Formación por competencias: Reto de la educación
superior
Cejas Martínez, Magda
F.*
Rueda Manzano, María José**
Cayo Lema, Luis Efraín***
Villa Andrade, Luisa Carolina****
Resumen
La formación por competencias es un proceso de
enseñanza y aprendizaje que está orientado a las personas con el fin de
adquirir habilidades, conocimientos y actitudes para un desempeño idóneo. Este
artículo tiene como objetivo analizar la formación por competencias a partir de
la teoría existente, con el fin de caracterizar los factores que hacen posible
garantizar a las personas un desempeño idóneo en el marco de su formación
profesional. Como metodología se consideró la planteada por Samaja (2016)
sustentada en el método de la comprensión (explicación) de la teoría y la episteme
que gira en torno al tema objeto de estudio. El abordaje de las competencias
plantea la necesidad de reconocer los requerimientos actuales de transferir
desde el aprendizaje las destrezas y conocimientos las novedosas situaciones
existentes en el campo profesional permitiendo así ir más allá de la educación
y pasar a la profesionalización a través de un desempeño idóneo en las
actividades laborales. Se concluye que los factores inherentes al
proceso formativo por competencia (ser-saber y hacer) conlleva al éxito de las
instituciones educativas además de establecer múltiples dimensiones en el
ámbito de la formación humana destacando el desempeño idóneo en el marco del
contexto laboral.
Palabras clave: Competencias; desempeño; conocimiento; formación;
educación superior.
Training by competences: Challenge of higher education
Abstract
Competence-based education is a teaching and learning
process that is oriented to people with the purpose of acquiring skills,
knowledge and attitudes for an ideal performance. The aim of this article is to
analyze competency-based training based on the existing theory in order to
characterize the factors that make it possible to guarantee people an adequate
performance in the framework of their professional training; the approach of
the competences raises the need to recognize the current requirements of
transferring the skills and knowledge of the new situations existing in the
professional field from the learning allowing to go beyond the education and go
to the professionalization through an ideal performance in labor activities. As
a methodology, the one proposed by Samaja (2016) based on the method of
understanding (explanation) of theory and episteme that revolves around the
subject under study was considered. It is concluded that the factors inherent
in the training process by competence (being-know and do) leads to the success
of educational institutions in addition to establishing multiple dimensions in
the field of human training highlighting the ideal performance in the context
of the work context.
Keywords: Competences; performance;
knowledge; training; higher education.
Introducción
La formación por competencia
es entendida como un proceso de enseñanza y aprendizaje que está orientado a
que las personas adquieran habilidades, conocimientos y destrezas empleando
procedimientos o actitudes necesarias para mejorar su desempeño y alcanzar los
fines de la organización y/o institución.
Partiendo de esta premisa este articulo proviene
del análisis que denota la presencia de los procesos de formación por
competencia en forma continua y permanente en el marco de la adquisición de
nuevos conocimientos para la mejora de la profesión, la actualización profesional,
la promoción socio profesional además el fortalecimiento de la reconversión profesional.
Coincide con el planteamiento expresado en el Informe de la Unión Europea (1993)
editado como Libro Blanco Crecimiento, Competitividad, Empleo, Retos y Pistas, hace
énfasis en la destacada necesidad del siglo XXI donde se enfatiza en la
preparación para la sociedad del mañana, la cual no basta con poseer un saber y
un saber hacer, que hayan sido adquiridos de una vez para siempre.
Es necesaria la imperativa
aptitud para aprender, comunicar, trabajar en grupo para evaluar las
situaciones, por tanto, para el mencionado informe los oficios del mañana
exigirán actitud para formular diagnósticos y hacer propuestas de mejora en
todos los niveles, exigirán autonomía, independencia de espíritu y capacidad de
análisis basadas en el saber.
Este aporte mencionado por la Unión Europea,
destaca el carácter estratégico que posee la formación por competencia, el cual
enfatiza los alcances de la acción en el marco de la preparación de la
formación humana; teniendo en cuenta la educación en todos sus niveles,
entendida para efecto de este trabajo como aquella actividad formativa que a
través de procesos sistemáticos permite construir metodologías que permitan
impulsar el desarrollo de las competencias en el profesional, desde la escuela hasta el
mercado de trabajo. Sus objetivos son claros y definidos respecto a los resultados
de desempeño laboral, el cual implica la combinación de tres factores clave: el
Saber (conocimientos), el Saber Hacer (de las competencias) y las Actitudes
(compromiso personal).
Cabe destacar que el proceso
de la formación (desde cualquier ángulo) es complejo, tiene múltiples
dimensiones y es un proceso que ha sido valorado desde diferentes términos y
disciplinas, entre las que se destaca, la educación, la economía, la sociología
de la empresa, la psicología social, las relaciones industriales, entre otros;
su dimensión es de tal magnitud que abarca confundirla e interpretarla de
diferentes maneras, es decir, puede interpretarse como entrenamiento,
adiestramiento, instrucción, desarrollo, cualificación, educación.
Sin embargo, cada uno de estos
términos tienen en su contexto, un contenido específico que les identifica y,
aunque estén articulados con la formación, no significan lo mismo; en el ámbito
de la formación educativa, esta actividad tiene como fin el desarrollo de las
competencias en aquel que está en proceso formativo, dado que las
transformaciones de los sistemas productivos y organizativos, suponen en este
modo, una exigencia de adaptación de las calificaciones y ocupaciones, que de
una u otra forma deben estar articuladas con los sistemas educativos y los
formativos (Cejas et al., 2017).
Este artículo tiene como objetivo analizar la
formación por competencias a partir de la teoría existente, con el fin de caracterizar
los factores que hacen posible garantizar a las personas un desempeño idóneo en
el marco de su formación profesional. De esta manera la gestión del desempeño
juega un papel importante dado que se enfoca esencialmente en el desarrollo, en
lo que las personas “serán capaces de hacer” en el futuro. Por tanto, el pensamiento
estratégico y la proactividad en la formación por competencia es preponderante
en el ámbito del análisis y pretensión de este artículo, dado el contexto
educativo y laboral que representan hoy por hoy un debate universal en torno a
las competencias laborales.
1. Las competencias y su
significado
En el marco del análisis de la formación por competencias,
los especialistas que enmarcan su análisis en esta temática (Levy-Leboyer, 1997;
Alavi y Leidner, 2001; Friesl et al., 2011; Bustamante et al., 2012; Pérez, 2014; Castro, 2014;
Cejas et al., 2017), han puesto de
manifiesto el significado de estas, argumentando que las competencias no
provienen de un único paradigma, sino que ha ido conformándose con aportes
diversos que derivan de diferentes ámbitos teóricos (filosofía, psicología,
lingüística, sociología, economía y formación laboral) siendo así la fortaleza
del concepto y sus aplicaciones en el ámbito social, empresarial, académico y
científico.
Para Bustamante et
al. (2012:28), la palabra competencia es asumida como un concepto
“re-contextualizado que se ha sido transformando, en base a los significados
que originalmente se han proporcionado en diferentes contextos”, sin embargo,
el concepto ha sido entendido como aquel que tiene muchas dimensiones, determinándose
su significación desde los diversos ámbitos tales como el educativo, laborales,
culturales, sociales y más aún en la gestión humana. El mencionado especialista
determina que la formación por competencia implica aquel proceso que identifica
el desempeño idóneo de una persona en su actividad laboral, logrando así el
desarrollo de las destrezas, habilidades y conocimientos que deben estar
articulados con el aprendizaje desde la escuela y la demostración de los mismos
en el puesto de trabajo.
Por tanto, el uso de los diversos contextos sociales, educativos y
laborales depende de muchos significados. Para Tobón (2012), el uso puede
aplicarse por ejemplo a:
a. La competencia como
autoridad, la cual hace referencia al poder de mando que puede tener un
determinado cargo.
b. La competencia como
proceso de capacitación, refiriéndose a las responsabilidades y actividades que
debe desempeñar toda persona en un determinado puesto de trabajo.
c. Las competencias como
idoneidad, haciendo énfasis al calificativo de apoyo o no apto para el
desempeño profesional.
d. La competencia como
rivalidad, la cual se expresa en un eje esencial como es la necesidad de que
toda persona pueda sobresalir en la producción de bienes y servicios sobre
otras en determinados aspectos.
e. La competencia entre
personas, la cual hace referencia a la lucha de empleados entre sí, para
sobresalir en su desempeño y buscar mejores alternativas.
f. La competencia como requisito para el desempeño de un puesto de
trabajo, refiriéndose a las habilidades, capacidades, destrezas, conocimientos,
valores y actividades en un candidato determinado.
g. Competencia como
actividad deportiva, a modo de un factor de calidad sustantivo en las personas.
A tenor de lo expuesto, los autores de este articulo hacen énfasis que la
temática de formación por competencia posee diversas aplicaciones, con el fin
de adquirir conocimiento continúo dado que supone la alternancia entre el
trabajo y el estudio, lo cual permite con ello que las personas cobren mayor
valor para las organizaciones pues son capaces de demostrar su desempeño. En este sentido, las competencias adquiridas (compromiso,
ética, valores, toma de decisiones, liderazgo, empatía, creatividad) por las personas,
demuestran su capacidad de trabajo en el ámbito de las competencias y la
capacidad cognitiva en diversas situaciones.
No obstante, las competencias no son otra cosa que un planteamiento de la
formación, que refuerza la orientación hacia la practica o el desempeño tomando
como punto de referencia el perfil profesional, frente a una orientación
concebida como el conocimiento, construyendo así una aproximación pragmática al
ejercicio profesional (Cejas y Grau, 2008; Martínez, 2010; Gutiérrez, 2014; Cuesta,
2018).
2. El saber ser,
el saber conocer y el saber hacer
Se refiere a los resultados esperables en función de
las acciones de formación, que derivan directa e inmediatamente de esta última.
Aun cuando existe una extensa bibliografía respecto a los objetivos de la
formación, se exponen tres dominios básicos para una mayor comprensión de los
objetivos de la misma, los cuales identifican lo cognoscitivo, lo afectivo y lo
psicomotor, los cuales están íntimamente relacionados –siguiendo los
especialistas citados con antelación- determinándose los siguientes factores:
·
Los Conocimientos- Saber.
·
De Las Competencias- Saber Hacer.
·
De Las Actitudes- Compromiso Personal.
Estos tres componentes están alineados a la propuesta
de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO,1990); a la recomendación 195 de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), la cual responde a las exigencias del informe de Delors
(1996), dado que estos informes mundiales tienen en común la necesidad de
responder a los requerimientos actuales del mundo del trabajo y de la educación
en materia formativa. El informe de Jacques Delors “La educación encierra un tesoro”
(1996), destaca cuatro pilares fundamentales de la educación que tiene que ver
con la formación:
· Aprender a conocer: Dominar los instrumentos
del conocimiento, vivir dignamente y hacer su propio aporte a la sociedad.
· Aprender a hacer: Lo cual significa que se
debe aprender para hacer cosas y se debe preparar al futuro profesional, conocimientos
que agregan valor a la sociedad.
· Aprender a convivir y a trabajar en proyectos comunes: Esto implica que no será
posible comprender las acciones de uno mismo sino se aprende a conocer al otro,
para ello hay que intentar romper con la diversidad y crear más igualdad.
· Aprender a ser: Es el desarrollo total y
máximo posible de cada persona.
Ante estas premisas fundamentales, se establece los
tres pilares primordiales para el logro de un desempeño idóneo a través de la
actividad formativa, los cuales hacen referencia a lo mencionado con
antelación, el Saber Ser- El Saber Conocer- y el Saber Hacer. La combinación de
estos saberes permite garantizar los resultados de la formación, teniendo en
cuenta para ello los criterios hacia el logro de las acciones formativas entre
las que se destacan:
a. Relevancia, la cual hace referencia que los
objetivos que se pretenden conseguir y merezcan los esfuerzos que se invertirán
en su logro.
b. Claridad, la cual hace referencia a la claridad
de formulación, que no debe vincularse a la exclusiva concepción conductual de
los objetivos.
c. Posibilidad de evaluación, la cual se refiere a
la aplicación de pruebas inmediatas y objetivas.
Es de recordar que los objetivos del proceso
formativo por competencias estipula claramente los logros que se desean
alcanzar, y que son los motivos por los que se diseña el plan de formación. Los
objetivos deben basarse en la productividad, calidad, planificación de los
recursos humanos, moral, compensación indirecta, salud, seguridad, presencia y
desarrollo personal.
3. La formación profesional como
instrumento clave de las competencias en el campo laboral
Los esquemas
organizativos y conceptuales de la formación profesional han sido rebasados por
las nuevas tendencias de la organización del trabajo, así como el surgimiento
de las nuevas demandas hacia los trabajadores más cualificados y aquellos que
requieren ser reconvertidos profesionalmente y que se hacen más evidente en el
mundo laboral. Partiendo de la recomendación 117 de la OIT (1963), la cual establece que la
formación profesional es un proceso que permite preparar o readaptar al
individuo para que ejerza un empleo, inicial o no, en una rama cualquiera de la
actividad económica, destacando algunas consideraciones que, a modo de ver de
otros tratadistas del tema de la formación versus el empleo, identifican su
alcance e incidencia en ambas condiciones. Igualmente, la recomendación 195 de
la OIT (2004), la cual hace énfasis en la educación, formación y aprendizaje
permanente.
Para Tobón (2012), la formación profesional por
competencia es concebida como aquella acción de suministrar a una persona o
grupo, información y entrenamiento preciso para conocer-aprender a realizar y desempeñar
una determinada actividad laboral. También es posible comprenderla como aquellas
acciones formativas que van dirigidas a la mejora del desempeño, comprendido
como aquel proceso que permite la preparación de una persona para ejercer una
determinada actividad o profesión, garantizando el desarrollo continuo desde la
educación inicial hasta el nivel profesional, permitiendo a los desocupados
adquirir un empleo para ingresar al campo de trabajo.
Es posible comprender
desde esta perspectiva, que hoy se exigen trabajadores de alto desempeño,
considerados como aquellos cuyo puesto de trabajo demuestra el desarrollo de
sus competencias y ejecutan su actividad laboral efectivamente.
Las sociedades del
conocimiento cada vez más fundamentan su éxito no en el capital financiero sino
en el capital humano, los puestos de trabajo demandan de las personas una mayor
capacidad de innovación y diferenciación. Esta capacidad de diferenciación depende
en gran medida de los componentes profundos de las capacidades, aptitudes
emocionales, y una educación por competencias, cuyo valor agregado es precisamente
garantizar el desempeño y la mejora en los procesos de aprendizajes.
La mayoría de las veces, la práctica de la formación
por competencias se percibe solo en el ámbito de cursos; sin embargo, luego de
ser éstos dictados y/o ofrecidos no se le da seguimiento sistemático al
instruido, por lo tanto, la acción no se divisa, debilitando así el proceso.
Para corresponder al saber ser, el saber conocer y el saber hacer, es necesario
concebir las experiencias diversas tanto en lo empírico como en lo novedoso del
sistema por competencias, teniendo en cuenta los objetivos estratégicos, planes
y las capacidades que puedan demostrar las personas en su puesto de trabajo.
Igualmente, a través de la formación por competencia
se apuesta por una mayor producción con mayores resultados y en consecuencia asociada
a la formación, probando así incrementar la eficiencia, obteniendo de la
persona un alto grado de satisfacción en base a su desempeño.
4. Metodología
Tomando
en cuenta los aportes de Namakforoosh (2014); Vieytes (2014); Paramo (2016) y Samaja
(2016), se asume el método de la explicación (o comprensión) científica, que se
deriva de la teoría consultada en una investigación de tipo documental. En este sentido, se sostiene que toda
investigación científica espera que produzca no solo una descripción de
aspectos particulares del objetivo de estudio, sino además la explicación y/o
comprensión de aspectos que conlleva al abordaje sistemático de lo que se ha tratado.
Se
inscribe y se desarrolla el estudio develando a través de la tipología de
investigación documental, los conocimientos que fueron el resultado de las
técnicas que giran en torno a la revisión bibliográfica, pertinente y
actualizada, estableciéndose con ello una interpretación del tema, adecuándose
al contexto base del propósito que se planteó.
De
esta manera se desarrolló un marco teórico/epistémico con teorías que describen
y explican al objeto de investigación en el sistema de relaciones, presentados
en torno a la formación por competencia, atendiendo con ello el acercamiento a
las teorías de los autores clásicos del área de conocimiento, que al mismo
tiempo sustentaron en el estudio los planteamientos de los autores
contemporáneos.
5. Resultados
Desde la comprensión de los
elementos para una teoría de investigación científica y en torno a los métodos
y técnicas documentales (lectura, análisis y comprensión) empleados en el
desarrollo del trabajo, cabe señalar como resultado que la formación por
competencia es generada en base a la determinación y pertinencia de los componentes que hacen posible su
propósito fundamental /ser /saber/hacer, para ello, la modernización del campo
de la educación superior, permite
identificar las distintas instancias bajo la mirada sistémica de los procesos
educativos, que van en consonancia con los cambiantes objetivos políticos y
estructuras socio económicas, que proceden de las medidas gubernamentales, no
obstante identificar desde los actores educativos y laborales los
conocimientos, actitudes y los rasgos de personalidad, hace posible proveer a
los sistemas institucionales de personas con desempeños eficaces e idóneo que
ayudan ampliamente a la sociedad en general.
En función a ello, las
instituciones de educación superior cada vez más se han interesado en la formalización
de sus propias estructuras normativas y de profesionalización, generando en sus
graduados una visión holística en torno a su preparación y mejora continua. En
todo esto, habrá que considerar las exigencias del mercado laboral y las
competencias que se requieran en términos genéricos, es decir, aquellas que
proveen en el ambiente educativo conocimientos, habilidades y destrezas; como
aquellas que han permitido la identificación y definición de un profesional
apto para el mercado laboral.
Conclusiones
En el desarrollo del proceso investigativo que gira
en torno a las competencias laborales, es necesario destacar el interés que ha
tenido esta temática en el campo de la educación superior, no obstante, la
mayoría de las veces, en la práctica, la formación por competencia es
comprendida como un proceso de adiestramiento y/o capacitación que solo genera
un determinado conocimiento; sin embargo, estos procesos formativos en el campo
profesional y educativo si bien genera un valor agregado a la persona que reviste
de su formación inicial (tercer nivel o cuarto nivel), no son suficientes para
considerar la certificación que se deriva de la formación por competencias.
Desde esta perspectiva cabe señalar que el
objetivo de esta investigación se propuso analizar la formación por
competencias a partir de diversos especialistas, caracterizando los factores
que hacen posible garantizar a las personas un desempeño idóneo en el marco de
su formación profesional.
En este sentido, estos factores apuntan al saber
ser, el saber conocer y el saber hacer, teniendo en cuenta en primer lugar, la
necesidad de un equilibrio entre la formación y el trabajo, lo cual determina
una mejora considerable del desempeño; en segundo lugar, la comprensión y
búsqueda para ser competitivo ante el alto grado de competencia, generando
soluciones de éxito; en un tercer aspecto, la demostración de una mayor productividad
de los resultados desde la universidad hasta el medio laboral, lo que finalmente,
determina que la formación por competencia lleva implícito el desarrollo
personal y profesional, facilitando enormemente las posibilidades de
desarrollarse de forma efectiva y además idónea.
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Empresa-Universidad y Sociedad. GEUS. Universidad de Carabobo. UC. Venezuela. Email:
mfcejas@espe.edu.ec ORCID: http://orcid.org/0000-0002-0618-3608
** Magister en Gerencia
Hospitalaria. Docente Investigador de la Pontificia Universidad Católica del
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*** PhD© del Programa Doctoral en Educación. Magister en Docencia
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Ecuador. UCAB. Venezuela. Email: luis.cayo@utc.edu.ec. ORCID:
http://orcid.org/0000-0001-8135-9696
**** Magister. Docente Investigador de la Universidad Técnica de Cotopaxi. Latacunga,
Ecuador. Facultad de Ciencias de la Ingeniería Aplicada. Email: luisa.villa@utc.edu.ec ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5702-4674
Recibido: 2018-09-21 · Aceptado: 2018-12-15