Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXVII, No. 4, Octubre - Diciembre 2021. pp.

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

 

Transversalidad y currículo: Estrategias de aprendizaje en Instituciones de Educación Superior colombianas*

 

Mulford, Marelys D.**

Plata de Plata, Dalia Isbelia***

Mestre Gómez, Fredy****

Torres Yarzagaray, Oscar*****

 

Resumen

 

El desarrollo de la formación actual está orientado a ofrecer educación de calidad con recursos limitados. Esta investigación, ha puesto en circunstancias inevitables de hacer más con menos, la tarea señala el tamaño de la responsabilidad al provocar cambios innovadores, prudentes y audaces en la formación de los estudiantes acordes a sus ritmos de aprendizaje y necesidades del contexto. El objetivo de este artículo fue, analizar la transversalidad y el currículum como estrategias de aprendizaje en Instituciones de Educación Superior colombianas. La investigación es descriptiva-correlacional, el diseño mixto, con una muestra de 70 estudiantes. Los resultados evidencian el trabajo que han venido realizando estas instituciones en el área de emprendimiento, resaltan la importancia que se inculque en el estudiante desde el inicio de su carrera el emprendimiento, con el fin de potenciar la mentalidad emprendedora, creativa e innovadora, desarrollando en él habilidades y competencias que lo lleven a ser agente de cambio, como individuo integral y por ende un empresario exitoso. Se concluye que, los estudiantes muestran una tendencia positiva en lo referente a los indicadores del perfil emprendedor con respecto al antes y después de haber cursado las cátedras transversales: Plan de Negocios, Liderazgo y Emprendimiento e Iniciativa Empresarial.

 

Palabras clave: Transversalidad; currículo; aprendizaje; emprendimiento; estrategias.

 

 

Mainstreaming and curriculum: Learning strategies in Colombian Higher Education Institutions

 

Abstract

                     

The development of current training is aimed at offering quality education with limited resources. This research has put in inevitable circumstances of doing more with less, the task indicates the size of the responsibility by causing innovative, prudent and daring changes in the training of students according to their learning rhythms and context needs. The objective of this article was to analyze transversality and the curriculum as learning strategies in Colombian Higher Education Institutions. The research is descriptive-correlational, the mixed design, with a sample of 70 students. The results show the work that these institutions have been doing in the area of ​​entrepreneurship, they highlight the importance that entrepreneurship is instilled in the student from the beginning of their career, in order to enhance the entrepreneurial, creative and innovative mentality, developing in he skills and competencies that lead him to be an agent of change, as an integral individual and therefore a successful entrepreneur. It is concluded that the students show a positive trend in relation to the indicators of the entrepreneurial profile with respect to before and after having taken the transversal chairs: Business Plan, Leadership and Entrepreneurship and Business Initiative.

 

Keywords: Transversality; curriculum; learning; entrepreneurship; strategies.


 

 

Introducción

El contexto actual ha traído nuevos desafíos, por las continuas transformaciones en la economía, la cultura y la tecnología. En consecuencia, las instituciones de educación superior deben asumir el reto de formar académicamente en competencias básicas en las áreas del conocimiento específicas, y desarrollar en ellos competencias emprendedoras como parte integral en la formación de sus estudiantes. Cantillo, Pedraza y Suarez (2021), expresan que, de allí el compromiso de incorporar el emprendimiento, como parte de sus actividades, no solo en lo académico con la formación de personas, sino también desde la creación de un espíritu emprendedor con la actividad extensionista y transversal, que coadyuva al bienestar y calidad de vida en las comunidades e investigativas, con la capacidad de determinar la presencia de características emprendedoras.

En ese sentido, la transversalidad está relacionada con la integración de contenidos temáticos en un plan o proyecto educativo, los contenidos transversales no aparecen asociados a ninguna asignatura ni área en particular o concreta de conocimiento, sino que está en todas. Son contenidos que deben desarrollarse dentro de las áreas curriculares, las cuales deberán adquirir otras dimensiones.

No obstante, para entender las relaciones del currículo con el desarrollo del emprendimiento como eje transversal, lo que se busca es privilegiar el desarrollo de habilidades o competencias cognitivas desde lo actitudinal, para que esto le permita al estudiante aprender a emprender, a partir de sus propias vivencias y expectativas en donde lo que se pretende en esencia es producir un cambio cognitivo en la persona.

Lo que es notorio, en todo contexto y proceso han sido las formas variadas de hacer negocio, en contraste con los datos entregados por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE, 2019), para el año 2018, el porcentaje de personas en situación de pobreza en Colombia, fue del 27%; estas cifras evidencian que éste, sigue siendo uno de los países en donde se presenta mayor desigualdad y pobreza de la región, resaltando que la mayor incidencia de pobreza extrema está asociada entre otros factores, con el nivel educativo; a estas estadísticas se le suma la composición estructural de los mercados productivos que están determinados por el alto nivel de desempleo calificado y no calificado que golpea fuertemente la estabilidad, la supervivencia, sostenibilidad, crecimiento y desarrollo de las empresas del país.

El anterior contexto, muestra desafíos que precisan la reactivación del desarrollo en términos de objetivos tanto económicos como sociales. Conscientes de esta necesidad las Instituciones de Educación Superior (IES), no pueden seguir evadiendo su responsabilidad frente a este problema, sino por el contrario deben formar parte de la búsqueda de una mejor sociedad, resaltando, la importancia de la creación de empresas dentro de la economía colombiana como aporte a la generación de ingreso y empleo.

Los anteriores postulados son coherentes con lo expuesto durante la Conferencia Mundial sobre Educación Superior en el Siglo XXI por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en 1998 (UNESCO, 2019), en su Artículo 7, numeral d:

Aprender a emprender y fomentar el espíritu de iniciativa deben convertirse en importantes preocupaciones de la educación superior, a fin de facilitar las posibilidades de empleo de los diplomados, que cada vez estarán más llamados a crear puestos de trabajo y no a limitarse a buscarlos. Las instituciones de educación superior deberían brindar a los estudiantes la posibilidad de desarrollar plenamente sus propias capacidades con sentido de responsabilidad social, educándolos para que tengan una participación activa en la sociedad y promuevan los cambios que propiciarán la igualdad y la justicia.

 

Así mismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2019), ha recalcado la urgencia de una transformación cualitativa y profunda de la educación, particularmente, de la educación superior en América Latina y el Caribe. Dicha transformación, requiere de una profunda, así como continua reflexión sobre el ser y quehacer educativo en este nuevo siglo, la cual sigue encaminada a promover el aprender a emprender; se trata de que las instituciones de educación desde su cuerpo administrativo y docente sean capaces de transformar, como también contribuir a generar desarrollo social, integral y sostenible, desde perspectivas humanizantes pluralistas y multidisciplinares.

Estás transformaciones deben tener como elemento central el auténtico aprender a aprender, el cual no implica una vana erudición limitada en tiempo y espacio, sino la construcción consiente y permanente de significados en interacción, con el bienestar con los seres humanos y el mundo (UNESCO, 2019).

De igual manera, el Gobierno Nacional colombiano busca estimular la formación en emprendimiento, diseñando una política nacional que impulse el nacimiento y crecimiento de las empresas, generen desarrollo económico y contribuyan a la disminución de la desigualdad; así mismo, orienta el emprendimiento como una forma de pensar, razonar y actuar, centrada en las oportunidades, planteada con visión global y llevada a cabo mediante la gestión de un riesgo calculado, tal como está tipificado en la Ley 1014 de 2006 denominada Cultura del emprendimiento (Congreso de Colombia, 2006). En ese sentido, el objetivo de esta investigación fue, analizar la transversalidad y el currículum como estrategias de aprendizaje en Instituciones de Educación Superior colombianas, destacando que, la metodología es descriptiva - correlacional, el diseño mixto, con una muestra de 70 estudiantes.

 

1. Consideraciones teóricas de la competencia: Desde el ámbito general y transversal

Es sustancial delimitar el concepto de competencias, el cual es diverso y depende del medio en el que se trabaja. En este sentido, McClelland (1973) expresó que competencia es como una reacción ante la insatisfacción con las medidas tradicionales utilizadas para predecir el rendimiento en el trabajo: Los test académicos de aptitud tradicionales y los test de conocimientos, al igual que las notas escolares, así como las credenciales.

Algunos teóricos como Lawshe y Balma (1966), plantearon que la competencia es la potencialidad para aprender a realizar un trabajo, la capacidad real, actual para llevar a cabo un trabajo, la disposición para realizarlo, es decir, que para que una persona realice una labor determinada no basta con tener el conocimiento, sino que deben estar implícitos los tres aspectos que mencionan los autores, es pertinente expresar, que estos se complementan, puesto que es posible, que alguien tenga los conocimientos para hacer el trabajo, pero no lo desee hacer; o que tenga el deseo de realizarlo, o no sepa cómo hacerlo, pero esté dispuesto a aprender y tenga las condiciones de realizarlo. La misma concepción de las competencias, con su carácter multidimensional, hace que sean complejas.

Como lo hace notar De Montmollin (1984), quién expresó que la competencia: “Es el conjunto estabilizado de saberes y saber – hacer de conducta, tipos de procedimientos estándares de tipos de razonamiento que se pueden poner en práctica sin nuevo aprendizaje” (p.122).

De igual manera, Hayes (1985) definió competencia como la capacidad de usar el conocimiento, así como las destrezas relacionadas con productos y procesos y, por consiguiente, de actuar eficazmente para alcanzar un objetivo. Igualmente, Bunk (1994) resalta que la competencia es un conjunto de conocimiento destrezas y aptitudes necesarias para ejercer una profesión, resolver problemas profesionales de forma autónoma y flexible, así como ser capaz de colaborar en el entorno profesional y en la organización del trabajo. En ese sentido, Cejas et al. (2019) sostienen que es “un planteamiento de la formación, que refuerza la orientación hacia la practica o el desempeño tomando como punto de referencia el perfil profesional, frente a una orientación concebida como el conocimiento” (p.97).

De una manera análoga, Pereda y Berrocal (2004), definen las competencias como un conjunto de comportamientos observables que están causalmente relacionados con un desempeño bueno o excelente en un trabajo concreto y en una organización especifica.

Las definiciones que realizan los autores hacen aserción a los comportamientos de las personas, lo competente que es este ser humano, cuando realiza un trabajo específico a satisfacción de quien lo encarga, la competencia por tanto es actuacional, es decir, pública no es particular; que más allá de las conceptualizaciones es claro que la competencia debe ser entendida como un elemento que integra aspectos que tienen que ver con conocimientos, habilidades, actitudes y valores. Al respecto, Ramos et al. (2021), manifiestan que:

Además de las competencias profesionales o específicas, las genéricas y personales, se deben tener en cuenta las demandas que la comunidad o entorno social efectúa, y que atendiendo a esto, se contribuya a elevar la calidad de la educación superior; en el sentido de construir un perfil que les permita el acceso al conocimiento y a la información, para una participación social plena, por medio de habilidades y destrezas con las cuales puedan intervenir efectivamente en la resolución de los problemas de su realidad inmediata. (p.453)

 

Uno de los autores que ha estado trabajando el tema de competencias en Colombia es Villada (2001), de acuerdo a sus planteamientos, las competencias están orientadas hacia la capacidad en acción demostrada con suficiencia, pero este, también expone que el panorama sobre la temática es amplio y no se reduce a lo propuesto por el Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior (ICFES); asimismo, clasifica las competencias en: Fundamentales, Básicas, Superiores, Integrativas, Estratégicas (Transversales) y Aplicadas, en esta última es decir, en la Competencia Aplicadas, el autor integra las instrumentales, reflexivas y sociales; además, expresa que estas se consideran de importancia, tanto en lo genérico como en lo universal, debido a la marcada influencia pragmática que tienen las competencias.

Es fundamental expresar, que las definiciones de estos autores, están enmarcadas en la intencionalidad de las que posee las Competencias Estratégicas (Transversales); además, de estar orientada al campo profesional, se vinculan a la vida cotidiana, es decir, a aquellas actividades que demanden resultados concretos que permite llevar a cabo actividades laborales con buenos resultados, pero sobre todo el de saber hacer en el contexto.

 

1.1. Competencia transversal

La transversalidad es concebida como un enfoque, cuyo objetivo fundamental es la búsqueda de un cambio en las políticas educacionales; sin embargo, su definición y concreción en las mismas no es una labor sencilla, de allí que resulte pertinente entender el contexto en que surge la transversalidad, para luego ubicarle en la dimensión del diseño y desarrollo curricular. Según Tuvilla (2008), la transversalidad viene a introducir en el desarrollo del currículo, la propuesta de volver a reivindicar la función moral y social de la escuela, así como resolver la cuestión entre enseñar conocimientos y educación para la vida.

En concordancia con lo anterior, Magendzo (1998) propone que la transversalidad surge en el contexto de una crisis de la sociedad, que puede verse en diferentes ámbitos, todos y cada uno de ellos entrelazados directamente con fenómenos sociales: Crisis de identidad, en donde se evidencia en los pueblos pérdida de sentido de pertenencia; crisis de fe, desde la cual se plantea una crisis de espiritualidad, de asumir desafíos y de la confianza en un futuro favorable, que pueda favorecer el crecimiento integral de la sociedad; crisis de valores, relacionada con la pérdida de valores, lo mismo que la relativización de los mismos, donde se ha generado preocupación por el decaimiento de aquellos valores que alguna vez fueron caracterizados bajo el nombre de “tradicionales”, los cuales entran en contradicción con los valores de la “modernidad”; y crisis económica, donde cada vez la pobreza extrema muestra sus más altos índices de desempleo.

Entonces, la transversalidad se enmarca como un nuevo enfoque y una nueva concepción curricular, ante la crisis de la función normativa de las instituciones educativas que tenían como misión, según como lo plantea Tuvilla (2004): “Alcanzar conductas formales, neutrales y susceptibles de ser generalizadas, abogada por un modelo en el que los contenidos se constituyen en el eje estructurador de objetivos y actividades” (p.2). Por lo tanto, al tomar en cuenta esta posición, también hay que tener presente que convergen una serie de aspectos, tanto de orden sociocultural como educativo, en donde, la intención básica es la búsqueda de una formación integral del individuo.

Además, la transversalidad no se establece como un contenido específico con un tratamiento desagregado, sino como componente del enfoque y de las estrategias metodológicas y didácticas con que se diseñan, ejecutan, así como evalúan las diferentes actividades y productos de la institución. Así se puede ver como se da inicio a una preocupación institucional por la incorporación de los ejes transversales.

En concordancia con lo anterior, el enfoque curricular debe tener características de flexibilidad en términos de apertura transdisciplinar, para que el diseño del currículo permita incorporar categorías y métodos de distintas fuentes de conocimiento, así como disciplinas, en donde la actitud emprendedora, como también el de crear empresa no es propiedad de ninguna disciplina académica. Esta propuesta es la que permite a los sujetos optar por su aprendizaje, el cual potencia a través de la vida. El currículo debe ser pertinente, lo cual significa una relación armónica con las demandas y cambios del contexto, que precisa más de competencias emprendedoras.

En consecuencia, el emprendimiento debe ser un vector transversal, que permita tangibilizar la aspiración de currículos integrados, mediante la adopción de unidades de estudios específicas de los conceptos e instrumentos para el emprendimiento y desde esta perspectiva estimular un atributo presente en todos los empresarios competentes: Desarrollo del pensamiento complejo, que reconoce que toda situación y decisión organizacional está relacionada con un todo, en un enfoque sistémico.

 

2. El emprendimiento como espacio de oportunidades

El término emprendimiento, está íntimamente ligado con la creación de empresas, proviene del vocabulario francés, “entreprendre” que significa “encargarse de” (Jennings, 1994). Éste de acuerdo con Leiva (2008), representa un proceso social llevado a cabo por individuos que se “hicieron” a través de las distintas relaciones e influencias sociales ocurridas a lo largo de su vida.

En este contexto, Rueda, Fernández-Laviada y Herrero, (2013); y, Monsalve (2014), expresan que las creencias de los seres humanos permiten el acceso o cierre de oportunidades que se presentan en el entorno, y que corresponden al ámbito sobre el cual se concretan las metas individuales de emprendimiento.

Es preciso decir, que tal como lo expresan Guachimbosa, Lavín y Santiago (2019), el emprendimiento “constituye un factor importante para el mejoramiento de los niveles de competitividad y el crecimiento económico de un país, siendo el resultado de las decisiones de sus ciudadanos para tener la capacidad de percepción y aprovechamiento de las oportunidades” (p.79), que se exhiben dentro del entorno en el cual se desenvuelven, colocando en marcha sus visiones de negocios.

El término empresario (entrepreneur), fue introducido a la literatura económica por primera vez en los inicios del siglo XVIII por el economista francés Richard Cantillón. Su aporte ha sido verdaderamente relevante para comenzar a comprender el concepto de emprendedor y el rol que juega el emprendimiento en la economía (Castillo, 1999).

Por su parte, Schumpeter (2015), utiliza el término emprendedor para referirse a aquellos individuos que con sus acciones causan inestabilidades en los mercados. Define al emprendedor como una persona dinámica y fuera de lo común, que promueve nuevas combinaciones o innovaciones. Él lo expresa de la siguiente manera en su libro Capitalismo, socialismo y democracia:

La función de los emprendedores es reformar o revolucionar el patrón de producción al explotar una invención, o más comúnmente, una posibilidad técnica no probada, para producir un nuevo producto o uno viejo de una nueva manera; o proveer de una nueva fuente de insumos o un material nuevo; o reorganizar una industria, entre otros. (p.93)

 

El fenómeno emprendimiento puede definirse, dentro de las múltiples acepciones que existen del mismo, como el desarrollo de un proyecto que persigue un determinado fin económico, político o social, entre otros, y que posee ciertas características, principalmente que tiene una cuota de incertidumbre y de innovación (Drucker, 1994). Además, es fundamental resaltar lo manifestado por Alonso y Galve (2008), quienes señalan que el Modelo de Shapero, incorporado al de Ajzen, conforman los modelos de intenciones más conocidos en el proceso de comprensión del fenómeno emprendedor.

 

3. Metodología

El desarrollo del presente artículo acerca de la transversalidad y el currículo como estrategias de aprendizaje en Instituciones de Educación Superior (IES) colombianas, se derivó de una investigación descriptiva; en la cual, para el desarrollo de esta se compilaron hechos y características de las variable transversalidad, currículo y emprendimiento; el paradigma fue el totalizante según los postulados de Cerda (1994). En ese sentido, se llevó a cabo una descripción detallada de los conceptos, valores y comprensiones que los sujetos tienen frente al fenómeno del emprendimiento; asimismo, en este estudio se planteó tanto el enfoque cualitativo, como el cuantitativo.

Vale destacar, que hay autores que están generando derivaciones teóricas que alimentan la integración y complementariedad de paradigmas tales como: Cerda (1994), investigación total; y, Hurtado (2012), investigación holística; lo cual constituye una invitación a estudiar eventos desde una postura integradora y no reduccionista; además, la postura epistémica es dialéctica y crítica.

De igual manera, el método utilizado es cualitativo y cuantitativo, se basó en los principios de: Consistencia, unidad de contrarios, triangulación y convergencia, permitiendo una aproximación teórica de unidad y correlación entre paradigmas. Las unidades de análisis fueron escogidas a través del muestreo aleatorio simple, en ese sentido, la constituyeron 70 estudiantes de los programas de Administración de Empresas de tres universidades cartageneras: Tecnológica de Bolívar, Corporación Universitaria Rafael Núñez, y Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco.

Se realizó una búsqueda de información secundaria, para tener un acercamiento al perfil emprendedor de los estudiantes. Además, se aplicaron las técnicas de observación, entrevistas en profundidad, utilizando guía de entrevista y encuestas. Los fundamentos teóricos se basan en la Ley 1014 de 2006, emanada por el Congreso de Colombia (2006), para el fomento a la cultura del emprendimiento y otras leyes que regulan la educación en Colombia.

 

4. Análisis de la aplicación de las matrices de perfil emprendedor de los estudiantes de las IES cartageneras

Para el análisis del perfil emprendedor de los estudiantes de las tres universidades estudiadas ubicadas en la ciudad de Cartagena de Indias – Colombia, se desarrollaron matrices; para ello, se tomó como referente la variación hacia el sí, en total acuerdo y bastante a menudo, de los interrogantes del test del perfil emprendedor, como un cambio de actitud antes y después de cursar las cátedras de Plan de Negocios, Liderazgo y Emprendimiento, e Iniciativa Empresarial, distribuidos en las siguientes categorías que se pueden apreciar en el Cuadro 1.

Cuadro 1

Categorías actitudinales del perfil emprendedor

Iniciativa

Optimismo

Creatividad

 

Compromiso

 

Competitivo

Proactivo

Confianza

Pensamiento  Divergente

Responsabilidad

Competitividad

Propositivo

Seguridad

Recursividad

Persistencia

Asertividad

Agilidad

Motivación

Innovación

Trabajo

Liderazgo

Decisión

Positivo

Invención

Constancia

Profesional

 

Fuente: Elaboración propia, 2019.

Como emprendedor cada una de estas categorías integra el trabajo a su proyecto de vida, por lo cual no es de extrañar que comprometa en él sus mejores esfuerzos, actuación que le aporta satisfacciones y desafíos. Además, percibe y asume el trabajo como una fuente de autorrealización personal.

En este orden, los emprendedores como líderes son individuos competentes capaces de influir positivamente en los grupos para alcanzar los objetivos propuestos, motivan e incitan a todos los integrantes del equipo a trabajar en procura de dichos resultados. Al respecto, Borrayo, Valdez y Delgado (2019), sostienen que el emprendedor es:

Alguien que transforma una idea en un proyecto concreto aplicado, mismo que genera resultados benéficos para una persona o grupo social. Alguien que es capaz de acometer algo, de inventar, innovar, crear, transformar, revolucionar o modificar el actual estado de las cosas para crear algo nuevo, distinto o diferente en calidad o en cantidad. (p.75-76)

 

En el Gráfico I, se observa que, del total de la población de estudiantes encuestados del programa de Administración de Empresas, en lo relacionado a la categoría de iniciativa, presenta una variación de 35%, 44% (si, en total acuerdo); 38%, 46% (bastante a menudo); 25%, 9% (algo, alguna vez); y, 1%, 5% (no, en absoluto); respectivamente, en relación al antes y después de cursar las cátedras de Plan de Negocios, Liderazgo y Emprendimiento e Iniciativa Empresarial.

 

 

 

 

Fuente: Elaboración propia, 2019.

Gráfico I: Consolidado del perfil emprendedor de los estudiantes categoría iniciativa

Lo expuesto indica que los estudiantes objeto de esta investigación, presentan una variación hacia el sí, en total acuerdo y bastante a menudo, en lo referente a tener más iniciativa, después de haber cursado las cátedras; vale resaltar que, el contenido de estas áreas bases están fundamentadas en el emprendimiento, y está planteada como una competencia transversal, las cuales buscan potenciar en los estudiantes actitudes y aptitudes.

Sin embargo, la variación del 9%, 1% y 5% para un total del 14% que responde a la categoría iniciativa la cual debe ser fortalecida en los estudiantes, son los porcentajes más bajos que muestra el Gráfico I, estos indican que los estudiantes no tuvieron cambios al finalizar las cátedras de Plan de Negocios, Liderazgo y Emprendimiento, e Iniciativa Empresarial, aspectos significativos en el proceso de formación debido a que el desarrollo de esta aptitud les permite a los individuos asumir riesgos, dando respuestas a problemáticas en el ámbito personal, laboral y social.

Del total de la población de estudiantes encuestados del programa de Administración de Empresas, en lo relacionado a la categoría de optimismo se puede observar en el Gráfico II, que esta presenta una variación de 61%, 46% (si, en total acuerdo); 35%, 31% (bastante a menudo); 19%, 5% (algo, alguna vez); y, 0%, 3% (no, en absoluto); respectivamente, en relación al antes y después de cursar las cátedras de Plan de Negocios, Liderazgo y Emprendimiento e Iniciativa Empresarial.

Fuente: Elaboración propia, 2019.

Gráfico II: Consolidado perfil emprendedor de los estudiantes categoría optimismo

Lo anteriormente expuesto, muestra que los estudiantes objeto de estudio presentan una variación hacia el sí, en total acuerdo; se infiere que estos aumentan sus expectativas hacia la excelencia después de haber cursado estas cátedras, significa que ellos visionan el lado bueno de los obstáculos y dificultades, asumen riesgos, así como enfrentan problemas.

Es de tener presente, que existe una variación bastante significativa en un 8% que debe ser potenciado el optimismo, debido a que lo que se debe buscar es la formación de individuos que sepan no sólo mirar su entorno, sino también ver y descubrir las oportunidades que en él están ocultas, permitiendo esto afrontar de una mejor manera los retos que plantea el contexto cambiante actual.

De igual manera, en el Gráfico III se observa que, del total de la población estudiada del programa de Administración de Empresas en lo relacionado a la categoría de creatividad, presenta una variación de 34%, 47% (si, en total acuerdo); 41%, 43% (bastante a menudo); 23%, 7% (algo, alguna vez); y, 2%, 3% (no, en absoluto); respectivamente, en relación al antes y después de cursar las cátedras de Plan de Negocio, Liderazgo y Emprendimiento e Iniciativa Empresarial.

Fuente: Elaboración propia, 2019.

Gráfico III: Consolidado perfil emprendedor de los estudiantes categoría creatividad

Lo anterior, muestra que la población estudiada presenta una variación hacia el sí, en total acuerdo y bastante a menudo, en lo referente a tener más creatividad, después de haber cursado las cátedras mencionadas; esto quiere decir, que los estudiantes aumentaron su capacidad creativa, planteando múltiples soluciones a un mismo problema.

La variación del 12% (que representa los porcentajes más bajos 7%; 3%; y 2%), es un porcentaje significativo de estudiantes que debe ser fortalecido en la competencia de creatividad, debido a que esta es una cualidad que le permite a estos aprender de sus propios errores generando nuevas ideas que conduzcan a valiosas y originales propuestas útiles a la sociedad donde vive y actúa.

La población estudiada del programa de Administración de Empresas en lo relacionado a la categoría de compromiso, presenta una variación de 47%, 65% (si, en total acuerdo); 35%, 26% (bastante a menudo); 15%, 6% (algo, alguna vez); y, 3%, 3% (no, en absoluto); respectivamente, en relación al antes y después de cursar las cátedras de Plan de Negocios, Liderazgo y Emprendimiento e Iniciativa Empresarial (ver Gráfico IV).

Fuente: Elaboración propia, 2019.

Gráfico IV. Consolidado perfil emprendedor de los estudiantes categoría compromiso

De lo anterior, se evidencia que la población estudiada presenta una variación notoria hacia el sí, en total acuerdo y bastante a menudo, en lo referente a tener más compromiso, después de haber cursado las cátedras relacionadas. Es de tener en cuenta, que no hubo variación al finalizar la catedra de Plan de Negocio en lo referente en el cambio de actitud hacia la categoría de compromiso, el Gráfico IV muestra que un 3% se mantiene, lo que significa que no hay transformación en algunos de los estudiantes, el fortalecimiento de este aspecto conlleva a que aumenten su sentido de responsabilidad, pertinencia y pertenencia; lo que les va a permitir reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus acciones y de cómo afrontarlas de manera positiva e integral siempre en pro del mejoramiento continuo en todos los ámbitos de su vida.

Del total de la población estudiada del programa de Administración de Empresas, en lo relacionado a la categoría de competitividad, presenta una variación de 48%, 54% (si, en total acuerdo); 29%, 30% (bastante a menudo); 22%,10% (algo, alguna vez); y, 1%, 6% (no, en absoluto); respectivamente, en relación al antes y después de cursar las cátedras (ver Gráfico V). Lo anteriormente expresado, evidencia que la mayoría de los estudiantes presentan una variación hacia el sí, en total acuerdo y bastante a menudo, lo que significa que estos son más competitivos, después de haber cursado la cátedra de Plan de Negocio, Liderazgo y Emprendimiento, e Iniciativa Empresarial.

Fuente: Elaboración propia, 2019.

Gráfico V: Consolidado perfil emprendedor de los estudiantes categoría competitividad

Después de analizar el perfil emprendedor en sus diferentes categorías, se encontró que algunos estudiantes de las tres universidades estudiadas, en relación al antes y después de haber recibido las cátedras de Plan de Negocio, Liderazgo y Emprendimiento, e Iniciativa Empresarial, con tendencia hacia el sí en total acuerdo y bastante a menudo; queda demostrado que las categorías que presentan mayor variación es compromiso en un 18%; iniciativa con un 17%; en un 15% optimismo; 15% creatividad; y en un 7% competitividad, porcentajes que se reflejan en los Gráficos relacionados; lo expuesto evidencia las tendencias de los estudiantes al asimilar las competencias transversales registradas en su currículo.

Sin embargo, los Gráficos muestran también, que en gran parte de la población existen unos porcentajes significativos de 20%, 18%, 16%, 18%, y 12% en el que los estudiantes no mostraron variación en las categorías iniciativa, optimismo, creatividad, compromiso y competitividad, respectivamente, como resultado al aplicar la matriz del perfil emprendedor antes y después de haber cursado las cátedras de Plan de Negocio, Liderazgo y Emprendimiento, e Iniciativa Empresarial, lo que demuestra que existen debilidades en las competencias adquiridas que deben ser fortalecidas.

 

Conclusiones

Teniendo en cuenta las opiniones de los estudiantes de las instituciones objeto de investigación y los resultados obtenidos en el estudio, se evidencia el trabajo que han venido realizando las IES en el área de emprendimiento, los resultados muestran también la necesidad de fortalecer el pensum académico del programa de Administración de Empresas, esto no significa que no pueda ser replicado a los demás programas académicos. 

Los resultados obtenidos en la investigación resaltan, la importancia de que se inculque en el estudiante desde el inicio de su carrera el emprendimiento, con el fin de potenciar la mentalidad emprendedora, creativa e innovadora; de tal manera, que se desarrolle en el estudiante habilidades y competencias que lo lleven a ser agente de cambio, como individuo integral y por ende un empresario exitoso.

Otro aspecto, que se evidenció en los estudiantes de las instituciones investigadas, es que han desarrollado una serie de actitudes y competencias como: Adaptación al cambio, espíritu aventurero, confianza en sí mismo, iniciativa, responsabilidad, facilidad para la comunicación, entre otras; en relación al antes y después de la cátedra de Plan de Negocios, Liderazgo y Emprendimiento, e Iniciativa Empresarial en el fortalecimiento de su perfil emprendedor.

En este orden de ideas, el emprendimiento como eje transversal pretende la formación de personas altamente competentes, con una clara conciencia del entorno en que se desenvuelve, con especial énfasis en el desarrollo de su espíritu y habilidades emprendedoras, creativas e innovadoras, en donde el estudiante aprenda a generar y desarrollar sus ideas, las cuales se ven reflejadas en la creación de empresas, así como en la generación de empleo, como proyecto ético de vida en pro de la mejora de la sociedad.

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* Este artículo forma parte de la producción intelectual de la tesis doctoral titulada: Emprendimiento como eje transversal en la formación de los programas de Administración de Empresas en instituciones de educación superior” de Mulford Marelys D. 2019 Colombia.

 

** Doctora en Ciencias Sociales mención Gerencia. Magister en Educación. Especialista en Gerencia de Servicios. Administradora de Empresas. Docente Investigadora de la Fundación Universitaria Tecnológico Comfenalco, Cartagena, Colombia. E-mail: mmulford@tecnocomfenalco.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6985-5424

 

*** Posdoctora en Gerencia en las Organizaciones; Ciencias Humanas; Ciencias de la Educación; Gerencia Pública y Gobierno. Doctora en Ciencias mención Gerencia. Magister en Administración Ambiental. Magister en Educación Abierta y a Distancia. Especialidad en Estado, Gobierno y Democracia. Socióloga. Investigadora en Ciencias Sociales, Ceela/LUZ. Profesora de Doctorado Arquitectura y en Ciencias Sociales de la Universidad del Zulia (LUZ), Venezuela. Profesora Escuela de Trabajo Social en LUZ, Venezuela. Líder de Formación y Desarrollo de Talento Humano en Redieluz, LUZ, Venezuela. Investigadora Nacional. PEII Nivel C. E-mail: daliaisbelia@gmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0002-7891-3665

 

**** Magister en Finanzas. Contador Público Titulado. Líder del Grupo de Investigación FACEAC Contabilidad y Administración de la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables; y Coordinador de Investigaciones de la Escuela de Contaduría Pública en la Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum, Seccional Cartagena de Indias, Colombia. E-mail: freddy.mestre@unisinu.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0037-0189

 

***** Doctor en Ciencias Económicas. Magister en Logística. Magister en Organizaciones. Economista. Director de Investigaciones, Universidad del Sinú Elías Bechara Zainum, Seccional Cartagena de Indias, Colombia. Docente Investigador en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla, Cartagena de Indias, Colombia. E-mail: ostoyar@hotmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6108-0401

 

Recibido: 2021-06-10                · Aceptado: 2021-08-28