Revista
de Ciencias Sociales (RCS)
Vol.
XXVII, Número Especial 4, Septiembre 2021. pp.
FCES
- LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431
Psicoterapia online
en tiempos de pandemia: Intervención cognitivo-conductual en pacientes colombianos
con depresión
Amador Sánchez,
Omar Augusto*
Trejos-Gil, Carlos
Andrés**
Castro-Escobar,
Huber Yecid***
Angulo, Estelio
José****
Resumen
Los
trastornos del estado de ánimo representan una categoría importante en los
manuales de clasificación de los trastornos mentales, particularmente, la
depresión es catalogada como una enfermedad de la población mundial. Sin
embargo, la pandemia del COVID-19 ha referido un impacto psicológico mayor que
dispara la vulnerabilidad de personas con síntomas y requiere alternativas de
atención que faciliten el acceso a servicios profesionales de la salud mental. Este
artículo se centra en evaluar la efectividad de la atención e intervención
online en pacientes diagnosticadas con síntomas de depresión y ansiedad. Para
ello, la
investigación se ha llevado a cabo desde un enfoque bimodal, en el que se
combinó el análisis de caso único y la evaluación objetiva de los síntomas de
depresión y ansiedad en cuatro pacientes residentes en el área metropolitana de
la ciudad de Medellín, Colombia. Los resultados evidencian la eficacia de la intervención
cognitivo conductual bajo modalidad online y la remisión de los síntomas. Se
concluye, que la psicoterapia online se consolida como un proceso que brinda
herramientas cada vez más amplias para la población mundial. Además, la
psicoterapia cognitiva avanza en técnicas de intervención que son muy útiles en
estos entornos de pandemia.
Palabras clave: Salud mental;
psicopatología; psicoterapia en línea; intervención cognitivo-conductual; COVID-19.
Online psychotherapy
in times of pandemic: Cognitive-behavioral intervention in Colombian patients
with depression
Abstract
Mood disorders
represent an important category in the classification manuals of mental
disorders, particularly, depression is classified as a disease of the world
population. However, the COVID-19 pandemic has reported a greater psychological
impact that triggers the vulnerability of people with symptoms and requires
care alternatives that facilitate access to professional mental health services.
This article focuses on evaluating the effectiveness of online care and
intervention in patients diagnosed with symptoms of depression and anxiety. For
this, the research has been carried out from a bimodal approach, in which the
analysis of a single case and the objective evaluation of the symptoms of
depression and anxiety were combined in four patients residing in the metropolitan
area of the city of Medellin, Colombia. The results show the efficacy of
cognitive behavioral intervention under online modality and the remission of
symptoms. It is concluded that online psychotherapy is consolidated as a
process that provides increasingly comprehensive tools for the world
population. In addition, cognitive psychotherapy advances intervention
techniques that are very useful in these pandemic settings.
Keywords: Mental health;
psychopathology; online psychotherapy; cognitive-behavioral intervention; COVID-19.
Introducción
De acuerdo a la Organización Panamericana de la Salud (OPS, 2017), se
estima que casi 50 millones de personas en las Américas viven con depresión,
esto es, un 17% más que dos décadas atrás; además, se debe considerar que, de
cada 10 personas, 7 no reciben el tratamiento necesario. Es así como se establece
que esta enfermedad es la principal causa de problemas de salud y discapacidad
en el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018), la depresión es un
trastorno mental que se manifiesta a través de una serie de síntomas como la
tristeza, pérdida de disfrute y placer, sentimientos de culpa, pobre
autoestima, problemas de sueño, alteración del apetito, pesadumbre o cansancio
y falta de concentración. Además, especifica que la depresión refiere
variaciones en el estado de ánimo y de aquellas respuestas emocionales de corta
duración y baja intensidad comunes en la vida cotidiana de las personas. Sumado
a lo anterior, sugiere que, si bien la enfermedad puede empezar de manera leve,
los síntomas pueden volverse crónicos y disminuir la capacidad del individuo
para socializar, estudiar y llevar a cabo actividades de la vida cotidiana.
Al respecto, en la Encuesta Nacional de Salud Mental del
año 2015, el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia (2015),
informó que la depresión, se ha convertido en un problema de salud pública
debido a la carga de enfermedad que genera y la discapacidad que produce,
calculando, junto con la OMS, que hay más de 350 millones de personas afectadas
por la depresión y en riesgo de suicidio, pues se estima que, por año, mueren
aproximadamente 800.000 pacientes de entre 15 y 29 años de edad. Especial
atención merece
la salud mental de la población en zonas rurales, la cual es una prioridad que
tiene que ser abordada tomando en consideración las propias particularidades de
la región colombiana (Camargo, Castañeda y Segura, 2020)
Frente a estos planteamientos, la Organización Panamericana de la Salud
(OPS, 2017) sugiere que los profesionales de la salud deben evaluar riesgos de
conductas suicidas en pacientes adultos diagnosticados con episodios depresivos
o trastorno depresivo recurrente e intenso. En ese contexto, el rol del psicólogo en
el campo clínico está orientado a brindar estrategias de atención e
intervención para la búsqueda de bienestar mental y emocional coherente con la
salud física (Martínez, Piqueras y Ramos, 2010).
La terapia psicológica, se considera un
espacio que ha evolucionado en la práctica interventiva en diversos escenarios
como lo es el consultorio particular, las instituciones educativas y de la
salud, grupos de apoyo comunitario, cuerpo militar y de policía, entre otros (Gimeno,
Barrio y Álvarez, 2018). Además de esto, los diferentes modelos teóricos psicológicos
aplicados a través de asesorías, procesos sistemáticos, intervenciones en
crisis y consultorías, enriquecidos con un conjunto de técnicas, infieren en el
desarrollo y evolución de los pacientes bajo modalidades distintas que varían
según el enfoque de manejo de cada profesional en psicología (Vera, Carvallo y
Rodríguez, 2018).
En revisiones de
literatura científica, se muestra la efectividad de algunos tratamientos
psicológicos para trastornos mentales con síntomas clínicamente significativos
aplicando videoconferencias (García-Vera et al., 2015), incluso el uso de la eSalud,
como prestación de servicios de salud a través de medios
digitales, sobre todo frente a la pandemia del Covid-19 (Nievas y García, 2020).
La psicoterapia cognitivo-conductual (TCC) es una terapia psicológica centrada
en el problema actual del paciente y ha mostrado efectividad en la intervención
para algunos de ellos. En el 2018, la OMS sugirió tratamientos eficaces para la
depresión en los que se encuentran la TCC, además de medicamentos formulados
como los antidepresivos.
De igual manera,
en el estudio de DeRubeis et al. (2019), se mostró que la TCC fue exitosa para
el tratamiento de personas con depresión, favoreciendo procedimientos de pronta
recuperación en los pacientes. Sumado a esto, la décima segunda división de la
American Psychological Association (APA) ha nombrado, en orden de importancia,
tratamientos psicológicos con evidencia empírica fuerte, entre los que se
encuentran los enfoques cognitivos y conductuales para la enfermedad depresiva (Braun
et al., 2015). Al respecto, Macías, Sánchez y Zerón (2019), sostienen que el
enfoque conductual centra su atención “en el estudio de los rasgos psicológicos
y características personales” (p.28), de los individuos.
Entonces, no es
una sorpresa para el mundo que la población está pasando por crisis recurrentes
de diferentes tipos y relacionadas con problemas individuales e interpersonales,
en las que se exigen reajustes en la atención e intervención emocional en
personas diagnosticadas con algún trastorno mental. El Covid-19 constituye hoy
un escenario global en los que se hace necesario, y obligatorio, tomar medidas
urgentes y reevaluar los medios de comunicación favorables para los encuentros
de pacientes y profesionales de la salud mental.
En ese sentido, a
través de internet se pueden ofrecer
intervenciones con ventajas importantes para jóvenes y personas que gustan de
la tecnología, como ahorrar tiempo, evitar desplazamientos en tiempos de
pandemia, reducir la larga lista de espera de pacientes y el estigma social que
significa visitar al psicólogo u otro profesional de la salud. A pesar del
adelanto de la ciencia y la rapidez de la información, hoy en día algunos países
se encuentran más atrasados que otros, lo que podría ser una limitante para los
pacientes con encierro obligatorio, y los diversos profesionales que son
solicitados para la atención a problemáticas como el consumo, la violencia
intrafamiliar y de pareja, dificultades de conducta y las adicciones, aunque en
ocasiones, se den por Facebook y WhatsApp (Beltrán, 2018).
No obstante,
Ferrari (2018), advierte que no todas las redes sociales son óptimas para
atender problemas psicológicos y de salud mental. Si bien algunas páginas y blogs, son utilizados para hacer campañas
de promoción y prevención, quedan cortos para la intervención propiamente
dicha. La autora considera que Skype,
es el medio de comunicación de mayor utilidad para las atenciones online, tan efectiva como lo es el
encuentro presencial cara a cara.
El internet ha ganado un terreno muy
importante en la población mundial y se ha convertido en un vehículo para la aplicación
de psicoterapias online a través de
programas computarizados y de comunicación, “entre mayor oferta del servicio en
psicología online, mayor será el esfuerzo por los psicólogos que brindan este
tipo de servicios virtuales, quienes deben ofrecer mayor eficiencia,
accesibilidad y posicionamiento web a sus públicos potenciales” (Trejos-Gil,
Castro y Amador, 2020, p.459).
La terapia online, o telepsicología, se refiere a
la provisión de intervenciones y servicios psicológicos directos mediante la
incorporación de un proceso de video llamada bidireccional y otras herramientas
de Tecnología de Información y Comunicación (TIC). El intercambio se lleva a
cabo a través de medios tecnológicamente útiles para la captura de información (Richardson
y Simpson, 2015), siendo más utilizado en países donde la tecnología está
desarrollada y actualizada, lo que apunta al mismo tiempo a que se tenga mayor credibilidad
en los servicios que se ofrecen en línea (González et al., 2017).
Algunos estudios
llevados a cabo han dado cuenta que el internet,
es una herramienta útil para ayudar a personas que atraviesan graves crisis
emocionales (incluidas las suicidas), reduciendo el miedo, la vergüenza y el
enfrentamiento al estigma social (Van Spijker, Van
Straten y Kerkhof, 2014; Robinson et al., 2014). Además, incluyen mecanismos
con resultados prometedores, progresivos y de mayor acceso en el tratamiento de
la ansiedad (Motraghi et al., 2014; Botella et al., 2015), la realidad virtual en
trastornos fóbicos y trastornos de pánico (Opriş et al., 2012).
De forma
específica, se ha evidenciado en casos de depresión que la psicoterapia online ha sido un método eficaz para
pacientes con síntomas leves y severos a corto y largo plazo. Inclusive, la
recuperación de algunos se ha dado sin el seguimiento del psicólogo clínico con
conexión permanente (Richards y Richardson, 2012; Richards y Timulak, 2013).
En el caso específico
de Colombia, donde se reportan más de 70 mil personas fallecidas por Covid-19 y
el aislamiento sigue siendo obligatorio y con restricciones para salir de casa,
no existen antecedentes claros sobre el uso de tecnologías como el internet para tratamientos psicológicos.
No obstante, cada país es autónomo en el manejo y práctica de los métodos de
seguridad necesarios para que cada profesional ejerza su labor bajo principios
éticos.
Al respecto, Gauthier,
Pettifor y Ferrero (2017) afirman que, “los estándares de conducta contenidos
en un código necesitan ser tan consistentes como sea posible con las culturas
locales y regionales, costumbres, creencias y leyes, además de ser consistentes
con los principios éticos y valores asociados” (p.12), lo que indica con la
claridad suficiente que, para esta práctica, deben acogerse códigos éticos
bajos sus propios entes reguladores nacionales e internacionales para la
atención online.
Atendiendo al
objetivo de la presente investigación, que consiste en evaluar la
efectividad de la atención e intervención online
en pacientes diagnosticadas con síntomas de depresión y ansiedad, la práctica fue respaldada por el buen
funcionamiento en la atención de la psicología online o telepsicología dictado por la APA (2010), en la que se tuvieron
en cuenta directrices que orientan la evaluación y atención psicoterapéutica a
los trastornos mentales (Milonetti, Galea y Susser, 2014). Esto es, la
competencia del psicólogo, el cumplimiento de las condiciones de protección en
la prestación de servicios de la atención online,
el consentimiento informado, la seguridad de los datos y transmisión de datos e
información, y tecnologías, uso de pruebas de evaluación y práctica
interjurisdiccional.
1. Metodología
La
metodología propuesta para este proyecto investigativo es de corte cuantitativo,
descriptivo, multivariante, con prueba no paramétrica Wilcoxon, la cual orienta el camino que se ha
de seguir para alcanzar los objetivos del estudio, dar respuesta a los
interrogantes y comprender, a través de la interpretación, el fenómeno de
estudio desde su contexto natural. En este sentido, la presente investigación
se ha llevado a cabo desde un enfoque bimodal, en el que se combinó el análisis
de caso único y la evaluación objetiva de los síntomas de depresión y ansiedad.
1.1. Participantes
La
muestra poblacional está integrada por participantes diagnosticadas con síntomas
de depresión leve, para lo cual se tuvieron en cuenta los criterios del DSM-V (Asociación Americana de Psiquiatría [AAP], 2013),
el inventario adaptado de depresión (Redondo, 2015) y el inventario de
evaluación de ansiedad de Aaron Beck. Se establecieron algunos criterios de
exclusión como el abuso de drogas y alcohol, así como estar en tratamiento psicológico
o medicación bajo control psiquiátrico para cualquier trastorno mental.
En
ese sentido, la muestra es no probabilística, conformada por cuatro mujeres; con
una edad promedio de M = 24,13 años; (DT= 26; 24) dos de ellas son
profesionales, una es estudiante del último curso de la carrera, la cuarta
participante es desempleada. Las cuatro participantes recibieron atención a través
de plataforma Skype, aunque en
momentos de dificultad con la conexión, se utilizó la aplicación WhatsApp en video llamada. En el área
metropolitana de Medellín, habitan dos de las pacientes, una en el municipio de
Bello del departamento de Antioquia, y la otra en el corregimiento de San
Antonio de Prado, del mismo departamento.
1.2. Instrumentos
Como
requerimiento para el diagnóstico, la comorbilidad y el diagnóstico diferencial
entre los trastornos de depresión y ansiedad, se aplicaron el Inventario de
Depresión de Beck (BDI) y el Inventario de Ansiedad del mismo autor (BAI), en
versiones adaptadas para Latinoamérica (Redondo, 2015) con un índice de consistencia
interna adecuada del 0,87 para Depresión y de 0,83 para Ansiedad. El BDI, es un
instrumento ampliamente utilizado tanto en la investigación psicológica como en
la evaluación clínica para la intensidad de los síntomas de depresión, siendo
replicado y adaptado a diferentes culturas europeas, así como Latinoamericanas.
Además
de lo anterior, el interés también estuvo orientado a conocer el nivel de
satisfacción de las pacientes respecto al servicio clínico de evaluación,
diagnóstico e intervención y, para ello, se aplicó el Cuestionario de
Satisfacción de Usuario. El instrumento se adaptó para la población que recibe
tratamiento online con un número de
25 preguntas y tipo de respuestas de Si o No.
El
instrumento se divide en varias sesiones relacionadas con “los requerimientos”,
en el cual se evalúa la logística, el software,
las instrucciones impartidas al inicio del proceso y la conexión en el espacio
de la terapia; “programa de psicoterapia vía online”, evaluando la efectividad y adecuación de la terapia de
acuerdo a las necesidades de las participantes, junto con las instrucciones y
el tiempo implementado y suficiente; “medio virtual de la investigación
psicológica”, con lo que se evalúa la facilidad de acceso de las pacientes a
través de la plataforma online (internet) (Trejos-Gil et al., 2020);
finalmente, se evalúa el “medio virtual de la intervención psicológica”, para
conocer así la percepción de apoyo, claridad de la información, frecuencia y
comunicación.
1.3. Procedimiento
El
procedimiento llevado a cabo en la práctica psicoterapéutica, fue respaldado
por las normas que se dictan en el código de la APA (2010) para la atención e
intervención de pacientes online,
entre las que se sugiere la firma de un consentimiento informado que se hizo
firmar de forma inmediata y de manera digital. Allí, se les explicaba el tipo
de tratamiento que recibirían, las condiciones y lineamientos respecto al
procedimiento a seguir. Importante aclarar que estuvieron de acuerdo con las
condiciones impartidas.
Con
base en la publicidad y difusión a través de medios de comunicación y la
facilidad de voz a voz, se ofreció el servicio de psicoterapia online, considerando sus ventajas y la
dificultad de algunas personas de asistir a un consultorio particular. El
contacto inicial se hace a través de WhatsApp,
momento en el que se elabora la entrevista inicial y se canaliza el tratamiento
vía online; acto seguido, se
establece una agenda y se indaga sobre la disponibilidad de elementos, así como
programas tecnológicos que posibiliten el plan de intervención clínica.
En el
segundo contacto vía online, las
pacientes refieren sus datos personales, el motivo de consulta, sus
expectativas y el reporte de síntomas de depresión que les aquejan. Después de
verificar esto, se le invita a una psicoterapia cognitiva conductual bajo
procedimientos sistemáticos de aproximadamente 16 semanas (una hora, sesión
semanal). Asimismo, se les envían los instrumentos consistentes en el BDI y
BAI. En la misma comunicación se deja constancia del encuadre, esto es, próximo
encuentro, día, hora, plataforma de comunicación y demás condiciones.
Se
tomó como modelo a seguir el programa de intervención para tratamientos vía internet para la depresión de Flores
et al. (2014),
consistente en cinco fases importantes: Una inicial de contacto y datos
generales, luego la evaluación inicial del curso y gravedad de los síntomas de
depresión, seguidamente, la intervención a través de técnicas
cognitivo-conductuales, evaluación final y seguimiento como posibles recaídas.
Durante
la segunda fase, a través de Skype,
se le explicó a cada paciente las conceptualizaciones de la terapia cognitiva y
los principios básicos para entender la depresión desde este modelo; para el psicoterapeuta
se hace importante que el paciente los entienda. A través de una entrevista se
descartaron síntomas de posible comorbilidad con otros trastornos mentales.
Para las diferentes sesiones se sugirió un espacio privado libre de ruidos y
molestias que pudieran interferir la comunicación, además de una conexión
preferiblemente por cable (Ethernet),
micrófono y cámara de visualización. Seguidamente, se procede bajo el protocolo
de autenticación sugerida por la APA. La intervención se orientó a la
reestructuración cognitiva, cambio de distorsiones cognitivas mantenedoras de
la depresión, así como a la promoción de conductas de dominio y agrado.
Es
posible decir, que la intervención es breve, aunque consistente y orientada a
blancos y metas terapéuticas, directiva y centrada en el problema de depresión.
Se identificaron pensamientos automáticos distorsionados, creencias nucleares y
estrategias de mantenimiento de dichas creencias. Se busca establecer la
relación pensamiento-emoción-conducta y se proceden con técnicas como la
resolución de problemas, la comunicación asertiva, recuperación de autoestima
apoyada en lecturas, tareas para la casa, auto registro de pensamientos y
finalmente, el alta a las pacientes. En total 16 sesiones bajo un seguimiento
pre y post.
Al
finalizar los procesos de evaluación e intervención, junto con la satisfacción
de las pacientes, los resultados apuntan a la remisión de los síntomas de la
depresión. Se establece seguimiento para las recaídas y la implementación de
estrategias de afrontamiento en caso que sucedan. Para la psicoterapia
cognitivo-conductual, se hace importante la autonomía del paciente siendo por
momentos su propio terapeuta.
Dado
el número reducido de la muestra para la presente investigación, los resultados
de los instrumentos y las entrevistas se describen a continuación de forma
técnica bajo un lenguaje comprensible a los lectores, también se establecen los
aspectos clínicos y la comparación pre y post de las pacientes.
2. Resultados y
discusión
La investigación bajo el enfoque cuantitativo estuvo motivada en la efectividad
del tratamiento cognitivo-conductual para trastornos mentales (Fullana et al., 2012),
y a través de plataformas online a
cuatro pacientes con síntomas de depresión y ansiedad, así como en el
seguimiento y remisión de los síntomas, para lo cual se aplicaron los
instrumentos respectivos y la entrevista clínica.
Teniendo como objeto mostrar los resultados de los instrumentos aplicados a
las cuatro pacientes y comparar las evaluaciones que se hicieron, tanto al
inicio como al final del proceso, se presentan las descripciones pertinentes.
Además, y dado el tamaño de la muestra de cuatro personas, se aplicó análisis
estadístico para comparar los resultados de cada prueba y establecer si hubo
mejoría en la sintomatología.
Los resultados de cada uno de los instrumentos
fueron sometidos a una prueba no paramétrica, Wilcoxon para muestras relacionadas, para determinar si hubo
cambios en el comportamiento de los síntomas de depresión y ansiedad. La
comparación muestra que hubo diferencias significativas. En el caso de la
depresión, se pasó de una media de 18,82 a 4,4, lo que permite interpretar en
una remisión parcial de los síntomas (Z= -2,323, p = 0,010). Para la sintomatología
ansiosa, se pasó de un 12,62 a un 4,09, (Z=-2,173, p =0,03) permitiendo
determinar que hubo mejoría en el padecimiento de síntomas relacionados con
este trastorno (ver Tabla 1)
Tabla 1
Prueba no paramétrica
Wilcoxon síntomas de depresión y ansiedad
Síntoma |
- Pre_text |
- Pos_text |
Z |
P-valor |
Depresión |
18,82 |
4,4 |
-2,323 |
0,010 |
Ansiedad |
12,62 |
4,09 |
13,72 |
0,03 |
Fuente: Elaboración propia, 2021.
Dados los datos anteriores, y el seguimiento que
se llevó a cabo durante los 6 meses, se muestran diferencias significativas,
aunque pueden considerarse como leves. Esto es, se evidencian avances en el
transcurso del tratamiento aplicado con técnicas recogidas desde la
psicoterapia cognitivo conductual, aprendizajes de nuevas estrategias de
afrontamiento para futuras recaídas y reestructuración cognitiva para las
distorsiones del pensamiento.
Los resultados
apuntan a corroborar lo dicho por autores como (American Psychological
Association, 2010; García-Vera et al., 2015; DeRubeis et al., 2019), al nombrar
la importancia de tratamientos psicológicos bajo enfoques conductuales para la
depresión. Esto unido a lo mencionado por Richards y Richardson (2012); así
como Richards y Timulak (2013), quienes insisten en plantear que la
psicoterapia online es un método
eficaz para pacientes con síntomas leves. Por otro lado, si bien los resultados
muestran efectividad en la remisión de los síntomas, las pacientes refieren
credibilidad, satisfacción y ausencia de dificultades en la metodología online, asunto que es apoyado en su
estudio por González et al. (2017).
Al querer
conocer el proceso de cada paciente, junto con los resultados obtenidos en la
prueba aplicada a cada una, se llevó a cabo una prueba interna del Tamaño del
Efecto Individual (TEI), con lo que podría determinarse si existieron cambios
en cada paciente de la muestra pre y post. Los resultados apuntan a cambios
importantes desde el punto de vista clínico, pues en las cuatro pacientes se
evidenciaron aspectos de mejora en el estado de ánimo. No obstante, entre
ellas, estos cambios son levemente notables.
En una de las
pacientes, estos cambios se dieron de manera más pronta comparada con las otras
tres. Dos de ellas, y durante el seguimiento, disminuyeron la intensidad de
síntomas como la anhedonia, la anergia y sensación de llanto de manera más
paulatina. La cuarta, tuvo notable mejoría, se mantuvo por momentos, retrocedió
en otros, aunque sin llegar a la intensidad inicial de los síntomas.
En cuanto al
seguimiento de los síntomas ansiosos, las cuatro participantes mostraron avance
de los mismos en la medida que mejoraba la depresión. La cuarta paciente, que
se nombró en el párrafo anterior mostró mayor número de pensamientos
anticipatorios y catastróficos, parestesias, así como dificultades para
conciliar el sueño. Se hizo necesario ampliar el protocolo de recaídas e
intensificar las técnicas conductuales, con las que se logró la remisión de
síntomas en la última evaluación. Esto reafirma la comorbilidad entre depresión
y ansiedad, tal y como lo menciona Olabarrera (2020), puesto que era
proporcional la gravedad de la primera con intensidad en la segunda.
Finalmente,
las verbalizaciones y los resultados de la satisfacción del proceso en cada
paciente fueron altos (M = 92,25; DT = 9,25). Esto es, revelan puntajes
significativos frente al uso de técnicas cognitivas y conductuales, espacios de
tiempo durante el tratamiento, así como disponibilidad del terapeuta para la
evaluación y la intervención, asuntos que fueron importantes para la mejoría
permanente. Además, se indagó sobre recomendaciones de los procesos online para cercanos, así como
familiares, y sus posturas fueron optimistas.
Las
participantes del estudio coinciden en afirmar que las terapias online resultan ser una alternativa
importante y beneficiosa para futuros pacientes con problemáticas similares,
puesto que las ventajas apuntan a una mayor accesibilidad, facilidad en los
encuentros psicoterapéuticos, motivación para el encuentro y evitación del
desplazamiento a un consultorio. Esto coincide con lo planteado por Van Spijker
et al. (2014); así como Robinson et al. (2014), quienes además resaltan la
reducción del estigma social, la vergüenza y el miedo.
En definitiva,
el estudio llevado a cabo con las pacientes, demuestra intervenciones
terapéuticas que pueden ser tan efectivas y prometedoras como las presenciales
en los encuentros cara a cara. Esto también se evidencia en tratamientos online con personas diagnosticadas con
trastornos fóbicos, trastornos de pánico y ansiedad (Opris et al., 2012; Motraghi et al.,
2014; Botella et al., 2015).
Es de
sorprender que, si bien la atención online
en salud mental resulta ser una herramienta eficaz en la atención de pacientes
con dificultades como la depresión y la ansiedad, en países latinoamericanos
como Colombia, que tiene más de 70 mil muertes por Covid-19, no se cuenta con
la red de conexión que los favorezca, ni con normas que rijan y den directrices
a mejor atención, así como la accesibilidad. No obstante, esto no se considera
un obstáculo, puesto que son pocas las guías que orientan a los psicólogos
clínicos a una evaluación clara en el buen uso de las herramientas tecnológicas
(Torous y Nebeker, 2017).
Se hace
importante mencionar, las dificultades en la recogida de la muestra. Al inicio
del estudio se habían comprometido 8 personas con síntomas similares, aunque días
después cuatro de ellas manifestaron la poca disponibilidad de tiempo, la
confianza insuficiente ante los tratamientos online y la dificultad para mantener la privacidad en sus
residencias. Además de ello, se hizo insostenible la angustia que se desató al
declararse la cuarentena debido a la pandemia del Covid-19, pues se anticipaban
crisis económicas, contagios masivos y la incertidumbre frente a la muerte por
lo letal del virus. Transcurrido el proceso, es cierto que no dejaron de
mencionar las ventajas que veían en la conexión online como la comodidad de quedarse en casa. Asunto que coincide
con lo expresado en el estudio de Van Spijker et al. (2014).
Conclusiones
Los resultados
del análisis en cada uno de los casos atendidos desde la terapia cognitiva,
permiten extraer algunas conclusiones relacionadas con la efectividad de la
psicoterapia online, la cual ha
venido en constante crecimiento y se consolida como un proceso que brinda
herramientas cada vez más amplias para la población mundial, sin embargo, la
psicoterapia cognitiva avanza en técnicas de intervención que se ajustan a esta
metodología.
Se hace
evidente una tarea pendiente relacionada con la implementación de normas que
rijan la práctica clínica. Esto es, la confidencialidad, la seguridad de la
información, la privacidad, así como el componente ético en el ejercicio del
profesional de la salud, que ejerce su profesión a través de las tecnologías y
el internet.
Es importante
incluir en el avance de las intervenciones online,
estudios que den cuenta de la comunicación no verbal en el proceso, para
aquellos aspectos necesarios en el avance de la disciplina bajo esta nueva
modalidad. Si bien la psicoterapia cognitiva conductual,
permite que el paciente se convierta en su propio terapeuta en las posibles
recaídas mediante el aprendizaje de nuevas estrategias de afrontamiento, se
hace importante la experiencia positiva de la terapia online en la medida en que, durante la intervención, los pacientes
puedan seguir replicando lo aprendido para nuevas problemáticas y continuar
dichos beneficios en las plataformas tecnológicas.
Finalmente,
para futuros estudios con tratamientos online,
se sugiere el establecimiento de normas claras, desde lo jurídico, lo ético y
lo político, que permitan mayor orientación para los psicoterapeutas que hace
uso de la tecnología, como para aquellos pacientes que, a pesar del encierro
obligatorio en época de pandemia, consideran que la comodidad del proceso vía internet hace parte de una recuperación
más efectiva.
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* Magíster en Psicología. Especialista en Terapia Cognitiva.
Psicólogo. Docente Investigador de la Universidad Católica Luis Amigó, Colombia.
Integrante del grupo de Investigación Neurociencias Básicas y Aplicadas de la
Universidad Católica Luis Amigó, sede Medellín, Colombia. E-mail: omar.amadorsa@amigo.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0001-6013-8480
** Magister
en Dirección Estratégica (Especialidad gerencia). MBA – Máster Internacional en
Administración y Dirección de Empresas. Especialista
en Alta Gerencia. Profesional en Publicidad. Docente Investigador de la Universidad Católica Luis Amigó, Colombia. Integrante
del grupo de Investigación URBANITAS. E-mail: carlos.trejosgi@amigo.edu.co ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-6769-3396
*** Magister en Comunicación. Licenciado en Informática
y Medios Audiovisuales. Docente de TIC, Educación y Medios Audiovisuales y
Líder de grupo de Investigación Calidad de Vida de la Universidad Católica Luis Amigó, Colombia.
E-mail: huber.castroes@amigo.edu.co ORCID:
https://orcid.org/0000-0002-8714-2487
**** PhD. en Desarrollo e Integración en América Latina. Doctorado en Ciencias de la Educación. Magíster en Ciencias en Docencia para la Educación Superior. Magister en Arte. Sociólogo. Docente Investigador Senior en la Universidad de Córdoba, Colombia. E-mail: estelioangulo1849@gmail.com ORCID: https://orcid.org/000-0002-5941-2355
Recibido: 2021-05-30 · Aceptado:
2021-08-17