Revista de Ciencias Sociales (RCS) Vol. XXIII, No. 4, Octubre-Diciembre 2017, pp. 65-80

FCES - LUZ ● ISSN 2477-9431


Asociación, auto organización y agencia: Características del trabajo ambulante en cuatro playas de la costa ecuatoriana *

Ricaurte-Quijano, Carla **

Espinoza Baquerizo, Susan ***

Resumen


Los vendedores ambulantes constituyen uno de los rasgos más característicos y posiblemente son los prestadores de servicios turísticos más numerosos en ciertas playas del Ecuador, sin embargo éstos han sido ignorados en las políticas y planes de manejo costero. A través del análisis cualitativo de entrevistas semi-estructuradas a ocho vendedores ambulantes, se identifica las condiciones sociales estructurales que afectan la práctica diaria del trabajo ambulante en cuatro playas turísticas de la costa Ecuatoriana. El análisis revela cómo la relación entre los vendedores y las entidades de gobierno facilitan procesos de asociación, auto organización y acción con los cuales los vendedores hacen frente a la incertidumbre e inestabilidad ocasionada por la falta de propuestas claras para el manejo de zonas de playa. El estudio además identifica tres aspectos clave que distinguen al ambulantaje en playas turísticas, del ambulantaje en otros espacios: la estacionalidad del trabajo, el conflicto que el turismo ha traído por la privatización del recurso playa, y las distinciones borrosas entre visitantes y residentes cuando los turistas se convierten en vendedores ambulantes para financiarse. Esta investigación aporta a la comprensión del ambulantaje en un contexto del manejo de playas turísticas y proporciona directrices para la política pública.


Palabras Clave: Trabajo informal; turismo de playa; vendedores ambulantes; auto organización; manejo de playas.



* Este artículo es parte del proyecto “Diseño de lineamientos para el uso turístico sostenible de zonas de playa con base en el análisis biótico, físico, y socioeconómico del espacio” financiado por la Escuela Superior Politécnica del Litoral.


** PhD en el Centre for Tourism Policy Studies de la Universidad de Brighton, Reino Unido. Magister en Estudios Socioeconómicos y Físicos del Turismo de la Universidad Autónoma del Estado de México. Profesora Titular, líder del Grupo de Investigación en Turismo Marino Costero, y miembro del grupo de investigación en Feminismo y Arte de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, Ecuador. E-mail: cricaurt@espol.edu.ec


*** Licenciada en Turismo y miembro del Grupo de Investigación en Turismo Marino Costero de la Escuela Superior Politécnica del Litoral, Ecuador. E-mail.com: denissebaquerizo91@gmail.com


Recibido: 2017–05-11 · Aceptado: 2017-09-08


Association, self-organization and agency: The work of informal vendors in four tourist beaches on the ecuadorian coast

Abstract


Street vendors are one of the main characteristics of beach tourism in Ecuador, however, they have been consistently ignored in tourism policy efforts and coastal management plans. Through the qualitative analysis of eight semi-structured interviews, we explore the social structural conditions that enable and constrain the daily work and practices of informal vendors in four beaches of the Ecuadorian coast. The analysis revealed the troubled relationship between the government and the vendors, and how this interplay leads to uncertainty when vendors do not know what are the policies that apply to them for the use of the beach as a public space. Association and self-organisation processes then emerge as a response to deal with the uncertainty and instability of their working conditions. This research contributes to the understanding of the working conditions of informal vendors in the context of beach tourism management and provides policy guidelines for the improvement of their current situation.


Key words: Informal work; beach tourism; peddlers; self organization; beach management


Introducción


El tema del ambulantaje en el Ecuador ha sido abordado desde el punto de vista de la planificación y el ordenamiento turístico como un problema social que debe ser erradicado. Así, el Plan Nacional de Competitividad Turística del Ecuador (Mintur, 2001) se refiere a la oferta informal como un problema de invasión y deterioro no sólo del espacio físico, sino también del mercado de consumo. En el documento se establece que la informalidad y el ambulantaje en las ciudades del Ecuador deben combatirse con un “control estricto del espacio público” (Mintur, 2001:27) ya que le dan una mala imagen al destino e impide mantener precios competitivos en los productos turísticos. Más tarde, el Plan Estratégico de Desarrollo Sostenible del Turismo, PLANDETUR (Mintur, 2007), habla de una imagen negativa del destino Ecuador debido a la inseguridad, inestabilidad política y la informalidad que caracteriza a la prestación de servicios turísticos. En relación con el turismo de sol y playa, el documento específicamente señala cómo la gran cantidad de oferta informal afecta la calidad del atractivo y la experiencia del turista en la costa ecuatoriana, sin embargo, en lugar de

control se proponen estrategias relacionadas a la capacitación y fomento a la creación de microempresas turísticas.

Al involucrar aproximadamente a la mitad de trabajadores a nivel mundial, la informalidad no debe percibirse como un asunto temporal o marginal (Villacís y Reis, 2015). Los trabajadores informales suelen permanecer en condiciones de vulnerabilidad debido a que sus ingresos a menudo no cubren sus necesidades básicas, suelen estar fuera de esquemas de seguridad social y no cuentan con derechos laborales. Entre los factores que refuerzan y mantienen las condiciones de informalidad están la falta de oportunidades de empleo, marcos legales e institucionales débiles y la implementación fragmentaria e ineficaz de leyes y políticas de protección social y derecho laboral (OIT 2013a, 9, sección 4). Según la OIT (2013b) la economía informal se ha vuelto más persistente en América Latina y el Caribe donde hay al menos 127 millones de personas trabajando en estas condiciones.

En el Ecuador, el lnstituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) calculó que el trabajo informal representa el 43,6% de la fuerza laboral del país (El Universo, 2009). De acuerdo con el INEC (2010), en las provincias de Guayas y Santa Elena, el 18% de la



población económicamente activa no aporta al seguro social (INEC, 2010). Sin embargo cabe indicar que la informalidad en el empleo se redujo en un 5,6% del año 2009 al 2012 (El Telégrafo, 2014). Según Villacís y Reis (2015), la reducción de la informalidad en el Ecuador responde a la creación de políticas nacionales y reformas a las leyes laborales orientadas a disminuir las condiciones de vulnerabilidad, mejorar las condiciones laborales y la calidad de vida de los trabajadores. Tal es el caso de la Constitución del Ecuador que indica que la afiliación al seguro social “es un derecho irrenunciable de todas las personas” (Asamblea Constituyente, 2008: sección octava, art. 34). Adicionalmente, el Plan Nacional del Buen Vivir garantiza “el trabajo digno en todas sus formas” (SENPLADES, 2013), a través de la reducción progresiva de la informalidad y la garantía del cumplimiento de los derechos laborales de los trabajadores.

Al ser el trabajo digno una política de Estado y el turismo uno de los ejes centrales de la economía ecuatoriana, esta investigación Identifica cuáles son las condiciones estructurales que reproducen la informalidad y condicionan el trabajo de los vendedores ambulantes en playas turísticas. Además caracteriza el trabajo ambulante desde la perspectiva de sus actores sociales con la finalidad de ofrecer una comprensión inicial del fenómeno que guíe futuras investigaciones y ofrezca directrices para la generación de política pública en espacios de playa.


  1. Revisión de la literatura


    1. Aproximaciones al estudio de la informalidad y el ambulantaje


      De acuerdo con Martínez et al. (2017), el fenómeno de la informalidad se ha estudiado desdecuatroescuelasdepensamiento: legalista, voluntarista, estructuralista y dualista. Desde el punto de vista legalista, la informalidad se ve como una respuesta de los pequeños emprendedores para evitar la tramitología, burocracia y a menudo corrupción del sector público, especialmente en países en desarrollo.


      Monnet (2005) por ejemplo, construye la hipótesis radical de que el ambulantaje y la informalidad han sido creados por un estado incapaz de flexibilizar el registro de actividades que no están establecidas en locales permanentes. Autores como Monnet (2005), y Castells y Portes (1989) han enfatizado además cómo los gobiernos toleran el ambulantaje y otras actividades informales como una forma de resolver conflictos sociales y ganar apoyo político.

      La escuela voluntarista por otra parte, pone énfasis en la agencia y acciones de los actores sociales y a menudo interpreta la informalidad como una decisión deliberada de los trabajadores de permanecer en esas condiciones productivas cuando los beneficios de mantenerse informales pesan más que los beneficios de formalizarse (Chen, 2012). Desde una perspectiva voluntarista, Trupp (2015) estudia la agencia o la capacidad y el poder de actuar (Giddens, 1984) de las vendedoras de una minoría étnica en Thailandia en relación con las leyes contradictorias y poco claras que restringen su movimiento. El autor señala que el trabajo ambulante y el movimiento son formas de acción y resistencia que les permite a las vendedoras burlar a las autoridades mientras realizan su trabajo. De manera similar Gibbings (2016), demuestra que algunos vendedores ambulantes en Indonesia no se consideran afectados por estructuras sociales y gubernamentales desfavorables sino que se ven a sí mismos como agentes capaces de asociarse, auto organizarse y auto regularse para mejorar el espacio público en el que se desenvuelven.

      Para la escuela estructuralista en cambio, la informalidad es una respuesta a las condiciones estructurales de una sociedad, entendidas como las instituciones, reglas y recursos que restringen y habilitan la capacidad de actuación de los actores sociales (Giddens, 1984). Castells y Portes (1989) por ejemplo, se enfocan en las estructuras económicas y analizan la informalidad como una respuesta práctica al capitalismo neoliberal, donde la flexibilización de las relaciones laborales, así como de las cadenas



      de producción y distribución se convierten en espacios de acumulación de capital para quienes pueden aprovechar vacíos legales y políticas gubernamentales flexibles con el productor. Finalmente, para la escuela dualista, la informalidad constituye una necesaria economía capitalista paralela a través de la cual los pobres pueden mejorar sus condiciones de vida. Dentro de esta escuela se aborda la informalidad de manera interseccional junto con cuestiones de género, condiciones sociales y étnicas (Chen, 2012).

      Adicionalmente a las cuatro escuelas identificadas por Martínez et al. (2017), el tema de la informalidad y específicamente del ambulantaje, puede ser interpretado desde una perspectiva espacial (Donovan, 2008; Monnet, 2005; Swanson, 2007). Donovan (2008) por ejemplo, aborda cómo la regeneración urbana en el centro de Bogotá obligó a la relocalización de los vendedores ambulantes a espacios formales establecidos por el municipio. Sus resultados indican que mientras los vendedores relocalizados perciben una disminución en su ingreso económico, su calidad de vida ha mejorado ya que no se sienten tan vulnerables como antes y no tienen la inestabilidad de un trabajo informal.

      Por otra parte, Swanson (2007) estudia la relocalización de los vendedores ambulantes de Quito y Guayaquil como una medida neoliberal en la que los espacios públicos se reservan para quienes tienen capacidad de compra o de inversión, desplazando a grupos tradicionalmente marginalizados y empujándolos hacia circunstancias económicas y sociales aún más difíciles. En otras palabras, la perspectiva espacial se enfoca en la privatización del espacio público por parte del comercio informal y cuestiona cómo los negocios formales suelen tener más derecho a privatizar lo público que los negocios informales (Monnet, 2005; Swanson, 2007).

      Una última aproximación se enfoca en la fluidez entre las definiciones y prácticas sociales formales e informales y aborda la informalidad desde un punto de vista epistemológico, es decir, cuestiona la forma en que la informalidad se define y se estudia


      científicamente. Castell y Portes (1989) señalan que categorías sociales dicotómicas como formal/informal están siempre sujetas a cambio. Martínez et al. (2017), han notado que la formalidad y la informalidad, incluyendo el ambulantaje están tan entrelazados que su distinción es más borrosa y cambiante que fija o categórica. Dentro de esta línea, Monnet (2005) indica que el ambulantaje no debería estudiarse desde las formas de venta ni las características de los productos que se venden, ni en lo permanente de la instalación de venta y mucho menos desde la formalidad o legalidad de la actividad. En cambio, el autor propone el estudio del ambulantaje desde el carácter ambulante del comprador. En efecto, lo que ayuda a definir el ambulantaje es el cliente que está de paso, lo cual es relevante para un estudio del fenómeno desde el punto de vista del turismo.


    2. Turismo y ambulantaje


      En el sector turístico específicamente, la informalidad y el ambulantaje han sido poco estudiados a pesar de ser una constante en la experiencia turística en países en vías de desarrollo (Steel, 2012; Trupp y Sunanta, 2017). Sin embargo, el estudio del ambulantaje en el turismo puede brindar nuevas perspectivas en el conocimiento del fenómeno en general. Una de ellas tiene que ver con la informalidad como una forma de encuentro entre visitantes y residentes. Timothy y Wall (1997) por ejemplo, exploran cómo los vendedores ambulantes en Jakarta, Indonesia, se relacionan con el turista y cómo esta relación puede influir en la experiencia que el turista tiene en el destino. Varios estudios además han identificado cómo el comercio informal en destinos turísticos es generalmente el sector económico que se recupera más rápidamente de crisis económicas y desastres naturales (Baker y Coulter, 2007; Biggs et al. 2012). Por otra parte, se puede decir que mientras muchos de los estudios sociales sobre ambulantaje se han realizado en ciudades, el mismo tema en el turismo se ha enfocado en gran medida en espacios de playa (Baker y Coulter, 2007;



      Cukier y Wall, 1994; Gámez et al. 2011; Timothy y Wall, 1997; Trupp y Sunanta, 2017; Wilson et al. 2012).

      Con respecto a los temas estudiados, desde una perspectiva de desarrollo, Gámez et al. (2011) y Oppers (2012) recalcan cómo el trabajo informal contribuye significativamente a la disminución de la pobreza y estudian cómo el turismo contribuye a la mejora de la calidad de vida de los vendedores ambulantes y sus familias. Los trabajadores informales son creadores de fuentes de empleo, especialmente en temporada alta y en los destinos turísticos consolidados. Además los comercios y empresas informales de turismo generalmente son constituidas con capital y mano de obra local (Biggs et al. 2012; Shaw y Shaw, 1999). Desde un enfoque de género, Wilson et al. (2012) así como Trupp y Sunanta (2017), han recalcado cómo la inmediatez del dinero ganado en el ambulantaje empodera a las mujeres y les da una voz propia en su hogar y en su círculo social, sin embargo, la misma condición de informalidad las margina de seguridad social y de un futuro estable. De manera similar, Moyano et al. (2008) indican cómo los trabajadores en el sector informal se perciben como emprendedores y se sienten mayormente satisfechos con su trabajo ya que cuentan con la posibilidad de mantener a sus familias, mientras mantienen una flexibilidad horaria.

      Entre los aspectos negativos está la discriminación que existe hacia los vendedores ambulantes y el ambiente hostil en el que a menudo se desenvuelven (Díaz et al. 2008). Otros aspectos incluyen la inestabilidad del ingreso, falta de seguridad, de servicios de salud, de protección social y la auto explotación. Esta última sucede cuando los vendedores informales trabajan largas horas en condiciones insalubres, a menudo sin alimentarse adecuadamente, lo que trae consigo problemas de salud (Gámez et al., 2011; Moyano et al., 2008). Según Oppers (2012), otras amenazas que los vendedores ambulantes tienen son la saturación del mercado y las restricciones para vender en cualquier espacio. Moyano et al. (2008) recalcan cómo estos


      aspectos negativos acarrean sentimientos de inseguridad, inestabilidad y vulnerabilidad influyendo fuertemente en las emociones de los trabajadores informales y por lo tanto en su calidad de vida.

      Siguiendo las más recientes aproximaciones para el abordaje de la informalidad (Chen, 2012; Martínez et al., 2017), el presente estudio no adopta una única postura o perspectiva, sino que se hace énfasis tanto en las condiciones estructurales que afectan y reproducen las circunstancias en que trabajan los vendedores ambulantes (escuela estructuralista), así como la respuesta de los vendedores ambulantes a estas condiciones (escuela voluntarista). Esto, en un espacio turístico específico (perspectiva espacial) y a través de un diseño metodológico que nos brinde una comprensión amplia más que profunda del fenómeno del ambulantaje en las playas turísticas ecuatorianas.


  2. Metodología


    El área de estudio abarca cuatro playas del Ecuador, las cuales fueron escogidas para esta investigación debido a que tienen diferentes niveles de desarrollo turístico y albergan a una gran cantidad de trabajadores informales (Reck, 2006). En la provincia del Guayas se escogió a Puerto Engabao ubicada en el municipio General Villamil Playas, con una oferta turística incipiente y una demanda turística moderada compuesta por visitantes nacionales. En la provincia de Santa Elena se escogió Olón y Ayangue, las dos ubicadas en el municipio de Santa Elena. Olón brinda un ambiente pintoresco a dueños de segundas residencias y al turismo internacional de tipo mochilero; mientras que Ayanque se orienta al turismo nacional y se caracteriza por una oferta gastronómica asociada a la producción pesquera local. Finalmente la playa de Chipipe en el municipio de Salinas, se caracteriza por ser un destino de segundas residencias y por poseer servicios turísticos que responden a estándares internacionales.



    Cabe recalcar además que tres de las cuatro playas, Puerto Engabao, Olón y Ayangue, están ubicadas en comunas, las cuales son territorios rurales con sus propias formas ancestrales de organización sociopolítica y territorial y que mantienen formas colectivas de propiedad de la tierra (Asamblea Constituyente, 2008: Art. 60). Sin embargo, aunque los espacios de playa sean adyacentes a tierras comunales, bajo la constitución de la República del Ecuador las playas se consideran como bienes nacionales, donde su uso es libre para todos sus habitantes. El mismo documento indica que el manejo y competencia de las playas corresponde a los gobiernos municipales, quienes deben regular su uso y conservar el entorno natural y paisajístico (Asamblea Constituyente, 2008:Art. 264).

    Se utilizó un enfoque cualitativo que parte del supuesto de que los vendedores ambulantes interpretan y comunican su propio entorno y condiciones de vida. De esta manera, el proceso de entrevista se enfocó en promover la autorreflexión e investigar las razones, opiniones y motivaciones subyacentes de los participantes con respecto a sus propias prácticas sociales y laborales (Bryman, 2008). Al ser una investigación cualitativa se parte de la teoría y de la revisión de la literatura pero solamente de una manera referencial, mientras que se enfatiza las perspectivas de los participantes y los temas que ellos quieren tratar (Bryman, 2008; Miles et al. 2013). La investigación se asienta por lo tanto en entrevistas semi-estructuradas cuyos temas fueron definidos previamente pero que no constituyeron una camisa de fuerza durante el proceso de recolección de información.


    1. Participantes


      El perfil de los vendedores ambulantes que se eligió para las entrevistas es que debían trabajar de manera ambulante en al menos una de las cuatro playas del presente estudio y su trabajo ambulante debía ser permanente, es decir que no se entrevistó a personas que ejercían el ambulantaje de manera


      ocasional. Con respecto a las características demográficas de los participantes, 7 de ellos eran hombres y una era mujer y sus edades oscilaban entre 24 y 60 años. Con respecto a su procedencia, todos eran habitantes de la misma comunidad o de comunidades aledañas al área de playa investigada.

      Tanto la recolección de datos como la investigación en general se concibieron y desarrollaron bajo un ambiente de “responsabilidad, respeto, tolerancia, transparencia, imparcialidad y prudencia” (Espol, 2012: capítulo IV, artículo 5). Las entrevistas se realizaron después de explicar que la participación era voluntaria. Adicionalmente se solicitó permiso para grabar el proceso y se indicó que las grabaciones serian usadas con fines académicos y que su identidad sería protegida. Las entrevistas se realizaron en días de menor afluencia turística para no generar molestias a los vendedores ambulantes e interferir lo menos posible con su trabajo.


    2. Recolección de datos


      Se realizaron entrevistas a 8 vendedores ambulantes de las playas de Puerto Engabao, Olón, Ayangue y Chipipe. En este caso, se considera que la muestra fue adecuada para identificar los principales temas relacionados al comercio ambulante y turismo en las playas escogidas, lo que sirve de base para la futura ampliación del estudio a otras playas y espacios urbanos de la costa ecuatoriana. Los vendedores fueron seleccionados a conveniencia, ya que se identificaba aleatoriamente a un vendedor y la entrevista dependía de su disponibilidad de tiempo. Una vez identificado el participante y obtenido su consentimiento, se procedía a la entrevista apoyada en una guía de entrevista (Cuadro I). Sin embargo, si el participante quería profundizar en alguno de los temas o incluir otro, se procedía a proseguir con el tema de interés del participante. Las investigadoras también tuvieron cuidado de profundizar en temas que parecían claves, que no hayan estado incluidos en la guía. En algunos casos la entrevista se interrumpía cuando el participante debía vender su producto. Cada entrevista duró entre 40 minutos y una hora.



      Cuadro I Guía de entrevista


      1. Características demográficas. Sexo. Lugar de residencia. Lugar de procedencia. Nivel de educación. Nivel de educación de sus hijos.

      2. Características el trabajo informal. Periodicidad del trabajo informal. Tiempo y horario de dedicación. Tipo de ambulantaje. Tipo de trabajo: Establecimiento informal, vendedor informal, trabajador no afiliado. Otras actividades económicas. Estacionalidad. Tiene otro trabajo en el sector formal/ informal Relaciones de trabajo. Trabaja con alguien de su familia. Número aproximado de trabajadores informales en la playa, zonas de venta o de prestación de servicio.

      3. Problemas/ oportunidades en el trabajo informal. Que le gusta de su trabajo. Amenazas. Qué razón les impide realizar sus actividades de una mejor forma, qué les preocupa acerca de su trabajo. Impactos. Ven el turismo como una oportunidad. Ha cambiado el turismo su forma de vida, cómo.

      4. Futuro. Va a continuar este trabajo el año que viene. Qué otro trabajo le hubiera gustado hacer. Ha pensado involucrar a sus hijos en su trabajo. Asociatividad. Qué tasas, permisos tiene que pagar. Pertenece a una asociación, tiene algún representante, por qué. Que derechos

      y obligaciones tienen como miembro de la asociación. Formalización. Han tenido acercamiento con el municipio/comuna para mejorar sus condiciones, formalizar su trabajo, han hecho alguna gestión, quisiera formalizarse.

      Fuente: Elaboración propia


      2.3.Análisis y presentación de resultados


      Todas las entrevistas fueron transcritas por una de las investigadoras con la finalidad de aumentar la confiabilidad de los resultados (Bryman, 2008). Ambas investigadoras oyeron las grabaciones e hicieron el análisis de las transcripciones. Para el análisis cualitativo se utilizó la técnica de codificación (Miles et al. 2013), es decir, ambas investigadoras codificaron manualmente cada una de las entrevistas transcritas con la finalidad de identificar temas importantes. Se obtuvo una primera lista de códigos emergentes a partir de los temas que se repetían continuamente en las entrevistas (codificación descriptiva).

      Una vez obtenidos los códigos (114) éstos se clasificaron en temas y subtemas. Este segundo ciclo de codificación (codificación interpretativa), sirvió para juntar códigos similares y descartar códigos que se mencionaron con poca frecuencia, (Miles et al. 2013). Finalmente se identificaron grandes patrones o categorías de análisis las cuales reflejan una interpretación por parte de las investigadoras de acuerdo a la teoría o revisión de la literatura. Finalmente los resultados que se presentan en la siguiente sección incluyen las transcripciones literales de los relatos de los participantes, lo cual tiene la ventaja de aumentar la validez descriptiva de los resultados (Maxwell, 2012) al respetar la voz de los actores e incluir los matices sutiles de significado en la forma original de expresarse.

  3. Resultados


    Los temas emergentes fueron agrupados en dos grandes categorías de análisis, la primera se refiere a las condiciones estructurales que afectan el trabajo diario de los vendedores ambulantes así como las situaciones que de alguna manera generan y reproducen la informalidad. La segunda se enfoca en las características del trabajo informal desde la perspectiva y agencia de los vendedores ambulantes.


    1. Condiciones estructurales relacionadas al comercio ambulante


      Esta primera sección se enfoca en cuáles son las condiciones estructurales que afectan el trabajo de los vendedores ambulantes, incluyendo su relación con el gobierno municipal que tiene la competencia del manejo y ordenamiento de las playas, así como con la dirigencia comunal en el caso de las playas que están en territorios comunales. Se analiza cómo el turismo ha promovido la privatización de las áreas de playa y cómo esta privatización afecta su trabajo diario y finalmente se identifica a la pobreza y falta de educación como impedimentos para salir de la informalidad.



      1. Los vendedores ambulantes y el gobierno municipal


        En relación a los aspectos gubernamentales, los participantes comentaron sobre el poco interés que tienen los municipios locales con respecto al manejo de los espacios de playa y cómo las necesidades del turismo son constantemente ignoradas. Los participantes indican que la falta de construcción de vías, falta de agua potable y alcantarillado, recolección de basura y seguridad son carencias que se deben resolver para la mejora de la experiencia de los turistas, la conservación del recurso y el progreso de su propia calidad de vida.


        “En temporada el municipio fue incapaz de poner un solo tacho para recoger la basura […]”. Informante 8, Salinas, parasolero.


        “Si aquí necesitamos muchas baterías sanitarias, necesitamos parqueaderos por ese mismo motivo estamos peleando el asunto […] para poder tener parqueaderos”. Informante 2, Olón, refrescos.


        “En seguridad aquí en la playa falta bastante que cuando llega la temporada los niños se pierden. […] Y acá, la infraestructura de los comedores, no hay pues, servicios básicos, agua, y, y drenaje para las aguas, entonces

        ¿qué pasa?, que esa playa, si sigue así, ellos venden en un, en un año o dos años ya, usted va a encontrar contaminada la arena del agua de pescado, del agua de camarón, del agua del arroz. […]”. Informante 5, Olón, artesanías.


        Los testimonios de los participantes muestran cómo los gobiernos locales ejercen el poder que tienen para controlar y cobrar permisos, sin que esto necesariamente se traduzca en una mejora de sus condiciones laborales. De los tres municipios incluidos en el estudio, uno cobra una tasa anual para trabajar en la playa, la cual varía de un año a otro. Los otros dos municipios no cobran pero esto puede entenderse como una manera de ganar favores políticos y constituye una fuente de incertidumbre para los vendedores que no están seguros de poder o no ejercer sus actividades.


        “Estamos en total desacuerdo porque cómo va a creer de todos los impuestos que estamos pagando fuera de eso tenemos que pagar 20 dólar [dólares] más. El año pasado como identificación para, tanto para vendedores, vendedores ambulantes, cabañeros y parasoleros eran 4 [dólares]. De allá a acá nos vienen y cobran 20 (dólares) por un carnet nomas señorita, pero ¿usted cree que es justo?” Informante 5.


        “Si a ellos una tasa anual desde hace dos administraciones anteriores que ya estaban cobrando las tasas, ahora el municipio por congraciarse dijeron no… ustedes no me van a pagar nada…O sea no se paga patente municipal ni nada. Pero yo pienso que eso es un arma de doble filo porque si usted no paga cómo exige”. Informante 8.


        Varios de los testimonios profundizan en los sentimientos de incertidumbre ocasionados por trabajar en un sector que por ser informal, está desprotegido ante la ley y por lo tanto su forma de trabajo está a merced de las políticas y actitudes de las autoridades de turno.


        “Aquí yo, algo que nos causa mucha incertidumbre, mucha intranquilidad, es que ahora quienes manejan, controlan y regulan las playas son el municipio. Siempre están ellos reunidos creando ciertas situaciones, nuevas normativas”. Informante 8.


        “Con tranquilidad no, porque no dejan trabajar aquí. Ahorita nos quieren sacar y nos quieren poner por allá donde va la buseta. Así está todo. Aquí no solamente… allá abajo por la capitanía para acá del hotel ahí también hay carretas ahí hay bastantes carretas, ya de ahí ya los quieren botar más para allá todavía”. Informante 4, Salinas, comida.


        “Ya se ha escuchado algunas veces que piensan hacer un malecón, un malecón aquí... Ya no se pues sería adoquinado desde allá todito eso. Falta que digan que ya no haya esos señores ahí [los vendedores] sino [que tengan que reubicarse] para hacer el malecón”. Informante 3, Olón, ceviches.



      2. Los vendedores ambulantes y la dirigencia comunal


        Con respecto a la relación que los vendedores ambulantes de tres de las cuatro playas tienen con la administración de la comuna, es evidente que la comuna también cobra permisos para trabajar a cambio de mantener a otros vendedores ambulantes fuera del área de playa, un control que no hace el municipio. En una de las comunas incluso hay evidencia de que se ha tratado de reubicar a los vendedores con la finalidad de hacer un ordenamiento de las actividades en la playa, algo que no es necesariamente bien recibido por parte de los vendedores.


        “No cualquiera pues, si uno viene con su... también con su triciclo digamos el sábado la comuna no lo deja. Porque ya son contaditos los que estamos. No... El día domingo viene el inspector [de la comuna] dando vueltas. Están chequeando”. Informante 7, Ayangue, granizado.


        “Porque incluso ayer hablaba con el presidente de la comuna y el me ratificó: no te preocupes, sigue nomas ahí, que si te voy a dar permiso, trabaja nomas tranquilo”. Informante 1, Puerto Engabao, fruta.


        “Nosotros pagamos 5 dólares semanales a la comuna. Y ahorita lo [nos] están perjudicando la misma comuna o sea tras que le pagamos no los [nos] deja recorrer [andar de ambulante]. O sea nos tiene una, nos ha puesto una mesita arriba [fuera del área de playa]… pero en la mesita no se vende”. Informante 6, Ayangue, dulces.


      3. Uso del espacio público


        Finalmente, otra condición estructural que afecta el trabajo de los vendedores ambulantes tiene que ver con los procesos de privatización de la playa. Estos se generan a partir de la venta de terrenos al pie del mar que antes pertenecían a miembros de la comunidad local y su uso para segundas residencias de gente de la ciudad.


        “Ya pues nosotros venimos todos los días veníamos así pero antes no había así turismo nada, no había nada de turismo esto era una cobachita así, feíto hablemos, y así mismo era allá así mismo casitas de cañita si, y casi toda, casi toda la mayoría de la gente tenía su terreno [frente a la playa] y ahí llegaron los gringos pues ahí ya comenzaron a vender y así...” Informante 5.


        “Aquí el problema es de aquí de los dueños pelucones [gente con mucho dinero] los pelucones, que se creen que han comprado un lote de terreno aquí al filo al frente de la playa pero […] ellos ya se van saliendo, saliendo, hasta 50, metros digamos ya, digamos 60 metros de ancho buscando para la playa ya, eso como privatizando, ese es el problema que tenemos ahora”. Informante 2.


        El desplazamiento de la comunidad local hacia áreas alejadas para dar paso al turismo de segunda residencia es una fuente constante de preocupación para los vendedores ambulantes quienes temen perder sus espacios de venta. Paradójicamente, la venta ambulante también puede entenderse como una forma de privatización del espacio público (Monnet, 2005). Sin embargo, los participantes reportan cómo relaciones desiguales de poder que les impiden luchar por estos espacios.


        “Lo que pasa es que las autoridades son bien inflexibles y las autoridades… Siempre ha sido así por lo general siempre se hacen más de parte del millonario… de la persona que tiene poder económico”. Informante 8.


        “Imagínese uno aquí es pobre prácticamente el pueblo todo es pobre, y meterse con un ricachón solamente en viaje [a la cabecera municipal] se nos va prácticamente todo lo que es sueldo, lo poco que ganamos, ahora imagínese con abogados, pagar abogados todo…” Informante 2.


      4. Educación y pobreza


        Con respecto a las condiciones estructurales que producen y reproducen el comercio ambulante y la informalidad, los participantes mencionaron la falta



        de educación básica como el problema principal para conseguir un empleo fijo o formal. Adicionalmente, hacen referencia a una pobreza acuciante que obliga a los comerciantes a salir cada día a ganarse la vida, y que les impide aspirar por un empleo fijo en el que recibirían la remuneración recién a fin de mes.


        “Lo que pasa es que así como nosotros [la gente] por ejemplo como yo, no podría ejercer otro trabajo porque ahorita para tener un trabajo se necesita capital y otra que se uno tiene que ser preparado. Por ejemplo… por ejemplo para ser guardián piden todo lo que es papeles de bachiller y uno no tiene, yo no tengo… no se puede”. Informante 4.


        “Pero ahí este hacen sufrir también en el trabajo, o sea del pago mejor dicho porque pagan al mes pagan, y uno no puede… Aquí nosotros llevamos algo aunque sea cualquier cosita aunque sea para el arroz que sea por ahí, pero todos los días”. Informante 5.


          1. Características del trabajo ambulante en playas turísticas


            En esta segunda sección se caracterizan los aspectos positivos y negativos del trabajo ambulante y cómo éstos se relacionan con el turismo; se profundiza en la propia percepción de los vendedores ambulantes con respecto a su condición de trabajadores informales y se identifica su agencia con respecto a los problemas de su trabajo, incluyendo su papel en el manejo de la playa y su visión de mejora para el futuro.


            1. Formalidad e informalidad


              A pesar de que la mayoría de los vendedores ambulantes son comerciantes informales porque no pagan impuestos, el hecho de pagar una tasa anual al municipio y contribuir económicamente a la asociación o al comité local de turismo los vuelve de alguna manera más formales que otros comerciantes ambulantes. En efecto, existen otros vendedores no asociados que ejercen


              el comercio ambulante, incluyendo turistas mochileros de otros países de América Latina quienes costean sus viajes mediante la venta de artículos en la playa. Esto provoca malestar a los trabajadores asociados u organizados en comités, que pagan sus cuotas y permisos a las dirigencias comunales y a los municipios.


              “Estosagrupan [los comités] aloscomerciantes oficialmente que están registrados, pero en temporada alta hay mucho comerciante informal”. Informante 5.


              “Y eso genera más conflicto, por ejemplo, nosotros, a lo que se va a una carpa, nosotros enseguida tenemos que coger y limpiar y dejar arreglado, entonces hay cierto tipo de comerciante que es informal, el que viene, viene, vende y dejan todo [basura]”. Informante 5.


              “O sea si estamos unos, unos que ha pasado para acá… son este, hablamos… gringos sí [extranjeros]. Ellos recorren también por ahí así por la playa. Pero ellos si no tienen permiso. Ellos no tienen permiso porque ya en una reunión aquí ya recién hace como un mes hubo una reunión y decidieron que ellos… también tienen que pagar [al comité]”. Informante 5.


            2. Asociatividad y auto organización


              La asociatividad es una forma de protegerse y hacer frente a la inseguridad laboral ya que tanto las asociaciones como los comités comunales de turismo son reconocidos por las autoridades municipales. Sin embargo, ser parte de una asociación o un comité actualmente se ha convertido en tarea difícil ya que suelen tener demasiados afiliados, por lo que los cupos se suelen heredar o traspasar a alguien de la familia. A más de esto, se le suma los costos de asociarse, lo cual sumado a impuestos y permisos municipales representa un fuerte gasto para los comerciantes ambulantes, especialmente si se toma en cuenta que venden productos a precios bajos.


              “O sea yo aquí uno para poder trabajar tiene que pertenecer bueno a lo que se llama la asociación y si, trabajamos así”. Informante 6.



              “Si, después, si hay asociaciones, pero ahorita en la actualidad hay como unos van hacer unos cinco, cuatro años atrás ya no se puede uno asociar porque las asociaciones cobran muy caro, cobran cuatrocientos dólares para poderse asociar”. Informante 4.


              “Mi señora madre ya falleció entonces allí… cuando fallece las madres les heredan los puestos [en la asociación] a los hijos, a la familia”. Informante 8.


              “Antes no se pagaba esos impuestos a los municipios y, eso no, no pagaban [pagábamos] pero si pagábamos internamente un comité de turismo que nos habíamos formado así, así, con directiva, presidente vicepresidente pero así internamente”. Informante 5.


              Las asociaciones y comités no sólo protegen el trabajo de los afiliados sino que son claros ejemplos de auto organización. Desde este punto de vista, los asociados realizan actividades de manejo turístico de la playa, incluyendo la distribución de vendedores en diferentes puntos, limpieza y contratación de salvavidas, es decir, las actividades de manejo de playas que son competencia de los gobiernos municipales.


              “Nos coordinábamos, nos poníamos de acuerdo para ubicarnos y así mismo para hacer la limpieza de toda la playa no solamente sector de aquí de las carpas que tenemos sino toda la playa”. Informante 3.


              “Pongamos [ponemos] para los salvavidas también nosotros también por ahí cuando ellos quieren también unos 3 ó 2 [dólares] nosotros lo [les] damos también si también lo [les] damos para los salvavidas también para, para, para que coman también ellos si porque son como 3,4 salvavidas que aquí hay a veces”. Informante 5.


              “Esta es una de las playas más limpias que usted puede ver, la limpieza de la playa está a cargo de los comerciantes, nosotros que trabajamos en la playa, los comerciantes de la playa la asociación (nombre de dos asociaciones) hacen la limpieza de la playa los 365 días del año […]. O sea se ahorran [el municipio] el hecho de contratar a alguien para limpiar”. Informante 8.


            3. Aspectos positivos y negativos del ambulantaje


              Entre las ventajas del trabajo informal, muchos de los trabajadores informales reportan la satisfacción de haber podido educar a sus hijos, especialmente cuando ellos mismos no tuvieron educación. También reportan la satisfacción de poder mantener a sus familias y sustentarse con productos que a menudo son hechos por ellos mismos. Otros beneficios incluyen flexibilidad en horarios y el ingreso diario de dinero.


              “Esto siempre ha sido mi trabajo… yo me hice a los 18 años de compromiso [pareja]… ya a los 20 años empecé a estar en esto tengo 60 vueltas o sea tengo como 40 años en este negocio pero gracias a Dios ahí. Si me resulta gracias a Dios, con esto he mantenido mi hogar… yo tuve 12 hijos”. Informante 7,


              “Yo sí, gracias a Dios… yo tengo una hija que está haciendo carrera universitaria”. Informante 5.


              “Si los puse, gracias al señor han estudiado en el colegio. Le digo yo nunca fue posible pero gracias al Señor… ya que yo no pude estudiar bien le daba mis hijos porque yo ni tercer grado terminé. Pero ellos si… Ellos sí”. Informante 7.


              “A yo (a mi) me gusta, a yo me gusta recorrer en verdad esto, estos son lo que más, más me gusta porque sabe que yo mismo, nosotros mismos lo armamos y nosotros mismos lo [nos] ganamos la venta. Este es el trabajo de, de nosotros señorita”. Informante 5.


              Sin embargo, las desventajas que reportan están estrechamente relacionadas con la estacionalidad de la demanda turística. Esto hace que lleguen a cumplir jornadas de diez a dieciocho horas diarias de trabajo durante la temporada alta de turistas. Adicionalmente los participantes indicaron que su empleo requiere mucho esfuerzo físico, ya que para poder ofertar sus productos en el caso de los trabajadores móviles deben caminar varios kilómetros muchas veces cargando productos o empujando triciclos. Esta situación se ve agravada porque los comerciantes ambulantes no cuentan con seguridad social o

              pensión de retiro.



              “Hasta cuando ya sea mi edad que ya no pueda [trabajar] porque esto si daña la vista para que si señorita es tedioso ,es… pongamos en la luz cuando uno está haciendo un trabajo esté hay pepas chiquitas y hay pepas grandes...y se arriesga la vista, no crea”. Informante 5.


              “Porque tengo que andar todito el día dando la vuelta y ahí si me duelen los riñones, me duelen demasiado ¿por qué? Porque todito el día por un lado, caminar por el otro lado. A veces al mediodía, a veces yo sé llegar con quince dólares, diez dólares, y vengo golpe de una de la tarde a la casa, a comer y ya vuelta estoy saliendo golpe de dos y media o tres de la tarde a hacer otro recorrido”. Informante 7.


              “El trabajo aquí en temporada es duro, es duro este trajín de armar y desarmar carpas es fuerte”. Informante 8.


              “Lo [le] estoy pidiendo a Dios que ya me cambie de trabajo, me dicen mis hijos, mi hijo me dice, algún día usted ya no va trabajar en eso, dice, usted ya a descansar. O sea tener otro trabajo en casa, otro trabajo en casa… donde esté ahí yo de pronto…ahí administrando, ya no hacer mucha fuerza”. Informante 7.


            4. Aspiraciones para el futuro


        Los participantes si bien no hablaron de conseguir otro tipo de empleo, sí mencionaron la capacitación, la obtención de microcréditos, permisos más permanentes, como condiciones necesarias para poder mejorar sus negocios y oportunidades de ingreso.


        “O sea yo estoy esperando que [la comuna] me den el permiso, no? Para hacer una especie de cerramiento con cañitas, algo típico. Y dar mejor atención porque, se que está mal todavía esto, no?” Informante 1.


        “Una de las capacitaciones sería inglés, hay que aprender inglés. Y también esto de… las computadoras… Internet porque si sería bueno porque a base de Internet la mayoría se están, están obteniendo muchos clientes por medio de Internet”. Informante 2.


        “Yo necesito que una institución me diga bueno señores, “nosotros vamos a ayudar a toda persona que quiera poner su negocio”,


        eso quisiera, un préstamo. Yo no es que necesito una cantidad grande, solo para poner mi cabañita, con agua potable, eso”. Informante 3.


        “Claro que sí…ya uno capacitado buscaría una forma más, una forma mejor ya un local bien bonito. Ya para no andar así… ya hasta para uno mismo buscarse un local un lugar donde pueda trabajar más tranquilo ahí bien arregladito y mejor así, ya no andaríamos así… Eso es lo que queremos nosotros”. Informante 4.


  4. Discusión


Los resultados identifican las condiciones estructurales que afectan el trabajo diario de los vendedores ambulantes, así como las características del trabajo informal desde la perspectiva y agencia de los vendedores ambulantes. Con respecto a las condiciones estructurales, la relación con el gobierno municipal constituye una de las principales preocupaciones para el trabajo diario de los vendedores informales, ya que es este nivel de gobierno quien tiene la competencia del manejo de las playas a nivel nacional. Lejos de ser una relación de diálogo horizontal, los vendedores ambulantes perciben su relación con la autoridad municipal como una relación vertical en la que se definen políticas de arriba hacia abajo, es decir desde el interés de las autoridades y no de los trabajadores, tal como lo han señalado antes Monnet (2005), y Castells y Portes (1989).


Las relaciones desiguales de poder se evidencian en la incapacidad de los vendedores ambulantes de hacer algo cuando les suben el precio de los permisos sin aviso previo o cuando las autoridades no cumplen con promesas ofrecidas como capacitación o mejora de sus condiciones de trabajo. Su vulnerabilidad, dada por la pobreza, la falta de educación, su dependencia en el ingreso diario y su misma condición informal (Martínez, 2017; Steel, 2012), se agrava cuando no tienen permisos y políticas claras y permanentes para el uso de la playa, por lo que su futuro está a merced de la autoridad de turno. Al



no tener condiciones claras de trabajo, no pueden reclamar por un mejor manejo del área de playa, definir sus condiciones de uso del espacio físico, solicitar servicio de recolección de basura o luchar por la mejora de las vías de acceso y provisión de servicios básicos.

En otras palabras, el gobierno municipal es visto por los vendedores como una institución que restringe la libre actuación de los vendedores quienes sienten que no pueden reclamar por servicios básicos y ejercer su condición de ciudadanos (Gibbings, 2016). Con respecto a mecanismos de respuesta, la forma en que los vendedores ambulantes ejercen su agencia, luchan contra la incertidumbre y de alguna manera reducen su condición de vulnerabilidad (Gibbings, 2016; Trupp, 2015), es asociándose en cooperativas en el caso de las playas urbanas, o afiliándose a comités comunitarios de turismo en el caso de las playas en áreas comunales o rurales.

Desde una perspectiva espacial, esta investigación identifica cómo las organizaciones en las que los vendedores ambulantes se asocian, difieren dependiendo de si el espacio que rodea a la playa es urbano o rural. Como indican Forkuor et al. (2017) el acto de asociación también es una forma de ganar poder político para negociar condiciones de trabajo con las autoridades. Se evidencia cómo las asociaciones y los comités protegen a sus miembros tanto al servir de representantes y portavoces ante las autoridades locales, como al controlar el número y la ubicación de los comerciantes que trabajan en el área de playa. A través de la asociación, los vendedores organizados hacen mingas de limpieza periódicas, contratan salvavidas para los días de mayor afluencia e incluso se organizan para casos de emergencia como la búsqueda de niños perdidos u otros problemas de seguridad. En otras palabras, son los comités y las asociaciones de vendedores ambulantes quienes en la práctica diseñan y ejercen políticas de manejo y ordenamiento del área de playa. Esto se puede ver como una forma de agencia, auto organización y práctica de la ciudadanía ante la falta de respuesta de la estructura gubernamental a la que le corresponde ejercer esta labor.


Con respecto al comercio ambulante en playas turísticas, este estudio identifica tres características que lo diferencian del comercio ambulante en otros espacios, como por ejemplo los mercados y los centros de las ciudades. La primera tiene que ver con la marcada estacionalidad del turismo de sol y playa, la cual obliga a los comerciantes a trabajar largas horas en temporada alta en detrimento de su salud y seguridad física, situación que se ve agravada porque al ser comerciantes informales, no están afiliados al seguro social y por lo tanto tienen un acceso limitado a atención medica y servicios de salud. En segundo lugar, está la disputa que la actividad turística ha generado por el uso y la privatización del espacio de playa. Por un lado, están los dueños de segundas residencias quienes quieren extender su propiedad hacia la playa que tienen enfrente y por otro, están los vendedores ambulantes que quieren usar esa playa para su beneficio económico (Monnet, 2005; Swanson, 2007; Forkuor et al., 2017). En este caso, el turismo es una actividad social que claramente reproduce relaciones desiguales de poder entre ricos y pobres.

En tercer lugar está el tema de los turistas que venden sus productos en la playa con la finalidad de financiarse el viaje a lo largo del continente. En este caso particular, los mismos turistas en lugar de consumir, compiten con la oferta turística local en una dinámica propia de los espacios sociales no regulados. Los testimonios muestran cómo los vendedores ambulantes responden a esta dinámica explicando que hay comerciantes “más informales” que otros. En estos testimonios, las diferenciaciones dicotómicas entre formal e informal (e incluso entre visitantes y residentes, o huéspedes y anfitriones) se vuelven borrosas e insuficientes para la comprensión de lo que sucede en la realidad social, lo que indica que la condición de informalidad/ formalidad debe ser repensada desde la teoría para reflejar los cambios sutiles, los grises y los aspectos intermedios que existen entre los dos conceptos.



Epistemológicamente hablando, la comprensión del fenómeno del ambulantaje no puede venir desde escuelas de estudio que se enfoquen en dimensiones categóricas (ver Chen, 2012; Martínez et al., 2017), sino que se debe fomentar el uso de perspectivas multidimensionales y fluidas que resalten los procesos de construcción y transformación de la realidad social. En efecto, partir de los resultados obtenidos se identifica que la relación entre estructura y agencia desde una teoría de la estructuración o de la transformación social (Giddens, 1984), dentro del contexto de un espacio geográfico determinado, ha permitido tener una comprensión multidimensional del fenómeno. Más que nada, obliga a repensar las soluciones en términos heterogéneos y a entender que la mejora de las condiciones de vida de los vendedores ambulantes no puede depender de una solución que se aplique a todos.


Conclusiones


Así mismo se identificó las condiciones estructurales que afectan el trabajo diario de los vendedores ambulantes así como las características del trabajo informal en playas turísticas desde la perspectiva y agencia de sus actores. Desde este punto de vista, se contribuye a la comprensión del ambulantaje en el contexto del turismo en espacios de playa. El estudio revela cómo la relación desigual de poder entre los vendedores y las entidades de gobierno, hacen posible y habilitan procesos de asociación, auto organización y acción con los cuales los vendedores hacen frente a su vulnerabilidad, incertidumbre y la inestabilidad ocasionada por la falta de propuestas claras para el manejo del ambulantaje en zonas de playa. Así, se evidencia cómo los vendedores ambulantes actúan a través de sus comités y asociaciones y de manera efectiva ejecutan acciones de manejo que incluyen zonificación, seguridad y limpieza. Se identifican además tres aspectos clave que distinguen al ambulantaje en playas turísticas del ambulantaje en otros espacios: la estacionalidad del turismo, el cual aumenta la


incertidumbre de sus condiciones de trabajo, el conflicto que el turismo ha traído en los destinos por la privatización del recurso playa, y las distinciones borrosas entre visitantes y residentes cuando los turistas se convierten en vendedores ambulantes para financiar sus propios viajes.

El estudio brinda además nuevas interrogantes, como por ejemplo cuál es la relación existente entre los vendedores ambulantes y los prestadores formales de servicios turísticos, o cómo el consumidor ambulante o turista percibe el ambulantaje. Futuras investigaciones podrían abordar estos temas y ampliar la muestra a otros espacios de playa.

En relación a políticas públicas para mejorar las condiciones de trabajo de los vendedores ambulantes, uno de los aspectos más importantes encontrados en este estudio es que en su mayoría los participantes desean seguir en la actividad a pesar de que su trabajo sea inestable y demande gran esfuerzo físico. El orgullo de poder mantener a sus familias, haber podido educar a sus hijos, y en algunos casos, poder vender productos elaborados por ellos mismos, es suficiente para contrarrestar la vulnerabilidad y la incertidumbre que caracteriza su trabajo. Reglas claras para el pago de los permisos y uso de las playas, capacitación y el desarrollo de habilidades, así como el otorgamiento de micro préstamos son soluciones que ellos ven para mejorar sus propias condiciones de vida.


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Vol. XXIII, No. 4


Esta revista fue editada en formato digital y publicada en diciembre del 2017, por la Universidad del Zulia, Vicerrectorado Académico, Serbiluz - Fondo editorial,

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