Revista de Ciencias Humanas y Sociales
© 2021. Universidad del Zulia
ISSN 1012-1587/ ISSNe: 2477-9385
Depósito legal pp. 198402ZU45
Portada: S/T. De la serie “RETORNO”
Artista: Rodrigo Pirela
Medidas: 25 x 30 cm
Técnica: mixta sobre tela
Año: 2009
Año 37, Regular No.96
(2021): 260-282
ISSN 1012-1587/ISSNe: 2477-9385
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.7470728
Recibido: 18-09-2021 Aceptado: 25-10-2021
Perspectivas del concepto de poder en Byung-Chul
Han
José Francisco Guerrero Lobo
Universidad de los Andes (Venezuela)
ORCID: 0000-0003-1297-7479
jofrague@gmail.com
José Vicente Villalobos Antúnez
Universidad del Alba (Chile)
ORCID: 000 0002 3406 5000
jvvillalobos@gmail.com
Resumen
El artículo discute en torno al concepto de poder en Byung Chul
Han. Se abordan especialmente sus obras: Sobre el poder, Hegel y el poder y
Psicopolítica. Mediante metodología hermenéutico-fenomenológica, se
interpreta el concepto a partir del análisis del autor; este va desde el
concepto de poder en sentido general, pasando por la perspectiva
hegeliana, insertándolo en la idea de sociedad disciplinaria (Foucault);
hasta su reinterpretación desde la denominada sociedad neuronal, propia
de la sociedad del cansancio. Se concluye con el autor que, el poder irrumpe
en la sociedad digital para dominar mediante coacciones internas del
sujeto.
Palabras clave: Byung Chul Han; poder; poder política; sociedad
digital; crisis política; teorías políticas.
Perspectives on power’s concept in Byung-Chul Han
Abstract
The article contains a discussion about the concept of power in
Byung Chul Han, especially contained in his works: On power, Hegel and the
power and Psychopolitics. Through hermeneutical-phenomenological
methodology, the concept is interpreted on the author's analysis. This
goes from the concept of power in a generic sense, passing through the
Hegelian perspective, inserting the concept in the disciplinary society
whit a Foucaultian vision, reinterpreting it from the so-called neuronal
society, typical of the society of tiredness. It is concluded with the author,
that power is inserted in the digital society, which dominates through
internals compulsions of the subject.
Keywords: Byung Chul Han; politic power; digital society; politic
crisis; politics theories.
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Introducción
Una de las distinciones intelectuales s productivas y a la vez
problemáticas de los últimos tiempos acerca de la interpretación del
poder, es sin duda la que ofrece Byung Chul Han. El autor ha dado a
conocer su pensamiento filosófico en torno al tema a través de
reflexiones sobre la vida y sobre las consecuencias de la tecnología en la
sociedad, llevando a cabo su andar intelectual por distintos caminos de la
crítica cultural, cuestión que es posible siempre en toda mirada filosófica.
Esta, su obra, se ha dado a conocer desde algunas publicaciones con
contenido innovador, las cuales, por cierto, poseen un gran público
lector, más allá del filosófico, dadas sus especiales miradas, expresadas a
través de un lenguaje por demás renovador del discurso. Entre las s
importantes obras, especialmente escritas alusivas a nuestro tema de
estudio, podemos encontrar Psicopolítica. Neoliberalismo y nuevas técnicas de
poder; Hegel y el poder, y, por último, pero no en última instancia, Sobre el
poder. Tales obras son producto de sus observaciones críticas del actual
mundo de vida social humano, pero también de su pensamiento acerca
de la realidad socio-política del actual giro democrático y sus
consecuencias sobre el poder, incluso en perspectiva crítica al actual giro
económico, con claras incidencias en la política y el ejercicio que esta
conlleva del poder.
1. Metodología del estudio
Para llevar a cabo las presentes reflexiones, se hace una
aproximación al concepto poder desde la filosofía del autor, la cual es
caracterizada por una hermenéutica fenomenológica; esta mira el
entramado de la realidad desde la perspectiva de la existencia de la vida
humana en clave ontológica, por lo que pueden verse las influencias de la
fenomenología heideggeriana en su proceso reflexivo y analítico, en la
cual observación y problematización interpretativa van desde la
concepción de un punto de vista o punto de mira, pasando por el aspecto
interpretativo tomando como origen la precomprensión del objeto de
hermenéutico, hasta alcanzar visualizar el horizonte de la mirada
interpretativa que posee toda perspectiva hermenéutica (HEIDEGGER,
2002; VILLALOBOS, 2017; VILLALOBOS, 2017b).
Desde esta concepción, se entiende con Heidegger que, todo ser,
es decir, todo ser humano, posee un carácter interpretante, puesto que la
mirada del entorno humano demanda siempre una actitud de
comprensión previa de cada situación hermenéutica en la que se
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encuentra; como puede verse de la lectura de la obra de uno de sus
discípulos, esta perspectiva es tomada luego por Hans Georg Gadamer,
en su no menos importante e influyente obra sobre el tema: Vedad y
método (1977).
Es importante destacar que la presente investigación, al ser
referida a la situación del poder en su movimiento dinámico, se interpreta
a la luz de las perspectivas que asume Heidegger en cuanto que la
naturaleza humana, esto es, el ser-ahí (Dasein en su particular
terminología), es propiamente dinámica, tal como la entiende Heráclito, y
de lo cual hace referencia el profesor alemán en sus estudios sobre el
presocrático junto con su discípulo Eugen Fink (HAIDEGGER y FINK,
2017; POPPER, 2017); por ello, no solo el poder, sino todo lo que va de
la mano con ello, se interpreta en sentido también dinámico y cambiante,
tal como se sostiene no solo en la doctrina heideggeriana acerca del logos
del poder (como racionalidad del poder), sino de autores como Popper,
quienes sitúan la cuestión de interpretación del contexto humano (del ser-
ahí), en un sentido dinámico, de cambio, de movimiento (POPPER,
2017; VILLALOBOS, 2017b); por lo que el poder, en consecuencia,
como aspecto fundamental y esencial de la política, es entendido en este
trabajo, tal como lo plantea Han (2017), también como una cuestión
meramente dinámica y cambiante
1
.
2. Proximidades al poder
Suele decirse que el inicio de la reflexión sobre el poder comenzó
con los presocráticos y continuó con los sofistas (VILLALOBOS et al,
2020), cuestión que luego fue recurrente en toda la historia de la filosofía
de Occidente; en nuestro tiempo, luego de discusiones acaloradas sobre
el significado del término, en los cuales se citan las disertaciones
profundas de Michel Foucault, que analizamos más adelante, vuelve una
reinterpretación novedosa sobre el poder mediante el análisis del filósofo
surcoreano Byung-Chul Han, quien, además, ha demostrado ser un
estudioso de la obra de Heidegger desde su tesis doctoral sobre el autor y
bajo el ambiente filosófico de una Alemania comprometida con la
democracia y los derechos fundamentales.
En ese sentido, en 2005 publica HAN su obra Sobre el poder,
publicada en español en 2016, donde se observa el concepto de poder
1
Para ver una perspectiva de la hermenéutica de la política, sugerimos revisar:
VILLALOBOS, GUERRERO y ROMERO, 2019).
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desde diversas perspectivas; en ella se emplea como siempre un lenguaje
claro, simple, coherente y pedagógico, logrando deslindar algunos
aspectos medulares para la determinación de ciertos aspectos normativos
y teóricos sobre el tema, reconstruido el concepto bajo ciertas dinámicas
que operan entre la oposición y lucha de ideas divergentes, las cuales van
desde la lógica y la semántica, hasta la metafísica y la teoría política,
desplegando al mismo tiempo su visión acerca de la política y de la ética
del poder; en estos ámbitos despliega agudas argumentaciones, pero
también debate y dialoga con importantes autores del siglo XX:
Heidegger, Hegel, Nietzsche, Foucault, Lévinas, Luhmann, Schmitt,
Arendt, Agamben, son autores que sirven la bandeja para la discusión
filosófica de Han.
Es interesante ver cómo dibuja Han el sentido del poder, pues
desde los clásicos se viene estipulando como contentivo de significados
de fuerza y acción; Han da un giro en su significado y lo expone más bien
con un carácter integrador/desintegrador a la vez. De esta manera, en el
prólogo de Sobre el poder, aclara lo siguiente: “Para unos, poder significa
opresión; para otros, es un elemento constructivo de la comunicación”
(HAN, 2016: p. 6). Cabe destacar que según sus convicciones opera una
confrontación de los referentes jurídicos, políticos y sociológicos del
poder. Sin embargo, para otros intérpretes, dice Han: “El poder se asocia
tanto con la libertad como con la coerción. Para unos, se basa en la
acción común; para otros, guarda relación con la lucha” (HAN, 2016: p.
6). Conviene destacar, siguiendo su análisis, que: “Unos lo separan
radicalmente de la violencia mientras que, según otros, esta no es sino
una forma intensificada de poder. Ora se asocia con el derecho, ora con
la arbitrariedad” (2016, p. 6). Parece ser que esta posición es estructural
del poder, pues afirma de forma necesaria que “Lo que hay que formular
es, por lo tanto, una forma fundamental de poder que, mediante la
reubicación de elementos estructurales internos, genere diversas formas
de manifestarse” (2016: p. 6). Es, podría decirse, una forma
multidimensional de entender el poder en cuanto acción.
Aunque no caben dudas que Byung-Chul Han es un filósofo muy
estimado en los círculos de pensadores de nuestra era de incertidumbre,
especialmente por las ideas que expone respecto al diagnóstico que realiza
acerca del poder en el presente, su concepto al respecto no deja de ser
polémico; desde su filosofía del poder nos explica que este: “…como
coerción consiste en imponer decisiones propias contra la voluntad del
otro. Muestra un grado muy reducido de intermediación (2016, p. 6).
Por eso, nada es más evidente para él que la contraposición entre los
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actores que protagonizan el teatro del poder: “El yo y el otro se
comportan de forma antagónica. El yo no es recibido en el alma del otro”
(2016, p. 8). A esto expresa seguidamente que mientras mayor
intermediación (esto es, mayores procesos comunicativos) se restaura
“aquel otro poder […] no opera contra el proyecto de acción del otro, sino
desde él (2016, p. 8). Pues, se es libremente y sin amenaza; y no es
coerción en enfrentamiento y oposición como es “El modelo de la
coerción [que] no hace justicia a la complejidad del poder. El poder como
coerción consiste en imponer decisiones propias contra la voluntad del
otro” (2016, p. 8).
El poder debe estar en correspondencia entre los que mandan y
los que obedecen, por consiguiente, Han insiste que: “Un poder superior
es aquel que configura el futuro del otro, y no aquel que lo bloquea
(2016, p. 8). Desde ese momento el poder es s independiente,
autónomo, no necesita de la coerción para una existencia más fluida; de
ahí que:
…En lugar de proceder contra una determinada acción de
otro, el poder influye o trabaja sobre el entorno de la
acción o sobre los preliminares de la acción del otro, de
modo que el otro se decide voluntariamente, también sin
sanciones negativas, a favor de lo que se corresponde con
la voluntad del yo (2016, p. 8).
De modo que es por mismo y desde mismo de su potencia,
que se manifiesta el poder; por eso sentencia el autor que: “Sin hacer
ningún ejercicio de poder, el soberano toma sitio en el alma del otro”
(2016, p. 8).
Para Han, el poder es el motivo principal de la sociabilidad, puesto
que: “El poder libre significa que el otro obedece libremente al yo. Quien
quiera obtener un poder absoluto no tendrá que hacer uso de la violencia,
sino de la libertad del otro” (2016, p. 8). Y aquí está la paradoja de la
libertad para Han: “Ese poder absoluto se habrá alcanzado en el
momento en que la libertad y el sometimiento coincidan del todo” (2016,
p. 8). En consecuencia, la paradoja de Han y del mundo actual, es que la
libertad nos somete, tal como lo expone en su argumento, que explicita
en cinco momentos (2016, p. 11). En el primer momento: “El poder
capacita al yo para recobrarse a mismo en el otro. Genera una continuidad del
mismo”. En el segundo: El yo realiza en el otro sus propias decisiones”.
Así, en el tercero: “Con ello el yo se continúa en el otro”. Luego en el
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cuarto: “El poder proporciona a los otros espacios que son los suyos, y en
los que, pese a la presencia del otro, es capaz de recobrarse a mismo”.
Por último, el poder: “Capacita al soberano a regresar a mismo en el
otro”.
De todos modos, resulta obvio que Han va desglosando las
diversas variantes del poder y reitera el contraste dinámico entre libertad
y violencia, de manera que: “El poder en sentido propio no es posible
frente a una cosa pasiva. La violencia y la libertad son los dos extremos
de una escala del poder” (2016, p. 12). Asume, finalmente, que el poder
se manifiesta como un factor de mediación de libertades, posibilitada
desde la interioridad misma: “Una creciente intensidad de la
intermediación genera más libertad, o más sentimiento de libertad. Así pues,
es la estructura interna de la intermediación lo que determina la forma de
manifestación del poder” (2016, p. 12).
El pensamiento de Byung Chul Han no solo es debatido por
filósofos sino también en diversos campos de investigación, tales como la
sociología, la psicología, la ciencia política y otros tipos de disciplinas,
como las de la comunicación y las del mundo digital, cuyos postulados
son empleados para descifrar con cierta claridad las características del
presente; Han pretende desentrañar el laberinto que es nuestra actual
realidad, aunque, lo cierto es que caminamos bajo inseguridades que nos
agobian y oprimen, muchas veces de forma imperceptible. Este filósofo
ha tomado un lugar preponderante en los diversos medios de
comunicación; ejemplo de ello son los comentarios y reseñas noticiosas
de The Guardian de Londres, en los cuales se le atribuye ser “…la punta
de lanza de una filosofía alemana nueva y accesible”; en El País, de
España, lo ponderan como “El filósofo alemán más leído en el mundo”
y, en el Avvenire, de Italia, se le cataloga como “…uno de los filósofos
contemporáneos más importantes”.
Así pues, la respetabilidad intelectual de nuestro autor es de talla
expandida. Igualmente realiza un eficaz análisis de las partes
constituyentes y las dinámicas internas de la actual sociedad en varias
obras suyas, lo cual articula magistralmente con las formas del poder; con
respecto a esto último, Han agrega: “El poder es un fenómeno de la
continuidad. Le proporciona al soberano un amplio espacio para mismo.
Esta lógica del poder explica por qué la pérdida total de poder se
experimenta como una pérdida absoluta de espacio(2016, p. 12). Esto pasa
porque …(e)l cuerpo del soberano, que en cierta manera llenaba el
mundo entero, queda reducido a un miserable trozo de carne. El rey no
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tiene únicamente un cuerpo natural que es mortal, sino también un
cuerpo político y teológico que, en cierta manera, es coextenso con su
reino” (2016, p. 12). El poder que respira se relaciona necesariamente con
su existencia, pues en caso contrario, tras su pérdida, el poder: “…se ve
rechazado y devuelto a este pequeño cuerpo mortal. La pérdida de poder
se vivencia como una especie de muerte” (2016, p. 12).
Frente a esta concepción, básicamente el poder es espacio para
mismo, y su pérdida absoluta se experimenta como pérdida de espacio, que
es como una especie de muerte; pero, de forma semejante, se desplaza
hacía una aclaratoria muy interesante en cuanto despeja al poder más allá
de la amenaza de la represión para alojarse en su necesidad interna, en el
papel que tiene el poder como comunicación, a lo que responde que: La
conducción comunicativa del poder no tiene por qué producirse con
represión. El poder no se basa en la opresión. Siendo un medio de
comunicación, opera más bien de forma constructiva” (2016, p. 13). Esta
capacidad de competencia del poder genera ventajas para su estabilidad;
por eso de manera semejante Han especifica que: “El poder se
incrementa con las libertades por ambas partes: por ejemplo, crece en una
sociedad en la medida en que ella genera alternativas” (2016, p. 22).
Y hablando de la singularidad de la continuidad como sentido
desde donde cabalga la libertad de acción que posee el poder, Han afirma
que: El poder configura diversas formas de continuidad. Ya hemos
señalado que el poder capacita al yo para continuarse en el otro, para verse
a mismo en el otro. El poder brinda al yo una ininterrumpida continuidad
de mismo. El placer que proporciona el poder viene a basarse en este
sentimiento de continuidad del yo” (2016, p. 25). Frente a ello, se tiene en
cuenta que, dados los comentarios anteriores:
…Aquel espacio de poder tiene la estructura del mismo
que se quiere. Una configuración supraindividual del poder,
como es el Estado, aunque no se basa en la voluntad de un
individuo singular, posee la constitución de un mismo
que se afirma. La figura de un jefe de Estado refleja la
estructura de su subjetividad. Todo espacio de poder es la
continuidad de un sí mismo que persevera consigo mismo frente a
otro. La continuidad y la subjetividad son elementos
estructurales comunes a todas las formas de manifestación
del poder (Han, 2016: p. 25).
Hasta aquí manifiesta con coherencia su propuesta sobre el
camino por donde se desplazan los afluentes del poder, hasta llegar
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finalmente a los derechos. Veamos cómo se articulan estas ideas a la luz
de sus reflexiones sobre poder y derecho.
Como resultado de sus reflexiones sobre el Derecho, un primer
esbozo lo tenemos en esta obra, Sobre el poder, pero también en Topología de
la Violencia, de 2011, donde se esbozan grandes pinceladas sobre el tema;
en ese sentido, ubica sus opiniones en las perspectivas de la libertad
ligada al derecho; así, expresa que, en:
“…el Estado de derecho, por ejemplo, el ciudadano
particular no percibe el orden jurídico como si fuera una
coerción externa, más bien representa para él su
destinación propia. Ese orden jurídico es el único que lo
convierte en ciudadano libre” (HAN, 2016, p. 26).
Mientras tanto, cuando al derecho se une el abuso, la libertad se
vuelve coerción, por lo que Han llama la atención, al expresar que: “…en
un Estado totalitario, el individuo padece el conjunto como una
destinación que le resulta ajena. Esta falta de intermediación genera
mucha coerción. Una continuidad creada a base de coerción resulta
frágil” (2016, p. 26). Por consiguiente, concluye en la dicotomía solo
coerción y libertad; cómo se va moviendo el registrador de intensidad del
poder entre solidez y fragilidad, por vías de su intermediación, para una
mayor continuidad: “Básicamente, el poder como coerción y el poder
como libertad no son distintos. Solo se diferencian en cuanto al grado de
intermediación (2016, p. 26). Esta intermediación traerá al poder más
desplazamiento donde vincula o comunica, y a su vez, crea la transacción
o negociación para conectar, intercambiar o comunicar; así, expresa que:
Son manifestaciones distintas de un único poder. Todas las formas de
poder buscan establecer una continuidad, y presuponen un mismo”
(2016, p. 26). Aclara en este sentido que Una intermediación pobre
genera coerción. En una intermediación máxima, el poder y la libertad se
identifican. Es en este caso cuando el poder es máximamente estable”
(2016, p. 26).
El análisis de Han acentúa la importancia del Derecho en la lógica
del poder en cuanto a su desbordamiento de los estados nacionales en
instituciones supranacionales que pueden hacer respetar los derechos
fundamentales a los ciudadanos en sus territorios, por eso se recurre al
orden jurídico supranacional, a lo cual concluye: “…para evitar conflictos
entre Estados nacionales es necesario como corresponde a la lógica del
poder la formación de una configuración de poder supranacional, es
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decir, de un orden jurídico supranacional, una globalización del poder y de los
derechos que supere la individualización de los Estados nacionales” (2016,
p. 26). Los Estados nacionales no se pueden convertir en centros de
concentración donde las violaciones de los derechos humanos y otros
abusos a los ciudadanos sean defendidos por una supuesta soberanía que
los aúpan, por lo tanto, Han agrega: Hay que darle al poder un lugar que
rebase el Estado nacional” (2016, p. 27).
Por ese motivo, se necesita la intensificación de los mecanismos
de la globalización en el mundo, como se ha dejado ver, en lo que indica
Han:
(…) la ferocidad de la globalización deriva de que no es lo
bastante global, de que no se ha mediado entre ella y el mundo,
de que a causa de ello engendra estructuras
profundamente asimétricas y distribuciones injustas de
oportunidades y recursos, de que no se circunscribe a una
instancia de poder y de intermediación quedando
comprendida bajo ella. (2016, p. 27).
Las afirmaciones anteriores, le llevan a concluir lo siguiente: “Con
efectos recíprocos entre los factores a favor y los factores en contra se
configurará y se condensará una estructura de intermediación dialéctica.
Es decir, la globalización tiene que recorrer un proceso dialéctico de
configuración. Hegel diría que la globalización carece todavía de concepto (2016,
p. 27).
Para cerrar la idea acerca de la cual la globalización carece todavía
de concepto tomando como referente a Hegel, en síntesis, siguiendo una
definición del propio Han en su obra Hegel y el poder, expone: “El concepto
se goza a mismo en la realidad. El goce de es el rasgo fundamental
del poder. El poder es la capacidad de continuarse a uno mismo en otro
permaneciendo intacto” (2019, p. 105), y la globalización, concluimos, no
ha llegado a este punto.
3. Significado del poder
Hasta ahora hemos tocado la lógica del poder considerando sus
intermediaciones inspiradas en la comunicación, ello como primer
componente de organización de nuestro trabajo; como segundo
momento pasamos ahora a ver su semántica; esto es, nos pasearemos por
la superficie reflexiva de una configuración del lenguaje, la cual es
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analizada en su texto Psicopolítica, debatiendo con los fundamentos del ser-
ahí (Dasein) de Martin Heidegger en Ser y Tiempo. Explica Han que:
Como Heidegger disocia por completo la ontología de la sociología,
tampoco es capaz de advertir la posibilidad de que el «haber sido
arrojado» sea un «estar sometido», ni de que «ser un esbozo» se base en
«estar sometido»” (2014, p. 55).
De esta manera, reitera que “La existencia se proyecta sobre el
orden reinante sometiéndose a una continuidad de sentido, a una
determinada «interpretación del mundo y de la existencia» (2014, p. 55).
Luego, es importante para Han destacar y determinar que: A la
ontología heideggeriana de la cotidianidad se le escapa el conocimiento de
que la comprensión cotidiana puede estar vinculada con aquella
«comprensión cotidiana» que es esbozada por un «poder simbólico»”
(2014, p. 55). Por esa razón, concluye el autor: “El poder alcanza una
estabilidad elevada cuando se presenta como «uno» impersonal, cuando
se inscribe en la «cotidianidad»” (2016, p. 55). Por el contrario, expresa,
además, que “…no es la coerción, sino el automatismo de la
costumbre lo que eleva su eficiencia. Un poder absoluto sería uno que
nunca se manifestara, que nunca se señalara a mismo, sino que, más
bien, se fundiera del todo en la obviedad. El poder brilla por su ausencia”
(2014, p. 55-56).
3.1. Poder y generación de sentido
Cuando toma distancia de Heidegger y se acerca a Nietzsche
explica la semántica del poder en relación con el sentido; señala que:
“Ciertamente, Nietzsche fue el primero que formuló con insistencia la
compleja conexión entre poder y generación de sentido. Ya en un nivel
muy elemental, es más, incluso en un nivel somático, asocia el sentido
con el poder” (2016, p 33). La plenitud de la nueva corporalidad del
lenguaje será: “El sentido es poder” (p. 33). Han cita Más allá del bien y del
mal, de Friedrich Nietzsche; este nos dice que: “Comunicarse es,
originalmente, ampliar su poder al otro”. De este modo, el signo es «la
impronta (a menudo dolorosa) de una voluntad sobre otra voluntad»
(NIETZSCHE, 1986, pp. 171-172). Esto quiere decir, para Han, que las
vulneraciones traerán como consecuencia intermediaciones necesitadas
de quebrantamientos; en sus propias palabras: “El primer lenguaje sería el
lenguaje corporal de la vulneración, que anuncia inmediatamente el
«pretender apropiarse». También la aprensión conceptual se basa en esta
maniobra y en este abordaje” (HAN, 2016, p. 33). Avanzando mucho
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más en su explicación, nos dirá el surcoreano: “El poderoso se da a
entender por medio de vulneraciones y de «empujonedolorosos. Así,
las «vulneraciones del otr son el «lenguaje de signos del más fuerte»”
(2026, p. 33).
Lo anterior quiere decir que “Según esta semiótica del poder, en la
que no obstante se produce solo una intermediación pobre, los signos serían
originalmente heridas” (2016, p. 33). Como se ha mostrado, concluye que
La recepción y la comprensión de este peculiar lenguaje de signos se
producen como «sensación de sufrimiento y reconocimiento de un poder
ajeno», el cual busca la «conquista del otro»” (2016, p. 33). De ello resulta
necesario entender que la relación de dominio está asociada con el
sentido y la comprensión del mismo; por eso agrega HAN: La
comprensión rápida obedece al propósito de «recibir los menos golpes
posibles». Los comunicados son espinas. Su sentido es el dominio. La
comprensión es obediencia” (2016, p. 33). En síntesis, con “Nietzsche
habría afirmado que la conjugación, la declinación, se basaría
originalmente en el propósito de hacer que el otro decline su voluntad” (p.
33).
En el contexto de las relaciones del lenguaje, el sentido y el poder
con Nietzsche tienen estos un significado creador; sólo en tanto creador, el
lenguaje se nombra como el poner a las cosas; es decir, es un mero
nombrar para fundar; es el poner, ρχή, en griego (arjé), que representa
principio/comienzo/mandato rector y fundamento a las cosas, esto es,
mandato. Nietzsche en La ciencia Jovial, también conocida como La Gaya
Ciencia, señala: “basta con crear nuevos nombres y valoraciones y
probabilidades, para crear a la larga nuevas ‘cosas’” (NIETZSCHE, 1999,
p. 68). De manera que Han advierte que Nietzsche concibe la
denominación o asignación de nombre como un derecho de pernada. Los
gobernantes «sellan cada cosa y cada suceso con un sonido, tomándolo
así en cierta manera en posesión» (2016, p. 33). Con las huellas del
pensamiento de Nietzsche, afirma: “El origen del lenguaje es la
«expresión de poder de los gobernantes»” (p. 33).
De esta manera, agrega respecto del argumento anterior
que, cuando se nombra, en todo lenguaje se asigna sentido;
al menos, es lo que se comprende de sus líneas maestras:
“Los lenguajes son las «reminiscencias de las antiquísimas
tomas de posesión de las cosas». Es decir, Nietzsche escucha en
toda palabra este «mandato»: ¡Así habrá de llamarse esto en
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adelante! La denominación o asignación de nombre es al
mismo tiempo una asignación de sentido” (p. 33).
Para concluir este aspecto, Han toma una cita de Más allá del bien y
del mal, de la Sección sexta: Nosotros los doctos, 211: “El poder crea
sentido. «¡Que así seaes la expresión de los «auténticos filósofos», que
son «decretadores y legisladores» (p. 33). Y en esa misma disertación
sobre Nietzsche afirma “Su «conocer» es crear, su crear es legislar, su
voluntad de verdad es - voluntad de poder” (NIETZSCHE, 1986, p. 171-
172). Esto nos llevaría a un debate más extenso, pero es bueno advertir
su importancia para entender a Byung-Chul Han.
Los análisis de Han sobre el poder y su sentido, nos ayudan a
percibir que no es el poder lo que impide pensar nuestra existencia, sino
todo lo contrario, como se verá en su explicación:
“Toda palabra es un veredicto. Son los soberanos quienes
determinan el sentido, el horizonte de sentido, es decir, el
«hacia dónde y el para qué» de las cosas. Crean una
continuidad de sentido, a partir de la cual se interpretan las
cosas” (HAN, 2016, p. 34).
Esto quiere decir: “Para el soberano, esta continuidad de sentido sería
al mismo tiempo una continuidad de mismo, en la que él se divisaría a
mismo” (p. 34). Además, agrega que:
…Según Nietzsche, el sentido no es un «esto es así» que
no inste a nada, no es un «ser así» del mundo y de las cosas
que no hubiera más que descubrir en una contemplación
desinteresada. Si el sentido se basara en el «ser así» y no en
la posesión o en el dominio, entonces el designador no
sería un soberano, sino un vidente o un oyente” ((HAN,
2016, p. 34).
Por otra parte, explica este filósofo que:
…El monismo nietzscheano del poder despoja a las cosas
de todo «ser así». La falta de voluntad de poder conduciría
a un vacío de sentido. Es decir, el sentido no es un don
que uno no tenga más que recibirlo. Tampoco es un
acontecimiento que suceda al margen del poder. Es una especie
de botín. El poder es lo único que permite que las cosas
participen de un sentido. Desde este punto de vista, el poder
es cualquier cosa menos una coerción muda y absurda. El
Perspectivas del concepto de poder en Byung-Chul Han
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
poder es elocuente. Articula el mundo nombrando las cosas y
determinando su «hacia dónde» y su «para qué» (HAN,
2016, pp. 34-35).
Byung-Chul Han tematiza la relación lenguaje, sentido y poder en
Nietzsche, abordándolo de manera amplia; la validez de estos temas
afecta sin lugar a dudas nuestra existencia contemporánea, para lo cual
recorre varias obras; Han señala que “El poder crea significatividad
configurando un horizonte de sentido en función del cual se interpretan
las cosas. Las cosas solo se vuelven significativas y obtienen un sentido en
atención al poder” (p. 35). Extendiendo su razonamiento para bosquejar el
referente de Nietzsche sobre la voluntad de poder, afirma: “La referencia
al poder es constitutiva de sentido. No existe, pues, un «sentido por
mismo»: ¿Acaso el sentido no es necesariamente un sentido relativo y una
perspectiva? Todo sentido es voluntad de poder (todos los sentidos
relativos se disuelven en una voluntad de poder)” (HAN, 2016, p. 35).
Más adelante identifica el poder y la verdad, afirmando de estos
que no son más que una consecuencia necesaria y una explicación del
significado del poder comprendido. HAN expresa que, en la voluntad de
poder: “…también la verdad está asociada con el poder. Ella es un
esbozo o un constructo que surge de la voluntad de poder. Esta voluntad
de poder le ayuda «a una determinada forma de falacia a que triunfe y a
que perdure» (p. 35). Lo que distingue al poder es, en efecto, la valoración
de la perspectiva que se tome; Han nos indicará que: “Todas las
configuraciones de sentido son «apreciaciones desde una perspectiva»,
«gracias a las cuales nos conservamos en la vida, es decir, en la voluntad
de poder, con vistas al crecimiento del poder»” (p. 35). De manera
análoga Han comenta que “Todos los objetivos y las finalidades no son
más que «expresiones y metamorfosis de una voluntad única», a saber, de
la voluntad de poder (p. 35). Para finalmente concluir que:
El acontecimiento del sentido es un acontecimiento del
poder. Eso significa que «una voluntad de poder se ha
enseñoreado de algo que es menos poderoso,
imprimiéndole por mismo el sentido de ser una
función». Así es como la historia de la «cosa» también es
una historia del poder, una «concatenación continuada de
signos de interpretaciones siempre nuevas». «Algo que
quiere crecer» «interpreta» «cualquier otra cosa que quiere
crecer» en función de su valor que es relevante en relación
con el incremento de poder propio, es decir, lo interpreta
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José Francisco Guerrero Lobo et al.
Opción, Año 37, Regular No.96 (2021):260-282
Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
en relación con su sentido. De este modo, «interpretar» es
una actividad que se basa en la intención de «enseñorearse de
algo» (2016, p. 36).
Igualmente Han aclara que: “Ciertamente, la teoría del poder de
Nietzsche porta rasgos de una polemología. Pero es al mismo tiempo una
poetología del poder, pues el poder es «poético»”. Pues, por lo tanto:
El poder siempre engendra nuevas formas, nuevas
perspectivas. El poder no busca un dominio despótico que
estableciera una perspectiva absoluta. A la poetología del
poder le es inherente una intencionalidad distinta. Según
Nietzsche, el arquitecto está «siempre bajo la sugestión del
poder». Quienes desde siempre han inspirado en mayor
grado a los hombres más poderosos han sido los
arquitectos (HAN, 2016, p. 36).
Ahora tenemos a Han quien ha tomado de manera análoga un
ejemplo de Nietzsche, cuando expresa que La arquitectura es «un tipo
de elocuencia del poder que se expresa con formas». El poder crea
formas, se manifiesta en formas. Es decir, el poder es cualquier cosa
menos inhibidor o represor” (p. 36). Y explica que: “Cuando el arquitecto
configura el espacio, está engendrando una continuidad formal en la que él se
recobra a sí mismo. Proyectando el espacio, se proyecta a sí mismo” (p. 36). Y
concluye que “Por así decirlo, el poder hace que él, que su mismo, se
vuelva espacial y crezca espacialmente. El poder realiza en el mundo la extensión
del cuerpo creador (HAN, 2016, p. 36).
Para cerrar esta parte sobre la disertación nietzscheana que hace
Han, y sus interpretaciones para alcanzar explicación sobre las
interpretaciones semánticas del poder, afirma:
…Desde luego que la extensión puede asumir rasgos
violentos, pero por sí misma no representa una violencia. De
modo correspondiente, el poder puede producir un efecto
represivo. Pero el poder no se basa en ese efecto. Así pues,
no es verdad que el poder según la famosa sentencia de
Jacob Burckhardt «es en mismo maligno» (HAN,
2016, p. 37).
Finalmente, como ha quedado dicho, Han afirma que la cuestión
semántica del poder representa una perspectiva monista en Nietzsche,
razón por la cual, finalmente, el poder enceguece, justamente por ese
efecto semántico que funciona como prestidigitador para dominar a
Perspectivas del concepto de poder en Byung-Chul Han
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
través de la magia que significa encantar con el sentido del lenguaje; la
semántica transforma la “voz desnuda” en un lenguaje, haciéndolo
significante y por lo tanto revistiéndolo de sentido. Y concluye Han “…el
problema del monismo nietzscheano del poder consiste más bien en que
interpreta todo acontecer del sentido como un acontecer del poder
(HAN, 2016, p. 37).
3.2. Explorando la
psicopolitica
como poder
Vistas así las interpretaciones llevadas a cabo por Han sobre el
poder en las obras citadas, finalmente demos una revisión a Psicopolitica,
obra que ya hemos comentado y en la que deja ver claramente, en el
capítulo titulado Poder inteligente (Smart), que existe un poder
seductor que somete espontáneamente a los individuos con propósitos de
generación de tramas de dominación más allá de las coerciones externas
por las que se caracteriza el uso del poder disciplinar, y a propósito de las
autolimitaciones a la libertad que caracteriza al ser-ahí (Dasein) de la
sociedad digital en ciernes; allí afirma:
Vivimos una fase histórica especial en la que la libertad
misma da lugar a coacciones. La libertad del poder hacer
genera incluso más coacciones que el disciplinario deber. El
deber tiene un límite. El poder hacer, por el contrario, no tiene
ninguno. Es por ello por lo que la coacción que proviene
del poder hacer es ilimitada. (HAN, 2014, p. 12).
En este punto, evidentemente se distancia de Michel Foucault,
autor con quien discute las nuevas instancias del poder, que el francés
cataloga como, o sobre, el poder disciplinario. Desde ese análisis crítico,
avanza una audaz idea acerca de los nuevos entramados de la sociedad
contemporánea, neoliberal, afirmando que:
Nos encontramos, por tanto, en una situación paradójica.
La libertad es la contrafigura de la coacción. La libertad,
que ha de ser lo contrario de la coacción, genera
coacciones. Enfermedades como la depresión y el síndrome
de burnout son la expresión de una crisis profunda de la
libertad. Son un signo patológico de que hoy la libertad se
convierte, por diferentes vías, en coacción (HAN, 2014, p.
12).
Claro que, difícilmente, podía haber sido de otro modo, desde el
momento en que el poder parece desempeñar esta función paradójica por
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Opción, Año 37, Regular No.96 (2021):260-282
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el que la libertad genera coacciones, razón por la cual se convierte, como
contrafigura institucional, en una interrogante por despejar de nuestra
ecuación, repleta por demás de incógnitas surgidas a lo largo de nuestro
estudio. En ese sentido, Han considera una primera paradoja, afirmando
que El sujeto del rendimiento, que se pretende libre, es en realidad un
esclavo” (2014, p. 12). Es la manera más propia del poder, consecuente
con esa concepción que sitúa al sujeto en una singularidad; s
propiamente, en aquella situación monista desde la perspectiva social; el
sujeto del rendimiento, como llama al sujeto de la libertad “neoliberal”:
“…es un esclavo absoluto, en la medida en que sin amo alguno se explota a
sí mismo de forma voluntaria” (p. 12).
Pues bien, desde el neoliberalismo que caracteriza a la sociedad
tecnológica, es decir, a la novedosa sociedad del tecnoconocimiento
(VILLALOBOS y GANGA, 2018), la relación de amo y esclavo se
internalizó hasta llegar a la distinción de que el sujeto de este
neoliberalismo de la subjetividad, como podría llamársele, …
…no tiene frente a un amo que lo obligue a trabajar. El
sujeto del rendimiento absolutiza la mera vida y trabaja. La
mera vida y el trabajo son las caras de la misma moneda.
La salud representa el ideal de la mera vida” (HAN, 2014,
p. 12).
En el marco de los análisis sobre la existencia, retoma Byung Chul
Han a Hegel para explicar que la situación actual va más allá de la mera
vida, pues el sujeto pierde su autonomía; en este aspecto, el argumento
remite a la soberanía de este sujeto. En efecto, en unas líneas más
adelante del texto analizado, se lee: “Al esclavo neoliberal le es extraña la
soberanía, incluso la libertad del amo que, según la dialéctica del amo y el
esclavo de Hegel, no trabaja y únicamente goza. Esta soberanía del amo
consiste en que se eleva sobre la propia vida e incluso acepta la muerte”
(HAN, 2014, pp. 12-13). De allí que la soberanía del sujeto prevalece
sobre la autonomía, pues esta es subyugada por las coacciones que la
misma libertad impone para transformarse en sujeto productivo, diríamos
que “soberanamente”.
Aun cuando amplía su perspectiva, Han establece distancia con el
poder disciplinario que está relacionado con Michel Foucault, el cual,
como se entiende del filósofo francés, procede bajo la excesiva
representación represiva de reclusión como forma de control disciplinar,
Perspectivas del concepto de poder en Byung-Chul Han
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
llegándose a instaurar así un sistema cerrado, pues es lo que implica todo
régimen disciplinar; el surcoreano lo sintetiza, al decir que:
El poder disciplinario consiste en entornos e instalaciones
de reclusión. La familia, la escuela, la cárcel, el cuartel, el
hospital y la fábrica representan estos espacios
disciplinarios de reclusión. El sujeto disciplinario cambia
de un entorno de reclusión a otro. Así, se mueve en un
sistema cerrado. Los residentes en estos entornos permiten
ser distribuidos en el espacio y ordenados en el tiempo. El
topo es el animal de la sociedad disciplinaria (HAN, 2014, p.
31).
Byung Chul Han afirma en este contexto que el poder
disciplinario es normativo, y acude para sustentar su afirmación a Gilles
Deleuze en su Post-scriptum sobre las sociedades de control; desde allí, nos
indica que El régimen disciplinario, según Deleuze, se organiza como
un «cuerpo». Es un régimen biopolítico. El régimen neoliberal, por el
contrario, se comporta como «alma»” (HAN, 2014, p. 33). Esta relación
entre alma y cuerpo social humano, lleva a Han a la siguiente conclusión:
De ahí que la psicopolítica sea su forma de gobierno [la del
neoliberalismo evolucionado a capitalismo de las
emociones]. Ella «instituye entre los individuos una
rivalidad interminable a modo de sana competición, como
una motivación excelente». La motivación, el proyecto, la
competencia, la optimización y la iniciativa son inherentes
a la técnica de dominación psicopolítica del régimen
neoliberal. (…) [Y establece finalmente que] (l)a serpiente
encarna sobre todo la culpa, las deudas que el régimen
liberal establece como medios de dominación (HAN, 2014,
p. 33; los comentarios en corchetes son de los autores).
Vemos así que Han entiende que la mirada de Foucault se queda
en el camino, pues queda corta en su poder explicativo, al referirse al
tránsito de las tecnologías del poder a las tecnologías del yo; estas últimas son
dispositivos generados por la propia subjetividad con propósitos de
autodominarse; es decir, para doblegarse ante las exigencias disciplinares;
hace una muy breve referencia al texto del filósofo francés: Tecnologías del
yo y otros textos afines (2008), sin indicar qué parte del texto le sirve de
soporte, lo que nos hace pensar que es precisamente el argumento
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José Francisco Guerrero Lobo et al.
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
fundamental del dominio disciplinar que esgrime el filósofo francés. En
este texto, afirma Foucault lo siguiente:
Quizás he insistido demasiado en el tema de la tecnología
de la dominación y el poder. Cada vez estoy más
interesado en la interacción entre uno mismo y los demás,
así como en las tecnologías de la dominación individual, la
historia del modo en que un individuo actúa sobre
mismo, es decir, en la tecnología del yo (FOUCAULT,
2008, p.49).
Es a partir de este argumento de Foucault que Han reconstruye su
análisis para aclarar los conceptos en el marco de su crítica al
neoliberalismo y definirlo como capitalismo de las emociones; fija allí su
foco de atención, destacando la carencia de perspectiva de Foucault: “La
técnica de poder del régimen neoliberal constituye la realidad no vista por
el análisis foucaultiano del poder.” (HAN, 2014, p. 45). Y reitera que el
francés “…no ve ni que el régimen neoliberal de dominación acapara totalmente la
tecnología del yo ni que la permanente optimización propia, en cuanto
técnica del yo neoliberal, no sea otra cosa que una eficiente forma de
dominación y explotación.” (HAN, 2014, pp. 45-46).
Es por lo anterior,
que Han explora el régimen neoliberal como régimen asociado a la
seducción antes que a la reclusión, trabajando precisamente las
emociones antes que la represión u opresión. Por eso finaliza su idea
expresando que, …(e)l sujeto del rendimiento neoliberal, ese
«empresario de mismo»” [aquí se entiende del homo aeconomicus,
según cita Han a Foucault en El nacimiento de la biopolítica, p.310], se
explota de forma voluntaria y apasionada” (HAN, 2014, p. 46). Por lo
tanto, Han interpreta que “El yo como obra de arte es una apariencia
hermosa, engañosa, que el régimen neoliberal mantiene para poderlo
explotar totalmente” (HAN, 2014, p. 46).
Es importante saber que Han define la ideología neoliberal como
la que desarrolla caracteres religiosos, incluso fanáticos”, los cuales van a
representar una nueva forma de subjetivación”. En efecto, Han reflexiona sobre
este aspecto de forma determinante al afirmar que: “El trabajo sin fin en
el propio yo se asemeja a la introspección y al examen protestantes, que
representa a su vez una técnica de subjetivación y dominación” (HAN,
2014, p. 49). Por lo que reitera: “En lugar de buscar pecados se buscan
pensamientos negativos. El yo lucha consigo mismo como con un
enemigo. Los predicadores evangélicos actúan hoy como managers y
entrenadores motivacionales, y predican el nuevo evangelio del
Perspectivas del concepto de poder en Byung-Chul Han
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Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
rendimiento y la optimización sin límite” (HAN, 2014, p. 49). El
pensador surcoreano concluye que “La persona humana no se deja
someter totalmente al dictado de la positividad. Sin negatividad, la vida se
atrofia hasta el «ser muerto».
Precisamente la negatividad mantiene la vida en vida. El dolor es
constitutivo de la experiencia. Una vida que consistiera únicamente en
emociones positivas o vivencias óptimas no sería humana” (HAN, 2014,
p. 49). y añade una cita del pensador alemán Friedrich Nietzsche de su
obra Más allá del bien y del mal: “La disciplina del sufrimiento, del gran
sufrimiento […], su inventiva y valentía en el soportar, perseverar,
interpretar, aprovechar la desgracia, así como toda la profundidad,
misterio, máscara, espíritu, argucia, grandeza que le han sido donados al
alma: ¿no le han sido donados bajo sufrimientos, bajo la disciplina del
gran sufrimiento?” (NIETZSCHE, 1986: 171-172),
acotando el
surcoreano que el alma humana debe su profunda tensión precisamente a
la negatividad.
Reflexiones finales
La revisión del concepto de poder en Byun Chul Han nos ha
podido mostrar los intersticios por los cuales el autor lo reconstruye.
Puede verse que hay una crítica por parte de Han acerca del poder
dirigida hacia la sociedad disciplinaria, para elaborar desde este punto de
inflexión un concepto que inserta en los entretelones de la idea de
sociedad en las especiales circunstancias políticas que atraviesa la
civilización occidental. Estas son catalogadas por el filósofo surcoreano
como propiciantes de una política marcada por el psicopoder, por lo que
cataloga a su vez la política que se reconstruye desde esta visión, como
psicopolítica. El psicopoder es producto del ejercicio de la política en el
contexto del denominado capitalismo de las emociones, en el cual la libertad
también cobra nuevos ribetes al encuadrarla en circunstancias
minimizantes o anulantes de su ejercicio, producto del exceso de libertad
que caracteriza al período que vivimos en este marco de la sociedad
vigilante, el cual denomina también como panóptico digital (HAN, 2014:
86).
Se concluye con VILLALOBOS y CALDERA (2021), que la
psicopolítica es producto del ejercicio del poder primeramente como
herramienta ideológica, cuestión que ya es clásica entenderla así desde
Maquiavelo; pero también, y en segundo lugar, como una fuerza coactiva
que se emplea mediante el uso de la libertad, puesto que esta se enmarca
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José Francisco Guerrero Lobo et al.
Opción, Año 37, Regular No.96 (2021):260-282
Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
en parámetros de coacciones internas que le son suministradas al sujeto
sin que por ello haya necesidad de ejercer sobre él coerciones externas,
pues las mismas circunstancias de producción emocional que caracteriza
al capitalismo de esta era de transformaciones radicales (disruptivas),
llevan al sujeto que la conforma a hacerse exigir él mismo en cuanto a
voluntad se refiere, producto justamente de la libertad que lo define;
cuestión que lo lleva más allá de sus propias circunstancias en tanto
sujeto saludable; el sujeto se transforma en sujeto del rendimiento,
justamente hasta niveles imperceptibles de cansancio, justamente por la
abrumadora libertad desplegada, conformando lo que el autor denomina,
sociedad del cansancio (HAN, 2020).
Queda abierta la discusión en torno a estos temas del poder, en
especial aquello que lo significa como poder para el Estado de derecho,
en el marco de esta perspectiva de la política marcada por el dominio
digital, que discute el autor. Es interesante darle una mirada al concepto
estudiado desde los procesos comunicativos que se llevan a cabo bajo el
paraguas de la teoría de discurso, por ejemplo, y no ya desde la sociedad
disciplinaria. Es esta una nueva tarea en el marco de desarrollo de la línea
de investigación sobre el poder y el Estado de derecho que llevan a cabo
los autores de las presentes reflexiones.
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Perspectivas del concepto de poder en Byung-Chul Han
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Biodata de autores
José Vicente VILLALOBOS ANTÚNEZ. Ph.D: RESERCHGATE:
E-5024-2015. Doctor en Derecho por La Universidad del Zulia (LUZ).
Abogado y Licenciado en Filosofía de la misma universidad. Profesor
Titular. Docente/Investigador de Departamento de Ciencias
Humanas/Universidad del Zulia. Docente/Investigador colaborador de
las Universidades De la Costa (Barranquilla, Colombia), Universitat
Oberta de Catalunya (Barcelona, España) y Universidad Católica de
Temuco (Temuco, Chile). Investigador y profesor en las áreas de
Filosofía, Ética, Bioética y Filosofía del Derecho. Docente de Pre y
Posgrado. Coordinador del Laboratorio de Filosofía de la Ciencia y del
Diplomado de Bioética de la Facultad Experimental de
Ciencias/Universidad del Zulia. Editor Jefe de la Revista
Opción/Universidad del Zulia. Autor de diversas publicaciones
arbitradas nacionales y extranjeras. Editor de Revistas Científicas.
Director de Investigación y Posgrado de la Universidad del Alba (Chile).
José Francisco GUERRERO LOBO. Ph.D.: Doctor en Filosofía por
la Universidad de Los Andes, Venezuela. Profesor Titular. Docente e
Investigador del Doctorado en Filosofía y de la Maestría en Filosofía de
la Universidad de Los Andes, Mérida (Venezuela). Miembro del
Departamento de Filosofía de la Facultad de Humanidades y Educación
de la Universidad de los Andes. Grupo de Investigaciones Filosóficas
(GIF), Grupo de Investigación de Filosofía Práctica, Departamento de
Ciencias Humanas. Ha dictado diversos Seminarios del Doctorado en
Filosofía sobre los siguientes autores: Friedrich Nietzsche; Hannah
Arendt, Nicolás Maquiavelo, Heráclito, Immanuel Kant, Tucídides, entre
otros. Ponente nacional e internacional. Investigador del Centro de
Investigaciones Estéticas de Universidad de Los Andes. Actualmente
miembro de la Coordinación del Doctorado de Filosofía. Diversas
publicaciones científicas en revistas arbitradas nacionales e
internacionales.
UNIVERSIDAD
DEL ZULIA
Revista de Ciencias Humanas y Sociales
Año 37, N° 96 (2021)
Esta revista fue editada en formato digital por el personal de la Oficina de
Publicaciones Científicas de la Facultad Experimental de Ciencias, Universidad del
Zulia. Maracaibo - Venezuela
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