Revista de
Ciencias Sociales (RCS)
Vol. XXVII, No.
4, Octubre - Diciembre 2021. pp.
FCES - LUZ ●
ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Brecha de género en la
graduación de ingenieras industriales peruanas
Ruiz-Ruiz, Marcos
Fernando*
Noriega-Aranibar, María
Teresa**
Pease-Dreibelbis, María Angélica***
Resumen
En las últimas décadas
la presencia femenina ha aumentado en áreas vinculadas a las ciencias e
ingenierías. No obstante, su participación sigue siendo incipiente en muchos de
esos campos. En consecuencia, el objetivo de este estudio fue explicar cómo un
grupo de profesoras ingenieras representan las vivencias de sus alumnas en un
contexto caracterizado por el dominio masculino. La metodología fue
exploratoria y descriptiva, entrevistando a 24 profesoras peruanas. Los
hallazgos identifican que las estudiantes exhiben conductas y participación
diferenciadas respecto a los varones, asociadas a expectativas de desempeño,
atribución de características y trato diferenciado por parte de los docentes
que tienden a disminuirlas respecto a los varones. Además, tienden a mayores
cargas familiares afectando su permanencia en los estudios. Ello, sin embargo,
varía en función de la universidad, siendo la situación de las mujeres de
universidades públicas la más vulnerable. El estudio concluye que las
entrevistadas muestran una visión crítica de estas situaciones, pero con
tendencia a sobrevalorar las capacidades femeninas y al desarrollo de ciertos
atributos para conquistar el mercado laboral; antes que a eliminar las barreras
que las excluyen del mismo. Esta exigente realidad para las jóvenes explicaría
su baja representación en la ingeniería industrial peruana.
Palabras clave: Género; ingeniería
industrial; igualdad de oportunidades; educación superior; Perú.
Gender gap in the
graduation of Peruvian industrial engineers
Abstract
In recent decades, the
female presence has increased in areas related to science and engineering.
However, its participation is still incipient in many of these fields.
Consequently, the objective of this study was to explain how a group of female
engineering teachers represent the experiences of their students in a context
characterized by male dominance. The methodology was exploratory and
descriptive, interviewing 24 Peruvian teachers. The findings identify that
female students exhibit differentiated behaviors and participation with respect
to males, associated with performance expectations, attribution of
characteristics and differentiated treatment by teachers that tend to decrease them
with respect to males. In addition, they tend to have greater family burdens,
affecting their permanence in studies. This, however, varies depending on the
university, with the situation of women from public universities being the most
vulnerable. The study concludes that the interviewees show a critical vision of
these situations, but with a tendency to overvalue female capacities and to
develop certain attributes to conquer the labor market; rather than to
eliminate the barriers that exclude them from it. This demanding reality for
young women would explain their low representation in Peruvian industrial
engineering
Keywords:
Gender; industrial engineering; equal opportunities; higher education; Peru.
Introducción
La importancia de la
graduación y desarrollo de profesionales en las áreas STEM (ciencia,
tecnología, ingeniería y matemáticas) son claves para el progreso de las
sociedades, toda vez que permiten la formación de individuos y colaboradores
orientados a la solución de diversos problemas tecnológicos y sociales; así
como con las competencias para adaptarse a las exigencias del mercado (Reinking
y Martin, 2018; Barragán, González y Ortiz, 2020). En este ámbito, diversos
investigadores se han centrado en estudiar las diferencias asociadas con el
género y la reducida participación de las mujeres en las áreas STEM.
En el caso de las
ingenierías, si bien la participación femenina ha ido aumentando en las últimas
décadas y, por consiguiente, se han advertido avances en la reducción de la
mencionada brecha de género en países como Estados Unidos; tal participación
sigue siendo todavía incipiente en muchas de sus subespecialidades (Sarathchandra
et al., 2018).
Para el caso específico
de la ingeniería industrial, el panorama no es diferente. Esta subespecialidad de la ingeniería se
centra, como lo indica el Institute of
Industrial & Systems Engineers (IISE, 2019), en el diseño, mejoramiento
e instalación de sistemas integrados de personas, equipos, materiales y
energía. Se orienta, además, a la adquisición de conocimientos y habilidades
especializadas en las ciencias matemáticas, físicas, así como sociales -junto
con los principios y métodos del análisis y diseño- para especificar, predecir
y evaluar los resultados que se obtendrán en los sistemas anteriormente
especificados. Por su parte, algunos autores sugieren que esta rama de la
ingeniería se caracteriza por un fuerte componente social, reflejado en su
mayor calidez, flexibilidad y lo que llaman “sentido femenino” (Faulkner,
2009a; 2009b; Brawner et al., 2012).
Resulta paradójico,
frente a estas características que podrían resultar atractivas tanto a hombres
como mujeres, evidenciar que la participación femenina en la ingeniería
industrial esté reducida en países como el Perú, respectivamente, a una
postulación y graduación de 36,4% y 33% durante el año 2017, según la
Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria del Perú (SUNEDU,
2019).
Esta realidad resulta
particularmente interesante en la medida que otras subespecialidades de la
ingeniería, tales como la ingeniería ambiental y la ingeniería química, textil
y afines, reportaron para el mismo año una tasa de participación femenina en su
graduación de 50,9% y 53,2%, respectivamente. Es decir, una mayor participación
femenina que evidencia que las ingenierías no son, necesariamente, un bastión
de dominio masculino en todas sus subespecialidades. Por el contrario, hay
razones para ir quebrando aquellos estereotipos de género que refuerzan la idea
que la ingeniería es apropiada sólo para los hombres y que las mujeres que
entran en estas áreas deben probar continuamente su idoneidad como
profesionales (Dryburgh, 1999).
Frente a la realidad
anteriormente descrita y contextualizada en un país sudamericano como Perú,
donde la investigación en torno a la participación femenina en las áreas STEM
es prácticamente inexistente, se propone explorar en torno a las razones
asociadas a la baja representación femenina en la graduación de ingenieras
industriales peruanas. Para ello, se decide abordar el problema de
investigación, estrictamente desde la percepción de las mismas ingenieras
industriales que ejercen la docencia en algunas universidades públicas y
privadas del Perú.
Es preciso aclarar, sin
embargo, que la pregunta de investigación se focalizó en cómo las profesoras
perciben y se representan las vivencias de las propias alumnas de ingeniería industrial;
por tanto, no pretende indagar en torno a las experiencias que dichas docentes
tuvieron en su propia formación como ingenieras años atrás, considerando que
los contextos y tiempos son, evidentemente, muy distintos. Explorar estas
percepciones podría ayudar a proponer estrategias y lineamientos generales y
muy actuales conducentes a aumentar la participación de las mujeres jóvenes
peruanas en esta importante subespecialidad de la ingeniería.
1. ¿Qué dice la literatura
sobre el género y las áreas STEM?
Los investigadores se
han preguntado a lo largo de varias generaciones en torno a las razones que
explicarían la brecha de género en los campos STEM, y particularmente en las ingenierías.
Esta pregunta cobra aún más interés en la medida que en la actualidad existe
importante evidencia en torno al hecho que las mujeres suelen tener un
rendimiento académico similar e incluso mejor que sus compañeros masculinos en
las pruebas y actividades de estas áreas (Stoet y Geary, 2018). Sin embargo,
también es sabido que van perdiendo interés conforme pasa el tiempo y la brecha
de género se traslada a la educación superior y al trabajo, aunque se debe aceptar
que son varios factores los que explicarían esta realidad (Reinking y Martin,
2018; Chávez et al., 2020).
En el caso peruano, por
ejemplo, se menciona líneas arriba que apenas el 33% de los graduados en
ingeniería industrial en el año 2017 fueron mujeres. Por su parte, la tasa de
pos graduación femenina (maestría y doctorado) en el año 2017 de todas las
ingenierías fue de apenas 26,1% frente a la masculina (SUNEDU, 2019).
El panorama en otros
países latinoamericanos no resulta diferente. En Argentina, por ejemplo, las
estudiantes de ingeniería industrial rondaban el 25,4% durante el 2016, el
doble de lo que representaban hace diez años. En México y Brasil apenas 2 o 3
de cada 10 ingenieros son mujeres, mientras que en Uruguay y Costa Rica las
mujeres representan el 32% y 27% de los ingenieros, respectivamente. La
presencia femenina en la graduación de las ingenierías en Chile y Colombia no
resulta más auspiciosa, puesto que cuentan con una representación también de
alrededor del 30% (Lerena y Páez, 2019).
Con la finalidad de
entender mejor esta problemática, se revisaron algunas tesis que podrían
explicar esta realidad y que terminarían afectando la presencia femenina en los
campos STEM, a fin de vislumbrar qué tareas son las más urgentes a fin de reducir
la brecha de género en las ingenierías.
1.1 Estereotipos de
género y socialización
Si bien no existe
uniformidad de criterios en los investigadores en cuanto a las razones que
podrían explicar la baja representación femenina en las áreas STEM, sí se pueden
encontrar algunas ideas generales que intentan abordarla y entenderla. Reinking
y Martin (2018), por ejemplo, proponen tres teorías generales al respecto: La
socialización basada en estereotipos de género, los grupos de iguales, y los
estereotipos propios de los profesionales STEM.
Otros estudios, a su
vez, gravitan en torno al rol de la maternidad como un factor determinante para
el éxito de las mujeres presentes en las áreas STEM y su continuidad
profesional (Goulden, Mason y Frasch, 2011; Herman y Lewis, 2012), a los retos
que éstas deben enfrentar para equilibrar su carrera profesional y vida
familiar, así como a la necesidad de apoyo y acompañamiento requerido en tales
circunstancias por parte de sus centros laborales (Howe-Walsh et al., 2016).
La socialización basada
en estereotipos de género (Eccles, 2015) responde a las prácticas de
socialización imperantes desde la niñez en muchos países occidentales. Estas prácticas se basan en ciertos
estereotipos inculcados por padres y profesores desde pequeños y se sostienen
en la idea del dominio masculino, así como la sumisión femenina. La familia, la
escuela y los espacios de socialización, reproducen ciertos estereotipos de
género que influyen en la orientación vocacional y la formación universitaria
de las niñas, generando mayores niveles de desigualdad. Los procesos de socialización y de estímulo
en hombres, así como en mujeres durante la infancia son importantes para el
acercamiento a las ciencias. Tal acercamiento y desarrollo del interés científico
son tan significativos como la metodología empleada en la enseñanza de las
ciencias (Rodríguez, 2008).
Algunos de estos
estereotipos, por ejemplo, refuerzan la idea que los niños son mejores en
matemáticas (Gunderson et al., 2011) y por tanto se termina minusvalorando el
interés de las niñas hacia áreas vinculadas, entre otras profesiones, a las
ingenierías. Esta marginación reduce la legitimidad que una mujer puede tener
cuando es formada en áreas STEM, así como su capacidad de liderazgo, de hacerse
escuchar y de asumir una actitud más activa, tanto dentro del aula como en el
mercado laboral (Regner et al., 2014). Entre otras consecuencias, la
socialización basada en estereotipos de género, influiría desfavorablemente en
la motivación y rendimiento obtenido por las niñas en las áreas STEM (Shapiro y
Williams, 2012), y principalmente explicarían en parte el abandono femenino
dentro de estas áreas (Dasgupta y Stout, 2014).
1.2. Grupos de iguales
y coetáneos
Por otra parte, existe
también la tesis en torno a que los llamados grupos de iguales o coetáneos
podrían explicar la brecha de género en las ingenierías y áreas STEM (Reinking y
Martin, 2018). Diversas investigaciones apuntan en torno a la fuerte influencia
que los compañeros de los niños y adolescentes pueden generar en sus conductas
y comportamientos sociales (Crosnoe et al., 2008; Van Hoorn et al., 2016). Esto se traduce, desde luego, en la
motivación para la vida académica y su consecuente éxito dada la vulnerabilidad
que los adolescentes presentan frente a la opinión de los demás (You, 2011).
Esta realidad se puede extrapolar también al área de las ciencias y las
matemáticas, y a cómo los grupos de chicas pueden influir entre ellas para el
éxito o fracaso de llevar ciertos cursos e incursionar en áreas STEM como las
ingenierías (Leaper, Farkas y Brown,
2012).
Hallazgos como los de Oliveros
et al. (2016), demuestran que las alumnas de ingeniería de una universidad
mexicana, por ejemplo, carecen de un modelo a seguir; por lo que, proponen la
inclusión de tales modelos femeninos a fin de incrementar la motivación y
matrícula de las mujeres en esta área del conocimiento. Lamentablemente, la
influencia de los pares no deja de estar exenta muchas veces de matices
vinculados a los estereotipos de la socialización anteriormente mencionados,
puesto que los mismos grupos de adolescentes son portadores de aquellos
imaginarios simbólicos que sus padres y profesores les terminan inculcando
socialmente.
1.3. Estereotipos
profesionales
Los estereotipos de
género inculcados desde la niñez, se impregnan también en la vida adulta y más
concretamente en su relación a profesiones como la ingeniería. Estos estereotipos se corresponden a los
rasgos o características que los profesionales de estas áreas deberían tener. Cheryan,
Master y Meltzoff (2015); así como Starr (2018), explican cómo la introversión
y aislamiento social están fuertemente vinculados a los profesionales de la
ingeniería, y cómo dichos rasgos de personalidad podrían generar aversión en
las mujeres que suelen ser más sociables y abiertas. Además, resulta
interesante cómo los medios de comunicación influyen en la construcción,
reproducción y transmisión de estos estereotipos profesionales que no
representan cualidades valoradas por el sexo femenino y que, por el contario,
son un escollo asumido e históricamente arraigado contra los que deben luchar
las mujeres que abrazan profesionalmente las áreas STEM (Steinke, 2017).
Paradójicamente, la
ingeniería industrial estaría posicionada dentro de las demás subespecialidades
como una de las menos “masculinas” (Blosser, 2017). Desde muy temprano se
construyen imágenes de género para posicionar a algunas carreras como más o
menos “masculinas”. Si bien la ingeniería industrial demanda competencias
técnicas y matemáticas, está asociada como más afín a las mujeres, sobre la
base de creencias culturales sobre el género femenino: La capacidad de
comunicar y de relacionarse interpersonalmente (Brawner et al., 2012; Blosser,
2017).
Las mujeres que optan
por una profesión de corte masculino también se enfrentan a barreras que dificultan
su desarrollo profesional. Por ejemplo, el sentirse sometidas a pequeñas y
superficiales concesiones por parte del grupo masculino dominante (Martínez,
2018), o el ser víctimas de ciertas formas encubiertas de discriminación, como
un clima laboral frío o ausencia de efectivas políticas de retención (Bannikova,
Baliasov, y Kemmet, 2018). Esto provoca que afronten condiciones de excesiva
visibilidad, atrayendo mayor atención sobre las actividades que realizan y por
lo tanto una mayor presión sobre su desempeño.
En este proceso de
aislamiento del grupo dominante, muchas veces terminan adaptándose, así como
aceptando sus valores y finalmente los asimilan, siendo colocadas en una
posición de subordinación; recordándoles el lugar que deben ocupar en esta profesión
eminentemente masculina. Esta realidad podría terminar en la falta de confianza
de las mujeres cuando incursionan en áreas STEM, puesto que la visión masculina
prevalece socialmente en el mundo de la ingeniería (Olmedo et al., 2018); a
pesar que en Perú se han diseñado e implementado políticas públicas “orientando
los esfuerzos de las autoridades en generar oportunidades para alcanzar
propuestas educativas, sin distinción de clases, ni de género” (Castillo-SantaMaría
et al., 2020, p.84).
1.4. La maternidad y el
ejercicio profesional
Finalmente, las
barreras que encuentran las mujeres con niños y la maternidad en general,
constituye una tesis menos explorada en torno a la baja representación femenina
en las áreas STEM. La evidencia demuestra, entre otras cosas, que las
ingenieras que son madres tienen menos oportunidades en el ejercicio de su
carrera, así como al acceso a mentores y redes académicas y profesionales al
interior de las organizaciones (Howe-Walsh et al., 2016). Las redes académicas
cobran importancia en el desarrollo profesional y no tendrían que contraponerse
a las obligaciones propias de la maternidad.
Muy por el contrario,
las organizaciones deberían encontrar los mecanismos para favorecerlas a todo
nivel: Tanto formales como informales (Barnard et al., 2010; Williams y Ceci,
2012; Llanes et al., 2020). Esta realidad, explicaría también las razones de
por qué tan pocas mujeres alcanzan puestos de liderazgo en las ingenierías y
cualquier otra área STEM (Nazemi, Mortazavi y Borjalilou, 2012; Nguyen, 2013; Ceci
et al., 2014; Howe-Walsh y Turnbull, 2016).
El acompañamiento
institucional de las mujeres a través de mentores, es un tema percibido de
forma diferente por aquellas que son madres y las que no. Howe-Walsh et al.
(2016), sugieren la importancia de contar con un adecuado acompañamiento al interior
de la organización que dé apoyo a aquellas mujeres que tienen que aprender a
equilibrar la maternidad con sus actividades profesionales.
2. Metodología
El enfoque metodológico
empleado en el proceso de explorar las percepciones de las profesoras
ingenieras industriales peruanas en torno a la baja representación femenina en
este programa de pregrado, fue cualitativo. La investigación cualitativa, es
útil cuando el problema de la investigación no ha sido abordado o escasamente
explorado en el contexto seleccionado (Sofaer, 1999). Adicionalmente, este tipo
de abordaje metodológico permite captar información como sentimientos, motivaciones
o valores que, difícilmente, pueden ser detectados bajo una metodología
cuantitativa (Berkwits y Inui, 1998).
En consecuencia, y dada
la nula información en torno a las percepciones sobre la brecha de género en el
campo de la ingeniería industrial peruana, se optó por esta aproximación
cualitativa de naturaleza exploratoria y descriptiva del contexto de la
investigación. El objetivo de este estudio no fue buscar la generalización per se (Soilemezi y Linceviciute, 2018);
por el contrario, se buscó explorar y describir a fin de entender profundamente
qué sistemas de significados alrededor del género gravitan de forma subrepticia
en las percepciones de las ingenieras docentes en torno a sus propias alumnas y
a la baja representación en el programa estudiado.
Para la investigación
se efectuaron entrevistas semiestructuradas a 24 mujeres ingenieras
industriales y docentes de pregrado de diferentes universidades peruanas. La selección de las entrevistadas obedeció a
criterios vinculados a su titulación como ingenieras industriales, a su
experiencia como docentes de alumnas de pregrado en programas de ingeniería
industrial, y a la accesibilidad para efectuar las entrevistas; por lo cual, la
escogencia de las participantes fue intencional y no probabilística. El grupo
no estuvo restringido a profesoras procedentes de una ciudad específica,
procurando una muestra lo más variada posible a fin de recabar distintas
percepciones en torno al tópico investigado.
A pesar de ello, hubo
dificultad en encontrar docentes con las características indicadas, dada la
escasa presencia de docentes mujeres en los programas de ingeniería de algunas
universidades y la ausencia de facultades de la especialidad en muchas regiones
del país. Por tal razón, fueron entrevistadas docentes ingenieras
principalmente de la ciudad de Lima, con algunas pocas representantes de las
ciudades de Arequipa, Piura y Cuzco. Tampoco se discriminó si eran nombradas o
contratadas a tiempo completo o parcial. Adicionalmente, el grupo seleccionado
provenía de universidades tanto públicas como privadas, y de facultades de
ingeniería industrial de importante trayectoria e influencia a nivel
nacional.
Las profesoras fueron
contactadas a través de medios electrónicos o telefónicos, con el fin de pactar
una entrevista personal o telefónica, según cada caso, que sería grabada digitalmente
bajo su consentimiento. Tanto para las entrevistas personales como telefónicas,
se procuró coordinar un espacio y momento adecuados, un tiempo prudente y, de
ser el caso, un teléfono privado a fin de garantizar la confiabilidad y calidad
de las entrevistas. En algunos casos se utilizó las referencias de ellas mismas
para contactar con otras posibles participantes (bola de nieve). La Tabla 1,
presenta la relación de las 24 docentes ingenieras industriales entrevistadas
con algunas características en torno a sus perfiles y procedencia. Los nombres
de las mismas, así como sus universidades de origen, han sido mantenidos en el
anonimato por razones de confidencialidad y a fin de permitirles un espacio de
diálogo más sincero y abierto.
Tabla 1
Participantes
(perfiles y características generales)
Código* |
Edad (años) |
Tiempo de servicio (años) |
Maternidad |
Tipo de universidad |
Dedicación laboral |
Ciudad |
|
N°1 |
55 |
20 |
SI |
Pública |
T. Completo |
Lima |
|
N°2 |
57 |
36 |
SI |
Pública |
T. Completo |
Lima |
|
N°3 |
58 |
42 |
SI |
Pública |
T. Completo |
Lima |
|
N°4 |
65 |
33 |
SI |
Pública |
T. Completo |
Lima |
|
N°5 |
55 |
20 |
SI |
Pública |
T. Completo |
Arequipa |
|
N°6 |
55 |
21 |
SI |
Pública |
T. Completo |
Piura |
|
N°7 |
50 |
27 |
NO |
Pública |
T. Completo |
Lima |
|
N°8 |
52 |
26 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Piura |
|
N°9 |
45 |
23 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Cuzco |
|
N°10 |
47 |
19 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Piura |
|
N°11 |
53 |
19 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Piura |
|
N°12 |
26 |
2 |
NO |
Privada |
T. Parcial |
Lima |
|
N°13 |
56 |
24 |
NO |
Privada |
T. Completo |
Lima |
|
N°14 |
49 |
29 |
SI |
Privada |
T. Parcial |
Lima |
|
N°15 |
45 |
5 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Lima |
|
N°16 |
45 |
8 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Lima |
|
N°17 |
47 |
11 |
SI |
Privada |
T. Parcial |
Piura |
|
N°18 |
45 |
20 |
NO |
Privada |
T. Parcial |
Lima |
|
N°19 |
32 |
4 |
NO |
Privada |
T. Completo |
Lima |
|
N°20 |
44 |
4 |
NO |
Privada |
T. Completo |
Lima |
|
N°21 |
38 |
2 |
SI |
Privada |
T. Parcial |
Arequipa |
|
N°22 |
28 |
5 |
NO |
Privada |
T. Parcial |
Lima |
|
N°23 |
35 |
3 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Arequipa |
|
N°24 |
44 |
4 |
SI |
Privada |
T. Completo |
Arequipa |
|
Nota: *Todas las participantes fueron
profesoras en ejercicio en el programa de ingeniería industrial y con grado y/o
posgrado en dicha área.
Fuente: Elaboración propia, 2021.
La nacionalidad de las
entrevistadas no constituyó un factor relevante, dado que todas ellas son
nacidas en el Perú y/o llevan muchos años ejerciendo la actividad docente en
este contexto. Sin embargo, la presencia de algunas docentes de ciudades
distintas a Lima tuvo el fin de enriquecer las perspectivas y miradas desde
distintos ángulos y contextos de país. Considerar este aspecto es importante
puesto que la nacionalidad y cultura de procedencia de una entrevistada podría
influenciar en sus percepciones respecto al enfoque de género dentro de la
ingeniería que se quiere investigar (Downey y Lucena, 2005).
La selección de la
técnica de la entrevista obedeció a su utilidad como una de las principales
fuentes primarias para la recolección de datos en los estudios cualitativos
(Creswell, 2007; Yin, 2009; Merriam y Tisdell, 2015). Éstas fueron realizadas
entre los meses de mayo y diciembre del 2019. Asimismo, la guía de entrevista
fue elaborada previamente tomando como base cinco dimensiones vinculadas a la
pregunta de investigación: Características de las docentes entrevistadas,
condiciones personales y de género de sus alumnas, el contexto académico de sus
estudiantes, su contexto laboral y la brecha de género en la graduación de
ingenieros industriales en el Perú.
A cada una de las
dimensiones anteriormente descritas se le asignó entre dos a tres preguntas más
específicas que permitieron explorarlas a mayor detalle. Durante las entrevistas,
sin embargo, se pudo profundizar con libertad sobre algunas de las preguntas
realizadas con la intención de ahondar en las motivaciones e ideas
subyacentes.
La guía de entrevista,
en cuanto a dimensiones y contenidos, fue elaborada exclusivamente para esta
investigación y validada a través de pruebas piloto con ayuda de dos profesoras
investigadoras e ingenieras industriales que no participaron posteriormente de
la investigación. Dichas pruebas piloto, permitieron recabar información
valiosa orientada a la optimización del instrumento, a su focalización y a su
mejor comprensión para las participantes. La Tabla 2, presenta de forma
resumida las cinco dimensiones de la entrevista con sus objetivos y algunas
preguntas tipo.
Tabla 2
Dimensiones de
análisis
Dimensión |
Objetivos |
Preguntas tipo |
1. Características de las docentes entrevistadas. |
Conocer aspectos generales de las
profesoras entrevistadas. Entre ellos,
el tiempo que llevan enseñando en el programa, sus áreas de trabajo y la
percepción general que tienen en torno a la conformación de sus aulas desde
una perspectiva de género. |
¿Cuánto tiempo lleva enseñando en
la especialidad de ingeniería industrial, en qué ciclos y qué áreas? ¿Ha
notado algún cambio en la proporción de hombres y mujeres estudiantes de
dicha especialidad en los últimos años? |
2. Condiciones personales y de género de las alumnas
del programa. |
Analizar la percepción de las
entrevistadas en torno a las razones para el mayor o menor grado de
dificultad que enfrentan sus alumnas estudiantes del programa de ingeniería
industrial por su condición de género. |
¿Considera que, para una alumna
suya, por su condición de mujer, es más fácil, más difícil o exactamente
igual que para un hombre estudiar una carrera como ingeniería industrial en el
Perú? ¿Por qué? |
3. Contexto académico de las alumnas del programa. |
Examinar la existencia o no de
diferencias en cuanto a los desempeños académicos en función al género y
conocer de experiencias relacionadas a exclusión o discriminación en dicho
contexto. |
¿Considera que hay diferencias en
cuanto a desempeño académico entre estudiantes de ingeniería industrial por
razones de género? De ser el caso, ¿a qué factores los atribuye? |
4. Contexto laboral de las alumnas del programa. |
Analizar las percepciones en
torno al contexto laboral que enfrentan o que -se intuye- enfrentarán las
alumnas del programa. Además conocer
de experiencias referenciadas sobre discriminación por razones de género en
las prácticas laborales de las estudiantes. |
¿Considera que les espera alguna
situación laboral particular a sus alumnas de ingeniería industrial, por su
condición de mujeres? De ser el caso, ¿cuál(es) y a qué factores la(s)
atribuye? |
5. Brecha de género en la graduación de ingenieros
industriales en el Perú. |
Explorar, en base a las
experiencias de las entrevistadas y luego de examinar información
estadística, las razones que podrían explicar la brecha de género en la
graduación del programa y las estrategias convenientes para reducirla. |
Según su experiencia como
formadora ¿a qué se podría atribuir la desigualdad en la postulación de
mujeres a las carreras de ingeniería industrial en el Perú? Mencione tres
mecanismos que usaría para alentar a las futuras generaciones de mujeres a
estudiar ingeniería industrial. |
Fuente: Elaboración propia, 2021.
Todas las entrevistas
fueron pactadas con unos días de anticipación y tomaron un tiempo variable de
entre 15 y 35 minutos. Se realizaron de forma presencial, a excepción de las
concertadas con profesoras de universidades muy distantes de Lima; a éstas, por
razones de accesibilidad, se les tuvo que entrevistar telefónicamente.
Para un mejor
tratamiento de la información, todas las respuestas fueron grabadas de forma
digital a fin de ser escuchadas posteriormente con el objeto de analizar, dentro
de cada dimensión y de la forma más fidedigna, las ideas subyacentes, así como
las convergencias y divergencias en las opiniones sobre el tema de la
investigación. La grabación de las entrevistas no solo posibilitó la
transcripción de las opiniones vertidas sobre algún tema de la investigación,
sino la descripción posterior de los hallazgos y los contextos de la propia
investigación con más exactitud (Aguirre y Jaramillo, 2015).
Asimismo, para el
análisis de los datos recabados y por la naturaleza social del fenómeno
estudiado, se escogió una aproximación metodológica constructivista e influenciada
por la teoría fundamentada. Esta aproximación teórica, permitió identificar y
codificar categorías derivadas de los datos a partir de un método comparativo constante
entre diversos episodios de las entrevistas bajo un proceso eminentemente
inductivo, para luego agruparlas en temas y patrones (Glaser y Strauss, 2017; Hammersley,
2018). Finalmente, se procedió a consolidar los hallazgos al interior de cada
una de las dimensiones de análisis previamente definidas, para luego elaborar
el reporte de resultados y su correspondiente análisis.
Algunos temas no
previstos desde el inicio, y que surgieron de manera emergente, fueron también
considerados. Este procedimiento es propio de este tipo de abordaje cualitativo,
puesto que permite una mayor aproximación a las percepciones reales, así como
aprender de las experiencias y perspectivas personales de los entrevistados
(DiCicco‐Bloom
y Crabtree, 2006).
3. Resultados
Las
entrevistadas perciben aún como incipiente la presencia de mujeres en las
facultades de ingeniería industrial peruanas; casi todas estiman la proporción
femenina entre un 30% y 40%. Esta percepción coincide con los datos
estadísticos de la educación profesional en el país (SUNEDU, 2019).
Difícilmente se atreven a asegurar una paridad de género en el aula.
Sin
embargo, reconocen que la presencia femenina en la especialidad se ha ido
incrementado si es que se compara con la de diez o veinte años atrás, cuando
ellas mismas eran estudiantes; hecho que es avalado por las estadísticas
oficiales. A pesar de esos avances, consideran que aún hay un arduo trabajo por
hacer en el país a fin de seguir cerrando la brecha de género en las áreas STEM
y más específicamente, en ingeniería industrial.
3.1. Género
y facilidades para el acceso a estudios de ingeniería industrial en el Perú
Las
entrevistadas refieren que, si bien no existen limitaciones formalmente
establecidas en cuanto al acceso de las mujeres para seguir una carrera de
ingeniería industrial en el Perú, éstas pueden encontrar mayores dificultades
que sus pares varones a lo largo de sus estudios profesionales. Aquellas
entrevistadas que coincidieron en este aspecto, relacionaron directamente el
grado de dificultad de seguir estudios en las áreas STEM, que se reconocen como
exigentes y demandantes, con las obligaciones familiares y la responsabilidad
de ser madres, según sea el caso. Por su parte, esta realidad explicaría
también por qué muchas jóvenes optan por carreras que la sociedad reconoce como
más llevaderas o menos exigentes que las de las áreas STEM.
Al
respecto, algunas de las entrevistadas manifiestan: “He sido testigo, en muchos
casos, de alumnas que han salido embarazadas y eso las ha obligado a dilatar
sus estudios” (Entrevistada No.16, Lima, 45 años, U. Privada); “(…) las
mujeres, a veces, tienen que ayudar en casa, porque en el Perú aún tenemos la
idea de que los hombres deben tener más privilegios” (Entrevistada No.23,
Arequipa, 35 años, U. Privada); “A la mujer la sociedad la educa a estudiar
siempre algo más fácil, más light.
Eso porque va a tener que dedicarse a los hijos. Así somos educadas”
(Entrevistada No.15, Lima, 45 años, U. Privada).
Existe,
además, una percepción en las docentes que diferencia a las estudiantes de
ingeniería industrial de universidades privadas y públicas en el Perú. En este
sentido, perciben que las jóvenes que provienen de hogares con mayores ingresos
económicos, y por tanto pueden acceder a la educación de una universidad
privada, cuentan normalmente con un mayor apoyo familiar para seguir los
estudios en áreas STEM como la ingeniería industrial. No es de extrañar
entonces que las docentes observan siempre una proporción femenina mayor en
estos contextos educativos privados que en los de las universidades públicas.
Asimismo, dicho apoyo familiar concuerda con una actitud más segura y
participativa, aunque siempre en menor medida que la de los varones.
A
pesar de ello, las chicas suelen muchas veces preguntar o aportar menos en
clase y en espacios públicos, percibiéndose más tímidas. En ocasiones, incluso,
los mismos docentes refuerzan muchas veces este escenario a través de sus propias
prácticas pedagógicas.
En las universidades particulares no hay diferencias
significativas [entre hombres y mujeres estudiantes] o no se perciben por el
empoderamiento que viene del hogar. En cambio, en niveles socioeconómicos con
menor formación sí se hace evidente una diferencia. Esa diferencia se ve mucho
en las universidades nacionales [públicas]. (Entrevistada No.10, Piura, 47
años, U. Privada)
Cuando es un espacio público, a diferencia de uno
privado como las asesorías, los varones siempre aportan más. Las chicas a veces
no preguntan, se sienten muchas veces ‘disminuidas’ [retraídas] frente a los varones.
Los profesores [hombres] ‘disminuyen’ [retraen] un poco a las chicas. A mí me
ha pasado. El trato [a los estudiantes varones] es diferente, especialmente si
son docentes mayores. (Entrevistada No.14, Lima, 49 años, U. Privada)
Otra
de las entrevistadas sostuvo: “Si bien no he sido testigo de discriminación, sí
es evidente que los profesores [hombres] son más receptivos con los [alumnos]
varones que con las mujeres” (Entrevistada No.12, Lima, 26 años, U. Privada).
3.2. Percepciones
sobre el contexto de desarrollo académico
Resulta
casi unánime la percepción de las docentes ingenieras en torno al hecho que no
hay diferencias significativas en cuanto a las capacidades de hombres y mujeres
estudiantes de ingeniería industrial. En todo caso, aquellas que perciben algún
tipo de diferencia en cuanto al rendimiento académico, la correlacionan, por un
lado, con la timidez o falta de confianza que algunas chicas pudieran tener y
que debe ser oportunamente atendida; y por otro, por el contexto socioeconómico
de la escuela y la familia de procedencia. Esta última refuerza, en algunas
circunstancias, ciertos roles de género para las jóvenes estudiantes que están
más vinculados a las obligaciones familiares –como el deber de ser buenas
madres y esposas- antes que el hecho de desarrollarse como profesionales.
En
ese sentido, manifiestan que: “Académica e intelectualmente las capacidades son
exactamente las mismas. He tenido grupos donde las mujeres han tenido mejores
calificaciones y otros en los que viceversa” (Entrevistada No.15, Lima, 45
años, U. Privada). “A muchas chicas procedentes de colegios religiosos las
forman más en valores que en contenidos. Siento que las forman para casarse, y
vienen para buscar esposo. Porque así las forman todavía” (Entrevistada No.14,
Lima, 49 años, U. Privada).
Por
otra parte, y a pesar de no percibirse diferencias en cuanto al rendimiento
académico por razones estrictamente naturales a lo largo de los estudios en el
área de interés, si existió un patrón casi unánime entre las entrevistadas en
cuanto a la percepción respecto a la actitud y desempeño que muestran las chicas
a lo largo de sus estudios. Esto lo atribuyen, más que a una cualidad de
naturaleza biológica, a una exigencia a la que el entorno ‘machista’ de la
sociedad peruana las obliga. Así, aquellas mujeres que escogen una carrera como
la ingeniería industrial en un contexto social como el peruano saben que tienen
que lidiar y competir continuamente en un espacio eminentemente masculino.
Esta
realidad las empodera y se constituye como el catalizador que las hace ser
percibidas por sus profesoras como más ordenadas, cumplidas, responsables,
organizadas y disciplinadas. En muchos casos, incluso, como extremadamente
competitivas y ‘mandonas’ o déspotas.
Las mujeres suelen ser más dedicadas en su forma de estudio, más
cuidadosas, más pulcras. Se preparan más para una exposición, por ejemplo, y
son más prolijas. Cuando en un grupo hay una mujer, ellas imponen orden y son
más productivas. (Entrevistada No.13, Lima, 56 años, U. Privada)
Las mujeres son muy competitivas. Tienen que esforzarse más por el
machismo peruano, y son capaces de hacerlo bien. Suelen ser detallistas,
responsables. Una mujer muy dócil, difícilmente estudia esta carrera en el
Perú. Las mujeres saben que tienen que competir más. Los hombres no tienen que
demostrar nada. (Entrevistada No.16, Lima, 45 años, U. Privada)
En
contraposición a lo anteriormente señalado, existe la percepción enraizada
respecto al carácter más relajado y distendido de los estudiantes varones de
ingeniería industrial en comparación a las mujeres. Una realidad, especialmente
percibida por las docentes de universidades públicas antes que privadas, se
centra en el carácter de irresponsabilidad asociado a muchos estudiantes
varones. Esta irresponsabilidad se arraiga en ciertos patrones culturales y
sociales vinculados al consumo de bebidas alcohólicas y a los juegos de
apuestas. Esto está más arraigado en algunos contextos alejados de la ciudad
capital. “Algunos estudiantes [varones] descuidan sus clases porque se van a
jugar, a tomar o realizan apuestas. Las estudiantes mujeres salen menos. Tienen
menos vicios que los alumnos varones, son más dedicadas. Por eso las califican
como ‘sobonas’ [adulonas]” (Entrevistada No.7, Lima, 50 años, U. Pública).
Finalmente,
se detecta una sutil percepción en cuanto a un temor e inseguridad frente a los
números y las matemáticas, que termina siendo más marcada en las jóvenes estudiantes
que en sus pares varones. Esto sin embargo se atribuye, antes que, a una
realidad de tipo natural, al estereotipo de creer que las áreas STEM son un
terreno exclusivamente masculino y, por tanto, los hombres son mejores en
números. A esto se añade también, las
deficiencias en la formación escolar con las que muchas veces llegan los
jóvenes a la universidad, especialmente cuando provienen de colegios
exclusivamente de mujeres.
A veces, desde la familia, viene la creencia de que la
ingeniería es solo para los varones. Eso genera miedo a las matemáticas en las
jóvenes. Pero sin duda, hay que revisar también cómo se está enseñando en las
escuelas. (Entrevistada No.4, Lima, 65 años, U. Pública)
Otra
de las participantes menciono: “Creo que las matemáticas asustan a veces a las
mujeres y no las preparan bien desde el colegio. A muchas chicas procedentes de
colegios religiosos las forman más en valores que en contenidos” (Entrevistada
No.14, Lima, 49 años, U. Privada).
3.3. Contexto
laboral para las industriales peruanas desde un enfoque de género
La
percepción en cuanto a las condiciones laborales que les espera a las futuras
ingenieras industriales en el Perú, es quizás la que termina siendo más crítica
y, en algunos casos, un tanto hostil y menos auspiciosa. La primera idea
general que se infiere de las opiniones de las entrevistadas, es que existe un
marcado privilegio de lo masculino en el contexto laboral peruano, al menos en
el caso de la ingeniería industrial. Tal privilegio tiene varias aristas a
saber: Desde el tipo de trabajo al que se puede acceder como mujer, pasando por
las injustas diferencias salariales frente a sus pares masculinos, y la
maternidad, vista como un estigma que las empresas que contratan mujeres
ingenieras industriales deben evitar; hasta algunos curiosos imaginarios
supersticiosos en torno a la femineidad y el ejercicio profesional de la
ingeniería.
En
cuanto al tipo de trabajo, se infiere de las entrevistas con absoluta
unanimidad, que las áreas de planta industrial, producción y técnicas están
casi vetadas para las mujeres industriales. La justificación principal,
enraizada en el imaginario empresarial e industrial peruano, radica en el hecho
que una mujer debe primero demostrar su capacidad para un trabajo de esa
naturaleza. Asimismo, debe demostrar su autoridad y que puede hacerse respetar
frente a los operarios y obreros de planta sin ser temerosa o pusilánime.
Las mujeres somos brillantes, pero a veces terminamos en áreas más de
oficina. En las empresas hay muchos
prejuicios y nos vetan la posibilidad de ascender a posiciones donde, por
ejemplo, tenemos que viajar, trabajar con obreros o en planta industrial.
(Entrevistada No.17, Piura, 47 años, U. Privada)
En producción hay discriminación. Piensan que una mujer es incapaz de
manejar una máquina. Nuestro país es aún ‘machista’ y muchos no están
preparados para recibir órdenes de una mujer. A los hombres muchas veces les
cuesta reconocer que una mujer está jerárquicamente por encima de ellos.
(Entrevistada No.18, Lima, 45 años, U. Privada)
Las
áreas empresariales restringidas al trabajo femenino de una ingeniera
industrial son más las administrativas y las de gestión. Ese estereotipo de la
‘mayor prolijidad’ las restringe muchas veces de forma exclusiva a ciertas
áreas de la ingeniería y las excluye de otras tantas. Por tal razón, es más
común ver mujeres ingenieras industriales peruanas desempeñándose en áreas de
servicios como la banca, los recursos humanos, servicios comerciales, retails y logística; donde tienen mayor
aceptación según las experiencias de las entrevistadas.
No
sucede lo mismo en áreas vinculadas a la manufactura, por ejemplo. Hay una
fuerte coincidencia en las entrevistadas en cuanto al hecho que se debe
convivir con un ‘machismo’ permanente y muy enraizado en la organización del
contexto laboral peruano. Esta realidad la evidencian con mayor intensidad las
docentes que trabajan con alumnas de universidades públicas: “En las primeras
prácticas [mis alumnas] han sentido que los trabajos más importantes o relevantes
se los daban a los varones. Ellas, por ser mujeres, estaban confinadas a las
oficinas para ordenar y archivar papeles” (Entrevistada No.10, Piura, 47 años,
U. Privada).
El machismo es permanente en el mundo laboral peruano. Hay más varones que mujeres y ellas ocupan
trabajos administrativos. Una mujer
encuentra más oportunidades en gestión o recursos humanos. En general, áreas de la ingeniería que no
implican producción ni manufactura (Entrevistada N°21, Arequipa, 38 años, U.
Privada)
El
tema salarial también está fuertemente influenciado por los privilegios
masculinos del entorno laboral peruano para las futuras ingenieras
industriales. Algunas de las
entrevistadas tienen la sensación que las jóvenes industriales no perciben los
mismos ingresos que sus pares masculinos precisamente porque se les niega la
oportunidad de acceder a puestos más altos. Esto sucede, al parecer, en algunos
contextos industriales y empresariales por las razones ya esgrimidas. “A la
mujer le cuesta llegar a ocupar puestos altos. En algunos sectores se ofrece a
los varones un mejor sueldo que a las mujeres. Los trabajos más importantes se
los otorgan a los varones” (Entrevistada No.8, Piura, 52 años, U. Privada).
En
cuanto a la relación entre el contexto laboral de las futuras ingenieras
industriales y la maternidad, resulta convergente la percepción de varias de
las entrevistadas en torno al carácter casi estigmatizado con el que lo
presentan. Así, muchas empresas toman muy en cuenta esta realidad al momento de
seleccionar a un postulante para alguna área de la empresa. Las licencias por
maternidad y los permisos asociados al propio rol de ser madre, constituyen una
incomodidad para muchas empresas y uno de los principales estigmas a los que se
tienen que enfrentar las jóvenes egresadas de ingeniería para acceder a un
puesto laboral en la empresa o el sector industrial.
Esto,
desde luego, se articula a las limitaciones que les dan para acceder a puestos
de mayor responsabilidad que podrían implicar muchas horas laborales, viajes y
desde luego, mejores salarios. “Una vez me dijeron en un trabajo que no
contrataban mujeres porque se embarazaban y piden permiso constantemente porque
sus hijos se enferman” (Entrevistada No.14, Lima, 49 años, U. Privada).
La desigualdad laboral también se da porque la mujer es fértil, va a
tener una familia y tendrá que dedicarse a los hijos en algún momento. Eso es así,
porque así somos educados. Tuve una experiencia en la que, para contratarme, me
pidieron una prueba de descarte de embarazo. (Entrevistada No.15, Lima, 45
años, U. Privada)
Finalmente,
se advirtieron algunos comentarios que guardan relación con ciertos imaginarios
simbólicos supersticiosos, la femineidad y el contexto laboral al que se tienen
que enfrentar las futuras ingenieras. Este imaginario, enraizado especialmente
en contextos alejados de la ciudad, presenta a la mujer ingeniera como
portadora de “mala suerte” al ingresar a ciertos espacios laborales. Uno de
ellos, y que atañe directamente a las futuras ingenieras industriales, se
concentra en el trabajo propio de la industria minera.
Esto
sin lugar a dudas también puede traer desventajas a aquellas jóvenes industriales
interesadas en dicho sector: “No sé si esto puede influir, pero dicen que las
mujeres [ingenieras] traen muy mala suerte si trabajan en la industria minera
del país. Sin duda alguna hay muchos
mitos que aún tenemos que desterrar” (Entrevistada No.20, Lima, 44 años, U.
Privada). Otra comenta: “Existe la idea de que las mujeres suelen ser más
delicadas y, por ejemplo, en una mina, dan mala suerte. Es un mito”
(Entrevistada No.19, Lima, 32 años, U. Privada).
4. Discusión
Los resultados
confirman algunos hallazgos ya planteados en la literatura al respecto y, al
mismo tiempo, propone algunos otros que emergen en la realidad. Pese a que las
docentes tienen una percepción adecuada y coincidente con las estadísticas de
cuánto participan las estudiantes en la carrera de ingeniería, consideran que
esta presencia se está incrementando.
Al igual que lo
planteado por Ames (2006); Rodríguez (2008); y Regner et al. (2014), las
entrevistadas plantean que las mujeres tienden a exhibir actitudes y
comportamientos en el devenir de las clases que las distinguen según género. Sin
embargo, intersectan dichas diferencias con el hecho que sean estudiantes de
universidades públicas o privadas.
De igual manera, al
igual que en la literatura previa (Rodríguez, 2008; Guerrero y Rojas, 2017),
las docentes identifican que las estudiantes tienen mayores presiones
familiares que los varones. Sin embargo, éstas no obedecen únicamente a motivos
vinculados a la conformación de sus propias familias por convivencia,
matrimonio o maternidad, como en los trabajos de Goulden et al. (2011); y Herman y Lewis (2012),
sino que las presiones provienen también de sus familias de origen. Dichas coacciones,
sin embargo, afectan de manera distinta en función del tipo de universidad. Las
mujeres de universidades públicas, tendrían una sobrecarga mayor de
responsabilidades en casa que las llevan a tener más presiones que compiten con
los estudios.
Dichos hallazgos
remiten a los estudios de Portocarrero (1998), respecto a la existencia de
mandatos generacionales diferenciados entre padres de sectores populares y de
clases medias en el país. Así, mientras los padres y madres de adolescentes
tardíos de clases medias. que se encuentran transitando a estudios post
secundarios les darían el mandato que exploren, aprendan quiénes son,
identifiquen una vocación y la alcancen; los de sectores populares, con mayores
presiones y cargas económicas, darían mandatos que restringen dicha exploración
y que más bien los lleva a pedirles que culminen sus estudios lo antes posible,
mientras colaboran en sacar a la familia adelante.
En la misma línea, el
estudio de Urbano (2018), que contrasta adolescentes de escuelas públicas y
privadas, muestra que los primeros, incluyen entre sus responsabilidades
futuras la idea de “sacar a la familia adelante”; hallazgo que ya había sido
identificado en un estudio realizado una década antes (Pease, 1999). Lo interesante
es que, en este caso, las docentes intersectan este consistente hallazgo de la
literatura con diferencias de género, estableciendo que esta situación, que ya
resulta problemático para las y los adolescentes de sectores populares, resultaría
peor para las mujeres.
Como plantean Reinking
y Martin (2018), las docentes identifican que los estereotipos de género y la
educación recibida, son un importante condicionante de la presencia de las
mujeres en la carrera de ingeniería industrial. Sin embargo, aparecen
precisiones interesantes que dan cuenta de contextos de discriminación
probablemente más explícitos que aquellos a los que refieren otros trabajos. Un
factor recurrentemente identificado por las participantes, es el rol de los
docentes universitarios, quienes, a través de sus expectativas, comentarios y
prácticas pedagógicas, refuerzan el estereotipo que los varones son más
competentes que las mujeres.
Los docentes
“disminuyen” a las mujeres, tal como refiere una participante, de manera
explícita. Ello parecería estar bastante naturalizado y poco cuestionado en el aula
según reportan las entrevistadas. Al mismo tiempo, la aceptación de dichos
discursos, el que no sea confrontado ni por las docentes ni por las
estudiantes, mantendría todo en una suerte de calma que previene colocarlos en
cuestión. De este modo, se naturalizarían dichas diferencias respecto a la
competencia, afectando el sentido de autoeficacia de las estudiantes (Bandura,
1986). Ello resulta un hallazgo sumamente valioso si se atiende además que, en
el Perú, ha habido una fuerte ofensiva de sectores ultra conservadores y anti
derechos, respecto al enfoque de género en la educación a nivel básico
(primario y secundario).
De hecho, se ha llegado
a enjuiciar al Estado peruano para remover parte del currículo de educación
sexual. Ello, sin embargo, no ha encontrado eco ni en los padres y madres de
familia (Motta et al., 2017), ni en los estudiantes que demandan una educación
sexual integral (Pease et al., 2019). Por su parte, dicha discusión pareciera
no haber llegado a las aulas de la educación superior. Ni siquiera cuando, en
los últimos años, han aparecido una serie de denuncias de violencia sexual
hacia alumnas (ya sea contra docentes o estudiantes varones) en prestigiosas
universidades de Lima.
Ahora bien, las propias
participantes no se encuentran al margen de este contexto. Resulta muy
revelador que cuando ellas refieren a las características de sus estudiantes
mujeres y al por qué les cuesta desenvolverse en ciertos puestos de trabajo,
señalan ciertas características estereotípicamente asociadas a las mujeres;
como aquella delicadeza que no les permite empoderarse, o -por el contrario- se
refieren a ellas como competitivas y mandonas. Dichas características son, sin
embargo, asociadas a la femineidad, no vistas como características personales
distintivas de una u otra persona. Se estaría pues en medio de un proceso en el
que las mismas docentes no han logrado desnaturalizar atributos asociados a los
sexos (Ruiz, 1997).
Finalmente, las docentes
sí aparecen mucho más críticas respecto a la adjudicación de menor competencia
a las estudiantes respecto a sus pares varones. Ello tiene total sentido, en
tanto sus propias vidas y experiencias dan cuenta que se puede ser competente
en este campo. Identifican que opera en ellas, de manera muy marcada,
estereotipos asociados a profesiones STEM, que suelen colocar en valor
atributos típicamente asociados a la masculinidad (Reinking y Martin, 2018). Se
muestran críticas ante este punto de vista y consideran que opera de manera
bastante desfavorable en el sentido de autoeficacia de las estudiantes
(Bandura, 1986).
Las reflexiones en este
punto de las docentes, suelen centrarse en aquellas capacidades y
características que las estudiantes tienen que afirmar o que se suele no
esperar de ellas. Resulta curioso que no haya una reflexión respecto a la
existencia de barreras de acceso, creadas por un sistema de inequidad donde la
primacía masculina genera las expectativas y refuerza aquello coincidente con
ellas. Es como si se discutiera la discriminación sin atender que hay una
estructura patriarcal desigual en su origen que favorece a los varones sobre
las mujeres, y por ello se refieren principalmente a cualidades o atributos de
las mujeres que logran alcanzar éxito.
Ello sería
problemático, en tanto, al no hacerse visible un contexto mayor que opera sobre
las opciones que las mujeres en las ingenierías logran alcanzar, parecería que
sus logros pudieran depender únicamente de su agencia, de su esfuerzo, de sus
atributos y capacidades, y no de condiciones que las estimulan o inhiben.
Visibilizar dichas
mediaciones y condicionantes, acompañar a las docentes a desnaturalizar ciertos
atributos asociados a los géneros, así como trabajar de manera más explícita en
la educación superior con un enfoque de género, que frene los tratos desiguales
hacia las mujeres por parte de los docentes; serán tareas clave en términos de
intervención para poder conseguir una mejor participación femenina en las
ciencias e ingenierías.
Conclusiones
El presente estudio
tuvo por finalidad analizar los motivos de la baja presencia de estudiantes
mujeres en la ingeniería industrial peruana, ello a partir de las percepciones
de las docentes de ingeniería. Las entrevistadas advierten la existencia de
imaginarios concretos hacia las estudiantes de ingeniería que no se presentan
con los estudiantes varones, entre ellos, las altas expectativas de desempeño
por parte de su entorno familiar y académico, así como la atribución de
características personales asociadas a su género que no necesariamente son atribuibles
a todos los varones. Esta última realidad genera, incluso, un trato
diferenciado por parte de los mismos docentes que tienden a disminuirlas en
ciertos contextos.
A pesar que las
participantes toman conciencia crítica de las subjetividades anteriormente
descritas, evidencian una sobrevaloración general de las capacidades y
competencias de sus estudiantes mujeres, así como del desarrollo de atributos
que las lleva normalmente a conquistar el mercado laboral. Paradójicamente,
dicha sobrevaloración gravita en las entrevistadas con mayor preponderancia que
la crítica orientada a la toma de acciones, que eliminen barreras que excluyen
a las mujeres de ciertos entornos de dominio masculino, como lo son las áreas
STEM, en busca de una mayor equidad.
Finalmente, una
limitación de este estudio radica en que solo aborda las percepciones y
representaciones que las docentes ingenieras guardan respecto de sus propias
estudiantes y no así desde otras miradas como las de las mismas alumnas. No
obstante, esto abre algunas posibles líneas de indagación a partir de los
resultados y reflexiones aquí presentadas. Por un lado, una investigación
ampliada que se intersecte con las percepciones de las estudiantes de
ingeniería; y por otro, un trabajo prospectivo de estrategias y lineamientos
generales conducentes a incrementar la presencia de mujeres jóvenes en las
áreas STEM y en la ingeniería industrial peruana.
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* Doctor en Ciencias de
la Educación. Ingeniero Industrial. Profesor Titular e Investigador de la
Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Lima, Perú. E-mail:
mruiz@ulima.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0001-5147-8512
** Doctora en Ciencias Contables y
Empresariales. Ingeniera industrial. Profesora Titular e Investigadora de la
Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad de Lima, Perú. E-mail:
manorieg@ulima.edu.pe ORCID:
https://orcid.org/0000-0001-6824-1415
*** Doctora en Psicología Cognitiva y
Antropóloga. Profesora Titular e Investigadora del Departamento Académico de
Psicología de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú.. E-mail:
mapease@pucp.edu.pe ORCID: https://orcid.org/0000-0003-2645-4580
Recibido: 2021-06-11 · Aceptado:
2021-08-27