Vol. 17 Nº 1, Enero-Junio 2020. Pp. 133-136 Universidad del Zulia - ISSN 1690-7582
En el mundo mediatizado contemporáneo, en el que la premisa de McLuhan que reza “el medio es el mensaje”, se ha espectacularizado tanto a la comunicación y sus medios como a los mismos mensajes poliamalgamados con recursos tecnológicos que ponderan más la forma que el contenido que llega a las masas. Esta realidad ha llevado a muchos teóricos a preguntarse sobre el impacto que los medios han tenido en la sociedad actual, siendo Antonio Pasquali uno de los más prolíficos en este campo del conocimiento.
Con obras de obligada referencia como “Comunicación y cultura de masas”, publicada por vez primera en 1972, Pasquali nos legó la diferenciación entre comunicación e información, toda vez que realizó una fuerte crítica al desarrollo de las políticas comunicacionales en una Venezuela en la que las transnacionales ya mostraban un dominio en el manejo de la producción de contenidos relacionados con la comunicación.
Otra de las contribuciones que este autor dejó al campo comunicacional fue su postura osada y diferente a la de muchos teóricos de su época que se acercaban a los postulados de las teorías norteamericanas para comprender los fenómenos de la comunicación en Latinoamérica. En este sentido, Pasquali fue un acérrimo defensor de la generación de políticas nacionales inspiradas en las necesidades sociales del continente suramericano, la generación propia de contenidos y el intercambio sur-sur.
Catedráticos como Migdalia Pineda de Alcázar señalan que el acercamiento de Pasquali a la teoría crítica de la escuela de Frankfurt para abordar la comunicación de masas, y los elementos de un filosofía ética en torno a la misma, constituyen un gran aporte en sí mismo por constituir una
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manera diferente de comprender este fenómeno tan debatido en los tiempos que corren.
La crítica que este autor hizo de los medios masivos también incluyó la reflexión sobre dos corrientes enfrentadas desde el advenimiento de éstos y sus efectos en la sociedad: los apocalípticos e integrados. Se trata de un debate que, a juicio del autor, han ido ganando los integrados, quienes han visto en las nuevas tecnologías de la comunicación e información un importante escenario para la generación de nuevos patrones de consumo de contenidos.
Sin embargo, la mirada sopesada de este autor no dejó de lado la postura de los apocalípticos, para quienes una parte de la historia tecnológico- mediática les ha otorgado la victoria moral en este terreno. La banalización de contenidos, la promoción de antivalores y las cada vez más frecuentes formas de manipulación, en un contexto en el que los ciudadanos consumen una vasta cantidad de datos inversamente proporcional a su capacidad de verificación y asimilación, han llevado a los medios y las TIC’s al banquillo de los acusados en más de una ocasión. Para muestra de ello se encuentran los numerosos estudios sobre semiótica y análisis del discurso que abordan este tema.
El aporte de Pasquali puede localizarse en muchas aristas pero, como si de un ejercicio de abstracción se tratase, puede decirse que una de sus grandes inquietudes ha sido señalar el papel de los medios y el rol hegemónico de los mismos dentro de una amalgama de intereses económicos que poco han contribuido a un adecuado desarrollo de la cultura de masas no solo en el caso venezolano, sino a escala global.
Esta postura crítica lo acerca a los postulados de la escuela de Frankfurt, cuya influencia se manifiesta en trabajos como “Comprender la comunicación”, publicado en 1970. En esta obra, Pasquali aborda los argumentos teóricos de Marcuse, Adorno y a Horkheimer, para afirmar que las aportaciones de la escuela frankfurtiana estaban totalmente inexploradas y que sus repercusiones, en el campo teórico de la comunicación, hacían posible muchos de los argumentos críticos ampliamente aceptados en el campo.
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Puede decirse, sin temor a errar, que a Pasquali se le debe la inquietud de teorizar sobre los medios bajo el afán de que los conocimientos generados en este campo no se perpetúen como simples elementos de contemplación o de inspiración intelectual, sino que trasciendan a una praxis comunicacional auténticamente transformadora de los procesos sociales. Todo este esfuerzo se hace patente en obras como “Fundamentos gnoseológicos para una ciencia de la moral”, “Sociología y comunicación”, “La comunicación cercenada”, “El orden reina”, entre otros trabajos.
Este acercamiento científico al campo comunicacional por parte de Pasquali ha puesto en la mira el rol ético y social del comunicador como un agente político con capacidad transformadora. Esta preocupación por el ejercicio profesional responsable queda en evidencia cuando profirió la famosa frase: “Prefiero una y mil veces vivir disparado al futuro, y en lugar de encanallarme zapando la huerta de los recuerdos o llenando álbumes de fotos, responsabilizarme a tiempo pleno del mundo que dejaré a mis sucesores”.
A pocos meses de su partida, el legado científico de este autor se mantiene materializado en espacios intelectuales como el Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco). Su trabajo lo llevó, en vida, a ser miembros del Consejo Nacional de la Cultura (Conac) y a ser uno de los coordinadores del proyecto de Radio y Televisión Venezolana (Ratelve), el cual constituye uno de los primeros intentos por crear una verdadera plataforma para servicios de radios y televisión pública para 1970.
Su largo recorrido lo llevó hasta la UNESCO, convirtiéndose en el primer venezolano en el cargo de Subdirector General de Comunicaciones en el Sistema de Naciones Unidas para, posteriormente, convertirse en el Coordinador Regional para América Latina y el Caribe.
Pasquali fue un ser humano preocupado porque su existencia no fuese vana y sin sentido, un ciudadano consciente y temeroso de las implicaciones que un proceso tan cotidiano y vivo como lo es la comunicación, en esta sociedad de contactos humanos “artificializados”, ha tenido dentro del desarrollo de contemporáneo.
Como ejemplo del poder transformador del ser humano y ejemplo de que el conocimiento es el camino a la metamorfosis positiva del ser y
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del entorno, Pasquali vuela ahora muy alto, en otras cumbres donde solo las mentes maestras de la historia han trascendido para convertirse en la chispa inspiracional de aquellos que aún miran al horizonte soñando con la transformación de un mundo hambriento de conocimiento y evolución.