Revista de Ciencias
Sociales (RCS)
Vol. XXVIII, No. 2,
Abril - Junio 2022. pp.
FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E:
2477-9431
Implicaciones políticas y
económicas del sindicalismo en México 2018: Tres escenarios desde el
posmarxismo*
Cervantes Niño, José
Juan**
Martínez Sánchez,
María Luisa***
Acharya, Arun
Kumar****
Resumen
Desde 1980 los movimientos sindicales han perdido legitimidad en la
lucha por garantizar los derechos laborales fundamentales de las masas trabajadoras
(inclusión, calidad y estabilidad del trabajo), en lo global y América Latina.
En el contexto México, y desde la perspectiva teórica posmarxista, el estudio
tiene como objetivo explicar prospectivamente tres escenarios factibles, sobre lo que podrían discurrir los movimientos
sindicales y afines, para fomentar y construir un nuevo bloque hegemónico, que
luche por mantener y mejorar las conquistas labores fundamentales de la mayoría
de la masa trabajadora, contando con la participación agonística del gobierno
nacional, las grandes oligarquías y los organismos internacionales. En lo
general, los resultados indican la posibilidad de impulsar determinadas
dinámicas del sindicalismo, las cuales contribuirían a fortalecer las disputas
por los derechos del empleo, en una sinergia donde podrían involucrarse una
amplia gama de agentes, desde los trabajadores, los gobiernos, organismos
internacionales y las oligarquías. Se concluye que la revisión contextual, y
teórica, demostró la factibilidad de formular los tres escenarios, y con ellos
interpretar las prospectivas de los movimientos sindicales para el caso de
México.
Palabras clave: Sindicalismo; escenarios; posmarxismo; hegemonía; México.
Political and economic
implications of trade unionism in Mexico 2018: Three scenarios from post-marxism
Abstract
Since 1980, union movements have lost legitimacy in
the struggle to guarantee the fundamental labor rights of the working masses
(inclusion, quality and stability of work), globally and in Latin America. In
the Mexican context, and from the post-Marxist theoretical perspective, the
study aims to prospectively explain three feasible scenarios, about which the
trade union and related movements could discuss, to promote and build a new
hegemonic bloc, which fights to maintain and improve the fundamental
achievements of the majority of the working masses, counting on the agonistic
participation of the national government, the great oligarchies and
international organizations. In general, the results indicate the possibility
of promoting certain dynamics of trade unionism, which would contribute to
strengthening disputes over employment rights, in a synergy where a wide range
of agents could be involved, from workers, governments, international
organizations and the oligarchies.
It is concluded that the contextual and theoretical
review demonstrated the feasibility of formulating the three scenarios, and
with them interpreting the prospects of the union movements for the case of
Mexico.
Keywords: Syndicalism;
scenarios; post-marxism; hegemony; Mexico.
Introducción
El modelo de desarrollo neoliberal, vigente desde 1980, indujo una serie
de transformaciones estructurales que impactaron positivamente los ámbitos
económicos, políticos y sociales en los países desarrollados y en desarrollo,
no obstante, persisten diversas contradicciones que han evitado el desarrollo
igualitario (Kelly, 1998; Hall y Soskice, 2001; Crouch,
2011; Hayter, 2015; Hyman, 2015). En el ámbito de los mercados de trabajo,
así como de las relaciones laborales y sindicatos, las contradicciones
(desregulación y flexibilidad), impactaron negativamente las estructuras tradicionales
de defensa de los trabajadores, con lo cual la influencia de estas en las
dinámicas del empleo se atenúo y favoreció la imposición de procesos
productivos afines al capitalismo y a las oligarquías, perjudicando con ello el
progreso de los países.
En el contexto de México, el objetivo general del estudio es formular
tres escenarios factibles sobre los que podrían discurrir los movimientos sindicales
y afines, para fomentar y construir un nuevo bloque hegemónico, que luche por
mantener y mejorar las conquistas labores fundamentales de la mayoría de la
masa trabajadora, contando con la participación agonística del gobierno
nacional, las grandes oligarquías y los organismos internacionales. Las
prospectivas de los escenarios tienen como base teórica lo mencionado por Hyman
(2015), sobre las tendencias de las relaciones laborales y sindicales en Europa,
y para contextualizarlo al caso de México, se utilizan las tesis del posmarxismo
(Laclau y Mouffe, 1987; Laclau, 2000; Mouffe 2011; 2018), en lo referente a la factibilidad que
surjan nuevas hegemonías laborales o sociales, mismas que contribuyan a beneficiar
a las masas de trabajadores.
La investigación se desarrolla en tres fases: En la primera, se exponen las
perspectivas de los estudios de las relaciones laborales, desde la visión de
las grandes transformaciones inducidas por el capitalismo y sus efectos en el
empleo. Asimismo, se justifica la contextualización de la realidad europea
(tres escenarios prospectivos), y para el caso México, se explica la
pertinencia de las tesis del posmarxismo para desarrollar el estudio.
En la segunda fase, se construyen las principales características de las tres
hipotéticas situaciones y se valoran sus posibles impactos en la
reconfiguración de los movimientos sindicales, así como sus implicaciones en
los mercados de trabajo. En tercera (conclusiones); se explican, las
principales aportaciones del estudio, en relación a los objetivos y se señalan
las líneas de investigación pendientes, así como el posible impacto que tendrá
la entrada de un régimen de izquierda progresista, en las prospectivas
planteadas.
1.- Perspectivas de los
estudios de las relaciones laborales y sindicales en las nuevas realidades del
trabajo
A fines del siglo XX e
inicios del XXI (2018), la influencia de los sindicatos y movimientos afines
sobre las reestructuraciones en proceso en los mercados laborales (60 años), es
incierta y altamente divergente, e induce dos interpretaciones (Kelly, 1998; Hall y Soskice, 2001; Crouch,
2011; Hayter, 2015; Hyman, 2015).
En una, desde la visión de algunas empresas e instituciones públicas, los
sindicatos son percibidos como obstáculos para la modernización, pues están en
contra de la flexibilización laboral y esto bloquea el fomento e incremento de
la productividad, lo cual beneficiaria a todos los agentes. En otra, se les
otorga un determinado valor en los nuevos movimientos sociales, pues fomentan el
mantenimiento y vigencia de los principales derechos del trabajo (seguridad
social y de salud), por lo que deben mantenerse como enlaces con las
oligarquías empresarias, gobiernos y los organismos internacionales.
La doble perspectiva
evidencia que el sistema vigente de relaciones laborales (conquistado por los
sindicatos y grupos afines), es inestable y posiblemente no responda eficientemente
a las demandas de las masas trabajadoras, lo cual beneficia a las oligarquías
económicas empresariales y al poder político. En estos argumentos, para Hayter
y Hyman (2015), implican una serie de preguntas sobre la problemática: ¿Los sindicatos
han quedado desfasados?; ¿Son ya una mera reliquia de una edad de oro, sólo
para análisis histórico?; ¿Los nuevos modos de comunicación, organización y
movilización, han eclipsado a las organizaciones de afiliación?; ¿Existe un
desfase entre las instituciones de relaciones laborales y los problemas
laborales actuales?; ¿El trabajo y los trabajadores han cambiado, hasta tal
punto que los entes creados para darles voz y representación, son ahora
obsoletas?
En el contexto de las interrogantes,
Hayter y Hyman (2015), señalan que uno de los retos fundamentales de los
estudios sobre las relaciones laborales, debería enfocarse en interpretar el
posible efecto de las transformaciones económicas en los procesos de estructuración
del mercado de trabajo, para explicar las consecuencias de la persistente precariedad
en las mejoras de las condiciones del empleo (García et al., 2018; Palacios y
Mondragón, 2021); conforme a las tesis trabajo decente(1).
Y con el objetivo de
identificar las posibles evoluciones de esta problemática, Hyman (2015), planteó
tres escenarios prospectivos sobre las relaciones laborales y sindicalismo en
Europa (mediano y largo plazo); enfatizando que el primero, es el hegemónico,
hoy y por largo tiempo, para esto se auxilia en enfoques socio institucionales
(Crouch, 2011), y en el doble movimiento de Polanyi (2001)(2). Los
escenarios los denomina: De mal en peor, reforma desde las élites, y un nuevo movimiento
de oposición; y se explican como sigue:
a. De mal en peor: Supone la erosión continua de las relaciones
laborales institucionalizadas con el consiguiente deterioro de las condiciones
de trabajo y de empleo. Las estrategias hegemónicas del capital tienden a
privilegiar la mercantilización extrema de todos los factores de producción
(entre estas las del trabajo); por lo cual, las conquistas y derechos
adquiridos por los sindicatos desde la posguerra son manipulados (no
eliminados) para favorecer el aumento de la productividad y los márgenes de
ganancia, sin que esto beneficie a los trabajadores en los aspectos monetarios
o en las situaciones de sus centros de trabajo “estadio canceroso del
capitalismo”.
b. Reforma desde las élites: Este escenario implica un proceso de
reforma elitista consistente en el establecimiento de un marco de
reglamentación transnacional efectivo para contrarrestar los efectos negativos
de la globalización neoliberal. La Organización Internacional del Trabajo (OIT)
y las confederaciones internacionales, consensan entre los gobiernos y los
dueños del capital, un nuevo orden económico y social (dentro del sistema
capitalista), que tienda a regular los sistemas de producción mediante una
normatividad laboral efectiva, en un escenario de prevalencia de la democracia,
con mercados equitativos y las reglas justas, centradas en el desarrollo de las
personas.
c. Movimiento de oposición desde las bases: Conjetura un movimiento de
oposición desde las bases, a través del cual las victimas del neoliberalismo se
constituirán en actores sociales e impulsarían del equilibrio de todas los
agentes sociales. Los excesos de los procesos de mercantilización capitalista
provocan una reacción de los movimientos sindicalistas, entre los grupos inconformes
con este tipo de progreso, quienes logran cohesionar las múltiples demandas de
mejoras del trabajo y articular una serie de estrategias para luchar por el
respecto de sus derechos, y por obtener mayores beneficios del desarrollo económico,
en concordancia con determinados entes políticos y económicos.
En lo general, las
circunstancias laborales que predominan en Europa y que sustentan la formulación
de los tres escenarios, pueden extrapolarse al contexto de los países de América
Latina, donde prevalecería una visión coincidente de los sindicatos y de sus
luchas por el mantenimiento y respeto de las normas laborales (Gamboa, 2010;
Martner, 2011; Barattini, 2016; De la Garza, 2016; Dobrusin y Montes, 2017). En
esta perspectiva, para los trabajadores los sindicatos terminan siendo funcionales
de los poderes políticos y económicos hegemónicos, lo que provoca la pérdida y
degradación de los derechos laborales, impulsando un incremento de los procesos
de precarización del empleo y consecuentemente de la pobreza y la desigualdad.
Para el caso de México,
De la Garza (1998; 2016); Marshall (2000); Fairris y Levine (2004); Zapata
(2005); Zepeda (2009; 2014); Bensusán y Middlebrook (2013); y Rubio (2017), señalan
que las transformaciones económicas impulsadas por la globalización neoliberal durante
los últimos 40 años, incentivaron e incrementaron los procesos de degradación
de los movimientos sindicales (funcionales públicos y privados), y los
contestarios. Este proceso, afectó los niveles de legitimidad, en relación a la
lucha por representar y salvaguardar los derechos laborales conquistados desde
los años 30 del siglo XX, por lo cual se incrementó la precariedad del mercado
de trabajo, en la mayoría de la masa trabajadora.
Desde esta perspectiva
comparativa, se constata la existencia de contradicciones coincidentes en los
tres contextos (principalmente desde los años 80), mismas que justificarían la pertinencia
de replicar los supuestos de los tres escenarios en un país en particular de
América Latina. Esta replicación y como ya se había mencionado se realiza desde
los supuestos derivados del posmarxismo de Laclau y Mouffe (1987); Laclau, 2000;
y, Mouffe (1999; 2011; 2018).
Por su concepción
ontológica e interpretación epistemológica disruptiva, las tesis posmarxistas
tienden a interpretar la realidad política, económica y social con una visión
divergente, principalmente en el contexto de las correlaciones de poder entre
las instituciones, los agentes y la influencia de esta reconformación de las
estructuras del sistema capitalista (Laclau y Mouffe, 1987; Laclau, 2000;
Mouffe, 1999; 2011; 2018).
Las divergencias se
sustentan en dos acepciones fundamentales: El abandono del esencialismo del
conocimiento económico, de las relaciones de producción y del agente proletario
(clase social), como ejes del cambio revolucionario (marxismo clásico), por la
aceptación, que la interpretación de la realidad es holística y con ello se
pueden comprender mayormente sus dinámicas; y revalorar desde el agonismo el
accionar de todos los agentes sociales, como ejes detonadores e impulsores de
las transformaciones que el sistema requiere, en una coyuntura determinada.
Con base en estas acepciones,
el posmarxismo postula que el análisis y explicación de la realidad tiene como fundamento
la comprensión de los discursos que todos los actores difunden y defienden sobre
una problemática determinada, desde los alcances de lo político y la política;
para con ello incentivar movimientos contra-hegemónico que cuestionen el orden
establecido por una hegemonía determinada (Laclau y Mouffe, 1987; Laclau, 2000;
Mouffe, 1999; 2011; 2018).
En este sentido, en la
búsqueda de una nueva hegemonía los movimientos deben de consolidar primeramente
sus demandas de cambio, estableciendo un eje nodal, de donde surjan líneas de equivalencia
(relación) con la mayoría de los agentes del sistema (gobiernos, oligarquía,
agentes externos y pueblo), respetando sus diferencias (antagonismo) y
tratándolos como adversarios (visión agonista), y así todos contribuyen a la
formación del movimiento contra-hegemónico, que logre constituir, así como
fortalecer estrategias de crecimiento y desarrollo, al igual que cambio social,
en torno a una democracia radical ciudadana.
Desde una perspectiva conjunta,
los alcances conceptuales y prospectivos de los supuestos señalados por Hytman
(2015), y por el posmarxismo, pueden sostener teóricamente las construcciones de
escenarios prospectivos sobre la realidad de las relaciones laborales y
sindicalismo en México. Los escenarios identifican las principales tendencias
de los movimientos sindicales y las factibles implicaciones en las
correlaciones de poder con la oligarquía controladora del capital, el gobierno
y los agentes políticos relacionados (nacionales e internacionales), para
intentar consolidar o restructurar las hegemonías prevalecientes y generar una
nueva. Desde tres ejes de análisis se procederá a explicar la construcción de los
escenarios prospectivos:
1. Explicar las
acciones que instrumentarán los dueños del capital para establecer y consolidar
una hegemonía que induzca la funcionalidad de los movimientos obreros y tienda
a mantener los procesos de precarización del mercado de trabajo, así como
perpetuar la funcionalidad de estas situaciones en las estructuras del empleo.
2. Inferir los
discursos y estrategias solidarias que justificarán las élites hegemónicas (económicas
y políticas), para cumplir con los convenios laborales propuestos por los
organismos internacionales y regionales, con lo que impulsarán una serie de reformas
para universalizar los derechos básicos del trabajo, con lo cual se logrará un
desarrollo equitativo, e institucionalizar la subordinación social.
3. Conjeturar las
tácticas contra-hegemónicas que instrumentarán los movimientos sindicales y
laborales, con la finalidad de enfrentar con un discurso común a las élites del
capital, en la búsqueda de incrementar los derechos del empleo y con ello
participar de forma equitativa en el desarrollo económico, así como político
del país, y así construir una nueva hegemonía.
2.- Escenarios y relaciones laborales y sindicales en
México: Contradicciones, divergencias e implicaciones
En el contexto de los ejes de análisis, y desde
las tesis teóricas del posmarxismo se explica de manera desglosada y
prospectiva los tres escenarios para el caso de México, y con lo cual se
tenderá a demostrar los objetivos del estudio. De forma secuencial se exponen
los escenarios: De mal en peor; reforma desde las elites; y, movimiento de
oposición desde las bases.
2.1. De mal en peor: Hegemonía de la explotación, progreso
y funcionalidad de los movimientos laborales
En los últimos 40 años, las perspectivas y prospectivas
de las relaciones laborales y sindicales han registrado una continua
degradación, tanto en la defensa de los derechos establecidos, hasta la
consecución de nuevas prerrogativas que aligeren la precarización de las
condiciones del trabajo y de los trabajadores. En este escenario, en México las
proyecciones del primer escenario se pueden interpretar con base en el contenido
de la Figura I.
OLIGARQUÍAS ECONÓMICAS Libre mercado: producción, financiero
y servicios Flexibilización mercado de trabajo:
Reformas laborales +Acumulación-repartición ORG. INTERNACIONALES GLOBALIZACIÓN CAPITALISTA: ÚNICO
CAMINO REGÍMENES DE GOBIERNO Crecimiento y Desarrollo Mayor Productividad Igualdad laboral IMPOSICIÓN HEGEMÓNICA CAPITALISTA Sindicalismo y atomización Mov. Lab. Prevalencia sindicalismo funcional:
Pub./Priv. Incapacidad de mov. Anti-hegemónicos:
Extinción SINDICALISMO Y MOV. LABORALES Proceso de precarización-precariedad Niveles mínimos de bienestar del
trabajo + Informalidad, trabajos atípicos + Pobreza, desigualdad y
vulnerabilidad
Fuente:
Elaboración propia, 2021 con base en Laclau y Mouffe (1987); Mouffe (1999;
2011; 2018); y Laclau (2000).
Figura
I: De mal en peor: Hegemonía de la
explotación, progreso y funcionalidad de los movimientos laborales
En este sentido, se tiene que:
a. Prevalece el discurso que el capitalismo
neoliberal es el “único camino” para lograr el crecimiento y el desarrollo
económico, político, social y cultural de las sociedades, y es ampliamente
difundido por la oligarquía detentadora del capital, y a su vez es apoyada y
secundada por los organismos internacionales (Banco Mundial [BM], Fondo
Monetario Internacional [FMI], Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico [OCDE], y la OIT, entre otras), y por diversos regímenes de gobierno
(derecha e izquierda), así como aceptada he instrumentada por los diferentes
movimientos sindicales o agentes políticos.
b. El eje nodal para sustentar la justificación
del “único camino”, se basa en demostrar que los principales indicadores de
desarrollo (salud, educación, acceso a servicios y oportunidades de progreso),
han mejorado a niveles nunca registrados en la historia del país (así como la
acumulación), lo que genera una fuerte articulación entre las oligarquías, los
organismos internacionales y los regímenes. Bajo esta óptica su discurso es difundido
por todos los medios masivos a su alcance y control, tendiendo a establecer líneas
de equivalencia con los movimientos sindicales afines o de oposición. Y para
continuar sosteniendo los avances, se debe incentivar el fortalecimiento
(reformas) del libre mercado, la reestructuración y flexibilización del empleo
y de su normatividad, pues está demostrado que lo anterior impacta en el
incremento de la productividad, la acumulación y por lógica en la mejora de las
condiciones laborales.
c. La subordinación y dominación de los
movimientos sindicales al discurso hegemónico de las oligarquías, al régimen de
gobierno y a los organismos internacionales, es causado por la desarticulación
de estos agentes en grupos cada vez menos numerosos (afiliación), así como el
anclaje de los mismos a procesos no democráticos que perpetúan sus liderazgos y
tienden a incrementar negativamente su legitimidad y representación de las demandas
de los trabajadores, aun en un entorno de amplios problemas laborales que incrementan
la precariedad del empleo. En lo general, la atomización dificulta la formación
de corrientes contra-hegemónicos, pues los sindicatos no encuentran estrategias
para formular un punto nodal que genere líneas de equivalencia lo
suficientemente fuertes, con lo cual concretar o al menos intentar conformar una
nueva hegemonía.
d. Estas situaciones provocan que los diversos sindicatos
se conforman con mantener los empleos y derechos laborales al mínimo, venden a
los ocupados la estabilidad del trabajo por sobre las mejoras del mismos, lo
que impulsa el agravamiento de todas las variables fundamentales del empleo. En
consecuencia, los procesos de confrontación se convierten en fachadas de
transacción y al final se aceptan las migajas que ofrecen los poderes
establecidos, y terminan percibiendo a la precariedad, desigualdad,
informalidad y marginación del empleo, como una situación que les garantiza su
sobrevivencia, aún a costa de la masa trabajadora y su alienación ilimitada.
En coincidencia con lo afirmado por Hytman
(2015), desde este análisis posmarxista, este escenario sería el más posible de
continuar y perpetuarse en las actuales circunstancias de México, al menos
hasta diciembre del 2018, pues a finales del mismo año inicio un nuevo gobierno
con tendencias relacionadas a la izquierda progresista (en las conclusiones de
este estudio se abordará las implicaciones sobre las relaciones laborales). Por
lo tanto, las situaciones y correlaciones de poder hegemónicas, así como
contra-hegemónicas provocarían la desaparición de los movimientos sindicales,
en su esencia de lucha y reivindicación, y pasarían a ser funcionales a los
agentes capitalistas, de los gobiernos, de los organismos internacionales, con
lo cual se incrementará la precariedad, la informalidad, los trabajos atípicos
y la desigualdad.
2.2. Reforma desde las élites: Trabajo decente y nueva
alienación capitalista en México
Desde
1995, el discurso hegemónico formulado, difundido y sostenido por los
organismos internacionales y asumido en parte por los dueños del capital, se ha
centrado en justificar la aplicación de las estrategias que han intentado
corregir algunas contradicciones económicas, políticas, sociales y culturales,
mismas que el proceso de desarrollo neoliberal no logró resolver desde su
implementación a inicios de 1980. En lo fundamental promovieron programas
específicos para reducir la pobreza, el rezago educativo, de salud, la
desigualdad y la precariedad de las condiciones laborales y con ello incentivar
el desarrollo sustentable.
El incremento de la percepción de las problemáticas
y la paliación de las mismas, en determinados niveles, ha difundido también el
discurso de la existencia de un consenso amplio entre los organismos, las
oligarquías y los regímenes de gobierno para avanzar en solucionar estos
desequilibrios: Especialmente en el campo laboral, las prospectivas se centraron
en la aplicación de las directrices del trabajo decente, como eje nodal, para
mejorar las circunstancias del empleo y asegurar su desarrollo integral. El escenario
se explica cómo sigue en la Figura II.
ORG. INTERNACIONALES OLIGARQUÍAS ECONÓMICAS Globalización capitalista Libre mercado (producción, financiero
y servicios): Reformas Laborales +Acumulación-redistribución TRABAJO DECENTE REGÍMENES DE GOBIERNO Crecimiento y Desarrollo Mayor Productividad Igualdad laboral Mayor sindicalismo y menores Mov.
Lab. Prevalencia sindicalismo
funcional-contestario: Pub/Priv. Presión Anti-hegemónicos SINDICALISMO Y MOV. LABORALES CONSENSO HEGEMÓNICO Proceso de precarización-precariedad Incrementos derechos laborales Estabilización Informalidad, trabajos
atípicos Estabilización pobreza, desigualdad y
vulnerabilidad
Fuente:
Elaboración propia, 2021 con base en Laclau y Mouffe (1987); Mouffe (1999;
2011; 2018); y, Laclau (2000).
Figura II: Reforma desde las élites: Trabajo decente
y nueva alienación capitalista
Al respecto de lo mostrado en la Figura II, se
tiene que:
a. El discurso de funcionalidad de las
estrategias de las políticas laborales apegadas al trabajo decente, por parte
de los organismos internacionales (principalmente la OIT), y el convencimiento
de los dueños del capital y el gobierno que las mismas no cuestionan las
condiciones ventajosas de su hegemonía, y a su vez son altamente pertinente, se
convierten en líneas de acción para mejorar las principales circunstancias
laborales de todos los agentes.
En lo general, las políticas promovidas por el
trabajo decente son el eje articulador que garantiza la consolidación de la
globalización en México, pues sostiene la estrategia que las reformas del
trabajo impulsarán una restructuración y flexibilización productiva (mayor
productividad sin explotación), y que la misma cumplirá con las normativas
vigentes e induzca una redistribución de la acumulación y las condiciones del
trabajo, así como que estas políticas reduzcan la precariedad y una posible
conflictividad social (movimientos contra hegemónicos).
b. Desde la arista del sindicalismo y
movimientos afines, las perspectivas inclusivas del trabajo decente tenderán a revalorar
la legitimidad de sus estrategias, aunque, esto provoque un decremento de sus
críticas contra-hegemónicas, pues sus acciones por reivindicar y fortalecer sus
derechos laborales se ejecutarán principalmente por la vía no confrontativa y
negociarán los alcances de sus logros; por lo que, los avances estarán
supeditados a la articulación en las líneas de equivalencia definidas por las
directrices de las oligarquías económicas, los gobiernos y los organismos
internacionales.
Coincidentemente, la correlación hegemónica tenderá
a ampliar la afinidad con sus agremiados y afines (la firma del Acuerdo 98 de
la OIT por México en septiembre 2018 podría contribuir a fortalecer sus
organizaciones), pues percibirán que sus derechos laborales son mayormente
respetados y esto repercute en sus salarios, así como en las condiciones
laborales. Estas dinámicas, perpetuaran la funcionalidad del sindicalismo con
el modelo capitalista en el mediano y largo plazo.
Las disyuntivas de este escenario son divergentes,
pues, la aplicación plena de las estrategias del trabajo decente implicará una
posible mejora de las condiciones laborales de algunos segmentos de
trabajadores; no obstante, para los movimientos sindicales y afines,
significará la adhesión a una visión hegemónica que probablemente tienda a debilitar
la legitimidad de su existencia, en el contexto de luchas por respetar y
expandir los derechos laborales.
En el contexto del primer escenario, el segundo,
tendría altas prospectivas de ocurrencia, si las oligarquías y el régimen en el
gobierno, percibieran como peligrosas y no manejables para la estabilidad del
sistema, los altos niveles de precariedad y desigualdad de las ocupaciones, y
que al mismo tiempo, fuera inestable la funcionalidad de sindicatos, así como
movimientos laborales en determinados procesos de reforma, por lo que, se
deberían de implementar las tácticas señaladas en este escenario prospectivo,
para evitar situaciones de mayor conflictividad.
2.3. Movimientos de oposición desde las bases: Precariado,
nueva hegemonía de los oprimidos
Actualmente y a pesar de las crisis económicas
(últimos 20 años), del sistema neoliberal de desarrollo, los índices de riqueza
y acumulación de las grandes oligarquías es la mayor en la historia (en correlación
al mayor incremento del libre mercado, de la producción y de la productividad).
No obstante, la realidad de los mercados de trabajo difiere de esa bonanza,
pues, en estos los niveles de precariedad y desigualdad son elevados, afectando
mayoritariamente a las masas laborales, cuestión que puede ser el detonante de
inestabilidad social y política, así como abono para el surgimiento de
movimientos contra hegemónicos, ligados o no al sindicalismo.
Estos escenarios laborales, ya no se supeditan
sólo a los países en desarrollo o emergentes, sino también al contexto de los
más desarrollados, y es patente que en todos los casos la reactivación de
movimientos laborales contra hegemónicos se ha elevado, con demandas de mayores
espacios de poder para mejorar los entornos de los empleos y de sus condiciones
ocupacionales. En lo general, las circunstancias descritas justifican la
proyección del último escenario de las relaciones laborales y sindicalismo en México,
las cuales se explican cómo sigue (ver Figura III).
OLIGARQUÍAS ECONÓMICAS ORG. INTERNACIONALES REGÍMENES DE GOBIERNO Un solo camino: desarrollo insostenible Globalización capitalista Crecimiento y Desarrollo Libre mercado (producción, financiero
y servicios): Reformas laborales Mayor Productividad +Acumulación-redistribución Igualdad laboral SINDICALISMO Y MOV. LABORALES PROCESOS DE PRECARIZACIÓN: PRECARIADO Mayor sindicalismo y menores Mov.
Lab. Consolidación derechos laborales Emergencia conciencia de clase Decremento Informalidad, trabajos
atípicos Nueva hegemonía precariado:
Democracia radical Menor pobreza, desigualdad y
vulnerabilidad NUEVA HEGEMONÍA LABORAL RADICAL
Fuente:
Elaboración propia, 2021 con base en Laclau y Mouffe (1987); Mouffe (1999;
2011; 2018); Polanyi (2001); e Hyman (2015).
Figura III: Movimientos de oposición desde abajo: Precariado, nueva
hegemonía
En este sentido, según lo que se aprecia en la
Figura III, para este escenario se tiene que:
a. Las mejoras laborales logradas por el modelo
de desarrollo neoliberal en México continúan diluyéndose en las realidades de
todos los estratos, aun en los más calificados (alta experiencia y educación),
los que presumiblemente serían los más beneficiados, induciendo alto niveles de
precariedad, así como estancamiento en los procesos de movilidad social.
En consecuencia, el régimen en el poder y las
oligarquías no logran sustentar o justificar la permanencia y continuación de
su hegemonía, así como la pertinencia de las estrategias económicas (mayor
globalización y libre mercado, aun contando con el apoyo de los organismos
internacionales), para incentivar el desarrollo en la mayoría de la sociedad,
pues las principales variables del trabajo registran niveles insostenibles que
incentivan el desequilibrio del sistema económico y político. El discurso de un
solo camino, ya es indefendible, y no logra generar articulaciones y líneas de
equivalencias afines a los sindicatos, movimientos afines y la masa laboral,
generando condiciones para que los movimientos contra hegemónicos cuestionen
las estructuras actuales y propugne por una nueva.
b. La continuidad, perpetuación y aumento de
los procesos de precarización y precariedad en todos los estratos sociales (mayormente
desde 2008), han incrementado la percepción y conciencia que el alcance de la
degradación ya impactó hasta las mínimas condiciones de sobrevivencia, por lo
que, en cada segmento se forman una serie de equivalencias que tienden a unir
sus demandas y críticas a los gobiernos, a las oligarquías, y en menor medida a
los organismos internacionales.
En cada caso se forma lo que se denominaría un
precariado, es la unión de diversos individuos ligados por una serie de afectos
comunes que tienen como objetivo la búsqueda de una solución contra-hegemónica
que les devuelva y garantice el progreso integral en base al desarrollo de sus
actividades de producción o servicios. Sin embargo, la alta heterogeneidad de
cada estrato inhibe la formación de un discurso conjunto y de una conciencia de
clase amplia, y que ello logre cimbrar al sistema en su totalidad.
c. En este escenario, los sindicatos y afines
(de todo tipo), aprovechan la germinación de los precariados e implementan
estrategias discursivas para construir una articulación nacional de todas las
demandas (agonística), mediante una serie de líneas de equivalencia que tiene
como ejes de consolidación una serie de reformas progresistas que incentivan el
fortalecimiento de los derechos laborales, así como la igualdad, y fortalezcan la
soberanía popular (pueblo), así como la consecución de una democracia radical.
El afianzamiento de la articulación de movimientos
laborales y precariados en un bloque contra-hegemónico cimbra las estructuras del
sistema, lo cual es apoyado por otros agentes públicos (y organismos
internacionales), y obliga a las oligarquías a ceder porcentajes de acumulación,
para evitar que en el corto y mediano plazo puedan perder sus privilegios de
inversión y nichos de producción históricos. La nueva hegemonía establece y
restablece la legitimidad de los agentes laborales y contribuye a la
estabilidad del sistema capitalista, en una correlación de poder agonística.
En la perspectiva del primer y segundo
escenario, el actual es factible sólo y cuando los movimientos sindicales y
laborales afines transiten por estrategias agonísticas, mediante las cuales construyan
y articulen una serie de líneas de equivalencia para conciliar ideológica y
pragmáticamente sus diferencias (no desaparecerlas); y con ello formular
propuestas contra-hegemónicas (eje igualdad laboral y soberanía popular), que
transmitan un discurso seductor, para ligar los afectos comunes de la
diversidad de los estratos del precariado, y consolidar un bloque disruptivo. Así
mismo, el discurso incita la confianza del régimen de gobierno y de las
oligarquías sobre la factibilidad de las tácticas para resolver las
problemáticas del mercado de trabajo (acorde a las directrices de organismos
internacionales), y con ello promover una nueva hegemonía que fomente el
desarrollo, y una democracia radical.
Conclusiones
En el contexto del
objetivo del estudio, de formular tres
escenarios factibles sobre los que podrían discurrir los movimientos sindicales
y afines, para fomentar, así como construir un nuevo bloque hegemónico, que
luche por mantener y mejorar las conquistas labores fundamentales de la mayoría
de la masa trabajadora, contando con la participación agonística del gobierno
nacional, las grandes oligarquías y los organismos internacionales, la revisión
contextual, y teórica, demostró la factibilidad de formular los tres
escenarios, y con ellos interpretar las prospectivas de los movimientos
sindicales para el caso de México. En este sentido, del análisis de los
escenarios se derivan las siguientes contribuciones del estudio sobre esta
problemática.
Como se señala en el texto, el primer escenario era al 2018 un reflejo
casi completo de la realidad del sindicalismo mexicano, donde los procesos y correlaciones
de los mismos con los poderes hegemónicos, los presentaban como entes
funcionales a las grandes oligarquías y alienados a las directrices laborales
de los gobiernos. Dicha cuestión, en el mediano plazo podría provocar su
desaparición o en su caso se transformarían en organizaciones sobrevivientes
que dependerían de las prebendas económicas de los agentes hegemónicos, y sólo
simularían luchar por los derechos de los trabajadores, cuando las
circunstancias abonarán a su supervivencia.
No obstante, y aun con
la prevalencia del primer escenario, las prospectivas del segundo también
pueden contener elementos que están presentes en las dinámicas del sindicalismo
mexicano, pues, y aunque sea de forma retorica el gobierno y las oligarquías de
los medios de producción, tienden a utilizar en situaciones de tensión e
inestabilidad alta, su apego a los discursos del trabajo decente de la OIT, y
su visión que es un proceso de mucho tiempo, mismo que algún día llegará. En
este punto, tal como se plantea, los sindicatos también deben fortalecer sus relaciones
con estos organismos internacionales, sopesando las visiones intervencionistas
y manejándolas como concesiones que abonaran al avance de los movimientos.
El tercer escenario, aporta
una serie de variables que están presentes en muchos sindicatos de México, una
minoría podría señalar, no obstante, para extenderse en las dimensiones
señaladas y realmente representar un movimiento contra hegemónico que instaure
una nueva hegemonía, es complicado. Esta complicación radica en que los
intereses políticos y económicos de los sindicatos y afines conservan, todavía
raíces históricas que los mantienen alienados a gobiernos (admiraciones
públicas municipales, estatales y federales) o a oligarquías empresarios,
mismos que les otorgan prebendas en momentos de tensión, y así evitar
estallidos sociales.
En suma, los
escenarios, indican la persistencia del primero, combinado con elementos del
segundo y con variables del tercero, lo cual muestra la dificultad
(limitantes), de estudiar o realizar estudios prospectivos de la situación del
sindicalismo en México, sea desde las tesis del posmarxismo o desde algún otro
postulado teórico. Aunado a lo anterior, el arribo de un régimen progresista de
izquierda, al gobierno nacional de México en 2018, ha provocado el retorno de
estrategias corporativas que se habían superado con el fin del régimen
autoritario del Partido Revolucionario Institucional en el año 2000.
En lo general estas
circunstancias amplían la complejidad de investigar los procesos y
correlaciones que mantienen los movimientos sindicales en el país; mismos que
podrían concentrarse en los siguientes temas: Sindicalismo y participación
política; movimientos sindicales universitarios y sus implicaciones educativas;
nuevas formas de corporativismos y reivindicaciones laborales; perspectivas de
los movimientos sindicales y los organismos internacionales; subjetividades del
sindicalismo, desde las tesis del trabajo decente; o sindicalismo y transformaciones
ante y pos pandemia de la COVID-19.
Notas
1
Desde la visión de la Agenda del Desarrollo Sostenible 2030 (objetivo 8: Trabajo
decente y desarrollo económico), este tipo de trabajo garantiza el acceso a un
empleo, a los derechos laborales y sociales, así como al diálogo social (OIT,
2017). En lo referente al diálogo social, el fortalecimiento de los sindicatos
es parte fundamental para cumplir con las metas del trabajo decente.
2
Estas tesis se interpreta sintéticamente como sigue: A todo movimientos de las
oligarquías hegemónicas del capital por incrementar sus estrategias de control
y explotación, incentivando una mayor desregulación del mercado y aumentando
sus márgenes de ganancia, no importando las implicaciones sobre el desarrollo
de las naciones, en sentido contrario sucedo otro movimiento, el cual tiene una
formación interclasista (desde pequeño burgueses, hasta obreros y otros agentes
políticas), que están en contra (rebelión en diversos niveles) del mercado y de
su desregulación, y a favor de la protección social integral, logrando con ello
obtener determinados beneficios que tienden a paliar la alienación capitalista.
No obstante, y aunque, el doble movimiento tiende a corregir algunas
contradicciones del sistema, no las resuelve por completo, lo que contribuyen a
perpetuar la hegemonía del capital.
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* El presente artículo es
parte de los resultados de la investigación: “Empleo y desarrollo
político-económico: prospectivas e implicaciones en el mercado de trabajo en
México 2005-2023”, actualmente en proceso, con
financiamiento de la UANL e iniciado en 2015.
** Doctor en
Ciencias Sociales. Profesor-Investigador en el Instituto de Investigaciones
Sociales de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. E-mail: yare95@gmail.com; jose.cervantesn@uanl.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5582-3424
*** Doctora en Políticas Comparadas de
Bienestar Social. Profesora-Investigadora
en el Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Autónoma de Nuevo
León, México. E-mail: mluisa_martinez_1999@yahoo.com
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3102-5174
**** Doctor en Antropología. Profesor-Investigador en el
Instituto de Investigaciones Sociales
de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México. E-mail: acharya_77@yahoo.com ORCID: http://orcid.org/0000-0002-2696-3038
Recibido: 2021-11-15 · Aceptado: 2022-02-01