Orientación de la
gestión del conocimiento y rendimiento en las pequeñas y medianas empresas
mexicanas
Pinzón Castro, Sandra Yesenia*
Maldonado Guzmán, Gonzalo**
Marín Aguilar, José Trinidad***
Resumen
En la actual literatura
de las ciencias empresariales está emergiendo una nueva estrategia empresarial
llamada orientación de la gestión del conocimiento, la cual permite a las empresas,
primordialmente a las pequeñas y medianas (pymes), incrementar de manera
significativa su nivel de rendimiento empresarial. Sin embargo, existe una
limitación en la evidencia teórica y empírica sobre la importancia de esta estrategia
para las pymes, aun cuando este constructo ha sido analizado ampliamente en la
literatura como una estrategia que mejora el nivel de rendimiento empresarial. Así,
el objetivo de este estudio es analizar la relación existente entre la
orientación de la gestión del conocimiento y el nivel de rendimiento
empresarial en las pymes, utilizando para ello una muestra de 368 empresas del
estado de Aguascalientes (México) y utilizando el modelo de ecuaciones
estructurales para analizar más detalladamente la relación entre estos dos
constructos. Los resultados obtenidos muestran que la orientación de la gestión
del conocimiento tiene una influencia positiva significativa en el nivel de
rendimiento empresarial de las pymes lo cual permite concluir que las pymes mexicanas
tienen un mayor nivel de rendimiento empresarial cuando tienen una mayor
orientación de la gestión del conocimiento, que aquellas que aun no lo
implementan.
Palabras
Clave: Orientación de la gestión del conocimiento; gestión
del conocimiento; conocimiento; rendimiento empresarial; pequeñas y medianas empresas.
Knowledge management
orientation and business performance in mexican small and medium-sized enterprises
Abstract
In the current literature of business sciences is
emerging a new business strategy called knowledge management orientation, which
allows companies, primarily small and medium-sized enterprises (smes), significantly
increase their level of business performance. However, there is a limitation in
the theoretical and empirical evidence on the importance of this strategy for smes,
even though this construct has been widely analyzed in the literature as a
strategy that improves higher level of business performance. Thus, the
objective of this study is to analyze the relationship between knowledge
management orientation and business performance in smes, using a sample of 368 firms
from the state of Aguascalientes (Mexico), and using the structural equations model
to analyze in more detail the relationship between these two constructs. The
results obtained show that the knowledge management orientation has a
significant positive influence on the level of business performance of smes,
which allows to conclude that mexican smes have a higher level of business
performance when they have a greater knowledge management orientation, than
those that do not yet implement it.
Keywords: Knowledge management orientation;
knowledge management; knowledge; business performance; small and medium-sized
enterprises.
Introducción
El
rendimiento empresarial y la propia sobrevivencia de las organizaciones,
especialmente las pequeñas y medianas empresas (Pymes), son determinados en un
elevado porcentaje por el desarrollo de las competencias del conocimiento que
éstas posean (Daud y Wan, 2010). Por lo tanto, el conocimiento es considerado
en la literatura de las ciencias empresariales y de la gestión, no solamente como
uno de los recursos intangibles más importantes sino también como una de las
mayores ventajas competitivas que pueden tener las Pymes (Bell, 1973; Nonaka,
1994). Además, las Pymes que compiten en un mercado basado en una economía del
conocimiento, pueden mejorar significativamente sus ventajas competitivas y su
rendimiento empresarial, en la medida en que la gestión de su conocimiento sea
mucho mejor que la de su competencia (Grant, 1996; Prusak, 2001).
Asimismo, el
conocimiento generado en las organizaciones puede ser definido como “toda
aquella información creíble que tiene un valor potencial para la organización”
(Hult, 2003:189), el cual bien orientado y gestionado puede incrementar
significativamente el rendimiento empresarial y las capacidades de las Pymes
(Grant, 1996). Por lo tanto, la gestión del conocimiento se debe orientar en la
organización y disponibilidad del conocimiento más importante generado fuera y
al interior de las empresas, para que pueda ser utilizado cuando se necesite
(Sabherwal y Becerra-Fernández, 2003). Por ello, la orientación de la gestión
del conocimiento es considerada en la actual literatura como una actividad
esencial no solamente para obtener mejores resultados empresariales (Lee y
Byounggu, 2003), sino también para incrementar significativamente el nivel de
rendimiento empresarial (Daud y Wan, 2010).
En este
sentido, la orientación de la gestión del conocimiento generalmente es definido
en la literatura como la propensión relativa que tienen las empresas para
generar o almacenar todo aquel conocimiento importante de la organización, así
como la propensión para compartir, asimilar y recibir el nuevo conocimiento
generado al interior y exterior de la propia empresa (Feldman y March, 1981; Levitt
y March, 1988; Szulanski, 1996; Simonin, 1999; Schulz, 2001). En particular, la
orientación de la gestión del conocimiento se refiere prácticamente al grado en
el cual las empresas, en especial las Pymes, están internamente orientadas
tanto en el comportamiento que involucra a todo el personal de la organización,
como al acumulamiento y uso adecuado del conocimiento generado al interior y
exterior de la organización (Daud y Wan, 2010).
Bajo
este contexto y siguiendo las recomendaciones de Wang et al. (2009) y Daud y Wan (2010), la
principal contribución de este estudio empírico es el análisis y discusión de
la relación existente entre la orientación de la gestión del conocimiento y el
rendimiento empresarial de las Pymes en un país de economía emergente, como es
el caso de México. El resto del trabajo se ha organizado de la siguiente manera;
en el apartado segundo se revisa el marco teórico, los escasos estudios
empíricos realizados previamente y se plantean las hipótesis de la
investigación; en el tercer apartado se expone la metodología, la muestra y las
variables utilizadas; en el apartado cuarto se analizan los resultados
obtenidos y, por último, en el quinto apartado se exponen las principales
conclusiones y la discusión del trabajo.
1.
Revisión de la literatura
En la
literatura de las ciencias empresariales y de la gerencia es común encontrar
que la gestión del conocimiento puede ayudar a las empresas, primordialmente a
las Pymes, a adquirir, almacenar y utilizar el conocimiento para la solución de
sus principales problemas y obtener un aprendizaje más dinámico que facilite la
toma de decisiones y mejore su nivel de rendimiento empresarial (Sveiby, 1997).
Asimismo, existe evidencia teórica y empírica en la actual literatura de la
importancia que representa para las empresas el gestionar adecuadamente su conocimiento
(Conner y Prahalad, 1996; Kogut y Zander, 1996), además de que la habilidad que
posean las empresas para generar nuevo conocimiento es esencial (Nonaka y
Takeuchi, 1995; Powell, 1998; Von Krogh, 1998), sobre todo para obtener un
mejor nivel de rendimiento empresarial (Wang et al., 2009; Daud y Wan, 2010).
Asimismo,
diversos investigadores, académicos y profesionales del campo del conocimiento
han reconocido que la gestión del mismo, es considerada como prerrequisito
fundamental para que las empresas obtengan mejores resultados (e.g. Porter,
1980; Cole, 1998; Davenport y Klahr, 1998; Powell, 1998). Por lo tanto, la
gestión del conocimiento puede ser considerada como una parte sustancial de los
procesos de organización de las empresas (Zhou y Fink, 2003), pues de acuerdo
con Gold et al. (2001), la gestión
del conocimiento es una condición ineludible para la obtención de un mejor
rendimiento empresarial. Así, las empresas, sobre todo las Pymes, tendrán que
orientar adecuadamente la gestión de su conocimiento para lograr mejores
resultados, sobre todo apoyando a todo el personal de la organización a
compartir y utilizar apropiadamente la información y el conocimiento adquirido
y generado al interior y exterior de la propia organización (Skyrme, 1997; O’Dell
y Grayson, 1998).
En este
sentido, la orientación de la gestión del conocimiento juega un papel esencial
en las empresas para la obtención de un mejor nivel de rendimiento empresarial
(Wang et al., 2009), y una efectiva y
eficiente integración con todas aquellas actividades organizacionales, es una
capacidad que tienen las empresas que les puede servir no solamente como un
recurso estratégico (Day y Wensley, 1988; Hult y Ketchen, 2001), sino además
para incrementar significativamente su nivel de rendimiento empresarial (Wang et al., 2009; Daud y Wan, 2010). Por lo
tanto, la orientación de la gestión del conocimiento con frecuencia es
considerada en la literatura como uno de los recursos intangibles más
importantes que poseen las empresas, y como una capacidad esencial que permite
a las organizaciones, sobre todo a las Pymes, mejorar sus resultados y su
posición de mercado (Dierickx y Cool, 1989; Rumelt et al., 1994; Day, 1994 y 1999).
Así, una
integración efectiva de la orientación de la gestión del conocimiento es
necesaria no solo para mejorar la orientación al mercado de las empresas (Day,
1994, 1999), sino también para incrementar todos aquellos recursos estratégicos
que son altamente valorados, raros, inimitables y difíciles de sustituir
(Barney, 1991), con la finalidad de obtener un mayor nivel de rendimiento
empresarial (Wang et al., 2009). Por
lo tanto, la orientación de la gestión del conocimiento se está convirtiendo en
una actividad empresarial más común entre una parte importante de empresas, pues
aquellas empresas que la han adoptado comúnmente tienen mejores resultados
(rendimiento empresarial), derivado de los recursos únicos e inimitables que
poseen (Dierickx y Cool, 1989), mientras que las empresas que no lo han hecho
tienen un menor nivel de rendimiento empresarial derivado de su bajo nivel de
gestión del conocimiento (Day, 1994).
Adicionalmente,
la orientación de la gestión del conocimiento puede ser considerada en la
literatura, tanto como una habilidad que poseen las empresas y un recurso
fundamental de todas las competencias y capacidades que tienen las
organizaciones (Lei et al., 1997),
como una ventaja competitiva que poseen las empresas para la generación de
mayor valor para sus clientes y consumidores, a través de la disminución de sus
costos totales o de la diferenciación de sus productos o servicios (Day y
Wensley, 1988). Fundamentalmente, la habilidad que tengan las empresas, sobre
todo las Pymes, de recabar la información del mercado y de sus principales
competidores, y de orientar y gestionar adecuadamente ese conocimiento básico
para responder rápidamente a las necesidades y requerimientos del mercado,
puede convertirse no solamente en un recurso estratégico para la organización,
sino además en una ventaja competitiva potencial y en un mayor nivel de
rendimiento empresarial (Aaker, 1984).
Así,
diversos investigadores, académicos y profesionales de las ciencias
empresariales consideran que la gestión del conocimiento puede ser considerada
como una habilidad esencial que poseen las empresas, entre ellas las Pymes,
para compartir (intercambio de conocimiento), asimilar (asimilación de
conocimiento) y recepción de nuevo conocimiento (recepción de conocimiento),
los cuales tienen un efecto positivo y significativo en el nivel de rendimiento
empresarial (Wang et al., 2009). Por
lo tanto, consistente con la literatura en la cual la mayoría de los autores
analizan este fenómeno como de segundo orden (de manera conjunta), es
importante establecer que también es posible su análisis de manera desagregada,
es decir, como factores o dimensiones de primer orden, ya que cada uno de estos
también reflejan la orientación de la gestión del conocimiento que tienen las
empresas (Godfrey y Hill, 19995; Jöreskog et
al., 2000; Berney y Mackey, 2005).
Dentro del
contexto de las iniciativas de la orientación de la gestión del conocimiento,
el intercambio de conocimiento se refiere prácticamente a la transferencia de
conocimiento, habilidades y tecnología entre las unidades económicas de una
misma organización, o entre las distintas áreas o departamentos de una misma
empresa (Tsai, 2002). Asimismo, el intercambio de conocimiento se realiza
comúnmente de manera individual (Huber, 1991), y se realiza a través de la
cadena de suministro existente entre las empresas (Hult et al., 2004). Por lo tanto, el flujo del conocimiento entre las
empresas o personas conecta específicamente el conocimiento adquirido entre los
proveedores, de tal manera que puedan intercambiar habilidades y actividades
laborales, lo cual genera un intercambio de conocimiento (Gray, 2001), ya que
este intercambio es esencial para lograr un mayor nivel de rendimiento
empresarial (Nonaka y Takeuchi, 1995). Por lo tanto, en estos momentos es
posible plantear la siguiente hipótesis:
H1: A mayor
intercambio de conocimiento, mayor rendimiento empresarial
Con respecto
a la asimilación de conocimiento, Cohen y Levinthal (1990) lo definen como la
capacidad y habilidad de asimilación que tienen las empresas, para reconocer el
valor del nuevo conocimiento generado, asimilarlo y aplicarlo en la
organización. Asimismo, la asimilación de conocimiento generalmente conlleva
dos procesos esenciales: la exploración y explotación del conocimiento generado
(Van den Bosch et al., 1999). La
exploración del conocimiento se orienta en la detección y adquisición de nuevo
conocimiento, mientras que la explotación del conocimiento hace énfasis en la
utilización del conocimiento existente (Cohen y Levinthal, 1990), por lo cual
en ambos procesos la asimilación de conocimiento juega un papel esencial en la
transformación de la información recabada del mercado y los principales
competidores, lo cual podría mejorar significativamente el nivel de rendimiento
empresarial de las organizaciones (Wang et
al., 2009). Por lo tanto, de acuerdo a la información presentada con
anterioridad es posible plantear la siguiente hipótesis:
H2: A mayor
asimilación de conocimiento, mayor rendimiento empresarial
Finalmente, con
respecto a la recepción de conocimiento éste refleja la facilidad con la cual
las nuevas ideas son aceptadas e implementadas en las empresas (Wang et al., 2009). Sin embargo, cómo estas
nuevas ideas y conocimiento son percibidos y evaluados por todos los empleados
de la organización es elemental (McDermott, 1999), ya que, si el personal tiene
una disposición positiva para aceptar y utilizar el nuevo conocimiento,
entonces se facilitará la integración de este conocimiento en todas las
operaciones de las empresas (Davenport et
al., 1998). Por lo tanto, la recepción de conocimiento es un concepto que
regularmente está orientado a la generación de nuevas ideas y juicios, de
acuerdo a la identidad y estatus que tienen las personas en las empresas
(Popper y Lipshitz, 1998), lo cual incrementa significativamente no solamente
los canales de comunicación en las empresas (McGill et al., 1992), sino también el nivel de rendimiento empresarial
(Wang et al., 2009). Por lo tanto, en
estos momentos es posible plantear la siguiente hipótesis:
H3: A mayor recepción
de conocimiento, mayor rendimiento empresarial
2.
Metodología
Para dar
respuesta a las tres hipótesis de investigación planteadas en este estudio
empírico, se realizó un trabajo de investigación en 368 Pymes del Estado de
Aguascalientes (México), en el cual se tomó en cuenta el Directorio del Sistema
Empresarial de México para el Estado de Aguascalientes, el cual tenía
registradas 5.194 empresas en el mes de diciembre de 2016. Para efectos de este
estudio empírico se consideraron solamente a aquellas empresas que tenían entre
5 y 250 trabajadores, con lo cual el directorio empresarial se redujo a sólo 1.261
empresas. Además, la muestra se seleccionó de manera aleatoria considerando
para ello un nivel de confiabilidad del 96% y un error muestral de ±4,5%, quedando una
muestra final de 368 Pymes a las cuales se les aplicó una encuesta por medio de
una entrevista personal a los gerentes de estas empresas durante los meses de
enero a abril de 2016.
Asimismo, para la medición de la
orientación de la gestión del conocimiento se consideró la escala desarrollada por
Wang et al. (2009), la cual contempla
tres dimensiones: Intercambio de conocimiento, medido a través de 8 ítems y
adaptada de Nonaka y Takeuchi (1995), Davenport et al. (1998), Holtshouse (1998), Hansen et al. (1999), De Long y Fahey (2000) y Becker (2001); asimilación
de conocimiento, medido por medio de una escala de 4 ítems y adaptada de Kogut
(1988), Hennart (1988), Szulanski (1996), Simonin (1999), O’Dell et al. (1999) y María (2001); y
recepción de conocimiento, medido a través de 8 ítems y adaptada de Kanter
(1989), McGill et al. (1992), Popper
y Lipshitz (1998), Davenport et al. (1998), De Long y Fahey
(2000) y Marchand et al. (2000). Todos los ítems de estas tres escalas
fueron medidos por medio de una escala tipo Likert de 5 puntos con 1= total
desacuerdo a 5= total acuerdo como límites.
Por
último, el rendimiento empresarial fue medido a través de 3 ítems (1: Retorno
de la inversión comparada con la competencia; 2: Ganancias comparadas con la
competencia y; 3: Participación del mercado comparado con la competencia), y
fue adaptada de Tan y Litschert (1994). Además, la totalidad de los ítems se
midieron a través de una escala tipo Likert de 5 puntos con 1= Total desacuerdo
a 5= Total acuerdo como límites. Asimismo, como paso previo al análisis de los
resultados del estudio, se llevó a cabo un análisis de fiabilidad y validez de
las escalas utilizadas en el modelo teórico.
La fiabilidad y la validez se
evaluaron por medio de la aplicación de un Análisis Factorial Confirmatorio
(AFC), empleando para ello el método de máxima verosimilitud con el software
EQS 6.2 (Bentler, 2005; Brown, 2006; Byrne, 2006), siendo evaluada la
fiabilidad a través de dos índices básicos: el alfa de Cronbach y el Índice de
Fiabilidad Compuesta (IFC) (Bagozzi y Yi, 1988), y la validez se evaluó por
medio del Índice de la Varianza Extraída (IVE) (Fornell y Larcker, 1981). Asimismo,
se consideró pertinente la utilización de las recomendaciones de Chou et al. (1991) y de Hu et al. (1992), con respecto a la corrección
de los estadísticos del modelo teórico cuando se considera que la normalidad de
los datos está presente, utilizando también los estadísticos robustos para
proporcionar un mejor ajuste de los datos del modelo analizado (Satorra y
Bentler, 1988).
Los resultados obtenidos de la
aplicación del AFC se presentan en la Tabla I e indican que el modelo teórico
tiene un buen ajuste de los datos (S-BX2 = 447.797; df = 164; p =
0.000; NFI = 0.855; NNFI = 0.886; CFI = 0.902; RMSEA
= 0.069), todos los ítems de los factores relacionados son
significativos (p < 0.01),
el tamaño de todas las cargas factoriales estandarizadas superan el valor de
0.60 (Bagozzi y Yi, 1988), el
alfa de Cronbach y el IFC tienen un valor superior a 0.70, y el IVE tiene un
valor superior a 0.50 (Fornell y Larcker, 1981). Por lo tanto, estos valores
indican que existe suficiente evidencia de fiabilidad y validez convergente, lo
que justifica la fiabilidad interna de las dos escalas utilizadas (Nunally y
Bernstein, 1994; Hair et al., 1995).
Tabla
I
Consistencia
interna y validez convergente del modelo teórico
Variable |
Indicador |
Carga Factorial |
Valor t Robusto |
Alfa de Cronbach |
IFC |
IVE |
Intercambio de Conocimiento |
KS1 |
0.805*** |
1.000a |
0.854 |
0.855 |
0.564 |
KS2 |
0.783*** |
21.601 |
||||
KS3 |
0.786*** |
20.155 |
||||
KS4 |
0.789*** |
19.121 |
||||
KS5 |
0.704*** |
14.761 |
||||
KS6 |
0.621*** |
9.860 |
||||
Asimilación de Conocimiento |
KA1 |
0.737*** |
1.000a |
0.822 |
0.823 |
0.538 |
KA2 |
0.664*** |
11.751 |
||||
KA3 |
0.800*** |
15.076 |
||||
KA4 |
0.725*** |
12.247 |
||||
Recepción de Conocimiento |
KR1 |
0.736*** |
1.000a |
0.886 |
0.887 |
0.529 |
KR2 |
0.667*** |
12.138 |
||||
KR3 |
0.691*** |
12.753 |
||||
KR4 |
0.784*** |
14.992 |
||||
KR5 |
0.729*** |
13.279 |
||||
KR6 |
0.759*** |
13.824 |
||||
KR7 |
0.719*** |
11.902 |
||||
Business Performance |
BP1 |
0.881*** |
1.000a |
0.914 |
0.914 |
0.780 |
BP2 |
0.949*** |
26.770 |
||||
BP3 |
0.813*** |
17.482 |
||||
S-BX2 (df = 164) =
447.797; p < 0.000; NFI = 0.855; NNFI = 0.886; CFI = 0.902; RMSEA = 0.069 |
||||||
a = Parámetros constreñidos a
ese valor en el proceso de identificación |
||||||
*** = p <
0.01 |
Fuente: Elaboración propia
El análisis de la
validez discriminante se realizó por medio de dos test: el test de intervalo de confianza propuesto por
Anderson y Gerbing (1988), el cual establece que con un intervalo del 95% de
confidencialidad ninguno de los elementos individuales de los factores latentes
de la matriz de correlación contiene el valor de 1.0; y el test de la varianza extraída propuesto por Fornell y Larcker (1981),
el cual establece que el IVE entre cada par de constructos es superior que su
correspondiente covarianza al cuadrado. Por ello, de acuerdo a los resultados
obtenidos de ambos test se puede
concluir que ambas mediciones demuestran suficiente evidencia de validez
discriminante del modelo, tal ycomo lo muestra la Tabla II.
Tabla
II
Validez
discriminante del modelo teórico
Variables |
Intercambio de
Conocimiento |
Asimilación de
Conocimiento |
Recepción de
Conocimiento |
Rendimiento
Empresarial |
Intercambio de
Conocimiento |
0.564 |
0.108 |
0.124 |
0.204 |
Asimilación de
Conocimiento |
0.239 - 0.419 |
0.538 |
0.238 |
0.091 |
Recepción de
Conocimiento |
0.274 - 0.430 |
0.382 -
0.594 |
0.529 |
0.110 |
Rendimiento
Empresarial |
0.336 - 0.568 |
0.192 -
0.412 |
0.238 -
0.426 |
0.780 |
La diagonal representa el Índice de
Varianza Extraída (IVE), mientras que por encima de la diagonal se muestra la parte de la varianza (La correlación
al cuadro). Por debajo de la diagonal, se presenta la estimación de la
correlación de los factores con un intervalo de confianza del 95%.
Fuente:
Elaboración propia
3. Resultados y discusión
Para
dar respuesta a las tres hipótesis de investigación planteadas en este estudio
empírico se aplicó un modelo de ecuaciones estructurales, utilizando para ello el
software EQS 6.2 (Bentler, 2005; Byrne, 2006; Brown, 2006), por medio del cual
se examinó la validez nomológica del modelo teórico a través del test de la Chi cuadrada, que consistió
en la comparación de los resultados obtenidos entre el modelo teórico y el
modelo de medida, encontrando que las diferencias entre ambos modelos no fueron
significativas, lo cual permite ofrecer una explicación de las relaciones
observadas entre los constructos latentes (Anderson y Gerbing, 1988; Hatcher, 1994). La Tabla III muestra
más a detalle estos resultados.
Tabla
III
Resultados
del modelo de ecuaciones estructurales
Hipótesis |
Relación Estructural |
Coeficiente Estandarizado |
Valor t Robusto |
H1:
A mayor intercambio de conocimiento, mayor nivel de rendimiento empresarial. |
Intercambio→Rendimiento |
0.487*** |
7.016 |
H2: A mayor asimilación de conocimiento, mayor
nivel de rendimiento empresarial. |
Asimilación →Rendimiento |
0.243*** |
4.446 |
H3: A mayor recepción de conocimiento, mayor
nivel de rendimiento empresarial. |
Recepción → Rendimiento |
0.240*** |
4.431 |
S-BX2
(df = 164) = 447.835; p < 0.000; NFI = 0.855; NNFI = 0.886; CFI = 0.902;
RMSEA = 0.069 |
*** = P < 0.01
Fuente: Elaboración
propia
En la Tabla III se muestran los resultados obtenidos de la aplicación
del modelo de ecuaciones estructurales, encontrando con respecto a la hipótesis
H1 los siguientes
resultados, β = 0.487, p < 0.01, los cuales indican
que el intercambio de conocimiento tiene efectos positivos significativos en el
rendimiento empresarial de las Pymes. En cuanto a la hipótesis H2 los resultados obtenidos,
β = 0.243, p < 0.01, indican que la asimilación de conocimiento tiene
efectos positivos significativos en el rendimiento empresarial de las Pymes.
Con respecto a la hipótesis H3
los resultados obtenidos, β = 0.240, p < 0.01, indican que la recepción de
conocimiento tiene efectos positivos significativos en el rendimiento empresarial
de las Pymes. Por lo tanto, es posible establecer
que la orientación de la gestión del conocimiento genera un mayor nivel de rendimiento
empresarial, especialmente de las Pymes.
Estos resultados
generan diversas implicaciones para las empresas y los directivos de las
mismas, siendo la primera de ellas la referente a que las pequeñas y medianas
empresas tienen que orientar de manera más eficiente y efectiva la gestión de
su conocimiento, de tal manera que ello les permita no solamente recabar aquel
conocimiento generado al exterior, que es de suma importancia para la organización, sino además
generar nuevo conocimiento al interior del negocio y que este nuevo
conocimiento esté totalmente orientado al desarrollo de nuevos productos o
servicios, o bien al mejoramiento de los ya existentes en la organización, para lo cual
los directivos de las pequeñas y medianas empresas tienen que implementar en
todas las áreas o departamentos de la empresa, todas aquellas actividades y
acciones encaminadas a establecer un entrenamiento adecuado y eficaz al
personal de la organización en el intercambio, asimilación y recepción del
conocimiento adquirido y generado tanto al interior como al exterior de la
organización.
Una segunda
implicación de este estudio empírico es que los directivos de las pequeñas y
medianas empresas tendrán que generar las condiciones mínimas necesarias, para
que las organizaciones puedan adoptar e implementar de manera óptima, eficiente
y efectiva una orientación de la gestión del conocimiento que impacte positiva
y significativamente al nivel de rendimiento empresarial, es decir, los
directivos de las estas empresas
deberán de diseñar e implementar un programa de capacitación para sus
trabajadores y empleados, el cual contemple el tipo de información que la
empresa requiere de sus clientes, consumidores, proveedores, competencia y del
mercado, ya que de ello dependerá,
en un elevado porcentaje, que la gestión del conocimiento tenga una correcta
orientación hacia la obtención de más y mejores resultados en la organización,
entre ellos un mayor nivel de rendimiento empresarial.
En este sentido, los
directivos de las pequeñas y medianas empresas tienen que modificar
significativamente parte de su cultura empresarial, pues la orientación de la
gestión del conocimiento requiere de un ambiente laboral que facilite a todo el
personal de la organización la generación de ideas y la propuesta de soluciones
a los principales problemas que tienen las empresas, lo cual pudiera facilitar
que las pequeñas y medianas empresas se orientaran más en la proactividad de la
gestión del conocimiento, que reaccionar de manera tardía a los problemas de la
incertidumbre del medioambiente de los negocios. Por lo tanto, el trabajo en
equipo entre el personal de la empresa deberá ser una actividad cotidiana en la
organización, ya que ello permitirá que tanto los empleados como los
trabajadores compartan sus conocimientos, experiencias y habilidades lo cual
facilitará la generación de nuevo conocimiento y, como consecuencia de ello, un
mayor nivel de rendimiento empresarial.
Conclusiones
Los
resultados de este estudio empírico permiten concluir en tres aspectos
fundamentales para las pequeñas y medianas empresas. En primera instancia, a
pesar de que la orientación de la gestión del conocimiento es un constructo relativamente
reciente, son cada vez más los investigadores y académicos que están aportando
evidencia teórica y empírica mediante sus publicaciones, además que es
considerado este constructo, como un activo intangible que tiene cada vez un
mayor valor para las organizaciones, en especial para las pequeñas y medianas empresas,
ya que mientras mejor sea la orientación de la gestión del conocimiento no
solamente tendrá mayores posibilidades de generar nuevo conocimiento al
interior de la organización y una mejor gestión de éste, sino que además
generará más y mejores ventajas competitivas y resultados, entre ellos un mayor
nivel de rendimiento empresarial.
En segunda
instancia, el rendimiento empresarial desde hace varias décadas es considerado
en la literatura de las ciencias empresariales y de la gestión como uno de los
resultados fundamentales que buscan conseguir las organizaciones, especialmente
las pequeñas y medianas empresas, pues un elevado porcentaje de las actividades
y acciones que realizan las empresas van encaminadas a obtener no solamente
mejores ventajas competitivas y un mayor posicionamiento de mercado, sino
también un mayor nivel de rendimiento empresarial. Por ello, el rendimiento
empresarial, sea económico o financiero, se ha convertido en una de las metas
fundamentales para el crecimiento y desarrollo de las empresas, y puede ser
considerado en la actual literatura como el motor de las organizaciones, no
solamente para mejorar de manera significativa sus resultados, sino además para
permanecer y sobrevivir en los mercados en los cuales participan.
Finalmente,
en tercera instancia es posible concluir que existe una estrecha relación entre
la orientación de la gestión del conocimiento y el rendimiento empresarial, por
lo cual se puede afirmar que en la medida en que las organizaciones,
primordialmente las pequeñas y medianas empresas, tengan un mayor nivel de
orientación de la gestión del conocimiento en esa misma medida se podría
incrementar significativamente su rendimiento empresarial. Por lo tanto, en
base a esta información es posible concluir, de manera general, que las
pequeñas y medianas empresas podrán obtener un mayor nivel de rendimiento
empresarial, en la medida que éstas mejoren significativamente su nivel de
orientación de la gestión del conocimiento, es decir, para alcanzar un mayor
nivel de rendimiento empresarial será necesario que los directivos de las
pequeñas y medianas empresas mejoren las actividades de intercambio,
asimilación y recepción del conocimiento.
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Doctora por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Máster en Mercadotecnia
por la Universidad Autónoma de Aguascalientes y Licenciada en Administración de
Empresas por el Instituto Tecnológico de Aguascalientes, México. Profesor de
planta en el Centro de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad
Autónoma de Aguascalientes, México. E-mail: sypinzon@correo.uaa.mx. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-0463-1008.
**
Doctor por la Universidad de Valencia, España. Máster en Mercadotecnia por la
Universidad Autónoma de Aguascalientes y Licenciado en Economía por la
Universidad Autónoma de Zacatecas, México. Profesor de planta en el Centro de
Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Autónoma de
Aguascalientes, México. E-mail: gmaldona@correo.uaa.mx. ORCID: https://orcid,org/0000-0001-8814-6415.
*** Doctor por la Universidad de Valencia, España. Máster
en Ciencias Económicas y Administrativas por la Universidad Autónoma de
Aguascalientes y Licenciado en Mercadotecnia por la Universidad Autónoma de
Aguascalientes, México. Profesor de planta en el Centro de Ciencias Económicas
y Administrativas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, México. E-mail: jtmarin@correo.uaa.mx. ORCID: https://orcid,org/0000-0001-7604-1720.
Recibido: 2018-09-03 · Aceptado: 2018-12-20