Revista de Ciencias
Sociales (RCS). Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales. Universidad del Zulia.
p-ISSN: 1315-9518 e-ISSN:
2477-9431
Vol. XXVII, No. 1
Combate a la pobreza y percepciones
de beneficiarios en la frontera sur de México
Sorzano Rodríguez, Deisy Milena*
Rocha Romero, David**
Acosta Torres,
Armando***
Resumen
Palabras clave: Pobreza;
inclusión social; política pública; evaluación; frontera México-Belice.
Combating poverty and perceptions of beneficiaries on the southern
border of Mexico
Abstract
The Mexico-Belize border presents a complex network of situations to the
detriment of development, accentuated by the prevailing poverty. PROGRESA, as a
social inclusion program, reached the poorest to help counteract the
unfavorable socioeconomic situation they face. The objective of this article is
to analyze the perception of beneficiaries in the fight against poverty in said
border. Through qualitative research techniques, under the non-experimental,
interpretive model, it was established that the perception generated by the
now-defunct program is not entirely positive, since not all favored extreme
poverty families improved their living conditions. life, its most pressing
needs were not fully met and were not considered for its design, among other
problems evidenced. This is how the results obtained expose a situation to be
considered by other social assistance programs and conditional transfers, which
combat poverty and consider the target population as passive subjects. In
addition, it is a democratic exercise of empowerment of the population that has
an assessment of government actions, an exercise unthinkable in authoritarian,
corrupt and inefficient states. It is concluded that it is necessary to
redirect social development policies, undertaking actions that complement
monetary transfers.
Keywords: Poverty; social inclusion;
public policy; evaluation; Mexico-Belize border.
Introducción
El gasto para combatir la pobreza no se justifica si no cumple con los
objetivos deseados. Si no se alcanzan las metas es que no se han diseñado,
implementado y evaluado adecuadamente las políticas públicas. Estos tres pasos
constituyen un círculo en constante perfección. Si se evalúa adecuadamente la
política pública se encontrará dónde existen fallas por corregir y así inicia
el círculo para generar valor público. Es decir, acciones gubernamentales
eficientes y eficaces que generan legitimidad por medio de los buenos
resultados.
En este artículo se aborda uno de estos pasos de las políticas públicas,
la evaluación, que debido a sus diferentes dimensiones, estrategias y
propósitos provocan la mejora continua. Así también, se aborda un tema
relevante: La participación ciudadana en estos procesos de evaluación. La cual
ha tomado relevancia en los tiempos en que la administración pública se
reestructura, hacia la búsqueda del uso responsable de los recursos públicos.
Hacer más con menos. Tomando en cuenta los recursos finitos para los problemas
infinitos. El Estado megalómano, que creía resolver todo, es historia pasada.
El Estado que interactúa con los ciudadanos es el presente y futuro.
Evaluar y hacer partícipe a los ciudadanos de las decisiones
gubernamentales no era característica de las administraciones públicas en
América Latina, quizá en parte a ello se deban los malos resultados en el
combate a la pobreza en la región. Es tiempo de cambiar esta relación entre
Estado y ciudadanos, y quizá ahora las acciones gubernamentales ofrezcan
impactos positivos sobre las poblaciones objetivo.
1. Revisión teórica y fundamentos del Programa
PROGRESA
El presente artículo aborda un tema trascendental en la administración
de los recursos escasos: La evaluación de las políticas públicas, que son
respuestas diseñadas y aplicadas a través de procesos políticos y técnicos para
resolver problemas, que, por su relevancia para importantes sectores de la
sociedad, no son factibles de enfrentarse eficazmente desde el ámbito privado
(Cardozo, 2013). Es así como la evaluación es considerada también calificación
(Guerrero, 1995) del impacto que las políticas públicas tienen sobre la
población objetivo.
El concepto de government
performance, en el cual descansa la evaluación, implica productividad,
calidad, oportunidad, responsabilidad y eficacia (Bonnefoy, 2003). La
evaluación del desempeño de los gobiernos, es fundamental en el desarrollo
democrático, y gran parte de su evolución tiene que ver con las fuentes y la
recogida de datos (Decker, 2009). Así también, la evaluación consiste en ayudar
a personas y organizaciones para mejorar sus planes, políticas y prácticas en
nombre de los ciudadanos (Weiss, 2015), por ejemplo, evaluaciones de impacto
han sido diseñadas con el fin de medir el alcance de programas sociales, y han
encontrado que las acciones gubernamentales incidían positivamente en la
población objetivo, como haber mejorado la matrícula escolar.
A partir de entonces se diseñaron políticas públicas basadas en
evidencias (Gertler, et al., 2011). En la lógica de la evaluación, la mejora
continua respalda su aplicación: Evaluar para mejorar, y así aplicar de manera
más eficiente los recursos públicos. Tarea imperativa y necesaria en la región
que se destaca por gastar menos rubros en transferencias monetarias directas
que otros territorios (Rodríguez y Patrón, 2016), lo cual se materializa en
que, a pesar de los recursos invertidos para combatir la pobreza y sus
complicaciones, ésta no presenta una evidente disminución.
La evaluación es un proceso científico sobre la búsqueda de evidencia,
que puede ser por medio de indicadores, en un sentido más cuantitativo; o sobre
la percepción de los beneficiarios, en un sentido más cualitativo. El carácter
científico se debe al método de observación empírica, principalmente. Sino se
hace este ejercicio científico, se pueden dar pasos en la obscuridad y no saber
cómo y por dónde se avanza, ni a dónde se va a llegar.
Por lo antes expuesto, el objetivo de este trabajo investigativo es el
mostrar la evaluación de consistencia y de resultados del programa PROSPERA,
cuestión que fue lograda, a través de la percepción de los beneficiarios: Aquí
se acudió a los sujetos que dan lógica a la existencia del programa, para
conocer si sus necesidades son atendidas, si son escuchados por las autoridades
y de manera muy importante si el programa puede mejorar (Hernández, 2013).
Es importante señalar que no se utilizó un método contrafactual, una
evaluación y propuesta de cambio sobre indicadores de gestión, calidad o
impacto y contrariamente se buscó identificar relaciones causales entre
apreciaciones y resultados del programa social en cuestión (Gertler, et al.,
2011), al considerar los siguientes elementos: 1) Establecer el concepto de la
acepción pobreza, las particularidades de la política de desarrollo social
mexicana al analizar el funcionamiento, la operación del Programa PROSPERA,
programa integral de combate a la pobreza, y generalidades de los procesos de
evaluación de estos; 2) caracterizar la frontera México-Belice; y, 3) determinar
la valoración por parte de los beneficiarios considerando el enfoque de
Desarrollo Humano.
1.1. El proceso de evaluación
Cuando se habla de evaluar políticas públicas y programas que tienen
como objetivo central el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, es
necesario examinar la eficiencia y la identificación de prioridades sociales en
el diseño de estos (Catterberg, Mercado y Suarez, 2009), por lo que los
procesos de desarrollo deben estar orientados hacia la creación de
oportunidades y no sólo a la satisfacción de necesidades básicas (Arriaga-Rodríguez,
2013). De acuerdo con lo anterior, Zhang (2014) es precursora en la elaboración de
análisis racionales y positivos que involucren el trabajo de campo y contacto
directo con los protagonistas de los programas: Los beneficiarios.
Dichos análisis son propuestos como causalistas, al tiempo que empirista
o experimental. Incluyen así mismo aspectos cualitativos colocados a un alto
nivel de rigurosidad, con el fin de eliminar conjeturas y establecer a ciencia
cierta qué no funciona y por qué. Estos modelos de
evaluación emiten sus resultados como un producto de la observación y la
experiencia, logrando como hallazgos algunos de los siguientes planteamientos: Los
apoyos no llegan a quién deberían, se evidencian problemas en la focalización,
las cuestiones burocráticas afectan el desempeño de los programas, las
cantidades económicas entregadas por algunos programas no son suficientes para
generar cambios, ni generan sustentabilidad, entre otros.
El proceso de evaluación en el ámbito social, propuesto en esta
metodología específica, enfocada a los programas sociales y políticas públicas,
diseñadas al mejoramiento de las personas pobres en el mundo, comprende el
responder la siguiente interrogante: ¿Cómo está funcionando determinado
programa o política?
En ese sentido, el
artículo está dividido de la siguiente manera: El primer apartado presenta la
introducción, el segundo hace referencia a la revisión teórica planteada, así
como los fundamentos del programa PROSPERA, continuamente el tercero describe
brevemente la región de estudio en la frontera sur de México. El cuarto
apartado aborda la metodología, el quinto apartado presenta los resultados de
la evaluación por parte de los beneficiarios y por último, se reflejan las
conclusiones del estudio.
2. La pobreza en contexto
Si bien la pobreza puede ser definida desde diferentes dimensiones y
aunque “todo el mundo habla de la pobreza y se continúa sin saber lo que es” (Alvarado,
2003, p.435), existen acercamientos importantes: Hace referencia a la
imposibilidad de alcanzar un nivel de vida mínimo (Banco Mundial, 1990), de la
misma manera tal categoría está relacionada con el concepto de bienestar
(Ponce, 2018), “con limitaciones para tener acceso o
carecer de recursos, para poder satisfacer las necesidades básicas” (Anaya,
Buelvas y Romero, 2020, p.132),
por lo que se puede considerar como pobre a quien le son negadas opciones y
oportunidades para vivir de tolerable manera (Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo [PNUD], 1997).
En general se señala la limitada existencia de recursos junto a la
insatisfacción de las necesidades y demandas sociales (Townsend, 1993). La
pobreza está relacionada con las condiciones de vida que vulneran la dignidad,
los derechos y las libertades, “un hogar es pobre si dada una asignación
eficiente de sus fuentes de bienestar no puede satisfacer todas sus necesidades
básicas” (Boltvinik., 2003, p. 20).
México ha desarrollado una lucha enfocada en la reducción de la pobreza,
acompañada de medidas para aumentar el ingreso de la población y mejorar las
condiciones humanas que se han ejecutado “desde hace más de 25 años en que el
gobierno asumió como obligación el combate a la pobreza” (Aguilar-Estrada,
Caamal-Cahuicho y Portillo-Vázquez, 2018, p.20). Batallas contra el analfabetismo,
desnutrición, mortalidad, entre otros, llevadas a cabo por los gobiernos que
implementan políticas públicas, que centran la acción gubernamental, dado que
las implicaciones de esta problemática, decreta a que los creadores de las
mismas diseñen políticas públicas focalizadas (Campos y Monroy-Gómez-Franco,
2016).
Las cifras oficiales, aunque han generado debates, por las
inconsistencias y poca neutralidad (Boltvinik, 2016), afirman que la pobreza
afecta a un porcentaje representativo de la población, siendo este el 41,9% a
pesar de que se han implementado medidas para contrarrestarlo, como lo indicó
el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval,
2018) y puede ser evidenciado en la Tabla 1.
Tabla 1
Evolución de la Pobreza en México en
porcentajes, 2008, 2018
Población
|
2008 |
2018 |
Población en situación de pobreza |
44,40% |
41,90% |
Población en situación de pobreza extrema |
11,00% |
7,40% |
Población vulnerable por ingresos |
4,70% |
7% |
Población vulnerable por carencias sociales |
32,30% |
29,30% |
Fuente: Elaboración propia, 2020 con base
en Coneval (2018).
La permanencia de esta situación refleja un problema de gran magnitud
que tiene implicaciones éticas, sociales, económicas y políticas, que atenta
contra los derechos humanos, compromete la estabilidad democrática, transgrede
el crecimiento y desarrollo económico.
2.1. La política de asistencia social
La política pública de desarrollo social en México, surge como un
esfuerzo sistémico, integral y coordinado de las tres órdenes de gobierno, al
evidenciarse la importancia de articular esfuerzos entre distintas dependencias
(Salgado y Wong, 2003), así como la Secretaría de Desarrollo Social, sus
órganos desconcentrados y otras entidades sectorizadas, que han ejecutado
estrategias con el ánimo de abatir la pobreza, el rezago y las desigualdades,
entre otros problemas sociales.
De igual manera, la política de asistencia social, está sustentada por
el marco normativo del Estado a través de los artículos 3, 4, 25 y 26 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicano (Congreso Constituyente, 2019), que en síntesis señalan que todo individuo
tiene derecho a una correcta y nutritiva alimentación, a contar con un
suficiente sistema de protección de la salud, a poseer y disfrutar de una
vivienda digna y respetable, así como recibir educación de calidad, cuestiones
que pueden ser alcanzadas por medio del fomento al crecimiento económico,
aumento del empleo, dinamización de la economía y la competitividad, siempre y
cuando exista una correcta distribución de la riqueza y de los ingresos que
reduzcan las brechas así como las problemáticas existentes entre personas,
conjuntos y clases sociales, para así lograr el ejercicio de la libertad tanto
a nivel individual, como a colectivo.
Lo anterior, está respaldado normativamente por la Ley General de
Desarrollo Social y el Plan Nacional de Desarrollo que establecen al Estado
como rector del desarrollo nacional para garantizar que éste sea integral y
sustentable (Secretaria de Desarrollo Social [SEDESOL], 2016). De igual manera,
como cuestiones que debe fomentar el Estado, el garante principal, Becker (1995), señala como complemento que: La
educación, capacitación laboral, gasto en instituciones especializadas como los
servicios de salud, contribuyen al capital humano, que es una parte integral de
la riqueza de las naciones, así como lo son las fábricas, viviendas, maquinarias
y otros tipos de capital físico.
Debido a la prioridad que amerita la erradicación de la pobreza, en los
últimos años se ha dado importancia a la implementación de programas sociales
selectivos, como la estrategia 100X100 Solidaridad, Oportunidades y Prospera.
De estos se desprenden programas micro, que trazaron como objetivo la reducción
de la problemática con más eficacia; sin embargo, la permanencia de segmentos
significativos en condiciones de pobreza lleva a reconocer las dificultades
para cumplir los objetivos de tales políticas. PROSPERA Programa de Inclusión Social debió considerar
que su objeto sería:
Articular y
coordinar la oferta institucional de programas y acciones de política social,
incluyendo aquellas relacionadas con el fomento productivo, generación
de ingresos, bienestar económico, inclusión financiera y laboral,
educación, alimentación y salud, dirigida a la población que se encuentre en
situación de pobreza. (SEDESOL, 2016, p.2).
Inicialmente llamado Progresa y después Oportunidades, incluyó nuevos
componentes de acuerdo con las necesidades evidenciadas, para ayudar al logro
del máximo potencial del país, y fue diseñado con el propósito de contribuir al
rompimiento del ciclo intergeneracional de la pobreza, colaborando con el
desarrollo de las capacidades asociadas a la alimentación, salud, así como la
educación de las familias beneficiarias del programa (SEDESOL, 2016).
2. 2. Lineamientos de operación del programa
PROGRESA
Los lineamientos operativos del programa, los cuales se encontraban
incorporados en la guía operativa de la contraloría social, a partir del marco
normativo de los programas federales de desarrollo social, publicado en el
documento oficial de Reglas de Operación Prospera, se encontraban en
consonancia con la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, la
Ley General de Desarrollo Social y el Plan Nacional de Desarrollo vigente en
dicho momento (2013-2018), y detallaban los criterios de selección de
localidades, las características de los apoyos del programa a nivel educativo,
salud y a nivel de ingresos, la incorporación de las familias, el cumplimiento
de las acciones de corresponsabilidades por parte de las familias
beneficiarias, la entrega de los apoyos, actualización del padrón de
beneficiarios, orientación, atención e información a las familias, coordinación
institucional y finalmente, la capacitación y orientación del personal
institucional y las autoridades municipales.
En cuanto a los criterios de selección de localidades y beneficiarios,
las familias elegibles fueron aquellas en las que el ingreso mensual per cápita
de los miembros descendiera la línea de bienestar mínimo ajustada y estuvieran
asentadas en localidades que contaran con acceso a los servicios básicos de
salud y educación (primaria y secundaria), condiciones validadas por organismos
como el Consejo Nacional de Fomento Educativo y la Comisión Nacional de
Protección Social.
2. 3. Componentes del
programa PROGRESA
El programa
contó con apoyos a nivel educativo, salud y a nivel de ingresos como se
representa en la Figura I.
Fuente: Elaboración propia, 2020 con base
en SEDESOL (2016).
Figura I: Componentes de los apoyos del programa
El primer componente, el educativo, en términos normativos incentivó la
inclusión a través de determinados organismos encargados de garantizar la
oferta educativa y la participación voluntaria de las personas de 15 años o más,
que no finalizaron sus estudios o se encontraban en situación de rezago
educativo. El componente de salud, consideró tres estrategias: La atención a la
salud por medio del paquete básico garantizado, la prevención y atención a la
desnutrición, que contempló el desarrollo infantil y el cuidado de las mujeres
embarazadas o en estado de lactancia como prioridad.
Asimismo, actividades de promoción, mejoramiento del uso y entrega
gratuita de suplementos alimenticios junto a la capacitación para el
autocuidado de la salud, fueron elementos de dichas estrategias, dirigidos a
promover los cambios de hábitos y así favorecer la buena salud por medio de la
prevención. El componente de ingresos, brindó apoyo en becas a mujeres y
hombres en secundaria, así como en educación media superior; y finalmente, el
componente de vinculación, promovía la inclusión productiva, laboral y social (SEDESOL,
2016).
Junto a estos elementos, se pueden mencionar otras particularidades como
la existencia de un Comité de Promoción Comunitaria, para facilitar la
comunicación de las familias beneficiarias con las instancias operativas y
normativas del programa, aunado a un marco de acciones de corresponsabilidad
que tenían el objetivo de generar una apreciación de compromiso compartido. El
no cumplir con estas acciones, por ejemplo, asistencia a charlas preventivas e
inscripción a programas, por mencionar algunas, afectaba la emisión de los
apoyos de los beneficiarios (SEDESOL, 2016).
La actualización del padrón de beneficiarios por su parte, implicaba un
trámite administrativo que se efectuaba mediante el diligenciamiento de determinados
formatos y anexo de documentación, soporte solicitado donde se incluían los
principales datos de los beneficiarios, apoyos recibidos y actividades de
corresponsabilidades. De igual manera, se realizaban acciones de
recertificación de las familias beneficiarias y verificación de las condiciones
socioeconómicas. Bimestralmente, se realizaban sesiones de información,
orientación y capacitación a las titulares beneficiarias del programa y a los
miembros del Comité de Promoción Comunitaria, con el fin de mostrar la
importancia de fortalecer la salud, la educación y la alimentación, paralelo a
dar información sobre la operación del programa.
También, se contaba con un sistema de atención a la demanda ciudadana,
donde se recibían quejas, denuncias, solicitudes y reconocimientos con relación
a la operación, para fortalecer el programa (SEDESOL, 2016). La Coordinación
Nacional contó con un Consejo y un Comité Técnico, apoyado por subcomités
técnicos de salud, educación y empleo, ingreso y ahorro, que actuaban
conjuntamente con el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE).
Los Comités Técnicos Estatales, fueron instancias de coordinación
interinstitucional, en donde participaban las autoridades federales, estatales
y municipales que intervenían en la operación del programa. Se planteaba de
igual manera la posibilidad de crear subcomités técnicos regionales, para
fortalecer la operación municipal. El papel de las autoridades municipales por
su parte, era ser apoyo logístico en la operación de las delegaciones. La
Coordinación Nacional, podía promover la vinculación de otras instancias y
dependencias, con el fin de mejorar las condiciones de la población objetivo
del programa.
3.- La frontera y su población
La frontera México-Belice, está determinada por la Ribera del Río Hondo
como se puede detallar en la Figura II, zona que se caracteriza por su
inestabilidad social y económica que depende en gran medida de actividades
ilícitas (narcotráfico y contrabando), obstaculizando el desarrollo de la
región. Es un espacio en donde habitan más de 30 mil personas, en la cual los
altos índices de marginación, la ausencia de centros de salud, vías de
transporte deterioradas y falta de servicios públicos como agua potable,
alcantarillado, y alumbrado público, son una constante.
Fuente: Elaboración propia, 2020.
Figura II: Mapa de la ubicación geográfica de límite
internacional
La característica principal es el proceso histórico-social de la
migración, que ha transformado esta zona en un corredor donde se percibe un escaso
intercambio bilateral entre los dos países, la influencia mexicana a lo largo
de la vasta zona desplaza la cultura beliceña a su mínima expresión. La
dinámica fronteriza, incluye el paso de migrantes indocumentados y mercancías
ilícitas de manera habitual, ya sea evadiendo las estaciones migratorias y
aduanales o a veces con aprobación de las autoridades correspondientes. Existen
intereses económicos y de poder, como los grupos criminales dedicados al
narcotráfico, que es uno de los problemas más graves en torno a la seguridad,
lo que genera a su vez un efecto dominó en temas como armas, conflictos, y
otras repercusiones de alto impacto (Armijo, 2011). Asimismo, puede definirse
esta región como:
Un espacio marcado por la diversidad en muchos
aspectos: ecosistemas, cultura, etnicidad, procesos históricos, estrategias
productivas y también en su dinámica con los vecinos países de Guatemala y
Belice, hay, sin embargo, rasgos que han sido comunes en su desarrollo, como la
relativa falta de atención del Estado mexicano, la ausencia de procesos de
industrialización y la dependencia, primero, de las actividades agrícolas
(existe una importante industria cañera) y pecuarias, después, de actividades
diversas como la construcción y los servicios. (Armijo, 2011, p. 37).
La región entraña 22 localidades fronterizas, en una longitud de 236.5
kilómetros y un límite pluvial de aproximadamente 149. 5 kilómetros de largo
(Hidalgo, 2007). Está compuesta de tres fracciones: El sector bahía de
Chetumal, determinadas por la copra, la pesca, el comercio y exploraciones
rurales; el sector río y su cuenca, que contiene extensa zona de selvas,
definida por su enclave forestal, el chicle y la caña de azúcar; y finalmente
el sector mar, que contiene pesca, copra y actividades relacionadas con el
turismo, dada su extensión desde San Pedro, Belice hasta Xcalac, México,
divisiones que presentan particularidades propias, tanto en características
geográficas, como económicas y poblacionales (Dachary, 2005). Los mayores
índices de pobreza de dicha región están concentrados en los poblados rurales.
4.- Metodología
La presente investigación obedece a un modelo interpretativo que refleja
la realidad social de la frontera y la contextualiza bajo estrategias
cualitativas, que permiten profundizar en el estudio de situaciones concretas y
aprender aspectos subjetivos con mayor profundidad (Torillo, 2016), con el
propósito de reconocer la percepción de los beneficiarios del programa PROSPERA
que enfatiza los aspectos vinculados a la calidad, satisfacción del usuario,
congruencia, oportunidad y la pertinencia de los programas.
Se aplicó como instrumento de recolección de información los grupos
focales, que se basan en entrevistas colectivas y semi estructurales, a través
de un cuestionario guía previamente diseñado a grupos de 6 y 12 participantes
con características homogéneas (Vasilachis, 2006), teniendo una muestra
intencional a conveniencia del investigador dada las limitantes de acceso y de
seguridad de las localidades, cuestiones apreciables en la Tabla 2.
Tabla 2
Ficha técnica
Características |
Descripción |
Universo Región Recolección de información Muestra Muestreo Trabajo de Campo Grupos focales realizados |
Frontera México-Belice Grupos Focales Beneficiarios Prospera No probabilístico Junio de 2019 Cuatro |
Fuente: Elaboración propia, 2020.
Se realizaron cuatro grupos focales, los cuales también pueden ser
entendidos como variante de entrevistas grupales y tienen por objetivo obtener
información cualitativa resultado de la interacción grupal con tópicos que
fueron sugeridos por el investigador (Cortazzo y Schettini, 1997), cada uno de
ellos compuesto por 11 integrantes de diferentes edades, que representaban a su
núcleo familiar. Se contó con una base de datos facilitada por organismos
oficiales y con apoyo del delegado de la localidad, para recibir a los
participantes voluntarios.
En cada grupo focal se realizó una única entrevista en un tiempo
promedio de 180 minutos, donde los participantes respondieron abierta y estructuradamente
a las preguntas, que se enfocaron en caracterizar su percepción y experiencia
del programa abordando elementos como necesidades, vivienda, salud, educación,
alimentación, ingresos, seguridad social, y otros, dado que se consintió el
debate abierto a los entrevistados, cuestión que permitió observar directamente
el fenómeno y describir sus características como mencionan Denzin y Lincoln (2005),
lo que a su vez fue un elemento base
para la evaluación. Se hizo énfasis en la confidencialidad de los datos suministrados.
La información obtenida fue transcrita, procesada y posteriormente analizada.
5.- Resultados, análisis y discusión
Dados los resultados obtenidos en el desarrollo de los grupos focales,
puede hablarse de la valoración del programa por parte de los beneficiarios, lo
que dirige la discusión en plantear la efectividad de la política pública y las
acciones que los próximos programas de asistencia social deben considerar. En
concordancia, el plantear en primera instancia los significados que expresan
los beneficiarios del programa, y por ende entender cómo concibe la población
su realidad en términos de pobreza, no es una tarea fácil.
La percepción definida como “algo que comprende tanto la captación de
las complejas circunstancias ambientales como la de cada uno de los objetos”
(Allport, 1974, p.7), y que también hace referencia a la producción y explicación
de “los estímulos captados, se trata de un proceso cognitivo que cada individuo
realiza de forma diferente para el cual se utilizan una serie de preconceptos
que sirven para discriminar más rápidamente aquello a lo que se ve expuesto” (Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo
Municipal [INAFED], 2016,
p.1), está directamente relacionada con el reconocimiento de la situación
actual.
En consecuencia, de este concepto, a continuación, se puede hablar de un
descontento generado por el mismo contexto de escases del que hacen parte,
donde el no contar con trabajo es la dimensión que más afecta la unidad
familiar de los entrevistados, seguido del no contar con ingresos suficientes y
la ausencia de seguridad y educación. Consecuentemente, el no contar con
alimentación ni con vivienda, representaron un bajo nivel de percepción. El no disponer
de asistencia de salud, y tampoco con diversión, aunque fueron opciones
expuestas, no fueron elegidas. Es así, como la población considera que el no poseer
un trabajo, es la más relevante y la que más afecta el bienestar de sus
familias, lo que tiene una relación directa con la ausencia de ingresos que es
la segunda dimensión considerada.
En términos de pobreza, la mayor parte de las personas consultadas
coinciden en que su localidad y su unidad familiar hacen parte de esta
categoría, lo que está asociado a varios elementos expuestos: Sé es pobre por
la ausencia de ingresos, porque no se tiene posibilidades de acceder a un
trabajo formal, estable y bien remunerado, porque están relativamente lejos de
la ciudad y junto a ello carecen de servicios educativos, de infraestructura y
una apremiante inseguridad.
Los integrantes que no se consideraban pobres, aunque no tenían un
trabajo estable ni ingresos suficientes, expresaron que el hecho de tener un
lugar donde vivir y el de estar sano, sin ninguna enfermedad, los excluía de
dicha clasificación. Junto a lo cual el trabajo en las milpas donde siembran
frijol, maíz y otras semillas, mitigan los efectos del desempleo, así como la
cría de animales de traspatio, resuelven sus necesidades más apremiantes.
Referente al tener una buena nutrición o vida saludable en su unidad
familiar, dichas personas no perciben que su familia goza de una buena
nutrición o vida saludable, por lo que los comentarios emitidos en el grupo focal
fueron dirigidos a que, aunque el alimento diario no falta, no siempre este es
el indicado. A veces se come lo mismo varios días, pero “nunca deja de haber
alimento” fue la afirmación de una de las participantes. Aunado a lo anterior,
se mencionó que el estar saludable era asociado al hacer ejercicio y cosas
similares que solo un grupo selecto puede hacer, grupo al que ellos no
pertenecen.
En cuanto a los principales problemas observados en la región, se pueden
evidenciar en el Gráfico I, que el de mayor participación es la pobreza,
seguido de la falta de recursos económicos, al igual que la de drenaje o
alcantarillado, la falta de apoyo del gobierno, así como la carencia de empleo
o emigración. También, se señalan como principal problema la ausencia de abasto
o comercio, de servicios de salud, servicios de educación, la presencia de problemas
como el alcoholismo y de drogadicción, y finalmente, en una mínima proporción,
se da por sentado que la problemática gira en torno a los conflictos por
propiedad de tierra. Ningún integrante afirmó que el territorio estaba libre de
problemas.
Fuente: Elaboración propia, 2020.
Gráfico I: Principales problemas en la región
Los elementos más acentuados provienen del total abandono de las
autoridades gubernamentales, y de este se generan los demás problemas. Las
calles sin pavimentar y el mal servicio eléctrico, son prueba de ello. Aunado a
esto, se afirma que la pobreza impide el tener vivienda, trabajo, alimentación,
salud, y educación, puesto que el problema no es solo de dinero, sino
administrarlo de manera correcta. Se considera a la pobreza como una condición
multidimensional, demostrando que sería equivocado resumir la problemática
exclusivamente en ausencia de dinero o recursos económicos.
Continuamente, la opinión de los beneficiarios sobre el desempeño del
programa y la actuación del gobierno, colocó en la mesa de discusión diversos elementos: Los órganos encargados de la
formulación, diseño y evaluación de programas sociales, no tienen en cuenta la
participación de la población a la que van dirigidos dichos programas, esto
puede ser evidenciado en la expresión total de los participantes que consideran
que no han sido incluidos en este proceso. “En algunas épocas vienen
estudiantes a preguntarnos cosas, pero nadie más”, fue una de las
manifestaciones grupales.
Los participantes desconocían que podían ser parte de los procesos de
diseño y evaluación de los programas, a pesar que la implementación de
políticas públicas, así como de programas sociales, estipula la importancia de
la participación ciudadana como punto de partida, para la obtención de
recomendaciones sobre la pertinencia y eficacia de los programas, cuestión que
no se cumplió, siendo limitada a la aplicación de encuestas socio-económicas,
sin que la población pudiese ser parte de las etapas del mismo.
En promedio, los participantes fueron beneficiarios del programa PROSPERA,
por aproximadamente 14 meses, recibiendo beneficios en educación, salud y
alimentación. La revisión del tiempo de permanencia es una variable que mide el
impacto, por lo que un mayor tiempo del beneficio, supone un mayor avance en la
calidad de vida de las unidades familiares.
Si bien el objetivo del programa, como ya se ha mencionado es apoyar a
las familias que viven en condiciones de pobreza, contribuyendo al
fortalecimiento de los derechos sociales que potencialicen las capacidades de
dichas familias, la percepción de los beneficiarios dista de dicha meta: Aunque
la mitad de los participantes consideraron que PROSPERA fue un buen programa, puesto
que el apoyo económico recibido sirvió para solventar algunas de sus
necesidades, al igual que los beneficios de los demás componentes, los aspectos
relacionados con la alimentación, salud y educación; la mitad restante, aseveró
que fue un mal programa, debido a que no superaron la situación de pobreza y
continuaron sin tener un trabajo estable. La ayuda amortiguó la situación, pero
no fue una solución total ni permanente.
También se evidenciaron inconvenientes con el programa, por ejemplo, el
maltrato de algunos servidores públicos y la demora en la emisión de los
apoyos, donde recibían algunos días después de los señalados bimestralmente los
rubros monetarios, al igual que obtuvieron retrasadamente los útiles escolares
para la educación básica. Junto a esta situación, la corrupción fue el mayor
problema expresado en términos de la selección de familias, puesto que hubo
personas que no fueron incluidas, aunque vivían en evidentes situaciones de
pobreza. Señalan la marcada diferenciación entre algunos de los escogidos,
porque benefició erradamente a quienes tenían algo de dinero.
Por ejemplo, señalan que uno de los empleados del órgano público, tenía
a sus familiares en la localidad, y en el momento de escoger los beneficiarios,
escogió prioritariamente a todos los miembros de su familia, sin merecerlo, lo
que perjudicó al resto de la población.
En concordancia, se hizo hincapié en la falta de acompañamiento por
parte de las autoridades a las unidades familiares beneficiarias del programa,
puesto que no contaron con un apoyo municipal.
Al no tener comunicación con las autoridades municipales, son remitidos tanto
a los poderes estatales, como a los federales, con los cuales es muy difícil
establecer contacto. Sólo un mínimo número de participantes señaló que no ha
tenido inconvenientes con el programa. Unánimemente, la población coincidió en
solicitar transparencia, eficiente gestión, mejores oportunidades para acceder
a trabajos estables y bien remunerados, que les garanticen el mejoramiento de
las condiciones de sus unidades familiares en futuros programas.
Si bien la situación ha mejorado, esto ha sido de manera leve, puesto
que se reitera el problema de los ingresos, las dificultades al acceder a un
trabajo estable que proporcione el sustento necesario y las necesidades más
apremiantes de la unidad familiar siguen quedando en deuda. Las ayudas
recibidas del programa PROSPERA, han sido en mayor proporción aportes
económicos, seguido de ayudas relacionadas al mejoramiento de la salud, de la
educación y becas educativas, como se puede apreciar en el Gráfico II.
Fuente: Elaboración propia, 2020.
Gráfico II: Ayudas del programa
Cuestiones como saber administrar el dinero que reciben les resulta
necesario, así como la educación, pero no solo impartirla a los niños y
jóvenes, sino también a los adultos. Recibir ayudas para el mejoramiento de su
vivienda también es importante, aunado al asesoramiento y capacitación de sus
tareas agrícolas y productivas que las convierta en un medio de trabajo
estable. Por lo que, si bien reciben ayuda económica y de otros tipos como los
ya señalados, deberían abrir más oportunidades para ellos. La orientación de
mercado, es una de las necesidades que se debería atender, así como el fomento
de la autogestión, que puede ser lograda con el acompañamiento y capacitación
para el trabajo.
Por otra parte, en el Gráfico III los beneficiarios expresaron que el
gasto total de los hogares, generado del apoyo recibido por el programa, se
concentra en la compra de alimentos representado en frutas y verduras,
consecutivamente el dinero es destinado a la compra de electrodomésticos,
continuo a la compra de ropa o zapatos. Otros participantes destinan el dinero
en salir a divertirse, en la compra de medicinas y en el pago de gastos
educativos y ahorro.
Fuente: Elaboración propia, 2020.
Gráfico III: Gasto dinero del programa
Los participantes coinciden que se pueden incluir como aspectos
adicionales, el acceso a un sistema que garantice ingresos en edades mayores,
como seguridad social, pensión o jubilación. Asimismo, la capacitación para el
trabajo así como para el uso correcto y acceso de tecnologías informáticas,
fueron otras de las solicitudes de los participantes, con relación al
mejoramiento de las oportunidades que puede brindar el programa.
Con estos resultados se puede evidenciar también que existe diferencia
en el contexto de quienes son beneficiarios del programa y quienes no, dada la
existencia del factor diferenciador llamado flujo de dinero, acceso al paquete
básico garantizado de salud, mejoramiento de la alimentación, y apoyos
educativos para la primaria, secundaria, y educación media, aunque es una
diferencia relativa porque todos continúan siendo en términos reales pobres y
el programa aún tiene vacíos.
Conclusiones
Al interpretar las percepciones en función de los significados que
proporcionaron los propios sujetos beneficiarios del programa, se pudo concluir
que los programas diseñados para paliar la pobreza en la frontera México-Belice
no generan cambios estructurales ni contundentes para superarla de manera
definitiva, puesto que solo la han contenido. Si bien PROGRESA, programa de
inclusión social, tuvo componentes importantes para la superación de la
pobreza, no cumplió su objetivo a cabalidad, porque los beneficiarios fueron
concebidos exclusivamente como receptores pasivos que no participaban en el
diseño, formulación y evaluación del programa social, resumiendo su
participación a la obtención de las transferencias monetarias y otros apoyos de
cada componente.
La población recibió la ayuda, pero no tuvo educación financiera, ni
medios de trabajo auto sostenible y permanente, debido a la ausencia de
condiciones que fortalecieran de manera permanente sus capacidades, generando
una espera y dependencia constante de la ayuda. Dichas transferencias sólo
incentivan el gasto, pero no disminuye las inequidades.
Los cambios que la población percibe son momentáneos, pero no son
soluciones a largo plazo, exceptuando el componente de salud, que debe
complementar acciones hacia el logro de la calidad de los servicios ofrecidos;
y el de educación, aunque tiene un enfoque de beneficio en los jóvenes y niños,
excluyendo a la población adulta.
La población beneficiaria requiere ayuda de terceros para superar esta
condición, puesto que por sí solos no les es posible romper el círculo. El
acompañamiento y atención del Estado, es un imperativo. Los apoyos sin este no
son efectivos puesto que dejan a la población a la deriva. Con lo cual se
confirma la necesidad de redirigir el enfoque de las políticas públicas, hacia
un sentido real de desarrollo, porque si bien se destacan avances en los
componentes, es necesario emprender otras acciones más profundas y eficaces.
Las necesidades más apremiantes están relacionadas con el empleo, que si
bien es impulsado con las acciones dirigidas a velar por el crecimiento económico
como incentivos a la producción, aumento de los salarios, de las inversiones
privadas y públicas, control de la inflación y demás medidas macroeconómicas,
que deben ser implementadas, solo serán efectivas si se ejecutan paralelamente
con programas sociales específicos y focalizados en la superación de la
pobreza, que distribuyan la renta de forma equitativa y dinamicen la
dependencia al sector agrícola y pecuario. Se debe superar la agricultura de
subsistencia y autoconsumo a una agricultura comercial, que dé como resultado,
rendimientos. El reto real sería posibilitar el otorgamiento de oportunidades
productivas sostenibles.
De estas evaluaciones se puede deducir que las políticas públicas deben
atender la incorporación de canales de comunicación entre la población que vive
en condición de pobreza y el gobierno, donde se escuche la posición,
experiencias y expectativas de acuerdo con las acciones que se pretenden
implementar, y de las que ya se han ejecutado y ellos han sido parte.
Los ejercicios de auditoría sobre los programas gubernamentales son
necesarios en el desarrollo de los programas sociales, pero deben tomar como
referencia la experiencia de los beneficiarios, escuchar sus opiniones para
rediseñarlos en los momentos en que sea necesario, para alcanzar los objetivos
planeados. En síntesis, asegurar la participación ciudadana. Aunado a esto se
hace necesario el acompañamiento al personal administrativo, logístico y
técnico del programa, para evitar asignaciones incorrectas en el padrón de familias
beneficiadas, es decir, crear mecanismos eficientes de transparencia, junto a
un componente de rendición de cuentas. La evaluación debe efectuarse antes,
durante y después de la implementación de los programas sociales.
La concepción de pobreza se ha transformado y los rezagos históricos
continúan vigentes. El abandono por parte de los gobiernos en cuanto a
inversión social se refiere, extendiendo la brecha entre desarrollo y
subdesarrollo en estas zonas, resaltando la insuficiencia en planes que combatan
la desigualdad y que capitalicen el tan anhelado progreso. Es necesario el
reconocimiento del Estado como garante de derechos, y el individuo como
protagonista de su acción, para lograr cambios sustanciales y estructurales
permanentes en el tiempo. Asimismo, el reconocimiento del contexto social,
económico y político de la población perteneciente a la frontera México-Belice
reafirma la importancia de los estudios regionales, puesto que los espacios
tienen realidades heterogéneas.
El desarrollo de las libertades humanas es también necesario, junto a la
equidad, sostenibilidad, el crecimiento económico, participación y la seguridad
humana, como lo señala el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
pilares que no fueron cumplidos en el diseño e implementación del programa PROSPERA.
Superar la pobreza puede ser una situación posible en la medida que se realicen
reformas totales de las experiencias que se han ejecutado y no han logrado sus
propósitos, sin eliminar las acciones que sí han funcionado.
Finalmente, se puede afirmar que el presente estudio no pretende
generalizar los resultados a todas las regiones en donde el programa tuvo
participación, pero sí es útil como paso previo para el diseño e implementación
de futuros programas encaminados al bienestar de la población y la expresión de
esta. Siendo esta realidad evidente, los próximos análisis desarrollarían
investigaciones empíricas, que incluyan revisión de datos cuantitativos
relevantes en este mismo sentido.
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* Doctora en Estudios del Desarrollo
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regionales. Economista.
Docente-investigadora, Tiempo Completo en Cetys Universidad de Tijuana, México. E-mail: milena.sorzano@cetys.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4862-1442
** Doctor en Ciencias Políticas y Sociales. Profesor
-investigador, Tiempo Completo Titular C de la Universidad Autónoma de Baja
California, Tijuana , México. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores
Nivel 1. E-mail: drocha@uabc.edu.mx ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7840-955X
*** Candidato a Maestro en Administración. Ingeniero Industrial. Instituto Tecnológico
de Tijuana, México. E-mail: acostatorresarmando@gmail.com
Recibido: 2020-09-15 · Aceptado: 2020-12-02