Opción: Revista de Ciencias Humanas y Sociales.
Año 39 N° 102 (septiembre - diciembre 2023), pp. 13-26
Universidad del Zulia. Facultad Experimental de Ciencias
ISSN 1012-1587 / ISSNe: 2477-9385

* Centro de antropología. Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Altos Mirandios, Ve-
nezuela. 0416-8325523, Caracas-1020, apartado 21827, yfragozo@ivic.gob.ve. https://orcid.
org/0009-0008-4720-1463.

** Maestría en antropología. La Universidad del Zulia. Maracaibo, Venezuela. 0412-6570387, aparta-
do postal 526, morelvaleal@gmail.com. https://orcid.org/0000-0002-9012-9777.
Recibido: 02/04/2023 Aceptado: 05/05/2023

La organización comunitaria en
la construcción de los territorios
populares petroleros en Venezuela

Yatzaira Fragozo Pérez*, Morelva Leal Jeréz**

RESUMEN
Esta investigación tuvo como propósito analizar las formas de organización comunita-
ria que se generaron a partir del éxodo masivo de individuos que provinieron desde los
campos agrícolas hasta las zonas donde se inició la actividad petrolera a mediados del
siglo XX en Venezuela, específicamente en la parroquia La Concepción, municipio Dr.
Jesús E. Lossada, del edo. Zulia. Grupos de individuos que se apostaron alrededor de los
campos petroleros, construyendo asentamientos humanos que dieron lugar a formas de
organización comunitarias para re-crear espacios dignos de habitabilidad en semejanza
con los campos petroleros. Este trabajo tuvo como método principal la etnografía, se
utilizaron herramientas metodológicas la recolección de datos (audio-visuales), entre-
vistas y sistema diferencial para llegar al texto etnográfico, destacamos como resultado
que la organización comunitaria ha permitido que estos territorios populares petroleros
se mantengan en el tiempo así como también sus formas de organización y participa-
ción sin el impulso de la industria petrolera a diferencia de los campos petroleros.
Palabras clave: Organización comunitaria, Territorios populares petroleros, La Con-

cepción, Etnografía, Campos petroleros.

Community organization in the construction of
popular territories in Venezuela

ABSTRACT
This research had as purpose to analyze the forms of community organization that is
generated from the massive exodus of individuals that came from agricultural fields to
areas where oil activity in the mid-20th century in Venezuela, specifically in the parish
of La Concepcion, municipality Dr. Jesús e. Lossada, of edo started. Zulia. Groups of

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individuals who were stationed around the oil fields, building human settlements that
resulted in communal forms of organization to re-create spaces worthy of habitability
in resemblance to the oil fields. This work had as main method ethnography, collection
of (audio-visual) data, interviews and differential system methodological tools were
used to reach the ethnographic text, highlight as a result that the CBO has allowed
these territories popular tankers keep in time as well as their forms of organization and
participation without the boost of the oil industry as opposed to the oil fields.
Key words: Community organization, oil popular territoriesl La Concepción, Etno-

graphy, Oil filelds.

INTRODUCCIÓN
La transformación social que trajo la industria petrolera en Venezuela dio un

giro importante en las formas de vida cotidiana. El boom petrolero marcó un hito
en la historia de Venezuela cambiando los procesos de producción económica
agrícola para convertirse en un país de talla mundial en la extracción del crudo.
La bonanza que generó esta actividad industrial hizo que se pusieran todos los
esfuerzos financieros y políticos en pro de desarrollar la mayor capacidad técnica
productiva de la nueva fuente de riquezas, desfavoreciendo y desinvirtiendo la
actividad agrícola causando caos entre los pequeños y medianos productores.

La llegada de las compañías transnacionales que se encargarían por muchos años
de la explotación del crudo —Creole, Shell, V.O.C.— inicia la entrega de grandes
extensiones de tierra en concesión para búsqueda de yacimientos de petróleo, así
también comienza la creación de asentamientos urbanísticos para los trabajadores
de las compañías petroleras, estos asentamientos fueron llamados campos petroleros.

Al mismo tiempo, alrededor de los campos petroleros se construyeron otros
asentamientos humanos producto de las migraciones masivas que se produjeron
por la crisis en el campo y la búsqueda de mejores condiciones de vida. Esta si-
tuación migratoria entre otros factores, causó una crisis social; las personas que
provenían del campo con la expectativa de conseguir una fuente de trabajo esta-
ble se encontraron que para ingresar a la industria petrolera debían contar con
estudios técnicos calificados, cuando la mayoría eran analfabetas, situación que
deja ver la desasistencia social en el campo.

En estas circunstancias, poco a poco los pobladores de lo que posteriormente
se constituirían como barrios consolidados alrededor de los campos petroleros,
vivieron a merced y bajo el estigma de las compañías petroleras —que de aquí en
adelante solo llamaremos compañía— improvisando viviendas, en condiciones
de hacinamiento. Esto dio impulso a los habitantes de estos asentamientos acti-
var la organización comunitaria, en no desmayar en la búsqueda de mejorar su
calidad de vida y la esperanza de ingresar a la industria petrolera.

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La organización comunitaria en los campos petroleros y en los barrios ale-
daños se manifestó por distintas razones, en primer caso, por causas culturales
y recreativas estrechamente vinculadas a actividades pautadas por la compañía y
en segundo caso por la búsqueda de mejorar las condiciones de habitabilidad,
servicios públicos y el reconocimiento como comunidad digna. El estudio de la
acción comunitaria en los territorios populares petroleros desde su fundación es
un factor importante para poder entender el estado actual de los campos petro-
leros, sobre todo aquellos que ya no son parte de la industria petrolera actual, y
los barrios que nacieron en función y con miras a emular a sus vecinos cercanos
pero que sus esfuerzos y luchas han contribuido a permanecer en el tiempo en
condiciones favorables y con identidad propia.

Este trabajo se realizó en la parroquia La Concepción, del municipio Jesús E.
Lossada en la que desde el año 1925 se da inicio la actividad petrolera, donde se
construyeron 6 campos petroleros —O’leary, Guaicaipuro, Paraíso, E’lata, Elías
y Niquitao— conjuntamente el sector Los Rosales, ubicado entre los campos
Elías y E’lata, como barrio emblemático de la era petrolera.

1. CAMPOS PETROLEROS
A partir del descubrimiento de los yacimientos de petróleo en territorio venezo-

lano se dieron en concesiones grandes lotes de terreno para la explotación de crudo.
Alrededor de los pozos petroleros que se utilizaron para la extracción del mismo, las
compañías transnacionales como la Creole, V.O.C. y Shell fueron contratadas por
el gobierno venezolano para tal fin. Éstas tuvieron la necesidad de construir cam-
pamentos para la permanencia del personal de ingenieros, técnicos y obreros, que
posteriormente acondicionaron para crear los llamados campos petroleros.

Junto a la conformación de los campos petroleros también se observan pau-
latinamente dos procesos de relevancia para la historia de la conformación de
ciudades y barrios en las zonas de asentamiento de la industria petrolera. Uno
de ellos, es la introducción de elementos propios de la cultura anglosajona en los
estilos de vida de sus habitantes, condicionados por “los musiú” o “los gringos”
líderes de la gerencia de las transnacionales. Y el otro, ocurrido en los alrededo-
res de los campos petroleros, fue la conformación de asentamientos en los que
habitaba la población que llegaba de diversas partes del país y que no lograban el
ingreso a la compañía, generando marginalidad y pobreza.

Los campos petroleros “son campos de concentración” habitacional ( Jaime, 2010)
que albergaba a los trabajadores de las compañías petroleras. En cada campo se vi-
vía según la clasificación laboral o status numeral al que correspondiera dentro de
la compañía petrolera (Barreto, 2010). Los campos petroleros de La Concepción

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cuentan con plazas que representan el centro de recreación y encuentro de sus ha-
bitantes, espacios urbanos cerrados, los cuales fueron controlados por disposición
de la compañía, estableciendo horas de llegadas y salidas, restricción en las visitas y
de grandes reuniones, lo cual dificultaba el acceso a ellos:

Lo que es al frente de que es la pizzería horita, eso era una cerca de ciclón”.
Porque los campos estaban cerrados. [En] ese campo era un zartillo que
daba vuelta ahí, para pasar hacia la escuela, ese campo era como encerra-
do, todos los campos eran cerrados. Todos los campos, frente a la escuela
de María Andrade había un trompillo que tenía que pasar para entrar y
salir de los campos, yo recuerdo que en [el] BINFER había un puentecito
que había otro zartillo ahí pa’ poder salir de ahí. ( Jaime, 2010)

Los trabajadores de Shell debían pagar un alquiler por la vivienda que ocupa-
ban y éste correspondía al tipo de casa que habitara, “Por la casa, por la casa, la
casa alquilada 3,50, 3 Bs. con un rial y había otras casas que les cobraba como que
era 6 Bs., tenían 3 cuartos, habían muchas y había otros que cobraban 12 Bs., lo que
yo si se es que cobraban 3,50 por esta casa”
(Barreto, 2010). Mientras que la com-
pañía se encargaba del mantenimiento de las casas, las áreas verdes, por dentro y
fuera, y todos los servicios públicos, es decir del campo en general

Bueno chica, el campo tenía más mantenimiento, cuando lo tenía la com-
pañía, porque estas casas eran de ella, eran de la empresa y uno no pagaba
ni una locha, si se quemaba un bombillo uno iba a mantenimiento se lle-
vaba el bombillo quemao, se me quemó un bombillo. Una vez hubo una
falla eléctrica, vinieron pa’ca, se me quemó la casa, porque esto tenía una
ventana de madera y una construcción de tela metálica, bueno entonces
vino la Shell a repararla. Uno no hacía nada aquí, de que si se trancaba la
tubería de cloacas, entonces ellos venía a destaparla, nosotros lo que ha-
cíamos era pagar 3,50, paga…, yo pagaba semanal. (Barreto, 2010).

Los campos petroleros constituyeron, en el campo La Concepción, el pri-
mer sistema urbanístico de envergadura en estas tierras, estos campos tuvieron
la ventaja de contar con la bonanza de la industria petrolera que, a diferencia de
los asentamientos que se conformaron posteriores a estos no contaron con los
mismos beneficios.

2.LA ORGANIZACIÓN COMUNITARIA EN LOS CAMPOS
PETROLEROS
En los campos petroleros la asociación comunitaria como en todos los ám-

bitos en que estuviera inmersa, es orientada por la compañía. En los campos de
La Concepción la organización vecinal estuvo relacionada con actividades de
espectáculos, religiosas y recreativas que emanaban de la intervención institu-

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cional. La elección de las reinas, las comparsas de carnaval y los famosos Juegos
Shell fueron momentos propicios para que las señoras y jóvenes de cada campo
sacaran lo mejor de sus galas y creatividad para estos eventos.

Los campos petroleros como espacios controlados y regidos que asumían una
organización social jerarquizada y culturalmente ajena a las estructuras socia-
les “nacionales”, como los reseña Rodolfo Quintero “los individuos pertenecen
al campo petrolero son controlados por las normas de estos”
(1.985: 10), se les crea
formas de conducta y creencias que contribuyeran la estabilidad dentro de estos
asentamientos urbanísticos petroleros.

Por otra parte, la compañía cubría las necesidades básicas en cuanto a vivien-
da, servicios públicos, ornato y mantenimiento de áreas verdes, dentro y fuera de
las viviendas, fontanería y pintura por un pago simbólico mensual. El comisaria-
to, otro beneficio percibido por los trabajadores de los campos, que en compa-
ración con otros asentamientos humanos, hacia la vida mucho más fácil para el
acceso a los alimentos y productos de primera necesidad. Es evidente que bajo
estas condiciones la organización comunitaria no tuvo condiciones de libertad
para manifestar sus inquietudes y descontentos, por el contrario se impuso una
cultura de conquista de jerarquización y represión que afianzaba el régimen y era
asumido como válido y justo como forma de vida social.

3. BARRIOS PETROLEROS
Con la llegada de la industria petrolera, también comenzaron los conflictos

sociales alrededor de los campos petroleros, entre aquellas personas que migra-
ron desde otras latitudes del estado Zulia y otros estados del país que no pu-
dieron ingresar a trabajar en la “compañía”, esto implicó que en varias casas de
los campos, sobre todo en campo Niquitao, se reflejara el hacinamiento por las
múltiples familias que vivían en una misma casa.

La compañía dijo, no… que no le convenía de que la gente viviera como
estaban viviendo en los campos, ve que venía mucha gente de toas partes,
entonces, vivían hacinados, hay mucha gente en una sola casa, y a ella no le
convenía, daba mal aspecto, que era muy feo, y dijo que le iba a dar unas,
esta tierras, que según que era de ellos. (Elena de Mejías).

Pero la solución del problema que no fue solo habitacional, sino también de
orden social, pues ya se había conformado el sector Los Teques y Los Lirios, sin
ninguna lógica urbanística y con amplias carencias de los servicios públicos. La
compañía Shell realizó la distribución espacial de los lotes de terrenos que fue-
ron cedidos en concesión del hato Arazaure, ubicados entre campo Elías y campo
E’lata. Estos terrenos tenían una dimensión de 10 mts. de ancho x 30 mts. de largo:

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[…] entonces la situación, ellos vinieron y sacaron cuántas hectáreas de
tierras había y cómo lo iban hacer, ¿cómo lo van hacer? Midiendo, esta
con aquella calle, y esta calle con aquella, pero ¿cómo lo median? 10 mts
de frente por 30 mts de fondo, pero por ejemplo aquí ponían 10 mts para
acá y 30 de fondo, allá en tu casa, 10 mts y 30 y no había bahareque, era
alambre e’ púa, porque se comunicaba uno, no había ese desastre que hay
ahora, todos eran una sola comunidad, muy bonita, muy, muy unido, bue,
y así lo fue haciendo. (Elena de Mejías)

A través de esta distribución se fueron adjudicando terrenos, uno por perso-
na, para paliar la crisis habitacional que en ese momento se vivía:

[…] eso sí, mi mamá fue una persona muy viva, ella, una familia no podía
tener más de dos parcelas, pero como allá en mi casa era que se hacían las
reuniones, en mi casa era que se hacia la comida, en mi casa se hacía de
esto, entonces ella les dijo no, les voy a decir la verdad, uno se está largan-
do la... y así no puede ser, esto aquí tiene que ser, el día que la compañía lo
quiera y los bote y ya está, se quedó sin casa, y tiene que hacer su casa… y
ella les quitó 3 y ella quitó así pa’ sus hijos, vinieron a nombre de sus hijos,
no de ella. (Elena de Mejía),

y que, las condiciones que manifestó la compañía fue la construcción de vi-
viendas de concreto:

[…] y entonces bueno, así fue que ella obtuvo las 3 casas, y eso sí, si la
agarrabas tenías que construir inmediatamente, pero no bahareque, casa,
una casa de bloque y todos tenía la misma forma, parecían unas capillitas.
(Elena de Mejías).

4. BARRIO PETROLERO LOS ROSALES
El sector Los Rosales, como se le conoce a este barrio, me cuenta la Sra. Romelia

Medina, fundadora principal proveniente de Coro, edo. Falcón y como la mayoría
de los primeros habitantes de esta comunidad, que había “en toda la entrada del
barrio, donde está el botiquín…
(abasto Polar) un yucal… de los Parisis, esto era puro
monte, no había nada”,
y que también es corroborado por las anécdotas de Elena,

Cuando Ud. llego aquí ¿cómo era la situación de Los Rosales?
¡No¡ aquí no había, no había nada. Aquí no había carretera, no había, era,
las casa llegaban hasta allí, hasta la esquina, poquitas casas, las pocas que
habían.
¿Dónde, hasta allí, hasta que Toni?
Si, hasta allí, en la casa de Chinda, antes de llegar a la casa de Chinda,
ahí, eso era, y para aquel lao de allá, lo que es la esquina de la escuela y eso,

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era puro monte, y era un arenero que uno salía y el arenal le llegaba aquí
(indicando la mitad de las rodillas), nosotros llorábamos mucho porque
veníamos, no era que allá (Mene Mauroa) era una ciudad, pero al menos
era un pueblo organizao y entonces nosotros no las pasábamos era en el
campo. Bueno y aquí no había luz, porque la luz era, allí donde vive Lupe
(la vecina del frente) esa misma casa, había una plantica de gas y so la
prendía a las 6 de la tarde y a las 12 de la noche la apagaban.

Poco a poco se fue logrando la habitabilidad en el barrio, la ubicación de las
casas y las calles fue diseñada por la compañía, que si bien ese parcelamiento no
constituía un campo petrolero influyó en las formas de organización comunita-
ria y del espacio.

[…] y entonces, todos los domingos, se hacían unos sancochos y se reco-
gía entre la gente, y se le pedía a la compañía que nos diera el asfalto, y
hacíamos sancocho, y formábamos el parrandón y la maquina trabajando
y todo el mundo trabajando en la calle, y se hicieron las calles, y era bien
porque estas calles, las casa, iban como debían, como lo habían ordenado,
no hacer rancho –nosotros- así se hizo. (Elena de Mejías)

En la conversación que se sostuvo con Elena de Mejía, manifestó que los pri-
meros habitantes del sector fueron falconianos y margariteños, aunque estos úl-
timos vinieron en menor medida hubo mayor predominio en las manifestacio-
nes culturales que ha asumido esta comunidad, como se deja ver en la veneración
a la Virgen del Valle:

[…] aunque la iglesia, las primeras cosas que se hicieron de la iglesia fue
en una carpa, aquí al frente, en una carpa, entonces en esa carpa se traía
la Virgen, se hacían las fiestas, aquí fue donde se empezó hacer la feria de
la Virgen.
¿De dónde se traía la Virgen?
De allá de la otra iglesia, es que esa iglesia se iba a llamar Virgen del Valle,
que era la patrona que querían los margariteños, no ves que había mucho
margariteño, entonces vino el obispo que había aquí dijo que no, que se
llamaba Santa Mónica, porque la Virgen del Valle es muy millonaria y que
esta se llamaba Santa Mónica. (Elena de Mejías)

Esa influencia de diversidad de habitantes generó una particular lógica de
ocupación del espacio, el resultado que podemos encontrar en la actualidad fue
que las casas se construyeron unas cerca de las otras, cosa que mantiene la cerca-
nía y la vecindad, las cuadras son mucho más largas que en otros barrios, no hay
plaza pero si una cancha de usos múltiples que es el lugar de encuentro masivo
de la comunidad.

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5. LA ORGANIZACIÓN VECINAL
La organización vecinal fue un requisito obligado para la subsistencia y con-

vivencia, porque si bien la Shell donó los terrenos para la construcción de las
casas, el parcelamiento carecía de los servicios públicos necesarios. Los habitan-
tes se organizaron en una Junta Pro-Mejora y a través de sus luchas lograron
obtener la energía eléctrica, el agua, el asfaltado de las calles y la construcción de
la escuela y la cancha.

La consolidación de esta comunidad se logró primero que otras comunida-
des, como Los Teques y Los Lirios que son barrios anteriores a Los Rosales,
cosa por la cual los habitantes de Los Rosales tienen un espacial orgullo. Los
habitantes de este sector, a pesar que en el Campo La Concepción no existía
un antecedente de creación de un barrio, más de aquel que cada uno tenía en su
imaginario del lugar de donde provenían. A tal punto se tuvo conciencia de la
organización vecinal que, para la selección del nombre se realizó una elección
popular que se mantuvo todo el día:

[…] entonces no nos quitaban ese nombre de “parceleros”. Hicimos una
reunión, llamamos, hicimos la reunión, porque eso sí, nosotros convocába-
mos el pueblo, y el pueblo iba, creían en nosotros, entonces fueron y vamos
a quitarle el nombre ese, entonces vino el pueblo y escogió el nombre, fue-
ron: Los Rosales y no recuerdo los otros nombres, se escogieron 3 nombres
y fueron a votaciones, en una urna, de casa en casa, los mayores de edad iban
a votar, con eso estuvimos todo el día, recorriendo todas las casas, llegaron
abrir la urna y aquel gentío, bueno fueron ganando Los Rosales
¿Por qué les gustó Los Rosales?
Porque había muchas matas de… de… y les pusieron Los Rosales, too el
mundo tenía su jardín, así bien bonito.

Otro proceso que se logró a través de la organización vecinal fue la obtención
de los servicios públicos, las luchas que se emprendieron con la Junta Pro-Me-
jora por cubrir las necesidades que los rosaleños le demandaron a la compañía
Shell en cumplimiento de sus obligaciones:

Y que la responsabilidad era de ellos, una vez nosotros, éramos tan revo-
lucionarios y en plena dictadura que había ya, ya… el Consejo, no, no es
Consejo.., la Junta Comunal, tenía la Junta Comunal, porque pertenecía-
mos al Distrito Maracaibo y nosotros no nos venía agua, y nada, padecía-
mos, que teníamos que ir a buscar, a buscar agua y a ver si nos vendían el
agua, me dice Ibelita, Elena vamos a tomar, el Consejo, la comadre Ibelita,
vamos a tomar el…la, allá la, el Consejo a ver si no nos van a dar agua,
pero el Sr. Ayala el que era presidente de la Junta Comunal. Con traje de

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cama, sucias, la gente nos miraba, puras mujeres, mi hermano está aquí,
y él dijo que las llaves que daban el agua estaban trancadas, mi hermano
conocía porque había trabajado en esa vaina, cuando llegamos ya ellos sa-
bían porque la comadre Ibelita trabajaba allá en el Consejo, Sr. Ayala hay
una comisión de Los Rosales que quiere hablar con Ud., dígale que pase,
pero mire que son muchos, dígales que pasen 2, bueno la comadre Ibelita
abre la puerta, bueno que pasen, que pasen todos, cuando estamos aden-
tro, lo agarramos y lo rodeamos: “Ud. esta secuestrado”, así, y el empezó a
reírse, no se ría es en serio, Ud. está secuestrado, porque Ud. tiene agua y
nosotros no, estamos muriendo de sed, Elena ¿qué te pasa?, me dijo, a mi
nada, yo lo que tengo es que no me he bañado desde ayer, entonces dice,
no, no, no, bueno este secuestro, muy bonito, pero yo solo no voy a caer,
llamó al teniente de la Guardia (Nacional), se fueron porque creyeron de
verdad que lo habían secuestrado y el teniente llego con un piquete, el te-
niente llega y entonces le dice la comadre Ibelita “pase teniente”, nosotros
no podíamos aguantar la risa, pegaditos a la pared, bien bueno, sientes
ahí, está secuestrado, ¡bueno ¿qué es esto?!, entonces el Sr. Ayala le dice
muerto de la risa, lleno de mujeres, y la verdad es que estamos sucias, no
nos pueden hacer nada, porque no nos bañamos desde ayer, no vamos a
llamar al chino Chang que él es el jefe de la compañía, y lo llamaron y fue
el chino, cuando entró, también pase, está secuestrado, ¡no, no, no yo soy
padre de familia! Y nosotras también, no, todos vinieron, que sí nos iban
a dar el agua no, no, primero van a verificar las llaves allá que nos están
esperando, cuando vengan, manden una comisión de allá, eso quiere decir
que el agua está llegando, nosotras los soltamos, sino no, y así fue, por
teléfono no se podía porque cuando eso no existía, sino que venían los
muchachos en bicicleta, ¡no, ya llego el agua!, y entonces bueno, muchísi-
mas gracias, nos vamos pero ya saben, no nos vuelvan a cerrar las llaves, y
nos vinimos con esa gritería por toda la calle, y la gente salía esperando y
aquel escándalo, bue, resolvimos eso, nos vinimos pa’cá y no nos quitaron
el agua más y el agua llagaba todos los días… así ¿Cómo había agua en la
compañía?, así había aquí; nos la quitaron y quedamos, con eso y con las
cloacas, hasta ahorita que vino…
Con la electricidad, ¿Cómo hicieron?
La electricidad llegó, y fue en ese poste donde está la Sra. Flores, fue don-
de fue que pusieron e’… para distribuir, muy bueno… y tal y tal, pagába-
mos la luz directamente a… a… Energía Eléctrica, pertenecía a Maracaibo,
no nos faltó más la luz. (Mejías, 2010)

La unión vecinal fue factor fundamental para la consolidación de la comunidad:
No nos faltó más, vino la luz, pero así como nos vino a nosotros, ellos le
tuvieron que dar luz a Campo E’lata y a Corea y a Los Lirios y a… ya eran

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la… como decía la gente que eran barrios fundados primeros, pero ellos no
eran unidos, ahí no eran unidos, en cambio nosotros aquí sí. (Mejías, 2010)

6. VIGENCIA DE LA ORGANIZACIÓN VECINAL
A diferencia de los campos petroleros, el barrio Los Rosales se ha revitalizado

en el transcurrir del tiempo. Con la apertura y la democratización de los recur-
sos, poco queda del pasado en el barrio. La mayoría de los espacios representati-
vos de la comunidad se han ido renovando. Un ejemplo palpable es la cancha de
Los Rosales, después de tener un piso rustico de cemento sin techo, hoy día es
una de las canchas más emblemáticas que tiene la parroquia La Concepción, se
ha convertido el espacio de juego, pero también el espacio de encuentro comuni-
tario, donde se realizan las grandes asambleas. La nueva generación no se puede
imaginar la cancha antes de su transformación; se ha convertido en un espacio
de lucha, de política, recreativo, educativo, no solo para los habitantes de Los
Rosales sino de toda la parroquia La Concepción.

Durante el tiempo de la compañía petrolera, la espontaneidad de la confor-
mación de los barrios no era permitida, la compañía se daba la tarea de “con-
trolar” la ocupación de esos espacios y la utilización de los mismos. Después
de la partida de la petrolera se evidencia el notable crecimiento poblacional y
por ende la creación de nuevos barrios y la rehabilitación y consolidación de
los ya existentes. Sin embargo, el hecho que la lucha social ha mermado, sobre
todo por la institucionalización o politización de los líderes sociales, ha marcado
distancia, ha traído divisiones y ha generado desunión en los habitantes de Los
Rosales, como lo recuerda Elena de Mejía:

[Los Rosales] fue creciendo y luego se detuvo y ese es el problema y como
me dijo un amigo mío: “Los Rosales fue siendo una escuela primaria y
porque no se puede pedir una extensión universitaria, si aquí hay terreno”.
Pero la gente se opacó, parece que no están los luchadores fuertes, me en-
tiendes, si alguien surge, si alguien surge a luchar, hay 20 que están dando
para que no lo haga, porque se deben a un líder, y eso no existía aquí, líder
éramos todos, ¿vamos hacer esto? ¡Vamos hacer esto! Pero que vino ¿cómo
se consigue pa’ limpiar esto?, decile a Zulay, pero ¿porque tiene que decirle
a ella? Como si fuera dueña de Los Rosales, eso no puede seguir.

En comparación, los campos petroleros se han mantenido a lo largo de los
años, pero el deterioro por el transcurrir del tiempo evidencia el “atraso”, o bien
sea por falta de preocupación o por la costumbre de que “la compañía se encarga
de todo
” el mantenimiento, de la casa, las plazas, las áreas verdes internas y ex-
ternas, que ha traído como consecuencia que los mismos pobladores no hayan
considerado esta tarea.

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En cambio, en Los Rosales y en los barrios en general, el trabajo desde los
inicios fue de organización y lucha para la obtención de servicios y beneficios
para el colectivo, esto ha servido para que la auto-gestión, la auto-producción y
el manejo de sus potencialidades recaigan en manos de sus mismos habitantes.
En consecuencia esta lucha social histórica ha permitido la evolución social y la
satisfacción de sus necesidades por ellos mismos.

A MODO DE CONCLUSIÓN
Los territorios populares que emergieron a partir del establecimiento de la

industria petrolera constituyeron una forma distinta de organización comuni-
taria en comparación con aquellos territorios que no tuvieron influencia directa
del petróleo. En este sentido, la estructura social, las dinámicas de convivencia
y las estrategias de autogestión que se desarrollaron en los barrios aledaños a
los campos petroleros se diferencian notablemente de aquellas presentes en los
propios campos petroleros. Lo anterior es producto de las condiciones de acceso
a recursos, de la relación con las compañías petroleras y de los procesos de adap-
tación de los pobladores a un entorno cambiante.

La organización comunitaria emprendida desde la formación de los barrios
petroleros constituye la base de las formas de organización que, en la actualidad,
afianza las luchas y esfuerzos colectivos por alcanzar el bienestar común. La or-
ganización vecinal ha sido una herramienta clave para enfrentar problemáticas
como la falta de servicios públicos, el acceso a la vivienda y la consolidación del
tejido social. En el caso específico del barrio Los Rosales, la autogestión permitió
el desarrollo de una infraestructura básica y el mantenimiento de un sentido de
identidad que ha perdurado en el tiempo. A diferencia de los campos petroleros,
donde la gestión de la comunidad dependía de las empresas extranjeras, en los
barrios los habitantes se vieron obligados a tomar las riendas de su propio destino.

Uno de los aspectos más significativos en la evolución de estos territorios es la
manera en que se construyó la identidad colectiva en cada espacio. Mientras que en
los campos petroleros las condiciones de vida estaban reguladas por la compañía y
existía una clara segmentación social basada en la jerarquía laboral, en los barrios
aledaños la comunidad se estructuró a partir de relaciones de solidaridad y coope-
ración mutua. Esta diferencia marcó el desarrollo de ambos tipos de asentamientos
en el largo plazo, pues mientras los barrios han mantenido su cohesión social y han
logrado transformarse en comunidades organizadas, muchos campos petroleros
han sufrido un progresivo deterioro tras la salida de las empresas extranjeras.

La dependencia de los campos petroleros de La Concepción con la compañía
y la escasa iniciativa de organización comunitaria han contribuido a que, en la

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Yatzaira Fragozo Pérez, Morelva Leal Jeréz24

actualidad, estos espacios se encuentren en un estado de abandono y deterioro
evidente. La falta de inversión en infraestructura y servicios, sumada a la pérdida
del control empresarial sobre estos asentamientos, ha generado un vacío organi-
zativo que no ha sido llenado por la comunidad ni por el Estado. En contraste,
los barrios aledaños han logrado evolucionar de manera autónoma y continúan
fortaleciendo sus redes de apoyo y participación ciudadana.

Otro elemento no menos importante es el impacto que la organización ve-
cinal ha tenido en la consolidación de los barrios petroleros como espacios de
lucha y reivindicación social. En el caso de Los Rosales, la historia de resistencia
y movilización ha permitido que sus habitantes accedan a servicios básicos y de-
fiendan sus derechos frente a las autoridades locales. Este proceso no ha estado
exento de desafíos, especialmente con la creciente politización de los liderazgos
comunitarios, lo que ha generado divisiones y dificultades en la toma de decisio-
nes colectivas. Sin embargo, la organización comunitaria sigue siendo un pilar
fundamental en la gestión del territorio y en la búsqueda de mejores condiciones
de vida para sus habitantes.

En términos de urbanismo y habitabilidad la evolución de estos asentamien-
tos también refleja las diferencias en sus modelos de desarrollo. Mientras que los
campos petroleros fueron diseñados con una estructura cerrada y altamente re-
gulada, los barrios crecieron de manera más orgánica, adaptándose a las necesi-
dades y posibilidades de sus habitantes. Esta flexibilidad permitió que los barrios
sobrevivieran a la salida de la industria petrolera y continuaran desarrollándose,
a diferencia de los campos petroleros, que quedaron atrapados en una estructura
dependiente y poco adaptable a los cambios socioeconómicos.

Es importante destacar que la vigencia de la organización comunitaria en los
barrios petroleros demuestra que la autogestión y la participación ciudadana son
elementos clave para el desarrollo sostenible de cualquier comunidad. La capa-
cidad de los habitantes de Los Rosales y otros barrios similares para organizarse,
gestionar recursos y construir su propio futuro ha sido un factor determinante
en su consolidación como territorios populares con identidad propia. En este
sentido, la experiencia de estos barrios constituye un ejemplo valioso de cómo la
acción colectiva puede generar cambios significativos y perdurables en el tiempo.

La historia de los territorios populares petroleros en Venezuela evidencia la
importancia de la organización comunitaria como un mecanismo de resistencia
y transformación social. Mientras que los campos petroleros se han visto afec-
tados por la dependencia institucional y la falta de autonomía, los barrios han
logrado construir una identidad propia basada en la solidaridad, la lucha y la
autogestión. El futuro de estos territorios dependerá en gran medida de la capa-

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La organización comunitaria en la construcción de los territorios populares petroleros...

cidad de sus habitantes para mantener y fortalecer estos procesos organizativos,
asegurando así su permanencia y desarrollo en el tiempo.

REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS

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Editores.

Diaz Añez, Vinicio (2008) La Concepción: crónicas de un campo petrolero. PDVSA
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Universidad Central de Venezuela.

Ontiveros, Teresa (1999) Memoria espacial y habitad popular urbano. Tropykos
ORALES

Elena de Mejías (sector Los Rosales)
Juan Barreto (Campo Elías)
Juan Jaime (Campo Niquitao)

Opción: Revista de Ciencias Humanas y Sociales.
Año 39 N° 102 (septiembre - diciembre 2023), pp. 26-40
Universidad del Zulia. Facultad Experimental de Ciencias
ISSN 1012-1587 / ISSNe: 2477-9385

Recibido: 10/04/202. Aceptado: 10/06/2023

* Bachiller en Ciencias. Estudiante de Ciencias Políticas de la Escuela de Ciencias Políticas, Facultad de
Ciencias Políticas, Administrativas y Sociales de la Universidad Rafael Urdaneta. Coordinador General
del Instituto Internacional de Liderazgo e Innovación. Correo-e: ORCID: 0009-0003-7545-4111.

Fronteras digitales líquidas:
tecnologías de información y los
sistemas políticos

Alexander Enrique Bellafiore Rincón*

RESUMEN
Este artículo se centra en analizar los efectos de las TIC en la transformación de las diná-
micas políticas a través del concepto de “frontera digital líquida”, basado en la idea de que
las fronteras son ahora transitorias y difusas y que permiten una dicotomía entre lo real y
lo virtual, para entender las interacciones globales actuales que no dependen únicamente
de fronteras geográficas y cómo la disminución de la importancia de los medios físicos
afecta los límites del Estado y el sistema político. Se emplea un método analítico basa-
do en revisiones documentales y se abordan las demandas colectivas y sus implicaciones
en los sistemas políticos según el modelo de David Easton. Se concluyó que los sistemas
políticos se encuentran bajo tensión constante debido a las TIC y que las mismas están
propiciando una desterritorialización en los límites de los sistemas políticos democráticos.
Palabras clave: TIC, Estado, Transparencia, Tecnodemocracia, Desterritorialización.

Liquid digital borders: information technologies
and political systems

ABSTRACT
This article focuses on analyzing the effects of ICTs on the transformation of political
dynamics through the concept of “liquid digital border”, based on the idea that borders
are now transitory and diffuse and that they allow a dichotomy between what is real
and virtual, in order to understand current global interactions that do not depend sole-
ly on geographical borders and how the decrease in the importance of physical media
affects the boundaries of the State and the political system. An analytical method based
on documentary reviews is used and collective demands and their implications on po-
litical systems are addressed according to David Easton’s model. It was concluded that
political systems are under constant tension due to ICTs and that they are promoting a
deterritorialization of the limits of democratic political systems.
Palabras clave: ICT, State, Transparency, Technodemocracy, Deterritorialization.