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QUÓRUM ACADÉMICO

Vol. 19 Nº 1, Enero - Junio 2022. Pp. 64-86 Universidad del Zulia - ISSN 1690-7582


Análisis crítico del dicurso latinoamericano o el "hacer hablar" a la política


Alicia Pineda.1


Resumen


Se analiza la necesidad de crear una teoría y un método del análisis crítico de discurso (ACD) latinoamericano capaz de “hacer hablar, endógenamente, a la política. La metodología: reflexión hermenéutica, abductiva. Conclusiones: 1) El ACD latinoamericano sí requiere de teorías y métodos sistematizados en una semiótica crítica revisitada que desnude la hegemonía. 2) El ACL latinoamericano debe contemplar la resemantización de la política como ingrediente ligado, históricamente, en ese contexto a la dominación, y no solo, marginalmente, a las ideas, al intelecto.3) La estrategia de aprendizaje social del AC se considera como de interés público, y en consecuencia, debe ser objeto de políticas públicas.


Palabras clave: Análisis crítico, discurso, semiótica crítica endógena, política.


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Recibido: Mayo 2022 – Aceptado: Junio 2022


1 Profesora titular, emérita. Universidad del Zulia. Departamento de Ciencias Humanas, Facultad de Ciencias. Investigadora en las áreas: Análisis del discurso tecno-científico, Políticas públicas y Periodismo zuliano del siglo XIX. Periodista con Doctorado en Ciencias Humanas y Maestría en Planificación y Gerencia de Ciencia y Tecnología. E-mail: pinedaquinteroal@gmail.com.



image Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento - NoComercial - CompartirIgual 3.0 Unported.


Critical analysis of the latin american discourse or “making politics talk”


Abstract


The need for a Latin American critical discourse analysis (CDA) theory and method capable of “making politics speak, endogenously” is analyzed. The methodology: hermeneutic, abductive reflection. Conclusions: 1) Latin American CDA does require systematized theories and methods in a revisited critical semiotics that undresses hegemony. 2) The Latin American ACL must contemplate the resemantization of politics as an ingredient linked, historically, in this context to domination, and not only, marginally, to ideas, to the intellect. 3) The social development strategy of the AC is considered as of public interest, and consequently, should be the subject of public policies.


Key Words: Critical analysis, discourse, endogenous critical semiotics, politics.


1. Introducción


El objetivo general de este estudio es analizar la situación del análisis crítico del discurso (ACD, en adelante) en Latinoamérica. En especial, la referente a la construcción o asimilación de teorías y metodologías y la adopción “ateórica” y acrítica de tendencias post-estructurales europeas en las cuales, exclusivamente, la teoría es el lenguaje y la práctica la des- ideologización de la política (post-política).


Respecto a lo anterior, se reconoce el esfuerzo euro-centrista, norteamericano y latinoamericano por desarrollar el ACD durante un largo ciclo. En el caso de Latinoamérica, Salina y col. (2018) resaltan el empeño, aún débil, por poner en escena sus limitaciones teórico-prácticas en campos, tales como el del lenguaje, la comunicación y el desarrollo del pensamiento crítico latinoamericano, que si bien algunos autores juzgaron en los 90 del pasado siglo como histórico y políticamente pre-moderno o no “incluido aún en la modernidad”, hoy, dos décadas después, es innegable, no solo que participa reflexivamente de todos y cada uno de los cuatro parámetros


que autores señalaron a finales de la década de los 90 como indicios de la modernidad: “emancipación, expansión o innovación del conocimiento, renovación y democracia” (García Canclini 1989: 31-32 ).


Que no haya sistematización en la forma cómo se aplican los cuatro parámetros citados anteriormente, ni en la manera cómo se produce, asimila, distribuye, usa y analiza el pensamiento crítico en Latinoamérica, ese es precisamente el problema, signo de los tiempos que nos ocupan. De ahí deriva el empeño por identificar aspectos nodales que pudieran permitir comprender, interpretar y usar críticamente el conocimiento que sí generamos, contribuyendo con esto a evitar o aminorar las crisis de sentido o de comprensión e interpretación de la realidad global, que ya algunos autores como Medina y Ortega (2006) han denunciado en Latinoamérica no solo como factor que afecta los procesos de reproducción cultural y material de la sociedad, la integración social y la socialización, y también nuestra definitiva inserción en la modernidad. Tal como lo expone Habermas (1999), esta acción ésta más allá de la adhesión al modernismo (época histórica), y ha sido interpretada por algunos autores como una incorporación tardía a la modernización neo-liberal


Atendiendo al contexto anterior, los objetivos específicos del artículo se centran en: 1) diferenciar el ACD eurocéntrico del ACD que, en el contexto de este estudio, se considera necesario en Latinoamérica. 2) Explicar, mediante el análisis de discursos de dominación, cómo nuevas y renovadas formas de poder imperial penetran en Latinoamérica a través de estrategias discursivas (“estereotipos, hibridez, mimetismo, indeterminación”, entre otros), 3) identificar nodos o aspectos fundamentales (variables) que en el siglo XXI marcan el desarrollo del ACD en Latinoamérica.


La investigación que sustenta este estudio es de carácter documental y de hermenéutica crítica- abductiva11, que contempla la interpretación fundamentada en un ir y venir entre la teoría y la práctica. En adelante, este artículo se ordena de la manera siguiente: 1) marco teórico referencial


1 Hermenéutica crítica-abductiva: entendida como interpretación híbrida que se mueve, dialécticamente, entre la teoría y la práctica (ambas se explican mutuamente).La abducción como método analítico comparte con otros métodos tales como la inducción y la deducción su punto de partida basado en la estructura del lenguaje y el uso de términos específicos (+ informativos) y generales (más extensos en su aplicación).


sobre el desarrollo del ACD. 2) resultados, 3) conclusiones y referencias bibliográficas.


  1. El análisis crítico del discurso eurocéntrico: un antes y un después


    En palabras de Wodak y Meyer (2003), el ACD es una metodología con una tradición de uso cercana a los cincuenta años, emparentada con la llamada lingüística crítica y con raíces en la teoría crítica de la Escuela de Franckfurt. En general, esta metodología se utiliza para analizar problemas de naturaleza social que remiten a “discriminación, dominación, poder y control” (Wodak, 2003:19), así como a vetas de exclusión, hegemonía y abusos de poder, que se manifiestan tanto explícitamente a través del uso de los signos lingüísticos (de naturaleza verbal y escrita) y no lingüísticos (íconos, símbolos, señales, gestos, etcétera); como implícitamente, a través de procesos de inferencia (implicaturas), resultado de la interpretación de la situación contextual local en que se ubica el acontecimiento comunicativo.


    En general, el ACD según Fairclough (citado por Wodak y Meyer, 2003:180) se comporta como una metodología “diversa, ecléctica, interdisciplinaria y con tendencia hacia la transdisciplinaridad”, razones por las cuales ella puede ser abordada complementariamente desde diferentes teorías: “microteorías, teorías de rango medio y macroteorías” (Wodak y Meyer, 2003: 42, 43,55).


    POr otro lado, Meyer (2003) explone que, en el siglo XX, se dispuso de variadas metodologías, autores y tendencias teóricas para realizar ACD. La complementariedad entre teorías y autores de ACD que hace posible su inter y transdisciplinaridad está dada por el hecho de que se parte del lenguaje y la comunicación como tronco común que caracteriza al ACD. A esta articulación se suma la naturaleza discursiva de los cambios sociales y culturales, así como el hecho de que todos los discursos son históricos, y se entienden o interpretan en contextos extralingüísticos (políticos, sociales, culturales, religiosos, tecnológicos, ideológicos) donde privan intereses.


    En la versión post-estructural basada en el giro lingüístico que domina actualmente la teoría y práctica del ACD en Europa, algunos autores como Laclau y Mouffe (1987) no separan las prácticas discursivas


    de las no discursivas. Asimismo, Márquez (2005) expone que también algunas versiones eurocéntricas post-estructurales coinciden en señalar, exclusivamente, el mencionado giro como práctica articuladora de lo social desvinculada de las relaciones materiales y la irrelevancia de teorías y métodos en los ACD a la usanza de la epistemología moderna y el protagonismo del análisis de las formas, excluyendo las funciones y contenidos de los mensajes, es decir, los contextos, que remiten a las relaciones y trama de intereses políticos presentes en la estructura social.


    Las investigaciones relacionadas con el ACD desarrolladas por investigadores procedentes de los campos de la antropología, sociología, semiótica, lingüística y el análisis del discurso, durante las décadas de los años 70 y 80 del pasado siglo, “compartieron una generalizada perspectiva gnoseológica y epistemológica en la cual la tríada de conceptos poder- historia- ideología, ocupó un papel protagónico” (Wodak, 2003:26).


    A partir de los 90, en la sociedad neo-industrial, la tríada anteriormente mencionada se sustituyó por una tríada híbrida que agrupa pares de conceptos, tales como: tecnología-saber, poder-economía y discurso- hegemonía. En la misma se intenta, discursivamente, desplazar el contenido social de la ideología, una vez se han ahuecado las funciones rectoras del Estado y convertido a “la política” en un “asunto administrativo”. Se recurre para ello al criterio de performatividad u “optimización de la relación input/ output" (entradas y salidas del sistema) que ahora auto-legitima el sistema social vigente (Luhman, 1975, citado por Marramao, 2000: 258). Según el mencionado criterio, la atención se centra ahora en:


    1. La eficacia y eficiencia de la economía basada en la resolución de problemas y no en el sujeto, tal como lo refiere Aguilar (2007). La resolución de problemas, es -paradójicamente desde el discurso- también una forma ideológica-teleológica (relación fines-medios) de hegemonizar el sentido mediante el éxito de las acciones y resultados, que desplazan a la verdad como prueba de la acción estratégica implementada por la ciencia y tecnología actual.


    2. “El control formalizado de la toma de decisión política” (ibídem). En este sentido, se sigue el modelo del lógico posible modal que atiende una sobredemanda de “sentidos posibles”, cuya validez depende de su adaptación a una situación determinada: veracidad y no verdad.


    Esto explica en la política como espectáculo, o su representación mediática, la convivencia espacio-temporal de verdades /mentiras, lo objetivo/subjetivo; y lo real/ virtual, entre otros.


      1. Las limitaciones del ACD en la modernidad eurocéntrica


        El ACD efectuado desde 1970 (año de nacimiento de la disciplina) hasta 1990 del pasado siglo sufrió importantes revisiones como teoría y como método en Europa. De las revisiones destacan, según Fairclough (citado en Martín Rojo y Whittaker, 1998: 35 a 53), como áreas problema en el ACD, entre otras, las siguientes:


        1. El objetivo centrado exclusivamente en el poder político y la ideología, excluyendo la crítica de la tecnología y la mercantilización. (2) El protagonismo analítico del texto como recurso de dominación, enfatizando en el uso del lenguaje, sin tomar en cuenta su naturaleza dialogal-multimodal.

    (3) El centrarse, exclusivamente en el texto, dejando de lado o excluyendo los procesos de interpretación y consumo como recursos de lucha. 4) El basar el análisis, preferentemente, en estructuras de dominación estables, por tanto, no eran vulnerables al cambio rápido asociado a la posibilidad de lucha; y en sociedades unitarias (Inglaterra, Austria) y mono-culturales, ajenas al giro globalizador y multicultural.


    Por su parte, Wodak (2003) señala como problemáticas las siguientes áreas del ACD moderno: (1) No se explícita cuál es la teoría lingüística o gramatical que ha de aplicarse en el ACD, pues se utilizan los recursos del lenguaje como seleccionados en un “cajón de sastre” (todo sirve para todo).

    (2) La falta de operacionalización de las teorías que permita relacionar la dimensión lingüística con la dimensión social. (3) Retraso en el logro de análisis textuales.


    Respecto a estos señalamientos anteriores cabe expresar: 1) los problemas mencionados por Wodak (2003) son aplicables en su totalidad al funcionamiento del ACD en Latinoamérica. 2) Los referidos por Fairclough, en su mayoría, salvo algunas excepciones, son la contra-partida de lo que realmente sí debe hacerse en nuestro continente. En otras palabras, es algo así: lo que sobra en Europa en ACD, en Latinoamérica puede interpretarse como una falta (cursiva nuestra). 3) Sólo hay un punto común entre el ACL


    y el eurocéntrico: ambos privilegian el análisis textual-lingüístico (interno: cotexto) y dejan de lado la interpretación del texto y su consumo como recurso de lucha (contexto). La coincidencia en estos análisis no es casual si recordamos el impacto que aspectos teórico-prácticos del ACD euro- céntrico han jugado en Latinoamérica desde ya más de 5 décadas.


    La percepción de la génesis de los problema analizados por Wodak y Fairclough es la siguiente: 1) Los que se vinculan al cambio tecnológico basado en la innovación y la relación ciencia-tecnología, poder-saber, son de naturaleza global. 2) Los que se centran en el giro lingüístico están vinculados tanto con el desarrollo de corrientes marxistas post-estructuralistas que priorizan la articulación social mediante el discurso y no por relaciones de clase determinantes (marxismo clásico). 3) Los que priorizan de manera unilateral el uso de recursos lingüísticos en vez del carácter multimodal del texto para expresar relaciones dominantes, ignoran al impacto de las TIC y las contradicciones en la construcción de nuevas utopías vinculadas - entre otros - con el acceso, apropiación y uso de la comunicación. 4) Los que se refieren a la economía y política, procesos de des-ideologización (post- política) y la des-historización o afán de borrar la historia, se vinculan con los procesos de modernización del capitalismo.


    En los anteriores contextos, algunos autores como Maniglio (2017) opinan que la ideología ha abandonado la realidad social y vuelto al mundo de las ideas; otros más atentos, y “con los pies sobre la tierra”, interpretan realidades ideológicas contingentes en países tales como Grecia, España, Francia, Rusia, visibilizadas a través de las nuevas plataformas tecnológicas.


    Respecto al apartado 2 relativo a la génesis de estos problemas, la explicación se asocia tanto al predominio actual de las nuevas articulaciones sistémicas y hegemónicas entre “saber y economía”, como porque, paulatinamente2 se fue dejando de lado la concepción fuerte de ideología3


    1. Habermas (1999; 555. Tomo II) considera que el avance en el pasado siglo del estado social o estado de bienestar “ institucionalizó paulatinamente” el sentido social, político y económico de la lucha de clases argumentada por el marxismo ortodoxo como explicación de lo social y, en este sentido, debilitó el concepto de “ ideología como dominación”; situación ésta que fue aumentando hasta llegar a 1989 cuando cae el comunismo en la Unión Soviética, y empieza a hablarse de un “proceso económico despolitizado”


    2. Véase bibliografía: Las concepciones de la ideología como débil o fuerte fueron formuladas por Bobbio (1997: 755), citado por Estoppino (1999).


      ligada al marxismo clásico, que la vinculaba a ideas y teorías socialmente determinadas por las relaciones de dominación entre las clases sociales que las justificaban dotándolas de una falsa conciencia.


      En contraposición a lo anterior, actualmente en Europa se le da prioridad al concepto débil y neutro de ideología que se relaciona con ideas y valores concernientes al orden político que tienen la función de guiar los comportamientos colectivos. Este concepto débil de ideología “prescinde del eventual carácter mítico de las creencias políticas”, y es el que hegemónicamente se trata de establecer como universalmente válido (cursiva nuestra).


      El posicionamiento citado anteriormente reafirma que la ideología como dominación política ha dejado de ser actualmente tema prioritario del ACD en Europa, lo que explica que las investigaciones se centran preferentemente en temas relacionados con la tecnología y problemas de naturaleza social, tales como: inmigración, racismo, multiculturalismo, feminismo, sexismo, entre otros.


      Estos temas, aunque en menor o mayor grado, son también expresión de dominación, inequidades y desigualdades. De igual modo, reflejan visiones del poder y de la ideología más laxas o débiles vinculadas a lo que se denomina “gramática de las formas de la vida” ligadas a la producción cultural, integración social y la socialización y no a problemas de “distribución del poder”. (Habermas, 1999: 472,491, 492, 495, 497, 555).


  2. El ACD en la “modernidad” latinoamericana


    Para Salinas (2018), la situación del ACD en Latinoamérica revela, en general, que a falta de producción propia nos hemos limitado durante un largo ciclo a utilizar en los ACD teorías, métodos y temáticas exógenas, ajenas a nuestras realidades. De acuerdo Martín Rojo &Whittaker (1998) esto no obsta para reconocer los esfuerzos de autores y organizaciones por institucionalizar esta especialidad en la región,


    Contrariamente a lo que ocurre en Europa, en Latinoamérica el ACD se presenta hoy como un campo de investigación propicio no sólo para analizar los procesos de hegemonía neoliberal y sus perversos efectos; sino también para descubrir los mecanismos que la hacen visible, entre


    ellos: 1) La insurgencia de una sociedad civil y un pueblo que reclama ser “vistos, oídos y escuchados” por los “otros”, y por sus gobernantes, especialmente, 2) la puesta en escena de modelos alternativos de desarrollo participativo, asociados a procesos de resistencia y de lucha para vencer las desigualdades. Estos modelos de desarrollo son teóricamente de vieja data, pero efectivamente puestos en práctica, en las dos últimas décadas, salvo la experiencia cubana que es de finales de la década de 1950 del pasado siglo .


    Estos modelos de desarrollo alternativo intentan dar respuesta a la crisis social y política latinoamericana muy manifiesta, por cierto, a finales del 2019 (casos de Chile, Ecuador, Argentina, Colombia, Bolivia). La misma parece asociarse más a una sub-oferta de “democracia para la vida” (ligada respeto de la condición humana: libertad, equidad, igualdad, la diferencia, derecho a la vida, derecho a la comunicación, entre otros) antes que, prioritariamente, a una sobredemanda de expectativas económicas no cumplidas, no solo por parte del ahora inexistente, estado social de bienestar o walfare state, sino también por casi tres décadas de neo-corporativismo neoliberal. En palabras de Chereski y Posaudela (2001).el neo-corporativismo arrastra los efectos a largo plazo de la neutralización del Estado social y el agregado de los procesos de modernización neoliberal planteados como tal en 1973 y, formalmente, puestos en práctica desde 1985 del pasado siglo.


    Finalmente, de acuerdo con Pineda (2021), una revisión del ACD latinoamericano señala: 1) que en la región el ACD debe ser redefinido operacionalmente como una práctica social mediante la cual: 1) se investiga críticamente “el hacer y el deber ser” del poder (hegemonía, dominación, control) y la forma como esa relación se expresa explícita e implícitamente a través del discurso. En este sentido, los problemas del ACD latinoamericano actual, por ser contraparte de los eurocéntricos ya mencionados, su endogenización demanda:


    1. Reconvertir la tríada conceptual tecnología-saber /poder económico/ hegemonía-discursoquepresideactualmenteenlosACD eurocéntricos, en lo atinente, básicamente, a la relación poder-econonomía, que en aquellas realidades se muestra como desvinculada de lo social, des- ideologizada y des-historizada (cursiva nuestra) atendiendo a los procesos modernizadores neoliberales,


    2. Revisitar, con los cambios pertinentes y necesarios, a lo que fue la época del protagonismo del ACD (período 70-80) en la cual el interés se centró en la tríada de conceptos poder, historia e ideología referidos por Wodak (2003). Los cambios posibles de observar en este proceso de reconversión conceptual se ligan al desarrollo de la globalización y de las nuevas tecnologías que han desplazado los esencialismos, “estado de cosas” y “dualismos”: Así, articular la sociedad mediante el discurso (giro discursivo) no significa, según nuestro entender, aislar la cultura de las relaciones estructurales y sociales vinculadas con las luchas por el poder político, la dominación y la historia.


    3. Identificar discursivamente los problemas sociales relacionados con “sedimentos” de dominación, hegemonía, exclusión e inequidad que prevalecen en la actualidad; y contribuir con su comprensión, interpretación y búsqueda de soluciones para su posible eliminación.


    4. Identificación de las áreas problemáticas en el vínculo ACD - teorías, y de métodos analíticos en el siglo XX y XXI latinoamericano, entre ellas:


      1. El carácter sistémico y procesual de la sociedad que actúa coactivamente sobre la producción, distribución y uso del conocimiento. El ACD “disciplinado” o producido en instituciones académicas sufre los rigores de a) La excesiva normalización que rige la planificación de los programas académicos, de la investigación que se hace y de lo que se publica, tal como lo exponen Salinas y col (2018), incluyendo especialmente la normalización internacional de las publicaciones científico-técnicas. b) Reiteración del retraso trans-disciplinario de los análisis, a la vez que una concentración muy marcada en el giro lingüístico, desvinculado de los giros globalizadores mediáticos y del impacto de las políticas públicas. c) Desequilibrio en el ACD entre centrar la atención en contenidos, funciones, y formas (estructura) que crean sentido. Los análisis eurocéntricos desideologizados priorizan las formas y en menor medida los contextos. d) Falta de métodos nuevos para explicar los procesos de lucha entre actores que intentan hegemonizar el sentido como forma de dominación política. d) La falta de nuevas metodologías para estudiar la contingencia, movilidad y velocidad del cambio tecnológico que actúa sobre el cambio de sentido y de las articulaciones discursivas que expresan


    las demandas e identidades múltiples de los ciudadanos como resultado de las interacciones. e) Ausencia o pérdida del sentido nacionalista ligado al apoyo y protección el conocimiento que se produce en la región, tal y cómo lo refleja, por ejemplo, el predominio de la citación de autores extranjeros en nuestras publicaciones académico-científicas. d) Emergencia de nuevas formas “parásitas o mutantes” de representar o poner en escena, en grado máximo, la política como espectáculo, expresión post-moderna neoliberal del ejercicio del poder.


  3. Desnudar la hegemonía o dominación


    El ACD en Latinoamérica, sin demonizar las posturas post-estructurales eurocéntricas que consideren conveniente alejarse del sentido fuerte de ideología como dominación centrándose en el concepto más laxo que lo vincula a la cultura, no se puede – por obvio- “hacerse de la vista gorda” de las manifestaciones hegemónicas de dominación que se manifiestan en los mensajes a través de diversas estrategias discursivas que Bhabha (1994) señala como estereotipos, mimetismo, hibridizaciones, polarizaciones u oposiciones, implícitos, entre otros. A continuación, pondremos en escena algunos de estos discursos.


    El siguiente fragmento de un texto extraído de la "Guía práctica para el gobierno electrónico", financiado por el Fondo Editorial de Naciones Unidas, y propuesta por el BID (Dinsdale; y cols, 2002:48) no deja lugar a dudas acerca de la concepción que orienta la gestión o gobernanza de las nuevas tecnologías, explícita en un discurso de naturaleza tecno-política: un híbrido o “un estar en el medio” que disemina información sobre las tecnologías de información y comunicación (tecno-discurso), a la vez que persuade mediante un discurso político. Este discurso incluye/excluye al otro, en una relación que contempla: 1) un oferente (sector privado de la economía), 2) un opositor u oponente (sector público). 3) Un “otro”, o tercer actor que está, simultáneamente, en posición “incluído/excluído”, mediante el proceso de hibridación e indeterminación del discurso. Observemos el texto:


    Figura 1: Extrancto del texto "Guía práctica para el gobierno electrónico"



    Fuente: Dinsdale y cols, 2002.

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    “Con relación a la oferta de gobierno electrónico, los estudios han demostrado que la sociedades público-privadas, son generalmente, más exitosas que los intentos del gobierno de actuar en solitario. El sector privado no solo dirige la economía, sino que generalmente cuenta con mayor capacidad para construir la infraestructura y las aplicaciones necesarias para la conectividad, Los gobiernos pueden carecer de la competencia necesaria en tecnología de información, tienen problemas para estar al corriente de los acontecimientos y carecen de incentivos para innovar. Un reciente estudio de la OCDE observó que: el desarrollo interno es arriesgado y caro. Según el estudio los grandes sistemas de tecnologías de información , se toman del sector privado, por las siguientes razones: 1) La competencia entre los suministradores reduce el precio de la construcción de sistemas. 2) Los suministradores del sector privado son más innovadores y tienen una plantilla más calificada. 3) el sector público no debería producir lo que puede comprarse en el privado. Y 4) el sector público debería centrarse en su negocio principal (que no incluye la creación de grandes sistemas de tecnologías de información).

    Fuente: Dinsdale y cols, 2002.


    En el fragmento anterior se citan de manera general estudios que, en un primer momento, favorecen las posibles alianzas o asociaciones entre el sector público y el sector privado de la economía para implementar nuevas tecnologías. Contradictoriamente, se citan, a continuación, estudios específicos realizados por organizaciones del sector de la economía mundialmente reconocidas (OCDE: Organización para la Cooperación en el Desarrollo Económico), y se dan argumentos que favorecen la gestión de tales tecnologías en manos, única y exclusivamente, del sector privado.


    Utilizando, en el citado fragmento, recursos y estrategias de deslegitimación del Estado como gestor de las TIC, tales como los estereotipos, se opone la pareja sector privado /Estado. También hay oposiciones implícitas: así, el enunciado “el Estado tiene problemas para estar al corriente de los acontecimientos” lleva a la interpretación de que el Estado es ignorante, está desinformado, no conoce lo que ocurre en el sector


    de las nuevas tecnologías; lo cual justifica que, por ésta y otras razones, la “gobernanza” debe estar en manos del sector privado (implícito).


    Al analizar el proceso enunciativo-discursivo de la propuesta neoliberal sobre la “gobernanza” de las nuevas tecnologías, se concluye que la misma, dada la forma cómo se construye la identidad de los actores, está fundamentada en un proceso de inequidad, desigualdad en el tratamiento del "otro" (nosotros/ellos), en el cual el sector privado se atribuye todas las competencias para gestionar el sector de las nuevas tecnologías en desmedro del sector público, al que muestra como “ineficiente, discapacitado y no apto para la gestión o gobernanza de las TIC”. De acuerdo con Pineda (2020, estrategias similares se aplican en la construcción de argumentos de los programas del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).


    Finalmente, otro comentario nos remite a las formas lingüísticas en que son expresados los saberes contenidos en paradigmas, tales como el tecno- económico, que intenta persuadir a los receptores de mensajes mediáticos en una situación de crisis política en nuestros países sobre la inconveniencia de modelos alternativos de desarrollo. Así Carlota Pérez, investigadora venezolana de renombre mundial, autora del paradigma mencionado suscribe las bondades modernizadoras del neoliberalismo económico en una entrevista publicada en el Diario El Nacional de Venezuela (opositor al gobierno de Hugo Chávez Frías) en abril del 2003, una vez finalizado el golpe petrolero en Venezuela. Observemos en la tabla 1 los textos en que aparece, por jemplo, la unidad terminológica (UT) “empresas grandes” y los recursos lingüísticos o instrumentos de articulación lingüística utilizados para posicionarla en la mente del receptor. Veamos el texto:


    Figura 2: Extracto del diario EL Nacional

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    “En la sociedad del conocimiento lo intangible se convierte en valor”. “La empresa es muy importante. Y mientras más grande y poderosa sea una empresa mayor es su capacidad para entrenar su personal y formar capital humano, y mayor su potencial para remolcar y ayudar a modernizar el resto del aparato productivo”. -“las microempresas son importantes, pero solas no van a ninguna parte.


    -Buena parte de las empresas pequeñas y medianas que son prósperas y exitosas están asociadas a la prosperidad de las grandes empresas y van creando redes


    “Las utopías micro-empresariales, amén de atractivas, son del todo impracticables, si no se conectan con gigantes como PDVSA”. Un país de pequeñas empresas es un país ridículo, sin ninguna esperanza de llegar a ninguna parte”.

    Fuente: Carlota Pérez. Diario El Nacional (2003).


    Según los contenidos del texto anterior, los enunciados dan cuenta de la presencia de los siguientes tipos de mediadores o recursos lingüísticos: antónimos, marcas léxico-semánticas que expresan polaridad (oposición grande-pequeño) y voz subjetiva que expresa actitudes y apreciaciones de la hablante (Carlota Pérez, entrevistada) a través de adjetivación.


    Por otra parte, de a cuerdo a lo señalado por Escandell (1993), hay significados implícitos, implicaturas (supuestos sobre un hecho extralingüistico), una representación que el emisor hace al receptor, sin manifestación explícita, de carácter ostensivo (comunicar que algo es de una manera, con la intencionalidad de que el otro infiera algo sobre la realidad referida y sobre el objetivo de comunicar) e inferencial (proceso de tipo deductivo), que en apariencia quedan libres, pero que en la realidad están sujetos a la interpretación del receptor, según sus conocimientos, actitudes y situación en que recibe el mensaje. Así, Carlota Pérez, expresa los siguientes enunciados:


    “Las utopías microempresariales son impracticables. Un país de pequeñas empresas es un país ridículo. Las pequeñas empresas no tienen esperanza de llegar a ninguna parte. Para ser exitosas las pequeñas empresas deben conectarse con grandes empresas”.


    En la figura 1, se identifican las implicaturas o significados implícitos que sugieren los anteriores enunciados.


    Figura 1: Implicaturas o significados implícitos


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    Fuente: Pineda (2017)


    Dos significados implícitos fueron identificados: (1) encierra una visión pesimista del desarrollo, que lo excluye, limitándolo solo a la existencia de grandes empresas. La mediación lingüística utilizada es una aserción negativa. (2) Según el significado implícito, la única posibilidad de supervivencia de las pequeñas empresas es “inexorablemente” su conexión con las grandes. Ese, según el paradigma, es “su deber ser”. La mediación lingüística utilizada es la modalidad deóntica, que expresa “deber, coerción” (Pottier,1992:287), mediante procedimientos lingüísticos de diversa naturaleza, que pasan inadvertidos para el común de los públicos meta.


    Finalmente, veamos el enunciado opuesto:


    a) EL ENUNCIADO: “La empresa es muy importante. Y mientras más grande y poderosa sea una empresa mayor es su capacidad para entrenar su personal y formar capital humano, y mayor su potencial para remolcar y ayudar a modernizar el resto del aparato productivo”. En la figura 2, se identifican las implicaturas o significados implícitos que sugiere el anterior enunciado:


    Figura 2: Implicaturas o significados implícitos


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    Fuente: Pineda (2017)


    En este caso, las mediaciones lingüísticas se vinculan con la forma cómo se jerarquizan las oraciones en el enunciado analizado, mediante el uso de esquemas integrados relacionados con la coordinación: varias oraciones coordinadas, separadas por “y”, además del uso de argumentos explicativos y aserciones afirmativas.


    Un comentario final es necesario: los actuales tratados de libre comercio persuaden a los países sobre la necesidad de adscribirse a los mismos, utilizando formas sutiles y variadas de uso del lenguajes, en los cuales, como en el caso analizado, el paradigma coloniza el tutelaje, el dominio del poder, mediante la oposición empresa grande / empresa pequeña, al igual que en el pasado lejano (década del 60 del pasado siglo) la naturalización de la cultura de la dependencia en Latinoamérica colonizó en pactos y acuerdos de modernización de la economía neoclásica, las oposiciones que justificaban el tutelaje: países desarrollados/países subdesarrollados, países con experiencia/países jóvenes, países que transforman materias primas mediante el desarrollo tecnológico/países que exportan materia prima, países exportadores/países importadores. Y se cita este ejemplo, para solo nombrar una de las mediaciones lingüísticas duales muy usada ideológicamente: uso de antónimos, recurso que tiene una propiedad polar (+,-)


  4. El ACD latinoamericano: o el “hacer hablar a la política”


    A continuación, se identifican algunos aspectos claves que pueden ser tomados en cuenta para hacer en Latinoamérica un ACD endógeno o propio, sin, necesariamente, demonizar y excluir las versiones extranjeras;


    solo que las mismas pueden entrar en juegos del lenguaje en los cuales se haga, prioritariamente, "hablar a la política" mediante teoría y métodos que expresen nuestra realidad social, política, económica, cultural, tecno- científica.


    La acción performativa de “hacer hablar a la política” se asocia, entre otros, a la reconversión4 de una semiótica de la representación que conceptúa la política como espectáculo, en una semiótica de la significación que Bhabha (1994) señala como más orientada al estudio de las articulaciones semántico- pragmáticas de relaciones de dominio, que de problemas relacionados con la diversidad social, en los cuales la cultura se conceptúa más como un objeto epistemológico o del saber y menos como un instrumento de lucha social. Se deja por sentado, que –por separado- ambas opciones son perfectamente válidas en su afán explicativo de la cultura. Así, el multiculturalismo se acoge prioritariamente a la versión epistemológica mencionada, y un estudio sobre la cultura como dominación se centra en la misma como instrumento de lucha social.


    De acuerdo a lo anterior, no se trata de atender, sin reflexión, la posición maniquea de algunos autores que sostienen - por ejemplo- que en la post-modernidad lo que ha ocurrido es un simple desplazamiento o “enfriamiento” del problema (“no del tema”5) ideológico, que en otras realidades ajenas a la latinoamericana, ha sido paulatinamente sustituido, por la atención a importantes problemas relacionados con el racismo, el feminismo, la diversidad sexual, las migraciones, entre otros. Para , según Bhabha (1994), el análisis de estos problemas carece el contexto de los grandes relatos del capitalismo, de un marco fundacional para los modos de identificación social y efecto político.


    Eventos recientes ocurridos tanto en Latinoamérica como en Europa tales como el nombramiento de gobiernos de transición en Venezuela (2019) y Bolivia (2020, las inequidades norteamericanas contra los migrantes que


    1. Reconversión: Término tomado de la conomía por Néstor García Canclini para proponer una visión conjunta de Estudios de hibridación de culturas elitescas y culturas y populares. Véase culturas híbridas y estrategias comunicacionales. Colima. Ëpoca II. Volumen III. N° 5, junio de 99712.


    2. Tema/problema: En el contexto de este artículo se conceptúa como tema: el nombre, la forma de nombrar algo, de lo que habla en una determinada situación. El problema: alude a la situación conflictiva. En la retórica política se usan -indistintamente- los significados de tema y problema.


    intentan atravesar el muro –frontera entre México y Estados Unidos (2020, 2021), las inequidades en la distribución vacunas contra el COVID-19 (2020-2021), el grosero intervencionismo norteamericano (2022) en Europa través de la OTAN), muestran que las diferencias siguen campeantes y arrecian, pero también que nuevas formas de lucha social son posibles, por ejemplo: las oleadas de protesta contra los organismos multilaterales en Latinoamérica (2019, 2020), las protestas de los chalecos amarillos en Francia (2021), entre otras.


    El contexto anterior es solo una muestra muy caricaturizada, si se quiere, de lo que ocurre, y que puede y debe – en nuestro caso- ser objeto del ACD con teoría y métodos endógenos. En este sentido, la enseñanza del ACD del discurso, dada su importancia, debe ser considerado como una estrategia discursiva de interés público (cursiva nuestra), tal y como se conceptúa en el artículo 5, aparte f, de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y TV, de la República Bolivariana de Venezuela ( 2004). Esto puede sonar “utópico”, pero también lucir como una estrategia viable para renovar creativamente el pensamiento latinoamericano y los modos de observar, investigar, analizar e interpretar la realidad latinoamericana.


    4.1. Los nodos o aspectos nodales del ACD latinoamericano


    Se identifican, a continuación, lo que se considera son algunos de los aspectos más relevantes en la nueva relación saber- poder que pueden incidir en a construcción de un nuevo perfil del ACD latinoamericano: a) giros lingüístico, tecnológico, sistémico, multicultural y el de la cultura como espacio de dominación y lucha, b) la performatividad como criterio que legitima la racionalidad sistémica. c) La “rehistorización en la construcción discursiva de la realidad social y del sujeto” (Bahbha,1994:53). d) La excesiva informatización de la sociedad, e) las nuevas formas de expresión política del dominio imperial, entre otros.


    La Figura 1 intenta un acercamiento crítico, pragmático, al ACD post- neoliberal, mediante la selección de algunas premisas generales aplicables al estudio de cualquier situación de hegemonía y dominación que requiera de análisis.


    Figura 3: Análisis crítico del discurso post-neoliberal


    image

    Fuente Pineda. Basada en varios autores citados en Discurso, Política y Políticas.

    La figura 1, muestra las interrogantes (externo: quién, cómo, en qué situación, qué se dice, en qué ámbitos espaciales) que debe plantearse el ACD. Todas ellas relacionadas con la situación de comunicación, reafirman en el contexto de este artículo su carácter pragmático. Se observa en la figura 1 el papel que se otorga a : 1)la agencia de los eventos, ligada por supuesto, a una temporalidad velozmente cambiante, y a un espacio, 2) la lógica que afianza las estrategias políticas que se aplican (sistémica, neo- weberiana, comunicativa, post-estructural en sus versiones radical/plural versus radical), 3) la tipología de los mensajes que expresan las acciones, producto de la lógica adoptada: estructuralmente híbridos (“están en el medio”) y conceptualmente des-ideologizados, pueden expresar diferencia, consenso, o ambos, tal como lo refiere Bhabha (1994), 4) los contextos: su análisis se muestra como pertinente en sociedades donde hay relaciones de dominación. En la sociedades que se asumen como des-ideologizadas se da prioridad a las formas y no a los contenidos y función de los mensajes (contextos), por tanto, los temas, objeto de análisis crítico, se seleccionan como pertenecientes a la cultura (feminismo, racismo, diversidad sexual), un tanto, aparentemente, desvinculada de la acción de la estructura social.


  5. Conclusiones


  1. Las tríadas conceptuales señaladas en el contexto de este estudio deben establecer relaciones de complementariedad, pues “no somos hombres de paja” (Van Dijk, 2011: 272 -274). Una sociedad no se piensa sin signos, éstos, son a su vez, la expresión de las interacciones que establecemos con la realidad misma, a fin de conocerla e interpretarla.


  2. Por contrapartida con Europa y Norteamérica, en Latinoamérica se requiere urgentemente un proceso de endogenización del ACD, tanto en sus teorías como en sus métodos, los cuales deben marchar a la par del desarrollo de procesos de autonomía económica, política, tecno-científica, educativa y de cultura innovativa centrada en nuestras realidades, definitivamente, diferentes a las europeas y norteamericanas.


  3. El ACD necesario es quizá el que sume voluntades ligadas a la construcción de sentidos libres de literalidades, universalidades, y, en consecuencia, multiplicadores de espacios de identidad. "hacer hablar a la política y sus acciones", a través de la implantación de una semiótica crítica de la significación, es quizá una opción que en nuestras realidades desnuda la hegemonía mediante un ACD, que debe ser objeto de “interés público” en los escenarios de política educativa ciudadana, formal e informal.


  4. Sin demonizar aportes de otras realidades es necesario reafirmar la necesidad de teorías y métodos de ACD inter y transdisciplinarios que llevan a nuevos o asimilables usos ligados a la interacción lenguaje

– comunicación, sociología, antropología, capaces de explicar las complejas, descentradas y cambiantes realidades socio-culturales, políticas y económicas latinoamericanas, pues las posturas post- estructurales exógenas no ofrecen nada nuevo: contradictoriamente, niegan la teoría y el método, en la misma medida que los reafirman, usándolos.


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