Invest Clin 63(3): 304 - 322, 2022 https://doi.org/10.54817/IC.v63n3a08
Autor de Correspondencia: Diego Fernández-Lázaro. Departamento de Biología Celular, Genética, Histología y
Farmacología, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Valladolid, Campus de Soria, Soria, España. Correo
electrónico: diego.fernandez.lazaro@uva.es
Evaluación de actividad física como
coadyuvante terapéutico para pacientes
con enfermedad inflamatoria intestinal:
una revisión.
Diego Fernández-Lázaro1,2, Nuria Hernández-Burgos1,3, Raúl Cobreros Mielgo4
y Sandra García-Lázaro5
1Departamento de Biología Celular, Genética, Histología y Farmacología, Facultad de
Ciencias de la Salud, Universidad de Valladolid, Campus de Soria, 42003 Soria, España.
2Grupo de Investigación en Neurobiología, Facultad de Medicina, Universidad
de Valladolid, Valladolid, España.
3Servicio de Medicina Interna, Hospital Enrest Luch Martín, Calatayud, España.
4Departamento de Fisioterapia, Instituto de Biomedicina (IBIOMED), Universidad
de León, Campus de Vegazana, León, España.
5Departamento de Fisioterapia, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad
de Valladolid, Campus de Soria, Soria, España.
Palabras clave: actividad física; enfermedad inflamatoria intestinal; coadyuvante
terapéutico; fatiga; biomarcadores; calidad de vida.
Resumen. La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) incluye la enferme-
dad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU). El tratamiento farmacológico en la
EII presenta pérdida de eficacia y efectos secundarios, por esta razón es necesario
el planteamiento de estrategias alternativas, como la práctica de actividad física
(AF), como coadyuvante terapéutico. El propósito de este estudio fue evaluar
la efectividad de las intervenciones de AF como herramienta para aumentar la
condición física, la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) y mejorar la
sintomatología en pacientes con EC y CU, identificando el componente de AF
óptimo. Se realizó una revisión mediante una búsqueda en las bases electrónicas
de datos Medline (PubMed), SciELO y Cochrane Library Plus, que incluyó ensa-
yos controlados aleatorios de los últimos 10 años que relacionaran la EII y la AF,
hasta el 31 de enero de 2022. Se incluyeron 4 estudios con un total de 133 pa-
cientes. La realización de AF de pacientes con EII (CU y EC) aumentó (p>0.05)
la capacidad física, la masa muscular esquelética, la densidad mineral ósea y la
CVRS, incrementando significativamente (p<0,05) el estado de ánimo. Además,
disminuyó significativamente (p<0,05) la inflamación intestinal y las manifesta-
ciones extraintestinales. Se observó una tendencia de reducción (p>0,05) de la
fatiga, la tensión arterial y la restauración de la microbiota. La AF moderada y
realizada regularmente durante un mínimo de 8 semanas, favorece la mejoría del
paciente con EII a nivel físico, psicológico, la CVRS y la sintomatología.
Actividad física en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 305
Vol. 63(3): 304 - 322, 2022
Evaluation of physical activity as a therapeutic adjuvant for
patients with inflammatory bowel disease: A systematic review.
Invest Clin 2022; 63 (3): 304 – 322
Key words: physical activity; inflammatory bowel disease; therapeutic adjuvant;
fatigue; biomarkers. quality of life.
Abstract. Inflammatory bowel disease (IBD) includes Crohn’s disease (CD)
and ulcerative colitis (UC). Pharmacological treatment in IBD presents a loss
of efficacy and side effects, inviting to consider alternative strategies, such as
the practice of physical activity (PA), as a therapeutic adjuvant. The purpose of
this review was to evaluate the effectiveness of PA interventions as a tool to in-
crease physical fitness, and health-related quality of life (HRQoL) and improve
the symptomatology in patients with CD and UC, identifying the optimal PA
component. The review was performed, by searching the electronic databases
Medline (PubMed), SciELO, and Cochrane Library Plus, including randomized
controlled trials from the last 10 years that related to IBD and PA, until January
31, 2022. We found four studies with a total of 133 patients. The performance
of PA in patients with IBD (UC and CD) increases (p>0.05) physical capacity,
skeletal muscle mass, bone mineral density, and HRQoL, significantly (p<0.05)
increasing mood. In addition, it significantly (p<0.05) decreases intestinal in-
flammation and extraintestinal manifestations. A trend of reduction (p>0.05)
of fatigue, blood pressure, and microbiota restoration was observed. Moderate
PA and performed regularly for a minimum of eight weeks, favors the improve-
ment of the IBD patient at the physical, psychological, HRQoL, and symptom-
atology levels.
Recibido: 13-04-2022 Aceptado: 24-06-2022
INTRODUCCIÓN
La enfermedad inflamatoria intestinal
(EII) engloba un conjunto de enfermedades
crónicas, idiopáticas y autoinflamatorias. La
EII incluye, principalmente, dos trastornos
de etiología desconocida que son: la enfer-
medad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa
(CU) 1,2. La EC y la CU están asociadas a
factores genéticos, estímulos ambientales
y alteraciones del sistema inmunológico, lo
que condiciona una exacerbación desequili-
brada de la respuesta inmune e inflamatoria
en la mucosa intestinal en sujetos genética-
mente predispuestos, jugando un papel re-
levante en ellos los factores ambientales3-5.
Ambas enfermedades pueden aparecer en
adolescentes y adultos y afectan por igual
a hombres y mujeres. La prevalencia es de
318,5/100.000 habitantes – año en EC y
286,3/100.000 habitantes – año en CU, y la
incidencia es de 23,82/100.000 habitantes –
año en EC y 57,7/100.000 habitantes – año
en CU para los países desarrollados. A nivel
mundial aproximadamente cinco millones
de personas entre los 15 y los 35 años es-
tán afectadas de EC y CU6-8. En España se ha
observado un aumento de su incidencia en
los últimos años con un 42,2% de casos de
EC y 87,8% de CU (7). Estas elevadas cifras
306 Fernández-Lázaro y col.
Investigación Clínica 63(3): 2022
posicionan a la EII como un problema impor-
tante de salud pública y, además, supone una
elevada carga a los sistemas de salud 9.
La EII es una enfermedad crónica y
hasta la fecha no se ha descubierto ningún
tratamiento que sea curativo. No obstante,
se dispone de una amplia batería de fárma-
cos que permiten tener un adecuado control
de los síntomas; entre ellos, los 5-ASA o los
antiinflamatorios esteroideos (AIEs), inmu-
nosupresores como la azatioprina, antibió-
ticos (ciprofloxacin, metronidazol, claritro-
micina, rifaximina y cotrimoxazol), terapias
biológicas como anti-TNF-α (infliximab, ada-
limumab y golimumab); sin embargo, si es-
tos tratamientos farmacológicos se utilizan
durante largos periodos, además de perder
eficacia no están exentos de riesgos, reaccio-
nes adversas y efectos secundarios sistémi-
cos que complican la salud del paciente con
EII10. En virtud de ello, se hace necesario el
planteamiento de alternativas terapéuticas
que sean eficaces para el control de la EII y
eviten los riesgos asociados a los tratamien-
tos farmacológicos11. En este sentido, se ha
descrito la efectividad de la actividad física
(AF) como terapia coadyuvante no farmaco-
lógica en otras enfermedades crónicas, tales
como el cáncer de mama, la enfermedad re-
nal crónica, enfermedades cardiovasculares
y diabetes mellitus tipo II. En estos casos,
se ha observado que no solo mejora el ren-
dimiento físico de los pacientes, sino que se
reducen los signos clínicos e induce cambios
psicológicos asociados tanto a la enferme-
dad como al tratamiento, consiguiéndose
una mejor calidad de vida relacionada con la
salud (CVRS) 12-18.
De forma general, los niveles habituales
de AF en pacientes con EII son muy bajos, lo
que repercute en un inadecuado control de
la enfermedad e incrementa la recurrencia.
Por esta razón, se ha recomendado el entre-
namiento regular con ejercicios aeróbicos
(AE) y de fuerza (Fz), como terapia comple-
mentaria para las personas con EII por sus
posibles efectos beneficiosos sobre la con-
dición física, la salud mental y porque ayu-
da a contrarrestar algunas complicaciones
específicas de la EII al mejorar la densidad
mineral ósea, la respuesta inmunológica, la
pérdida de peso, la fatiga, y la inflamación.
19-21. Por todo lo anterior, en el presente tra-
bajo se revisaron diferentes estudios que eva-
luaron el efecto de las intervenciones de AF
sobre la condición física, la sintomatología,
y la CVRS en pacientes con EII (EC o CU) y,
además, se trató de identificar el componen-
te de la actividad física más adecuado.
MATERIAL Y MÉTODOS
Estrategia de búsqueda
El presente estudio es una revisión
narrativa, llevada a cabo entre octubre del
2021 y enero del 2022, cuyo objetivo fue
analizar la literatura actualizada sobre las
intervenciones de actividad física sobre
adultos con EII (EC o CU). La búsqueda bi-
bliográfica se realizó en las bases de datos
electrónicas: Medline (PubMed), SciELO y
Cochrane Library Plus. Los términos utiliza-
dos en la búsqueda primaria estaban relacio-
nados con la AF y la EII en diferentes com-
binaciones usando los operadores boleanos
“OR” / “AND” como nexo de búsqueda: “In-
flammatory bowel disease”, “Crohn’s disea-
se”, “Physical exercise”, “Physical activity”,
“Exercise therapy”, “Physical treatment”,
Adaptations”, “Markers”, “Effects”, “Analy-
sis”, “Biomarkers”, “Indicators”, “Activity”,
“Pathways”, “Health-related quality of life”,
“Quality of life”, “Inflammation”, “Fatigue”
and “Microbiota”.
Una vez ubicados los artículos en las
bases de datos, se cotejaron los títulos de la
búsqueda para identificar duplicados y po-
sibles publicaciones que añadir. Posterior a
la lectura de cada resumen, se procedió a la
revisión a texto completo de los artículos se-
leccionados.
Criterios de inclusión
La selección de los registros se basó en
los siguientes criterios a) Adultos diagnosti-
cados de EII (CU o EC) (excluyendo estudios
Actividad física en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 307
Vol. 63(3): 304 - 322, 2022
en animales y/o in vitro), b) Estudios que
evaluaron los efectos de una intervención de
AF, c) Ensayos clínicos aleatorios (excluyen-
do registros editoriales, revisiones, notas y
cualquier otro estudio no original), d) Es-
tudios que evalúen como resultados (prima-
rios, secundarios o de seguridad) modifica-
ciones físicas, biológicas, psicológicas y de
calidad de vida, e) Estudios con información
clara sobre la intervención y la duración de
la AF, f) Estudios publicados en los últimos
10 años. Los registros que no cumplían los
criterios fueron excluidos de esta revisión
narrativa.
RESULTADOS
En la Tabla 1 se analiza la información
respecto a los datos obtenidos en las fuentes
de estudio, situación del paciente con EII,
diseño de estudio, características de los par-
ticipantes y protocolo de intervención de AF
como medida no farmacológica en pacientes
con EII. El diseño de los 4 estudios 22-25 in-
cluidos en la revisión son ensayos controla-
dos aleatorios (ECAs). Fueron incluidos un
total de 133 adultos diagnosticados de EII
(CU o EC); 55 hombres y 78 mujeres≥ 18
años. Todos los estudios excluían a personas
que presentasen alto nivel previo de AF y co-
morbilidades que impidiesen la práctica de
AF propuesta en la intervención de los estu-
dios22-25. Con respecto a la EII, distinguiendo
entre EC y CU, se contaba con que todos los
pacientes tuviesen en común un bajo nivel
de actividad de la enfermedad; es decir, se
encontrasen en fase de remisión de la enfer-
medad. Para ello se tomaron como referen-
cia los biomarcadores clínicos calprotectina
fecal (CF) < 150 μg/g y un índice de activi-
dad de la enfermedad de Crohn Crohn’s Di-
sease Activity Index (CDAI) < 150 puntos.
Esto permitió una adecuada comparación
entre los cuatro estudios 22-25 al encontrarse
los pacientes en el mismo estadio de la en-
fermedad. Además, Klare y col. 24, emplearon
como indicador del estado de la enfermedad
el índice de Rachmilewitz (IR) < 11 puntos
y Jones y col. 25 incluyeron una adherencia
farmacológica estable de duración > 4 se-
manas. La intervención de ejercicio para
Cronin y col. 22, fue de un total de 24 sesio-
nes en 8 semanas, en el que se sometía a los
pacientes a AF AE y de Fz, incluyendo todos
los grupos musculares (superior, central e
inferior). Tew y col. 23, realizaron un estudio
de 36 sesiones en 12 semanas en el que se
centraban únicamente en la AF aeróbica, di-
vidiendo el grupo intervención en dos sub-
grupos, uno de intensidad moderada y otro
de alta intensidad. La intervención de Klare
y col. 24, tuvo una duración de 30 sesiones en
10 semanas en las cuales se realizaba trote
o carrera supervisada y controlada como ele-
mento de AF aeróbica. Por otro lado, Jones
y col. 25, realizaron un estudio de mayor du-
ración con 78 sesiones durante 12 semanas,
en el que se realizaba ejercicio de impacto
junto con ejercicios de resistencia en cada
sesión.
La adherencia a su intervención de AF fue
elevada de 68% 22, 87.5% 23 y 62% 25, el es-
tudio restante no especificó la adherencia de
participación 24. Tres de los estudios realizaron
sus intervenciones con supervisión completa 22-
24; el estudio de Jones y col.25, en cambio, rea-
lizó supervisión gradual que fue disminuyendo
conforme avanzaba la intervención.
Los principales resultados y conclusio-
nes de cada uno de los estudios incluidos en
esta revisión 22-25 se reportan en la Tabla 2.
También se observó mejoría en la tensión ar-
terial (TA) y la frecuencia cardíaca (FC) en
reposo en tres de los estudios 22, 23, 25, Klare
y col.24, fueron los únicos en no indicar sus
variaciones. Tew y col. 23 y Jones y col. 25, eva-
luaron la escala de fatiga con Escala de Fati-
ga para EII (IBD-F), ya que es un problema
que afecta a estos pacientes, observando una
reducción de esta. El microbioma intestinal
únicamente se valoró en el estudio de Cronin
y col. 22, en el que se observó un aumento de
la Archaea α-diversidad, aunque manteniendo
los mismos niveles de Archaea β-diversidad.
308 Fernández-Lázaro y col.
Investigación Clínica 63(3): 2022
Tabla 1
Resumen de las características generales de los estudios incluidos en la revisión que investigan el impacto
del ejercicio físico en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal.
Autor/es – Año
– País
Población Diseño de estudio Estado de la enfermedad
infamatoria intestinal
Intervención
Cronin y
col. 22 2019
Irlanda
n=20(15;5) Edad:
25 ± 6,5 años
GC: n= 7 (86%;14%)
GAF: n=13 (69%;31%)
Adherencia AF: 87,5%
Supervisión completa
Ensayo controlado
aleatorizado. Exclusión:
comorbilidades que
impidieran la práctica de AF,
alto nivel previo de AF, brotes
de la enfermedad, tratamiento
con corticosteroides en las
dos semanas previas
Remisión de enfermedad
(CF<150μg/g; CDAI<150
puntos)
8 semanas, 3 veces/semana. 24 sesiones. 60
min/sesión
5 min calentamiento
AE: 18- 32 min intensidad moderada, 5-7
Escala de Borg 10 puntos. Trote/ carrera en
cinta o ciclismo estacionario.
Fz: intensidad del 70% del valor de 1RM.
Progresivo de 15% a 20%. 7 máquinas de
resistencia, 3 series * 8 repeticiones
– Parte superior del cuerpo: press hombros
y pecho, flexiones laterales y remo en Fowler.
– Parte inferior del cuerpo: extensión +
flexión de pierna, retroceso de glúteo y
presión en pierna
– Músculos centrales: rizos abdominales y
rotación del torso
Tew y col.23
2019
Reino Unido
n= 36 (17 ; 19)
Edad: 36 ± 11,2 años
Tres grupos de estudio: GC:
n=11(64%;36%) AEMI:
n=12(25%;75%) ANAI:
n=13(54%;46% )
Adherencia AF: 68%
Supervisión completa
Ensayo controlado aleatorizado.
Exclusión: comorbilidades
que impidieran la práctica
de AF, alto nivel previo de AF,
embarazadas y personas con
poca tolerancia a la punción de
extracción sanguínea
Remisión de enfermedad
(CF<150μg/g; CDAI<150
puntos)
12 semanas, 3 veces/semana. 36 sesiones
AF: ciclismo de pierna cicloergómetro. 38 min/
sesión AEMI – 28 min/sesión ANAI
– 5 min calentamiento (al 15% de 1RM)
– AEMI: 30 episodios de 1 min al 35% 1RM.
30 min FC: 68% del máximo
– ANAI: 10 episodios de 1 min al 90% de 1RM +
10 episodios de 1 min al 15% de 1RM. 20 min
FC: 92% del máximo
– 3 min enfriamiento al 15% de 1RM
Actividad física en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 309
Vol. 63(3): 304 - 322, 2022
Tabla 1. Continuación
Autor/es –
Año – País
Población Diseño de estudio Estudio de enfermedad
inflamatoria intestinal
Intervención
Klare y
col.24 2015
Alemania
n=30 (8 (27%); 22(73%))
Edad: 41,1 ±14,1 años
GC: n= 15 (33% ; 67% )
GAF: n =15 (20%;80%
) Adherencia AF: no
especificada
Supervisión completa
Ensayo controlado
aleatorizado.
Exclusión: comorbilidades que
impidieran la práctica de AF,
alto nivel previo de AF y alta
actividad de la EII (CDAI ≥220
o RI 11)
Pacientes en remisión
de enfermedad o en fase
activa leve (CDAI ≤150
puntos o IR ≤11 puntos).
10 semanas, 3 veces/semana 30 sesiones
AE: trote o carrera progresiva supervisada
de intensidad moderada. 2 horas a la
semana (40 min/sesión).
Jones y
col. 25 2020
Reino Unido
n= 47 (32; 15) Edad: 49
± 3,1 años
GC:n=23(33%♂;67%)
GAF:n=24(30%;70%)
Adherencia AF: 62%
Supervisión gradual
Ensayo controlado
aleatorizado.
Exclusión: comorbilidades
que impidieran la práctica
de AF, alto nivel previo de AF,
intervenciones quirúrgicas
importantes recientes,
embarazo, participación en
ensayos clínicos simultáneos
Pacientes con
CF<250μg/g enfermedad
levemente activa
(CDAI <150 puntos) y
medicación estable (>4
semanas de tratamiento)
26 semanas, 3 veces/semana 78 sesiones
5 min calentamiento (aumento de FC y
estiramientos dinámicos)
Sesión: 50 min de EFim + Fz
EFim: 10-15 repeticiones de saltos
diferentes + 5 min salto de cuerda
Fz: 2-3 series con 10-15 repeticiones
para 8 ejercicios diferentes de intensidad
moderada-alta. Principales grupos
musculares: parte superior, sección media y
parte inferior del cuerpo.
5 min enfriamiento estiramientos estáticos
Abreviaturas: (N) Número de participantes; () Hombres; () Mujeres; (±) Más/Menos; (GC) Grupo de control; (%) Porcentaje; (GAF) Grupo de actividad
física; (AF) Actividad física; (CF) Calprotectina fecal; (<) Menor de; (μg/g); Microgramos por gramo; (CDAI) Índice de actividad de la enfermedad de Crohn;
(Min) Minutos; (AE) Aeróbico; (Fz) Fuerza; (1RM) Una repetición máxima; (*) Signo de multiplicación; (+) Más; (AEMI) Grupo aeróbico moderada intensidad;
(ANAI) Grupo anaeróbico alta intensidad; (FC) Frecuencia cardíaca; (EII) Enfermedad inflamatoria intestinal; (≥) Mayor o igual de; (IR) Índice de Rachmi-
lewitz; (≤) Menor o igual de; (>) Mayor de; (EFim) Ejercicio de impacto.
310 Fernández-Lázaro y col.
Investigación Clínica 63(3): 2022
Tabla 2. Resumen de la evaluación, los resultados y las conclusiones obtenidas de los estudios incluidos en la revisión
que investigan el impacto del ejercicio físico en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal.
Autor/es –
Año– País
Población Evaluación Resultados Conclusiones
GAF Vs. GC
Cronin y
col.22 2019
Irlanda
n=20
y
Edad:
25±6,5 años
Resistencia: 70% del valor de
1RM.
Función física:
5-7 Escala de Borg 10 puntos.
Función digestiva: colonoscopia
DMO: Rx
Función biológica: análisis
sangre/heces.
CVRS: cuestionario SF-36
Función psicológica: HADS, STAI,
BDI-II
¢ VO2max
TA
* FC
¢ Estado físico
¢ Fatiga
* Grasa corporal
Masa muscular
Inflamación intestinal:
– ↓ Citocinas proinflamatorias (IL-8, IL-6 y TNF-α)
– ↑ Citocinas antiinflamatorias (IL-10)
– ↓ PCR
Microbiota intestinal:
– ↑Archaea α-diversidad
– = Archaea β-diversidad
= Actividad de la enfermedad
¢ Manifestaciones extraintestinales
DMO
CVRS
Estado de ánimo
La AF combinada a corto
plazo provoca modificaciones
beneficiosas en la composición
corporal de los pacientes,
convirtiéndose en una estrategia
económica en la prevención y
tratamiento no farmacológico
de la EII y los trastornos
metabólicos relacionados con
ella. Esta terapia mejora la
sintomatología de la enfermedad
y aporta a los pacientes un
incremento en su CVRS.
Tew y col.23
2019
Reino
Unido
n=36
(17;19)
Edad:
36 ± 11,2 años
Resistencia:
- 15% del valor de 1MR en
calentamiento, 35% GEFM, 90%
GEFI
- FC 68% máx. GEFM, 92% GEFI.
Función física:
- IPAQ
- IBD-F Scale
Función digestiva: colonoscopia
Función biológica: análisis de
sangre/heces
Función psicológica:
- Cuestionario EQ-5D-5
- Escala HADS
* VO2max
TA
FC
Estado físico
Fatiga
Grasa corporal
Masa muscular
Inflamación intestinal
– ¢ Citocinas proinflamatorias (IL-8, IL-6 y TNF)
– ¢ Citocinas antiinflamatorias (IL-10)
PCR
¢ Microbiota intestinal
Actividad de la enfermedad
Manifestaciones extraintestinales
¢ DMO
CVRS
Estado de ánimo
Tanto el AEMI como el ANAI se
consideran adecuados en adultos
con EC en fase de remisión. Se
considera una terapia adyuvante
beneficiosa que disminuye la
sintomatología intestinal y
mejora la CVRS.
Actividad física en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 311
Vol. 63(3): 304 - 322, 2022
Tabla 2. Continuación
Autor/es –
Año – País
Población Evaluación Resultados Conclusiones
GAF Vs. GC
Klare et al.24
2015
Alemania
n=30, 8;22
Edad:
41,1±14,1 años
Función física:
IBDQ-32
Función digestiva:
IBDQ-32
CDAI
DMO: Rx
Función biológica: análisis
sangre/heces.
Función psicológica:
Cuestionario EQ-5D-5
VO2max
¢ TA
¢ FC
Estado físico
¢ Fatiga
Grasa corporal
Masa muscular
* Inflamación intestinal
– ↓ Citocinas proinflamatorias (IL-8, IL-6 y TNF-α)
– ↓ Citocinas antiinflamatorias (IL-10)
– ↑ PCR
¢ Microbiota intestinal:
*Actividad de la enfermedad
¢ Manifestaciones extraintestinales
DMO
CVRS
* Estado de ánimo
La AF realizada de manera continua,
es un tratamiento adyuvante indicado
para mejorar la CVRS y la sintomato-
logía en los pacientes con EII en fase
activa leve. El aumento de PCR puede
ser indicativo de la inflamación produ-
cida por la práctica inicial de AF, re-
duciendo el resto de los marcadores
inflamatorios.
312 Fernández-Lázaro y col.
Investigación Clínica 63(3): 2022
Tabla 2. Continuación
Autor/es –
Año – País
Población Evaluación Resultados Conclusiones
GAF Vs. GC
Jones et al. 25
2020
Reino Unido
n=47
(32;15)
Edad:
49±3,1años
Función física:
– IBDQ-32
– Toma de TA y FC
– IBD Fatigue Scale
Función digestiva:
– IBDQ-32
– CDAI
DMO: Rx
Función biológica: análisis
sangre/heces.
Función psicológica:
– IBDQ-32
– EQ-5D-5
VO2max
TA
FC
Estado físico
Fatiga
Grasa corporal
Masa muscular
* Inflamación intestinal
– ¢ Citocinas proinflamatorias
(IL-8, IL-6 y TNF-α)
– ¢ Citocinas antiinflamatorias (IL-10)
– ↓ PCR
¢ Microbiota intestinal:
Actividad de la enfermedad
* Manifestaciones extraintestinales
DMO
CVRS
Estado de ánimo
La AF que combina ejercicio aeróbico
que aumente la FC y ejercicios de im-
pacto, en personas con EII, mejoró su
función muscular, su DMO y su CVRS,
evidenciando su utilidad en reducir
el riesgo de complicaciones futuras y
fracturas osteoporósicas.
Abreviaturas: (GAF) Grupo de actividad física; (GC) Grupo de control; (N) Número de participantes; () Hombres; () Mujeres; (±) Más/Menos; (TA) Tensión
arterial; (FC) Frecuencia cardiaca; (%) Porcentaje; (1RM) Una repetición máxima; (CVRS); Calidad de vida relacionada con la salud; (Rx) Radiografía; (SF-
36) Short Form 36 Questionnarie; (HADS) Hospital Anxiety and Depression Scale; (STAI) State Trait Anxiety Inventory; (BDI-II) Beck Depression Inventory
II; (VO2max) Consumo máximo de oxígeno; (¢) No se especifica; (*) Disminución significativa; () Disminución; (*) Aumento significativo; () Aumento;
(=) No hay cambios; () Sin cambios estadísticamente significativos; (IL) Interleucinas; (TNF- α) Factor de necrosis tumoral Alfa; (PCR) Proteína C reactiva;
(AF) Actividad física; (EII) Enfermedad inflamatoria intestinal; (AEMI) Grupo aeróbico moderada intensidad; (ANAI) Grupo anaeróbico alta intensidad; (IPAQ)
Cuestionario internacional de actividad física-largo; (IBD-F Scale) Escala de fatiga en enfermedad inflamatoria intestinal; (EQ-5D-5) Cuestionario EuroQol-5D;
(EC) Enfermedad de Crohn; (IBDQ-32) Cuestionario de 32 ítems sobre calidad de vida para la enfermedad inflamatoria Intestinal; (ECG) Electrocardiograma;
(CDAI) Índice de actividad de la enfermedad de Crohn; (IR) Índice de Rachmilewitz; (DMO) Densidad mineral ósea.
Actividad física en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 313
Vol. 63(3): 304 - 322, 2022
DISCUSIÓN
El objetivo de este estudio fue evaluar
el impacto de las intervenciones de AF en
pacientes con EII. Los resultados más rele-
vantes de esta revisión son que la realización
de AF por pacientes con CU y EC mejora de
la capacidad física, el cambio de los paráme-
tros antropométricos (aumento de la masa
muscular esquelética y diminución de gra-
sa corporal), incrementa la CVRS; además,
tiene efectos positivos sobre la función mus-
cular, la fatiga y la densidad mineral ósea
(DMO)22-25. Por otro lado, no indujo inflama-
ción intestinal y las manifestaciones extra-
intestinales; asimismo, no se infirieron cam-
bios sustanciales en la microbiota intestinal.
Para proporcionar un análisis más claro, en
esta revisión se agruparon los resultados
más relevantes.
Metodología en la realización de actividad
física
La prescripción de AF se realizó en
fase de remisión 22-24, estado quiescente 25, y
media 25 o baja 24 actividad con unos niveles
CDAI < 150 22-25 y de CF < 250 μg/g 25, que
indica remisión clínica con algún grado de
inflamación residual en la mucosa intestinal
y con bajo riesgo de enfermedad recidiva26.
Actualmente, las directrices de AF en EII
se sustentan en datos de ejercicio en indi-
viduos con baja actividad de la enfermedad,
pero no sobre pacientes con exacerbación de
la EII27. De esta manera, es posible que la
elección del estadío (remisión o baja activi-
dad de la EII) de enfermedad del paciente
para la práctica de AF esté determinado por
la falta de estudios en este grupo de pacien-
tes de alto riesgo 25. La AF no está exenta
de riesgos en este tipo de pacientes; un alto
número de ellos la abandonan por las posi-
bles complicaciones que surgen durante su
realización tales como es el dolor articular
por la disminución de la masa ósea, la fatiga
y debilidad 28.
La planificación de la AF en EII se basa
en el uso de diferentes tipos de ejercicio que
incluyen trabajo aeróbico (AE) 22-25, anaeró-
bico (ANE) 23 y de Fz 22-25. Tew et al. 23, propo-
ne un entrenamiento de las capacidades ae-
róbicas (frecuencia cardíaca máxima al 68%)
y anaeróbicas (frecuencia cardíaca máxima
al 92%) en cicloergómetro a intensidades
exigentes. El ejercicio combinado (AE + Fz)
es empleado utilizando intensidades medias
/altas de AE (5-7 Escala de Borg 10 puntos) y
altas de Fz (70% repetición máxima)22. Estas
intensidades medias/altas también son utili-
zadas por Jones y col. 25 con trabajo exclusi-
vo de Fz, mediante los ejercicios con bandas
elásticas de resistencia y ejercicios de alto
impacto, que obligan a despegar los pies
del suelo, lo que requiere un nivel de fuerza
muscular considerable para realizarse.
En tres estudios 22, 23, 25 incluidos en esta
revisión, el trabajo físico se ha implementa-
do a intensidades elevadas en pacientes con
EII. Esto supone una novedad para pacientes
con EII, donde tradicionalmente la AF a una
intensidad de baja a moderada se ha conside-
rado la adecuada 24, para evitar una posible
exacerbación de la enfermedad 21. El trabajo
de Fz en intensidades exigentes 22-25 desarro-
llaría hipertrofia muscular tras un proceso
de inflamación local, derivada del daño so-
bre el músculo esquelético 29, que podría in-
crementar el riesgo de recurrencia y recru-
decer la inflamación. Por otra parte, la AE
/ANE de alta intensidad 22-23 puede inducir
una inflamación sistémica leve y un aumento
de citocinas inflamatorias en pacientes con
EII activa o en remisión 30. Además, se ha
observado que el ejercicio extenuante en de-
portistas sanos provoca una colitis isquémi-
ca con diarrea sanguinolenta, fiebre y altos
niveles de fatiga 31. Asumiendo estas consi-
deraciones e interpretando el adagio hipo-
crático “primun non nocere”, Klare y col.24
realizaron la intervención más conservadora
de AE a intensidades que permitían a los par-
ticipantes seguir hablando mientras corrían
y bajo supervisión médica.
La contribución de la AF para modular
el estado de salud y controlar algunos de los
factores de riesgo en personas que padecen
314 Fernández-Lázaro y col.
Investigación Clínica 63(3): 2022
enfermedades crónicas, debe realizarse de
manera regular y continuada 19. Se ejecuta-
ron entre 24 y 78 sesiones de AF con una
frecuencia de 3 sesiones/semana con una
duración de entre 2-3 horas/semana 22-25.
Este conjunto ordenado y sistemático de
prescripción de AF es similar en cuanto a los
componentes (tipo de ejercicio, intensidad,
duración, frecuencia) aplicados en otras en-
fermedades crónicas y que han conseguido
óptimos resultados en el estado de salud de
los pacientes 12, 13, De esta forma, podrían
quedar desterradas aquellas directrices de
prescripción intensidad baja y duración cor-
ta en la AF de pacientes con EII.
La supervisión médica completa 22-24 o
gradual 25 es necesaria en pacientes con EII
que practican AF. En tres estudios 22-25 un to-
tal de diez pacientes han padecido efectos
adversos relacionados con la AF como son:
dolor leve abdominal (n=1) 24, náuseas y
mareos (n=3) 25, anemia leve (n=1), estrés
(n=1), deshidratación y nutrición inadecua-
da (n=4) 23. Es probable que estos cuadros
leves sean derivados de no cumplir los reque-
rimientos extra de nutrición e hidratación
que requiere la práctica de AF 32. Debería
ajustarse el incremento calórico y de líqui-
dos en función del tipo y tiempo dedicado
a la AF y a las características del paciente.
De este modo se permite conservar el volu-
men sanguíneo, el sistema cardiovascular y
termorregulador, la reposición de glucógeno
hepático y muscular 33 que son esenciales en
los pacientes con EII.
Impacto de la actividad física sobre los
factores físicos/fisiológicos modificables
de los pacientes que padecen enfermedad
inflamatoria intestinal.
La EII, como enfermedad crónica au-
toinmune, impacta negativamente el estado
físico del paciente quien se ve limitado para
realizar sus actividades diarias más comu-
nes9. La frecuencia cardíaca (FC) es uno de
los marcadores para valorar la severidad de
la EII34 y ofrece datos cuantificables sobre
la condición física 24, 25, 27. La realización de
AF programada (AE, ANE, Fz) produjo una
disminución de la FC mejorando la condi-
ción física 22, 23, 25. La disminución de la FC
contribuye a la tolerancia de la AF, permi-
tiendo la elevación gradual de las cargas en
el entrenamiento (volumen e intensidad) y
a la progresión en los resultados físicos35, 36.
La mejora de niveles basales de FC, por la
AF, permite disminuir el riesgo de episodios
isquémicos, muerte súbita, y mortalidad por
fallo cardiovascular 37. Por lo tanto, en la EII
el control de la FC constituye un objetivo te-
rapéutico razonable mediado por la AF.
En tres de los estudios 23-25, se indicó
que a través de la realización de AF (AE,
ANE, Fz) se mejoró el volumen máximo de
oxígeno (VO2máx) y se incrementó en el es-
tado físico general de los pacientes con EII.
Estos pacientes con EII tienen disminuida
de forma considerable la tolerancia al ejer-
cicio y la capacidad física 24; con la práctica
de AF se revierte esta situación en EII, de la
misma forma que ocurre con otras enferme-
dades crónicas 13. Estas mejoras en la condi-
ción física influirían en los descensos de la
fatiga que fue evaluada con Escala de Fatiga
en Enfermedad Inflamatoria Intestinal (IBD-
F Scale) 23, 25. La fatiga es un síntoma común
e incapacitante, de carácter transitorio y/o
crónica (mayor de 6 meses), en pacientes
con EII activa o en remisión clínica 38. La
reducción de la fatiga implicaría una menor
sensación de cansancio, aumento de los ni-
veles de energía y una mayor Fz muscular 39.
Por lo tanto, les permitiría realizar sus acti-
vidades cotidianas, estimularía la concentra-
ción y la memoria, incrementaría las activi-
dades de ocio, mejoraría el rendimiento en
el ámbito laboral y en el estudio 40.
La hipertensión arterial (HTA) es un
posible efecto adverso de algunos tratamien-
tos médicos como la ciclosporina, el tacroli-
mus o los corticoesteroides sistémicos 41. El
control de la HTA por la AF se observó en dos
estudios de esta revisión 22, 23, que incluían
el ejercicio concurrente (AE + Fz)22 e inten-
sidades medias-altas de AF en cicloergóme-
tro23. Es conocido que los efectos hemodiná-
Actividad física en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 315
Vol. 63(3): 304 - 322, 2022
micos de la práctica regular de AF mejoran
la función cardiovascular, estabilizando/
modulando la tensión arterial (TA) 42. Otro
mecanismo de control de la TA sea proba-
blemente por la restauración de la disbiosis
de los pacientes con EII 22 por la acción de
la AF 43.
La AF se ha asociado con beneficios
para la salud sobre el índice de masa cor-
poral (IMC), la DMO, y la masa muscular 19.
De este modo, los programas de AF son de
especial interés para los pacientes con EII,
quienes sufren problemas de baja DMO, re-
ducida masa muscular y con unos porcenta-
jes de comorbilidad entre obesidad y EII del
15-40% 44. Todas las intervenciones de AF22-
25 consiguieron disminuir la grasa corporal,
siendo significativa la realizada con trabajo
físico concurrente 45. El control de la masa
grasa reduce el grado de obesidad que, en
pacientes de EII, es considerado como un
factor riesgo de enfermedad recidiva, de pér-
dida de respuesta a la terapia farmacológica
y de complicaciones postquirúrgicas 46.
Mediante la absorciometría de energía
dual de rayos X, se observó que en la AF 22, 24,
25, tanto el entrenamiento AE como el entre-
namiento de Fz, muestra efectos positivos so-
bre el metabolismo óseo, los cuales parecen
generarse más por un efecto de disminución
de la tasa de pérdida de hueso, que por un
aumento de la DMO. La desmineralización
ósea y la osteoporosis son complicaciones
comunes asociadas a la EII; la prevalencia de
baja masa ósea en el 30% de los pacientes y
la DMO media sería un 10% menor que en la
población general 47. El mantenimiento de
DMO, haría reducir el riesgo de sufrir frac-
turas y la posibilidad de mantener el trata-
miento con glucocorticoides para el control
de la EII 49. El entrenamiento de Fz estimula
más intensamente la DMO que AF aeróbica
por efecto directo sobre la formación osteo-
blástica, e indirecto por la masa muscular
que actuará sobre el tejido óseo por medio
de una serie de fuerzas localizadas produci-
das por la contracción muscular 50.
La hipertrofia muscular generada por
la realización de AF produce aumento de la
tensión mecánica, provoca estrés metabó-
lico y daños musculares que activan la res-
puesta de inflamación, lo que posibilita la
exacerbación de la enfermedad 21. Sin em-
bargo, con todos los programas de AF 22-25 se
obtuvieron incrementos en la masa muscu-
lar sin exacerbaciones de la EII y/o lesiones
musculares y sin generar inflamación sisté-
mica con niveles circulantes de la proteína C
reactiva (PCR) estables 23 o incluso menores
22-25. La ganancia de masa muscular reporta-
da después de programas de entrenamiento
quizá sea una de las adaptaciones más im-
portantes en el paciente con EII, y que po-
dría ratificar la idoneidad de protocolo de
ejercicio derivada de AF 22-25. Los programas
de entrenamiento que superan la tolerancia
de los pacientes de EII hacen también dismi-
nuir la concentración de glucógeno a niveles
incapacitantes 30, ya que la inflamación del
intestino induce una mala absorción de los
alimentos. Las mejoras en la masa muscular
en pacientes con EII que practican AF pro-
gramada, podría deberse a la reducción de
la expresión de proteínas anti-apoptóticas,
Bcl-2 y Bcl-XL, (mantenimiento de la mus-
culatura) 15, la secreción en el músculo es-
quelético humano de IL-15 (factor anabóli-
co muscular) 50, y la sobrerregulación factor
coactivador 1-α del receptor de proliferación
de peroxisomas (PGC-1α) 51, preservando la
masa muscular por bloqueo de mammalian
target of rapamycin complex 1 (mTORC1)52.
Todos estos resultados convierten a la AF
como una intervención activa y multidiscipli-
naria, para optimizar el estado de salud en el
paciente por la mitigación de factores físicos/
fisiológicos, responsables las complicaciones
en EII. Además, superar las limitaciones físi-
cas y clínicas podría acrecentar el interés y la
adherencia a programas de AF dirigida a EII.
316 Fernández-Lázaro y col.
Investigación Clínica 63(3): 2022
Acción biológica de los beneficios
del ejercicio en los pacientes de EII
El efecto protector de la AF en la EII
puede atribuirse a su efecto antiinflamato-
rio22-25. El mecanismo antiinflamatorio di-
recto responsable se produce a través de la
liberación de interleucinas (IL) IL-6 e IL-15,
disminución de las citocinas pro-inflamato-
rias (IL-8, factor de necrosis tumoral alfa
(TNF-α)) y estimulación de la acción antiin-
flamatoria de IL-10 22, 24, por su papel regu-
lador de la respuesta inmune sobre algunas
citoquinas, macrófagos y linfocitos T53. Adi-
cionalmente, la acción de IL-6 como mio-
quina antiinflamatoria- está mediada por sus
efectos inhibidores sobre TNF-α e IL-1 y su
activación de IL-1ra e IL-10, aunque se debe
considerar su efecto dual como antiinfla-
matorio y proinflamatorio21, 27,30. También la
adrenalina es otro posible factor que inhibe
la producción de TNF-α 54 y de este modo, el
control del proceso de inflamatorio que haría
disminuir la actividad de la EII 23-25 y las ma-
nifestaciones extraintestinales 23-25. Con ello
se logra disminuir a 1 ó 2 deposiciones dia-
rias (lo que aminora la deshidratación, ayu-
dando a la recuperación de la concentración
osmótica fisiológica entre 50 y 125 mOsm/
kg) y reducir los espasmos intestinales3, 22, 55.
Los péptidos similares al glucagón, la
irisina y la proteína secretada, ácida y rica
en cisteína (SPARC), también aumentan con
la AF. Todos ellos, contribuyen a la remodela-
ción y la reparación de la mucosa intestinal
dañada en los procesos de EII 21, 27, 30. La im-
portancia de mantener el epitelio intestinal
es porque la reducción de la integridad de
la barrera intestinal ocasionaría un aumento
de la permeabilidad intestinal; ello posibilita
el paso a la circulación sanguínea de lipopo-
lisacáridos y otros componentes del peptido-
glicano de la pared celular bacteriana, que
desencadenan la inflamación de bajo grado
asociada a la HTA y la obesidad en pacientes
con EII 56.
Los niveles más altos de AF y una ópti-
ma capacidad cardiorrespiratoria se asocian
con una mayor diversidad bacteriana fecal,
lo que genera y mantiene la heterogeneidad
en la microbiota 43. El óptimo equilibrio mi-
crobiano contribuye al adecuado ecosistema
intestinal que es esencial en la promoción
de salud y la prevención de enfermedades
crónicas no transmisibles como las enferme-
dades inflamatorias 57. La AF concurrente
y prolongada (8 semanas) de media / alta
intensidad (AE: 5-7 escala Borg; Fz 70% re-
petición máxima (RM)) induce una mayor
diversidad microbiota Archaea-α 24 (cuya
función principal es evitar la colonización de
especies como el Clostridium difficile). Estos
resultados son similares a estudios en volun-
tarios sanos, con un programa de ejercicio
moderado 58 y en atletas profesionales 59, 60.
La AF realizada durante un periodo de tiem-
po prolongado y con intensidad progresiva,
disminuye el recuento leucocitario causante
de la destrucción del microbioma intestinal
y regula la actividad del intestino 23, 24.
Efectos de la realización de actividad
física en la calidad de vida de los pacientes
Es común la afectación de las enferme-
dades crónicas en el ámbito psicológico. Los
pacientes con EII relacionan su afectación
psicológica con el deterioro físico, los pro-
pios síntomas de la enfermedad y las comor-
bilidades que se asocian a ella, causándoles
un aminoramiento del estado de ánimo y de
su CVRS 3, 61. Aunque Cronin y col. 22 no re-
portan cambios en el estado de ánimo de los
pacientes en su estudio, Tew y col. 23, Klare
y col. 24 y Jones y col. 25 concluyeron que la
AF puede establecer mejorías de forma sig-
nificativa en el bienestar general y el estado
de ánimo de los pacientes, lo que mejora su
CVRS y aumenta su satisfacción y percep-
ción psicológica con su estado de salud.
Las mejoras reportadas en la CVRS ven-
drían derivadas de la optimización física, fi-
siológica y biológica, logradas por la AF como
terapia adyuvante 22-25. En su conjunto, estos
efectos positivos derivados de la AF propor-
cionarían una estrategia de afrontamiento
ante el anhelo constante de ser personas sa-
nas ante los demás y poder superar el hecho
Actividad física en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal 317
Vol. 63(3): 304 - 322, 2022
de vivir constantemente con la amenaza e
incertidumbre de sentirse constantemente
personas enfermas. Además, ayudaría a su-
perar el posible aislamiento laboral, familiar
y social debido a la imposibilidad de predecir
cuándo y por qué se va a desencadenar una
fase de actividad de la enfermedad.
Por lo reportado anteriormente, se po-
dría establecer que el AF combinada de AE
y Fz -aplicada con intensidad moderada- es
lo más adecuado para obtener mejoras sobre
el estado físico y los resultados de salud en
pacientes con EII. En este sentido, propone-
mos un protocolo sencillo y de fácil imple-
mentación de AF para pacientes con EII (CU
o EC) (Fig. 1). La AF podría consistir, ini-
cialmente, en un calentamiento breve de 5
minutos de duración, que permita activar los
grupos musculares que se van a ejercitar. La
parte principal de la sesión de AF comenza-
ría con 20 minutos de ejercicios de Fz sobre
los grupos musculares del tren superior e in-
ferior y del tronco del cuerpo; es decir sobre
los músculos principales que componen el
core (abdominales, lumbares, músculos de
la pelvis, glúteos y musculatura de la colum-
na). Se continuaría con 30 minutos de AE,
que podría realizarse sobre una bicicleta es-
tática, o con carrera continua moderada en
cinta o al aire libre en un terreno sin dificul-
tades orográficas. Finalmente, proponemos
una fase de “cool down” o vuelta a la calma
de 5 minutos de duración mediante estira-
mientos suaves. El objetivo de la vuelta a la
calma serviría de ayuda a los pacientes con
EII a regenerarse tras la AF, lo que podría
proporcionar beneficios a nivel físico (preve-
nir lesiones, mareos y dolores) y mental.
Esta revisión tuvo, como principal limi-
tación, la escasa cantidad de estudios y el
bajo número de pacientes (n=133) inclui-
dos. Sin embargo, los estudios seleccionados
son ECAs, que se consideran los “gold stan-
dards” para examinar si existe una relación
de causa-efecto entre la realización de AF y
los posibles benéficos en pacientes13. Ade-
más, todos los estudios incluidos analizan
grupos población con las mismas caracterís-
ticas (edad, capacidad física previa y estado
de la enfermedad).
En conclusión, la realización de AF con-
currente a intensidad moderada durante un
periodo de tiempo mínimo de 8 semanas,
con tres sesiones a la semana, alcanza resul-
tados notables en los pacientes con EC y CU,
tanto a nivel físico como a nivel psicológico,
o sobre el control de síntomas de la enferme-
dad y sus exacerbaciones, siendo bien tolera-
da por los adultos con EII. Se ha observado
un aumento en la masa muscular, la DMO y
Fig. 1. Protocolo de actividad física de ejercicio combinado de actividad aeróbica y fuerza para pacientes con
enfermedad inflamatoria intestinal.
318 Fernández-Lázaro y col.
Investigación Clínica 63(3): 2022
el VO2máx, a su vez que disminuyen la grasa
corporal, y la actividad y la inflamación in-
testinales al controlarse la producción de ci-
toquinas inflamatorias. También se observa
una mejora en la CVRS y el estado de ánimo
de los pacientes. Estos resultados podrían
posicionar a la AF como una intervención
coadyuvante, activa y multidisciplinaria para
optimizar el estado de salud en la EII.
AGRADECIMIENTO
Los autores quieren agradecer su cola-
boración al Grupo de Investigación en Neu-
robiología del Departamento de Biología Ce-
lular, Genética, Histología y Farmacología de
la Facultad de Medicina de la Universidad de
Valladolid.
Financiamiento
Esta investigación no ha recibido nan-
ciación externa.
Conflictos de interés
Los autores declaran no tener ningún
conicto de intereses.
Contribuciones de los autores
D.F.-L. y N.H.-B.: concibieron y dise-
ñaron la investigación, analizaron e inter-
pretaron los datos, redactaron el artículo y
aprobaron la versión nal presentada para su
publicación; R.C.M. y S.G.-L.: analizaron e
interpretaron los datos, revisaron críticamen-
te el artículo. Todos los autores han leído y
aceptado la versión publicada del manuscrito.
Número ORCID de los autores
Diego Fernández-Lázaro:
0000-0002-6522-8896
Nuria Hernández-Burgos:
0000-0001-7996-4571
Raúl Cobreros Mielgo:
0000-0002-4281-9044
Sandra García-Lázaro:
0000-0001-9439-7413
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