Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
sucumbido ante la muerte, pero la memoria sale victoriosa
[...] Contra la nada. (p.18)
Con base en lo que se viene narrando, la memoria es baúl que
resguarda y protege todo lo que deja de ser actual; la memoria en la
literatura ficcional, actúa y mantiene la esencia de lo acontecido. Donde el
recuerdo que se convertirá en carcelero de la propia historia. Es
precisamente en esta particular presentación del pasado mediante la
memoria donde tiene cabida la presentación de hechos, personajes y
escenarios históricos que se convocan para contar una historia nueva
sobre ese pasado histórico gracias a la memoria. En este contar, se da
vida a un relato que trasciende la historia y marca una visión renovada de
ese hecho histórico que ahora forma parte de la ficción literaria.
La memoria en las tramas narrativas, es la ventana donde se brinda
reflexión y reconocimiento autóctono, aborigen, afectivo y emocional que
promueve de manera estética y subjetiva la explicación y el desborde del
pasado (recuerdos) donde, a partir de la escritura, se abre paso al
trasfondo incierto que interpela lo que se ha conocido (imagen) para
hacerlo presente, revertirlo y curtirlo del propósito recreador de las
situaciones que se desean descubrir. En este punto es posible afirmar que
el pasado, es la materia que la memoria reconstruye y con ello crea el
momento actual.
Entonces, en la literatura se hace posible toda reconstrucción y
resurrección de épocas transcurridas; imágenes inertes, vestigios casi
silenciados se recrean y promueven la combinación en las intenciones
imaginativas gracias a la memoria; los recuerdos, cuidadosamente
distribuidos e interceptados en épocas anteriores son traídos, a través de
un impulso de necesidad, para completar “un ahora”. Traídos al presente
efímero en una idea fugaz, el recuerdo es necesidad de relato. En este
espacio, RICOEUR (1999, p.3), explica que: "sabemos que la memoria es
el presente del pasado. Esa continuidad entre pasado y presente me
permite remontarme, sin solución de continuidad desde el presente vivido
hasta los acontecimientos más lejanos”.
El recuerdo es reelaborado e insertado en la esencia del presente,
del porvenir. Es así fácil comprender que la literatura fundamenta un
espacio donde el escritor, en medio de conmociones interpretativas,
propone “narrar” contar situaciones que pertenecen a acontecimientos,
ideas entendidas como lejanas, socavando de la memoria, recuerdos
particulares para desplazarlos al presente a través de la escritura. He aquí,
la ingeniosa oportunidad que brinda la literatura, cuando en medio de las