Año 37, Regular No.96 (2021): 7-11
ISSN 1012-1587/
ISSNe: 2477-9385
DOI: https://doi.org/10.5281/zenodo.7470444
Revista de Ciencias Humanas y Sociales. FEC-LUZ
EDITORIAL
LA BIOÉTICA Y LOS DESAFÍOS DE FUTURO
Una de las más importantes evidencias del vivir, está representada
por los avances de la ciencia, en el marco del proceso de socialización de
los grandes desafíos que trae consigo. Estos avances, además de
ganancias de certezas, también han traído consigo desarrollos del
conocimiento, los cuales introducen en el devenir posterior mayor rasgo
de incertidumbre, y por supuesto, un mayor contenido de incertezas.
Ciertamente, si ponemos en contexto la historia del tecnoconocimiento,
como correlato, a principios del siglo XX, de la ciencia, cuestión que he
discutido en otras oportunidades, se ve claramente que esta centuria lo
fue de gran despliegue técnico en todos los sentidos. Entre otros avances
también de importancia, como por ejemplo en el ámbito de las ciencias
de la información, este período histórico recientemente transcurrido, fue
el siglo tanto del desarrollo de la denominada física cuántica, como de la
biología molecular, además de otras áreas del saber tecnocientífico.
Por el lado de la física cuántica, por ejemplo, el despliegue del
conocimiento vino no solo de la mano del desarrollo del concepto
científico de “quanta”, el cual, al fragor de las pugnas epistémicas,
produjo rupturas en la sociedad del conocimiento, al punto de dividir el
accionar de la ciencia entre aquellos que creían en el orden del Universo
(Einstein entre ellos), y aquellos que más bien argumentaban en favor de
la sucesión entre caos y orden (Böhr), justamente convencidos de que, el
quanta, es un elemento físico inframicroscópico que viaja por caminos
imperfectos de la totalidad del espacio y marcado por la incertidumbre de
sus movimientos (Schrödinger). Atrás quedaron las certezas de los
movimientos de la física clásica sustentados en los postulados
newtonianos, los cuales, sin embargo, no dejaron de poseer su vigencia
científica: las fuerzas del Universo se complementan. Aquí se trata de la
física del macro mundo y del micromundo; la mecánica celeste y la
mecánica cuántica.
Mientras tanto, por el lado de la biología molecular, las incertezas
no dejaron de florecer, debido justamente a las ganancias de
conocimiento, más bien en el segmento final del siglo XX, en torno a los
confines de la vida; esto es, respecto a la conformación de la vida en
sentido generatriz: qué es lo que la forma. El despliegue del conocimiento
sobre el ADN recombinante trajo consigo en la segunda mitad del siglo
XX, el conocimiento acerca del gen, el cual permitió deshojar la margarita
del azar de la vida en un sentido esencial: cómo se conforma la vida, fue