Perspectivas
del emprendimiento social y redes socioproductivas de pequeños productores en Venezuela
Montes de
Oca Rojas, Yorberth*
Resumen
Las redes socioproductivas se han convertido en una estrategia relevante
de las economías a nivel mundial, dado su potencial para la generación de emprendimientos
sociales. Unos de los desafíos que deben afrontar es ser competitivas, para
ello tendrán que adaptar las estructuras y su organización en correspondencia
con el modelo de Estado que impera en cada territorio. De allí que el objetivo
del presente trabajo es analizar las perspectivas de emprendimiento social en
relación con las redes socioproductivas de pequeños productores en Venezuela,
particularmente desde el capital e inclusión social y la participación ciudadana.
Este estudio de tipo descriptivo, se desarrolla mediante un diseño de
investigación no experimental de campo, y una revisión hermenéutica documental,
para lo cual se aplicó un cuestionario tipo encuesta con 15 items, aplicado a
los productores que realizaron actividades emprendedoras, desde las comunidades
organizadas bajo la modalidad de pequeños productores. Los resultados muestran
comportamientos variables en la conformación de las redes socioproductivas,
características, como las condiciones jurídicas que apoyan a su conformación,
así como que los emprendimientos sociales, no están claramente definidos. Se
concluye, que en Venezuela, el trabajo que se realiza usando
las redes socioproductivas representa una estrategia para generar emprendimientos
y transformaciones sociales.
Palabras clave: Emprendimiento
social; redes socioproductivas; sistema productivo; capital social; Venezuela.
Perspectives of social entrepreneurship and socio-productive networks of
small producers in Venezuela
Abstrac
Socio-productive
networks have become a relevant strategy of economies worldwide, given their
potential for the generation of social enterprises. One of the challenges they
face is to be competitive, for this they will have to adapt the structures and
their organization in correspondence with the State model that prevails in each
territory. Hence, the objective of this paper is to analyze the perspectives of
social entrepreneurship in relation to the socio-productive networks of small
producers in Venezuela, particularly from capital and social inclusion and
citizen participation. This descriptive study is carried out through a design
of non-experimental field research, and a hermeneutic documentary review, for
which a survey questionnaire with 15 items was applied, applied to the
producers who carried out entrepreneurial activities, from the organized
communities under the modality of small producers. The results show variable
behaviors in the formation of socio-productive networks, characteristics, such
as the legal conditions that support its formation, as well as that social
enterprises are not clearly defined. It is concluded that in Venezuela, the
work that is done using socio-productive networks represents a strategy to
generate social enterprises and transformations.
Keywords: Social entrepreneurship; socio-productive
networks; productive system; social capital; Venezuela.
Introducción
En América Latina, se ha realizado una diversidad
de propuestas para promover y fortalecer las redes socioproductivas, muchas
veces acompañadas de condiciones legales para su desarrollo. Por eso se
plantean algunos debates que se han dado en torno a las nociones que definen a
las redes, se aborda en primera instancia el problema de su conformación,
funciones y características, para después describir algunas bases jurídicas y
establecer relaciones con la participación ciudadana a nivel municipal, rural o
no, a partir de los planteamientos teóricos de Valdez y Márquez (2016), quienes
afirman que esto permite hacer una abstracción de la realidad y develar la
vinculación con un modelo económico que se promueve desde lo territorial.
Se comprende, entonces, que en los marcos
institucionales de países como Colombia, Perú, México, Ecuador, Argentina y
Venezuela, la conformación de redes socioproductivas ocupe un lugar relevante, puesto
que mediante las mismas se promueve el crecimiento económico sostenido, y se
fomenta la innovación que, mediante prácticas gerenciales acertadas, vendría a
constituir una estrategia fundamental de desarrollo sostenible, en el que se
deben considerar factores tales como los sujetos económicos, sociales,
naturales y culturales, a pesar de las diferencias ideológicas y las
confrontaciones entre sus modelos económicos y sociales (Linares, Briceño y Cote, 2012).
La conformación de
redes socioproductivas en Venezuela, se le da especial importancia a partir del
año 1999 con la nueva constitución, y se avanza en las numerosas leyes
aprobadas en el contexto de ésta, es a partir de 2003, cuando se inicia su promoción
y conformación en la práctica. Se trata de un fenómeno relativamente reciente
con incidencia en el sistema productivo, fundamental para el desarrollo
socioeconómico del país, y por ende de la sociedad venezolana.
Este estudio se desarrolla mediante un diseño
de investigación no experimental de campo, con un tipo de investigación descriptiva,
sustentada en un referente teórico definido previamente, que exigió trascender
el conocimiento meramente académico y considerar las experiencias empíricas, el
objetivo general de este artículo es analizar las perspectivas de
emprendimiento social en relación con las redes socioproductivas de pequeños
productores en Venezuela.
Desde lo metodologico esta investigación se
orienta bajo un enfoque epistemológico que se sustenta en lo empírico–inductivo,
para lo cual se aplica un instrumento de recolección de datos mediante la
técnica encuesta definida por un cuestionario que consta de un total de 7
preguntas organizadas en tres grandes variables: Redes socioproductivas, emprendimiento
social y capital social, además se realizaron entrevistas y mesas de trabajo
con los integrantes de las organizaciones. La población objeto de análisis son
los pequeños productores, específicamente aquellos que han generado sus
negocios desde las organizaciones comunitairas.
Los criterios para selccionar la muestra
fueron los siguientes: 1. Que la actividad productiva este vinculada con la
unidad de producción social del estado Guarico; 2. La producción sea para el
territorio nacional; y 3. Los pequeños productores esten en el sector agrícola
y artesanal.
1. Emprendimiento social y su perspectiva
Los emprendimientos socioproductivos generan
bienes y servicios en los territorios, con el propósito de que los procesos de
producción activen al mercado y facilite el desarrollo personal mediante la
integración social de los agentes sociales excluidos. “Hoy en día, el término emprender
significa crear o iniciar algo, implica la actitud y aptitud de toda persona o grupo que decide iniciar
un nuevo proyecto, aprovechando ciertas oportunidades y poniendo en práctica
las ideas que tiene” (Borrayo, Valdez y Delgado, 2019, p.74). En
este sentido, el emprendimiento es la creación de una idea así como consolidarla,
y esta asociado al modelo económico que prevalece en un territorio. Para Campo-Ternera,
Amar-Sepúlveda, Olivero y Huguett (2018), este “es
concebido como una actitud, cultura y capacidad personal de crear o desarrollar
empresas con una inmersión de creatividad” (p.27).
Asimismo, sostienen Guachimbosa, Lavín y
Santiago (2019), que existen una
serie de condiciones tendientes a influir directamente en la actividad
emprendedora, como el soporte económico, políticas de apoyo institucional, investigación,
desarrollo e innovación, sobre todo en la transferencia del conocimiento, así
como también las infraestructuras físicas y de negocio, “las condiciones
sociales de aprecio al emprendimiento y por último, aunque no menos importante,
los atributos individuales que contemplan características demográficas,
percepciones y motivaciones para dar inicio a nuevas empresas sean éstas por
necesidad u oportunidad” (p.73).
Por su parte, Macías, Sánchez y Zerón (2019)
consideran “los aspectos individuales como catalizadores de la acción
emprendedora, además de que permiten el entendimiento del contexto para
realizar una toma de decisiones acertada sobre la empresa, encaminadas a lograr
la supervivencia, y consecuentemente su crecimiento” (p.35).
En ese sentido, tal como lo señala Negoita
(2014), el predominante de los emprendimientos es la política industrial y se
asocia a la continua innovación tecnológica para el crecimiento de negocios,
donde hay potencial para construir redes de producción y aprendizajes óptimos,
los cuales apoyan a la configuración de las redes socioproductivas a partir del
emprendimiento creado por los ciudadanos, que definen un tejido social y en
consecuencia un capital social, que representarían una fortaleza para el
aparato productivo (Valdez y Márquez, 2016).
Las estrategias de
reproducción social, se vinculan al conjunto de prácticas por medio de las
cuales los individuos y las familias tienden, de manera consciente o
inconsciente, a conservar o a aumentar su patrimonio, y correlativamente a
mantener o brindar mejorias a su posición en la estructura de las relaciones de
clase (Bourdieu, 1977). El ser humano, constantemente busca maneras de
modificar y superar su servicio; por eso, este tipo de estrategias, constituyen
otra demostración de la naturaleza humana y su evolución.
Al respecto, las
estrategias de reproducción social dependen de: 1) el volumen y la estructura
del capital que poseen (económico, cultural, social, simbólico) y de su
trayectoria histórica; 2) el estado del sistema de los instrumentos de
reproducción; 3) el estado de la relación de fuerzas entre las clases; y 4) de
los hábitos incorporados
por los agentes sociales (Gutiérrez, 2007). En todas convergen elementos de
diversa índole que van desde el capital propiamente dicho, sin embargo, no
olvida el aspecto simbólico del ser humano, pasando por los instrumentos de
reproducción, hasta los hábitos de los agentes sociales, que no son otros
distintos a los integrantes de la familia y la comunidad.
Se infiere que el
emprendimiento social se deriva de la convergencia de varios factores entre los
que destacan el capital en todos sus tipos, su devenir histórico, los
instrumentos de reproducción y sus relaciones, las diferentes fuerzas que
subyacen en las diferentes situaciones de emprendimiento y sus influjos, así
como el factor humano- social que es preponderante.
2. Capital e inclusión social
Los agentes sociales,
para Bourdieu (2001), son los sujetos que actúan como activos y de conocimiento,
dotados de un sentido práctico, porque se trata de un sistema adquirido de distinciones,
principios y estructuras cognitivas sustentables, importantes en la generación
de esquemas de acción, que orientan la percepción de la situación y la
respuesta asumida.
Por eso, puesto que
se trata de conocimientos adquiridos, resulta importante conocer cómo modificar
la formación de dichos agentes sociales, mediante información estructurada
compartida con talleres, cursos, diplomados, difusión de artículos o de
materiales concretos, para resolver un problema específico o llegar a la
organización y puesta en funcionamiento de procesos y resultados para el logro
de los objetivos propuestos por parte de la red socioproductiva, que proporcionará
condiciones para la generación de un sistema productivo sustentable desde el
territorio.
Al respecto, Méndez (1997) afirma que el sistema productivo, es un conjunto de
agentes y relaciones productivas que tienen lugar sobre un espacio determinado,
donde existen unos factores de producción, que son los recursos o insumos que
utilizan las empresas, organizaciones o redes socioproductivas, para llevar a
cabo su actividad; realizada principalmente por los agentes sociales, entre los
que se encuentran: Mano de obra, tierra, trabajo, capital, tecnología, entre otros,
así su constante evolución hacia nuevas tendencias, demanda una racionalización
y optimación de los procesos para generar competitividad desde lo territorial.
En este contexto del
sistema productivo, al abordar al territorio como un conjunto de elementos y
factores relacionados, se considera que la recuperación del sujeto en el
análisis, constituye una dimensión central e irremplazable para comprender los
procesos de construcción-transformación territoriales, partiendo de la idea de que
el sujeto es capaz de estructurar al mismo tiempo que es estructurado (Ortiz, 1999),
y la relevancia se direcciona a la interrelación desde la producción social
territorial, donde los agentes sociales son fundamentales.
Entonces, la atención
se centra en el trabajador, el productor, o en el emprendedor, en si la tesis
se fundamenta en un ser cultural, que incide de alguna manera en sus propias
condiciones existenciales (Díaz, 1997), porque es sabido que la ciencia y la
tecnología, indistintamente del interés en su propio desarrollo y
fortalecimiento, se deben al hombre, a su creador y perpetuador en el tiempo.
Por eso, es importante observar, investigar y analizar en las trayectorias
socio-productivas de los sujetos y en sus representaciones, prácticas
culturales, experiencias y deseos.
Lo anterior explica
porque se privilegia la necesidad de usar herramientas metodológicas que
posibiliten llegar al accionar de los sujetos y a la lógica de sus prácticas (Giarracca,
Gras y Gutiérrez, 1995). Una de
estas metodologias es generar formas de organización social para la producción
y del trabajo, éstas dependen de las condiciones sociales, ambientales,
culturales, políticas, laborales y productivas, así como también de las
experiencias de los agentes individuales y colectivos presentes en las
condiciones y en el territorio, que dan cuenta de un modo diferencial en las
distintas zonas productivas.
Siguiendo a
Alburquerque (2001), se incluye la heterogeneidad y complejidad del mundo real;
sus características específicas, que vincula a los agentes sociales; y su dinámica,
definida a partir de las estrategias y recursos estratégicos, que son clave para
el desarrollo productivo; donde la inclusión social, la cooperación y al respecto
de la otredad, no como un extraño sino como un actor social copartícipe, constituyen
el elemento propulsor de actividades sinérgicas.
Pensar desde las
dinámicas constitutivas o desde los procesos de transformación, complejiza la
noción de agentes-actores porque en un sistema, se le atribuye a un actor
determinados recursos, una ubicación en el marco de una estructura, roles o
funciones. Pero el verdadero agente-actor, es más de lo que ya tiene, por su
potencialidad de transformación, voluntad, motivación, sus capacidades
discursivas, su proyecto de futuro, lo cual define su capacidad de
emprendimiento. Para efectos de esta investigación, el emprendimiento trata de
destacar la potencialidad de transformación que tienen los agentes-actores
sociales.
Para abordar la
heterogeneidad de sujetos presentes en el territorio, se parte de la idea de
que toda acción social, mplica estructura, y toda estructura implica acción
social. En ese sentido, acción y estructura se encuentran indistintamente intrincadas
en toda actividad o práctica humana (Bendini y Steimbreger, 2010). Asimismo, sostienen Serruto y Carrillo (2019),
que la acción social es “el proceso que realizan las organizaciones de la
sociedad civil, teniendo la intención de mejorar las condiciones de desarrollo
de cada ciudadano que participa en ella” (p.188).
De allí la
importancia de determinar cuál es el conjunto de mecanismos estructurales, que
regulan y/o determinan la red socioproductiva que se estudia y los elementos
que la conformarían, en caso de no estar aún conformada, porque
el territorio y los agentes sociales son determinantes para configurar y
establecerla exitosamente.
En ese sentido, para
la comprensión de los aspectos
estructurales de los sujetos sociales ligados a la producción
agropecuaria, se propone (más allá de los análisis tradicionales de estructura
agraria), el concepto de formas de organización social de la producción, a
partir de la ordenación del trabajo y la dotación de recursos, variables clave
que permiten diferenciar a los productores con racionalidades y lógicas de
acción diferentes.
Las formas de
organización social de la producción, permiten identificar agentes-actores (empresarios,
productores familiares, campesinos, contratistas de servicios, acopiadores y
comercializadores) y la combinación de ellos, la actividad productiva, relación
con la mano de obra, la tierra y el capital, que deben ser complementados con
las estrategias llevadas adelante por los sujetos sociales.
Además, los agentes y
grupos de agentes se definen por sus posiciones relativas en el espacio social,
el cual puede definirse por la posición que ocupan en los diferentes campos, es
decir, en la distribución de los poderes que actúan en cada uno de ellos. Estos
poderes son: El capital económico, el capital cultural y social, así como el
capital simbólico. Los agentes se distribuyen en este espacio pluridimensional,
según el volumen global de capital que poseen y, según la composición del mismo
(Bourdieu, 2001).
En este sentido, el papel del capital social de
los pequeños productores en Venezuela presenta las mismas dificultades que en
América Latina, tanto para los emprendedores de la clase media como la alta, específicamente
en la creación de redes socioproductivas, que les permita conseguir más
clientes, proveedores y socios. Significa que el rol del capital social en la
creación de las mencionadas redes, presenta dificultades, indistintamente de la
clase socioeconómica a la que pertenezca el agente social, posiblemente porque
no se han considerado una mayor cantidad de variables intervinientes, donde los
lineamientos jurídicos definidos en cada país, crean condiciones políticas y
administrativas para su conformación así como comercialización, donde el
emprendimiento social juega un papel clave.
3. Redes socioproductivas
Una red
socioproductiva es definida por Meléndez (2007), como una forma de trabajo
cooperativo y secuencial que involucra a agentes-actores de un espacio territorial
determinado bien sea urbano o rural, dedicados a la creación de una nueva idea,
producción y comercialización de rubros determinados, que da cuenta de una
cultural local.
Estas redes deben
estar constituidas por las relaciones establecidas entre los productores
asociados, personas naturales y/o jurídicas, de carácter público, privado o
mixto, con responsabilidades individuales o compartidas, en donde las
relaciones cruzadas permiten la definición de objetivos concertados para la
producción y comercialización de los productos locales. Se visualiza la
heterogeneidad pero desde una visión concertadora, incluyente, que enriquezca
las relaciones cruzadas que le constituyen, puesto que el propósito es la interelación
de agentes-actores de la actividad productiva por rubros y que ese potencial
creado (información, conocimiento y tecnología), sea valido para consolidar
otras experiencias en territorios diferentes que apoyen al desarrollo de los
paises
Para estas redes, la
comunicación y los procesos de difusión que se generen son fundamentales, al
respecto, Boscán y Sandrea (2015), afirman que la comunicación a lo interno de
la organización, en este caso de las redes socioproductivas, permiten la
transmisión del conocimiento, lo cual corresponde a la difusión
intraorganizacional de la innovación, incluye procesos de formación al igual
que entrenamientos, en su mayoría referidos a charlas, reuniones, talleres,
mesas de trabajo, entre otras formas.
La comunicación
directa en el contexto regional, representa un escenario espacial que podría
aprovecharse cuando se trata de establecer las cooperaciones que tienen lugar
en las redes, puesto que en muchos casos la proximidad espacial entre los
socios podría ofrecer ventajas de información, ahorro en los costos e
intercambio de competencias. Así, el
factor humano facilita la integración, y el intercambio de información yasi
como conocimientos, se puede realizar con mayor efectividad comunicacional.
Estos aspectos comunicacionales
e incluyentes de las redes, se han apoyado en instituciones ministeriales que
dependen del gobierno nacional, mediante la implementación de redes de
innovación productiva, las cuales inician como un componente de los programas
que colocan en funcionamiento los diversos niveles de gobierno, regional y
municipal, cuyo objetivo es estimular y promocionar la asociatividad, así como
la cooperación entre productores y el entorno académico, de investigación y con
el gobierno local, para alcanzar el desarrollo tecnológico y la innovación.
Una red de innovación
productiva en Venezuela, de acuerdo a las entrevistas realizadas, se
caracteriza por estar integrada por organizaciones rurales ubicadas en el mismo
espacio geográfico, trabajan en el mismo sector, en ocasiones comparten el
mismo nicho de mercado y habitualmente le compran a los mismos proveedores,
tanto de insumos como de equipos. La red de innovación productiva y la red
socioproductiva, son organizaciones cooperativas que comparten características
esenciales, pero que podrían diferenciarse en el énfasis que le asignen las
diversas instituciones que les apoyan o estudien.
Indistintamente de
los matices, en la redes socioproductivas las organizaciones deben
comprometerse a unir sus esfuerzos y experiencias individuales en actividades
de cooperación, fomentando la confianza y la reciprocidad, de manera que les
permitan resolver sus problemas así como deficiencias organizacionales, para
así lograr diseñar estrategias colectivas, que estén orientadas a dar
respuestas en conjunto a las exigencias del mercado y su entorno. En este caso,
el trabajo cooperativo recae en la confianza y reciprocidad, puesto que son las
principales fortalezas que disponen al tener espacios y nexos filiales comunes.
Adicionalmente, les
permite bajo una visión sistémica, abordar el proceso productivo, con miras a
ser un negocio atractivo, reconocido por su rentabilidad, desde la perspectiva
del manejo de la producción con uso de recursos locales y, que redunde en
beneficios sociales para todos. El acceso a esta visión sistémica, estaría dado
por la transmisión de conocimientos y el apoyo en las tecnologías, herramientas
fundamentales para la consolidación de los objetivos comunes.
De este modo,
potencian sus capacidades creativas con el propósito de dar respuesta a los
problemas potenciales y actuales de la localidad, e incentivar la producción de
valor agregado en la producción socioeconómica, mediante el desarrollo de la
sinergia o cooperación entre organizaciones, tradicionalmente competidoras,
produciendo nuevos conocimientos y prácticas, que hagan posible la producción
de innovaciones, redundando en beneficios socioeconómicos. Otra característica
clave de las redes, es la sinergia entre nodos, basada en la confianza y
reciprocidad, debido a intereses compartidos y beneficios socioeconómicos de
importancia para todos los actores.
Con respecto a los
objetivos de las redes socioproductivas, Meléndez (2007) toma en cuenta los
siguientes:
a. Promover la
confianza y la reciprocidad como bases para la cooperación, entre los
diferentes actores a través de la acción y desarrollo del capital social.
b. Generar sinergia
en las relaciones sociales y productivas, de los integrantes de las diferentes
organizaciones rurales que hacen vida en la localidad.
c. Construir nuevos
espacios que conlleven al desarrollo humano, la productividad y la inclusión
social, en función del desarrollo local sustentable.
d. Contribuir con las
tradiciones y vocaciones productivas locales, y generar capacidades de investigación,
desarrollo tecnológico e innovación.
e. Fortalecer el
talento local en la creación de nodos interinstitucionales para el desarrollo
tecnológico e innovación.
f. Desarrollar una
nueva institucionalidad, que fortalezca y consolide las redes de relaciones
socioproductivas de las organizaciones rurales.
Cada uno de estos
objetivos, dibujan perfectamente los elementos fundamentales de las redes
socioproductivas, comenzando por la reciprocidad y confianza para la
cooperación y terminando en el énfasis en lo rural, por cuanto aunque ya
existen redes en las grandes ciudades, el espacio natural de las redes
socioproductivas es el rural por las limitantes geográficas, acceso a los
servicios y a las comunicaciones.
4. Las redes socioproductivas
en Venezuela: Un espacio para el emprendimiento social
Para las redes socioproductivas,
la participación es fundamental en la medida que se involucren y se creen
procesos alternativos, es oportuno recordar que en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV), queda explícitamente manifestado que,
con el fin supremo de refundar la república, se le confiere a la participación
ciudadana un rol fundamental en el ejercicio directo de la soberanía popular,
que permite la intervención efectiva del pueblo en la solución de los problemas
de las comunidades (Asamblea Nacional Constituyente, 1999).
En este sentido, el
apoyo normativo de la participación ciudadana facilita la configuración de
redes socioproductivas, así como, que los pequeños productores se organicen y
puedan involucrarse en la formulación de políticas y programas de
desarrollo, creándose una nueva relación con el Estado, que se convierte en un
camino hacia la inclusión social, lo que permite construir una gestión desde
nuevas formas de interacción, asimismo, una economía social, que se fundamenta en
el capital social generado en un territorio determinado.
En el preámbulo de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, se establecen algunos lineamientos constitucionales
para la organización de los ciudadanos, las nuevas actividades productivas del
país, y los mecanismos de participación de los ciudadanos, donde los pequeños
productores son clave; son mas de 30 artículos que refieren a estos aspectos
antes descritos, entre los que se encuentran: 55, 62, 67, 70, 79, 80, 81, 91, 102, 119, 123, 125, 127, 128, 141, 164,
167, 168, 171, 173, 178, 179, 184, 187, 255, 292, 294, 296, 323 y 328.
De importancia para lo que compete a esta investigación, el Art. 178 expresa:
Son de la competencia del
Municipio el gobierno y administración de sus intereses y la gestión de las
materias que le asigne esta Constitución y las leyes nacionales (…) de
conformidad con la delegación prevista en la ley que rige la materia, la
promoción de la participación y el mejoramiento en general de las condiciones
de vida de la comunidad (…). (Asamblea Nacional Constituyente, 1999,
p.35-36)
De esta forma, se da la asociación explicita con el
mejoramiento de las condiciones de vida, con el de la producción y con el basamento
normativo para la ejecución del rol protagónico de las comunidades en el emprendimiento
así como la estimulación del emprendimiento y la conformación de redes
socioproductivas. Los pequeños productores se convierten en agentes-sujetos
clave, puesto que provienen de las organizaciones que define el Estado para la
dinámica social, en este caso muchos actúan desde los consejos comunales.
El artículo 184
de la CRBV expresa:
La ley creará mecanismos abiertos y
flexibles para que los municipios descentralicen y transfieran a las
comunidades los servicios que éstos gestionen previa demostración de su
capacidad para prestarlos, promoviendo: a) la transferencia de servicios en
materia de salud, educación, vivienda, deporte, cultura, programas sociales,
ambiente, mantenimiento de áreas industriales, mantenimiento y conservación de
áreas urbanas, prevención y protección vecinal, construcción de obras y
prestación de servicios públicos. A tal efecto, podrán establecer convenios
cuyos contenidos estarán orientados por los principios de interdependencia,
coordinación, cooperación y corresponsabilidad. b) la participación de las
comunidades y de ciudadanos o ciudadanas, a través de las asociaciones
vecinales y organizaciones no gubernamentales, en la formulación de propuestas
de inversión ante las autoridades estatales y municipales encargadas de la
elaboración de los respectivos planes de inversión, así como en la ejecución,
evaluación y control de obras, programas sociales y servicios públicos en su
jurisdicción. c) la participación en los procesos económicos estimulando las
expresiones de la economía social, tales como cooperativas, cajas de ahorro,
mutuales y otras formas asociativas. (Asamblea Nacional Constituyente, 1999,
p.37-38)
Además, la CRBV
permite las nuevas formas de organizaciones socioproductivas que surgen en el
seno de la comunidad. De lo cual nace la necesidad de crear una normativa que
regule la actividad de la economía popular, donde prevalezcan los principios de
cooperación, solidaridad, equidad, la diversidad cultural, articulación del
trabajo en redes socioproductivas y cultura ecológica, dando a los ciudadanos
mecanismos de contenido social, para el desarrollo económico de un sistema
incluyente, y con capacidad de fortalecer los proyectos socioproductivos de las
comunidades; esta se concreta en la Ley para el Fomento y Desarrollo de la
Economía Popular (Chavez, 2008).
El contenido de esta
Ley constituye una perspectiva novedosa para la sociedad venezolana, que
encuentra las redes socioproductivas como una alternativa viable, de cara a la
economía social y solidaria. El Artículo 4, se refiere a los principios y
valores del modelo socioproductivo comunitario y sus formas de organización
comunal: La corresponsabilidad, cooperación, sustentabilidad, libertad,
justicia social, solidaridad, equidad, transparencia, honestidad, igualdad,
eficiencia y eficacia, contraloría social, rendición de cuentas, asociación
abierta y voluntaria, gestión y participación democrática, formación y
educación, respeto y fomento de las tradiciones, la diversidad cultural,
articulación del trabajo en redes socioproductivas, cultura ecológica y la
preponderancia de los intereses comunes sobre los individuales, que garantice
la satisfacción de las necesidades de la comunidad, aportando la mayor suma de
felicidad posible (Chavez, 2008).
Al respecto, abarca
principios y valores humanos universales que al ser expresados explícitamente
en la Ley, adquieren un rango de garantía incuestionable a pesar de los grados
de abstracción y utopía que podrían pensarse. Como
estrategias de organización y participación para favorecer a la configuración de las redes socioproductivas,
la CRBV establece la promoción, generación y fortalecimiento de capacidades
comunitarias, con el objetivo de alcanzar el empoderamiento socioeconómico,
político y cultural de manera corresponsable, y resolver las necesidades entre
las propias comunidades y las instancias de gobierno local. Este hito histórico
favorece nuevos desarrollos y propuestas.
Dentro de
esos elementos constitucionales y legales que están basados en los principios
de justicia, derechos humanos, equidad social y de género, solidaridad, así
como en la construcción de la economía popular y solidaria, se crean
organizaciones gubernamentales para el financiamiento y asesoría de los
productores, es el caso, entre otros, del Banco de Desarrollo de la Mujer,
creado en el año 2001, con el cual apostaron al desarrollo de capacidades con
una serie de acciones formativas a nivel local, regional y nacional.
Estas leyes y organizaciones gubernamentales,
gestaron un conjunto de medios estratégicos con objetivos claramente
establecidos, que abarcaban la formulación de un plan de formación con alcance
nacional, regional y local, con grandes especificaciones para la promoción y
estimulo de la economía social, cuyo fundamento era dar cuenta de un nuevo
modelo económico en el país, mediante la administración de redes socioproductivas;
análisis de proveedores, procesos-costos y formación de precios, para cálculos
de excedentes; y el análisis-control de costos de producción. Las redes
socioproductivas se convierten de esta forma en punta de lanza para el
desarrollo de la economía social en Venezuela, apoyada en las tecnologías para
crear páginas web de difusión organizacional con acceso público,
formación para su conformación y comercialización.
Las Redes de Innovación Socioproductiva
(RIP), constituyen un medio promovido por el Ministerio del Poder Popular de
Ciencia y Tecnología en Venezuela (MPPCT) con el apoyo regional de FUNDACITE,
para promover procedimientos aplicados por comunidades locales en la
preparación de sus productos, como acción de participación conjunta, con la
finalidad de suscitar actividades de desarrollo con dirección territorial.
De esta manera, las RIP constituyen
una asociación entre distintos actores (gobierno, empresas, universidades,
sociedad civil, productores, líderes sociales), que se ayudan ante problemas
relacionados con insumos, financiamiento, comercialización, capacitación, desarrollo
tecnológico y estrategias comunes, es decir, se busca aprovechar las
potencialidades de cada miembro en la red para alcanzar el beneficio colectivo.
Asimismo, son organizaciones que buscan el empoderamiento colectivo, la
capacitación gerencial e intercambio de saberes para propiciar la innovación
tecnológica. Por tanto, representan formas de asociación con componente socio-cultural,
que propicia la cooperación más allá de los simples propósitos productivos y
comerciales.
Con el fin de lograr una
política de desarrollo productivo, el Gobierno Nacional a través del Ministerio
de Ciencia y Tecnología en 1999, hoy Ministerio del Poder Popular para Ciencia
y Tecnología (MPPCT), busca el levantamiento de Redes de Innovación Productiva
como una estrategia competitiva. Desde el año 2001, la institución se apoya en
el programa de RIP, a través del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología e
Innovación, el cual, hace efectiva la aplicación del Modelo de Desarrollo Endógeno,
cuyo fin esencial, es la creación de un modelo de desarrollo integrado (humano,
endógeno y sustentable), donde los distintos actores de la sociedad, llevan adelante
la producción económica.
En este orden de ideas, se realizó el
estudio en la Parroquia San Rafael de Orituco y
caserío Oruz de la parroquia Sucre del municipio José Tadeo Monagas en
el estado Guarico, para indagar sobre su organización y estructura, donde
existe una producción significativa en el sector
rural, específicamente en el área agrícola. Su dinámica y organización se
describe a partir de las condiciones en las que se encuentran cada una, sin
embargo se adaptan algunos lineamientos constitucionales y legales existentes
en Venezuela.
De acuerdo con las
entrevistas realizadas, las ideas de organizaciones por rubros surgieron a
partir del estimulo y promoción por parte del Gobierno Nacional, particularmente
se destaca la participación de la Fundación Programa de Alimentos Estratégicos
(Fundaproal), en representación del Ministerio del Poder Popular para la
Alimentación (Minppal) en el estado, la cual organizó una mesa de trabajo
agrícola con la colaboración del Consejo Nacional de Economía Productiva del
estado Guárico, con el objetivo de dar impulso a la economía productiva. Se
encontró, que existe la necesidad de asociatividad para generar producción y
con determinados financiamientos estadales, lo que deja constatar la
organización y funcionamiento de una red de relaciones socioproductivas, que
recogen actividades agrícolas relevantes para el estado Guarico.
Si bien se destacan
agentes sociales con responsabilidades sobre las unidades de producción social,
existe un acercamiento por parte del Gobierno regional para incentivar la
organización de las mismas y que aporten al sector productivo y al desarrollo
social territorial.
Las redes rurales,
ofrecen una alternativa ante los grandes productores, aunque no en el nivel
competitivo a gran escala pero sí para fundar las bases de una economía
solidaria y social, capaz de atender y comprender las necesidades de los ciudadanos,
en otras palabras, las redes permiten la integración, comunicación y
transmisión de conocimientos, desde sus capacidades con escaso uso de la
tecnología, porque junto a la cooperación y a la inclusión social, configuran
la red socioproductiva que es compuesta por nodos definidos, en este caso a
partir del sector agrícola.
Al respecto, hay una
interrelación con experiencias del sector pecuario, turismo, artesanal, entre
otros, porque se evidencia que los productores, de cualquier rubro, se
encuentran conectados unos con otros, por vinculaciones de tipo familiar y
afectivo. La integración de los diversos sectores, favorecida por la cercanía
espacial y consanguínea, corrobora la trascendencia de lo humano para este tipo
de trabajo cooperativo.
Conclusiones
El
emprendimiento se refiere actitud, cultura y capacidad de crear o dar inicio a
un proyecto, una empresa o un nuevo sistema de vida, tomando como punto de
partida el autoconocimiento, la capacidad de autocuestionamiento,
determinación, constancia y perseverancia, hasta concretar la visión que se
tiene. Para ser emprendedor se necesita, entonces responsabilidad, compromiso,
sacrificio, autocrítica, capacidad para trabajar con otros, iniciativa y
creatividad, capacidad para comunicar y vender, deseo de independencia,
capacidad para negociar, entre otras actitudes. Las anteriores condiciones van
a propiciar la efectividad en la gestión, fundamentada en las acciones de: Conducir,
organizar, vender, producir y administrar.
El ser humano, por
naturaleza, siempre está en la búsqueda de transformar la realidad para colocarla
a su servicio y para hacer efectiva esta capacidad de acción, hay que lograr la
confluencia de elementos de diversa índole que van desde el capital, pasando por
el aspecto simbólico del ser humano y los instrumentos de reproducción, hasta
los hábitos de los agentes sociales, es decir, de los miembros de la comunidad.
En este sentido, los
emprendimientos productivos apuntalan desde su origen la inclusión social, al dar lugar a bienes o
servicios con el objeto de que los procesos de producción y la inserción en el
mercado, propicien el desarrollo personal y la integración social de las
personas que se hallan excluidos. Ellos tienen como alcance la inclusión, característica
básica de las redes socioproductivas, y su repercusión en la estructura social así
como en el sistema productivo mismo, con lo que se garantiza el acceso digno de
las personas al bienestar y el desarrollo en sus diversas dimensiones, sin
perder la propia identidad. Entre las dimensiones determinantes de la inclusión
social se encuentran: Alimentación, salud, servicios básicos, vivienda,
educación, participación ciudadana, inclusión digital, uso de los recursos
naturales, entre otros.
Surgen junto a la inclusión
social, producto de la constitución de redes socioproductivas, un grupo vital
de intereses que impactan por lo básico, pero también por lo novedoso, la
participación ciudadana y la inclusión digital, entendida, esta última como
alfabetización tecnológica aplicada a la producción, al servicio de su grupo
social.
El sistema socioproductivo
es un agregado de agentes y relaciones productivas, que se dan en un espacio
determinado en el que los factores de producción, que son los recursos o
insumos que utilizan las empresas, organizaciones o redes socioproductivas, interactúan
para llevar a cabo su actividad; entre
dichos factores se encuentran: Tierra, trabajo, capital, tecnología, entre
otros. Es observable el permanente desarrollo natural a partir de la aplicación
y la evolución de bases tecnológicas, búsqueda de la
racionalización/optimización productiva, configuración de estructuras capaces
de asegurar la rentabilidad de las inversiones y la competitividad, así como de
las bases económicas y demográficas, donde el componente primordial es el hombre.
En relación con el
desarrollo de las redes socioproductivas en Venezuela, existe un marco legal
que las fundamentan desde el articulado de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela y la Ley para el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular,
donde de manera explícita e implícita se expresan las políticas públicas en
esta materia. Respecto de las redes de socioproductiva, surgen como una
necesidad de dar respuesta a los distintos problemas que enfrenta la población,
entre ellos: Escasos y limitados recursos disponibles; débil integración para
lograr un mayor impacto en la población objetivo; debilidad en los vínculos de
cooperación, público y privado; entre otros.
Finalmente, desde el punto de
vista gerencial, esto implica, que los involucrados deben: Establecer objetivos
y metas; crear tácticas de trabajo; articular funciones tomando en cuenta las fortalezas,
los medios con que cuenta la red; construir un plan de trabajo; construir sistemas
de información; establecer parámetros de medición; así como, generar procesos
de conocimiento y reconocimiento mutuo.
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* Doctora
en Ciencias Sociales. Profesora e Investigadora de la Universidad del Zulia,
Venezuela. Directora del Centro de Estudios de la Empresa de la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales. E-mail: myorberth@gmail.com; montesdeoca_yorberth@fces.luz.edu.ve
ORCID: http://orcid.org/0000-0003-0457-3132
Recibido: 2019-08-25 · Aceptado: 2019-11-30