Consecuencias del maltrato infantil en un hospital de
Maracaibo-Venezuela*
Fernández, Gerardo**
Farina, Patrizia***
Arráiz de Fernández, Carolina****
Troya, Elsa*****
Resumen
El maltrato infantil es un
grave problema social y de salud con una prevalencia del 30% en América Latina. El objetivo de la presente investigación
es determinar las consecuencias del maltrato infantil en el Hospital General
del Sur de Maracaibo-Venezuela. Se realizó un estudio descriptivo y
transversal, con una muestra de tipo no probabilística intencional de 110
niños, se aplicaron instrumentos para la clasificación del maltrato
infantil, severidad del maltrato por
omisión, notificación del nivel de gravedad, estratificación social, situación funcional familiar y consecuencias psicológicas entre enero del 2010 y diciembre del 2016.
Los resultados establecen que el maltrato infantil representa una experiencia
adversa en el hogar con una alta frecuencia de violencia física, disfunción familiar grave y pobreza extrema, que
origina desnutrición infantil, baja autoestima, agresividad, tristeza, bajo
rendimiento escolar e infecciones de
trasmisión sexual. En conclusión, el maltrato infantil en el hogar
produce consecuencias biopsicosociales graves, que repercuten en la salud
física y emocional, y por tanto, necesita la intervención médica, psicológica y
jurídica, que fomente la responsabilidad social de las empresas, para el apoyo
económico de los programas de orientación y mediación familiar, permitiendo a
mujeres y niños una vida feliz libre de violencia.
Palabras clave: Maltrato infantil; disfunción
familiar; problema
social; consecuencias biopsicosociales; violencia física.
Consequences of child abuse in a hospital in Maracaibo-Venezuela
Abstract
Child
abuse is a serious social and health problem with a prevalence of 30% in Latin
America. The objective of the present investigation is to determine the
consequences of child abuse in the General Hospital of the South of
Maracaibo-Venezuela. A descriptive and cross-sectional study was carried out,
with an intentional non-probabilistic sample of 110 children, instruments were
applied for the classification of child abuse, severity of abuse by omission,
notification of severity level, social stratification, family functional status
and consequences Psychological studies between January 2010 and December 2016.
The results establish that child abuse represents an adverse experience at home
with a high frequency of physical violence, severe family dysfunction and
extreme poverty, which causes child malnutrition, low self-esteem,
aggressiveness, sadness , poor school performance and sexually transmitted
infections. In conclusion, child abuse at home produces serious biopsychosocial
consequences, which have an impact on physical and emotional health, and
therefore, requires medical, psychological and legal intervention, which
fosters corporate social responsibility, for the economic support of family
orientation and mediation programs, allowing women and children a happy life
free of violence.
Keywords: Child abuse; family dysfunction;
social problem; biopsychosocial consequences; physical violence.
Introducción
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el maltrato infantil se define como cualquier acto que promueva el daño real o
potencial a la salud, la dignidad o el desarrollo de un niño en el
contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder (Butchart y Phinney-Harvey, 2009; Scomparini, Dos Santos, Rosenheck y Scivoletto, 2013;
Chang, et al., 2016; Simsek, Guney y Baysal, 2017).
Cada año más de la mitad de
los niños del mundo son víctimas de violencia, en los Estados Unidos
se registran 1,2 millones de casos de maltrato infantil anualmente, en países en
vías de desarrollo es la tercera causa de muerte en niños entre uno y cuatro
años,
por lo que se considera un importante problema
de salud pública mundial (Duque
y Restrepo, 2012; Kodner y Wetherton, 2013; Shenk, Noll, Peugh, Griffin y Bensman,
2016; Wirtz, et al., 2016; Block, 2017).
Por lo antes mencionado se considera trascendente el objetivo
de esta investigación: Determinar las consecuencias del maltrato infantil en el
Hospital General del Sur de Maracaibo-Venezuela, la importancia de este estudio
es dar a conocer, que el maltrato tiene efectos negativos
inmediatos, profundos y duraderos en el niño, que pueden afectar el funcionamiento neurobiológico del cerebro (Kerker, et
al., 2016; Szilagyi, et al., 2016; Iniguez
y Stankowsi, 2016), para lo
cual en la metodología se procede a clasificar el maltrato infantil, la estratificación social familiar, la disfuncionalidad familiar, las consecuencias psicológicas, físicas y
enfermedades asociadas al maltrato
infantil.
1. Algunos aspectos teóricos
El maltrato infantil se clasifica en: Físico, referido a toda agresión de
manera intencional por parte de los padres, personas del grupo familiar o
cuidadores que ocasionan lesiones en los niños (Francisco, 2012; Asamblea Nacional de la
República Bolivariana de Venezuela,
2015). Por omisión o negligencia, es privar a los niños
de los elementos básicos necesarios para garantizar su desarrollo armónico e
integral; es decir, alimentación, educación, salud, cuidado y afecto
(Francisco, 2012).
De igual manera, se conoce el maltrato
psicológico, que es toda conducta ejercida en deshonra, descrédito, tratos
humillantes, vejatorios, aislamiento, amenazas y actos que conllevan a
disminuir la autoestima y perturbar el desarrollo del niño (Francisco, 2012; Simsek, et
al., 2017; Matos, Lima y Ludermir, 2017). El abuso sexual, ocurre cuando
un niño es utilizado para la estimulación sexual de su agresor o la gratificación
de un observador (Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, 2015; Francisco, 2012).
Los factores que
desencadenan la conducta de maltrato infantil son entre otros, la baja
situación económica, el desempleo, el hacinamiento y la disfuncionalidad familiar (Pérez y Reinoza, 2011; Cuba,
Jurado, Romero y Cuba, 2013; Pérez, 2013; Gómez, et al., 2015). Asimismo,
el maltrato infantil antes de los 8 años se relaciona de manera significativa
con síntomas somáticos, depresión, ansiedad, aislamiento, alteraciones
conductuales como ruptura de normas, conducta agresiva
(Fernández-Daza y Fernández-Parra,
2013; De Rose, et al., 2016;
Hewitt-Ramírez y Moreno-Méndez,
2018) y conducta antisocial en la adolescencia
(Morillo y Birkbeck, 2017).
En este sentido, el maltrato físico puede provocar
grandes complicaciones como retraso mental, parálisis cerebral, de igual forma,
la negligencia puede ocasionar desnutrición grave (Mesa-Gresa
y Moya-Albiol, 2011), patologías pediátricas por la falta de higiene
del niño, como las parasitosis intestinales (amibiasis) o la falta de control
de enfermedades crónicas, como por ejemplo, el asma bronquial, que conlleva a
múltiples consultas en la emergencia pediátrica, puesto que no se le suministra
el tratamiento adecuado al niño en el hogar.
Por
otro lado, los niños sexualmente abusados muestran niveles altos de problemas
de conducta y se asocian en mayor probabilidad de presentar trastorno de estrés
postraumático, síntomas de disociación como amnesia,
presencia de dos o más identidades y alucinaciones auditivas (Hébert, Langevin y Daigneault, 2016) y también existe el riesgo para adquirir enfermedades de
transmisión sexual como el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) (Crawford-Jakubiak, Alderman y Leventhal,
2017).
Al respecto, la Academia Americana de Pediatría (AAP) ha hecho esfuerzos
significativos para aumentar en la comunidad en general, la conciencia de las
experiencias adversas de la niñez generadas por el maltrato y sus efectos sobre
el desarrollo temprano del niño, que
repercuten sobre la salud infantil (Arrieta, Diaz y González,
2014; Teicher y Samson, 2016; Telman, et al., 2016; Segura y
Stranieri, 2016).
2. Metodología
En el estudio descriptivo, transversal
y de diseño no experimental de acuerdo con Setia (2016),
se analizaron 110 casos de pacientes pediátricos que consultaron por maltrato
infantil al Hospital General del Sur “Dr. Pedro Iturbe” de Maracaibo/Venezuela, entre enero del 2010 y diciembre del 2016. La muestra
fue no probabilística intencional, se seleccionaron niños y niñas de 5 a 11
años puesto que, a partir de esa edad podían utilizar el Test del dibujo de la
figura humana, donde el niño requiere de escritura; excluyendo a los menores de
5 años, sin antecedentes de violencia doméstica y padres, que se negaron a
participar en el estudio. El equipo estaba conformado por 4 médicos pediatras,
2 enfermeras, 2 psicólogos, una trabajadora social y una abogada, utilizaron la
técnica de entrevista a las madres de niños y niñas víctimas de maltrato
aplicando los siguientes instrumentos:
a.
Para la clasificación del tipo de maltrato infantil: Se utilizó un instrumento creado por
los autores, basado en la descripción de los tipos de maltrato, descritos por
la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA) (Asamblea Nacional de la
República Bolivariana de Venezuela,
2015) y la Academia Nacional de Medicina de Venezuela (Francisco, 2012), utilizando cuatro variantes de maltrato con
sus respectivos indicadores: Maltrato físico: Golpes, fracturas, mordeduras,
quemaduras y lesiones internas; psicológico: Ofensas, críticas, menosprecio,
deshonra, descredito, tratos humillantes y amenazas; por omisión o negligencia:
Descuido intencional o abandono de sus necesidades básicas; abuso sexual: Sin contacto
físico: Exhibicionismo, voyerismo, fotos y videos, relacionados con actividades
sexuales; con contacto físico: Sin penetración, actos lascivos y con
penetración o acceso carnal violento o no, oral, anal y genital.
En relación a la confiabilidad: Se
utilizó el coeficiente Alpha de Cronbach con una confiabilidad 0,948 y la correlación
de Pearson 0,935; para la obtención de la validez, se analizó la estructura
interna del instrumento mediante el análisis factorial exploratorio, se obtuvo
un test de adecuación muestral Keiser-Meyer-Olkin de 0,922 con una varianza
acumulada de 72,27%.
b. Para la severidad del
maltrato por omisión o negligencia infantil: El sistema de Clasificación
de Maltrato Modificado de English, Bangdiwala y Runyan (2005), es un
instrumento que señala que el maltrato por omisión se presenta cuando no se cubren
las necesidades físico-biológicas, cognitivas y sociales, valorado en una escala
de severidad del 0 al 5, índice de confiabilidad de 0,85, validado en el Departamento de
Salud del Instituto de Salud Infantil y Desarrollo de los Estados Unidos de América.
c.
Para la notificación de casos de maltrato infantil y el nivel de gravedad: Se utilizó un formulario
creado por el Observatorio de Infancia del Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad de España (Díaz, 2014) y adaptada a la Ley Orgánica para la
Protección de Niños, Niñas y Adolescentes de Venezuela (LOPNNA, 2015). La hoja
de registro recoge indicadores de maltrato físico, emocional
o psicológico, negligencia y sexual. El índice de confiabilidad es de 0,93,
validado por el Grupo de Trabajo sobre Maltrato Infantil, Observatorio de la
Infancia, del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de Madrid-España (Díaz,
2014) y la Facultad de Medicina de la Universidad del Zulia-Venezuela.
d. Para la estratificación social: Se utilizó la estratificación social de Graffar-Méndez (Ramírez,
2012), una escala elaborada en Venezuela por el Dr. Méndez Castellano, para establecer los estratos socioeconómicos
de la población, consta de 5 variables: Profesión del jefe de familia, nivel de
instrucción de la madre, principal fuente de ingreso de la familia y
condiciones del alojamiento; estableciendo los estratos sociales: Estrato I (alto), estrato II (medio alto), estrato
III (medio bajo), estrato IV (pobreza relativa),
estrato V (pobreza extrema), con el alfa de Cronbach (0,69 de
índice de confiabilidad).
e. Para la evaluación
de la situación funcional de la familia: El Test Apgar Familiar (Gómez y
Ponce, 2010), es un
instrumento para detectar la disfunción de la familia, posee un índice de confiabilidad de 0,84,
y en la validación española la fiabilidad test-retest
es superior a 0,75. Este test contiene cinco preguntas en donde se exploran: Adaptabilidad: Capacidad de utilizar
recursos familiares para resolver situaciones de crisis; participación: Capacidad
de compartir los problemas y de comunicarse para la toma de decisiones; crecimiento: Desarrollo
de la maduración física, emocional y auto realización que alcanzan los componentes
de una familia; afecto: Capacidad de expresar cariño y
preocupación por cada miembro de la familia; y resolución: Compromiso de dedicar tiempo para atender las
necesidades físicas y emocionales de la familia. La puntuación
clasifica a la familia en: Alta disfunción, de 0 a 3 puntos; moderada disfunción
de 4 a 6 puntos; y funcional 7 a 10 puntos.
f. Para la evaluación de las consecuencias psicológicas
del maltrato en el niño: Se utilizó el Test del
dibujo de la figura humana (Lezcano,
Melgarejo, Ureta, Arrom y Romero, 2015), el cuál fue
analizado y validado por el experto
en el área, Dr. Gonzalo Paredes (Psicólogo Clínico del Hospital General del
Sur), basado en el Test de dibujo de la figura humana de Koppitz, el cual
consta de indicadores emocionales generales, relacionados con padecimiento de
angustia, ansiedad, agresividad, escasa coordinación visomotora, problemas de
aprendizaje, inestabilidad y falta de equilibrio emocional (Crusco, 2013; Wimmer,
2014; Busschbach, 2017). Con un índice
de confiabilidad de 0,84.
Por otro
lado, los datos
obtenidos fueron procesados a través del Sofware Statistical Package for the
Social Sciences (SPSS) versión 18.0 para Windows, aplicando el análisis
estadístico de tipo descriptivo, por medio del cálculo de la distribución
numérica, porcentual, desviación estándar y la prueba de T de Student con una
correlación significativa (p <0.01),
cuyos resultados se presentarán mediante tablas.
Asimismo,
el estudio posee
la aprobación de las diferentes instancias de la Facultad de Medicina de la
Universidad del Zulia-Venezuela y el Comité de Ética en Investigación del
Hospital General del Sur “Dr. Pedro Iturbe” del Municipio Maracaibo del Estado Zulia-Venezuela.
La obtención de información se realizó con el consentimiento firmado de los
representantes de los niños.
3. Resultados y discusión
El maltrato infantil tiene una alta prevalencia
en América Latina, tomando en cuenta que más del 30% de los niños han recibido algún tipo de
violencia (Wirtz, et al., 2016), así para
comprender las consecuencias del mismo como una experiencia adversa en el
hogar, se presentan los siguientes resultados:
En la Tabla 1, de acuerdo con la edad de los niños y
niñas víctimas de maltrato infantil, de los 110 niños, el 59,09% (65) tenían
entre cinco y siete años, un 16,36% (18) con edad de ocho a nueve años y otro 24,54%
(27) entre diez y once años. El promedio de la población estudiada es de 8 años
de edad, con una diferencia significativa (p<0.01) en el grupo de cinco y siete años, en forma
similar según Benavides y León (2013), en Perú se
registra el maltrato infantil entre los 6 y 11 años de edad, porque los padres
o encargados del cuidado de los niños consideran el uso de la violencia como
una forma de disciplinar y corregir. En la investigación realizada por Chang, et al. (2016) sobre el abuso infantil, la incidencia fue mayor en los niños menores de 6 años, por ser vigorosos y curiosos,
lo que desencadena frecuentemente
la ira del cuidador.
Distribución de los niños y
niñas según la edad
Edad |
Frecuencia |
Porcentaje |
5-7 años |
65 |
59,09* |
8-9 años |
18 |
16,36 |
10-11 años |
27 |
24,54 |
Total |
110 |
100,00 |
* Diferencia
significativa (p<0.01)
Fuente: Elaboración propia, 2019.
En la Tabla 2, con respecto al sexo de
los niños y niñas víctimas de maltrato infantil, resultaron 53,63% (59)
masculino y 46,36% (51) femenino, con una diferencia significativa (p<0.01) en el sexo masculino. En
forma similar en Colombia también existe un
predominio de maltrato en los niños, explicado por el patrón de conducta
agresiva, negativista, desafiante y desobediente ante los padres y figuras de
autoridad, que generan la violencia como un mecanismo de control (Rizo, 2014; Monsalve, Mora,
Ramírez, Rozo y Rojas, 2016; Romero, Villacis
y Jara, 2016).
Distribución de los niños y
niñas según el sexo
Sexo |
Frecuencia |
Porcentaje |
Masculino |
59 |
53,63* |
Femenino |
51 |
46,36 |
Total |
110 |
100,00 |
* Diferencia significativa (p<0.01)
Fuente: Elaboración propia, 2019.
De igual manera en la Tabla 3, en relación
a la distribución según los tipos de maltrato infantil, se observó que un 34,54%
(38) era físico, 30% (33) psicológico, en tanto que por omisión se encontró un 26,36%
(29) y sexual 9,09% (10), con una diferencia significativa (p<0.01) en el maltrato físico,
de forma similar al trabajo de Fernández, Arráiz y Paredes (2008) en el estado Zulia, Venezuela,
en el cual los padres reconocieron utilizar como solución a los problemas
familiares la violencia física.
Tabla 3
Distribución de los niños y niñas según los tipos de maltrato infantil
Tipo de maltrato infantil |
Frecuencia |
Porcentaje |
Físico |
38 |
34,54* |
Psicológico |
33 |
30,00 |
Por omisión |
29 |
26,36 |
Sexual |
10 |
9,09 |
Total |
110 |
100,00 |
* Diferencia significativa (p<0.01)
Fuente:
Elaboración propia, 2019.
La cultura de la violencia forma
parte de la realidad venezolana, siendo necesario realizar futuras investigaciones
sobre las múltiples formas de convivencia familiar, puesto que los mecanismos
de resolución de conflictos son las agresiones físicas y verbales, por lo
tanto, es importante diseñar mecanismos de resolución de conflictos alternativos
basados en: El reconocimiento, la negociación y la mediación (Franco, 2015). En
América Latina más del 50% de los adultos, piensan que es normal usar el
maltrato contra los menores de edad como forma de educación y castigo, en Chile
las cifras del estudio del año 2012, estableció que un 71% de los niños y niñas
entrevistados ha recibido algún tipo de violencia por parte de sus padres y que
un 51,5% han sido víctima de violencia física (Silva y Tabernero, 2013; Larraín
y Bascuñán, 2009).
Asimismo, en la Tabla 4 se puede apreciar
la distribución de acuerdo a los niveles de gravedad según el tipo de maltrato
infantil, observándose que de los 110 niños que recibieron maltrato, 81 casos
(73,59%) mostraron maltrato infantil grave y 29 casos (26,35%) moderado, predominando
el maltrato físico con 25,45% (28 casos), con una diferencia significativa (p<0.01) en éste para el nivel grave
y moderado. En forma similar los estudios a nivel mundial establecen un alto
nivel de gravedad en el maltrato infantil, puesto que solo en el año 2002,
53.000 niños murieron asesinados, entre un 20 y un 65% sufren acoso entre
pares, 150 millones de niñas y 73 millones de niños sufrieron violencia sexual (Gancedo, 2017; Czerwinski, Finne, Alfes
y Kolip, 2018).
Tabla 4
Distribución de acuerdo a los niveles de gravedad según el tipo de
maltrato infantil
Tipo de maltrato infantil |
Niveles de gravedad |
|||||
|
Grave |
Moderada |
Total |
|||
|
Frecuencia |
% |
Frecuencia |
% |
Frecuencia |
% |
Físico |
28 |
25,45* |
10 |
9,09 |
38 |
34,54* |
Psicológico |
25 |
22,72 |
8 |
7,27 |
33 |
30,00 |
Negligencia |
21 |
19,09 |
8 |
7,27 |
29 |
26,36 |
Abuso Sexual |
7 |
6,36 |
3 |
2,72 |
10 |
9,09 |
Total |
81 |
73,59 |
29 |
26,35 |
110 |
100,00 |
* Diferencia
significativa (p<0.01)
Fuente:
Elaboración propia, 2019.
Por
otro lado, con respecto al análisis de la funcionabilidad del grupo familiar,
se evidenció en la Tabla 5 disfuncionalidad familiar grave en el 55,45% de los
casos (61) y disfuncionalidad moderada en el 44,54% (49), con una diferencia significativa (p<0.01) en la disfuncionalidad familiar grave, siendo similar a
la investigación realizada por Ambriz-Mora, Zonana-Nacach y Anzaldo-Campos (2015), en el cual las mujeres
encuestadas tenían una familia altamente disfuncional, con una incapacidad de
los miembros de estas para mantener una relación intrafamiliar basada en
cuidados mutuos y buenos tratos.
Distribución de los niños y
niñas con maltrato infantil según la disfuncionalidad familiar
Disfuncionalidad
familiar |
Frecuencia |
Porcentaje |
Grave |
61 |
55,45* |
Moderada |
49 |
44,54 |
Total |
110 |
100,00 |
* Diferencia significativa (p<0.01)
Fuente: Elaboración propia, 2019.
De igual forma, de acuerdo a la
estratificación social de Graffar-Méndez, predominó
el estrato V (pobreza extrema) en el 50% (55) de los niños y niñas, seguido del estrato IV (pobreza relativa) obtenido en un 43,63% (48) de los casos
y finalmente el estrato III (medio
bajo), evidenciado
en el 6,36% (7), con una diferencia significativa (p<0.01) en el estrato V (pobreza extrema). En este sentido, el
Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF, 2012) plantea que la salud de los
niños depende de las condiciones socioeconómicas en las cuales nacen, crecen y
viven, la privación socioeconómica y el maltrato emocional o psicológico son
las experiencias adversas más frecuentes en la infancia (Vega-Arce y
Niñez-Ulloa, 2017).
En forma similar Pérez (2013); Larraín y Bascuñán (2009); así como Kumar, Kumar, Singh
y Kar (2017), establecen que el bajo
nivel socioeconómico, es un factor que aumenta significativamente la probabilidad
de maltrato infantil y un factor de riesgo para el trabajo infantil, por lo tanto debe existir
una prohibición absoluta de que los menores de edad realicen una actividad
laboral que obstaculice su escolarización (Llorent-Bedmar y Cobano-Delgado, 2017).
En cuanto a las consecuencias del
maltrato infantil, se puede observar en la Tabla 6 que de acuerdo con los
resultados, se encontró un 52,72% (58 casos) de consecuencias psicológicas y un
47,27% (52 casos) de secuelas físicas, con una diferencia significativa (p<0.01) en las psicológicas. La
exposición a la violencia familiar constituye un grave riesgo para el bienestar
psicológico de los menores, especialmente si, además de ser testigos, también
han sido víctimas de ella, como lo afirman Pernebo y Almqvist (2017).
Tabla
6
Distribución
según las consecuencias del maltrato infantil
Consecuencias |
Frecuencia |
Porcentaje |
Psicológicas |
58 |
52,72* |
Físicas |
52 |
47,27 |
Total |
110 |
100,00 |
* Diferencia significativa (p<0.01)
Fuente: Elaboración
propia, 2019.
Asimismo, en la Tabla 7,
de los 58 niños y niñas con consecuencias psicológicas, se determinó: 15 casos
(25,86%) con baja autoestima, 15 casos presentaron agresividad
(25,86%), 10 casos tristeza (17,24), 14 casos (24,13%) con bajo rendimiento escolar y 4 casos (6,89%)
con síntomas disociativos (alteraciones
en la organización o la estructura del contenido mental de la identidad, la
memoria, la percepción o la consciencia).
En forma similar Vrijsen, et al. (2017),
establecieron en su investigación que el maltrato infantil como una experiencia
adversa, constituye un factor predisponente para depresión, ansiedad, estrés
post-traumático, estrés crónico, baja autoestima, con graves
efectos cognitivos, problemas conductuales en la escuela y el hogar.
Tabla
7
Distribución
según las consecuencias psicológicas del maltrato infantil
Consecuencias Psicológicas |
Frecuencia |
Porcentaje |
Baja autoestima |
15 |
25,86 |
Agresividad |
15 |
25,86 |
Tristeza |
10 |
17,24 |
Bajo rendimiento escolar |
14 |
24,13 |
Síntomas disociativos |
4 |
6,89 |
Total |
58 |
100,00 |
Fuente: Elaboración
propia, 2019.
En
la presente investigación se identificaron niños escolares con síntomas disociativos, como la presencia de períodos
recurrentes de pérdida de memoria, referirse a sí mismo en tercera persona, en
forma similar en México de acuerdo
con Vásquez, Feria, Palacios y De la
Peña (2010), la prevalencia del trastorno disociativo se ha
incrementado durante las últimas décadas.
En
la actualidad está bien documentada la asociación entre el trastorno de
identidad disociativa y el abuso infantil (Onostre, 2011). Ensink, Berthelot, Bégin,
Maheux y Normandin (2017), en su trabajo plantearon que los niños que sufren abuso sexual, expresan con mayor frecuencia
síntomas disociativos vinculados a los
efectos neurobiológicos del trauma.
Por su parte, se puede apreciar en la Tabla 8, que de los
52 niños con consecuencias físicas de maltrato infantil, se determinó: 25 casos
(48,07%) con cicatrices cutáneas, 17 casos (32,69%) con abscesos en piel
(infección bacteriana que produce secreción amarilla conocida como pus), 10
casos (19,23%) con traumatismo generalizado, con una diferencia significativa
(p<0.01) en cicatrices
cutáneas, encontrando similitud con el trabajo realizado por Lee, et al. (2017), donde se evidenciaron lesiones
agudas como traumatismo craneoencefálico y del sistema musculo esquelético. Es
de resaltar, que según la UNICEF
(2012), así como Kodner y Wetherton (2013), para el
diagnóstico precoz de maltrato infantil, se deben tomar en cuenta la
presencia de lesiones residuales tipo cicatrices y las infecciones de las
heridas postraumáticas.
Tabla
8
Distribución
según las consecuencias físicas del maltrato infantil
Consecuencias Físicas |
Frecuencia |
Porcentaje |
Cicatrices cutáneas |
25 |
48,07* |
Abscesos en piel |
17 |
32,69 |
Trauma generalizado |
10 |
19,23 |
Total |
52 |
100,00 |
* Diferencia significativa (p<0.01)
Fuente: Elaboración
propia, 2019.
En relación a las patologías o enfermedades
asociadas al maltrato por omisión, se observa en la Tabla 9: 15 casos (51,72%)
con desnutrición proteico-calórica, 8 casos (27,58%) con amibiasis intestinal y
6 (20,68%) presentaron asma bronquial, lo cual guarda similitud con los
resultados obtenidos por Widom, Czaja, Bentley y
Johnson (2012), quienes establecieron que el maltrato por omisión es un factor que
aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades pulmonares y desnutrición, causada por el abandono familiar (Barroso, Salvador y Fagundes, 2016), además
existe un aumento de la prevalencia de desnutrición crónica en niños menores de
cinco años, en hogares donde existe violencia contra la mujer y negligencia (Ruiz-Grosso, Loret y Miranda, 2014).
Tabla
9
Distribución
según las enfermedades asociadas al maltrato infantil
Enfermedades |
Frecuencia |
Porcentaje |
Desnutrición proteico-calórica |
15 |
51,72 |
Amibiasis intestinal |
8 |
27,58 |
Asma bronquial no controlada |
6 |
20,68 |
Total |
29 |
100,00 |
Fuente:
Elaboración propia, 2019.
Asimismo,
de acuerdo con Páramo-Castillo, D., y Rubio-Ruiz (2009), en su investigación
realizada en México, los niños que fueron víctima de abandono tuvieron mayor
probabilidad de desarrollar enfermedades respiratorias tipo asma no controlada,
por falta de cumplimento adecuado de medicación, de control y cuidados
inadecuados en el hogar, los casos de amibiasis intestinal se relacionan
con la falta de control de medidas de higiene y cuidados personales (Child Welfare Information Gateway, 2013).
De igual manera, en la Tabla 10 se
puede observar que de los 7 casos de
abuso sexual que se encontraron en la investigación, 3 casos (42,85%) presentaron infección por VIH y 4 (57,14%) resultaron
sin infección de trasmisión sexual, con una diferencia significativa (p<0.01); mientras que en Chile
la prevalencia de abuso sexual fue de 5 y 11% (Silva y Widoycovich, 2011).
Tabla
10
Distribución
según infecciones asociadas al abuso sexual
Infecciones |
Frecuencia |
Porcentaje |
Infección por VIH |
3 |
42,85 |
Sin infección |
4 |
57,14* |
Total |
7 |
100,00 |
* Diferencia significativa (p<0.01)
Fuente: Elaboración
propia, 2019.
Al respecto, en México el Sistema
Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia informó que en el 2010, se
recibieron 18.012 denuncias por maltrato infantil, de las cuales alrededor del
5% correspondieron a denuncias por abuso sexual infantil (Zúñiga, 2013). En Rodríguez,
Aguiar y García (2012), en su investigación “Consecuencias psicológicas del abuso
sexual infantil”, determinaron el
desarrollo de depresión, conducta suicida, trastorno por estrés postraumático y
problemas en el área de sexualidad.
Según Crawford, et al. (2017), la frecuencia de transmisión de VIH es baja en un solo episodio de agresión sexual, siendo del
0,1% al 0,2% en coitos vaginales y del 0,5% al 3% para coitos anales, lo cual
es reafirmado por Akinlusi, et
al. (2014), por otra parte, Tomori, et al. (2016), establecieron
que los adultos homosexuales con VIH reportaron en un alto porcentaje el
antecedente de abuso sexual infantil.
Conclusiones
La cultura de la violencia
forma parte de la realidad venezolana, siendo necesario realizar investigaciones
sobre las múltiples formas de convivencia familiar, puesto que los mecanismos
de resolución de conflictos son las agresiones físicas y verbales.
En el presente estudio se establece
que el maltrato infantil representa una experiencia adversa en el hogar, con
una alta frecuencia de violencia física, disfunción familiar y pobreza extrema,
donde más de la mitad de los niños presentaron consecuencias biopsicosociales
graves como: Baja autoestima, agresividad, bajo rendimiento escolar y síntomas
disociativos, por lo tanto el maltrato infantil constituye un factor de riesgo
para el bienestar psicológico, debido a que predispone
a enfermedades mentales en la niñez y adolescencia como: La depresión,
ansiedad, estrés postraumático, trastornos de la personalidad, problemas
conductuales y actividades antisociales.
También producto del maltrato físico se
evidenciaron cicatrices cutáneas, abscesos en piel y trauma multisistémico, además
patologías como la desnutrición proteico-calórica y una alta transmisión VIH asociada al abuso sexual, estas graves consecuencias
biopsicosociales del maltrato infantil, contribuyen a que futuras investigaciones
elaboren planes preventivos, para promover
la resiliencia en los niños, fomentar la enseñanza de estrategias de crianza
positiva, fortalecer los valores y la armonía familiar, para evitar las complicaciones de las experiencias
adversas relacionadas con el maltrato infantil, que
afectan significativamente el desarrollo neurobiológico del niño.
La investigación resalta que
para la prevención del maltrato infantil es importante concienciar a los pediatras, psicólogos, docentes, trabajadores
sociales, abogados y a la comunidad en general, de la importancia del
diagnóstico precoz del maltrato infantil, además es fundamental la responsabilidad social de
las empresas, para el apoyo económico de los programas de orientación y
mediación familiar permitiendo a mujeres y niños una vida feliz libre de violencia.
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* Este
trabajo se realizó en el marco del proyecto investigación “Estrategias de
aprendizaje con pertinencia social para la prevención de enfermedades
infantiles”, de la Dirección de Investigación y Desarrollo (DIDE), aprobado por
el Consejo Universitario de la Universidad Técnica de Ambato.
** Postdoctor en Ciencia y Tecnología. Doctor en
Ciencias Médicas. Doctor(c) en Ciencias de la Salud. Maestría en Inmunología. Especialista
en Pediatría. Profesor en
la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Técnica de Ambato,
Ecuador. E-mail: gfernandez@uta.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0246-0380
*** Médica Cirujana. Especialista en Pediatría. Hospital Universitario de Maracaibo, estado
Zulia, Venezuela. E-mail: f_patrizia@hotmail.com ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3185-0844
**** Médica
Cirujana. Especialista
en Pediatría. Especialista en Neumonología y
Tisiología. Profesora en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad
Técnica de Ambato, Ecuador. E-mail: ca.arraiz@uta.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-3302-4274
***** Doctora(c) en Ciencias de la Salud. Master en Psicopedagogía. Magister
en Educación Especial. Licenciada en Estimulación Temprana. Profesora en la
Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Técnica de Ambato, Ecuador. E-mail. elsavtroya@uta.edu.ec
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4545-6541
Recibido: 2019-09-11 · Aceptado: 2019-12-05