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QUÓRUM ACADÉMICO

Vol. 17 Nº 2, Julio-Diciembre 2020. Pp. 95-125 Universidad del Zulia - ISSN 1690-7582


Muerte, cine y representaciones semióticas en el filme "Mar Adentro" (2004) de Alejandro Amenábar


Deris Cruzco1, Eugenio Sulbarán2


Resumen


En este trabajo se analizan las representaciones semióticas de la muerte en la película “Mar Adentro” (2004) del cineasta español Alejandro Amenábar. El análisis se basó en la consideración de los códigos fílmicos y cinematográficos propuestos por Eco (2015), Cassetti y DiChio (2007), Sulbarán (2000) y sobre los arquetipos culturales estudiados por Morín (2001, 2011) para representar la muerte a lo largo de la historia. Como resultados se obtuvo que la muerte se representa en “Mar Adentro” (2004) por medio de códigos fílmicos y cinematográficos enmarcados en el canon comercial norteamericano, combinando la postura nihilista del autor ante la muerte para dar pie a diferentes tipos de muerte como la biológica, psicológica, social y del amor. Futuros estudios deberían acercar el análisis interpretativo del cine al nivel instrumental, sin temor a combinar herramientas interdisciplinarias, para una mayor exhaustividad en el estudio del cine como discurso.


Palabras clave: Cine, muerte, representaciones, Amenábar.


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Recibido: Junio 2020 – Aceptado: Julio 2020


  1. MSc. en Ciencias de la Comunicación mención Sociosemiótica de la Comunicación y la Cultura.

    Profesora agregada de la Universidad del Zulia (LUZ). Periodista, locutora. Email: deris31@gmail.

    com


  2. Doctor en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. Profesor titular de la Universidad del Zulia. Periodista, productor y asesor comunicacional. Email: esulbaran@hotmail. com



image Este obra está bajo una licenciadeCreativeCommonsReconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0Unported.


Death, cinema and semiotic representations in the film "Mar Adentro" (2004) by Alejandro Amenábar


Abstract


This work analyzes the semiotic representations of death in the film "Mar Adentro" (2004) by the Spanish filmmaker Alejandro Amenábar. The analysis was based on the consideration of the filmic and cinematographic codes proposed by Eco (2015), Cassetti and DiChio (2007), Sulbarán (2000) and on the cultural archetypes studied by Morín (2001, 2011) to represent death at throughout history. As a result, it was obtained that death is represented in “Mar Adentro” (2004) by means of filmic and cinematographic codes framed in the North American commercial canon, combining the author's nihilistic position towards death to give rise to different types of death such as biological, psychological, social and love. Future studies should bring the interpretative analysis of cinema closer to the instrumental level, without fear of combining interdisciplinary tools, for a more exhaustive study of cinema as discourse.


Key Words: Cinema, death, representations, Amenábar.


1. Introducción


El arte ha constituido la vía más utilizada para la construcción y trasmisión de temas complejos como la muerte. A esto se debe la producción de historias en áreas artísticas como la literatura y el cine que, desde sus inicios, han abordado este enigmático tema por medio de representaciones que han ido evolucionando a la par que estas dos ramas del arte. Todo esto ha traído nuevas formas de narrar historias y, a su vez, nuevas maneras de contar la muerte.


Para el caso del cine, la complejidad de su lenguaje, formado por todo un universo de códigos relativos a lo fílmico (narrativa) y lo cinematográfico (técnicas para la creación de imágenes), ha favorecido la construcción de un complejo sistema de representaciones que se nutre de la cultura. Estos códigos son objeto de estudio para el analista, ya que configuran todo discurso posible dentro de la cinematografía.


Esta particularidad ha dado pie al surgimiento de diferentes metodologías para el estudio del cine. Las mismas han generado amplios debates, especialmente, dentro de la semiótica, ya que no existe una metodología única para abordar el discurso fílmico-cinematográfico.


El objetivo de esta investigación no apunta a proponer un modelo de análisis nuevo, sino a analizar la representación de la muerte que hace Amenábar en el filme “Mar Adentro” (2004), partiendo de la profundización de variadas metodologías de análisis existentes por medio del desglose de los códigos fílmicos y cinematográficos y acercando el estudio interpretativo de dichos elementos al análisis genético-instrumental, con el cual se pueda relacionar la temática abordada por el autor con las ideologías existentes en torno a la vida y la muerte en el marco de la postmodernidad.


La consideración de este autor para el presente estudio responde al reconocimiento que Amenábar ha tenido como parte de lo que algunos llamaron “la cosecha de los noventa” y constituye uno de los máximos exponentes del cine español con gran influencia en la cinematografía de países hispanohablantes. Prueba de su éxito como realizador son los galardones alcanzado en su carrera.


Con el paso de los años, Amenábar ha ido consolidándose como un prometedor cineasta de talla mundial, quien ha abordado sus historias rescatando los principios más importantes de la narración cinematográfica comercial en un mercado independiente caracterizado por darle mayor importancia al punto de vista del autor que a los esquemas narrativos establecidos por el cine clásico.


Fundamentación teorico - metodológica


Para Valdellós (2007), el análisis constituye, junto a la crítica, uno de los dos frentes poderosos de la actividad interpretativa, definida como un proceso inferencial. Para esta autora, el análisis es definido como la distinción y separación de las partes de un todo hasta llegar a conocer sus principios y elementos.


Esta conceptualización coincide con Casetti y Di Chio (2007), quienes incluyen, en su concepción de análisis fílmico, la noción de descomposición y recomposición con el fin de “identificar los principios de construcción y


funcionamiento” (Casetti y Di Chio, 2007:17). Esta noción implica, para los autores, un recorrido analítico y circular que parte de una descomposición y termina con una re-composición del objeto analizado y del que se extrae la comprensión de su significado y su sentido.


Esta visión fragmentadora conduce a pensar que estudiar el cine, como discurso, implica abordarlo como un lenguaje articulado a partir de una serie de códigos susceptibles a la descomposición. La analogía entre lenguaje y cine es expuesta por Metz (1973) cuando explica la naturaleza sintagmática que ambos comparten para producir un discurso mediante la selección y combinación de imágenes y sonidos para formar unidades de autonomía narrativa en las cuales los elementos interactuan semánticamente.


Desde esta concepción, se partió de la segmentación como modelo de análisis propuesto por Casetti y DiChio (2007), debido al carácter exhaustivo del mismo para comprender el funcionamiento de las mínimas unidades constituyentes de un filme. La segmentación de este lleva a la clasificación de unidades que Eco (2015) denomina códigos fílmicos y cinematográficos, bajo los que se articula el lenguaje que, a su vez, Metz (1973) considera que está presente en toda película.


Los códigos fílmicos “codifican una comunicación a nivel de determinadas reglas de narración” (Eco, 2015: 213) además de operar en la connotación fílmica (aquí se encuentran los códigos narrativos). Mientras que los códigos cinematográficos “codifican la reproductibilidad de la realidad por medio de los aparatos cinematográficos” (Eco: 2015: 213). Estos operan desde el nivel de la denotación, mientras que los códigos fílmicos lo hacen desde la connotación.


La adopción del modelo de Eco (2015) y Casetti y DiChio (2007) como autores base para esta investigación se sustentó en la validez de la visión que estos tienen del cine como medio que comunica gracias a un lenguaje articulado por códigos específicos susceptibles a una descomposición, descripción e interpretación. De igual modo, este modelo no opera de forma excluyente ante otras metodologías que el investigador considere combinar para el logro de sus objetivos de análisis.


Los códigos de la narratividad y connotación: códigos fílmicos


Para el estudio de la narrativa y el discurso argumental, donde operan los códigos fílmicos, Sulbarán (2000) define a estos últimos como un conjunto de procedimientos que realiza el guionista para la construcción del discurso cinematográfico, además de ser el relato inmerso en el filme. Estos códigos suelen ser estudiados con menor profundidad que los códigos cinematográficos debido a su complejidad. Sin embargo, este autor ha centrado su atención en el estudio narrativo y la semiótica del relato, integrando conceptos fundamentales como los personajes, acciones y acontecimientos.


Para el análisis de la narración, Casetti y Di Chio (2007) segmentan el análisis narrativo en pequeñas unidades como: personajes, ambientes, acontecimientos y transformaciones.Así mismo, incluyen los criterios a tomar en cuenta para catalogar una narración como débil, en la que predominan los personajes enigmaticos, un entorno pasivo, valores de protagonismo y antagonismo poco claros; narración fuerte, caracterizada por situaciones entrelazadas: la acción es la que cataliza los cambios constantemente en la historia y existe una organización de situaciones concretas e historias secundarias bien delimitadas, así como un final igualmente claro; o la anti- narración en la que no hay personajes protagonistas, los valores se eclipsan, no hay relaciones lógicas entre las historias, lo importante son las miradas sobre el mundo y no hay acciones concretas por parte de los personajes.


La ventaja de esta primera categorización aportada por los autores es su carácter básico y didáctico, con el cual el investigador puede acercarse a una dimensión tímidamente abordada para ahondar en los principios de la narrativa literaria y de los manualistas de guión como Seger (2007).


La importancia que Casetti y Di Chio (2007) otorgan a lo narrativo coincide con lo propuesto por Sulbarán (2000), quien defiende en su estudio la interpretación de los códigos narrativos a falta de más métodos de análisis que no sólo se limiten a la profundización de los aspectos técnicos - estéticos. Para los autores, el verdadero trabajo debe estar en estructurar el discurso para descubrir sistemas semióticos importantes dentro del objeto estudiado.


Dentro de los modelos de análisis narrativo, Aumont y Marie (1990) rescatan los principios de Propp (2011) con los que descomponen al


cuento en unidades abstractas básicas como la “función,” referida a un momento elemental del relato que se define como una única acción simple. Con el tiempo, Greimas (2007) adopta estas funciones y las reformula en un esquema actancial que hereda su nombre por la consideración de los actantes como entidades que, dentro del mensaje, ejecutan las funciones y cualificaciones manifestadas.


El modelo actancial mítico de Greimas (2007) presenta un nivel de simplicidad que reside en el hecho de estar centrado sobre un objeto del deseo perseguido por el sujeto, y situado, como objeto de comunicación, entre el destinador y destinatario estando el deseo del sujeto modulado en proyecciones de ayudante y oponente como parte de un eje de participación.


Al análisis fílmico también puede incluirse el análisis de la enunciación propuesto por Aumont y Marie (1990), para quienes implica reconocer la relación entre el enunciado, el sujeto que enuncia o enunciador y el espectador. Dentro de su compilación, los autores también incluyen la relación entre el relato y la historia denominada “modo del relato”. Según esta definición, todo relato proporciona información sobre la historia que cuenta desde un punto de vista o por medio del saber de un personaje. Esta noción de “focalización” se sustenta en tres posibilidades a partir de lo que “dice” y “sabe” un personaje. Es así como existen: un narrador omnisciente que dice más de lo que saben los personajes, configurando una narración no focalizada, también existe una forma de narrador que dice sólo lo que un personaje sabe, ejemplificando la narración con focalización interna o en primera persona, y, por último, existe un narrador que dice menos de lo que sabe el personaje representando, así, la narración con focalización externa o en tercera persona.


Otro aporte a incluir es el que hace Sulbarán (2000) al sugerir una metodología sustentada en los principios que rigen la narrativa fílmica y la semiótica del relato. Para ello, toma los aportes de teóricos como Casetti y Di Chio (2007), Greimas (1987), Eco (2015) e, incluso, los estatutos planteado por Aristóteles, aún vigentes en la creación cinematográfica, y según los cuales debe estructurarse todo relato. Este aporte constituye un valioso recurso en el análisis de los códigos fílmicos, ya que permite profundizar en el estudio de la estructura argumental sobre la que trabaja el guión y permite


comprender la forma en la que el universo construido representa la temática abordada por el realizador.


Los códigos de la creación técnica y la denotación: códigos

cinematográficos


Continuando con el estudio de los códigos cinematográficos, autores como Casetti y Di Chio (2007) y Eco (2015) los definen como todos aquellos referidos a “lo técnico”, es decir, todos los componentes propios de la realización cinematográfica y su lenguaje característico. Estos autores presentan toda una serie de unidades de estudio obtenidas gracias a la segmentación del corpus fílmico que debe realizar todo analista. De este modo, esta clasificación comprende a los códigos de base1, deslizamiento, superficie (reflectante, transparente), luminosidad y amplitud de la pantalla.


Por otro lado, están los códigos visuales que comprenden los códigos de iconicidad que regulan la imagen y que se subdividen en códigos de denominación y reconocimiento icónico, los cuales obedecen a la correspondencia entre rasgos icónicos y rasgos semánticos. Pertenecen al ámbito más amplio de la cultura y permiten tanto nombrar, como reconocer lo que se ve en la pantalla.


Para Eco (2015), aquí también se ubican los códigos de trascripción icónica y los códigos de composición icónica que relacionan los diversos elementos en el interior de la imagen. Dentro de estos se encuentran los códigos de la figuración, bajos los cuales se agrupan y disponen de los elementos sobre la superficie (contornos, luminosidad). Igualmente, los códigos de la plasticidad que señalan la capacidad de los componentes para destacarse e imponerse sobre el conjunto (figura y fondo; posición, movimiento, permanencia, artificios retóricos –iris-, etc.).


De igual manera, Eco (2015) incluye los códigos iconográficos que regulan la construcción de las figuras fuertemente convencionalizadas y con un significado fijo. Así mismo, se localizan los códigos estilísticos que


1 Este tipo de códigos suelen ser tomados en cuenta para las proyecciones en salas de cine. Sin embargo, en el presente estudio, no serán considerados dado que la observación del corpus a analizarse se hará sobre dispositivos audiovisuales alternos que permitan un mayor control en el visionado del filme por parte de los investigadores.


señalan la identidad y reconocibilidad de objetos como pertenecientes al estilo de un autor.


Hay otra subdivisión dentro de la serie visual, propuesta por Eco (2015), que incluye a los códigos de composición fotográfica, bajo los cuales se regula la imagen como fruto de una reproducción mecánica de la realidad. Dentro de este nuevo conjunto se tiene: perspectiva y profundidad de campo, el encuadre, escala de campos y planos, grados de angulación: encuadre frontal, picado, contrapicado, inclinación normal, oblicua, vertical, la iluminación y color.


El autor también localiza a los códigos de movilidad bajo los que se regula la imagen en cuanto fotografía en movimiento y los códigos sonoros dentro de los que se incluyen las voces, sonidos y ruidos así como el volumen, altura, ritmo, color y timbre.


En el presente estudio se consideraron para el análisis aquellos códigos que, dentro del conjunto antes mencionado, mejor representan el tema de muerte dentro del filme “Mar Adentro” (2004) del realizador español Alejandro Amenábar. Como se demostrará en el apartado de los resultados, la operatividad de los mismos sirve a la representación de la muerte desde distintas perspectivas y se vinculan a lo que Morín (2011) considera como la consciencia arcaica en torno a la muerte.


Resultados del análisis


"Mar Adentro" (2004): la muerte como liberación


Mar Adentro” (2004) narra la lucha de Ramón Sampedro, un cuadripléjico que busca en la eutanasia la salida a una vida limitada. Por su deseo, la sociedad española lo estigmatiza y le niega, en numerables ocasiones, su derecho a morir dignamente. Durante su cruzada personal, conocerá a Julia, una abogada que sufre de una enfermedad degenerativa y que, al entenderlo, decidirá ayudarlo a ganar su causa frente a una sociedad conservadora. En el proceso, Ramón tendrá sentimientos por ella, mientras Rosa, enamorada de él, es quien decide ayudarlo a morir, luego de que Julia lo abandone al no ser capaz de morir a su lado.


Códigos Cinematográficos


Iluminación


En “Mar Adentro” (2004), la iluminación utilizada se caracteriza por ser fría y con tendencias barrocas, en las que predominan los claroscuros tenues, matizados en gran medida con el color gris. A pesar de este rasgo, la iluminación se mantiene dentro de una tendencia naturalista acorde con las características de un drama basado en hechos reales.


Encuadres


En el filme, los encuadres presentes se corresponden con las naturalezas de una película dramática, en la que predominan los primeros planos de los personajes para subrayar sus reacciones y golpes de efecto dentro de un filme intimista en el que se maneja un tema tan controversial como la eutanasia. Otro rasgo presente en los encuadres es el uso de planos en picado para sugerir conceptos como la ingravidez, asociada a la muerte. Por otro lado, el uso de las angulaciones en picado, para pocas escenas, tiene un simbolismo dramáticamente negativo con el fin de “aplastar” psicológicamente a un protagonista abatido, tal es el caso de las escenas en las que recuerda el accidente.


Color


Desde el punto de vista de análisis cromático, se extrae la predominancia del color gris y negro junto a una paleta de colores fríos como el azul, turquesa, verde oscuro y violeta. No obstante, en escenas muy puntuales se ubican ciertos colores cálidos que contrastan con la tendencia general de la película. Estos se corresponden con el blanco, amarillo y naranja bajo una connotación muy especial en escenas donde el protagonista experimenta la satisfacción de alcanzar su meta.


Es importante acotar que el gris es un color que se encuentra de forma casi perenne en la película y evoca la tristeza, sensatez, melancolía; inspira la nada y la ambigüedad como característica muy cercana al estado existencial de Ramón Sampedro. El gris representa todas las miserias que acaban con la alegría de vivir de este personaje.


Los colores grisáceos, manejados en gran parte de la película, retratan una realidad asfixiante, tétrica y triste en la cual los personajes contribuyen a perpetuar una filosofía de vida, donde los enfermos, ancianos y minusválidos son excluidos de la sociedad: sufren una muerte social. El ambiente gris enmarca perfectamente esta filosofía de vida/muerte, al igual que enlaza con los valores tradicionalmente asociados a otro color: el negro.


En este estudio, también es menester incluir otro color que se asocia a las cargas simbólicas del filme, tal como lo es el azul, que en la película se manifiesta bajo diversas gradaciones con las que se señalan sentimientos negativos presentes en el personaje.


Los colores grisáceos y azulados manejados en gran parte de la película retratan una realidad triste, en la que el personaje es aquejado por una muerte psicológica (conflicto interno a partir del rechazo social de su lucha) y una muerte social (incomprensión y abandono por parte de aquellos que no son capaces de comprenderlo o acompañarlo en ese paso).


En líneas generales, se puede decir que si bien existen colores vinculados a connotaciones negativas de la muerte, también existen tonalidades que retratan la muerte como una transmutación hacia lo positivo y hacia la liberación de las cadenas físicas de la existencia biológica.


Figura 1.- Iluminación, encuadres y color

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Fuente: “Mar Adentro” (2004)


Códigos iconográficos (figuras convencionalizadas)


Tras el análisis, se extrajeron como figuras convencionalizadas elementos que giran en torno al concepto de la muerte y, algunos de ellos, coinciden con los arquetipos planteados por Morín (1994) sobre las representaciones arcaicas construidas en torno a este tema.





Podría afirmarse que, aunque sería tema de otro estudio y análisis, el film parte de la concepción de Nietzsche en la que Dios ha muerto y el hombre construye su mundo y su realidad desde su identidad. Esta visión postmodernista de una realidad confusa e incierta en la que los sueños y la


muerte real son el escape de la misma se encuentra de forma transversal en el filme.


Existe, por tanto, una visión nihilista de la realidad en la que el mundo es un lugar asfixiante, excluyente, cruel, materialista, evasivo e incomprensible. De esta visión de un mundo sin esperanzas ni respuestas surge un sentimiento de vacío interior donde la realidad puede ser explicada de diferentes maneras y, a la vez, de ninguna, lo cual caracteriza la postura de Amenábar para enfocar el tema de la muerte en el filme.


El nihilismo concibe al hombre como un niño perdido ante la muerte. El autor explica parte del concepto de la muerte como una circunstancia que le quita significado a la vida y la hace ver como una pasión inútil de la que, irónicamente, hay que escapar muriendo.


Para Morín (2011), el nihilismo (siendo soledad, horror y asco) bien puede desembocar en la fe, casi tan absurda como la realidad, de la que el nihil quiere escapar, ya que sólo “el fanatismo permite olvidar y olvidarse” (Morín, 2011: 306). Es así como el autor en este filme deja entrever su propia carencia de respuestas y la obsesión por un tema tan enigmático. Esto explica como el hombre, siendo el único ser que manifiesta tener horror a la muerte, sea, al mismo, tiempo el único ser que la provoca a sus semejantes y, al mismo tiempo, la busca.


Una vez más, se hace evidente que el cine comunica una visión sobre la realidad a partir de un discurso desde el que operan unos códigos con los que se construyen unas representaciones del mundo que son absorbidas por el espectador. Esta filosofía en torno a la vida y la muerte, propia del postmodernismo, es comunicada bajo un sentimiento fatalista del que se contagia el receptor y que, más allá de formar parte de un espectáculo cinematográfico, se inserta en su marco cognitivo de referencia y nutre una visión propia de la época. El cine emerge como un claro objeto de estudio ante el que es necesario aplicar una metodología de análisis semiótico- instrumental que desmonte los mensajes implícitos que pasan desapercibidos por el espectador promedio, pero que son internalizados por éste.


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