Revista de Ciencias Humanas y Sociales
© 2022. Universidad del Zulia
ISSN 1012-1587/ ISSNe: 2477-9385
Depósito legal pp. 198402ZU45
Portada: Nos Miramos
Artista: Rodrigo Pirela
Medidas: 150 x 100 cm
Técnica: Acrílico sobre tela
Año: 2014
Año 38, Especial No. 28 (2022): 305-321
ISSN 1012-1587/ISSNe: 2477-9385
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.7487575
Recibido: 22-06-2022 Aceptado: 22-07-2022
La memoria que retrotrae el pasado autóctono: la
historia como engendro literario
Dina Ortega-Seijas
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Maracay, Venezuela
ORCID: 0000-0002-3525-6132
ortegadina200@gmail.com
Resumen
El presente artículo tuvo como propósito valorar la importancia de
la literatura ficcional para la reconstrucción de los rasgos históricos y
culturales de los pueblos. En cuanto a la teoría, este estudio se sustentó
en los aportes de Henri Bergson (2006) Memoria y Materia, Paul Ricoeur
(1999) La lectura del tiempo pasado, Tzvetan Todorov (2000) Los abusos
de la memoria, Hyden White con Ficción histórica- Historia ficcional, El
texto histórico como artefacto literario y Hans-Georg Gadamer (2012)
Verdad y método. Se concluyó que la literatura es un espacio para narrar y
recuperar la historia indígena y autóctona de la humanidad.
Palabras clave: Literatura; memoria; identidad; pueblos.
The memory that brings back the autochthonous past:
history as a literary monstrosity
Abstract
This article had as its main purpose evaluate the importance of
fictional literature for the reconstruction of the historical and cultural
features of the towns. In terms of theorythe study was based on the
theory managed by Bergson (2006) Memory and Matter, as well as the
theoretical elements proposed by Ricoeur (1999) The reading of the past
time, Tzvetan Todorov (2000) Memory abuse,Hayden White with The
Fiction of Narrative and Theory and The Content of the Form: Narrative
Discourse and Historical Representation and Hans-Georg Gadamer
(2012)Truth and method The theory. It was concluded that literature is a
space to narrate and recover indigenous history.
Keywords: Literature; memory; identity; peoples.
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1. INTRODUCCIÓN
Si hemos de aprender del futuro es al precio de escribir
el pasado y, entonces, inventar no es un mero acopio
de ocurrencias, sino el venir a dar en algo.
Paul Ricoeur
Existe una relación importante entre las creaciones literarias y la
idealización de la realidad social humana. Por ello no es menester pensar
y entender a la literatura solo como producción ficcional o imaginativa
del quehacer cotidiano; hay algo más inmerso en el desborde escritural,
una suerte de plataforma que hace posible la revelación de sucesos
históricos de la humanidad, de un pasado que intenta aparecer y contarse.
En este sentido, el discurso narrativo se sirve de una memoria colectiva
para reconstruir contextos lejanos que encuentran la manera de hacer
presencia mediante la narración ficcional, mientras empeñado en contar
va lanzando el recuerdo al porvenir.
De este modo se obtiene que la literatura se sirve de la memoria de
los recuerdos que la construyen para ir modelando ese compendio
artístico literario que no tiene otro objeto sino el de recontar los hechos y
circunstancias que solo pretende describir el origen de la humanidad y su
descendencia autóctona a través de esos relatos que se ponen de
manifiesto para proteger los vestigios de las culturas aborígenes que
corren el riesgo de desaparecer.
Este planteamiento hace posible entender que en la creación
literaria se hace un llamado al pasado, se da una búsqueda en la memoria,
una suerte de viaje al recuerdo va curtiendo y modelando la escritura. De
este modo, se convierte en voluntaria e ingeniosa donde, mientras se
percibe se recuerda. Así, las producciones ficcionales son producto de la
recreación de hechos, de sucesos, personajes y acciones narrativas que no
solo son de carácter individual sino colectivo. De hecho, el contar
literario, se sirve de ambientes y contextos históricos para construir sus
tramas, como dando paso a la transmisión de raíces culturales sobre las
cuales se ha hecho posible el retroceso de la memoria con la
reconstrucción de testimonios narrados. Justo lo refiere TODOROV
(2000, p.18), cuando señala que: “los acontecimientos vividos por el
individuo o por el grupo son de naturaleza excepcional [...] Tal derecho se
convierte en un deber: el de acordarse y testimoniar”.
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Es la imaginación de donde emergen espacios y testimonios
pasados; muchos recuerdos se notan privilegiados cuando aparecen para
complementar espacios ficcionales. Se da la re-descripción de ambientes
históricos, donde se destaca la importancia de la memoria en las
producciones literarias. Ello supone una especie de fusión realidad-ficción
en la que se asegura la supervivencia de lugares elementos autóctonos y
de los pueblos y sociedades en las que lo ancestral parece estar
amenazado y sumergido en el olvido y con ello se corre el riesgo de
perder raíces culturales.
Todo lo narrado hasta aquí es fundamento de análisis y
comprensión en el presente artículo. Donde se presentar a las
producciones narrativas como una plataforma para retrotraer y revelar las
costumbres de los pueblos aborígenes y, permitiendo así el repensar de
nuestros antepasados, y esa la misma medida abrir un camino para
comprender a la literatura ficcional y a la historia dentro de un mismo
discurso.
2. EL CARÁCTER DE LA LITERATURA QUE RETROTRAE
LA IDENTIDAD Y EL ACERVO CULTURAL
Escribir sobre la vida es relatarla, hacer literatura y
al mismo tiempo se convierte en una forma de vida,
como registro de la existencia misma. De esta forma
podemos concluir que la escritura es un encuentro con
uno mismo y con los demás.
Rosa Lince
La humanidad idealiza su esencia en la medida en que recuerda el
pasado; cada circunstancia está ligada a un recuerdo. Podría decirse que
los pensamientos están determinados por una búsqueda en la memoria
donde la literatura tiene un protagonismo relevante. Las narrativas
ficcionales representan y describen las costumbres que se funden con la
ficción, hasta el punto de que toda creación literaria es un espacio para
moldear y reconstruir una realidad a partir de la experiencia que se revela
en el recuerdo. Por consiguiente, literatura más que tener lugar como
producción artística y estética de la humanidad, es el espejo de su propia
representación acerca de la visión que se tiene de acuerdo a la existencia
del hombre mismo y su trascendencia. Alo expresa ANDÚJAR (2016,
p.23) cuando expone que: “… la Literatura ha construido una mirada de
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la sociedad, los seres humanos, sus angustias y placeres, como la historia,
la sociedad y la cultura”.
El discurso literario se deja contar con la finalidad de representar
las necesidades de la humanidad; las producciones literarias, en el marco
de lo ficcional, encuentran un espacio para revelar las costumbres sociales
y tradicionales de acuerdo a la historia y época, manteniendo y
resguardando lo cultural. Con relación a ello, ANDÚJAR (2016), ha
señalado que:
El ojo de la literatura penetra el espectro fascinante de la
realidad y nos cuenta, con su gracia y rigor creativo, un
mundo y una realidad pensado al margen de la racionalidad
de la teoría social, sin dejar de ser ella misma un discurso
sobre la realidad. Sus esfuerzos por comprender al ser
humano la llevan a un imaginario poético que también
explica las identidades y la estética de su prosa. (s/n)
De acuerdo con lo que se ha venido planteando, es posible pensar
a la literatura como una suerte de confesión de lo emocional con respecto
a los procesos sociales e históricos; una mirada desde el sentimiento, la
reflexión que van idealizados a partir de un referente puntual histórico y
de acuerdo a las costumbres cotidianas, también a la identidad. Aquí se
hace relevante citar nuevamente a ANDÚJAR (2016), quien ha expresado
que:
Todo discurso sobre la identidad ha encontrado en la
literatura un verdadero aliado, que con la fragilidad que le
acompaña, nos presenta otra fenomenología del discurso
identitario, del sentimiento de diferencia y del apego a
símbolos patrios y al sentido de pertenencia. La literatura
los plasma desde las historias de personajes, procesos
sociales, figuras y movimientos culturales, es decir, desde las
orillas del acontecer social, desde lo cotidiano: hoy un
método indispensable para repensar la historia y donde la
literatura ha encontrado una manera de hacerse presente.
(s/n)
En relación al párrafo anterior, se hace importante entender el
narrar literario como un puente para construir nuestras raíces mediante
los recuerdos que en ella se perciben, lo cual da soporte a la recreación de
la historia y permite nutrir y armar una gran variedad de teorías mediante
la simulación de la realidad a través de la imaginación.
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2.1. RELACIÓN ENTRE LITERATURA Y MEMORIA.
LA RECONSTRUCCIÓN DE LA HERENCIA
HISTÓRICA POR MEDIO DE LA MEMORIA
La creación literaria es una actividad voluntaria e ingeniosa que
permite traer al presente el pasado inscrito en la memoria. Las
producciones literarias son un espacio de participación de la memoria
ideas, conocimientos anteriores que se adelantan y permiten la reaparición
de sucesos pasados. Mientras en un texto ficcional comienza a generarse
el entrecruzamiento de ideas y anécdotas pertenecientes a épocas
pasadas, se va reconstruyendo un tiempo anterior que mostrará las
características y el comportamiento de las sociedades antiguas o remotas.
Por consiguiente, en los textos narrativos se hace posible la
aparición de vestigios culturales que se dejan contar en las ideas de un
relato para revelarse en la conciencia del lector y a partir de allí ir generar
puntos de partida e hipótesis de lectura en la comprensión de las obras
narrativas a propósito del reconocimiento de sus raíces culturales y el
afianzamiento de los valores históricos, de identidad nacional. En este
sentido, los hechos pasados se retrotraen a partir de una memoria que
interviene en algunas emociones, acontecimientos lejanos, épocas
pasadas, temporadas y situaciones particulares que dialogan con las
huellas históricas, encuentran el puente para conmemorarse. Esto lo
describe PAMUK (2007) en el siguiente fragmento:
En la narración literaria, se busca ponernos en la situación que
vivieron otrospara acercarnos a sus experiencias. Si bien los
personajes son seres imaginados por el escritor, son
construidos con datos de la realidad para impactar a los
lectores con el relato de lo que posiblemente
experimentaron. (p.40)
De acuerdo a lo anterior, se evidencia en que las creaciones
literarias, tanto el escritor como el lector, crearán una especie conexión
con el conocimiento previo acerca de los sucesos aborígenes ligados a sus
contextos sociales. Esto hace entender a las tramas ficticias como
escenarios para reconstruir los hechos culturales de una región, donde
mientras se cuenta un hecho, se resinifica y revitaliza, aun cuando él
pasado común es llevado a lo irreal y fantástico, donde se recupera la
herencia histórica humana. LINCE (2014), lo describe de esta manera:
La herencia cultural de un pueblo se transmite
gracias a esos textos que se escriben y se leen en el idioma
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en que son pensados, porque registran la memoria sobre
creencias y recuerdos históricos que se comparten,
manteniendo rasgos de identidad en la comunidad, aspecto
netamente político. Entonces, la función social del arte
evoluciona de la contemplación a la interpretación y
deviene en formas de conocimiento. Cada vez que se relata
un hecho, la narración se va enriqueciendo con elementos
que se agregan ya sea por el escritor o por los lectores, que
a su vez se vuelven narradores de la historia de un pueblo
vivo (círculo mimético). Es decir, se resignifica y, por tanto,
se revitaliza, evitando que pase al olvido, constituyendo un
mundo de significación. Por medio de la literatura y gracias
a su sensibilidad, el artista nos presenta un espacio único
que nos permite comprender mejor el momento histórico al
que hace referencia. (p.5)
La memoria se convierte en una parte primordial para revelación y
descripción de varios elementos, contextos, espacios que se van
reconstruyendo mientras se cuentan. En consecuencia, la literatura es una
especie de canal donde los recuerdos aparecen como testimonios y
anécdotas mientras complementan y enriquecen ampliamente,
circunstancias, lugares ficcionales, personajes históricos o ficticios que
dan vida a un relato que va a engendrar el repensar de lo pasado.
En la literatura es el arte que a menudo se sirve de ambientes y
contextos históricos en sus tramas, como dando paso a la transmisión de
raíces legitimadoras sobre las cuales se ha hecho posible el retroceso de la
memoria con la reconstrucción de testimonios y vestigios. Así,
TODOROV (2000, p.18), señala: “cuando los acontecimientos vividos
por el individuo o por el grupo son de naturaleza excepcional [...] Tal
derecho se convierte en un deber: el de acordarse y testimoniar”.
He aquí la importancia y aplicabilidad de la memoria en las
producciones literarias en medio de una especie de fusión realidad-
ficción, donde se asegura la supervivencia de lugares, historia y orígenes
de los pueblos y sociedades en medio de los relatos discursivos. Desde
esta perspectiva, es oportuno referir el planteamiento de TODOROV
(2000), quien apunta que:
... el memorial recupera [...] los nombres propios, las fechas
de nacimiento y las de partida [...] Así restablecen a los
desaparecidos en su dignidad humana. La vida ha
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sucumbido ante la muerte, pero la memoria sale victoriosa
[...] Contra la nada. (p.18)
Con base en lo que se viene narrando, la memoria es baúl que
resguarda y protege todo lo que deja de ser actual; la memoria en la
literatura ficcional, actúa y mantiene la esencia de lo acontecido. Donde el
recuerdo que se convertirá en carcelero de la propia historia. Es
precisamente en esta particular presentación del pasado mediante la
memoria donde tiene cabida la presentación de hechos, personajes y
escenarios históricos que se convocan para contar una historia nueva
sobre ese pasado histórico gracias a la memoria. En este contar, se da
vida a un relato que trasciende la historia y marca una visión renovada de
ese hecho histórico que ahora forma parte de la ficción literaria.
La memoria en las tramas narrativas, es la ventana donde se brinda
reflexión y reconocimiento autóctono, aborigen, afectivo y emocional que
promueve de manera estética y subjetiva la explicación y el desborde del
pasado (recuerdos) donde, a partir de la escritura, se abre paso al
trasfondo incierto que interpela lo que se ha conocido (imagen) para
hacerlo presente, revertirlo y curtirlo del propósito recreador de las
situaciones que se desean descubrir. En este punto es posible afirmar que
el pasado, es la materia que la memoria reconstruye y con ello crea el
momento actual.
Entonces, en la literatura se hace posible toda reconstrucción y
resurrección de épocas transcurridas; imágenes inertes, vestigios casi
silenciados se recrean y promueven la combinación en las intenciones
imaginativas gracias a la memoria; los recuerdos, cuidadosamente
distribuidos e interceptados en épocas anteriores son traídos, a través de
un impulso de necesidad, para completar “un ahora”. Traídos al presente
efímero en una idea fugaz, el recuerdo es necesidad de relato. En este
espacio, RICOEUR (1999, p.3), explica que: "sabemos que la memoria es
el presente del pasado. Esa continuidad entre pasado y presente me
permite remontarme, sin solución de continuidad desde el presente vivido
hasta los acontecimientos más lejanos”.
El recuerdo es reelaborado e insertado en la esencia del presente,
del porvenir. Es así fácil comprender que la literatura fundamenta un
espacio donde el escritor, en medio de conmociones interpretativas,
propone “narrar” contar situaciones que pertenecen a acontecimientos,
ideas entendidas como lejanas, socavando de la memoria, recuerdos
particulares para desplazarlos al presente a través de la escritura. He aquí,
la ingeniosa oportunidad que brinda la literatura, cuando en medio de las
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producciones ficcionales, existe el espacio para proyectar aquello que se
necesita contar. En este orden, TODOROV (2000, p.23), señala que: "...
la memoria se articula con [...]: la voluntad, el consentimiento, el
razonamiento, la creación, la libertad".
Este planteamiento hace posible entender que en la creación
literaria emergen los recuerdos, ese llamado al pasado, esa búsqueda entre
la memoria, va condicionando espacios donde intervienen,
innegablemente, la necesidad de recuperar una situación; el porqué de ese
viaje al recuerdo, va curtiendo y modelando la escritura, como abriendo
un espacio en literatura, para contar el pasado al mismo tiempo en que lo
resguarda.
2.2. LA HISTORIA COMO ENGENDRO LITERARIO
…en la historia “objetiva”, la “realidad” no es nunca
otra cosa un significado informulado, protegido tras la
omnipotencia aparente del referente.
Roland Barthes
La historia como ciencia que explica los fenómenos sociales,
fundamenta su esencia en la descripción de los vestigios y datos que
manipulados y cuidadosamente analizados por los expertos, historiadores
e investigadores, la labor de documentar vestigios y reescribir los
acontecimientos ocurridos que corresponden al contexto evidenciado. Sin
embargo, el significado atribuido a cada imagen, hallazgo, vestigio,
depende de la descripción y explicación del historiador, quien en su mejor
intento para insertar y dar detalles acerca de ese descubrimiento,
comienza a elegir el propósito más idóneo para promover la explicación.
En este espacio, es necesario comprender que la historia depende
y proviene del “contar” del experto, del investigador que narra los
posibles sucesos para acercarse al significado de cada situación. De igual
forma se puede asumir este punto como la presencia carácter narrativo
atribuido a la historia pues, los datos se describen y revelan a partir del
carácter explicativo, momento por medio del cual entran en escena
elementos de ficción. Así lo explica, WHITE (2003) afirma:
...el historiador es sobre todo un narrador [...] la sensibilidad
histórica se manifiesta en la capacidad de elaborar un relato
plausible a partir de un cúmulo de hechos que, en su forma
procesada, carecen por completo de sentido. En el esfuerzo
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por conferir sentido al registro histórico, que es siempre
fragmentario e incompleto, los historiadores tienen que
hacer uso de [...] «Imaginación constructiva», la cual le
señala al historiador [...] cual «habrá sido el caso», dada la
evidencia (p.112).
Por lo detallado en el fragmento anterior se obtiene una innegable
relación entre la historia y la literatura. La historia no es del todo
considerada como mera acumulación de datos y crónicas. Más bien, para
poder ser apreciada y conocida debe ser narrada. Cada historiador ha de
tener intereses particulares; narrará los sucesos de acuerdo a sus
experiencias, le atribuirá el carácter pertinente. COLLINWOOD, citado
por WHITE (2003, p.112), expone que: “... los historiadores ofrecen
explicaciones plausibles para los cuerpos de evidencia histórica cuando
logran descubrir el relato o complejo de relatos implícitamente contenido
dentro de ellos”.
La historia depende exclusivamente del relato; el significado de
todo hallazgo, vestigio, figura arqueológica o incluso situaciones
contemporáneas se muestran por medio de la narración desde el preciso
momento en que se comienza a contar lo sucedido en torno a ese
acontecimiento o imagen que requiere fundamento. La historia, lleva en
su esencia, elementos ficcionales, se sirve del discurso y este emerge de la
imaginación, del intento y el esfuerzo del cual se vale el historiador para
explicar ese hecho. En este punto es necesario mencionar a WHITE
(2003, p.58), quien señala que: “un discurso específicamente "histórico" ,
debe contener elementos narrativos simplemente con la finalidad de
indicar su objetivo de estudio como perteneciente al pasado más que a
algún presente putativo y para designar las características del objeto que
lo hace aprehensible...”.
La literatura es escenario narrativo para la historia, está
condicionada a la explicación y se deja contar mientras la imaginación
procrea y engendra espacios hipotéticos que, aunque procedentes de
fuentes y datos históricos, es una especie de revelación de segunda mano,
cuya veracidad queda reducida a los intereses particulares.
La esencia histórica de los pueblos, se manifiesta en el quehacer
cotidiano. La literatura ficcional es la práctica humana donde se visualizan
las costumbres folclóricas de las sociedades, contribuyendo así al
restablecimiento de los hechos relevantes pasado y afianzando los valores
autóctonos de identidad, lo que admite la comprensión de los textos
literarios como una ventana para mostrar la historia. Si bien, las narrativas
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literarias son el resultado de una pluma imaginaria donde emergen tramas
ficticias, también es un espacio para recontar los orígenes ancestrales y las
tradiciones de los pueblos, el contar narrativo, a menudo muestra las
costumbres de las sociedades en el paso del tiempo.
La escritura literaria es tan antigua como todo tipo de arte que ha
trascendido a la par de la evolución social humana. Las producciones
ficcionales han adquirido el propósito de revelar los cambios y
transformaciones que han marcado a la humanidad en lo social, político,
religioso, ambiental; por lo que desde esta perspectiva se justifica la
identificación de aspectos históricos en la narrativa. En el mismo orden,
el ser humano ha encontrado en la literatura un espacio aliado para
confesar los aspectos culturales de su tierra, de su patria, de su nación y
de su historia. Así lo refiere PAMUK (2007), cuando expone que:
El escritor es capaz de contar su propia vida como si fuera
la de otro a la vez que cuenta con palabras las historias de
otros que son tradición. La literatura es la experiencia más
valiosa que el ser humano ha creado para comprenderse a sí
mismo. Escribir te hace sentir que todos los seres humanos
se parecen, que los demás tienen heridas parecidas y que
por eso te comprenderán… Escribo para que todo el
mundo sepa la vida que hemos llevado y seguimos llevando
yo, los otros, todos nosotros. (p. 15).
Las producciones literarias son creaciones que dan paso al del
narrar histórico a partir de voces diversas que se expresas en tramas
ficticias pero, con referentes que se surgen como vestigios, formando
bases para contextualizar los hechos y en esa medida retrotraer el pasado
autóctono. En tal sentido, se muestra en las producciones narrativas
ficticias, figuras y lugares representativos de los hechos relevantes que
conforman la historia de la cultura de las sociedades para recrear los
sucesos pasados a partir de un llamado al recuerdo de los acontecimientos
culturales de un determinado grupo social que se ha revelado en ocasión
de la lectura de un texto ficcional. LINCE (2015), así lo señala:
En un texto, ya sea escrito o de otra índole, se manifiesta el
momento histórico-social en el que fue pensado y realizado,
porque el artista se nutre de los espacios e impresiones que
le brinda su realidad. Es decir, es impresionado por el lugar
donde nació, se educó, creció, etcétera, e intenta explicarlos
y por medio de su obra también transmite a los demás
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aspectos ideológicos, políticos, sociales e incluso
económicos en los que fue producido. En pocas palabras,
los textos hablan y transmiten cultura. (p. 5).
Por lo señalado en el fragmento anterior, es válido acotar que la
literatura no solo se narra en tramas emergentes producto de la
imaginación, sino que se vale de la verosimilitud para describir los
aspectos que forman parte de un pasado ancestral o contemporáneo de
las sociedades en medio del narrar colorido que muestra en cada obra
ficcional, las costumbres de las familias, sus valores sociales, sus
tradiciones hogareñas y religiosas; esa gama de tradiciones que caracterizó
el intercambio cotidiano de los grupos sociales latinos y que sobreviven
como débiles vestigios en las generaciones actuales. Es posible reconstruir
las vivencias de los núcleos aborígenes autóctonos, la literatura muestra
con sigilo esos datos históricos que se van creando en diversas versiones
de propuesta escritural.
Sirva lo que se ha detallado hasta ahora, para comprender a la
literatura ficcional y a la historia dentro de un mismo tipo de relato. El ser
humano sostiene y mantiene su esencia, a partir del narrar ficcional; son
esas novelas, cuentos y relatos que conforman una amplia plataforma
para que esas voces del contar, restituyan la identidad de los pueblos.
Comprendiendo así, que el relato narrativo literario, cumple la función de
elevar en sus tramas, elementos cargados de folclor y costumbres sociales,
así se va generando una fusión entre las producciones ficcionales y la
historia; se visualiza el aporte eficaz a la transformación de la educación
actual.
Si bien, la literatura es una revelación artística del leguaje escrito,
también será entendida como una mezcla de lo ficticio y real en medio de
la aparición de la historia aborigen. Aquí queda establecido el gran
propósito de esta investigación, enseñar en medio de la realidad, enseñar
con calidad, con pertinencia mientras se hace un reforzamiento de los
valores sociales, morales, de identidad, comprendiendo a las narrativas
literarias como el más oportuno propósito de elevar la conciencia
aborigen y los saberes ancestrales de la humanidad. LINCE (2015), lo
refiere de esta manera:
Narrar es una pulsión que pertenece a los seres humanos,
pero no todos lo hacemos de la misma forma, los escritores
lo hacen a través de la literatura […] Y estos testimonios o
relatos se convierten en una forma de compartir lo que no
debe ser olvidado, incluso para aclarar algunos aspectos que
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todavía pueden estar oscuros, en una pretensión de que la
amenaza a la vida desaparezca. (p. 7).
En este sentido, campo literario ofrece un espacio para contar
vivencias y sucesos ancestrales; una suerte de expresión subjetiva
desbordada por el propósito de plantear hechos y circunstancias dirigidas
a intereses particulares donde la identidad y las memorias familiares hacen
acto de presencia. La literatura actúa como una suerte de confesión de lo
emocional con respecto a los procesos sociales e históricos, una mirada
desde el sentimiento y la reflexión que van idealizados a partir de un
referente puntual histórico y pertinente de acuerdo a un contexto
determinado. Esto no es más que una demostración de las costumbres
cotidianas y de identidad misma. En las producciones ficcionales, se
narran las costumbres y vivencias de los grupos sociales, LINCE (2015),
lo apunta en lo que viene:
...como seres narrativos, relatamos a los demás
nuestras experiencias, que pueden ser extrañas a otros y
sirven para completar. Como he insistido, por la literatura
nos acercamos a las vidas que no hemos vivido, se recrean
situaciones que nos acercan a lo incomprensible. Porque
un hombre deja de serlo cuando le deja de importar su
historia, cuando ya no tiene algo que contar, por estar
demasiado cansado o por haberse dado por vencido. (p. 8)
Todo lo detallado hasta aquí, pretende resaltar la relevancia de
emprender una enseñanza en valores y con un verdadero impacto en la
efectividad de lo que se desea enseñar. La educación es el medio más
idóneo y oportuno para transformar a una sociedad, por lo tanto no
puede estar separada de historia y sus costumbres. Por ello, resulta
conveniente encaminar el acercamiento a los textos literarios mientras se
localiza y reconocen los sucesos autóctonos como propósitos de lectura;
la búsqueda de las huellas ancestrales en los textos narrativos ficcionales,
asegura el fortalecimiento de las raíces que sostienen el origen de las
naciones y por ello de las sociedades.
3. METODOLOGÍA
La presente investigación está apoyada en el paradigma cualitativo
y en el método hermenéutico, permite dar detalles de los aportes de
Gadamer y su puntualidad en esta investigación, la cual se justifica en este
estudio con respecto a la crítica que se hace a la estética; la realidad es
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determinada en un modo de pensar. La experiencia y la intención al
percibir, genera la comprensión y, de allí, el motivo y aplicabilidad de las
cosas, del arte.
Ello se justifica en que el aspecto de todo lo existente es
consecuencia de un diálogo entre "la traducción" (percepción del objeto),
la "interpretación" (significado) y lo "estético" (lo que resulta de allí); de
eso se trata el lenguaje y en este punto, la hermenéutica de Gadamer
sirvió de punto de partida para la realización de este estudio con respecto
a la identificación de un diálogo entre la literatura y la historia en medio a
propósito de la búsqueda de elementos aborígenes y culturales en la
narrativa ficcional.
3.1. ANÁLISIS
De acuerdo a lo planteado anteriormente, la hermenéutica está
muy vinculada a la esa dinámica diaria que se vivencia al utilizar
estrategias y herramientas de interpretación en los estudiantes mediante
la lectura de textos de narrativa ficcional acudiendo a la hermenéutica
para reconstruir desde la experiencia y la imaginación, escenarios
históricos aborígenes de las antiguas sociedades que aún son los
indicadores que restauran la identidad y memoria de los antiguos
pobladores latinos. En este espacio se hace importante referir a LINCE
(2015) en lo siguiente:
...es a través de la literatura y la interpretación
hermenéutica: recuperando, reconstruyendo y leyendo el
pasado, interpretando las huellas que otros han dejado
como manifestación de su existencia. Cuando los sujetos
están en otra parte o han muerto, lo único que
testimonia su forma de vida son las manifestaciones de
su espíritu en textos8 como mensajes para todos aquellos
que no los conocieron, con objeto de inmortalizar su
manera de ser y pensar. La importancia de estos textos
construidos por el espíritu humano es que son los
registros de la vida que ya no está, sin ellos se perdería su
historia, que es también nuestra, en tanto compartimos la
condición de humanidad. Por eso, la mejor forma de
comprender el comportamiento humano es leyendo e
interpretando sus textos. (p. 11).
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En atención a ello la hermenéusis que permitirá dar cuenta de una
fusión entre la historia y los textos narrativos latinoamericanos, LINCE
(2015), continúa y señala que:
Lo que explica que tanto la filosofía como la metodología
hermenéutica contemporánea se encuentren
intrínsecamente ligadas al análisis del lenguaje, como una
forma de registro de la historia humana es que requerimos
de conocernos y conocer a los demás para comunicarnos.
Entonces, nos enfrentamos a la necesidad de establecer un
proceso dialógico para explicarnos y a la vez entender y
pretender comprender a los otros. Proceso al que ayuda,
entre otras cosas, leer novelas, porque establecemos un
diálogo con el autor y los personajes en los que el pasado, el
presente y el futuro, se fusionan y a la vez nos llevan a vivir
en espacios y situaciones que posiblemente no hemos
experimentado. (p. 2)
Por lo anteriormente apuntado, la plataforma del tema de esta
investigación es el repensar la revisión de los textos literarios mientras
que se aprende la historia y se reconstruyen los valores de identidad de los
pueblos.
4. CONSIDERACIONES FINALES
Las producciones literarias son el espacio que ha escogido la
humanidad para relatar y contar las inquietudes de su devenir social,
cultural y tradicional. En tal sentido se hace pertinente el hallazgo de
raíces folclóricas dentro de los textos ficcionales porque ello permite el
repensar de la historia de las sociedades y de su pasado aborigen.
Entonces se hace pertinente comprender que las tramas discursivas
narrativas han servido de escenario para retrotraer los vestigios y huellas
del pasado en ocasión de reconstruir los sucesos representativos de la
historia de los pueblos, allí radica la relevancia de encaminar proyectos
educativos que permitan relacionar los datos históricos con los relatos y
novelas, para presentar los textos de literatura como un valioso espacio
para reforzar las raíces naturales de las sociedades y donde se adquiere
amplias posibilidades de reconocer el imaginario social de los pueblos con
el paso del tiempo.
La enseñanza y promoción de la lectura a propósito del encuentro
con lo autóctono, convierte los relatos literarios en momentos
La memoria que retrotrae el pasado autóctono: la historia como engendro
literario
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
interesantes, significativos, verdaderos escenarios dónde se hace posible
una educación humana y transformadora, donde se logre un
reconocimiento de los estudiantes por sus costumbres, por su cultura y
correspondan a ello con orgullo. La escritura literaria es tan antigua como
todo tipo de arte que ha trascendido a la par de la evolución social
humana. Las producciones ficcionales han adquirido el propósito de
revelar los cambios y transformaciones que han marcado a la humanidad
en lo social, político, religioso, ambiental; por lo que desde esta
perspectiva se justifica la identificación de aspectos históricos en la
narrativa.
Educar al ser humano desde sus raíces es la ocasión más oportuna
para enseñar, pues ello implica un proceso de mayor impacto en las
sociedades; se podrá promover estudiantes con gran conocimiento sobre
sus orígenes y verdadera cultura folclórica. Las tradiciones que son de
gran relevancia en los contextos sociales, quedarían resguardadas no solo
en los textos de historia, sino también de literatura ficcional. De esta
manera los vestigios relevantes que explican el pasado glorioso de los
pueblos, harían presencia a propósito de la lectura de cuentos y novelas,
trayendo al lector su propio origen, rescatando y abordando los aspectos
que conforman al proceso educativo como el acto pedagógico que
permite el desarrollo, mientras se le enseña a la ciudadanía a leer acerca de
su historia y sus costumbres.
5. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANDÚJAR, Carlos. 2016. “Literatura e Identidad”. En Revista Digital
Centro Cultural Eduardo León Jiménez. Disponible en:
https://centroleon.org.do/literatura-e-identidad/
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Cactus.
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Sígueme. Salamanca. España
LINCE, Rosa. 2015. Narraciones literarias, textos que permiten
comprender un pueblo. No. 34. Universidad Autónoma
Nacional de México.
PAMUK, Ferit Orhan. 2007, La maleta de mi padre. Literatura
Mondadori, No. 348, Barcelona, España.
320 Dina Ortega-Seijas
Opción, Año 38, Especial No.28 (2022): 305-321
Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
RICOEUR, Paul. 1999. La lectura del tiempo pasado: memoria y
olvido. Universidad Autónoma de Madrid, ISBN 84-923792-2-7.
Arrecife. España.
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Paidós.
WHITE, Hayden. 2003. El texto histórico como artefacto literario y otros
escritos. Barcelona, Paidós.
WHITE, Hayden. 2010. Ficción histórica- Historia ficcional- Realidad
histórica, acerca de la historiografía como narración. Barcelona
Paidós.
La memoria que retrotrae el pasado autóctono: la historia como engendro
literario
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
BIODATA DE AUTORES
Dina Alejandra Ortega Seijas. venezolana. Nació en San Juan de Los
Morros, estado Guárico. Profesor en Educación Integral, Magister en
Literatura Latinoamericana y Doctora en Educación, egresada de la
Universidad Pedagógica Experimental LibertadorMaracay, estado
Aragua. Se desempeña como Docente en Educación media (bachillerato)
y en Pregrado. Ha sido ponente y conferencista en temas relacionados
con “La oratoria y discurso en ámbito profesional”. Ha escrito poemas y
cuentos durante toda su vida. Con reconocimientos por destacarse en
actos de declamación, narración oral y teatro. Ha publicado ensayos
acerca la memoria y los recuerdos inmersos en la narrativa
latinoamericana.
UNIVERSIDAD
DEL ZULIA
Revista de Ciencias Humanas y Sociales
Año 38, Especial N° 28 (2022)
Esta revista fue editada en formato digital por el personal de la Oficina de
Publicaciones Científicas de la Facultad Experimental de Ciencias, Universidad del
Zulia. Maracaibo - Venezuela
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