Mujeres científicas en México. Sistema Nacional de Investigadores. 38
Retos y perspectivas
Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
siete países han alcanzado la paridad de género en la ciencia, mientras que
México se encuentra entre las tres últimas naciones donde las mujeres
todavía representan menos del 34% del total de investigadores (BELLO,
2020). Lo cierto es que, aunque la proporción de mujeres en la ciencia en
el país ha aumentado en los últimos años, las investigadoras siguen sin
alcanzar representatividad en el sistema científico mexicano a nivel
nacional y en el estado de Tlaxcala. Los resultados confirmaron que a
nivel nacional sigue habiendo disparidad dado que para 2020 en términos
absolutos solo 12,585 eran mujeres de un total de 33,165 investigadores.
Rodríguez (2016) refiere que, en 1984, el número de
investigadores que conformaban el SNI correspondía a un total de 1,396
miembros, 253 eran mujeres y 1,143 hombres. Lo que indica que, a 36
años de la fundación del sistema, las mujeres pasaron de representar el
18% a un 38 % en 2020, quienes en su mayoría se encuentran adscritas a
instituciones de educación superior e investigación ubicadas
fundamentalmente en la Ciudad de México, el Estado de México y
Jalisco, esto debido a que las principales universidades públicas y privadas
con mayor infraestructura del país se concentran en dichos estados
(CONACYT, 1997).
Es así que, retomando la proporción que representó el género
femenino para el periodo 2018-2020 en el SNI se puede afirmar que, la
relación hombres y mujeres investigadores no es equilibrada, escenario
que Cárdenas (2015) y Caldera et al. (2019) mediante los resultados de sus
investigaciones para los años de 2012- 2015 y 2014-2015
respectivamente, ya señalaban la persistencia de dicha inequidad en este
ámbito. Por lo tanto, se reconoce la falta de acciones y/o políticas de
género que fomenten una mayor participación de las mujeres en el sector
en México.
No obstante, la disparidad en el sector para las mujeres, también
se presenta en la obtención de financiamiento para proyectos de
investigación (VAN DER LEE et al., 2015; WITTEMAN et al., 2019), en
la obtención de becas para formación a nivel de posgrado (BEDI et al.,
2012), en la oportunidad de nuevos espacios para publicaciones
académicas con un impacto directo en la productividad (HUANG et al.,
2020), así como en los salarios diferenciados que reciben mujeres y
hombres en el sector (BROWER, 2020), solo por mencionar algunos
indicadores que coadyuvan a mantener brecha de género entre mujeres y
hombres dedicados a la investigación en México.