Revista de Ciencias Sociales (RCS)

Vol. XXVII, Número Especial 3, 128-138. pp.

FCES - LUZ ● ISSN: 1315-9518 ● ISSN-E: 2477-9431

 

Caracterización de los roles familiares y su impacto en las familias de México

 

Delfín-Ruiz, Claudia*

Saldaña Orozco, Claudia**

Cano Guzmán, Rodrigo***

Peña Valencia, Erwin José****

 

Resumen

 

Caracterizar a la familia, resulta complejo puesto que implica determinar tanto sus componentes como sus funciones, identificar las dinámicas familiares y los roles que cada integrante desempeña, los cuales están relacionados con la funcionalidad y el propio impacto que éstos tienen sobre cada uno de los miembros. El objetivo de este trabajo fue caracterizar los roles familiares y su impacto en la familia en México, a través de una investigación documental y descriptiva, con la técnica de análisis de contenido de artículos científicos a partir de los términos: Roles familiares, funcionalidad familiar, tipos de familias y estilos de crianza. Los resultados muestran que las practicas positivas de un estilo educativo parental, como son: El afecto, promoción de la autonomía y la disciplina inductiva, crean un estilo democrático, caracterizado por un equilibrio entre niveles de afecto y control. Se concluye que, en la familia se deben asumir los roles de manera explícita y lo que más afecta a su funcionamiento es la poca relación afectiva y un bajo control emocional, promovido principalmente por un estilo permisivo, exposición a la violencia y por la negligencia emocional manifestada en dificultades para establecer límites, así como reglas a la conducta de los hijos.

 

Palabras clave: Roles familiares; características familiares; estilo educativo; estilo de crianza; México.

 

 

Characterization of family roles and their impact on families of Mexico

 

Abstract

 

Characterizing the family is complex since it implies determining both its components and their functions, identifying the family dynamics and the roles that each member plays, which are related to the functionality and the impact that these have on each of the members. The objective of this work was to characterize family roles and their impact on the family in Mexico, through documentary and descriptive research, with the content analysis technique of scientific articles based on the terms: Family roles, family functionality, types of families and parenting styles. The results show that the positive practices of a parental educational style, such as: Affection, promotion of autonomy and inductive discipline, create a democratic style, characterized by a balance between levels of affection and control. It is concluded that, in the family, roles must be assumed explicitly and what most affects its functioning is the low emotional relationship and low emotional control, promoted mainly by a permissive style, exposure to violence and emotional neglect manifested in difficulties to establish limits, as well as rules to the behavior of the children.

 

Keywords: Family roles; family characteristics; educational style; parenting style; Mexico.

 

 

Introducción

Referirse al tema de familia, resulta complicado sobre todo en cuanto a “determinar sus características, componentes, funciones y aún sus definiciones, puesto que pese a la tarea por parte de distintas instituciones, organismos e investigaciones por dar claridad en estos componentes, se presentan nuevos retos debido a los cambios” (Delfín-Ruiz, Cano-Guzmán y Peña-Valencia, 2020, p.44) que se han suscitado en la postmodernidad, con lo cual, algo que se puede identificar en torno al tema, es la dinámica que se vive en la familia, relacionada a los roles que cada integrante desempeña, los cuales se han de relacionar con la funcionalidad y el propio impacto que éstos tienen sobre cada uno de los miembros, así como del ambiente que en ella se presente (Madariaga, et al., 2021). En ese sentido, Terranova, et al. (2019) sostienen que:

La familia se establece como un sistema primario que proveerá las áreas antes descritas, al considerarla como una dimensión que permite la relación, con otros. Lo cual incluye visualizar las dinámicas entre sus miembros, que estructuran y establecen la funcionalidad familiar, como la capacidad que tiene para mantener la congruencia y estabilidad ante la presencia de cambios o eventos que la desestabilizan. (p.332)

 

Por su parte, Puello, Silva y Silva (2014), presentan en investigaciones realizadas a nivel local, nacional e internacional, los cambios que en la contemporaneidad han afectado la estructura familiar y han generado nuevos tipos de familia. La industrialización y la urbanización, contribuyeron a la aparición de la familia nuclear y estos cambios sociales generaron desafíos en la organización familiar, siendo uno de ellos “el creciente empoderamiento social y profesional de la mujer el cual le ha dado mayor independencia frente a lo establecido por la familia patriarcal y le ha permitido tener confianza para asumir la maternidad como cabeza de familia” (p.4).

Sin embargo, Gutiérrez, Díaz y Román (2016) también explican en su investigación, los cambios que han estado sufriendo las familias y cómo éstos impactan en la estructura familiar, señalando que la familia contemporánea, es considerada como un sistema que se organiza para gestionar el día a día, desde sus estructuras internas hasta la interacción social, que determina su calidad de vida y que los obliga a generar estrategias particulares de solución de problemas, enfatizando que lo social, político y laboral, inciden en la estructuración y conformación de las familias y que al reconstituirse habría que tomar en cuenta los valores y realidad de cada una de ellas.

De acuerdo con Ruiz (2014), desde una visión sociológica y antropológica, señala los cambios estructurales que ha tenido la familia, con énfasis en el cambio cultural de mediados del siglo XX a nivel mundial y aterrizando en el caso de México. Explica que durante los años cincuenta, por un lado, la mujer mexicana vivía limitada al espacio privado, definida por los rasgos de fidelidad al esposo, dedicada a ser madre y dependía económicamente del hombre. Por otro lado, el hombre adquirió el rol de proveedor, dándole un poder especial dentro de la familia. Pero en los años sesenta, hubo un cambio cultural, al dar un giro moderno a los temas de virginidad, fidelidad, matrimonio y familia. Al quitarle valor a éstos, se liberaron hombres y mujeres, un ejemplo de ello es la desaparición del concepto de matrimonio como única opción de desarrollo para la mujer, esto causó divorcios y uniones libres.

También, el aumento de las mujeres en las universidades y en el ambiente laboral, se les permitió adquirir puestos de poder, transformando de manera radical la estructura de la familia mexicana, empoderando a la mujer y surgiendo así las familias monoparentales (Ruiz, 2014).

Tomando como referencia a Pérez y Olhaberry (2014), llama la atención que, en su investigación, consideraron la variable “Impacto de la presencia del padre en las familias”, encontrando como dato significativo, que los hijos que tuvieron un padre involucrado en su infancia presentaron en promedio menos problemas conductuales, menos conflictos con la ley, menor vulnerabilidad económica, mejor desarrollo cognitivo, mejor rendimiento escolar y menor estrés en la adultez. Esto lleva a pensar que una “co-parentalidad positiva y de apoyo genera en los hijos alianzas cooperativas y lazos afectivos sanos” (p.3).

Así mismo, analiza al respecto Vargas (2014), quien sostiene que lo anterior ha provocado que existan varios tipos de familias, tales como: La familia extensa (más de dos generaciones en el mismo hogar), la familia nuclear (padres y sus hijos), la familia nuclear con parientes próximos en la misma localidad, la familia nuclear numerosa, la familia nuclear empleada (con agregados y familiares), la familia monoparental (un solo cónyuge y sus hijos), la familia reconstituida (formado con dos adultos que traen hijos de relaciones anteriores), personas sin familia (que vive sola) y equivalentes familiares (personas que viven en el mismo hogar sin construir un grupo familiar tradicional).

Manifestándose, que de manera simultánea estos tipos de familia, pasan por diferentes fases del ciclo vital de la misma, provocando la aparición de nuevos roles y que éstos al no ser asumidos de manera consciente, generan conflictos, crisis, y con ello, la aparición de trastornos mentales como pueden ser ansiedad, depresión, entre otros que hacen que se vea afectado el funcionamiento de la familia como tal (Vargas, 2014; Camargo, Castañeda y Segura, 2020).

Con ello, Vargas (2014) explica que cuando el funcionamiento familiar se altera se requiere que el sistema y su dinámica sea asistido, así como capacitado para afrontar dichos problemas a nivel individual, grupal y social. Se entiende que la dinámica y el funcionamiento familiar, están ligados con lazos de parentesco, afectos, sistemas de comunicación, roles y funciones, que generan fuerzas positivas y/o negativas que determinan el adecuado o inadecuado funcionamiento de la familia.

A continuación, Vásquez (2015) describe en su investigación, cómo las familias monoparentales con hijos únicos, utilizan mayormente la estrategia educativa democrática, como funcional y positiva, es decir, que, al conformar una estructura familiar flexible, donde la jerarquía mayor recae en la madre o padre, se crea una comunicación afectiva y directa. Este autor concluye en su trabajo, que los padres democráticos tienden a tener una estructura flexible, relaciones de cercanía basada en límites claros, donde las jerarquías están delimitadas, donde existen fuertes alianzas, su comunicación es afectiva y directa, sobretodo señala como dato adicional que “la mayoría de estas familias son apoyadas por los abuelos tanto para el cuidado como para la crianza de los hijos” (p.74).

Ruvalcaba-Romero, et al. (2016), sostienen que el valor principal de las practicas que tienen los padres percibidas por los hijos, recae esencialmente sobre aspectos positivos como la autoestima, la resiliencia y las competencias socioemocionales. Al evaluar adolescentes mexicanos, en sus resultados mencionan que existen pruebas de que algunas practicas parentales, como el control psicológico y la imposición, pueden estar relacionada a la presencia de sintomatología depresiva y de ansiedad en los hijos. Por lo tanto, estos autores precitados plantean un modelo de prácticas parentales positivas basado en el desarrollo de la autonomía, la comunicación y el control conductual, que se relaciona positivamente con las competencias socioemocionales, la resiliencia y la autoestima en la familia.

De igual manera, Ruvalcaba-Romero, et al. (2016) también comprobaron en su estudio, que “los estilos parentales positivos también informaron de un efecto preventivo ante síntomas de ansiedad, depresión y conductas disociales(p.10). Desde este contexto Calvete, Gámez-Guadix y Orue (2014), realizaron estudios sobre violencia filio-parental, es decir, familias con exposición a la violencia, a la negligencia emocional y al estilo permisivo de crianza, definiendo este tipo de violencia como “actos cometidos por un hijo o hija para causar intencionalmente daño físico, psicológico o económico, para obtener control y poder sobre un progenitor” (p.1).

En el contexto actual, estudios recientes avalan la existencia de dificultades que tienen los progenitores para establecer reglas y límites a la conducta de sus hijos, lo que conlleva a que se manifieste un estilo de crianza permisivo, como un antecedente de violencia (Calvete, et al., 2014).

Así pues, se reconoce al entorno familiar democrático como el más eficaz, tal como lo definen De la Torre-Cruz, García-Linares y Casanova-Arias (2014): “El estilo educativo democrático se caracteriza por equilibrar eficazmente elevados niveles de afecto y control. Los progenitores incluidos en esta categoría supervisan el comportamiento de sus hijos y apelan a su autoridad como padres cuando desobedecen las normas” (p.5).

Por último y dada la importancia que tiene la familia y la escasez de estudios en los que se aborden estos aspectos, el objetivo principal de este trabajo consiste en caracterizar los roles familiares y su impacto en las familias mexicanas, con ello se pretende enunciar las acciones que determinan los roles mas adecuados que apoyen a la funcionalidad, para así aumentar la calidad de vida de las familias y quienes las integran, partiendo de la idea de que los roles familiares bien definidos y funcionales, inciden de manera positiva en la vida y cohesión de las familias. Aspectos como mayor apoyo, acciones motivadoras, la percepción de relaciones afectivas por parte de hijos y el propio clima familiar, están relacionados con el éxito académico, emocional y social de los hijos, donde la familia en su tarea como formadora, llega a presentar distintas maneras de hacerlo.

En ese sentido, se trata de una investigación documental y descriptiva, la cual se basó en la técnica de análisis de contenido, con el fin de examinar veintitrés artículos científicos, los cuales fueron seleccionados con ayuda de bases de datos científicas, a partir de los términos: Familia, roles familiares, funcionalidad familiar, tipos de familias, relaciones y configuraciones familiares, estilos de crianza familiar y estilos educativos familiares.

La recogida de datos, se ejecutó en el segundo semestre de 2019, con un universo de 80 artículos científicos. Para establecer la muestra se realizó una selección documental que se sustentó en los siguientes criterios de inclusión: Los artículos científicos debían estar completos y publicados en revistas indexadas en el periodo 2014-2019; y, proporcionar información sobre los roles familiares, características familiares positivas, estilos educativos y de crianza positivos, los cuales se describen posteriormente.

En cuanto a los instrumentos de análisis de datos, se utilizaron dos matrices: una bibliográfica y una matriz analítica de contenido. De cada texto se extrajeron los apartados relacionados con las categorías de: Roles familiares, características familiares, estilos educativos familiares y estilos de crianza familiares positivos (Gómez, Galeano y Jaramillo, 2015).

Cabe mencionar, que la técnica de análisis de contenido ofrece la posibilidad de investigar en la naturaleza del discurso, puesto que permite ahondar en la información de los documentos seleccionados. Es una técnica objetiva, sistemática y cualitativa que posibilita la generalización (López, 2002).

 

1. Roles familiares y su impacto en las familias de México

Para entender los roles familiares se debe tener en claro el concepto de familia, López y Guiamaro (2016) la describen como:

(…) la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se requiere duradero, donde se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre los miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia. (p.33)

 

Cuando se habla de desarrollo, se hace referencia al proceso de crecimiento y maduración de un individuo, en este sentido, es muy importante el rol de los adultos que se encuentran a cargo de la atención de los niños y niñas, puesto que les corresponde jugar el rol de adultos significativos y mediadores de sus experiencias de aprendizaje, debido a que el adulto debe tener la capacidad de trasmitir al infante seguridad, confianza y además proporcionarle el desarrollo de la autoestima (López y Guiamaro, 2016).

Si la vida familiar trascurre en un entorno de afecto y de entrega mutua, las condiciones serán favorables al proceso de desarrollo de los infantes, en cambio, si el ámbito familiar sufre trastornos y crisis, se germinarán profundos sentimientos de desengaño acompañados de rencor y de situaciones conflictivas (López y Guiamaro, 2016).

La familia, también cumple un rol indirecto sobre la relación del niño o de la niña con sus compañeros o amigos, puesto que es la propia familia y no el menor, quien elige el lugar para vivir, los vecinos, así como su comunidad, y es de acuerdo a las reacciones ante el comportamiento social del niño como moldearán su desarrollo. Se entiende así, que la familia es el núcleo de la sociedad, puesto que, de ésta, el infante aprende a través de los vínculos que comparte con sus padres, influyendo también las creencias de la familia y el entorno que lo rodea (López y Guiamaro, 2016).

En este sentido, los roles familiares en cualquier parte del mundo dan a conocer la manera en que se desarrollan las familias en su cultura y son parte fundamental de la estabilidad de la misma, es decir, rigen el funcionamiento de la sociedad. En México, generación tras generación, se ha vivido con el ideal de la familia nuclear, con un padre proveedor y una madre encargada del cuidado y educación de los hijos, los cuales permanecen hasta cierta edad bajo el cuidado de sus padres. Es así, como se forma la familia, donde se supone que, para cualquier padre de familia, la prioridad se centra en el bienestar de los hijos y donde la comunicación familiar es sin duda una variable importante para la transmisión de enseñanzas, que se transfieren en la formación de las nuevas familias, moldeando las conductas y la funcionalidad dentro de las mismas.

Sin embargo, este ideal de familia se ha ido transformando a través de los años, dado que la modernidad y la búsqueda de una económica estable, han hecho que las mujeres ingresen al mundo laboral como apoyo para el sustento familiar incidiendo en la dinámica familiar de manera negativa (Rodríguez, 2020).

Asimismo, Rodríguez (2020) enfatiza acerca de la comunicación y la negociación en los roles familiares, menciona que la familia es un ideal que permanece marcado en el pensamiento de la mayoría de los mexicanos y que trasciende su significado e importancia a través de las generaciones, siendo éste un tema de mucha controversia. De igual manera, señala que dentro de un matrimonio, la comunicación interpersonal   es importante para una sana convivencia, señala que se han realizaron estudios  acerca de los matrimonios en donde se recalcan que, a mayor comunicación y  satisfacción, existe una disminución en las discusiones y por el contrario, a menor  comunicación mayor índice de problemas que desembocan en separaciones, divorcios y discusiones. 

Por otra parte, Rodríguez (2020) en su investigación muestra que ante la pregunta de ¿cómo considera su relación familiar? el 100% de los entrevistados consideró que su relación familiar se encuentra en un máximo de satisfacción, esto quiere decir, que en general consideran estable su relación con los demás integrantes de la familia. Pero también, reconocen que no todo puede ser bueno, que existen altas y bajas, como en cualquier círculo familiar, menciona que:

(…) el proceso de negociación siempre está presente en todo comportamiento y aún más en las decisiones que competen a toda la familia, el equilibrio es ese balance idóneo al cual aspira llegar este proceso, donde los involucrados reciban conformidad de lo acordado”. (p.67)

 

Por lo tanto, la comunicación repercute directamente en todas las relaciones familiares, provocando mayor éxito en la resolución de sus problemáticas dentro del seno familiar, es decir, depende de la capacidad que tenga la familia de negociar asertivamente y tener un diálogo extenso, que permita hablar de manera fluida acerca de los temas a negociar, de los sentimientos y deseos de cada miembro, para así en conjunto llegar a la mejor solución (Rodríguez, 2020).

 

2. Características familiares positivas y su impacto en las familias de México

Valdés, Vera y Urías (2018), señalan que la familia es un sistema abierto que intercambia información en diversos sistemas naturales y sociales del contexto en donde se desenvuelve, para lograr un desarrollo adecuado se debe lograr un equilibrio entre estabilidad y cambio. A pesar de los cambios en los sistemas familiares, se mantienen varias de las funciones tradicionales en las familias, como son el control social, transmisión de conductas y valores que orientan el desarrollo de sus integrantes en determinados sentidos valorados socialmente, es decir, como un mecanismo de socialización primaria, que conlleva un proceso inicial de interiorización de prácticas y creencias sociales que preparan al individuo para su actuación en otros escenarios sociales.

Por lo tanto, la familia se vive como el apoyo social que se expresa de forma afectiva e instrumental, que ayuda a la regulación de la relación de los individuos con otros espacios sociales y que comparten con el proceso de educación (Valdés, et al., 2018).

En una comparación entre las familias nucleares de México y otros países, Esteinou (2009), expone que existen características y particularidades que las diferencian; tales como la estructura familiar, las relaciones familiares y las relaciones de parentela. Y hace énfasis en las características positivas de las familias nucleares mexicanas, destacando que, en la actualidad, ha existido una concentración hacia la afectividad y la intimidad, en donde se presentan relaciones igualitarias, es decir, las actividades de los roles de género ya no se catalogan como femeninas o masculinas, sino como totalitarias donde existen individuos funcionales que puedan realizarlas, ayudando a incrementar la funcionalidad en las propias familias.

López (2016), encontró que en México existen 11 tipos de familias: Familias tradicionales, en transición, formadas por papá, mamá y jóvenes, emergentes, extensas, conformadas por Mamá e hijos, conformadas por Papá e hijos, de parejas jovenes sin hijos, formadas por parejas mayores sin hijos, unipersonal, reconstituidas por los tuyos, los míos y los nuestros, co-residentes y Familias por parejas del mismo sexo. Así como también, señala que las características principales de una familia, son la lealtad, el amor, responsabilidad, perseverancia, tolerancia, justicia, fe, la honestidad, entre muchos otros valores, que se deben inculcar siempre en las familias y reforzar aquellos que no tan fácilmente se aplican, no solo hacia los hijos sino también entre los mismos padres.

La estructura y la dinámica de la familia, se han analizado como elementos insustituibles para llegar a obtener explicaciones de cambios sociales, de fenómenos de adaptación y de resistencia cultural. El parentesco, es indispensable para el estudio y análisis de la familia, con el fin de visualizar sus cambios y transformaciones como adaptaciones a través del tiempo. La demografía, por su parte, hace referencia a los tipos de familia, su tamaño y el curso de vida familiar, desde la construcción conceptual de la unidad doméstica y de hogar. Los estudios demográficos, tienen la finalidad de articular los fenómenos y movimientos sociales que repercuten de manera directa e indirecta en la familia (Gutiérrez, et al., 2016).

Desde este punto de vista, se observan las múltiples dinámicas sociales que impactan en las relaciones y la simbolización de la familia ante la sociedad, las cuales se modifican, tanto interna como externamente, lo cual, le permite actuar ante la sociedad de diferente forma y alude a que la familia ya no sólo puede ser considerada como aquella compuesta por el matrimonio entre un hombre y una mujer, quienes tienen hijos, sino empezar a visualizar a la familia contemporánea, como una forma de organización para la gestión de la cotidianidad, así que, se pueden comprender las estructuras internas que conforman a la familia para su interacción social y su calidad de vida, a partir de las estrategias que el mismo grupo familiar ha venido representando. Entonces, la familia se constituye con una serie de interacciones entre los miembros que como tal, generan sentido y socializan interpretaciones dentro de ese ámbito (Gutiérrez, et al., 2016).

 

3. Estilos educativos, de crianza positivos y su impacto en familias de México

Los estilos educativos, son las formas de actuar derivados de unos criterios que identifican las respuestas que los adultos dan a los menores ante cualquier situación cotidiana, toma de decisiones o actuaciones, por lo que, son esquemas que proporcionan un modelo educativo en aspectos básicos de la vida diaria, otorgando como resultado diversos tipos de educación parental, trasmitidas de padres a hijos, creando un clima emocional en el que se expresa la conducta de los padres.

En México, se ha establecido el modelo de autoridad en donde los padres anteponen sus expectativas como un control parental, con el fin de reforzar las reglas y la disciplina, en caso de que el control sea muy débil tendrá las mismas consecuencias negativas que el control autoritario (Esteinou y Nehring, 2019). Por lo tanto, recomiendan una educación balanceada en donde los hijos tienen un mayor nivel de autoestima, más afecto, mayor satisfacción y un mejor desempeño en la sociedad.

Por su parte, Rojas (2015) señala que el cuidado y crianza de los hijos, constituye una de las funciones centrales de todo padre. No existe un manual para la crianza de los hijos que pueda considerarse como el adecuado para todo el mundo; en base al estilo educativo de los padres, el autor clasifica los diferentes tipos de familia como: Plurales, protectoras, consensuales y libertarias.

Las familias plurales, promueven la discusión abierta de los puntos de vista de cada miembro, incluso aunque generen conflicto. Las familias protectoras, buscan regular la comunicación intra-familiar con el fin de que la armonía se sobreponga sobre cualquier discusión. Las familias consensuales, generan un ambiente de libertad para que los niños piensen y desarrollen sus valores de manera independiente, sin embargo, de manera simultánea buscan que este ejercicio no dañe la armonía en las relaciones intra-hogar. Las familias libertarias, no buscan fortalecer los lazos familiares, dando gran libertad a todos los miembros del hogar no solo de tener sus propias opiniones sino también de decidir si estrechan o no los lazos familiares (Rojas, 2015).

El estilo de educación dentro de las familias mexicanas, suelen tener diferentes factores que determinan el bienestar para los individuos en especial para los hijos, el trabajo de Martínez y Goyas (2017), se basó en estudiar a las familias del municipio de Ameca, Jalisco, México, en donde el nivel socio-económico y cultural tienen una gran influencia para establecer adecuadas o inadecuadas posibilidades para que adolescentes y/o jóvenes lleguen a concluir algún tipo de estudio. Este estudio concluye que, aquellos hijos que vienen de familias biparentales con un buen capital cultural, tenían mayor posibilidad de alcanzar un grado de estudio universitario (en especial las mujeres); mientras que, los individuos que vienen de familias monoparentales o sustitutas, tienen un menor grado en alcanzar dicha meta.

Villalba (2015), habla en su estudio sobre la identificación de los distintos estilos educativos parentales que utilizan los padres de familia manejando como población a los padres de una escuela primaria en México, quienes participaron en un taller sobre estrategias de aplicación de reglas, normas y límites en casa, con un enfoque democrático, considerado como el de mayor beneficio y eficacia a la hora de educar a los hijos. Determinó que la problemática dentro del seno familiar, es la repetición de patrones, tomar como guía de creencias la de la familia de origen y dejarle únicamente a la escuela la tarea de la impartición de valores, normas y disciplina.

En cuanto a los estilos de crianza positivos, se parte de la idea de que la familia es el principal grupo en el que se desarrolla un ser humano, es aquel en el que aprende a socializar y donde se desarrollan las bases emocionales para la vida. En casa, los niños aprenden a tener las habilidades y competencias necesarias para formar parte de una sociedad y afrontar las situaciones que se presenten en su vida a lo largo de su crecimiento (Gallego, et al., 2019).

Las manifestaciones de afecto son clave para la configuración de la identidad, según la solidez socio-afectiva que el niño adquiera dentro de su familia se iniciará la construcción de su identidad, el reconocimiento del yo, el desarrollo de la autoestima y el autoconcepto. Todos estos factores, son esenciales para una adultez sana, el desarrollo de habilidades sociales y el éxito de las relaciones interpersonales, es decir, la forma en la que el niño se instalará en el mundo (Gallego et al., 2019; Hernández, et al., 2021).

Flores, Góngora y Cortés (2005), señalan que es desde la perspectiva que tienen los padres sobre el concepto de ser buen padre o buena madre, la manera en que educan a sus hijos según el contexto en el que se encuentra y como fueron criados ellos antes, es como se atienden las necesidades básicas de los niños. Explican que, aplicar el estilo democrático en las decisiones y las normas, ayudan a que los niños desarrollen su autonomía y su confianza, rechazan el castigo y el exceso de autoridad como estilo educativo y promueven que el niño tome decisiones por sí solo, siempre y cuando no afecten su integridad, fomentando las habilidades, capacidades y actitudes necesarias para la vida.

De igual manera, Gaxiola, Gaxiola y Frías (2017) recalcan que en México la crianza de los hijos está cambiando, puesto que al incorporarse las madres al campo laboral requieren conocer nuevos estilos de crianza, en particular, los que se consideren efectivos y positivos, entendiendo éstos como aquellas estrategias que utilizan los padres de familia con sus hijos e hijas, efectivas en el ámbito de la instauración de hábitos, disciplina, formación social, así como en el intercambio afectivo, tomando en cuenta que la crianza positiva está influenciada por un conjunto de variables individuales y que es importante conocer la interdependencia funcional de variables contextuales e individuales en el nuevo estilo de crianza positivo materno.

Morales, et al. (2019), propone a través de su investigación en México, el desarrollo de un entrenamiento conductual a padres para la crianza positiva, el cual está enfocado en desarrollar habilidades sobre como brindar reforzamiento positivo a la conducta pro-social de los niños para emplear la disciplina consistente, donde se haga uso correcto del tiempo fuera, la pérdida de privilegios, actividades planeadas, instrucciones claras, establecimiento de límites y la promoción de relaciones sociales positivas en la familia; lo cual, promueve la salud mental a través de la enseñanza de la crianza positiva, estableciendo elementos para su diseminación y mejorando el impacto de los procedimientos, basados en la evidencia en la población para la solución de problemáticas sociales en el primer nivel de atención; donde se influya indirectamente en la reducción de las prácticas negativas de crianza como el castigo.

 

Conclusiones

Por lo anteriormente descrito se concluye que en las familias se deben asumir los roles de manera adecuada, consciente y positiva, puesto que al no lograrlo se generarían conflictos y la aparición de trastornos mentales tales como ansiedad, depresión, conductas disociales, entre otros; afectando el funcionamiento familiar. Se logró identificar que, lo que más afecta al funcionamiento familiar es la poca relación afectiva y un bajo control emocional, siendo promovido principalmente por un estilo permisivo, la exposición a la violencia y la negligencia emocional, manifestada en dificultades para establecer límites, así como reglas, a la conducta de los hijos. Por lo que, es necesario concientizar a los padres de llevar a cabo practicas parentales positivas.

Con esta investigación se logró caracterizar los principales roles familiares, centrados en la comunicación asertiva, así como explicar los estilos educativos y de crianza positivos, comprobando que, con el establecimiento de éstos, si se logra incidir de manera positiva en la funcionalidad y en el aumento de la calidad de vida de las familias mexicanas.

Asimismo, promover acciones de empoderamiento paterno, el cual describe y fomenta la idea de que los padres tomen su lugar en la jerarquía familiar y un rol adecuado dentro de la misma, ayudando a los hijos a mantener relaciones, comunicación, negociación y convivencia sana entre cada uno de los miembros de la familia. Busca que los padres tengan confianza de asumir su paternidad, con respeto a las jerarquías y mayor autoridad.

De igual manera, el presente estudio proporciona estrategias de solución de problemas familiares, desde la resiliencia, afectividad, comunicación, la negociación y el control emocional. También, consigue promover la estrategia educativa democrática, caracterizada por un equilibrio entre niveles de afecto y control, considerada como la más eficaz en la educación familiar; además de que fomenta la comunicación afectiva y directa con los hijos, al ser padres democráticos, se establece una estructura familiar flexible, con relaciones de cercanía, logrando la aparición de competencias socioemocionales, resiliencia y autoestima en los hijos.

Finalmente, las relaciones intrafamiliares positivas de unión y cercanía, con lazos de afecto, respeto, convivencia y de solidaridad, crea un ambiente cordial y afectuoso, así mismo, se fomenta la resiliencia en la familia para la superación y adaptación ante los problemas.

 

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* Doctora en Ciencias para la Familia. Maestra en Terapia Familiar Sistémica. Psicóloga. Profesora Docente Titular “A” de Tiempo Completo, adscrita al Departamento de Ciencias Sociales, Centro Universitario del Sur, Universidad de Guadalajara, México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. E-mail: claudia.delfin@cusur.udg.mx ORCID: https://orcit.org/0000-0001-7703-5322

 

** Estratega. Consultora de Organizaciones Públicas y Privadas. Profesora Investigadora Asociada “A” de Tiempo Completo, adscrita al Departamento de Promoción, Preservación y Desarrollo de la Salud del Centro Universitario del Sur, Universidad de Guadalajara, México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores. E-mail: claudias@cusur.udg.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3268-7209

 

*** Candidato a Doctor en Psicología con especialidad en Psicología Social. Doctorante en Derecho por Investigación. Maestro en Sociología. Psicólogo. Profesor Investigador Titular “B” de Tiempo Completo adscrito al Departamento de Ciencias Sociales, Centro Universitario del Sur, Universidad de Guadalajara, México. E-mail: rcanog@cusur.udg.mx ORCID: https://orcit.org/0000-0001-6045-8919

 

**** Candidato a Doctor en Derecho por Investigación. Maestro en Desarrollo Humano. Abogado. Profesor Docente Titular “A” de Tiempo Completo, adscrito al Departamento de Ciencias Sociales y Humanidades, Centro Universitario del Sur, Universidad de Guadalajara, México. E-mail: erwin.peña@cusur.udg.mx ORCID: https://orcit.org/0000-0001-9874-649X

 

Recibido: 2021-02-24                · Aceptado: 2021-05-14