comportamiento y la capacidad para
interactuar con el otro, conocerlo y potenciarlo, está caracterizada por
emociones que establecen o refuerzan vínculos sociales, los cuales ostentan
gran valor en la formación de los educandos.
Asegurar
el desarrollo emocional en los educandos y docentes es defender un sistema
educativo tendiente a la alfabetización emocional como aprendizaje social que
refuerza la calidad de vida. Sistema determinado por necesidades, vivencias, posibilidades,
satisfacciones, acciones que influyen y enriquecen la práctica educativa debido
al compromiso de construcción humana. Igualmente, el desarrollo de habilidades permite
aumentar la capacidad emocional, entre otras, como constructo de calidad de
vida:
Cuando un profesor se preocupa de ser un buen educador, es decir, cuando
considera los objetivos socio afectivos, entonces esta reduciendo, también,
problemas como los de disciplina en clase, que tantas veces preocupa, y esta, a
su vez, propiciando un escenario o clima para una enseñanza de calidad. (Hernández, 2000, p.221)
De
allí que, la formación emocional constituye mayor posibilidad a los docentes
para generar bienestar y calidad de vida en los educandos como búsqueda para
establecer sentido a los desafíos de ser docente. Así mismo, la postura sobre
el concepto de desarrollo humano desde la perspectiva humanista ofrece al
docente la riqueza humana basada en capacidades, toda vez que favorece a la
realización humana.
El perfil del profesor que se necesita en estos momentos
es más el de conductor de la clase, el de la persona que sabe extraer lo mejor
de cada alumno, que sabe motivar, que favorece una buena interrelación entre
todos los alumnos. Los conocimientos se pueden encontrar en numerosos lugares,
pero favorecer determinadas actitudes solo lo pueden hacer este tipo de
personas. (Soler et al., 2016, p.12)
Esta
perspectiva forma parte del interés por favorecer la dimensión social y
personal en la formación profesional docente, puesto que traspasa la
acumulación de conocimiento, el utilitarismo y productividad humana a formas
que enriquecen la vida, cuya finalidad permita destacar la idea humanista de
desarrollo que se enmarca en las capacidades vinculadas a las “condiciones de
vida y a las libertades de florecimiento humano que tienen a su alcance” (Vethencourt, 2011, p.74). En palabras de Utria (2015) estas se entienden:
Como la inteligencia y las capacidades de aprendizaje,
conocimiento, creatividad, talento, apropiación, destrezas mentales y físicas,
acumulación de experiencias individuales y colectivas y de otros factores
afines. Estas capacidades y potencialidades -y particularmente los talentos y
la creatividad, que nos diferencian de las demás especies vivas- constituyen el
patrimonio principal de los seres vivos. (p.136)
Se
propone entonces, una persona profesional que disponga adecuadamente del perfil
y cualificación docente, que garantice comprensión social, adaptación y
desarrollo en la actividad formativa, que utilice los recursos del entorno con
sentido humano en el trabajo pedagógico y didáctico como iniciativa de
desempeño con calidad. Es hacer posible la práctica docente como oportunidad de
sentido para ejercer lo que le apasiona.
De
esta manera, el proceso investigativo es llevado a cabo mediante el enfoque
cualitativo con alcance descriptivo, mediante la consulta de artículos y libros
que permitan establecer formas de relación entre desarrollo social y emociones.
Con base al alcance de esta investigación, es clave analizar la práctica
docente como proceso de realización humana teniendo en cuenta la capacidad
emocional de las personas.
1. Desarrollo humano: Proceso de
aprendizaje social docente
Fundamentalmente,
el desarrollo humano es una relación acorde con el bienestar y calidad de vida
de las personas, capaz de disponer componentes del ser y el hacer. Se ajusta a
mecanismos de libertad procedentes de:
Las oportunidades reales que las personas tienen para
lograr su nivel de bienestar deseado o para alcanzar el nivel de desarrollo
propuesto (… la concepción del ser y hacer, resulta
imperante en el estilo de vida de las personas, representa un fundamento) a
todos los estilos personales de vida y construye en concreto las formas de vida
de las personas y de los modos de vida de las colectividades. (Restrepo, 2007,
p.342)
Se
trata de un desarrollo humano regido por desempeños que se ajustan al
reconocimiento del logro como oportunidad para determinar la presencia de
capacidades en la actividad humana, caracterizado por deseos de satisfacción. Nussbaum (2012) propone diez capacidades: Vida; salud
física; integridad física; sentidos; imaginación y pensamiento; emociones;
razón práctica; afiliación; otras especies; así como juego y control sobre el
propio entorno.
Esto
se explica con el fin de perfilar el desempeño docente capaz de transformar su
ser y hacer. La intención es potenciar las capacidades humanas, entre ellas la
emocional, presentes en el desarrollo humano como principio regidor de un
modelo social y educativo (González et al., 2019). El hecho de fomentar
capacidades es un recurso valioso para alcanzar lo que se quiere ser y hacer:
“Este aspecto se corresponde con el perfil definido para el hombre de las
capacidades como agente activo y participativo co-hacedor de su propia forma de
vida” (Restrepo, 2007, p.349), y de comunidad como construcción humana.
Permite
considerar al docente como hombre de capacidades que reafirma la calidad
edificante del desarrollo humano, anunciándose la presencia de la capacidad
emocional como recurso indispensable para motivar, mantener y desarrollar un
proceso educativo pertinente, que involucra el desempeño en términos de
eficiencia y eficacia requerida desde el punto de vista humano (Cano y Ordoñez,
2021).
Considerar el conjunto de razones para
ser docente dependerá del sentido real y determinación de lo que se desea ser.
Elección cargada de características personales y sociales indispensables para
llevar a cabo procesos de interacción permanente de vida en comunidad: “Tener
más libertad para elegir, obtener mayores oportunidades para hacer las cosas
que valoramos, ser agente de la propia vida y de la vida de la comunidad, son
formas de ejercicio de la libertad que enriquecen la vida humana” (Vethencourt,
2011, p.85).
Lo
anterior, deriva el papel significativo de la capacidad emocional como
aprovechamiento de capital humano que consolida y transforma prácticas
determinantes en el comportamiento y desempeño docente, lo que demuestra
impacto favorable frente al conjunto de capacidades desarrolladas: “Las
capacidades no están concebidas como átomos aislados, sino como un conjunto de
oportunidades que interactúan entre sí y se conforman las unas con las otras” (Nussbaum,
2012, p.121). Busca proporcionar al docente una comprensión de las capacidades
para lograr una visión integral del proceso de enseñanza.
Las
capacidades constituyen un camino de crecimiento y dominio personal desplegado para
conseguir las combinaciones necesarias del desarrollo, mediante la interacción
social propia de la vida en comunidad (Ripoll, Palencia y Cohen, 2021). Es
incrementar las posibilidades de realización humana como expresión esencial de
bienestar y como factor importante que dota al docente de condiciones
apropiadas para incorporar “forma de vida que valoran y desean vivir”
(Restrepo, 2007, p.369). En esta perspectiva, el autor expone que la
complejidad humana demanda asuntos fundamentalmente de libertad, bienestar y
desarrollo.
En
efecto, generar estrategias educativas repercute en la forma de enseñar, pero
alcanzar dichos asuntos fundamentales o el desarrollo de capacidades es
adquirir conciencia del propio “ser” en cada actuación. De ahí que el docente
al vincular las capacidades al ejercicio pedagógico potencializa las formas del
ser y hacer. Pues bien, la Figura I esquematiza una rueda con tres ejes
principales en el centro, rodeados por recursos existenciales para alcanzar
desempeño social (Díaz, 2015).
Fuente: Elaboración propia, 2021 con base en Vélez (2006).
Figura I:
Capital humano
En
consecuencia, es una rueda centrada en lo humano; posee elementos que
interactúan como campo de posibilidades de transformación social. Precisamente,
el centro desencadena no una división sino un proceso de posibilidades que
instauran acciones de progreso.
En
el centro de la rueda se enmarcan capacidades y educación que intervienen de
manera formal en el desarrollo humano. Al observar el componente de las
capacidades, se reconocen la intelectual, afectiva, emocional y conductual que
representan rasgos importantes en las prácticas humanas. Al respecto, hay
aportes concretos como el de Vethencourt (2011), quien apoyándose en Amartya
Sen argumenta que: “La noción de `capacidad` se refiere a la oportunidad que
tiene un individuo de elegir entre una gama de opciones (…) posibles” (p.76).
Es entender el potencial de las capacidades que conjugan categorías como
libertad y bienestar, fundamentales para la riqueza individual y social. No se
debe negar la importancia que poseen en el tejido social.
Además,
cabe señalar que Utria (2015), respecto al tema de capacidades prioriza unos
atributos, como recursos, que constituyen calidad de vida. Por ejemplo, el
atributo intelectual, involucra razonamiento lógico para un desempeño
satisfactorio; el afectivo, favorece la vida en comunidad; el emocional,
enriquece la interacción con el otro (Biesta y Boqué, 2018), teniendo en cuenta
características de la inteligencia emocional como “autoconocimiento,
autocontrol, alta motivación, empatía y buen manejo de las relaciones” (p.108);
y el conductual, supone la manera de actuar constructivamente en la sociedad.
De
modo que, incorporar capacidades en la práctica docente tiene efectos
sustanciales en el desempeño que conllevan a mantener vivo el bienestar social
y por ende la calidad de vida. Capacidades que se circunscriben en el escenario
educativo como alternativa de desarrollo social. Se concibe así otro componente
importante dentro de la rueda: La educación. Allí están dos aspectos, uno es la
convivencia, y dos, las competencias como posibilidades significativas para
argumentar, interactuar y participar activamente en sociedad de manera que
lleven a procesos de bienestar, así como desarrollo (Martínez, 2002).
Fundamentalmente,
estos dos aspectos, son dependientes entre si porque permiten establecer y
mantener escenarios de intercambio con el otro, necesarios para la convivencia
y el desarrollo de competencias involucradas con el enfoque ciudadano. De
manera más específica, siguiendo al Ministerio de
Educación Nacional (MEN, 2006) se pueden identificar cuatro competencias
que impulsan a vivir y trabajar juntos: “El énfasis de la formación en
competencias ciudadanas es el desarrollo integral humano, que implica el
desarrollo de competencias comunicativas, cognitivas, emocionales e
integradoras, las cuales favorecen el desarrollo moral” (p.156).
Adquieren
por ende protagonismo las competencias ciudadanas y allí la convivencia por
estar dotadas de sentido común. Relacionan la vida cotidiana y desarrollan
transformaciones en el “ser”, el cual conduce a crear la capacidad para
convivir con los otros, asociado a fortalecer bienestar, desarrollo y algunos
tipos de conductas (MEN, 2006).
De
esta forma, la relación del centro de la rueda (ver Figura I) con las
capacidades y la educación se convierten en posibilidades de desarrollo del
potencial humano. Lo que resalta la importancia del último componente de la
rueda, el desarrollo humano, como factor crucial y determinante en la dimensión
de la existencia humana (Niemi, 2013). De acuerdo con Utria (2015), el
desarrollo humano es un proceso de conciencia, capacidades y potencialidades
que contribuyen a incrementar el beneficio personal y social de todo el planeta.
Un horizonte de progreso que constituye logros derivados del aprovechamiento de
recursos favorables para el proceso de desarrollo.
Cabe
anotar que Nussbaum (2012), por no encontrar una distinción importante alguna,
denomina al “Enfoque del desarrollo humano” como “Enfoque de las capacidades”,
el cual favorece la calidad de vida en las personas a partir de las oportunidades
ofrecidas por el entorno. Reconoce que el desarrollo de capacidades sugiere
procesos de formación para aspirar a la consecución de estilos de vida
comprometidos con la realización humana. De lo contrario, argumenta que “la
privación de la educación hacía que una persona estuviera `mutilada y deformada
en una parte del carácter de la naturaleza humana incluso más esencial`” (p.43),
formación que hoy es crucial ante las formas eficaces para obtener bienestar.
Puede
apreciarse entonces, que el “Enfoque de las capacidades” es un conjunto de
oportunidades que favorecen estilos de vida en los que se proyecta la
construcción de un “yo” que necesita la compañía de sus semejantes. En última
instancia, el enfoque invoca un mundo social que sustenta libertades como
fuente de deseos y realidades que abarcan procesos de desempeño humano. Asunto
que impacta la práctica docente como consecución de realización personal, porque
constituye un conjunto de estados del hacer, vivir y percibir, orientado a
contextos de existencia y comportamiento humano. Contextos de existencia que se
conectan con las múltiples interacciones del docente en la formación, entorno y
experiencias.
De
esta manera, adquiere gran significado la práctica docente que afianza redes de
vida, de capital humano con responsabilidad social, mejorando la vida en
comunidad y del propio sujeto. Por ello, se plantea el modelo de la rueda para
fundamentar condiciones de saber humano que analiza, explica, comprende y
transmite el valor social del aprendizaje e interacción con el otro, como es el
caso de la profesión docente. En este sentido, la necesidad de convivir implica
todas las partes de la rueda, sin embargo, uno de los componentes se perfila
como limitante o perturbador en el desarrollo de la práctica docente: Las
emociones, la capacidad emocional, cuando tiene implicaciones negativas; lo que
demuestra la importancia del siguiente apartado en cuanto se entreteje el
potencial de las emociones con la dimensión social de la persona.
2. Emociones en la práctica docente
motivo recurrente de reflexión
Teniendo
en cuenta la presentación de la rueda (ver Figura I) y el valor de cada
concepto, se focaliza en la capacidad emocional, la cual impone de trasfondo un
cúmulo de relaciones existenciales y sociales, apreciadas en la práctica
docente bajo circunstancias diversas, pero asociadas indudablemente con el
afrontamiento del acontecer cotidiano del aula de clase, escuela y vida
profesional (Garcés et al., 2018).
Este
acontecer, deja ver una serie de realidades que deben
lidiar los docentes con emociones negativas como límites para convivir o
llegar a acuerdos, o simplemente asumir una realidad que impide sentido de vida
en el aula de clase, de conocer e interactuar con el
otro. Emergen relaciones sociales significativas, pero también destructivas que
restringen el pleno desarrollo humano. Las situaciones sociales cotidianas que acontecen
en el aula de clase, en muchas de ellas el uniformismo desaparece y el poder
sobre el otro aparece. Un ejemplo de ello, es el suceso que se vivió en la sala
de profesores unos segundos antes de salir a descanso en una institución
educativa(1) del norte antioqueño (Garcés, 2020) y ahora se describe
como ejercicio reflexivo, pues despertó todo el interés por profundizar sobre
el tema:
¡Usted
falsifico la firma y eso da suspensión!, fue la frase enérgica y agresiva que
pronunció un profesor perseguido de un estudiante del grado séptimo cuando
entro a la sala de profesores. El silencio invadió el lugar. El profesor se
acercó a su escritorio tomo la ficha del estudiante y comenzó a hacerle la
anotación. Raúl, uno de los estudiantes más tímidos del salón, con ojos
llorosos, con temblorcito en las manos y en su voz, semidestruido, repetía:
profe yo no falsifique nada; yo no tengo la culpa.
El
profesor pronto termino de escribir y cuando iba a comenzar a leer la anotación
se acercó un estudiante del mismo grado y con voz firme dijo: profe usted es
muy injusto, porque la mamá y el papá de Raúl no saben ni leer ni escribir, es
él quien hace las excusas y las firma pues no hay otra forma. Inmediatamente el
lugar cambio de temperatura, pronto se observo al profesor corto de palabras,
sonrojado y sin validez su anotación. Raúl inmediatamente se retiró, mostrando
una gran vergüenza por su realidad.
La
curiosidad se apodero de mí y, sin pensarlo dos veces, salí a buscarlo. Estaba
en el salón de clase, entre comentarios, murmullos y aclaraciones allí estaba
Raúl, una personita de 12 años, de contextura delgada y piel morena. Me le
acerqué y le dije: no te sientas avergonzado Raúl de tu realidad, mírate que
tienes la oportunidad de estudiar, de potenciar todas tus cualidades para que
el día de mañana puedas sacar a tus padres adelante. El niño levanto la cabeza,
se limpió sus ojos y expreso: es duro profe, es duro mi situación, pero tengo
claro que quiero ser veterinario y un buen hijo. Al escuchar esto sus
compañeros aplaudieron y alguien grito luchemos por nuestras metas, luchemos. (Acosta,
R. comunicación personal, 20 de octubre de 2021)
Este es uno de los
muchos casos que tiene que enfrentar el docente en su cotidianidad. Es percibir
que la práctica docente esta fundamentada también en el reconocimiento por el
otro y que experimenta una base emocional que estimula o frena el progreso de
desarrollo humano. Cuestión que advierte las posibles discordias que puede
tener la autoridad del docente cuando aparece aislado de los lazos sociales que
continuamente enriquecen los procesos cognitivos. Es otorgar a las emociones la
fuerza transformadora para vivir en comunidad que expresa la capacidad de
reconocerse y actuar.
De allí, pensar el
poder legitimador de las configuraciones afectivas que fluyen en los ambientes
de aprendizaje y se hacen visibles en todas partes, ostensiblemente en el
desempeño progresivo de las acciones docentes (Larraín, 2019). De este modo,
corresponde desarrollar ambientes adecuados para el logro académico, pero
también al desarrollo y bienestar humano. Interés que coloca en marcha un
pensamiento flexible capaz de “administrar” las emociones negativas e
incrementar y prolongar las emociones positivas en la consecución de
transferencias positivas que han de estar presente en el ejercicio pedagógico,
el cual forma parte la educación emocional en la que muchos docentes no fueron
formados (De Pablos y González, 2012;
Arboleda y Garcés, 2018; Godoy y Sánchez, 2021).
El docente en la
práctica muchas veces carga con herramientas pedagógicas y conocimiento, “más
no les proveen de herramientas para tener vidas plenas y sanas, con significado
y propósito” (Adler, 2017, p.50) a los estudiantes. El
caso escolar anteriormente presentado, revela la incapacidad de justificar la
acción del docente por una firma y cuestiona las coordenadas de la vida social
para tener vida plena, con calidad de vida. Constituye un llamado sobre la
práctica docente, como forma indispensable al desarrollo de capacidades
socioemocionales que configuran realización humana.
Muchas de las
dificultades que se presentan en el aula de clase están relacionadas con la
convivencia, por ello, la necesidad del desarrollo de las capacidades socioemocionales
con la finalidad que genere un repertorio de herramientas sociales: “Tener el
repertorio entero de emociones disponibles y poder activar esas emociones al
enfrentar diferentes problemas y decisiones, es un arte que se puede aprender” (Adler,
2017, p.53). Orienta a mejorar la inteligencia intrapersonal e interpersonal
provistas de incrementar significativamente el control del comportamiento de sí
mismo e intencionalmente también el de los demás.
No es establecer una
serie de interpretaciones sino de prioridades que prepare al docente para dar
respuesta y tomar decisiones a través del aumento de sus habilidades sociales
que finalmente tiene efectos en los estudiantes: “Durante un día en el que
realizaron un acto bondadoso y espontáneo, los estudiantes reportaron que
tuvieron un mejor día, que fueron más amables con otros, más apreciados por la
gente de su alrededor, y mejores amigos y pareja” (Adler, 2017, p.54). Indica
la transmisión de bienestar proveniente de no reducir la práctica docente a una
estructura académica, es evidenciar lo eficaz que puede ser dicha práctica
cuando se potencia la inteligencia intrapersonal e interpersonal que ayudan a
volverse más competente.
Para optimizar la capacidad
socioemocional en la práctica docente, requieren, además de lo destacado por la
inteligencia emocional, el sentido de la psicología positiva que reconoce la
dimensión de bienestar humano y proyecta el modelo PERMA, que resulta
pertinente a la hora de entender el progreso humano a partir de potenciar y
desarrollar niveles de bienestar con excelente perspectiva en la práctica
educativa.
Se configura la Psicología
Positiva a partir de las ideas de Seligman (2016), quien
en la construcción considera rasgos principales de la realización humana,
caracterizados en parte por el modelo PERMA, que en la explicación adquiere
cinco componentes: 1) Positive emotions
(emociones positivas); 2) Engagement
(compromiso); 3) Positive relationships
(relaciones positivas); 4) Meaning
(significado); y, 5) Accomplishment
(logro) (ver Figura II).
Fuente: Domínguez-Bolaños e Ibarra (2017).
Figura II: Modelo de bienestar humano
El modelo conjuga
múltiples posibilidades de pertinencia personal y social respecto a la carga emotiva
de satisfacción, lo que hará posible el incremento de la felicidad. Constituye
un horizonte de crecimiento mental y emocional en busca de desarrollo humano.
El componente de las emociones y el de relaciones positivas produce vínculos de
sociabilidad significativas propio de sentido de vida. Por su parte, el
componente compromiso da cuenta de la esencia de sí mismo para realizarse en el
pensar, sentir y actuar que posibilita alcanzar desarrollo integral, es decir, conduce
a una vida funcional que fluye en sentido para ser feliz. Ahora bien, las
aportaciones de los componentes significado y logro, permite experimentar el
potencial de desempeño en el que se entrecruzan propósitos para alcanzar metas
de construcción social. En palabras de Gil (2015):
El
modelo PERMA asume que la finalidad del ser humano reside en incrementar su
bienestar, floreciendo como persona y desarrollando al máximo su potencial. Y
que, en consecuencia, eso le hará más feliz (. …) De hecho, la investigación
recopilada en el mencionado meta – análisis, asimismo respalda que la felicidad
también incide significativamente en la salud física, contribuyendo al círculo
virtuoso que conduce al bienestar. Esto es, las personas más felices no
solamente son más productivas y se sienten mejor, sino que además son más
activas y creativas, cuentan con un mejor sistema inmunológico e incluso
disfrutan de vidas más longeva. (p.67-68)
En suma, la explicación
del modelo PERMA tiene validez en la práctica docente, en la educación, por ser
un recurso potenciador de desarrollo, de oportunidades para ser cada día mejor
e impactar en nuestra propia vida y en la vida de las personas de alrededor,
como por ejemplo los estudiantes. Afianza pensamientos y acciones positivas
clave en el bienestar social docente e influyentes para llevar una vida feliz
que impacte el proceso formativo en la comunidad educativa.
Por esta vía, no es
posible aceptar docentes pasivos, pesimistas, conformistas, sin vocación. Debe
ser un ejercicio vital que haga entrar en acción el logro del crecimiento
humano, toda vez que se destaque el otro, como acción de identidad de vida. La
fuerte influencia del docente en el pensamiento y comportamiento del estudiante,
es esencial para ignorar otros aspectos y admitir el poder de intercambio social
activo que posee la vida educativa. Por ello, es fundamental contemplar el
perfil del docente que le permita transformar el paisaje educativo próximo en
un acumulado de riqueza social conforme al bienestar y realización personal:
Enseñar
y aprender son actos que cobran sentido en la relación, en el contacto humano,
y se plasman fundamentalmente en el modo de articular dicha relación dentro del
aula. Una propuesta sencilla: combinar el ¿tú qué sabes? con el ¿tú qué
sientes? (Herrera, Buitrago y Perandones, 2015,
p.147)
Visto
de esta forma, son recurrentes las emociones en la práctica docente, en la vida
social de las personas que se enraízan en enfoques de desarrollo humano, de
inteligencia emocional, de psicología positiva, en busca de realización profesional
plena.
Conclusiones
Numerosos
son los puntos de análisis de la práctica docente, pero enfocarse en las
capacidades y desarrollo humano implica reconocer el sentido de construcción
social como recurso de capital humano que tiene dicha práctica. El principal
beneficio es estimular la realización personal que posibilita avanzar en
propósitos de desempeño, que reflejan potencialidades del docente en
satisfacción y reconocimiento social de su labor, patrimonio que legitima el
conjunto de acciones que explican el bienestar social, ajustado a aspectos de
convivencia y vínculos afectivos que enmarcan al docente al sistema de relaciones
sociales, proceso de desarrollo social que incluye emociones como propias de
prácticas integradoras que refuerzan las condiciones de calidad de vida.
La
apuesta por una práctica docente inteligente y significativa está asociada al
desarrollo individual y social, que conducen a vivenciar el acto pedagógico
como un camino de responsabilidad y sensibilidad importante en la construcción
de comunidad. Aprender a convivir es potenciar las competencias ciudadanas que
hacen posible la formación de docentes competentes que influye en el
comportamiento de los educandos como posibilidad de transformar vidas.
El
ejercicio docente en este sentido permite tener mayores niveles de bienestar,
crecimiento y oportunidades sociales para una vida digna. Es un estilo de
construcción y desarrollo que favorece el desarrollo humano en cuanto a niveles
de autoeficacia comprometidos a favorecer el crecimiento personal y
profesional.
De
ahí que, la rueda y el modelo PERMA favorecen un compromiso docente y humano para
armonizar y mantener el equilibrio entre calidad de vida, bienestar y
desarrollo como parte de la realización humana; permite responder a formas del
sentir, pensar y actuar como ejercicio del desarrollo cognitivo y social, que
se convierten en momentos de bienestar que aseguran el éxito real de las
expectativas con la vida, con el mundo exterior e interior.
Notas
1 Institución Educativa Presbítero Ricardo Luis Gutiérrez Tobón del municipio de Belmira – Antioquia. La economía del municipio es de ganadería lechera, el cultivo de papa, la truchicultura y en los últimos años el fomento del ecoturismo por el páramo de Santa Inés. Los padres de los estudiantes son mayordomos, ordeñadores, recolectores de papa, amas de casa y mujeres cabeza de familia. Mucha población flotante por tanto trabajo informal que se genera en el municipio. Unos terminan el bachillerato, otros lo abandonan por salir a trabajar y ayudar en la casa, y otros tantos analfabetas que intentan firmar papelería de la institución educativa.
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* Producto de
investigación de la Tesis doctoral en Filosofía de la Universidad Pontificia
Bolivariana (UPB) denominada: “Las emociones humanas como componente
ético-político desde el pensamiento de Martha Nussbaum. Una propuesta de
formación ciudadana en torno al “enfoque de las capacidades”.
** Posdoctora
en Derecho. Posdoctora en Ciencias de la Educación con enfoque en Investigación
Compleja y Transdisciplinar. Doctora en Derecho Procesal Contemporáneo. Abogada
Conciliadora. Docente Investigadora del Programa de Derecho en la Corporación
Universitaria Americana, sede Medellín, Colombia.
E-mail: aarboleda@americana.edu.co
ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6864-5911
*** Doctor en Filosofía. Magíster en Estudios Políticos.
Magíster en Gestión de la Tecnología Educativa. Especialista en Administración
de la Informática Educativa. Historiador. Licenciado en Ciencias Naturales.
Docente del Sector Oficial en el Departamento de Antioquia, Colombia. E-mail: raacosta@unal.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8315-6446
**** Doctor y Postdoctor en Filosofía. Postdoctor en Derecho. Docente - Investigador en la Corporación Universitaria Americana. E-mail: lgarces@americana.edu.coORCID: https://orcid.org/0000-0003-3286-8704
***** Candidato a Doctor en
Estudios Organizacionales. Magíster de Gestión de la Innovación Tecnológica,
Cooperación y Desarrollo Regional. Bibliotecólogo. Docente Investigador del
Programa de Ingeniería de Sistemas en la Corporación Universitaria Americana,
sede Medellín, Colombia. E-mail: jovaeib@gmail.com ORCID https://orcid.org/0000-0002-1047-6673
Recibido: 2021-11-23 · Aceptado: 2022-02-08