Editorial

En este tiempo de confinamiento por la pandemia de la covid-19, Interacción y Perspectiva se planteó el reto de dar continuidad a su labor de diseminar el conocimiento científico que Trabajadores Sociales de distintas partes del mundo han desarrollado desde su acción profesional. Es una contribución que apuesta por un mañana mejor, por un profesional cada vez más competente con los desafíos que imponen los cambios vertiginosos del contexto.

En este número, presentamos cuatro artículos de mucho interés, los cuales trabajan los temas de: implementación del enfoque de género en la investigación, familia y riesgo social, la importancia de los aportes de Richmond en el Trabajo Social y el estudio de currículo en la carrera para la formación de trabajadores sociales.

En primer artículo, lleva por título: “Implementación del enfoque de género en un proyecto de investigación-acción sobre exclusión social”, de Vásquez Silva y Verde-Diego. Sus autoras nos explican el proceso llevado a cabo al implementar transversalmente la perspectiva de género en un proyecto de investigación-acción sobre exclusión social, ejecutado en Galicia por la Fundación Emaús y denominado Proyecto INclúe. En este sentido, describen la secuencia operativa seguida en el proceso de implementación y los diversos procedimientos que siguieron durante su investigación, para finalmente realizar propuestas para introducir el enfoque de género en el Modelo Inclúe, de forma que el hecho de ser mujer pueda ser medido como un factor de intensificación de la exclusión social.

Seguidamente, Pastor-Seller y Sánchez Raga, presentan el artículo “Atención a las familias e infancia en riesgo social”, cuyo objetivo central fue analizar los principales cambios en la estructura, actitudes y comportamientos familiares, las situaciones de dificultad y exclusión que afectan de manera diferenciada a los hogares y una visión de las competencias de las administraciones públicas en la atención y protección a la infancia en dificultad social. Los autores, a partir de una investigación empírica basada en el análisis de contenido de expedientes de unidades familiares en situación de riesgo lograron realizar tipologías, un diagnóstico social de las familias en riesgo social y los diferentes procedimientos e intervenciones profesionales que se implementan atendiendo a dimensiones vitales y a los diferentes indicadores y niveles. Con esto, llegan a constatar que el perfil de niños/as y sus familias está modificándose, teniendo menos que ver con la falta de cobertura de necesidades materiales de los menores de edad. De igual forma subrayan, que la intervención conjunta y coordinada entre los servicios sociales especializados y municipales garantiza un mayor éxito en la reducción de los factores de riesgo en menores de edad.

“Richmond en el horizonte de la investigación en Trabajo Social”, es el tercer artículo, presentado por Manuera Gómez y Minguela Recover. En éste trabajo resaltan sus autoras que, la investigación en la disciplina científica de Trabajo Social ha sido una constante desde su nacimiento, gracias a la labor realizada por Mary Richmond. Puntualizan que, la investigación realizada por Richmod durante más de 15 años, permitió conocer y aplicar la metodología de intervención a seguir, justificando al Trabajo Social como profesión. El objetivo central fue analizar las aportaciones de Mary Richmond en las investigaciones actuales en Trabajo Social, la validez de sus procesos de intervención y su utilidad hasta nuestros días. Finalmente, concluyen que el reconocimiento de la capacidad investigativa desde los orígenes de la profesión y la necesidad de acreditar los procesos de elaboración del diagnóstico social utilizados por Mary Richmond, permanecen en el Trabajo Social de hoy.

Como cuarto y último artículo, Martínez-Flores y Cerros Rodríguez, nos exponen una revisión del currículo actual de la formación profesional del Trabajador Social en México. Este artículo es producto del análisis documental realizado a 11 planes de estudio de escuelas de Trabajo Social en México, con el objetivo de reconocer el tipo de configuración de Trabajo Social que se oferta a los estudiantes. Sus autoras disertan sobre la formación profesional y la pertinencia de ésta para la atención de los problemas sociales actuales. Entre sus resultados destacan que, se está impulsando un Trabajo Social contemporáneo, lo que es prometedor para la disciplina, pues las realidades locales requieren de profesionales que intervengan en las problemáticas sociales a partir del reconocimiento de la diversidad y los contextos, así lo señalan.

Finalmente, nuestro agradecimiento a los autores, al comité de árbitros y al equipo de Interacción y Perspectiva por su dedicación al trabajo editorial con el cual continuamos sumando el reconocimiento de los más prestigiosos índices.

 

Raima Rujano
Editora
Directora del Centro de
Investigaciones de Trabajo Social